Capítulo XV – Reino de cristal
FINAL
Nueve meses después de que su alteza menor Junhong quedó embarazado, había por fin llegado la semana del nacimiento del bebé, el bebé podría nacer en cualquier momento, y Junhong no podía controlar toda esa mezcla de felicidad, incertidumbre y euforia total, sentía como si fuese a explotar si el bebé no nacía pronto.
A explotar como explotó a los dos días de haber entrado en la semana del nacimiento del bebé…
- Oh no, ¡rompí bolsa! – Gritó
- Rápido, ¡vamos al hospital! – Pronunció el rey
Tan rápido como pudieron llevaron a Junhong al hospital, no tuvieron que esperar mucho hasta que ingresó a la sala de parto, Yongguk, el rey, Junhee, su esposo Yata y los chicos de la misión habían estado preparándose mentalmente para este momento, era el momento en el que el reino anunciaba su primer heredero.
Después de oír un estruendoso grito proveniente de la sala de parto, salió uno de los médicos de la sala, y entonces dijo:
- ¡Felicidades! Es una niña muy saludable, por precaución el príncipe se quedará una noche aquí… ¿Alguien se ofrece como acompañante?
Yongguk hizo el amague de decir que él lo acompañaría, pero el rey lo tomó del brazo y le susurró “tienes un combate contra tu hermano y tu padre, si te quedas aquí asesinarán a Junhong” entonces se sentó y en su lugar Junhee se puso de pie, él se quedaría.
- Mmm… ¿Estás seguro? No creo que puedas pasar una sola noche sin Yata – Dijo Daniel logrando levantar el ánimo del grupo
- Estoy seguro, todo por mi hermano… ¿A ti te molesta amor?
- Para nada…
- Entonces me quedaré, váyanse.
Todos obedecieron y se fueron, mientras tomaban camino de regreso al palacio, Yongguk le dijo al rey con toda seguridad:
- Llamen a mi hermano y a mi padre al duelódromo para dentro de media hora, los enfrentaré a ambos por separado… Es hora de que el reinado de los malditos sufra la caída…
- ¿Estás seguro?
- Jamás estuve más seguro…
En ese momento, arrivaron al palacio, entonces el rey llamó a su pueblo a juntarse frente al duelódromo y Yongguk tomó su traje de duelo, más bien el traje que le había proporcionado el reinado bendito que consistía en un traje camuflado de solado básico, pero aquello tenía más protección que el traje de combate de Junhong, era el momento de hacer caer al reinado bendito y hacerlos declarar estado de gobierno militar provisiorio, el cual podría durar incluso siglos hasta que se encontrara a una nueva familia que pudiese albergar el trono.
Se trasladó al duelódromo y al llegar, vio a su hermano ya arriba del escenario de duelos, entonces, él subió y dijo como discurso antes de empezar el duelo:
- Pagarás por lo que le hiciste, a todos… Pagarás por el daño a Junhong, por lo pasado con Junhee, y por todos los ciudadanos del pueblo bendito…
Alzó su puño en alto y dijo por último:
- Que gane el que tenga más fuerza.
Dado que tanto él como su hermano tenían más fuerza para el combate cuerpo a cuerpo, sacaron sus espadas y empezaron a atacarse, sus movimientos eran certeros y rápidos, muy rápidos, el pueblo estaba pasmado ante semejante batalla de guerreros expertos en combate cuerpo a cuerpo, y es que les daba miedo la posibilidad de que no hubiera un ganador, de que ninguno pudiera con ninguno.
Finalmente, Yongnam tambaleó, y recibió un espadazo en su abdomen, el cual fue acompañado de otros miles de cortes en sus piernas y sus brazos, tan pronto como él siguió atacando, cayó al suelo, oyendo la voz de su padre como una voz lejana:
- ¡NO, YONGNAM! Levántate, ¡NO PUEDES PERDER CONTRA ÉL! – Exclamaba desde su lado
Entonces, Yongnam terminó de caer de rodillas, sus rodillas fallaron y cayó a un lado, entonces, cerró los ojos…
Bang Yongnam había muerto… Enfrente del pueblo bendito, y enfrente de su propio padre, peleando contra su hermano gemelo menor, quien se había ido del reinado maldito para poder vivir su amor con su alteza menor bendita.
Sin esperar a que terminara el otro duelo, el padre subió al escenario y trató de atacarlo, Yongguk paró el golpe y aprovechó una pequeña distracción de parte del otro para enviarle una pequeña llama de fuego a su pie derecho, que aunque fuera muy pequeña, había empezado a quemarlo, el señor gemía de dolor, a lo que Yongguk aprovechó para clavarle varias veces la espada en el abdomen…
Dos o tres estocadas bastaron, y el señor cayó el suelo…
El padre de los gemelos Bang había muerto en manos de su hijo menor…
El reinado maldito había caído, debían declarar el estado de gobierno militar provisorio, lo cual tenía previsto durar siglos…
Dicen que: todos los reinos son de cristal, pero el reino que realmente es de cristal es aquel que pierde contra el más fuerte.
Después de aquello, Bang Yongguk vivió alegremente su amor con Zelo y con su nuevo bebé, el cual crecía feliz en medio de dos personas que a pesar de no haberlo deseado, lo querían como nunca querrían a otra pequeña criatura.