Hoy me siento especial. por purple pervert

- Quiero perder la virginidad en tu cama.

Él sonríe y se aparta de mí, y juntos nos dirigimos a su cama, donde me coloco de cuatro patas y él se coloca detrás de mí­.

No necesito darle mi permiso porque él sabe que yo quiero hacerlo y a demás estoy preparado, de modo que si­mplemente dirige su miembro y empieza a entrar poco a poco en mí­.

Agradezco interiormente que lo haga con delicadeza, poerque esto sí­ duele un poco. No se puede comparar en nada a sus dedos. Su pene es más largo y más grueso, y la sensación de placer que me provoca es mucho mayor.

Rivaille me coge de las caderas para poder llegar hasta el final y luego se queda completamente quieto, esperando a que me acostumbre.

- ¿Cómo estás? -pregunta entonces.

"¿Cómo estoy?" me hace eco mi cabeza, y en ese momento me doy cuenta de que ya no me puedo considerar virgen. Que el único hombre por el que he sentido algo me ha quitado mi virginidad. Yo se la he dado.

- ¿Cómo estás? -me pregunta de nuevo, al ver que no respondo.

- Estoy bien -respondo en un susurro.

Entonces él me enviste una sola vez y al entrar de nuevo en mí da en algún punto de mi interior que me proporciona un increíble placer.

Me oigo proferir un sonido extrano. Una mezcla entre exclamación de sorpresa y gemido de placer.

Rivaille se queda quieto y pregunta:

- ¿Eso significa que te gusta?

- Sí -respondo yo.

Él me enviste una vez más y siento de nuevo todo ese placer, pero me contengo para no gemir porue no quiero que me tache de ruidoso.

Poco a poco empieza a embestirme, empezando con un ritmo lento que a los pocos minutos empieza a convertirse en una tortura para mí.

Con torpeza intento mover mis caderas contra él para ver si con un poco de suerte se da por aludido y empieza a darme más de lo que yo quiero sin tener que pedirlo.

Oigo gemir a Levi detrás de mí, y luego habla con la voz grave.

- Mi chico quiere más -dice.

No es una pregunta, sino una afirmación, y es completamente cierta. De este modo empieza a moverse contra mí más rápido y con un poco más de fuerza.

A penas acabamos de empezar y el placer me nubla la mente de tal manera que no soy consciente de que me ha llamado "mi chico" hasta que mi mente me devuelve su voz en un eco.

Seguimos así durante un buen rato. Levi me agarra fuerte de las caderas para poder entrar en mí aún más fuerte.

Yo sólo gimo de placer. Nunca imaginé nada así.

Rivaille, por otro lado, se contiene tanto como puede para no gemir demasiado, pero aún así se nota en su voz que está disfrutando bastante.

- Me vas a volver loco -dice, al cabo de un rato-. Eres tan estrecho... creo que voy a correrme pronto...

Es entonces cuando me doy cuenta de que tiene razón, porque siento su miembro en mi interior más húmedo, caliente y duro que antes. Empiezo a ser consciente de que quiero que dure al menos un poco más. Tengo que hacer algo.

- Levi -digo entonces, en un susurro.

Tras unas estocadas más, y haciendo un esfuerzo, él se detiene. Parece que sabe que quiero algo.

- ¿Pasa algo, Eren? -pregunta.

Yo asiento. No puedo verlo a él a no ser que gire mucho el cuello, pero sé que él sé que puede verme y que, de hecho, está pendiente de mí.

- Me gustaría que termináramos mirándonos a la cara -sé que me he sonrojado mucho al decir eso. Me da muchísima vergüenza.

Sin decir nada, él sale de mí y tira de mi brazo para darme la vuelta.

Quedo tirado bocarriba en su cama de una manera bastante cómica, pero pronto él se posiciona entre mis piernas y se acerca a mí para besarme con pasión.

Durante lo que dura nuestro beso nos rodeamos mútuamente con los brazos, fundiéndonos en un abrazo de fuego.

Al mismo tiempo nuestras erecciones también se rozan, porque Levi hace fuerza con las caderas sobre mí. Eso contribuye a nuestra excitación.

- ¿Estás listo para continuar? -pregunta, cuando nos separamos del beso.