Ese día estaba seguro de algo, en definitiva ese no era su día tal vez incluso podría exagerar y decir que no era su semana.
Todo le había salido mal por no decir que le había salido pésimo, su día había sido un asco y se sentía realmente cansado tanto física como emocionalmente y el hecho de llegar a su casa mojado hasta sus partes más privadas con los huesos helados y su sombrilla desgarrada y quebrada no hacia mejor la cosa, en definitiva volvía a reiterar ese no era su día.
– ¿Qué diablos te paso Baka? – escucho esa profunda voz desde algún punto de la cocina.
– Mamá – se levantó el menor de la casa para ir al encuentro de su “madre”.
Shuichi tan mísero que no quería ni hacer chiste de lo obvio, sin embargo era su hijo quien lo veía preocupado, suspiro levemente y cambio su mirada por una más tranquila.
– K nos hiso repetir los ensayos hasta que se le dio la gana cuando finalmente pude salir había un fuerte aire y comenzó a lloviznar, gracias a Dios … pensé … andaba un paraguas pero para mí desgracia el aire era más fuerte que el paraguas así que se rompió no sin antes salir volando y llevarse con el la bolsa que traía – dijo mostrando una bolsa llena de comida igual de mojada que él – tuve que salir corriendo por la bolsa y cuando la pude agarra no me di cuenta que había un estúpido hoyo, así que caí en el – mostrando ahora una herida que aun sangraba en su tobillo – y por si fuera poco comenzó la gran tormenta como divino castigo de Dios – dijo finalmente.
Yuki no pudo contener una pequeña risa por la desgracia de su amante, mientras Riku salía corriendo hacia una de las habitaciones.
– Así que te la pasaste genial ¿eh Baka? – dijo con su sonrisa burlona al solo quedar ellos dos.
– No tienes idea cuanto – dijo de la forma más sarcástica que le podría salir, mirando con un poco de odio al que decía ser su amante.
A los segundos apareció Riku con una toalla y un botiquín de primeros auxilios.
– Mamá sécate o podrías resfriarte – dijo preocupado extendiéndole la toalla.
Shuichi no pudo más que sentir dulzura por semejante acto de su pequeño “hijo”.
– Riku tu sí me quieres – dijo con lagrimitas acercándose a su lagrimal.
– Además papá debe curar tus heridas – dijo mirando a su padre y esta vez extendiéndole el botiquín de primeros auxilios.
–¿Qué acaso no te enseñan nada en esa escuela a la que asiste? – Le preguntó algo molesto – tú mismo deberías de poderlo ayudar ¿no?–
– Si, pero prefiero y apuesto que mamá también prefiere que lo hagas tú – dijo con cara de angelito.
Yuki resoplo tomo el botiquín de paso a Shu que simplemente se había limito a secarse mientras los otros tenían una tranquila discusión y con la menor delicadeza que se le permitió demostrar arrojo al pequeño cantante al sillón.
– Si gritas te corro, si dices algo igual iras fuera – lo mira serio para luego tomar uno de los botes, abrirlo y vaciar un poco del contenido en un algodón que había tomado, levantó la pierna de su amante y con mucha sutileza lo paso por la herida que tenía el cantante.
Shuichi realmente quería gritar, no sabía si por el ardor o simplemente por ver como Yuki lo estaba curando, lo que si sabía era que al ver a Yuki preocupado… o algo así por él había mejorado enormemente su día.
– Bien ya está – dijo Yuki soplando levemente la herida.
Sin que se diera cuenta Shu se acercó a la mejilla del escritor y dejo un pequeño pero dulce beso – Gracias cariño – le dijo suave cerca de su oído–
–Estas mojado idiota, no te me acerques – Alego rojo alejándose.
Riku no pudo evitar sonreír, le encantaba ver la extraña relación de sus padres, al principio no comprendía bien como era la dinámica del juego pero después de pasar un buen tiempo con esos dos se había dado cuenta de cuáles eran las reglas.
–Mamá mejor ve a cambiarte, no queremos que te enfermes – sabiendo que el queremos podía generar alguna reacción no muy sensata en su padre.
Sin embargo no había paso nada, Yuki solo se dirigió a la cocina a seguir con lo que seguramente minutos atrás hacia.
Shuichi por su parte vio a su hijo, se le acercó y le dio un pequeño beso en la frente – Gracias amor–
– Si papá te escucha se pondrá muy celoso – dijo riendo levemente.
– Lo dejaremos en secreto – dijo poniendo uno de sus dedos sobre sus labios – por cierto ¿Cómo te fue en el colegio? –
– Bien, solo que tuve bastante tarea –
– Supongo ya la hiciste ¿verdad?–
– Algo así – dijo dudoso.
– Explícate – comenzó a caminar a la habitación.
– Tengo algunas dudas en una tarea –
– Mmmm – se escuchó a lo lejos – ¿Le preguntaste a Yuki? – sacando su cabeza para ser escuchado.
Riku volteo la mirada para donde estaba su padre – No, hasta hace un momento ha estado encerrado en su estudio –
– Por Dios – salió sin camisa y aun con ropa mojada dirigiéndose donde se encontraba Yuki – ¿Acaso no te puedes hacer responsable de Riku? – pregunto enfadado parándose frente a Yuki.
– ¿Y tú? ¿Qué? – lo miro de arriba hacia abajo fijándose que solo llevaba los pantalones mojados y su pequeño pecho descubierto y aun húmedo.
– ¿Acaso no le puedes ayudar a Riku?–
– ¿De qué diantres hablas mocoso?–
– Con su tarea, nunca lo ayudas –
– Nunca lo pide –
Shu suspiro levemente – ¿Tan difícil es separarte de tu santuario? –
– Tú mismo lo acabas de decir así que no molestes – responde tratando de huir de ese lugar con su cerveza en mano.
– ¡Yuki! – Subió bastante el tono para que se detuviera – Solo ayúdale con la tarea –
– ¿Y yo que obtengo por ayudarlo? –
Shuichi le vio sumamente molesto – ¿Sabes qué? No hagas nada, yo le ayudare –
–… jajajajajajaja – comenzó a reír fuertemente – Tú ayudarle, eso sí es maldad – tratando de controlar un poco la risa – él pobre sacara un 0 si tú le ayudas –
Shuichi finalmente perdió la paciencia que se le había regalado para cada día – PUES TÚ AYUDALE IDIOTA –se fue sumamente molesto aventando la puerta.
Yuki dejo de reírse y vio a Riku – ¿Cuál es la tarea? –
Riku lo miro – ¿no sería mejor que fueras a hablar con mamá? –
– Déjalo, ya se le pasara – tomo un sorbo de su cerveza – ahora si quieres que te ayude ve por tu cuaderno rápido que no pienso estar aquí todo el día –
Riku salió corriendo a buscar su cuaderno.
Yuki a regañadientes ayudo a Riku con su tarea, Riku satisfecho fue a arreglar sus cosas y finalmente a dormir, el escritor por su parte fue a su sagrado estudio y comenzó con lo que debía estar haciendo hace ratos, escribir.
Al día siguiente como Riku había predicho Shuichi se levantó con un poco de congestión, además con un humor de los mil Demonios por que el escritor no se había dignado a ir a dormir con él mucho a menos a disculparse.
– Estúpido Yuki – dijo terminándose de arreglar para poder ir a trabajar.
Al salir se percató que el clima aún estaba bastante opaco y una leve pero copiosa llovizna nublaba la ciudad.
– Al parecer mi maravilloso día aún no termina – dijo abrazándose para salir finalmente rumbo a su trabajo.
Cuando por fin llego un poco mojado y con bastante frio vio a su amigo Hiroshi y no dudo en aventársele – ¡HIROOOOOOOOOOO¡ – se le guinda del cuello – ¿Por qué esta estúpida lluvia no se va? ¿Qué acaso vivimos en Inglaterra? – preguntaba mientras movía su cabeza de un lado a otro.
– Shu deja ya eso – dice tratando de quitárselo de encima.
– ¡Hiroooo! … Acaso… es acaso… que…. ¿Ya no me amas? – finalmente Hiro se lo quitó de encima y lo dejo caer al piso.
– Y es así como termino siendo odiado – dijo mirando a su amigo en el piso.
– Ya en serio – dice levantándose – ¿Qué sucede con este clima?–
– Baka mira las noticias de vez en cuando, hay un frente frio azotando la ciudad –
– Nuuuuuuuuuuu – comenzó a hacer su típico escandalo – No me gusta este clima –
– Well boys, hoy tenemos una misión secreta que hacer – dice apareciendo un rubio americano apuntándoles con una bazuca.
– ¿Y es necesaria la bazuca? – Pregunto Hiro.
– Nop, pero es más divertido – dijo por fin bajando el arma.
– Por cierto… ¿Dónde está Fujisaki? – pregunto buscándolo por todo el lugar un pelirrosa.
– Supongo en su casa – dijo tranquilamente K.
– ¿En su casa? – Pregunto Hiro preocupado por el pequeño sabiendo lo responsable que es – ¿Está enfermo? –
– No – respondió tranquilo el rubio.
– ¿Entonces por qué no está acá? –
– Tiene el día libre –
–… – los menores lo miran extrañado.
– En realidad tú también Hiroshi peroooo… olvide decírtelo – sonrisa marca pasta dental.
–… – ambos chichos se miraron por un segundo para después ambos preguntar al mismo tiempo – ¿Por qué me hiciste venir entonces?– mientras otro – ¿Por qué solo yo trabajo el día de hoy?–
–Bien cálmense, primero Hiro este es tu castigo, tú sabes por qué – lo dice mirándolo fijamente haciendo que Hiro tuviera un leve escalofrió recordando lo que había pasado hace dos noches – and you pink boy tienes una entrevista fuera de la ciudad, más exactamente en Nagano, así que ve alistándote que pronto salimos–
– ¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE? ¡Pero si nadie me dijo nada! –
– I tell you now and you Hiroshi fuera de aquí– Hiro decidió que lo mejor era abandonar la embarcación.
–Lo siento Shu – dice comenzándose a alejar– Me traes anpan – finalmente se perdió del mapa.
–Pero… pero… No me pueden hacer esto buaaa, además es secuestro, es un viaje de más de 3 horas buaaaa, ¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero! – Comenzó a hacer su berrinche.
– Si puedo, y no, no es secuestro y conmigo al volante créeme que tardaremos menos de eso–
– Esto es injusto – dijo al borde del llanto de nuevo.
– Entonces ¿Ya estás listo? –
– ¡No! Además tengo que llamarle a Yuki y a Riku para avisarles –
– Lo harás en el camino, let´s go – y se lo llevo jalado.
A unos cuantos metros de Tokio y unos cuantos minutos o tal vez horas después, en un carro que iba a alta velocidad encontramos a un pequeño cantante aferrado al agarrador del carro mientras un rubio americano iba conduciendo feliz de la vida.
Shuichi se encontraba más molesto que en la mañana, el idiota de su amante jamás le respondió ni una de sus llamadas y Riku de igual manera no lo había hecho aunque él sabía que Riku no le respondería cuando se encontraba en la escuela, opto por enviarle un mensaje.
–Hey pink boy ¿Qué tienes? –
– Nada – respondió volteando a ver a otro lado para que no seguir viendo su celular y torturarse.
– Ya veo ¿Mister Yuki no te contestó?–
– No – respondió tajante–
– Jajajajajajajaja vamos no te pongas así, debe estar muy ocupado –
–… – no dijo más comentarios al respecto porque sabía que no se callaría hasta llegar al lugar por estar maldiciendo, pero al poco rato de camino escucho un fuerte rechinido.
– ¡CUIDADO K! –
En otro lugar mucho más alejado se encontraba un guapo escritor paseándose por las calles de Tokio o mejor dicho buscando comida por la calles de Tokio, hoy quería llevar comida deliciosa a la casa y pasarla mejor que ayer, que no había sido del todo una buena convivencia, además el clima era totalmente agradable para su humor, finalmente ahí estaba buscando algo delicioso para complacer a su familia.
Mientras en la casa de la pareja de oro un joven rubio iba entrando a casa, dejando todas sus cosas junto a un mueble para poder acomodarse y dejar de sentir el terrible frio que había afuera.
Cuando ya estaba más acomodado y más caliente, comenzó a buscar algo para llenar su estómago, porque al parecer su padre no se encontraba y lo más probable no regresaría pronto, mientras hurgaba por toda la refrigerado el teléfono comenzó a sonar, dudoso se acercó para contestar.
– ¿Buenas? –
– ¿Riku se encuentra Eiri? – pregunta un voz un poco desesperada aunque muy conocida.
– No, él salió – responde tranquilo – ¿Sucede algo? –
–… – se escucha una duda por la línea – Por favor dile a Eiri que me llame en cuanto llegue, le he llamado al celular pero no me contesta –
– Tío Thoma ¿Paso algo? – vuelve a preguntar.
–… Shuichi tuvo un accidente –