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Sin razón ni culpa por golddie

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Notas del capitulo:

Disclaimer: B.A.P. no me pertence, ni a ninguna de sus fans, son almas libres hasta lo que TSEntertainment permita.

[!] Este fic es un pedido que un lindo anon me hizo por ask, perdon por la tardanza y espero haber cumplido las expectativas. Si no lo hice, puedes odiarme(?).

“¡¿Qué haces tú aquí?!”

Jongup escuchó esas palabras aun através de sus auriculares, causándole sorpresa puesto que el volumen de su música estaba al máximo. Se volteó luego de haber estabilizado sus pies al haber caído en ellos después de una voltereta, fijándose en quien le interrumpía su rutina de baile.

Su rostro se volvió a relajar habiendo comprobado que no era ninguna persona importante. Por su contrario, Junhong siguió hablando mientras entraba al salón con paso estrepitoso.

“¡Esta es mi hora de práctica!”, exclamó el menor enfadado al darse cuenta de la expresión como si nada de Jongup ante su aparición.

El mayor de los dos —Jongup—, detuvo la música en su reproductor obligadamente, quitándose amargamente sus audífonos, casi enfadado por tener que abandonar la rutina que estaba creando por culpa de precisamente ese otro chico.

Jongup observó la cara de pocos amigos de Junhong, y dijo sin emoción alguna: “no veo tu nombre en la lista de reservas”, para luego sonreir suavemente. Con un dedo indicó hacia el tablón con varias hojas fijadas con alfileres, “si quieres reservarla, ahí te anotas”.

Junhong frunció el ceño.

“No me digas qué hacer”, dijo, pero contrario a sus palabras, caminó hasta el lugar donde Jongup le indicó y sacó un lápiz de su bolso, todo bajo la atenta mirada del mayor.

Junhong, o como él prefería: Zelo, era el alumno más brillante de su grado. Era un genio tanto en estilo hip-hop como en bailes de salón. Jongup era su superior por un año, pero dentro de la academia no existía un brecha tan clara entre grados, más bien, las clases se repartían por las calificaciones u observaciones que tuvieran los estudiantes.

Tanto él como Junhong entraron a la academia por destreza de baile, y al ser de los mejores de sus respectivas clases, una cierta rivalidad se había creado.

Todo se remontaba al día en que los ordenaron por grupos y ambos tuvieron que trabajar juntos, además de otros 3 chicos, haciendo una coreografía que les había dado un profesor. Los pasos eran impresionantes, cada uno de los chicos daba lo mejor de sí, pero al momento de ejecutarla, solo ellos dos quedaron en pie, cansados y sudorosos.

Fue entonces que, al momento en que la música dejó de sonar y se vieron a los ojos, comprendieron que no estaban hechos para ser precisamente amigos.

El campo artístico no permitía amigos que estuvieran a tu mismo nivel: solo competencia.

“Esta hora será mía la próxima semana”, dijo Junhong, sacándolo de sus pensamientos. Jongup le miró, asintiendo suavemente en entendimiento. “Si te veo aquí—“

“—No sucederá”, aseguró Jongup.

Hubo un pequeño momento de silencio, antes de que el mayor volviera a hablar.

“Necesito seguir ensayando a solas, por favor”, musitó, sin dejar de observar al menor.

Junhong hizo un gesto extraño, como si quisiese quedarse ahí un momento, pensó Jongup. Y si eso estaba pensando Zelo, hizo lo que la otra parte de su mente le ordenaba hacer: se dio la media vuelta y salió del lugar no sin antes cerrar con fuerza la puerta.

Jongup suspiró, antes de volver a darle play a su reproductor y seguir con su rutina.

Aunque ya no tuviera la misma inspiración que antes.

 

 

 

 

 

 

 

Himchan cayó a su lado a la hora del almuerzo, mostrándole un volante.

“¿Qué es esto?”, preguntó Jongup, terminando de tragar su almuerzo.

Himchan bufó, quitándose la chaqueta, ya sentado a la mesa.

“Léelo”, explicó.

Jongup hizo lo que su superior le decía. Era un volante (básicamente la versión pequeña de unos carteles que habían pegados por toda la academia) sobre una competencia que se haría a nivel nacional sobre genios musicales. Se suponía que en representación de diferentes instituciones, se debía presentar una composición musical ante jueces seleccionados profesionales en la materia para realizar una pre-selección entre las mejores obras y luego los jueces escogerían entre los cinco finalistas, siendo la final una presentación en vivo. Sonaba como demasiado esfuerzo para Jongup, pero el premio para el equipo ganador era un reconocimiento —dinero— a la institución representada más un trofeo o medallas —y dinero—, para cada miembro del equipo. Y desde luego la composición se usaría en una pelicula como tema principal.

Jongup no tenía idea de por qué Himchan le presentaba eso, si él bailaba y solo eso (una vez había intentado cantar y no fue una buena experiencia), así que fue exactamente lo que le dijo.

“¿Por qué me muestras esto?”, inquirió.

El aludido sonrió.

“Fíjate, dice que la presentación final debe llevar coreografía”, dijo Himchan, indicándole una esquina del volante, “porque de seguro llegaremos a las finales”, aseguró.

Jongup frunció el ceño ante eso.

“¿Cuándo dije que sí?”, cuestionó al darse cuenta de lo que el mayor implicaba.

El otro le miró con expresión neutra.

“No es necesario que me lo digas, ya sé que dirás que sí”.

“¿No tengo, no sé, opinión?”, preguntó luego.

Himchan volvió a sonreír.

“¿Vas a decir que no, acaso?”, respondió con voz divertida.

Jongup sabía que no iba a decir que no, tampoco, por lo que siguió comiendo en silencio. Himchan por su parte solo estaba contento de que su plan había funcionado.

“Te presentaré al resto del equipo mañana”, explicó luego, “a diferencia tuya, hay personas que aún son ilusos y creen que pueden decirme que no”, comentó algo irritado y haciendo una mueca.

El menor miró a su lado con rostro de circunstancias. Himchan volvió a sonreírle.

“Nos vemos luego”.

 

 

 

 

 

 

 

El equipo era pequeño, pero (según las propias palabras de Himchan) eficaz y científicamente seleccionado. Bang Yongguk era un superior compañero de Himchan en composición musical, solo que él, a diferencia del último, se especializaba en música contemporánea: escribiendo sus propios raps, componiendo música pop pero con especial sensibilidad ante el Jazz o el Rock pesado. Himchan había tomado su buen tiempo intentando convencerlo, Jongup se enteró luego. Al parecer el muchacho de aspecto temible tenía una fuerte moralidad con respecto a la música: él no quería vender sus creaciones a menos que tuviera un mensaje profundo que quisiera entregar al mundo o que se le fuera pedido una letra pegajosa y tonta para comercializar, y como Himchan no iba a pagarle por una composición de ese tipo, no había forma de que aceptara componer solo por un concurso.

Finalmente, aceptó solo cuando Himchan le prometió que podía hacer la letra lo más profunda o reveladora que quisiese, ya que si ganaban, mucha gente tendría la oportunidad de escucharla.

Daehyun y Youngjae eran superiores también pero su departamento era el canto y expresión vocal. Jongup había visto a Daehyun un par de veces, era amigo de Himchan, pero a Youngjae, aquel muchacho de cabello negro y rostro delicado, no lo había visto jamás. Jongup se enteró que Youngjae estaba interesado en el concurso desde el momento que se anunció, pero que inicialmente estaba en otro equipo, el cual dejó al saber que Daehyun participaría en un grupo distitno y le haría competencia. Jongup detectaba algo de rivalidad, pero al mismo tiempo amistad entre ellos dos: al parecer no querían competir por probar quien era el mejor, preferían unir sus fuerzas y habilidades.

Casi le recordaba a…

“Y, por último…”

Junhong. Casi salió por la puerta al ver al menor sentado entre Yongguk y Himchan, pero se contuvo. No había tiempo de rivalidades puesto que de alguna forma él sabía que si dejaban eso de lado e intentaban, de alguna forma, superar sus diferencias (que, existían, ¿no?) podrían ganar el concurso fácilmente.

Pero no era por alardear.

 

 

 

 

 

 

 

Yongguk y Himchan habían terminado la composición por ellos mismos y Daehyun y Youngjae estaban en la sala de grabación. Jongup no sabía qué hacía ahí, si, de todas formas, su ayuda solo sería requerida si pasaban a las finales.

Dentro de la cabina, escuchaba a Yongguk dandole indicaciones a los muchachos y explicarles donde debían poner más entonación, donde debían cargar sus voces o donde suavizarlas. Si Jongup tenía un dolor de cabeza solo al escuchar al mayor de lejos, no quería imaginar cómo estaban Daehyun y Youngjae, teniendo que repetir la misma parte una y otra vez con el unico fin de dejar la canción perfecta.

Ciertamente, él no era alguien con mucha paciencia.

“Estoy aburrido”, murmuró Junhong a su lado, quien estaba sentado en ese sofá de forma muy haragana, como si estuviera a punto de dormirse. Su gorrita le tapaba toda su cara, si el chico no hubiera hablado, Jongup hubiera pensado que se había dormido hace un buen rato. “¿Qué hacemos aquí, de todas formas?”, inquirió el menor luego.

Jongup suspiró.

“Honestamente, ni idea”, contestó, removiendose un poco por lo incomodo que se le hacía hablar con el chico y, por sobre todo, que estuviese sentado en su lado. La semana que había pasando de trabajo en la canción había ayudado a aligerar su relación solo al punto que pudieran hablar sin enojo tras sus voces. “Algo de apoyo moral de equipo”, musitó.

Escuchó a Junhong bufar. Rió inevitablemente ante el gesto.

“Himchan-hyung me amenazó para entrar al equipo”, dijo Zelo.

Jongup frunció el ceño porque justo ahora el menor estaba tratando de mantener una conversación con él.

“... si no fuese por eso”, murmuró, casi con voz cansada.

El mayor aclaró su garganta.

“¿No tienes ningún interés en el concurso?”, preguntó sinceramente interesado en la respuesta del menor.

Pasó un pequeño momento donde Junhong no contestó, así que Jongup miró a su lado para comprobar si el mismo le había escuchado. Los grandes ojos del menor estaban completamente clavados en su rostro, y, al momento en que se giró, se fijaron en sus propios ojos.

Jongup se quedó quieto, sin saber qué decir o qué atribuir esa mirada tan intensa.

Junhong no dejaba de mirarlo y francamente lo estaba comenzando a poner nervioso, pues parecía que lo miraba de esa forma como si hubiera dicho algo qe lo hubiera incomodad. Muy genial tener una conversación más o menos decente con tu rival y meter la pata en la primera oración que terminaba completar.

“Solo un interés”, dijo Zelo, sacando a Jongup de pensamientos. El menor desvió la mirada, dejandola sobre el regazo del mayor, “pero no está relacionado con el concurso en sí”, soltó luego.

Jongup podía jurar que el menor se estaba sonrojando un poco, su blanca piel no le dejaba ocultar mucho, pero justo antes de que pudiera preguntarle la razón de su verguenza, la puerta del estudio (no la que conectaba con la cabina de grabación) se abrió, mostrando a un Himchan con gafas para el sol y una bandeja de vasos en sus manos.

“No creerían lo larga que estaba la fila”, dijo sonriendo mientras afirmaba la bandeja a un lado y le entregaba a cada uno de los dos menores un vaso. “¿Siguen en eso?”, preguntó refiriendose a la grabación.

Jongup sorbió un poco de su vaso, descubriendo que Himchan le había traido chocolate caliente. Estaban en los primeros días de otoño, por lo que aun había un poco de calor de verano, pero en las tardes se ponía algo frío y el mayor se había ofrecido para ir a comprar bebidas calientes hace casi media hora.

“Si, al parecer quieren terminarla completa hoy”, dijo Junhong a su lado.

Himchan tomó asiento al lado de Jongup sobre el mango donde va el brazo con un suspiro.

“Estaremos un largo rato aquí”, soltó, también bebiendo de su vaso, “mejor les digo que se tomen un descanso antes que se enfríen”, soltó de la nada, volviendo a ponerse de pie y abriendo la otra puerta.

Jongup no sabía si sentirse agradecido por la aparición de Himchan o no.

Aún le picaba la curiosidad el por qué de la expresión del otro muchacho antes.

 

 

 

 

 

 

 

Los seis chicos estaban en la casa de Youngjae al rededor de la mesita de su habitación mientras el mismo estaba frente a su computadora.

En cualquier momento les mandarían un correo electrónico para informarles si su canción había sido seleccionada para las finales y tanto era el nervisismo que ni Daehyun estaba comiendo de las frituras que habían servidas; todos los ojos enfocados en el reloj que iba marcando los segundos que pasaban.

Al momento en que las manillas del reloj pasaron el 12, todos los ojos cayeron en Youngjae.

“De acuerdo, veamos”, murmuró el chico.

Jongup suspiró, intentando relajarse un poco. Miró rapidamente las expresiones de los otros muchachos, todos estaban completamente serios, hasta Himchan, que Jongup pensaba que el mayor intentaría hacer algun comentario para aligerar el ambiente.

“No hay nada”, soltó Youngjae calmadamente.

Daehyun fue el primero en hablar.

“¿Cómo que no hay nada?, dijeron que a las ocho estarían”, dijo el muchacho algo irritado.

Youngjae le miró con expresión calmada.

“Nada podemos hacer, solo esperar”, explicó, aun calmado.

Daehyun soltó aire, siendo el que más demotaba nerviosismo.

“No puedo creer que personas profesionales sean tan impuntuales”, gruñó, enfadado. Jongup vio a Yongguk asintiendo la cabeza ante el comentario. “Me enojan esos tipos qué—”

“—¡Está aquí!”, gritó Youngjae con una sonrisa. Daehyun se calló de inmediato y se movió hasta poder ver la pantalla de la computadora. Himchan se levantó y se quedó detrás de Youngjae, Yongguk se inclinó solo un poco para ver, al mismo tiempo que Jongup y Junhong lo imitaban para ver la forma del e-mail, aun si no podían leer lo que decía, “de acuerdo, de acuerdo, ¿le hago cick?”, inquirió nervioso.

“¡Hazlo de una vez!”, gritó Daehyun, empujandolo suavemente desde su lado.

Youngjae no vaciló y esperó a que cargara la página, luego comenzó a leer:

“Buenas noches aspirantes a, bla bla, estamos muy emocionados por la cantidad de paricipantes que han competido y esperamos que la competencia sea justa en cada sentido que, bla bla, oh dios, ¿pueden ir solo al punto?”, gruñó el chico.

“¡Estamos ahí!”, gritó Himchan con voz aguda (lo que era raro en él). Jongup se movió para poners a su lado y poder ver la pantalla, “Ahí 'chunsa', ¡pasamos a las finales!”, exclamó feliz.

Hubo un grito de felicidad colectivo, entre los gritos histericos de Youngjae, los sollozos falsos de Daehyun y la fuerte risa de Yongguk, antes que cuatro pares de ojos cayeran en Jongup y Zelo.

Sin necesidad de palabras, los dos chicos comprendieron qué es lo que querían decir. Jongup sonrió, conciliador, a la par que Zelo hacía igual.

 

 

 

 

 

 

 

“Sé que no te caigo bien”.

Jongup se sorprendió ligeramente al escuchar esas palabras del menor a su lado.

El resto del equipo se había ido hace diez minuto más o menos para practicar sus partes, pero ellos dos seguían en la sala de ensayo. Jongup había ido a iniciar de nuevo la canción que Yongguk les había dado para comenzar a armar la coreografía cuando Zelo llegó a su lado y dijo esas palabras realmente de la nada.

Aun así, Jongup escuchó lo que el menor tenía que decir.

“Himchan es tu amigo, así que me corresponde a mí dejar el equipo si te molesto”, soltó luego.

Jongup se volteó al escuchar esas palabras, mirando el rostro del menor en mala sorpresa. La voz del chico había sonado terriblemente triste y no comprendía por qué. No el por qué de por qué había sonado triste, sino cuando él había hecho algo para que el muchacho sintiera que no le agradaba o, más bien, que lo pudiera odiar a tal punto que su mera presencia le casi obligara a que el otro deje el equipo.

Él nunca dijo un comentario malo, nunca le mostró una mala cara (el noventa por ciento del tiempo Jongup sonreía a todo dar) y mucho menos habló con Junhong más de diez palabras, así que no comprendía de donde se había hecho esa idea el menor.

Porque ahora que lo pensaba, él solo rechazaba sutilmente al menor al saber que el mismo sentía desagrado por él, sinceramente Jongup nunca fue el origen de esa enemistad.

No comprendía, simplemente.

“No”, musitó Jongup. Fue entonces que intentó hacer un pequeño cambio de actitud, ahora que iban a trabajar juntos, podrían aprovechar de congeniar lo suficiente como para llevarse bien, ¿no?, “eres necesario en el equipo”, comentó.

Junhong pareció no reaccionar por un momento, y Jongup odió ligeramente que tuviera que levantar la vista para ver al menor a los ojos.

“Tienes razón”, respondió Junhong, sin sonreír o demostrar una actitud positiva, “gracias por eso”.

El resto de la práctica siguió decente.

 

 

 

 

 

El día de la competencia todos estaban tensos, pero sobretodo Daehyun y Jongup. Al momento de subir al escenario, Himchan y Yongguk se ubicaron con porte confiado, tomando dos asientos al fondo, sujetando algunos instrumentos y controles de los que Jongup no tenía idea cómo funcionaban, pero no era su mayor preocupación en ese momento.

“Creo que voy a vomitar”, soltó Daehyun a su lado. Jongup tomó mucho aire y lo soltó lentamente, porque él sentía igual.

“Tranquilo”, dijo Youngjae, quien estaba al otro lado de Daehyun, ya subiendo por la pequeña escalera que los llevaba hasta el escenario, “te cubriré si es necesario, pero sé que podrás”.

Jongup vio a Daehyun sonreír, ahora con más confianza. Youngjae compartió un par de palabras de ánimo a Jongup también, pero no hicieron mucho efecto. Jongup tomó su lugar en el escenario, mandando una mirada hacia Junhong a su lado, que estaba haciendo ejercicios de respiración por su cuenta. Zelo tenía el cabello plateado ahora y producto de la luz del lugar, parecía brillar.

Vio a Youngjae y Daehyun tomar sus lugares al lado contrario de Himchan y Yongguk, dejándolos a él y Zelo al centro de atención. Jongup intentó calmarse, no había practicado tanto tiempo para arruinarlo. Volvió a mirar a Junhong, y este, sorpresivamente, le estaba mirando de vuelta.

Fue entonces que una sonrisa salió de esos labios, a penas perceptible, pero Jongup la vio y devolvió de inmediato.

Era la primera vez que Zelo le sonreía directamente.

 

 

 

 

 

 

No quedaron en primer lugar porque Jongup cometió un error al final de la coreografía, pero el premio de segundo lugar tampoco estuvo mal: un viaje pagado a Busan por tres días. 

Ya bajados del escenario, Jongup no tuvo el valor de ver al resto de los chicos a la cara, puesto que sabía que era su culpa. Ninguno de los otros dijo nada al respecto, pero él sabía que estaban algo molestos, después de todo, su unico objetivo era ganar.

Fue hasta el corredor a fuera del backstage y se quedó sentado en el suelo al lado de una maquina expendedora, oculto hacia el lado donde no pudieran encontrarlo por un rato. Claro que Jongup no iba a quedarse ahí mucho tiempo, solo hasta que recobrara la cordura y pudiera soportar las sonrisas fingidas que probablemente recibiría.

Les daría un tiempo a los muchachos de quejarse un tiempo antes de ir y obligarles a hacer como que no les importaba.

Suspiró, abrazando sus rodillas y escondió su frente en ellas.

El segundo lugar no estaba tan mal, pero eso solo pensaba porque había sido él quien metió la pata. Jongup se puso en el lugar de que hubiera sido alguien más que se hubiese equivocado, pero su pensamiento seguía igual, aunque claro: los otros chicos eran ambiciosos a diferencia de él que solo entró a la competencia porque quería bailar. Himchan formó el equipo porque quería ganar, Yongguk quería transmitir su mensaje, Daehyun quería promocionar su voz y Youngjae quería probar que podía ganar.

Y ahora que lo pensaba, Junhong aun no le decía cual fue su razón para entrar al equipo.

“Creo que nunca lo sabré”, murmuró Jongup.

Y, se sorprendió cuando escuchó y ¿qué cosa? A su lado. Dio un respingo, notando a Zelo —justamente en quien pensaba— a su lado, marcando un botón en la maquina.

Jongup frunció el ceño, descubriendo que aun no estaba preparado para enfrentarlo, sobretodo a él.

“¿Cómo me encontraste?”, preguntó el mayor en voz grave.

“¿Encontrarte?”, inquirió el menor con voz divertida, “todos saben que estas aquí hundiendo tus penas, yo viene por un chocolate”, explicó el chico sin mirarle una sola vez, esperando que su orden se terminara de hacer.

Jongup suspiró, vaya, ni para esconderse era bueno, al parecer.

Sin emabargo, de pronto sintió como Junhong se sentaba a su lado,a presionandolo contra la pared mientras bebía su chocolate.

“No te aflijas, Jongup hyung”, soltó el menor una vez terminando de beber un poco, “realmente nadie te culpa, ¿sabes?”, comentó.

El mayor no le miró, por el contrario hizo oidos sordos porque ni esas palabras podían calmar su mal sentir en ese momento.

Mas Zelo no se rindió.

“¿Quieres saber por qué entré al equipo de Himchan hyung?”, le preguntó después de un rato en un tomo más complice. Solo entonces Jongup levantó su mirada hacia el otro chico, prestandole atención. Asintió con la cabeza levemente, y el otro muchacho sonrió suavemente, “quería estar contigo”, confesó.

El mayor no dijo nada, sin enteder por completo lo que Junhong intentaba decirle. Sin embargo, su falta de palabras no hizo que el otro se callara, por el contrario, intentó explicar casi comprendiendo lo confundido que debía estar Jongup.

“Himchan me había amenazado con decirte lo que siento por ti, yo—”, comentó, con sus mejillas algo sonrojadas, “iba a decirtelo si ganabamos el primer lugar, pero creo que no pude cumplirlo...”, soltó con una sonrisita antes de mirar al otro muchacho a los ojos. Jongup aun no sabía qué decir, solo que ante la sorpresa de la confesión, había olvidado todo su mal estar. “Sé que no es lo que te gustaría oír de otro chico, pero, me gustas, hyung”.

Fue entonces que el cerebro de Jongup reaccionó, justo cuando el menor estaba por ponerse de pie. De un movimiento le tomó la muñeca suavemente y lo devolvió a su lugar. Notó las mejillas sonrojadas del menor y la mirada que evitaba la propia, pero el que Junhong no evitara su tacto le daba una buena señal.

“Creí que me odiabas”, musitó Jongup, haciendo que el menor riera un poco.

“Yo creí que tú me odiabas”, explicó, aun rehusando mirarle a la cara y vaso de chocolate olvidado entre sus manos, “pero desde la primera vez que te vi en clases y bailando te admiré mucho, hyung, yo creo que solo actue como pensaba que querías que actuara”, terminó.

Jongup se sintió algo mal por no poder ver los ojos de Zelo, por lo que con un solo dedo tomó el menton del otro y con cuidado movió su rostro para que pudiera verle por fin a los ojos. Cuando se dio cuenta que no desviaría la vista, volvió a bajar su mano.

“A mí me pasaba lo mismo, Junhong-ah”, murmuró.

Los ojos del menor estaban brillando y a Jongup le pareció muy lindo eso.

“¿Entonces no vas a rechazarme?”, preguntó, inocente, al otro.

Jongup rió suavemente negando la cabeza, disipando, así, las preocupaciones del otro.

“No estoy en contra de... eso”, soltó y Junhong asintió, comprendiendo qué quería decir el otro, “¿te parece si desde hoy...?”.

“¿... tratamos de conocernos mejor?”, intentó adivinar.

“Iba a decir que comencemos a salir, pero si prefieres ir lento”, contestó, haciendo reír al menor.

Jongup sonrió ampliamente ante la risa de Zelo, pues era sencillamente hermosa; como se cubría los labios y sus ojos brillaban aún más era adorable.

Y hermoso él, oh, si.

“Lo prefiero”, contestó el menor. Jongup asintió, comprendiendo totalmente al otro.

Sin más que decir, ambos chicos se pusieron de pie luego de terminar el chocolate y riendo sin razón. Llegaron hasta la habitación donde estaban los demás, pero antes que Jongup pudiera abrir la puerta, Junhong puso una mano sobre la suya para detenerlo.

Jongup se detuvo en seco cuando se produjo el contacto, mirando a Junhong a los ojos, esperando a que el otro dijera o hiciera algo, pero antes de que pudiera pasar algo, la puerta se abrió desde el otro lado, desorientando a los menores que estaban pasando por un momento justo ahí.

La cara de Daehyun fue lo primero que vieron. Los tres muchachos se miraron por un largo rato hasta que Daehyun luego fijó su mirada en las manos unidas en frente de él y puso una expresión de circunstancias.

“Lo siento”, soltó y cerró la puerta con una asombrosa velocidad.

Los dos menores se miraron entre ellos extrañados hasta que escucharon a Daehyun gritar dentro del cuarto que había una nueva pareja o algo por el estilo.

Ambos se rieron avergonzados cuando más gritos emocionados se le unieron al de Daehyun, y con una sola mirada decidieron ir a pederse a la cafetería en lugar de tener que enfrentar a los mayores y sus molestias.

Jongup por su parte solo podía pensar en que no podía esperar a ir a Busan y tener su primera cita con Junhong, su futuro novio.

Notas finales:

no revisé mucho los errores, pero lo haré más en la noche, lo prometo(?), así que aceptenme los taldos dislexicos por ahora.

gracias por leer, mucho amor a ustedes.


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