Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Reino de cristal (BangLo) por SongJiAri

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disculpen por haber estado tantos días sin actualizar, fue un error mío por haberme olvidado del fic además de que tenía muchos deberes, en serio lo siento :(.

 

Ahora, ¡a leer!

Capítulo IX – Conociendo a mi hermano

 

El rey de los malditos se encontraba esperando a los enviados del rey de los benditos, estos aparecieron de pronto frente a él, Junhee sintió miedo de que lo reconocieran por ser el hijo mayor del rey, pero por suerte, esto no pasó, pese a que el rey debería haberlo reconocido por su condición de gobernador.

A la vez, los cinco chicos temían que se diera cuenta de que en realidad eran neutralitas, ya que si lo hacía, pensarían que los neutralitas se habían puesto del lado de los benditos y los atacarían hasta destruirlos, cosa que no querían.

 

-       Señor, somos los enviados del reino bendito, nos ha dicho su majestad bendita que curemos a Yongnam a cambio de que usted cese los bombardeos contra ciudad mágica bendita.

 

El rey lo pensó detenidamente, luego sonrió y dijo:

 

-       Está bien, saben que lo último que quiero es que mi hijo esté dormido como un estúpido por más tiempo.

 

Los cinco chicos se dirigieron al dormitorio del príncipe Yongnam y le dejaron su espacio a Bing, quien aplicó el mismo procedimiento que aplicó para curar a Junhong, consiguiendo curar a Yongnam y así satisfacer al rey, que en cierto punto sabía que el rey los había enviado para que no declararan el estado de emergencia. Cuando Yongnam despertó, el rey dijo:

 

-       Debemos dejar los bombardeos, ellos te han curado enviados por el rey.

-       Umm… Menos mal que hay que dejar los bombardeos, ustedes son muy lindos como para morir así.

 

 

Los cinco chicos se fastidiaron por su comentario y tan pronto les dijeron que se fueran, se teletransportaron de allí y volvieron al palacio, dejando a las autoridades del reino maldito pensando en los posibles por qué del rey bendito para enviar a unos “simples” chicos como ellos para curar a Yongnam, el príncipe maldito.

Volvieron a aparecer en el palacio, frente a Yongguk, Junhong, el rey y los sacerdotes, el rey miró con curiosidad a los chicos, esperando a que les contara la respuesta del rey, y si habían conseguido curar a Yongnam, Yata entonces dijo:

 

-       Hemos curado al príncipe de los malditos y efectivamente dejarán de bombardear ciudad mágica bendita.

 

El rey asintió y pasó a ver a Junhee con una mezcla de miedo, curiosidad y desprecio, sí, todo eso junto. Aún sentía desprecio por la mala situación que lo había hecho pasar retirándose del reino, pero a la vez, su parte de padre sentía miedo y curiosidad de saber si lo habían reconocido, tenía miedo de que si lo reconocían, lo mataran, seguía siendo su padre y se sentiría muy mal si eso ocurriera.

Junhee interpretó esa mirada y encogiéndose de hombros con una mirada apenada dijo:

 

-       Por suerte no me han reconocido, si eso es lo que quieres saber – Su mirada estaba posada en el suelo

 

El rey supo que no podía perdonar a Junhee cuando Yata lo abrazó por detrás, mirándole pícaramente y Junhong abrazó a su hermano para luego decirle, como si no le importase el hecho de que había traicionado al reino, algo que lo hizo enojar mucho y que le daría motivos para hablar seriamente con Junhee luego:

 

-       Hermano, quiero conocerte más, vamos a la habitación.

 

Los cinco chicos empezaron a dirigirse a la habitación, y en medio del camino, Daniel, Bing y Jino hicieron parar a los otros tres y les dijeron:

 

-       Creo que tu hermano querrá despejar muchas dudas respecto a tu historia. Bing, Jino y yo nos vamos a mi apartamento, Yata no se puede separar de ti así que él no viene.

 

Junhee soltó una sonora carcajada tras escuchar las últimas palabras de Daniel, quien sólo sonrío con picardía al ver su rostro riendo por ello. Luego, Junhee se puso serio y palmeándole el hombro le dijo:

 

-       Te agradezco la consideración, tengan cuidado.

-       No te preocupes, los ataques en la frontera de Akasuro ya no son cosa que me den miedo – Lo abrazó – Buena suerte.

 

Daniel, Jino y Bing se dieron la vuelta y se fueron a paso tranquilo de allí, charlando estupideces acerca de las cosas que decía Daniel, Junhee, Yata, Yongguk  y Junhong siguieron el recorrido hacia la habitación, cuando llegaron, abrieron la puerta, Junhee quien fue el último en entrar, ingresó cerrando la puerta tras él y recostándose en la cama que habían armado para él y Yata en un colchón sobre el suelo con mantas miró a Junhong con culpabilidad y le dijo:

 

-       Si tienes dudas acerca de mi historia, no dudes en preguntarme, estoy para resolverlas.

 

Junhong se encogió de hombros mientras que miraba a la cama bajo ellos con una mezcla de tristeza y curiosidad por saber la historia de su hermano.

 

-       Necesito saber por qué te has ido, la historia completa, y cómo te enamoraste de Yata.

 

Flashback, hace cuatro años (narración de Junhee)

 

Yo estaba en la sala con papá y los sacerdotes mirándome, yo era un inocente aún pese a que tenía ya diecisiete años y no sabía bien de qué querían hablar, ni para qué me llamaban.

 

-       Hijo, sabemos que te gusta estar aquí e interactuar con los ciudadanos pero ésta vez tenemos algo diferente para ti… Irás al pueblo neutralita con unos misioneros y ayudarás a vigilar para que no sucedan ataques ya que los han estado atacando mucho últimamente.

-       ¿Cuánto tiempo estaré allí? – Pregunté extrañado, ¿por qué me darían una misión así?

-       Un año y unos meses – Dijo papá, me tensé por completo – No te preocupes, lo pasarás bien, ya lo verás.

-       ¿Cuándo me voy?

-       Mañana.

 

Al día siguiente, a las ocho de la mañana

 

Yo estaba vestido con una camisa blanca, una corbata negra y un blazer blanco y negro, en mi cabeza tenía un sombrero negro que me hacía ver como “un anciano” pese a mi rostro de bebé, abajo tenía unos pantalones negros y unos zapatos del mismo color. Papá me miró por última vez antes de que me fuera y dijo:

 

-       Buena suerte, hijo, verás que harás amigos y pasará muy rápido el tiempo. Recuerda llamarme si tienen inconvenientes.

 

Entonces, me retiré con los misioneros neutralitas, y al llegar al campamento me recibió el jefe de campamento que nos cuidaría. Estaba vestido como un guía turístico y me miraba con amabilidad.

 

-       Hola muchacho… Bien, ahora que llegaste, te presentaré a los chicos con los que te encargarás de vigilar Serpent.

 

Fui con el señor a las cabañas, paramos en la cabaña 211, entonces él tocó la puerta, nos abrió un chico de piel blanca, muy alto y muy atractivo a mis ojos, me miró con amabilidad y el jefe entonces le dijo:

 

-       Tenemos al príncipe mayor de los benditos a nuestro favor, por favor cuídenlo y sean buenos con él.

-       De acuerdo – Salió completamente de la cabaña y se acercó a mí – Yo soy Yata, Misuno Yata, un gusto en conocerte – Dijo con una voz suave y amigable, apenas pude responder a su saludo, era enormemente atractivo

 

Con el paso de los meses fui conociendo mejor a Bing, Jino, Daniel y Yata, y cada vez que lo iba conociendo mejor o que me quedaba largas noches charlando con él mientras los demás hacían vigilancia nocturna, más me atraía, me había enamorado de él pero no quería decírselo, tenía miedo de que me rechazara por ser el príncipe, o ser del bando bendito, o pensara que se trataba de una broma. Así que me lo guardé en secreto, hasta que una noche nos quedamos solos porque los demás estaban haciendo misiones nocturnas y él quería cuidarme, nada fuera de lo que ya considerábamos normal, sin embargo, esa noche fue diferente.

Cuando nos quedamos completamente solos y en silencio, me enteré, de una manera un poco especial, que el sentimiento era mutuo. Se acercó a mí y me besó, pero no fue un beso casto ni fue un beso de esos tiernos que se dan en tu primer beso, era un beso apasionado y profundo.

 

-       Junhee, ¿tú me amas? – Preguntó luego de separados del beso

 

Me sorprendió tanto su pregunta y su evidente sentimiento que me quedé sin habla, estaba sentado en la cama frente a él, sin decir y hacer absolutamente nada, ni un solo movimiento salía de mi ser. Cuando pude hablar, lo hice desde lo más profundo de mi corazón, esperando a que Yata me aceptara pese a ser el príncipe de los benditos:

 

-       Yata, te llevo amando en silencio hace meses, pero no me animaba a decírtelo por si pensabas que quería comprar al bando neutral, yo… - Él me interrumpió

-       Para nada Junhee, aunque muchos dicen que no tengo comprobantes, sé que tus sentimientos son puros.

 

Esa noche sabía que Yata me haría suyo, y eso hizo, fue muy romántico y especial, siempre teniendo en cuenta que era mi primera vez, me sentí amado y le entregué todo de mí.

Pero sabía que deberíamos separarnos y entonces simplemente aprovechaba cada momento para estar juntos, experimenté mucho con él, muchas sensaciones y diversas formas de amar. Cuando regresé al palacio, seguía contactándome con él y viéndonos seguido, aunque a espaldas de papá para que no sospechara ni se diera cuenta de lo que pasaba entre nosotros. Una noche, sentados en la fuente del jardín trasero, mirando al cielo juntos, contemplando las constelaciones, se inició una conversación muy seria entre nosotros:

 

-       Junhee, sé que eres el príncipe del reino bendito… Pero… Me duele mucho amarte sin que nadie más que nosotros y los chicos lo sepan… ¿Cuándo le dirás a tu padre?

-       Si le digo a mi padre, se enojará muchísimo porque no somos del mismo bando, ¡demonios! Qué será de ti si se entera que tú me quitaste la virginidad cuando tendría que haber sido un sacerdote angelical. Te harán daño, y no quiero eso Yata – Empecé a sollozar – No quiero que te lastimen, ¿me entiendes?

-       Te entiendo Junhee, por favor no llores.

 

Sin embargo, esa noche me despedí de él con un solo objetivo en mente: decirle a mi padre lo que sentía por Yata e irme del reino, escapar con él, todo teniendo en cuenta que tú, quien estabas en la dimensión humana, heredarías el trono de ciudad mágica bendita.

Al día siguiente, cuando me planté frente a él y le dije todo, su mirada de enojo era tal que pensé que me mataría.

Entonces, manteniendo esa mirada, hablando fríamente y sin darme muchas opciones, dijo:

 

-       O te vas con él, o te quedas en el reino, tú eliges, si te vas, no vuelvas.

 

Con esas palabras me atreví por primera vez a enfrentar a papá, mirándolo con mi mejor mirada de desafío y rabia, le dije, completamente seguro de lo que hacía:

 

-       Si son esas las opciones que me das, me voy del reino, hasta nunca.

 

Entonces, desaparecí, me fui volando rápido de allí, levitando y desplazándome como sólo yo sabía hacerlo, estaba llorando, estaba triste y a la vez enojado de que no aceptaran nuestro amor, todo los sirvientes del palacio vieron el momento en el que papá corrió detrás de mí para decirme que volviera, y yo diciéndole que jamás me volvería a ver con él.

Cuando atravesé las puertas del palacio, los caballeros empezaron a seguirme en el afán de capturarme, para alejarme de ellos, me teletransporté al campamento donde había estado realizando misiones, y con la esperanza de que Yata siguiera realizando misiones allí, caí al suelo casi sin fuerzas y grité desde lo más hondo de mi garganta:

 

-       ¡YATA! VEN, TE NECESITO – Grité empezando a sollozar descontroladamente, logré llamar la atención del jefe de campamento, de algunos misioneros y hasta de animales que rondaban por allí simplemente buscando comida

 

Y entonces, como justamente no me lo esperaba, Yata apareció frente a mí después de abrir la puerta de la cabaña donde yo me había alojado con ellos, me miró con sorpresa, bueno, los cuatro me miraron con sorpresa.

Corrieron hasta mí, Yata me tomó de la mano y me abrazó, cuando rompimos el abrazo, me dijo con tranquilidad:

 

-       ¿Qué sucedió, Junhee? Te ves horrible.

-       Me han desterrado del reino, yo mismo defendí nuestro amor frente a mi padre, me he ido para no volver, sólo por estar a tu lado.

 

Entonces, él me besó frente a todos, poniendo sus manos en mi cintura y agachándose debido a la diferencia de alturas, mis manos estaban en sus hombros y yo aún lloraba.

 

-       Te quedarás conmigo, fuiste muy valiente en defendernos, y en haberte ido…

 

Entonces, me quedé con Yata, y tú pasaste a ser el heredero al trono, papá borró de tu memoria todos los recuerdos sobre mí para que no recordaras lo poco que sabías del “bastardo traicionero que tenías por hermano”, sólo volví al reino ahora que papá ha solicitado mi ayuda con esto de la guerra.

 

Fin de la narración de Junhee

 

Junhong estaba tan sorprendido que no podía pronunciar palabra, sólo abrazó a su hermano en señal de que lo apoyaba pese a todo lo que había pasado, y para confirmarlo le dijo:

 

-       No me importa lo que hayas hecho en el pasado, sigues siendo mi hermano, y a pesar de que no haya logrado recordar nada por mí mismo, te quiero como mi hermano mayor.

Notas finales:

Algo del próximo capítulo:

 

" - Si me vas a tratar así, ¿para qué mierda quieres mi ayuda? Pude perfectamente haberme negado, pero no lo hice porque esta guerra involucra a mi hermanito, yo lo quiero - Expresó sollozando, sorprendiendo a todos ".


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).