Capítulo 2:
La velada de HyukJae no había ido tan bien como había esperado. Finalmente aquel chico (Ryeo/ Wook/ Jirafo… ¿quién podría recordarlo?) había demostrado ser una gran decepción. Había hablado, y hablado… y hablado… y HyukJae terminó medio tumbado sobre el mostrador incluso antes de que el alcohol hiciera efecto.
Cuando amablemente se había disculpado aduciendo un malestar intestinal repentino, se había girado para controlar si DongHae estaba todavía por los alrededores, pero no habían rastro de él. Ni de Siwon.
Bien por él.
Embustero.
Bien por él.
Es inútil pretender que no te interesa.
¡He dicho bien por él!
Exasperado por el debate interno se había arrastrado hasta su casa y había tratado dormir. Y no pensar.
A la mañana siguiente, cuando entró en la habitual salita que usaban para el café y se encontró con DongHae y Siwon que estaban conversando tranquilamente. Jacob, Bella y Edward.
¿Pero por qué sería que siempre se le venían a la cabeza esas comparaciones que le eran vergonzosas?
Fingió no verlos y se sirvió una taza de café. Cuando oyó unas risitas, no pudo evitar voltearse y, al hacerlo, sorprendió a Siwon en el acto de rozar la barbilla de DongHae con sus dedos. HyukJae alzó lo ojos y resopló sonoramente, escapando por la puerta para dirigirse a la oficina.
Se metió de lleno a trabajar en un asunto, tratando de desinfectarse el cerebro de la imagen que había visto poco antes, cuando oyó que llamaban a la puerta ligeramente.
Levantó la vista y se encontró de nuevo con DongHae.
-¿Otra vez tú?
-Buenos días también para ti HyukJae.
-¿Qué quieres? Estoy ocupado.
DongHae levantó las cejas, a medio camino entre lo estúpido y lo perplejo.
-¿Pasa algo?
-No, ¿por qué? ¡Todo está maravillosamente!
-Oh, ¡no me digas! ¿Nada de rosquillas ayer por la noche?
-Culpa tuya.
-¡¿Mía?!
-¡Me interrumpiste justo cuando estaba en lo mejor!
DongHae se echó a reír.
-Pensé que era uno de esos que, incluso con interrupciones, estaría en condiciones de entregar…
La alusión era clara y HyukJae se exaltó. Él no se exaltaba jamás, ¡maldita sea!
-En conclusión, ¿se puede saber qué es lo que quieres? ¡Yo no tengo tiempo que perder!
-¿Debo llamarte “trabajomaníaco” de ahora en adelante?
HyukJae estaba enfurecido y lo que le dejaba más aturdido era que no entendía ni siquiera bien el porqué. Mejor dicho, lo entendía, pero tal vez simplemente no quería aceptar el hecho de que DongHae Lee, tan tranquilo y tan diferente a él hasta el punto de provocarle alergia, le gustaba. Mucho. Demasiado. Lo había comprendido un día, de repente, cuando se había dado cuenta de que siempre buscaba su compañía, mejor dicho, solamente su compañía, a pesar de que sus intercambios siempre dejaban mucho que desear. Por lo general, era él quien era el buscado, nunca al contrario. Y, a pesar de todo, había intentado hacer caso omiso de ese descubrimiento interno. Hasta aquel momento.
-¿Y yo cómo debo llamarte ahora? ¿Cenicienta?
Y dale, ¡todavía con esas comparaciones!
DongHae frunció el ceño.
-Me inquieta el hecho de que continúes citando a Disney…
-¿Quieres decirme qué diablos estás haciendo aquí? –exclamó HyukJae exasperado.
-Oh, sí –respondió DongHae ocupando un lugar enfrente de él-. ¡Tengo una cita con Siwon!
-Bueno, felicidades.
DongHae hizo una mueca de descontento y cruzó los brazos sobre el pecho. HyukJae, a veces, era insoportable. Se jactaba todo el tiempo de sus conquistas y se mofaba de él en cada ocasión, pero si era él quien por una vez tenía algo que contar, entonces no, no estaba bien.
-Me esperaba una pizca más de entusiasmo.
-¡No me gusta ese Siwon!
-¡Pero hazme el favor! ¡Si cuando te lo presentaron, estabas por derretirte sobre sus brazos!
-Eso fue antes de que…
-¿Antes de qué?
-¡Antes!
-¡¿De qué cosa?!
-DongHae, de verdad. Ahora no tengo tiempo.
HyukJae comenzó a leer los documentos que tenía frente a él, con la esperanza de que el otro se fuera de allí.
-Como quieras –murmuró DongHae levantándose de su silla-. De todos modos, gracias. Me has hecho comprender que eres un idiota. O más bien, lo sabía desde hace mucho, pero ha habido momentos en los que no has sido tan terrible. Sin embargo, al final, eres un egocéntrico: lo que le sucede a los demás no te importa un carajo –concluyó DongHae saliendo de la oficina, sin dejar tiempo a HyukJae de reaccionar.
Era verdad: HyukJae era un egoísta, siempre lo había sido, pero en esta delicada circunstancia en particular no era el egocentrismo lo que le hacía comportarse de esa manera. Simplemente le molestaba que DongHae saliera con Siwon, pero nada más lejos de él que la intención de decírselo a la persona interesada.
Otra cosa que nunca admitiría era el hecho de que, después de ese diálogo desagradable, las relaciones entre DongHae y él se enfriaron inmediatamente y esto le disgustaba totalmente. Por la mañana, se lo cruzaba aún en la salita que usaban para preparar el café, pero, por lo general, el otro estaba demasiado ocupado intentando cortejar a Siwon para mirarlo y, las pocas veces que lo hizo, tenía una expresión tan irritada que a HyukJae no le gustaba en absoluto. También se dio cuenta de que había empezado a cerrar la puerta, especialmente cuando entraba Siwon, y eso lo fastidiabas más que una aguja gruesa debajo de las uñas.
Un día tomó una decisión. Entró a la oficina de DongHae, con fingida indiferencia y le puso bajo las narices la tarjeta de invitación a la inauguración de un nuevo local
-¿Qué se supone que debo hacer con esto? –preguntó DongHae, levantando la vista hacia él.
-No lo sé. ¿Tú que dices? ¿Vamos? –HyukJae suspiró, sacudiendo la cabeza-. Yo quería preguntarte si te parecía que vayamos juntos –añadió después, tratando de refrenar la lengua.
DongHae lo miró con asombro.
-Tú… ¿y yo?
-Sí, ¿por qué? ¿Qué tiene de extraño? –preguntó HyukJae con un solo aliento.
-Hay muchas cosas extrañas en ello, Hyuk –respondió DongHae riendo-. De todos modos, no puedo.
-¡Pero si todavía no te he dicho cuándo es, aún!
-Si me das un pase para una inauguración, supongo que será en la fecha que está escrita. Es esta noche. Y yo no puedo.
HyukJae hizo una mueca y se encogió de hombros.
-Como quieras.
-Tengo que verme con Siwon.
-¿Te lo he preguntado, acaso?
DongHae le lanzó una mirada fulminante.
-¿Y así debería querer salir contigo? ¡Pero qué idiota eres!
DongHae tenía razón y HyukJae lo sabía, pero había sido más fuerte que él.
-Quiere decir que tendré que ir solo –murmuró mientras regresaba a su oficina. Y así lo hizo.
***
Esa noche, sólo para distraerse y aliviar su pena de hombre rechazado (claro, si hubiese intentado aquello sin ambigüedades en lugar de hacer el idiota, tal vez las cosas podrían haber sido de diferente modo… tal vez) fue a la inauguración de la sala.
Con enorme sorpresa, y al mismo tiempo con ninguna, se encontró rodeado de pies y manos por un tipo en cuestión de poco más de una hora, en un pequeño diván aislado. Un clavo saca a otro clavo siempre funcionaba. Más o menos.
Cuando su conquista se levantó para ir a buscar una bebida, HyukJae se recostó contra los almohadones, dejando que sus ojos se perdieran entre la multitud. Y fue en ese momento que lo vio. Era él. Estaba seguro de ello.
Irguió el torso para sentarse y aguzó la vista, absteniéndose de acerarse. ¿Qué demonios estaba haciendo Siwon allí? ¿No debía verse con DongHae? Las posibilidades eran dos: o DongHae le había mentido para no salir con él, o Siwon había mentido a DongHae, y la segunda posibilidad le hizo subir la presión.
Permaneció observándolo, deshaciéndose de la mala manera del muchacho que había retornado con un cóctel y se le había sentado al lado. Con enorme desilusión, no notó nada extraño, ningún coqueteo particular, ninguna cosa que pudiera echar a la cara de DongHae, aparte del hecho de que él estaba allí con el jefe del bufete. ¿Qué estaban haciendo allí juntos? HyukJae decidió no dejarse ver y se levantó del sofá, tomándose aún unos pocos minutos más para analizar la situación.
Mano sobre el hombro, sonrisas. Mmh, había, en efecto, algo sospechoso entre aquellos dos y, aunque sabía que su jefe estaba casado, esa situación no le gustaba en absoluto.
A la mañana siguiente, HyukJae esperó a DongHae fuera de la salida del café. Cuando lo vio salir con Siwon, lanzó una mirada asesina al recién llegado y puso una mano sobre el brazo de su compañero, ganándose el mismo tipo de ojeada de parte de él.
-¿Puedo hablar contigo un momento?
DongHae lo miró con suspicacia, pero asintió con la cabeza antes de volverse a saludar a Siwon con una sonrisa luminosa que le provocó a HyukJae ganas de vomitar.
-¿Qué quieres? –le preguntó inmediatamente después DongHae, cruzando los brazos sobre el pecho.
-Vamos, dime por qué no querías salir conmigo ayer. Y quiero la verdad, ¿de acuerdo?
DongHae levantó las cejas, sorprendido por aquella pregunta, sobre todo por el hecho de que HyukJae insistiese tanto en ese asunto.
-Te lo dije. Tenía que verme con Siwon.
-Ajá, ¿Y?
-¿Qué carajo quieres decir con “y”? –dijo el otro cada vez más fuera de sí.
-Y… ¿se vieron?
-Lo siento, HyukJae, pero no creo que sean cosas de tu incumbencia…
-De acuerdo. Resetiemos todo de nuevo. Hagamos cuenta que tú no sientes una profunda antipatía por mí y respóndeme.
-¡Yo no siento una profunda antipatía por ti! ¡Eres tú el que siempre se comporta como un idiota!
-Es la misma cosa.
-¡No, no lo es!
HyukJae puso los ojos en blanco.
-¡Cómo eres de detallista! Está bien, yo me comporto como un idiota y tú no me soportas, pero ¿podrías responder a mi pregunta por favor?
DongHae estaba a punto de señalar alguna que otra cosa más, pero esas dos últimas palabras, pronunciadas por HyukJae, lo dejaron pasmado. No podía recordar haberle escuchado pedir algo “por favor” a nadie.
Tomó una profunda respiración antes de contestar:
-No.
-¿No… no me respondes?
-No. ¡”No” es la respuesta, idiota!
-¡No soy un idiota! ¡Eres tú que te explicas que das asco!
DongHae lo fulminó con la mirada, pero HyukJae de repente se dio cuenta de lo que el otro le había contestado. Tomó una honda respiración y trató de hablar con calma.
-Oh, no lo has visto… ¿y cómo es eso?
Ahora DongHae se sentía más incrédulo que irritado, casi divertido.
-Hyuk, comienzas a preocuparme. ¿Desde cuándo te interesas tanto por mi vida privada?
Desde hace poco, pero y aparece que fuera demasiado tiempo.
-De todos modos tenía que salir de la ciudad, ir a lo de un cliente- continuó DongHae con naturalidad.
La boca de HyukJae se abrió mientras sus ojos lanzaban dardos.
-¡No es cierto! –exclamó con voz chillona, atrayéndose encima la mirada de los demás colegas.
DongHae frunció el ceño y ensombreció el rostro.
-¿Qué estás diciendo?
-¡Digo que lo vi! ¡Y no estaba ciertamente fuera de la ciudad con un cliente, estaba en la discoteca que se inauguró con nuestro jefe!
DongHae pareció vacilar un momento y luego se quedó reflexionando.
-Podrían haber ido juntos a lo del cliente y, en el camino de regreso, se pudieron haber detenido.
-¿Para bailar? ¿Con el jefe?
-HyukJae, no entiendo por qué estás haciendo todo esto, pero es realmente muy desagradable. Mientras se trate de una broma, está bien, pero si crees que voy a dejar que arruines esta… cosa… que tengo con Siwon… bueno, te equivocas groseramente.
HyukJae se quedó herido por aquellas palabras de DongHae, aunque nunca lo admitiría.