Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ángel de sangre. por FantasticShow

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya, me aburrí(?) Odio este fanfic(?) Mentira, pero es tremendamente complicado. Perdón la tardanza. 

¡Las cosas se complican mucho!

-¿Y tu familia? ¿Qué pasó con ellos? Al final no me contaste nada –Le sonreí de forma ladina, llevándome una mano hacia el cabello, despreocupado. Íbamos con los brazos entrelazados, caminando hacia la salida del metro. SungJong me había pedido que le llevara a mi trabajo, quería verme sobre el escenario, dedicándole una canción. Niño caprichoso. Ya habían pasado dos meses desde que conocí a SungJong y desde que, de paso, me cambió la vida.

-Mis padres y mi hermano murieron en un accidente de automóvil cuando yo tenía 16 años, y me quedé a cargo de mi abuelo –Comenté mientras me ajustaba la guitarra en la espalda y cruzábamos la calle.- Él murió dos años después –SungJong me miró algo sorprendido por mi forma tranquila de hablar sobre los hechos pero ya había pasado tiempo y me acostumbré a estar solo. A final de cuentas, no podía echarme a morir porque mi familia no está conmigo. Fue ahí cuando noté como un automóvil se pasó la luz roja y venía a toda velocidad. Miré a SungJong y le tomé de la cintura para empujarle y que no le llegara el impacto, pero en menos de un segundo me vi a mí mismo sobre la acera contraria, con el menor frente a mí, mirándome con una sonrisa ladina.

-¿Estás bien, hyung? –No sabía qué me había alborotado más; que prácticamente me salvara a mí del choque o que me llamara “hyung”. Le quedé mirando sorprendido y asentí a los segundos, volviendo a caminar con él con dirección a mí trabajo.

Me quedé pensando por varios minutos en lo que había ocurrido ya que no era la primera vez que pasaba algo así. Cundo algo malo pasaba y SungJong estaba conmigo, era yo el que terminaba siendo salvado por él, por más que lo pensaba no lo entendía. No sabía lo que hacía pero siempre terminaba preguntándome “¿Estás bien, hyung?” y yo asentía como idiota.

-Llegamos –SungJong se quedó mirando la entrada del bar “Nightwish” y sonrió, apuntando al pequeño letrero negro colgado en la puerta con letras blancas que decía “Cerrado”.

-¿A qué hora abren? –Miré mi reloj de muñeca y luego saqué las llaves del local desde mi bolsillo, sonriendo.

-A las seis de la tarde, pero los viernes llego una hora antes porque me toca barra –Comenté abriendo la puerta para que mi acompañante entrara y luego cerré la puerta tras de mi cuerpo.

-¿Barra? –SungJong miró a su alrededor mientras que yo dejaba la guitarra a un costado y me sentaba frente a la barra, ordenando alguno que otro papel que estaba sobre la mesilla de roble. DongWoo era tan despistado.

-Además de cantante soy barman. Vamos, Jjongie, nos conocemos hace dos meses y ya te lo había comentado –Reí bajito antes de sentir como me daban vuelta en la silla frente a la barra, SungJong me miraba mordiéndose el labio y arqueando una de sus delineadas cejas. Oh, el muy maldito se veía tan rico. Me gustaba tanto.

-Ya recuerdo… ¿Alguna vez te dije lo sexy que te ves con traje y corbata, MyungSoo? –Me dijo en susurro, con coquetería revoloteando en cada uno de sus poros y yo sentía que mi piel se erizaba y mi boca se podría comparar con un desierto.

-No, no recuerdo haberlo escuchado… -Susurré sintiendo su aliento contra mis labios. No era la primera vez que me encontraba en esa situación y tampoco era la primera vez que SungJong me miraba con los ojos entrecerrados, tampoco era la primera vez que notaba que sus pupilas parecían volverse más rojas de lo que comúnmente estaba acostumbrado a ver, tampoco era la primera vez que le sentía más frío y más agresivo, tampoco era la primera vez que parecía notar que unos blancos y alargados colmillos sobresalían de su boca. Apreté los ojos por unos segundos y los volví a abrir, SungJong estaba a milímetros de besarme y yo no podía moverme. ¡No! ¡No podía moverme! Estaba paralizado.- SungJong…

Fue ahí cuando SungJong pareció salir de su repentino ataque hacia mí y se alejó unos pasos, llevándose una mano al cuello y sacudiendo la cabeza de forma ligera. Me levanté del asiento y me acerqué a él, dejando una mano sobre su hombro. SungJong volteó a verme y suspiró, acercándose a mí para refugiarse en mi pecho y rodear mi cuello con sus finos brazos cubiertos por la chaqueta blanca que llevaba. Cada vez que el menor parecía querer comerme vivo, le llamaba por su nombre y despertaba en un pestañeo.

-¿Estás bien…? ¿Qué pasa? –Susurré contra la cabeza rubia de SungJong, mientras que sentía su respiración contra mi cuello, agitada, entrecortada, mientras que sus manos arrugaban mi chaqueta.

-MyungSoo… -Escuché la voz baja de SungJong, sentí que quería decirme algo pero no podía. Como un secreto, algo prohibido.- Es que yo… -Sus ojos brillaban más de lo normal. Un minuto… ¿Estaba usando lentillas oscuras?- Yo soy…

-Tu…

-¿MyungSoo-yah? –Me sentí como un ácido para SungJong cuando DongWoo entró por  la puerta con HoWon. SungJong les miró sonriendo, como si nada hubiera pasado. Y yo que sentía el corazón por los ojos. DongWoo se demoró medio segundo en subirse sobre mi y sonreír.

-Tan efusivo, DongWoo. Estoy bien, nos vimos ayer –Sonreí besándole la mejilla con cariño, y de verdad sentí que un rayo me atravesaba la nuca. DongWoo bajó de mi cuerpo y HoWon se acercó a mí para tenderme la mano y luego darme un abrazo, hace algunos días que no le veía puesto que volvió a caer enfermo.

-Tu… ¿Debes ser SungJongie, no? Un gusto, soy DongWoo, MyungSoo nos ha hablado mucho de ti –Escuché a mi amigo hablar y luego abrazar a mi acompañante como si se conocieran de toda la vida. Un dolorcito en el pecho se me hizo incómodo; un sabor amargo en mi boca me revolvió el estómago que se hizo más potente cuando HoWon se acercó a él para saludarle de un beso en la mejilla.

-Ya, ya, mucho saludo por hoy. Sí, el es SungJong, el chico de quien les hablé antes. Ellos son mis compañeros de trabajo y amigos, DongWoo y HoWon –Comenté tomando por los hombros a SungJong para luego rodear su cintura. Sí, posesivo.

-Hoya, para los cercanos –El nombrado le guiñó un ojo coqueto a mi acompañante y yo, por inercia, acerqué un poco más el cuerpo del chico frente a mí hacia el mío. Pude escuchar perfectamente como las comisuras de SungJong se alzaron en una sonrisa malvada.

-Hyung me ha hablado mucho de ustedes, ya veo que son muy amables y simpáticos –Agarré con fuerza la mano de SungJong y luego mi guitarra.

-SungJong, te enseñaré la parte de atrás, vamos –SungJong rió suave ante mi reacción mientras que DongWoo y HoWon se entretenían en la barra.

Una vez en el interior del camarín, dejé la guitarra a un costado y me senté en el sofá, de brazos y piernas cruzadas. Crucé miradas con SungJong, quien sonreía coqueto hacia mí y se acercaba hacia el sofá para sentarse a mi lado, bien cerca.

-¿Qué te pasa, hyung? –La voz de SungJong se me antojó como un anestésico por entero, haciéndome girar la cabeza hacia un costado y toparme de lleno con el espejo, mostrándome nuestro reflejo. Pero en vez de agrdrme la imagen, lo que me mostró me dejó con el alma entre las manos… SungJong no estaba, no estaba… No había nadie conmigo, era imposible si yo estaba sintiendo su respiración en mi cuello y los latidos de su corazón, algo bajos y casi inexistentes, pero le sentía, ¿no? SungJong estaba conmigo pero no le veía en el espejo. Rápidamente giré el rostro hacia él y se me llegó a nublar la vista con sus brillantes ojos, con su tersa piel, con sus violáceos labios, con su sonrisa inocente que se apoderaba de sus labios. Sentía la cara caliente, sobretodo las mejillas. Estaba ruborizado. Y se me olvidó todo.

-¿Por qué eres tan lindo y amigable con todos? Así todas las personas que te conocen quieren hablarte y abrazarte y… -SungJong me cortó.

-¿Celoso, MyungSoo? –El que dijese mi nombre me hizo marearme, sonaba tan bien saliendo de sus labios.

-Sí… eres demasiado lindo y yo te quiero conmigo, sólo conmigo… -Abrí los ojos a todo lo que daba y luego me cubrí el rostro, avergonzado.- ¡Mira lo que me haces decir, bobo! –La risa divina de SungJong me hizo bajar un poco las manos para observarle y él se encargó de tomar mis manos y luego acariciar una de mis mejillas. Su tacto era tan frío que me congelaba, contrastaba demasiado con la calidez de mi cuerpo. Además de que SungJong con sólo mirarme hacía que me subiera temperatura y presión juntas.

-Me gustas, MyungSoo. Así que deja de reclamar y bésame, ¿quieres? –Como si fuera un imán, algo que no se puede evitar, me acerqué a él y… Le besé. Sí, le besé. Y sentí que se me iba el alma en ese beso, mi primer beso. En menos de lo que pensé e imaginé, SungJong me agarraba de los hombros para no separarse y yo le tomaba de la nuca para que no escapara. Mi lengua, traviesa, arremetió contra su boca hasta encontrar el húmedo músculo que estaba preparado para recibirme. Su sabor, por la mierda. Esa acidez que me hacía vibrar. Desde el primer momento que le vi sentí que necesitaba de esa boca para vivir. Pero se separó, SungJong descontrolado, se separó y comenzó a besar mi cuello y no sólo eso, sino que también se sentó en mi regazo y siguió en su tarea de atacar mi cuello a base de besos y mordidas… Mordidas que fueron aumentando de fuerza. Me dolía, mucho. Demasiado. Me sentía como una presa, todo se me nubló al momento de sentir demasiado dolor en el cuello, no era normal.

-SungJong, SungJong –Intenté frenarle y separarme de él, pero seguía besándome el cuello como si la vida se le fuese en ello. Si bien me tenía acorralado y caliente, el dolor era suficiente.- SungJong..

El nombrado volvió en sí y se separó como si quemara, cubriéndose la boca y mirándome con culpa. Rápidamente me abrazó y ocultó el rostro en mi nuca.

-Lo siento, lo siento mucho, MyungSoo… Me dejé llevar –Su actitud me hizo sonreír con ternura, así que me demoré poco en acariciar su espalda con cariño y lentitud.

-Tranquilo, está todo bien, Jjongie… -A pesar de decirle eso para que se quedara más tranquilo, no podía quitarme de la cabeza la imagen del espejo y las veces que había visto actitudes extrañas en él, además de colmillos saliendo de su boca y ojos demasiado rojos para ser normal. Pero no… Debía ser idea mía… Sí, eran suposiciones mías.

Últimamente SungJong andaba más raro de lo normal… Con el fin del invierno los días estaban mucho más agradables, con los rayos del sol que rozaban la piel y las noches eran acompañadas por vientos primaverales y frescos; días, por ejemplo, en que yo intentaba salir con SungJong a tomar un helado, visitar algún museo, el cine, el parque, la esquina de la casa. ¡Nada! ¡Por el amor de Dios! ¡Ni siquiera la salida al jardín! ¡SungJong no quería salir de la maldita casa y no sabía por qué! Es que estaba enfermo, es que tenía sueño, es que quería estar acostado, es que prefería comer dentro, es que tenía frío, es que se haría una limpieza facial, es que aquí, es que allá. Ya le conocía todas las excusas, cada una de ellas y sus derivados. Había llegado a dos opciones; o ya no me quiere ver o algo extraño le estaba pasando. Y claro, sin decidirme por ninguna de la dos, fui hasta su casa para preguntarle.

-Oh, joven Kim –Me saludó el conserje del edificio, a lo cual respondí con una sonrisa. El anciano tomó el auricular del teléfono para avisarle a SungJong que yo había llegado. Le detuve con imprudencia.

-Disculpe, es que quiero darle una sorpresa… ¿Sería tan amable de dejarme pasar sin avisarle al joven Lee? –El anciano me sonrió gentil y me hizo una seña de que mantendría silencio, a lo cual yo simplemente asentí y apresuré el paso hacia el ascensor. Al llegar a mi destino, el piso 15, caminé por el pasillo hasta llegar a la puerta con los números 1189 tallados en dorado; antes de tocar el timbre, los pasos apresurados en el interior me alertaron un poco y me dispuse a abrir la puerta pero me quedé son la mano en la manilla cuando una voz extrañamente conocida provenía agitada desde el interior.

-¡SungJong, tienes que escucharme! ¡WooHyun..!

-¡Me importa un carajo WooHyun! ¡Me enamoré de él y no voy a dejar que nadie venga a por él y le haga daño, ¿está claro, SungYeol?!

¿SungYeol…? Yo conocía ese nombre de algún otro lugar.

-Tu misión era matarlo, una simple caza y si todo salía bien, un neófito, nada del otro mundo. Tú eres el muchacho complicado que quiso hacer todo a su manera sin decirle nada a nadie. Escúchame bien, SungJong; ese hombre va a caer en las manos de cualquiera de nosotros, se alimentaran de él y lo mataran y tú serás condenado por traición. O comienzas a hacer las cosas bien o es la habitación solar la que te espera pronto.

Las palabras de aquél joven que estaba con SungJong hicieron que mi corazón se apretara con fuerza, ¿qué era ese sentimiento de pérdida y dolor? Una angustia me recorrió de inmediato y mi cuerpo reaccionó por sí sólo, cómo si mi cerebro no le estuviera mandando órdenes de quedarse quieto. No. Mi mano, aún puesta en la manilla de la puerta, la hizo girar y abrirla de par en par. Dos pares de ojos me miraban sorprendidos; uno me daba miedo, me daban escalofríos al mirarle… Y el otro me pedía comprensión y que no le interrogara con preguntas.

-Yo te conozco… -Fue lo único que pude decir, mirando al muchacho alto que estaba a un costado de SungJong, mirándome con enojo y luego mirando a SungJong con rabia y ganas de matarle.- Tu.. Eres..

Era el muchacho con el tropecé una vez… No, fue la vez que conocí a SungJong, en esa calle, entre toda la gente, él me había golpeado el hombro y luego me..

-Tú me golpeaste esa vez..

-SungYeol, fuera –Ordenó SungJong con voz autoritaria, mirando al más alto, quien sin decirle nada pasó por mi lado, pero yo si logré escucharle.

-Ten cuidado… Cuídate el cuello, chiquillo.. –Fue lo único que me dijo antes de sonreír y tocar mi hombro con fuerza.. Sentí que absorbía algo de mí, que me robaba una parte de mi alma y dolía.. Me sentía mal. Salió del departamento, logrando que SungJong diera un portazo con fuerza, haciendo retumbar el edificio. Literal.

-MyungSoo… Él..

-¿Por qué le conoces? ¿Quién es? ¿Qué quiere? ¿Por qué me dijo…? –Un montón de interrogantes se formaban en mi cabeza y ya se me había olvidado lo que realmente había ido a hacer al departamento del menor.

-Yo te puedo explicar.. –Intentó decirme SungJong, pero yo sentía que todo me daba vueltas, que el suelo se hacía cada vez más suave y me arrastraba, me ahogaba.

-SungJong… -Intenté avisarle, alzando una mano. Me faltaba el aire, sentía que me ahogaba, mi pecho ardía y dolía mucho, me sentía mareado.- Voy a…

-Soy un vampiro.

No supe si lo que estaba escuchando era real o no, pero si sentí cómo SungJong me tomaba entre sus brazos antes de que yo simplemente perdiera la consciencia.

Notas finales:

Gracias por leer♥~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).