~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
"Hay dos formas de vivir la vida: Una, como si no hubiera milagros. Y la otra, como si todo fuera un milagro..."
~PoV Sandeul~.
El manager Hyung nos había dado el día libre y como era costumbre todos se largaron. Yo era el único que tenía actividad por la mañana, así que cuando llegue a casa no había nadie. Pase la tarde solo, viendo programas de variedad. Una vez aburrido quise salir a caminar y a despejarme. El día estaba hermoso. Camine hasta un parque cercano y me senté en una pequeña jardinera, me dispuse a leer un libro que había encontrado en la habitación. Ahora que miraba bien, hablaba de enfermedades. Era raro que hubiese de éste tipo de libros en casa. Quizá a un miembro le tocaba algún ensayo sobre ello.
El tiempo había pasado rápido, pues se veía anochecido, quizá ya habían pasado horas, había olvidado mi celular en casa y no andaba con reloj. Se había nublado y hacía un frío terrible. Quizá pronto llovería, y así fue, se soltó una fuerte lluvia pocos instantes después.
Caminaba con tranquilidad por la acera húmeda, la lluvia golpeaba mi rostro, mi ropa se encontraba ya empapada por completo. Las personas corrían buscando un refugio, mientras yo intentaba disfrutarla al máximo. Aquello me traía gratos recuerdos, el día en que decidí abrirle mi corazón a Baro.
Era nostálgico, como si fuese ésta la misma lluvia...
Flashback.
Estaba perdido, destrozado. Nisiquiera sabía en donde estaba, había corrido bastante y no traía el celular conmigo, maldita costumbre de olvidar las cosas. Pero eso no me preocupaba, pues, ahora sólo quería que la tierra me tragara y ya no senti r nada. Exausto me sente en una banca y cubrí mi rostro. Estaba empapado y temblaba por el frío.
-¡Sandeullie! -levante la mirada, era Baro. Corría hacia mí, cargaba un paraguas consigo que al momento de verme lanzó como si aquello le diera más velocidad. -¿Estásbien?-me preguntó preocupado a la vez que se inclinaba frente a mí. No respondí, se incó y acarició mi mejilla. Sonreía alegremente. ¿Por qué estaba feliz? ¿Será que mí sufrimiento le alegra? -Estaba preocupado. -Dijo al fin, mirandóme con ternura.
Sonreí tímidamemte y pose mi mano sobre la suya. No dejaba de mirarlo. Sentía que si lo dejaba de mirar desapareceria y me quedaría nuevamente solo. Ya no había frío, ni incómodidad, sólo el cariño mutúo que sentiamos. ¿Esto es lo que quiero? Me pregunte, sabía muy bien las concecuencias que esto conllevaría.
Comezó a acercar su rostro al mío, me sonroje pero aún así no me aleje, Simplemente me dispuse a cerrar mis ojos.
Nos besamos.
No era como nuestro primer beso, a la fuera y completamente frío, eramejor. Me besaba con delicadeza, con una ternura que jamás hubiera creído de él. No quería que terminara, quería quedarme así lo que restara de mí vida. Pero el aire se agotaba, por lo que, muy a mí pesar, Nos separamos. Él sonrió nervioso, tenía las mejillas coloradas, se veía completamente adorable. Estaba seguro, valía la pena arriesgarlo todo por él, por mirar sus sonrisas nerviosas y perderme en sus profundos ojos.
Se dio la vuelta, ¿se iba? ¿Ahora él se arrepentía? Quizá lo había hecho esperar bastante, y ya no quería nada conmigo. Entonces ¿por qué me había besado? Mi cuerpo reacciono por instinto, tomándolo de su chaqueta ahora empapada.
-No te va...ellas. -Dije con la voz entrecortada, estaba a punto de llorar. Él me miró y me abrazó al instante.
-Vamos a casa.
Entrelazamos nuestras manos y nos dispusimos a ir a casa. ¿Era oficial? ¿Ya somos pareja? Me daba pena afirmarlo, ni siquiera me atrevía a mirarlo. Mantuve la cabeza gacha todo el camino, ya habrá tiempo de hablarlo con calma. Ahora sólo una cosa me preocupaba, seguramente JinYoung estaría molesto o preocupado, ¿quién sabría? Sólo sabía que no quería tratar con nadie ahora. Quería llegar a casa y tirarme en la cama.
-Todo estará bien. -Apretó mi mano, no me había dado cuenta pero estábamos por llegar. Al parecer no había corrido tanto, pues llegamos en minutos a casa, a pie. Me sentía estúpido, ¿cómo mierdas no me día cuenta que estaba en el estacionamiento del departamento de enfrente?
Llegamos a casa, Baro abrió la puerta cuidando no despertar, si es que estuvieran dormidos, a nadie. Y así fue. JinYoung estaba en la cocina mirándonos, Channie dormía en el sofá de la sala de estar y CNu ¿dónde estaría? Éste hombre, seguro no noto mi repentina desaparición, y no es como si me importara tanto, él es muy despistado.
Me escondí tras Baro, quién me hizo una seña para que me fuera a la habitación, cosa que hice sin renegar. JinYoung iba a decir algo pero Baro lo interrumpió y comenzaron a hablar o eso parecía.
¿Deberíaducharme? Realmente estoy cansado. Bufe, realmente no quería hacerlo, mire a los lados. No había nadie, nadie lo notaría. Dormía con Channie pero según parece no dormira en la habitación hoy. ¡Oh sí! Es mi oportunidad, estaba apunto de tirarme en la cama, pero una voz bastante familiar llamó mi atención.
-Deberías ducharte.-Dijo Baro desde el umbral de la puerta, quizá supuso mis intenciones, y quería arruinar mi plan, maldije por lo bajo.
-Eso iba a hacer. -Una sonrisa burlesca se dibujo en su rostro.
-¿O prefieres que lo haga por ti?
-Idiota. -Tome algo de ropa y una toalla. No quise mirarlo, sentía que mis mejillas ardian y verlo sólo me causaría más pena. Casi tropiezó al entrar al cuarto de ducha pero aún así evite que mirara mi inútil sonrojo, o eso creo.
Al salir Baro entró a ducharse, sólo había un baño así que tuvo que esperar a que yo terminara. No quería dormir solo así que me acurruque en su cama. Su olor penetraba mis fosas nasales, era dulce y masculino, Simplemente me encantaba.
A la mañana siguiente cuando desperte aún estaba en sucama, sólo que no estaba solo. Baro me rodeaba con sus brazos, atine a acurrucar mi cabeza en supecho. Me sentía seguro, protegido. Estaba dispiesto a que jamás lo dejaría ir, que nadie lo alejaría de mi lado.
Que equivocado estaba.
Fin del flasback.
Unas traviesas lágrimas paseaban por mi rostro, eran más cálidas que la lluvia. Las limpie inmediatamente. No quería llorar, me dije que no lo haría más, no lloraría por él. Suspire intentando calmarme. Faltaban pocas calles para llegar, seguro aún no había llegado nadie. No tenía porque apresurarme y así lo hice, me tome mi tiempo para llegar.
Había algo o más bien alguien recargado en la entrada del departamento, pensé en rodear o esperar en frente a que se fuera ¿y si era un violador? No quería ser violado. Me detuve en seco, ¿qué debería hacer? Poca gente circulaba por ahí debido a la lluvia, estaba jodido. Avance unos pasos y me percate que el "violador" no era nada más que Baro. Menos mal, suspire aliviado, pero en todo caso ¿él qué hacía aquí? Hace tiempo se había mudado con su querida novia y sólo lo veía, para mi suerte, en prácticas. Se veía ido, raramente triste.
-Baro -lo llame, no hubo respuesta. -Idiota. -Nada, pase mi mano por sus ojos y él dio un saltito por la sorpresa, sonreí victorioso.
-Sandeullie.-Sonrió. Esa sonrisa hizo que me preocupara aún más, era completamente forzada. Ahora que lo miro bien está algo delgado y pálido. ¿Desde cuándo me llama nuevamente así?
Se incorporó y me acorraló entre sus brazos y la pared. Mi corazón latía desenfrenadamente. ¿A quién engañaba? quería que me besara, que me hiciera suyo ahí mismo. Pero sólo me miraba.
-Lo siento. -Ahora sí no comprendía nada.
-¿Por?
-Por todo, supongo.-Su mirada estaba apagada, ese brillo que me encantaba ya no se encontraba en ella.
-No te preocupes, ya paso. -Di unas palmaditas en su espalda. ¿La realidad? Quería llorar y golpearlo, aún estaba dolido. Pero algo me preocupaba, y no quería empeorar las cosas.
Se alejó de mí sonriendo, esa sonrisa era preocupante. Saque mi llavero de patitos, ese mismo que Baro me regalo cuando cumplimos nuestro primer año. Al mirarlo note como se tensaba más. Lo introduje y gire el manojo de la puerta.
-Entremos. -Dije una vez que la puerta abrió.
-Debo irme...-evitó mi mirada- ella me espera. -No era que la odiara, ella era muy agradable y bonita, pero era la chica que me robo a mi chico y eso era irritable.
Asentí y se marcho. Por alguna razón sentía que no debía dejarlo ir. Que después de esto lo perdería por completo, pero estaba harto, cansado de ser sólo yo quién intentara recuperarlo. Entre en la casa, me duche y continúe con mi vida diaria. Eso quería ¿no? Que yo buscara a alguien más, que fuésemos amigos nuevamente, que dejara de ponerle tanto cuidado a lo que hacía y eso haré...
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Había pasado una semana, no sabía nada de Baro, no era que no estuviera preocupado pero era normal que se desapareciera. Estábamos acostumbrados a ello. Obviamente la primera vez casi lo mata JinYoung pero esa es otra historia, y eso ahora, ya era común.
Estábamos en la cocina, JinYoung había hecho el desayuno y todos habíamos despertado.
-Hyung, está delicioso. –Alagó a JinYoung.
-Lo sé. –Sonrió orgulloso. Estaba seguro que había comprado el desayuno, reí por mi idea.
-¿Qué hay que hacer? –Pregunta CNu, refiriéndose a los horarios de hoy.
-Creo tenemos el día libre, sólo un firma…
Riiiing, riing –Sí es un teléfono, mismo que interrumpió al JinYoung.
CNu se levanto de la mesa y contesto, Channie y yo nos miramos, era raro que alguien llamara. Seguro nos cegarían el día, ¿un programa, firma de autógrafos? No es que me moleste convivir con las fans, pero estoy agotado, tanto física como sentimentalmente.
-¿Hola? Hola. –Después de golpear el teléfono por unos instantes regreso a sentarse. Todos lo miramos. –Nadie contesto. –Se encogió de hombros restándole importancia.
Odio las bromas telefónicas.
Hablamos otro rato mientras comíamos. Una vez terminamos me dispuse a lavar los trastos, era mi turno de hacerlo. Los demás salieron de la cocina a excepción de Channie que no se quedo a ayudar, si no, a fastidiar.
-Deberías hacer dieta. –Menciono por decima vez. Lo fulmine con la mirada.
-Te he dicho que no, deberías callarte. ¿No deberías arreglarte? O algo pare…
Riiiiing, riiing. Maldito aparato.
Levante el teléfono con cierta rabia. -¡¿Qué quiere?!
-Baro no está aquí. –Respondí de mala gana, al reconocer su voz, aquella melodiosa voz que tanto detestaba.
-¿Paso algo? –No estaba preocupado, era más curiosidad. ¿Y si habían terminado? Era mi oportunidad, otra vez…
-¿Está bien? –La interrumpí, ahora si estaba preocupado. ¿Y si lo enveneno? -¿Qué le hiciste? –Pregunte en un tono brusco.
-Es una broma cierto. -Trate de reir, aunque gracioso no era. -¡Dime que es una maldita broma!
Cubrí la bocina del teléfono, no quería oír más. Me sentía raramente débil, mis piernas no mes respondían. Caí de rodillas en el frio suelo de la cocina donde mis lágrimas me hacían la más triste compañía.
-¡¿Hyung?! –Escuche a lo lejos a Channie, estaba frente a mi pero no lograba oírlo con claridad. Por la bocina escuchaba aun los sollozos de Do Hee.
Oficialmente mi vida es una mierda…