Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AUNQUE NO NOS PODAMOS VER OTRA VEZ, ESTE NO SERÁ EL FINAL... por cecyhb

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bien, decidí cambiar este fic porque no sé, a pesar de gustarme mucho otras parejas, el JongKey es mi vida, así que lo vuelvo a subir con esta OTP hermosa <3

Mmm... Ando corta de ideas para notas largas, XD, esque mi cerebro se pulveriza con el ATP y la hidrólisis y el ciclo de Krebs. ¿Alguien me ayuda? El último aún no lo entiendo bien, ok ok, a nadie le importa :c

Necesito amor, así que déjenme amor... Ehhh... Pues este fic (como todos) tiene mi firma, drama, dolor, muertes, lágrimas y depresión por todos lados, lo siento ;;

LEAN NOTAS FINALES...

 

Vuelve al Cielo, a ese del cual fuiste expulsado injustamente, vuelve al cielo mi amor, solo espero que desde ese lugar pueda llegar a ti mi voz, quiero que sonrías, sonríe para mí.

 

 

Las cortinas blancas que decoran la larga sala fría se mecen al compás de la brisa, que juguetonamente entra por la ventana empeñada, el calor que se suponía debía producir la chimenea en el centro de esta no era suficiente para lograr que su corazón perdiera ese frio que siente  en este momento. El Pueblo blanco y frio se encuentra en completo silencio haciendo que todo a su alrededor poco a poco se pierda el brillo, ese brillo que tanto amaba tener.

Las lágrimas mojan la hoja blanca, aun sin ningún trazo sobre ella, que tiene enfrente suyo,  sus manos temblaban incapaces de controlarse, a pesar de que intenta que su corazón deje de latir tan dolorosamente le es imposible, quiere tener de nuevo esa felicidad que le había sido arrebatada sin remordimiento alguno. Nunca había hecho nada malo, el amor de su vida era el hombre perfecto, entonces, ¿Por qué?... Por una simple ley, algo que obligaba a todos a ir a ese dichoso ‘’Servicio Militar’’… Maldecía con toda su alma el momento en que esa hoja había aparecido ante sus ojos gatunos, la maldita orden…

En cierta parte agradecía a esa enfermedad, ya que por ella no había sido obligado a ir, pero por otra la odiaba, porque de no haber sido por ella aún estaría con él, aún podría tomar su mano como tantas veces lo había hecho, era una costumbre que tenía, debía tomar la mano del mayor para poder permanecer en paz, su corazón lo necesitaba.

Recordaba claramente la última vez que se habían visto, ¿Cómo olvidarlo?, quería llorar al verlo, pero debía ser fuerte por él, por ambos. Esa sonrisa apagada, esos ojos que estaban llenos de tristeza y melancolía, su rostro intentando ocultar la vergüenza de su nuevo corte de cabello, para él, como fuera, su novio  se vería perfecto, nada podía opacar esa belleza inmensa. Una leve risa se escapa de sus labios, haciendo que el ambiente se aligerara un poco, pero no lo suficiente.

Como si de una canción triste se tratara, esa era la carta que estaba escribiendo, no quería dañar al moreno, era lo último que deseaba, pero había llegado el momento de hacerlo, era el momento de decirle adiós, de permanecer como un recuerdo, un triste recuerdo.

¿Cuántas cartas había enviado ya? Le era imposible recordarlo, cada día, cada noche le escribí y se la enviaba por montón, al principio creyó que eso aburriría al mayor, pero grande fue su sorpresa al recibir cada día, una respuesta. La pregunta de siempre, esa que aún se mantenía sin responder. ‘’ ¿Cómo está tu salud? ’’ . Suspira pesadamente, era obvio que debía responder a esa pregunta, pero no quería que el menor  se preocupara más por él, bastante había tenido en los años que habían estado juntos.

Se levanta y se sirve una taza de café, a paso lento pues sus fuerzas no son las mismas que antes, su vista ahora es más borrosa, es difícil tomar la taza y poder sostenerla, ríe melancólicamente. ‘’Increíble que hasta para esto sea tan inútil’’. Un café bien cargado, como le gustaba, le daría las fuerzas para al fin escribir lo que debía, era hora de decir la verdad, hora de dejar de ocultar las cosas. ¿Tenía miedo? Claro que sí, pero debía ser valiente, de nuevo debía serlo.

La taza humeante, el aroma inunda sus fosas nasales y también todo a su alrededor, prueba de ella y cierra los ojos dejando que ese sabor esquicito lo envuelva por completo, siempre había considerado su vida, perfecta, tenía una familia cariñosa, un novio hermoso, el trabajo que siempre había soñado, sin embargo en ocasiones lo que quieres no es lo que te hace feliz, es lo que necesitas, eso que muchas veces no pides, eso es lo que te hace feliz. Ve a su alrededor, increíble que esa fuera su casa, esa que tiempo atrás estaba tan llena de vida, de color, ahora es tan lúgubre, tan falto de vida. De nuevo sonríe melancólicamente, intentando no llorar, nunca le ha gustado ser débil, nunca.

Al parecer el calentamiento global ya había hecho estragos, están por finalizar el mes de Abril y pareciera que era el peor invierno del mundo, ríe de nuevo y decide dejar de dar tantos rodeos, debe escribir, sin embargo algo lo detiene. ¿Por qué no? Después de todo, hacía mucho tiempo que no lo hacía, decide hacerlo. A paso lento sube las escaleras, entra a su habitación y sus ojos se iluminan una vez más al ver su preciado tesoro, lo saca de esa caja vieja y llena de polvo. ¿Hace cuánto tiempo? No lo recordaba, desde su partida no había tenido ánimos para hacerlo.

Ambos siempre habían estado fascinados por las artes, al mayor siempre le había gustado escribir, tanto poesía como hermosas letras para canciones que nunca habían sido descubiertas al público, mientras que él, él amaba la fotografía, detener el tiempo con un solo clic, poder guardar por siglos esos recuerdos que nunca debían ser olvidados. Baja de nuevo pero en lugar de ir a la sala se dirige a una habitación a un costado de las escaleras, su rincón, su escondite.

Al abrir la puerta recuerda por qué había dejado de entrar a ese lugar, las fotografías, esos ojos de cachorro lo ven sonrientes, tantos recuerdos guardados en ese lugar, tantos momentos felices. Las tardes en las que el rubio le recitaba su poesía, o tocaba el piano para él. Esas eran las tardes que no quería olvidar, por eso no había perdido ni una oportunidad, cada una de esas tardes estaban detenidas en cada una de esas fotografías, las cuales decoraban el lugar. Se acerca a una y con sus dedos acaricia esa sonrisa, su sonrisa, esa que tanto bien le hacía, sonríe tristemente. Pensar que no la volvería a ver creaba un enorme vacío en él. Una tras otra le trae recuerdos, una tras otra.

 

 

‘’No debes fotografiarme al despertar, sabes que no me veo nada bien, esas fotografías no le harán bien a mi carrera’’ Ríe al ver los pucheros del mayor, no siempre tiene el privilegio de verlo así. Esa mañana tan solo al abrir los ojos pudo darse cuenta que sería perfecto fotografiarlo de esa manera, tal y como es, al despertar, con su hermosa sonrisa, con su perfección.

‘’No digas tonterías, es imposible que te veas mal, eres perfecto. En cada una de ellas guardo lo hermoso de ti, lo hermoso de nuestro amor’’ Siente como el mayor lo abraza a él, sonríe porque es feliz, sonríe porque es mejor que llorar, no quiere llorar aunque sea de felicidad. No quiere. Sus labios se unen en un suave beso de buenos días.

 

 

Ríe al ver la siguiente fotografía, se acerca y acaricia su hermoso rostro, sus ojos grandes y llenos de ese brillo que lo contagiaba de alegría, siempre había sido serio con las demás personas pero con él era diferente, con él las sonrisas se escapaban, con él era feliz. Lo había fotografiado mientras tocaba el piano, mientras se perdía en su mundo.

 

 

‘’No hay nada que me guste más que tu sonrisa, sobre todo porque siempre es para mí, solo para mí’’ Al sentir el abrazo del mayor no puede evitar sentir esa corriente eléctrica que siempre recorría su cuerpo al sentir el contacto en el otro, sonríe para él, solo para él.

‘’No te aproveches mucho de que te tenga tan consentido, he, es cierto que solo sonrió para ti, y sé que solo tú  puedes valorar eso’’ De nuevo lo besa y el no duda en corresponder, la tensión se siente en el aire, el mayor hace que enrede sus piernas en sus cintura mientras lo sube en el piano, entre besos y caricias la ropa ya es estorbo, cada roce, cada segundo, lo siente dentro de él y gime sin poder evitarlo, lo siente venirse dentro de él y araña su espalda, lo ama, lo ama más que nada en este mundo.

 

 

Su rostro está rojo al recordar ese momento, ¿Cómo olvidar que el piano era el acompañante de sus gemidos? Trata de no llorar al recordarlo, sigue caminando hasta toparse con otra fotografía. En ese momento es imposible no llorar, ¿Cómo no llorar? Ese recuerdo, ese momento detenido en el tiempo, esa sonrisa, esa mirada triste. Fue un logro haber conseguido que el mayor aceptase a ser su modelo, pero con mucho esfuerzo y chantaje lo había logrado. Ríe mientras llora, cree volverse loco, besa esos labios abultados, esos que siempre ha amado, aun cuando es solo una fotografía, le transmite un sentimiento desconocido, lo ama, es lo que más ama en ese mundo.

 

 

‘’En cuanto entre no podremos hablar como antes, no podré tomar tu mano como siempre me ha gustado, eso es lo que más odio, lo que más me duele es estar lejos de ti’’ Toma la mano del pelirubio para darle ánimos, le sonríe aunque en el fondo él también sufre por su pronta separación, intenta comportarse como el fuerte, como un adulto y protegerlo del dolor, aunque nunca lo había hecho, aunque siempre se comportaba como un niño.

‘’Tomaré tu mano a pesar de la distancia, estaré contigo, en nuestros sueños nos encontraremos, ya verás cómo nada cambiará entre nosotros, además, te escribiré cada día, no importando la fecha, tu recibirás mi carta día con día’’ Ha aprendido que estar lejos de sus labios es una locura, se ha dado cuenta de que son su adicción, los besa de nuevo como intentando no olvidar ese delicioso sabor, nunca. De nuevo se unen, de nuevo el menor lo hace suyo como a él le gusta, de nuevo le dice que lo ama en medio de gemidos, ahora en medio de lágrimas.

‘’Te amo más que nada, eres mi ángel, no quiero ser envidioso pero ojalá nunca regreses a tu cielo, nunca’’

 

 

El sonido del flash resuena en toda la casa, las lágrimas mojan su rostro  mientras una sonrisa triste aparece en él, intenta mantenerse fuerte, aún hay algo que debe hacer, algo muy importante. Sigue tomando las fotografías que detienen el tiempo, se siente maravillado, perdido en ese mundo que siempre le gustó crear, captar la belleza, esa que todos merecen ver. Para él la fotografía era más que un simple capricho como muchos habían dicho era parte de su vida, una de las cosas que más lo llenaban de felicidad, siempre creyó que era lo único que lo lograría, pero entonces llegó él con esa sonrisa de chico bobo, con esos ojos de cachorro que lo observaban todo el tiempo logrando destruir todas la barreras que había construido a su alrededor.

Decide que es tiempo. No puede seguir evadiéndolo, debe hacer pronto, porque a pesar de todo, él lo sabe, no tiene mucho tiempo.

 

 

 

 

Querido:

De nuevo yo, sabes que no podía dejar de escribir a pesar de cómo están las cosas, sé que pueda que no tengas tiempo para leer esta tonta carta, solo espero que el cielo escuche mi plegaría y no sea demasiado tarde cuando la leas.

Siempre hemos hablado de tonterías, rio al recordar nuestras pláticas sin sentido, ¿Cómo no hacerlo? Tus chistes malos, tus sonrisas que lograban contagiarme a mí, siempre fuiste esa luz en mi vida, la única persona a la que soportaba luego de un largo día de trabajo, al único que quería abrazar y besar hasta que mis labios quedaran hinchados de tanto. Te amo. Siempre fuiste lo más importante en mi vida, siempre lo serás.

Aún recuerdo la primera vez que te vi, me decía a mí mismo que necesitaba salir de ese lugar, necesitaba escapar, nunca nadie había logrado mover mi interior como tú lo habías hecho, eso me daba miedo. Pero, mis pies no se movían, esta estático sin entender la situación en la que me encontraba. Me preguntaba una y otra vez ¿Quién es ese? ¿Qué es ese sentimiento? Me sentía un tonto, incapaz de comprender lo que estaba pasando conmigo. Quería huir, me decía, ‘’Debes salir de aquí’’, pero quería escuchar un poco más, solo un poco más. Intenté huir y como pude empecé a caminar impacientemente, de pronto algo me detuvo, no me podía mover, una persona parada frente a mí, tu, y no podía explicar mis sentimientos, tenía la sensación de haberte visto antes, yo realmente quería preguntarte quien eras, quería saber más de ti y no sentirme un tonto. Todo fue peor cuando vi tu sonrisa, no pienses mal, no es que esté diciendo que no agradezca nuestro encuentro, en ese entonces yo estaba lleno de miedos, miedos tontos. Solo Dios sabe lo que sentí la primera vez que hablaste conmigo, la primera vez que tus hermosos ojos me vieron, tu sonrisa, todo de ti hizo que mi cuerpo se congelara y no pudiera hablar, me siento un tonto, un tonto enamorado.

Ahora las cosas han cambiado, pero mi amor por ti jamás lo hará, tanta veces evadí tu pregunta, en cada carta siempre me preguntabas por mi salud y yo en cada una de las respuestas no mencionaba nada acerca del tema. ¿Sabes por qué? Porque no quería llenar tus días de tristeza, cariño, tú eres lo más importante que tengo, por lo que tanto había soñado, por eso he intentado por todos los medios no herirte, pero creo que te hiero más al ocultártelo. No estoy bien, nunca lo estuve, pero las medicinas me ayudaban a ocultarlo, me ayudaban a ocultar mi dolor. El tiempo se acaba, tal vez dos o tres días más. No quería irme sin decírtelo, porque no quiero que sigas enviando cartas, esta es la última, por favor no la contestes, ya no tendría caso.

Te amo, te amo más que nada, perdóname, perdón por querer cargar con esto yo solo, perdón. Quisiera retroceder en el tiempo, a esas tardes en que me leías tu poesía ¿Lo recuerdas? Mientras la luz tenue entraba por las ventanas, mientras la brisa fría se colaba meciendo las cortinas blancas y tu hermosa voz recitando cada una de esas bellas letras, el café dulce para ti y amargo para mí, recuerdo cada detalle, recuerdo como lloraba de felicidad al terminar de escucharte, como más de alguna vez sin tu permiso te tomaba fotografías, nunca lo supiste porque siempre fui precavido, pero te dejo la llave de mi habitación secreta, quería terminarla para mostrártela, lo haría el día en que regresaras pero yo ya no tengo tiempo. En cuanto regreses, si es que quieres, puedes venir a verlo. La llave estará en el buró, solo si quieres.

Me despido de ti, pero quiero que nunca dudes de que has sido y siempre serás la persona a la que más he amado en este mundo, amé cada parte de ti, amé cada cosa que me dejaste, cada recuerdo, por eso quise detener el tiempo en cada una de esas fotografías tuyas, quería congelar esos recuerdos. Te amo.

Amor, debo irme, no quiero que llores, no quiero hacerte mal, por favor perdóname. Perdón por no ser más fuerte y poder esperar a que vuelvas, perdón. Siempre serás esa luz, siempre. Sé que dijiste que no querías que regresara a mi cielo, rio porque nunca fui un ángel, pero ahora quiero hacerlo, perdona por no cumplir con tu único deseo.

Siempre permanecerás conmigo, en el fondo de mi corazón, desde donde quiera que esté ten por seguro que sonreiré al escuchar tu voz, ten por seguro que te amaré.

El que siempre sonreirá por ti.

Key.

 

 

 

 

 

 

 

Carta de un Soldado:

Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que estuve a tu lado, que tuve la dicha de probar el delicioso sabor de tus labios, ha pasado tanto tiempo desde que tu carta llegó a mis manos, dijiste que no contestara, pero no pude evitarlo, aunque sé que nunca la leerás necesitaba escribir esto para ti.

Perdóname, perdón por todas esas noches en que maldije tu nombre, la frustración y la tristeza pudo más que yo, la necesidad de ocultar mi dolor con otra cosa fue más fuerte y terminé cometiendo el mayor de los pecados. ¿Cómo pude maldecir el momento en que mis ojos te vieron? ¿Cómo pude maldecir a mi ángel? Perdóname.

Aún recuerdo el día que tuve que partir de tu lado, las lágrimas de mis padres, las sonrisas tristes de mis amigos, pero entre todos estabas tú, con una sonrisa hermosa, no era que estuvieras feliz porque me iba, no, era porque te lo había pedido, sonríe siempre para mí. Perdona por haberte obligado a fingir felicidad ese día, ahora me siento culpable, perdóname. Aún recuerdo la vergüenza que sentía por mi nuevo corte de cabello, pero tú me animabas y me decías que no importaba, yo siempre me vería perfecto, gracias amor, gracias por todo. El día en que me fui de casa subí al tren y fui a la base de entrenamiento, cuando me incliné hacia mis padres y hacia a ti, la tristeza permanecía en mi corazón, todo era tan nuevo para mí, era un nuevo comienza, en donde dejaba atrás mi juventud. Les dije a todos que me escribieran, tan solo una vez, eso bastaría para saber que no era olvidado. Nunca olvidaré cuando tu primera carta llegó a mis manos, no olvidaré todo lo que en ellas decía, las guardo con tal recelo que tendrían que matarme antes de alejarme de ellas.

Nunca te lo conté porque quería parecer fuerte frente a ti, no te conté lo que me dolió, el miedo que sentía a estar lejos de las personas que quería, cuando el horario del tren se acercaba mis manos temblaban, cuando el silbato del tren sonó anunciando la partida, cuando te abracé intentando no olvidar tu olor, fue entonces cuando pequeñas lágrimas escaparon de mis ojos, era un nuevo comienzo y no podría hacerlo a tu lado. Mi cabello corto, al principio era divertido, las bromas de los chicos, incluso las tuyas, pero cuando me vi en el espejo hasta mi corazón se endureció y lloré, a pesar de que muchas veces me dijiste que no importaba, que me veía perfecto, a pesar de eso dolía. Me preguntaba en ese momento si podría ver mi pueblo mientras el tren subía la colina. Cuando la trompeta sonaba nuevamente en el cielo nocturno sabía que tu carta llegaría, sabía que estaba esperando por ser abierta y leída, siempre doblada cuidadosamente.

Luego de haber recibido tu carta quería salir de aquí, correr a tus brazos, evitar que volvieras al cielo, pero mi suerte no era buena, la guerra explotó justo el día después, me fue imposible salir. Ya han pasado 3 meses, tal parece que todo se ha calmado y tal vez en menos de un mes podamos regresar a casa, no sé, no sé en realidad que haré con mi vida el día que salga, sin ti no sé. En ocasiones la loca idea de acabar con todo de una vez se cruza por mi mente, y luego me digo que estoy cometiendo un error, esa es la verdad. Tú me enseñaste a valorar la vida,  y por ti, por tu recuerdo, no cometeré ninguna locura, no lo haré. 

Cada una de las sonrisas que me diste, las guardo en lo profundo de mi corazón, cada beso, cada caricia, cada te amo. Te extraño, te extraño mucho, Bummie, más de lo que alguna vez imaginé, sin embargo no hay nada que pueda hacer ¿Cierto? No sé dónde estarás ahora, no sé nada de ti y eso me duele, quisiera tan solo tener un segundo más a tu lado, tan solo un minuto.

Te amo y en el momento en el que logre regresar iré a ver ese regalo tan especial, regresaré y podré ver por lo que tantas noches pasaste en vela, te amo y eso nada lo cambiará.

Solo deseo que mi voz llegue hasta el cielo y puedas escuchar lo que te digo, solo espero que desde ahí me sonrías.

El que siempre te hacía sonreír.

 

Jonghyun.

 

 

 

 

 

 

El rechinar de la puerta pareciera despertar todo en el interior de la habitación, el piso parece cantar al volver a sentir un peso sobre él, había pasado más tiempo del que había creído, casi un año, sonríe tristemente, de pronto al encender la luz cae de rodillas sin poder evitar que el llanto lo consuma. Dios, ¿Cómo se iba a imaginar que sería tan hermoso? A pesar del polvo que empeña las fotografías, una por una guarda un momento especial, ríe avergonzado al verse en casi todas, menos en una, en la fotografía del centro se puede apreciar un bello recuadro, puedo observar esos ojos gatunos que le sonríen, alegres, como si supieran de su regreso. Camina lentamente hasta tocarla, una fuerte corriente recorre cada célula de su cuerpo y sonríe de nuevo. Una a una, cada fotografía le trae recuerdos hermosos, recuerdos detenidos en el tiempo gracias al menor. ¿Cómo olvidar cuánto lo amó? Aún lo ama, lo ama como nunca amaría a nadie.

Empieza a recitar esa canción que escribió para él, para su amado Key, para su Diva, con las lágrimas en los ojos pregunta al viento algo que sabe ya es un hecho.

 

 

 

¿Todavía estas en ese pueblo blanco y frío? Mi canción nunca te alcanzará, quisiera que pudiera alcanzarte hasta allá. La nieve cae de noche entre los callejones, recuerdos como una película en blanco y negro siguen en esta calle, en donde tantas veces caminamos tomados de las manos, como el humo de mi boca se desvanece hacia el cielo, yo camino por esta calle que solía usar para llevarte a casa.

Sé que lo prometí pero duele demasiado, no me odies por favor, con el tiempo yo te borro de mis pensamientos, mi corazón no te ha alcanzado. Todavía tengo sueños que teníamos juntos, ¿Recuerdas? Esos se construimos con tanta ilusión, aunque aún no nos podamos ver otra vez, este no será el final.

Vuelve al Cielo, a ese del cual fuiste expulsado injustamente, vuelve al cielo mi amor, solo espero que desde ese lugar pueda llegar a ti mi voz, quiero que sonrías, sonríe para mí.

 

 

 

Una tonta ley los separó, una tonta ley no les permitió estar juntos hasta el final, no les permitió estar tomados de la mano como siempre habían prometido. El servicio Militar.

 

Notas finales:

Pues desde hace tiempo tenía ganas de escribir algo así de corta venas, así que espero les gustara y me dejen review :3

Demen amor, que de eso vivo ;;

Lo necesito tanto.

Mmm... ¿Leen mi fic? Lo actualizo casi cada mes, pero si me dejan reviews prometo actualizar más rápido.

Oh, y lean mi otro shot JK de angustia, les dejo los link abajo.

Viva el JongKey!

/o/

Fic largo y con dolor everywere... e.e

NUESTRA AFLICCIÓN...

Shot romanticón con final a su imaginación e.e

UN COMETA ILUMINANDO EL CIELO...

Gracias por leer.

Saludos ^.^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).