Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi otra mitad por NEY OTAKU

[Reviews - 360]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaa!!! Pirmero que todo quisiera darles las gracias a las personas que me madaron sus comentarios, en serio, ustedes son lo mejor, por eso y ya que termine el capítulo, pues decidí traerles el no 2.

Bueno Lean y gracias.

Capítulo 2: Choi & Lee.

Taemin.

—Así que el joven Choi… es un gusto muchacho.

Escucho la voz de mi padre, entre abro los ojos y lo primero que veo es a mi hermano envolviéndome en una toalla, me carga y nos dirigimos al baño de mi habitación, antes de desaparecer por la puerta trato de enfocar la mirada hacia el chico que me ha traído a casa pero el cansancio me hace esa tarea muy difícil, sin embargo logro distinguir su rostro, su expresión no es precisamente de felicidad.

Quiero escuchar más pero mi hermano cierra la puerta con un puntapié y todo sonido del exterior se corta. Me deja en la bañera con una toalla en la cabeza, sus manos empiezan a desvestirme por debajo de la cintura, en otra ocasión le hubiera dicho que no lo haga, sabe que no me gusta que toquen en esos lugares, aun siendo el mi hyung. Pero me sentía tan débil que ni ganas de alzar la voz tenía.

—Solo enfermo me dejas tocarte hermanito, no sé si es bueno o malo.

—Tengo frio.

—No te preocupes te pondré ropa seca —retira mi ropa interior, y finalmente quedo desnudo —. Buscaré ropa limpia ahora regreso.

Se levanta y sale casi corriendo, cuando abre la puerta escucho la voz de papá y del tipo de ojos grandes, hablan y hablan pero no entiendo nada. Joon se tarda y yo me desespero, miro de reojo y noto que dejo la puerta entre abierta, hago uso de la poca fuerza de mis brazos y me levanto despacio envolviéndome en la toalla como si fuera mi cobertor, cuando mis pies tocan el piso siento una oleada de escalofríos atacarme, apoyándome en la pared es que llego a la puerta, ya no veo a mi padre, solo la espalda del ojón.

Doy un paso fuera, mis piernas tiemblan —. Joon —llamo a mi hermano pero no llega en mi auxilio, siento que caigo, pero unos fuertes brazos me atrapan, mi cabeza se sacude y me provoca dolores terribles.

— ¿Estas bien?

— ¿Dónde está mi hermano? —la toalla se resbala y deja mis hombros descubiertos, mis piernas se descubren hasta mis muslos, una corriente de aire sopla hacia mí, me quejo y me aferro al cuerpo que me sostiene, esta frio y mojado, recuerdo que también ha caminado bajo la lluvia para llevarme a casa, pero no me importa,  dejo mi cabeza descansar en ese hombro firme, jadeo, aprietan mi cintura y lo agradezco, si no lo hace siento que me voy a desmoronar.

—Taemin no creo que sea buena idea estar así, alguien podría venir y mal interpretar las cosas.

Frunzo el ceño, ¿Cómo sabía mi nombre? No le digo nada, solo me engancho más a él, hago memoria, escuche que papá lo llamo Minho, supongo que ese es su nombre.

— ¿Quieres recostarte? —me pregunta, yo asiento. Me alza y camina con cuidado hasta dejarme sobre la cama. Mi cabello mojado me hace cosquillas.

Sus manos abandonan mi cintura, lo miro y me parece que esta sonrojado, no comprendo porque, rápidamente toma la sábana y me cubre con ella, me giro para estar boca abajo, estirando la pierna la dejo salir hasta la orilla de la cama, lo vuelvo a mirar.

— ¿Qué tanto me vez? —pregunto molesto.

—Nada, ah…debo irme,  descansa.

—Minho —lo llamo antes de que salga de la habitación, él se detiene y voltea hacia mí —. Gracias —le digo y  cierro los ojos para enterrar la cara en la almohada.

Escuche un “de nada” y luego la puerta cerrarse. No comprendía el comportamiento de ese chico, se sonrojaba por todo, y temblaba cuando me tenía abrazado. Bueno da igual, no creo que vuelva a verlo, más si mi padre decide encerrarme por desobedecerlo de nuevo.

No puedo evitarlo, me aburro en casa, prefiero estar en la calle tocando o estar con mis amigos, nunca me ha gustado el encierro, papá se molesta porque dice que solo hago cosas innecesarias, que el que toque el violín en la calle es solo un acto rebelde en su contra, bueno eso no solo contradigo, pero además lo hago porque me encanta y es divertido, dice que necesito sentar cabeza y bla, bla…río ante la situación, quieren que aparente algo que no soy, que vaya en contra de lo que quiero, él siempre dice que debo actuar de acuerdo a mi posición, ¿Cuál posición? Cualquiera que me vea diría que no tengo facha de tener dinero, bueno no soy un millonario, papá hizo una pequeña fortuna con su compañía, la suficiente para ayudar a su familia.

La puerta se abre interrumpiendo mis pensamientos.

—Taemin —es la voz de mi hermano —. ¿Cómo llegaste ahí?

—Minho…—digo con pesar, pasan varios segundos antes de que vuelva hablar.

—Papá está enojado, le dije que esperara hasta mañana para que hable contigo.

—M…—es todo lo que sale de mi boca, sé que mañana recibiré el sermón de siempre, pero ahora solo quiere dormir.

—No debes seguir mis pasos Taemin, estar en una pandilla no es tan cool como se cree, estando en la calle las reglas cambian, tus amigos son tu familia pero también pueden traicionarte, quedas unidos a ellos con sangre para bien o para mal. Me ha costado separarme de la “mala hierba”, no quiero que te metas en problemas por ello. Termina la escuela y has de ti un hombre  de bien. No como yo, fingiendo ser un  chico lindo y bien portado a los ojos de otros solo para tapar mi naturaleza. No estoy orgulloso de las cosas que he hecho, pero todo ha sido para protegértelos.

No entendía muy bien a lo que se refería con “protegerlos” mi hyung ha sido parte de una pandilla desde hace más de seis años, mis padres han batallado mucho para que se corrija, si no es hasta que casi me secuestran cuando tenía 12 es que decidió parar.

A pesar de todo no lo odio, lo admiro, yo sé cosas que le oculta a mis padres, por eso me gusta protegerlo, así como él lo hace conmigo.

—Esta noche me has sorprendido hermanito —escucho sus risas —. Mira que quien te trajo a casa no es más que Choi Minho, el hijo del amigo y rival de papá, el pobre chico estaba sorprendido cuando le dije que eras mi hermano, más cuando nuestro padre apareció en la habitación.

Me destapa a pesar de mis quejas, me retira la toalla y es cuidadoso en ponerme la pijama, cuando termina me envuelve como un gusano.

—Ahora vuelvo, te traeré una pastilla para que se te baje la fiebre luego duerme todo lo que quieras.

Me remuevo para extender mis brazos en  lo ancho de la cama,  pienso en lo que me ha dicho y lo que  no entendía era la importancia de que haya conocido a Minho, si es el hijo de un amigo de papá, qué más da, solo es una persona.

~

—No lo volveré a hacer.

—No soy tonto Lee Taemin, por eso he decidido confiscarte tu violín.

— ¡Papá! —lloriqueo, sé que es un acto infantil de mi parte pero no pude reaccionar de otra forma. Veo a mi padre hacerle una señal  a la chica de servicio, ella se acerca y le susurra cosas que no escucho, luego se va.

Lo miro terminar su desayuno tan tranquilo mientras yo solo estaba ahí parado como tonto, esperanzado a que cambien de opinión, miro suplicante a mi hermano mayor, sentado al costado derecho, no ha dicho palabra alguna y eso me preocupa, en estas situaciones es dónde siempre hace algo para defenderme.

La chica regresa con mi estuche.

—Papá…—suplico.

—Me quedare con esto un rato, mientras a prendes a obedecerme en todo lo que te pida.

—Pero.

— ¡Basta! —Me ordena con el ceño fruncido y la voz ronca—. Esta es la última vez que te pido que no vuelvas a salir a las calles a hacer tus números  de circo, dedícate  la escuela y se acabó.

—Vámonos Taemin o llegaremos tarde —me dice mi hermano al ponerse de pie —. Deja los berrinches para otro momento.

—Hyung.

—Nos vemos luego papá.

Se despide y cuando pasa a mi lado me toma de la mano para llevarme con él hasta el garaje y abordar su auto.

En el camino a la universidad me aconseja que sea paciente, que últimamente nuestro padre ha estado muy estresado, dice que ha querido platicar con él para saber lo que ocurre pero siempre termina diciendo que está bien y dar por terminada la conversación. También dijo que haría lo posible por hacer que me devuelva mi violín porque sabe que me encanta tocar ese instrumento, igual y podría estar en el piano de la casa pero ese no lo puedo llevar dónde  yo quiera.

Cuando llegamos al estacionamiento nos quedamos un momento en el auto, está mirando a un punto fijo, busco lo que mira, un chico de cabello castaño ondulado que está platicando con un tipo ligeramente más bajo que él.

— ¿Quién es él? —le pregunto. Se baja del auto y yo le imito.

—Un conocido —responde desanimado —. ¿A qué hora sales hoy de clases?

—A las 3.

—Ok, te esperare entonces. Mis clases terminan a las 2, una hora que espere no será mucho.

—No tendríamos este problema si me enseñaras a conducir.

—Lo haré, lo prometo.

—Eso me dices desde el verano.

—No te desesperes, ya vendrá el momento.

— ¿Cuándo? ¡Me saldrán canas esperando tus lecciones!

—No seas dramático.

—Enséñame entonces —avanzamos hacia el primer  edificio —. Así puedo dejar de molestarte en estarme llevando y trayendo donde sea.

—No seas desesperado.

Nos detenemos en la primera puerta, este edificio es de los de segundo año de Administración, ¡oh sí papá quiere que sea un excelente administrador!,  mi hermano es de último año de Derecho —un ex pandillero queriendo ser abogado, es demasiado loco, pero a Joon le ha quedado bien querer defender a la gente—, claro que ya estuviera graduado, pero perdió dos años mientras hacía locuras por doquier, así que su salón queda hacia el otro extremo.

—Ya llegará el día, por ahora procura no meterte en problemas —finalizó.

Me da un beso en la coronilla y se aleja. Joon actuaba extraño al igual que papá y me sentía enojado porque ninguno de los dos me decía lo que les pasaba, tengo 19 no soy un niño que no pueda comprender lo que pasa a mi alrededor, además somos familia, se supone que debe habar confianza entre nosotros.

Antes de irme noto que aquel chico que mi hermano tanto miraba va en mi dirección, cuando pasa junto a mí cruzamos miradas y ambos sonreímos, tenía bonita sonrisa, me da curiosidad si se conocen.

—Disculpa…—me callo al ver al mismo chico de ayer aparecer junto a él, parece que son amigos. Observo atento a la escena un momento, hasta que el tipo alto de ojos grandes  y yo nos encontramos con la mirada.

Algo extraño sucedió, en cuanto me vio sus mejillas se coloraron, desvió la mirada hacia otro lado, “chico raro” pensé. No sabía que estudiara en la misma universidad no lo había visto jamás. El de cabello castaño ondulado se va, dejándome con la duda de saber quién era. El alto es quien viene hacia mí.

—Nos volvemos a encontrar —dice mostrando sus dientes blancos.

—Eso parece.

— ¿Cómo te sientes?

—Mejor gracias. Y también por haberme ayudado a entrar a casa, debí darte un susto terrible.

—Algo así.

—Bueno te dejo, tengo clases —doy media vuelta dispuesto a irme.

—Taemin —me detengo, giro el cuerpo para verlo.

— ¿Cómo sabes mi nombre?

—Joon me lo dijo, y no sabía que él fuera tu hermano.

— ¿Conoces a mi hermano? —la chispa de la curiosidad se encendió en mí, sonrió ampliamente, no conocía a todos sus amigos, siempre decía que no era necesario y que solo me aburriría con ellos.

—Bueno sí, un poco.

Mi profesor de Ciencias Sociales pasa a mi lado, eso quiere decir que la clase comenzarán, no quería irme, me han dado ganas de quedarme a charlar con él.

— Te llamas Minho, ¿cierto?

—Si así es.

—Escuche a mi hermano llamarte así —le anticipo —. Podríamos vernos en la tarde, quisiera charlar contigo un momento.

— ¿Charlar?

—Te veo en el estacionamiento, a las 3, sé puntual —y dicho esto salgo corriendo.

Estaba muy feliz, al fin he encontrado a alguien que me diga como es mi hyung cuando estaba en su pandilla, recuerdo que una vez llego un amigo suyo a casa, pero me ordeno quedarme en mi habitación, por más que le rogué no quiso que lo conociera.

Lo único que me queda claro es que esconde muchos secretos, y no tiene la confianza para decírmelas, y lo que sé de él lo he averiguado por mí mismo, confió en que me las dirá algún día pero ¡me desespera la espera!

—Buenos días —le digo al profesor al entrar al aula, no parecía molesto por mi tardanza, así tome eso como una señal para ir hacia mi lugar con tranquilidad.

Uno de  mis amigas  me saluda agitando la mano cuando me siento.

—Hola NaEun.

—Taemin te vi platicando con un chico antes de entrar al salón.

—Ah sí, es un  amigo de mi hermano.

— ¿Enserio? ¡Wow! ya decía yo, es muy guapo, tu hermano si sabe escoger sus amistades.

—Si claro, claro.

—Lo digo en serio, esta como decirlo “descomunal”.

—No seas exagerada.

—Hay Tae lo dices como si no fuera cierto —me dice con mala cara—. ¿Dónde lo conociste?

El profesor se levanta de su escritorio y fija la mirada hacia nosotros, a lo que solo nos disculpamos por el escándalo.

—Luego te cuento, mejor dime porque no estoy viendo a Kibum sentado detrás de mí.

—Me llamo en la mañana, dijo que se sentía mal, parece que tiene fiebre o algo así.

—Es extraño el no suele enfermarse.

—No te preocupes, estará bien.

Recibimos otra mirada de advertencia del profesor y decidimos dejar la plática para el almuerzo.  Y cuando llego ese momento NaEun no dejo de atacarme con preguntas sobre Minho, quería saber los detalles de cómo lo conocí, le conté todo para que me dejará en paz, al final me dijo que me tenía envidia por haberlo conocido en una situación que ella llamo “romántica”, yo lo llamo “situación extraña”.

Para ella Minho se había convertido en una especie de caballero andante por haber regresado por mi debajo de la lluvia de anoche, es una exagerada, yo sé que fue la culpa por haberme dejado ahí tirado.

Solo le conté hasta la parte que me dejo en casa. Lo demás, bueno no quería preocuparla, yo tengo un sistema inmune fuerte, pero en estas últimos días parece lo contrario, papá dice que es por las escapadas que me doy por las noches y la bilis que hago por los berrinches.

Soy un joven incomprendido, que puedo decir.

Al termino del día fui a la hora pactada por la mañana, no se me había olvidado que vería a Minho en el estacionamiento, lo que esperaba es que no se le olvidara a él llegar a tiempo, Joon no solía llegar tarde a sus citas así que tendríamos poco tiempo para conocernos.

Lo espere sentado en una banca de madera mientras jugaba con los mechones de mi cabello castaño, ya estaba bastante largo pero no quería cortármelo, me gustaba mucho, eso me recordaba un poco a mamá, mi hermano dice soy el reflejo de ella. Hace ya más de seis meses que no la veía, ha pasado mucho tiempo en China por trabajo, apenas nos llama porque dice que está muy ocupada.

La verdad es que me hace mucha falta.

—Te extraño tanto.

—Pero nos vimos en la mañana.

Minho aparece detrás de mí con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Hago el intento de levantarme pero él me indica que no lo haga pues  es quien toma asiento a mi lado.

—Creí que no vendrías —confieso.

—Yo también…

— ¿Qué? —no lo había escuchado bien.

—No, nada. Dime ¿que querías saber de mí?

—Bueno en realidad quisiera que me contarás sobre mi hermano.

— ¿Pero qué podría decirte yo de tu hermano?

—Son amigos ¿cierto?

—No, es decir, él es…un amigo de un amigo y por eso nos conocemos.

— ¿Estás diciendo que no son amigos en realidad?

—Algo así. No directamente.

Pongo una cara de decepción tremenda, me había emocionado por nada, lo miro y medio sonrío, y ¿ahora qué? Se supone que había encontrado a alguien que pueda contarme lo que mi hyung no quiere revelarme. Soplo mi flequillo frustrado, de repente sus dedos toman mis mechones y los pasan de tras de mi oreja. Volteo hacia él, me está mirando como si buscara algo en mí.

— ¿Tengo algo?

— ¿De veras eres un chico?

—O través con eso —bufo —. Si lo soy.

Me levanto de golpe ante su sorpresa, de cierta forma estaba cansado de repetirle  a todo el mundo lo que era, sí, tengo apariencia de chica, más por mi cabello largo pero ¿Y? tengo el derecho de arreglarme como desee, mi masculinidad no se basa en una melena castaña.

—No te molestes —se levanta también —. No era mi intensión.

—Todos dicen lo mismo —y emprendo mi camino hacia el lugar donde está el auto de mi hermano.

—Taemin espera por favor —dice detrás de mí —. Es que enserio, eres muy bonito.

Y me detengo en seco, giro hacia él y le miro enojado —. Es la segunda vez que me llamas “bonito” —rio—. Empezaré a creer que te gusto.

—No seas tan pretencioso niño, solo estaba siendo amable.

—No me digas niño.

—Solo dije que eras bonito y te molestas —me alza ligeramente la voz. Ahora sí que empezaba a molestarme, doy un par de pasos hasta a él y lo miro alzando mi mentón.

—Creo que eres de esos tipos que le gusta seducir a chicos jóvenes, lástima, te veías una buena persona.

—No me conoces, así que no me juzgues. Y no te estoy seduciendo. Tú eres quien me cito en primer lugar.

—Oh, así que viste una buena oportunidad solo porque te dije que nos viéramos.

— ¿Qué?, No —suspira—. ¿Por qué te molesta tanto que te den halagos? Para un chico debería ser bueno.

— ¡Porque siempre me lo han dicho porque quieren otra cosa de mí! —grito frustrado, cuando me di cuenta de lo que acababa de revelar, retrocedí, me quedo mudo unos instantes y luego le doy la espalda para retomar mis pasos.

—Lo siento —me toma del brazo—. No sabía.

—Y nadie tenía porque enterarse —respondo afligido.

No nadie tenía porque saber que me he sufrido acosos en la escuela, chicos que solo me ven y hacen películas porno de mí en su cabeza. Más por el tipo que una vez me dijo que me quería mucho y termino queriendo solo mi cuerpo, me rompió el corazón y las esperanzas de poder enamorarme alguna vez.

¿Trágico, no? Sentir temor de amar para alguien que no ha vivido mucho, pero es la verdad. Por eso no dejo que nadie me diga palabras bonitas, nadie excepto mi hermano y mis padres, no sería la burla de nadie, nunca más.

—Creo que fue mala idea que nos viéramos —doy una paso hacia delante, Minho rápidamente me bloquea el camino.

—Lo siento no pretendía ofenderte ni hacerte sentir mal. ¿Qué puedo hacer para compensarte?

—Nada solo olvídalo.

—No podría olvidarlo si estoy viendo que tan mal te he dejado, hable de más m…te apetece un helado.

— ¿Qué?

—O pizza.

— ¿Me estas invitando a salir?

—No, solo es una compensación.

—En serio, no gracias.

—Oye, no pretendía hacer que recordarás…lo que sea que te hayan hecho.

—Por favor cállate…

— ¡Taemin!

Gritan a lo lejos, es mi hermano quien viene a pasos apresurados hacia nosotros. Cuando lo tengo en frente me mira como si hubiera hecho algo malo.

—Vamos es tarde.

—Pero…

—Vamos—dice irritado.

— ¿Hyung que te pasa?

—Taemin no me discutas y vámonos.

—Pero…

Un chico viene corriendo de la misma dirección, el mismo con el que Minho platicaba en la mañana.

— ¡Joon espera por favor! —está llorando, y mi hyung le da la espalda. No entendí que pasaba.

—Onew por favor ahora no.

— ¡Solo necesito una razón! —grita, quiero preguntar lo que sucedía pero Minho me hala hacia él y dice que no me meta.

—Taemin vámonos—repite Joon y me toma de la mano.

No sabía lo que sucedía pero intuí que ellos debían hablar a solas.

—Ah… iré con Minho, ¿está bien? —me suelto de su agarre para colocarme al lado de Minho.

— ¿Qué dices?

—Me invito una pizza y helado, no tardaremos. Prometo no llegar tarde.

No le doy tiempo de negarme nada, tomo la mano de Minho y nos vamos corriendo de ahí.

Corremos hasta que nuestras respiraciones se vuelven difíciles, el me hace parar  cuando llegamos a su coche, tengo que sostenerme de una mano sobre la cajuela, sonrió al recordar la cara de sorpresa de mi hermano, ¡Dios! No lo olvidaré.

—Oye.

—m…—digo sin mirarlo, estaba ocupado tratando de mantenerme en pie.

—Ya puedes soltar mi mano.

—Oh, es verdad, disculpa —y lo solté, no me había dado cuenta que todavía teníamos las manos unidas.

—Ok eso de dar un paseo lo decías en broma, ¿cierto?

— ¿Por qué? ¿No me digas que ya te arrepentiste? —hago un berrinche digno de un niño de seis años, pero no me importa, realmente quiero distraerme ya que papá me ha quitado el violín no puedo salir a la calle por la noche como planee —. Tú te ofreciste a compensarme en primer lugar.

Alzo la voz, ahora no me saldría con que siempre no.

—Claro que te compensaría, pero no pensaba tardar y me da la sensación de que eso es precisamente lo que quieres.

— ¡Pues sí! —Grito—. Ahora que me han quitado mi violín estaré más aburrido que nunca.

— ¿Qué te quitaron que?...Bien eso no importa, en realidad necesito ver a mi novia, te recuerdo que por tu culpa termine peleándome con ella.

—No es verdad, si te peleaste con ella no fue por mí, debiste correr cuando te dije —me apoyo de espaldas al auto, cruzado de brazos, pensando en que debería de hacer para matar tiempo si Minho no me hará compañía.

— ¿No puedes ir a casa? Se supone que tus clases han terminado.

—Podría pero no quiero, mi padre sigue molesto conmigo y ahora debería estar con mi hermano y no aquí, así que estoy en tus manos, si me votas aquí y llego solo y caminando a casa seguro que recibiré la regañada de mi vida, pero…

No eran mis tácticas sobornar a la gente, pero en ocasiones como esta, todo valía la pena, además quería estar un rato con él y matar tiempo, quien sabe, podríamos volvernos amigos o algo así.

O algo así.

Me acerco lento y lo miro directo a los ojos, esperando caiga rendido a mi aspecto dulce. Odiaba ser así.

—Lamento lo de tu novia, pero en serio yo no quiero llegar a casa y mi hyung sabe que estoy contigo, seguro espera a que me lleves de regreso, pero no ahora, por favor.

Me mira tan intensamente, más que yo, era difícil leerlo, sus ojos grandes  eran tan bonitos, bueno es que son enormes pero no podías pasar desapercibido su mirada. Al pasar de los segundos creí que diría que no.

—Esta, bien.

Pero afortunadamente acepto.

— ¡Bien! Muchas gracias —y lo abrazo, fue un impulso, estaba demasiado emocionado.

—Sólo compórtate, no quiero malos entendidos —me hace soltarlo, yo frunzo el ceño —. ¿A dónde quieres ir?

Bien, no había pensado en eso, hay muchos lugares que recorrer pero poco tiempo.

— ¿Qué tal una película?

— ¿Ahora?

— ¿Qué tiene? —bufo—. También podemos ir a almorzar, tengo hambre.

—Se ve que eres un chico muy consentido.

—Pues no tanto —digo con tristeza, mis padres me habían dado comodidad pero de ahí a consentirme, había una enorme brecha, más si nunca están en casa.

— ¿Estás bien?

—Ah sí, vamos, vamos que tengo hambre.

Minho saca las llaves de su auto y quita la alarma,  cuando trato de abrir la puerta tomando la manija él lo hace al mismo tiempo haciendo que nuestras manos se rozaran, yo la retire rápido, el sólo se me quedo viendo de una manera rara, pero termino abriendo la puerta para mí.

Lo mire algo aturdido por su amabilidad, se dio cuenta pero a pesar de ello abrió la puerta, luego se fue caminando como si nada hacia el otro lado, “chico raro” pensé, además agradecí que no volviéramos a tocar el tema que discutíamos antes de que mi hermano apareciera. Sin embargo a medio camino soltó un: lo siento.

Y ese no fue su único gesto amable, también fue la comida, fuimos a un restaurant de comida rápida y pedimos hamburguesas, yo suelo ser un desastre con la comida, siempre me mancho o termino con migajas regadas por todos lados, cuando había dado la primera mordida manche mis labios de cátsup, Minho tomó una servilleta y limpió la comisura de mis labios antes de que yo lo haga con la manga de mi abrigo.

Le dije que era innecesario el solo rio.

—Eres un desastre.

Me dice cuando caminábamos rumbo a la salida.

—No eres el primero que me lo dice.

— ¿Siempre quieres ir a ver esa película?

— ¿Tú quieres ir? No quiero que te regañe tu novia —lo ataco.

De nuevo me mira, tal vez algo ofendido, pero no iba a retractarme de lo dije, pareciera que esa novia suya lo controlaba, o era demasiado sumiso como para negarle las cosas.

—Hablas como si lo supieras todo —frunce el ceño molesto y yo me echo a reír.

—Tu cara de molestia es muy divertida.

—Ahss —me da un golpe en el hombro con sus nudillos y ahora soy yo quien pone mala cara.

—¡Yah! ¡Cálmate ojón! Si no quieres que te golpee y quedes inconsciente.

— ¡Aja! Si como no, con esos brazos de fideos no podrías derribar nada.

— ¿Qué? ¿Crees que porque soy delgado no puedo derribarte?

Claro que podía y se lo iba a demostrar, en cuanto salimos al estacionamiento brinco sobre él hasta quedar montado en su espalda, mis brazos se enredaron en su cuello y apretaba su cintura con mis piernas.

Dio pasos torpes tratando de no caer, hice el agarre más fuerte para  hacerle perder fuerza y que caiga de  rodillas, mi cabello se mecía por los movimientos tan bruscos y no me dejaban ver con claridad, esto me recordó cuando era más pequeño y jugaba así con mi hermano para ganarle en las peleas, aunque el final él me dejaba ganar.

Sentí una euforia desconocida, no sé qué sea, la espalda de Minho  no es tan ancha pero encajo perfectamente sobre él, al igual que mis piernas aunque delgadas parecían el broche perfecto para su cintura, y mis brazos, mis brazos se sentían tan no sé, como si debía aferrarme a él y no soltarlo.

Mi corazón empezó a latir con fuerza,  mis risas desenfrenadas  comenzaron, me sentía como un niño en uno de esos juegos de caballitos en la feria.

— ¡Mocoso! ¡Bájate! —grito colocando sus manos en mis brazos.

— ¡Nooo! —respondo entre risas, había cerrado los ojos para sentir la emoción con más intensidad.

— ¡Taemin me estas asfixiando!

No hice caso, es más, me di la libertad de buscar mayor comodidad, escuche las risas de personas alrededor, entre abrí los ojos y note que algunos curiosos miraban nuestro espectáculo,  de  nuevo no hice caso, estaba divirtiéndome mucho coma para preocuparme de ello.

Minho ya había cruzado medio estacionamiento y yo seguía en su espalda.

—Tae…—fue lo último que grito antes de finalmente ceder y doblar las piernas, sólo que fue tan rápido que di un volantín que me hizo caer mal y doblarme el tobillo, termine boca arriba y con las manos extendidas por el piso.

—Aunch~ —lloriquee.

— ¿Estas bien? —se me acerca con esa cara de preocupación.

—Creo que sí —trato de mover el pie y muerdo mis labios  para contener el grito de dolor—. No, no estoy bien —corrijo al borde del llanto.

—Te dije que me soltarás —me regaña. Pasea la mirada hacia mi pie y con cuidado lo examina con las manos, en cuando siento que toca el tobillo me retuerzo de dolor.

— ¡Dueleee!

—Creo que necesitaremos ir al hospital.

— ¿Qué? ¡No!, ni hablar no iré a un hospital.

—Tu tobillo esta hinchado, es mejor que te revise un doctor.

—No me gustan los hospitales —digo con pesar. Desvió la mirada, los viejos recuerdos me atacan.

—Esto puede ser grave.

—No —y fue mi última palabra.

Suspira, supongo que lo he sacado de sus casillas, sé que no debería ser así con él, pero en verdad, no quiero parar en un hospital. Hace tiempo que paso aquello y no quiero revivirlo, incluso el olor de cierto limpiador me marea y me hace recordar lo que no quiero.

 

“Taemin lo siento”

“No me dejes…por favor.”

 

Empezaba a sentirme mal, después de todo yo comencé todo este revoltijo.

—Min…—y me levanta como una princesa, me observa desde su posición y suspira, otra vez.

—Te llevaré a mi casa.

— ¿Qué?

—Ya que no quieres ir al hospital te puedo llevar a mi casa, puedo llamar a mi médico familiar.

No le digo nada solo me acurruco a su cuerpo, preferí ahorrarme las explicaciones y agradecí que no me preguntara la razón de mi decisión.

El viaje a su casa no fue tan largo como creí, en menos de 20 minutos ya estábamos cruzando su puerta, su enorme puerta, parecía que su casa era más grande que la mía, al igual que el jardín y la entrada.

Cruzamos otra puerta y pasamos a un salón donde había una enorme pantalla de esas modernas HD, como quisiera una de esas para mi habitación.

—Aquí puedes descansar —me deja sobre su sofá, al calor que antes sentía por ser cargado se transformó en frio —. Espera un momento, llamare al doctor.

Y se va, examino el lugar hasta donde mis ojos me permiten, el decorado es muy fino, había jarrones con flores en cada esquina, mi mamá hizo lo mismo con nuestro hogar, que es más pequeño que este pero igual de adornada, muy hogareña.

Miro al centro, dónde una mesa de vidrio se hacía notar, había una foto, era Minho abrazando a una chica muy guapa, ambos sonrientes, parece que se la estaban pasando bien.

—Vendrá en diez minutos —dice ya parado a mi lado, dándome un buen susto—. ¿Quieres tomar algo?

—No gracias.

Se pasea la mano por el cabello, hasta ahora noto que lo tiene en un tono rojizo, le queda muy bien.

— ¿Qué tanto me miras? —se sienta a en el espacio restante del sofá, tratando de no rozar mis pies.

—Tu cabello —lo señalo con el dedo índice—. Te queda muy bien ese color.

Y se queda mudo, mira hacia otro lado.

— Gracias. ¿Debería ayudarte a quitarte los zapatos?

—Pues como quieras —bajo la mano—. Eres raro.

Y una sonrisa se escapa de sus labios.

Toma mis piernas con delicadeza y se arrima hasta poder acomodarlas en su rezago, desata las agujetas de mi tenis y con cuidado me retira el calzado y el calcetín, me apoyo con los codos para levantar medio cuerpo y poder mirar mi pie hinchado.

—Rayos, se ve horrible —digo con una mueca, mi piel estaba inflamada y dolía a  morir.

—Te dije que pararas pero no me hiciste caso.

—Estaba divirtiéndome, no quería parar.

—Pues ahora sufre tu terquedad —ruedo los ojos.

—No hagas eso —me regaña.

— ¿Qué cosa?

—Rodar los ojos, soy tu mayor respétame.

—Pfff —y vuelvo a rodar los ojos.

—Mocoso…—-y me aprieta el tobillo.

— ¡Ah! —grito. Me enderezo lo que puedo y tomo su brazo—. ¡Detente!

—No lo haré —y lo aprieta de nuevo.

— ¡Ah! No, no, dueleeee~

—Dejaré de hacerlo si dejas de rodar los ojos frente a mí.

— ¡No!

—Entonces no —y lo aprieta.

— ¡Minho por favor duele mucho! —lloriqueo y estoy seguro que mis gemidos y gritos desgarradores se escuchan hasta la calle.

—No ruedes los ojos —me exige con su voz grave. Pero yo no iba a ceder, no señor, Lee Taemin no se doblega por nada.

— ¡Rana tonta no lo haré!

Toma mi tobillo con ambas manos y presiona hasta hacerme sentir que el pie se me desprenderá, entonces tomo acciones extremas, me voy sobre él y le muerdo el brazo.

— ¡Ah!

Grita a todo pulmón pero no lo suelto, dos pueden jugar a lo mismo.

Pero entonces, con tal de hacer que lo suelte, me toma de los hombros y empezamos a forcejear hasta terminar en el suelo por segunda vez en la noche. Caí de espaldas llevándome un golpe fuerte en el trasero, Minho estaba sobre mí, todo su gran cuerpo sobre mí.

Su aliento choca en mi cuello, siento demasiado calor, incluso mi corazón late fuerte y no sé porque.

—Minho que son esos ruidos…

Una chica, la misma chica de la foto esta parada frente a nosotros, con la boca abierta, claramente sorprendida.

— ¿MinAh? —la llama él.

— ¿Minho que está pasando? ¿Quién es ese chico? —exige saber.

—Soy Lee Taemin —alzo la mano como su respondiera en clase—. Y Minho solo estaba ayudándome con mi tobillo.

Notas finales:

Chan! chan chan!! estar con nueva historia me sube el ánimo ¿qué les pareció? ¿a caso no aman a Taemin? hermoso y Minho hay!!! enserio que se deja llevar.

Gracias a quienes le dieron el sí al Taemin violinista yo lo amo <3, espero poner más escenas en las que toque el violín y sepan que obviamente me inspire en alguien, una chica a la que admiro mucho y Lidsey Stirling he ah aquí uno de sus vídeos conozcanla:

https://www.youtube.com/watch?v=vxIOUJ7by6U , desde el momento en que la ví me dije: y si Taemin hiciera lo que ella?, bailar y tocar no es fácil pero Lindsey lo hace.

Y esta es la melodia que Taemin toco en el primer capítulo:https://www.youtube.com/watch?v=lrF814OnFQ4

Por eso es que le encanto tanto a Minho! XD

Bueno gracias de todo corazón por darle una portunidad a mi fanfic y no olvido Complejidad del Amor. mi fic empreg que ya casí termino, si no lo han leído pues que esperan! XD

Gracias y nos veremos en el siguiente, deneme amor :)

Carol-Taeminnie


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).