Y sí, la cosa se pone rara cuando necesito paños helados con menos que roces en lugares específicos.
El resumen va como así; tengo 18, soy famoso, no-virgen y estoy estúpidamente orgulloso de la última parte (no en lo de ser famoso, eso me tomó esfuerzos, así que supongo que me lo merezco). Tengo dentro del grupo un pseudo-mejor amigo y… Ugh,
Bueno, mentí.
Ahora sí(, me siento preparado para ser sincero); soy virgen en el sentido de la palabra, digo, aun nadie me hace nada por ya-saben, pero al menos tengo experiencias sexuales (algo que no todos en el grupo pueden decir [¡toma eso Youngjae-ah!]), bueno, entonces sí, Moon Jongup es con quien he tenido estas experiencias, es extraño, me he preguntado un par de veces cuan horrible debería sentirme con respecto a ello, sin embargo cuando lo practico no puedo pensar en lo incorrecto es, simplemente lo hago y no importa y después tampoco importa y de verdad que hasta hace poco no importaba nada, porque él me tocaba, yo lo tocaba, con las mismas manos iba a abrazar a Himchan-hyung o Hyousung-noona y enserio no pasaba nada, porque yo hacía algo parecido, pero entonces algo cambió (y yo me he comenzado a odiar, porque tiendo a cambiar mucho cuando es Jongup el que se incluye en el cuadro).
Por la fecha van casi cuatro meses desde la primera vez que nos ¿tocamos? (es extraño asumirlo), y es simplemente eso, fuera de las habitaciones, o el baño o algún lugar bien oculto, seguimos siendo amigos, hacemos cosas extrañas y sus bromas son tan sin gracia como recuerdo antes de esto, sin embargo a veces (porque, contrario a lo que pensé, no nos convertimos en máquinas sexuales exactamente), entre cuatro paredes, mi mano encuentra un camino fácil hasta llegar a su centro y él halla el suyo hasta algún lugar sensible y siempre es justo donde yo quiero. De pronto es siempre el lugar preciso, sin importar si es mi espalda baja o las mejillas. Un día simplemente no importó que me tocara el pelo, tuve las mismas ganas estúpidas de lanzarme encima de él y… supongo que eso no está bien.
Aunque lo más complicado de todo esto no es la situación misma, sino que no le puedo decir a nadie, no del grupo, no de la compañía, no a mis amigos, no a mis padres, no a nadie y estoy a punto de explotar, asique termino por decírselo a la única personas con la que puedo hablar del tema.
—¿Jongup? —Él sonríe y yo me atraganto. Bien Junhong, muy bien —, ¿podemos hablar?
La pregunta se me enreda en la garganta, pero de alguna forma puede salir coherente por mi boca, las manos me sudan, pero es un sudor extraño y no creo haber estado tan nervioso desde hace meses.
No sé qué tan no-importante es para él que nos enrollemos cuando lo primero que me dice es que él no entendió muy bien la materia de último año asique va a ser difícil que me ayude. Y si ruedo los ojos es porque me es inevitable no hacerlo.
—Da igual eso, es sobre nosotros.
Un pequeño temblor aparece en su mejilla, pero lo controla rápidamente con una sonrisa confianzuda, de esas que ya me sé de memoria y que puedo reconocer con la luz apagada (lo he hecho). Es algo cómica la forma en que ambos sabemos qué hay que hacer, cuándo hacerlo, dónde hacerlo y cómo hacerlo, es cómico como lo único que nos falta a los dos es por qué. Nos disponemos a hablar justo después de subir a la terraza del estudio de grabaciones, nos acomodamos uno al lado del otro en el piso contra el concreto que hace de borde en el techo.
—¿Y?
—¿”Y”?
No respondo no por no saber qué decir, es que simplemente me toma de sorpresa que sea él el primero en hablar cuando esperaba en realidad rondar el tema hasta que nos quedasen un par de minutos para simplemente escupir toda mi verdad y después salir corriendo. No sé qué tan preparado estoy para todo esto y a veces soy impulsivo y…
—¿No te pasa que ahora es diferente? —Sus cejas se elevan un poco —, lo de ya-sabes.
—Sí.
Me debo recordar a mí mismo que Moon Jongup puede llegar a ser serio y frontal si la situación le empuja a serlo (y creo que yo soy un empuje difícil de ignorar).
—Sí, la verdad es que últimamente es diferente.
Asumo que él no quiere ser el primero en decir porqué es diferente, me repito hasta créemelo que quizá él también siente algo parecido a lo que me revuelve las neuronas a diario y no, me niego a pensar en que sea diferente para mal. No quiero ni siquiera pensarlo. No.
—Yo sé porque es diferente.
II.
Estoy sonriendo. Estoy sonriendo como el idiota que soy. No tengo motivos reales, no pudimos hablar más que menos de lo necesario, porque cuando creí que tenía el valor para decirle se me ocurrió que utilizar un par de segundos en respirar adecuadamente era bueno, aunque olvidé que en el mundo del espectáculo no hay tiempo para respirar. Antes de poder formar las palabras en mi cerebro de forma coherente para dejarlas fluir por la garganta el grito de manager Kang llegó hasta la puerta (y detesto a Jongup por ser un niño obediente y avisar al manager del lugar en que vamos a hablar). Y sin embargo noté como su sonrisa se hacía pequeña, más sincera, como si él también supiera a lo que me refería.
Estoy sonriendo.
—Junghong-ie, Jongupie.
Himchan está sonriendo también, pero supongo que eso tiene que ver con la comida que la empresa nos ha traído al departamento una vez volvemos a este, supongo también que es porque hoy terminamos relativamente temprano comparado a otros días, porque tiene un café cargado en una mano y una mascarilla para el rostro en la otra y Himchan-hyung está queriendo usar ese regalo desde hace semanas y parece que hoy por fin tiene tiempo.
Miro a Jongup que levanta los hombros e imita la forma que tiene Himchan-hyung para apresurarse al baño. Yongguk-hyung se quedó en el estudio y Youngjae con Daehyun están en una tienda cercana llamando a sus casas, lo que nos deja a los dos con libertad de expresión en el comedor.
Algo me dice que tanto él como yo sabemos que tendremos que tocar el tema de nosotros en algún momento cercano, pero no digo nada cuando entra a la cocina y se sienta en la mesa para comer la carne tibia, obedezco cuando me llama a su lado y no hago intentos de indagar más en nuestra relación en todo lo que dura nuestra comida, incluso en lo que nos quedamos en la mesa después para acompañar a Daehyun y Youngjae una vez llegan sonrientes porque las cosas en casa están bien y traen muchos saludos de toda la familia.
Sin embargo la noche llega de todas formas y, si bien mañana no hay grabaciones de videos musicales, hay práctica, porque siempre hay práctica, así que todos nos vamos a nuestras habitaciones tan pronto Yongguk-hyung llega con la gorra hacia atrás y las manos rascándose los ojos.
—Hablaremos ahora, ¿verdad?
Jongup se quita la playera, cosa que ya hace con naturalidad, después de todo he visto (y tocado y mordido y jadeado contra y… bueno, uhn) eso.
—¿Estás muy cansado? —Inquiero con algo de sueño fingido.
Me odio a mí mismo por no tomar la oportunidad cuando sé que soy yo el que quiere hablar del tema, pero no, algo no me deja. Si pudiera hacer que se olvidara lo haría y me conformaría con la sonrisa que me dio en el techo de los estudios. Es suficiente, enserio.
—¿Mañana?
El mañana llega entre besos en la coronilla y brazos fuertes apretándome en la cama de Jongup.
—¿Hoy? —Cuestiono con resolución.
—Hoy.
No me sorprende que se levante de la cama y salga de la habitación, por hoy ninguno de los dos se refiere a ahora.
Ahora es a la hora de la colación y receso de los ensayos de baile, con suerte tenemos uno hora para prepararnos para los ensayos de canto para el concierto y supongo que eso es suficiente, porque no tenemos que darle más rodeos de lo que ya hemos hecho.
—¿Cómo decías que era diferente?
Y juro que se lo diría si no fuera porque estoy de cara contra la pared y su cuerpo está sobre el mío, sin hacer presión, pero hace presencia y eso es suficiente.
—Jongup-ah, déjame pensar.
Su risa se cuela a mis oídos casi al mismo tiempo que se escapa de sus labios y culpo a la cercanía porque su aliento me pega en la coronilla y, no, aun no me puedo acostumbrar a esa sensación en el estómago cuando estamos demasiado cerca.
—No sabía que yo no te dejaba pensar.
—Eso lo hace diferente —Dejo escapar con tono de gracia, sin importar que sea cualquier cosa excepto un chiste.
III.
Se supone que no debería.
Y de todas formas, ¿cuándo me ha detenido eso?
No cuando hice audiciones a la edad que no debería, no cuando me salté clases que no debería, no cuando le dije a mis padres que todo estaba bien, no cuando golpeo a cualquiera de mis mayores, no cuando Jongup me beso por primera vez, no después. Así que simplemente esbozo una sonrisa demasiado falsa mientras le repito a Yongguk-hyung que de verdad estoy demasiado cansado para ver películas, además:
—Jongupie está en durmiendo ya. Así no lo molesto después.
Yonggukie-hyung se encoje de hombros y vuelve al sillón, de todas formas cuando no está Jongup nadie ve las películas enteras, supongo que ellos se irán a dormir al rato.
En la habitación Jongup tiene la luz apagada y está tapado hasta la nariz.
—No finjas.
El sonido de su risa incómoda inunda mi audición y sonrío también.
Él se destapa e incorpora, estira los brazos hacia el techo y creo que si llego después lo encuentro durmiendo de verdad.
Antes de sacar de mi mochila una botella de alcohol me acerco a su cama y le beso las mejillas.
Ya saben, eso de ser novios tiene sus licencia, ahora puedo susurrar te amo bajo su cuerpo, no tengo que buscar excusas para dar besos en otros lugares que no sea su boca, se debe hablar de todo (y no nos cuesta demasiado), debemos entendernos y querernos.
Suena tan bien.
—¿Me recordaría porqué es diferente? —Dice él mientras toma un vaso y lo bebe despacio.
—Porque creo que te amo —Respondo yo con el mismo temblor que lo dije la primera vez.
La celebración de nuestras primeras 20 horas como novio son con botellas de alcohol y la chapa con seguro, simplemente porque se me ocurrió que sería buena idea celebrar este primer día como el primerísimo día que Moon Jongup tuvo el coraje de pegarme contra una pared.