- ¿¡Qué!? –exclamo, sorprendido por tal respuesta. No me esperaba algo así.
- Que quiero que metas mi pene en tu boca –dice, con un ronroneo en mi oreja- y luego quiero que lo acunes con tu lengua virgen.
No puedo creer que unas palabras tan obscenas hayan salido de su boca. Más bien podrían haber salido de mis sueños más locos.
Automáticamente, mi mente empieza a decirme que quiero hacerlo –que tengo que hacerlo. Que la satisfacción de Levi Rivaille depende de mí, y que no voy a dejarlo insatisfecho.
Mi cuerpo reacciona ante mis pensamientos poniéndome aún más erecto-
- Vale –digo-. Quiero hacerlo.
…l sonríe y se incorpora sin apartarse de encima de mí. Luego se mete la mano en el bolsillo izquierdo del pantalón y saca las llaves de mi libertad.
- Te portarás bien si te suelto, ¿verdad? –inquiere.
Yo asiento. No puedo evitar sentirme un poco tonto al hacerlo, pero asiento como un perrito faldero.
…l me libera y se guarda de nuevo las llaves en el bolsillo.
Con las manos libres, ahora me veo con el permiso necesario para tocar su cuerpo libremente ¿no es así? Me vuelvo loco por momentos. Creo que mi cabeza va a estallar. ¿Es mi cabeza o es mi entrepierna?
No importa lo que sea. Ahora mis manos recorren solas el torso blanco y desnudo de Rivaille. …l se ha quedado quieto para ver qué hago, y la verdad es que poco sé sobre lo que se puede hacer en casos así. Lo único que sé es que no se me ha olvidado la promesa de complacerlo oralmente y que si no aparta de encima de mí no podré hacerlo.
Pero tampoco es como si él tuviera prisa con empezar con el sexo oral, porque tiene los ojos cerrados y parece que se limita a disfrutar del contacto de mis manos sobre su piel.
Me incorporo para poder besarlo y él me deja salir de entre sus piernas. Empezamos a besarnos de rodillas sobre la cama. …l rodea mi cuello con los brazos para intensificar el beso y yo dejo correr mis manos sobre su torso, sobre su cintura y sobre su trasero.
Cuando aprieto su trasero con las manos y lo acerco hacia mí para que el bulto que muestran sus pantalones esté más en contacto con mi miembro, él gime en mi boca y se separa levemente.
- Chico travieso –dice, con una voz que me cuesta reconocer como suya-. Pagarás por esto.
¿Pagar dice? Yo sé cómo pagarle por lo que me está dando.
Pocos segundos después (y no sé cómo, porque no me veo muy capaz de tomar la parte activa) lo he echado sobre la cama y me encuentro sobre él, besándolo con pasión al mismo tiempo que maniobro torpemente con la cremallera y el botón de sus pantalones.
Estoy nervioso. Estoy muy nervioso porque sé exactamente lo que va a pasar. Mi boca virgen e inexperta no podrá satisfacerlo y terminará echándome de su casa con la duda de lo que podría haber sido y no fue.
- ¡Eren! –exclama Rivaille, separándome de él.
Me ha llamado por mi nombre. Me va a echar de su cama.
- ¿Qué ocurre? –pregunto, preocupado.
…l me mira y sonríe con cariño. Se incorpora un poco y toma mi rostro entre sus manos.
- No tienes por qué ponerte nervioso –me dice, con una voz suave y dulce que no esperaba oír de él-. Se nota mucho, ¿sabes? Tú piensa que va a ser genial, ¿me oyes? Y será genial porque somos tú y yo los que estamos haciendo esto.
Asiento. Creo que entiendo lo que me quiere decir. Nuestros labios se juntan de nuevo, brevemente, pero yo me separo otra vez para concentrarme en desabrochar sus pantalones.
La verdad es que es mucho más fácil de lo que parece si no estás nervioso. En un momento lo consigo y acto seguido descubro que este hombre no lleva ropa interior, con lo cual su miembro erecto queda expuesto a mi vista al instante, y sólo una palabra me viene a la mente: grande.
- Al fin libre –dice él en un ronroneo al verse liberado de la presión del pantalón.
Pero yo sólo puedo pensar en eso. Eso que es mucho más grande que lo mío. Eso que he prometido tener en mi boca.
- ¿Qué piensas? –pregunta, al verme mirando su miembro tan fijamente.
- Que es muy grande –respondo, sin cortarme un pelo.
- ¿Te vas a echar atrás?
Eso ni siquiera ha pasado un momento por mi cabeza. ¿Por qué iba a echarme atrás si es lo que realmente me apetece hacer?
- Sólo estaba pensando que no me esperaba que tú fueras de los que va por ahí “a lo comando”.
Rivaille suelta una carcajada.
- Es mucho más cómodo –admite, con una sonrisa socarrona.
Sin hacerle mucho caso me deshago poco a poco de sus pantalones para dejarlo desnudo y en las mismas condiciones que yo, y luego me acuesto junto a él.
Levi se acerca a mí en la cama y nos besamos de nuevo. Me rodea el cuello con los brazos y tira de mí hacia sí mismo de manera que quedo sobre él, y nuestros cuerpos ahora desnudos quedan completamente en contacto, como encajando el uno en el otro.
Poco a poco me posiciono entre sus piernas y empiezo a descender dando pequeños besos por su cuello y después por su pecho. …l responde a mis besos y a mis caricias con suspiros, pero yo quiero oír algo más de su boca.
Cuando llego a la altura de su ombligo en vez de darle un beso le doy un mordisco, pero no fuerte ni con la intención de hacerle daño.
Rivaille me responde con un gemido.
- Chico malo –dice-. No me tortures más y empieza ya.
No puedo evitar sonreír. ¿De verdad está tan ansioso?
Bajo hasta colocar mi cara delante de su miembro, pero por un momento ciertos pensamientos me bloquean y me quedo quieto como un pasmarote entre sus piernas, pero él no hace nada por meterme prisa. Más bien al contrario. Se queda mirándome fijamente, como si me comprendiera.
Poco a poco me acerco a su entrepierna y le doy un breve lametón en la punta, como si fuera un helado.
Levi se acuesta en la cama y cierra los ojos, dispuesto a disfrutar de lo que yo le dé.
Poco a poco voy siguiendo, repartiendo besos y lametones a lo largo de su miembro. …l suspira y se estremece, pero yo quiero hacerlo gemir, de modo que sin previo aviso me meto su miembro tan hondo como puedo en la boca haciendo un poco de succión.
Por lo visto he conseguido pillarlo par sorpresa, porque esta vez sí que gime. Gime y se pone las manos a la boca para amortiguar todo futuro sonido.
Yo me separo de él durante un momento y digo:
- No te tapes la boca, Levi. Nada de lo que pueda salir de ella va a desagradarme.
…l abre los ojos y me mira, aunque con los ojos entrecerrados.
- Eres un chico sucio, Eren Jaeger.
Yo me limito a sonreír y a seguir con mi tarea. Esta vez empiezo a deslizar mis labios lentamente por todo lo que puedo abarcar de su pene.
Levi responde a mis estímulos con más gemidos, y a veces intenta llevarse las manos a la boca, pero se detiene
Pasamos así un rato. Yo no me concentro en nada más que en hacerlo bien y en tener cuidado con los dientes. No querría hacerle daño por nada del mundo.
Al momento noto que sus gemidos suben de volumen y que me pone una mano en la cabeza para que no me detenga.
Parece que va a terminar pronto.
Empieza a mover las caderas contra mi boca, profundizando un poco más, y me concentro para no atragantarme.
- Eren… -gime entonces- Voy a correrme pronto.
Yo simplemente sigo e intento complacerle moviéndome un poco más rápido. Siento perfectamente como su pene palpita en mi boca a punto como está de reventar.
Poco después Levi gime mi nombre, arquea la espalda y se viene. Yo recibo la mitad en mi boca y la mitad en la cara.
Mirándolo fijamente, me separo poco a poco de él, al mismo tiempo que trago el contenido de mi boca.
- Eso ha sido bastante rápido –digo.
…l parece bastante avergonzado por mi comentario y puedo advertir el fuerte sonrojo de sus mejillas.
- Lo siento. Hacía mucho tiempo que no tenía relaciones –confiesa-. A demás, me has excitado mucho.
No puedo evitar notar que no me mira a los ojos al decirlo.
- ¿Eso quiere decir que lo he hecho bien? –pregunto, ilusionado.
…l asiente y me mira fijamente a los ojos con intensidad.
No sé qué pensar porque no sé qué sentimiento se esconde detrás de ese comentario, pero me gusta.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español