Capítulo 3:
Una semana más tarde…
Después de la última discusión, DongHae y HyukJae se habían mantenido a distancia el uno del otro. Incluso en el pub, después del trabajo, nunca se sentaban juntos y HyukJae había, además, dejado de burlarse de él. Esto había llenado de placer a DongHae inicialmente, pero luego le había parecido casi contra natural esa situación. Ya que desde que había comenzado a trabajar allí, siempre había sido de ese modo. No se cuestionaba qué cosa podía haber provocado aquello, pero no podía negar que, en el fondo, la cosa le molestaba un poco.
HyukJae, por su parte, no tenía en verdad intención alguna de admitir que estaba evitando a DongHae porque le roía el hígado verlo feliz con Siwon. Él no era como aquel nuevo abogado, todo elegante y con clase, él era como era: sin filtro tal vez, pero sin duda sincero. Había tenido su buena dosis de mentiras en el pasado y solo el pensamiento de decirlas (o ser víctima de ellas) le hacía hervir la sangre, además de enfermarle un poco el corazón.
Y además, HyukJae no era para nada de los que ruegan para tener una oportunidad.
Estaba claro que DongHae no le consideraba bajo ese aspecto por lo que decidió barrer todo aquello bajo la alfombra.
Y tal vez, todo hubiera ido por el camino correcto, si esa noche, al final de la jornada laboral, no hubiese notado las marcas rojas bajo los ojos de DongHae. Contó hasta diez un número indeterminado de veces y luego se decidió acercarse a él.
-Hey, hola… ¿mal día?
DongHae se sobresaltó levemente y se volvió para mirar a HyukJae, encogiéndose de hombros.
-¿Y Siwon? –continuó HyukJae.
-Vete a cagar.
HyukJae levantó las cejas, genuinamente sorprendido.
-Disculpa, ¿me mandas a cagar… a mí?
-Sí, a ti. ¡Sé que has estado esperando precisamente esto! ¡Vamos, ríete! ¡Por qué no haces una de tus acostumbradas bromas de mierda!
HyukJae estaba aturdido, pero había una pizca de tal sufrimiento en la voz de DongHae que no pudo ni siquiera enfadarse.
-DongHae, en serio, no sé a qué te refieres.
-Él me traicionó, ¿de acuerdo? ¡Tú tenías razón! ¡Tiene una historia con… con quien tú sabes!
La boca de Hyuk se abrió con asombro. De acuerdo, era cierto que había visto algo extraño entre Siwon y su jefe pero, precisamente porque el jefe estaba casado, no pensaba que…
-¿Te lo dijo él?
DongHae asintió y elevó la nariz.
-¡Oh, qué gesto más noble! –Murmuró sarcásticamente HyukJae-. Vamos, ven conmigo, salgamos y vayamos a beber juntos un café decente en alguna parte- añadió, poniendo una mano sobre el hombro de DongHae.
-… Y, como si no fuera suficiente, me han desalojado de mi casa… -murmuró abatido.
-¡Oh, mierda! Me parece que tal vez sea mejor que te lleve a emborracharte…
-¿Crees que sea una buena idea? –preguntó DongHae con la sombra de una sonrisa.
-¿Se te ocurre una mejor? –replicó HyukJae devolviéndole la sonrisa y haciéndole señas indicando la salida del lugar.
***
HyukJae estaba sorbiendo su cerveza, escuchando por enésima vez el monólogo de DongHae sobre cómo habían sucedido las cosas, notando cómo las palabras, poco a poco, se volvían más pausadas y apagadas.
-Quizás sea mejor que te lleve a casa –dijo HyukJae volviéndose hacia él para mirarlo. Se veía tan hermoso… y tan borracho.
-¡No quiero regresar a casa!
-Ya casi no te sostienes de pie…
-¡No! Es solo que… no quiero quedarme solo, es eso –lo interrumpió DongHae mirándole los ojos.
HyukJae tuvo que tragar saliva para no dejarse llevar por el momento y echarle los brazos al cuello mientras saboreaba aquellos labios húmedos de cerveza.
-Emm, ¿quieres… quieres venir conmigo?
DongHae le dio una sonrisa traviesa, sin embargo, tan borracho como estaba, esta sólo le provocaba ternura.
-¿Prometes que mantendrás las manos para ti mismo, Garfio?
-Sí, sí, vamos. Y no hagas esas bromas, que sé muy bien que no estás interesado en mi –respondió HyukJae levantándose del taburete para ayudar a su compañero a hacer lo mismo.
DongHae estaba borracho, muy borracho, sin embargo esa respuesta lo desconcertó.
-¿Por qué me dices eso?
-Por nada.
-HyukJae…
-Por nada, te dije. ¡Estás borracho y quién sabe lo que entiendes!
-Borracho no significa sordo, ¿sabes?
-Estás lleno de cerveza hasta los oídos. Apuesto que están inundados en ella.
-No me hagas reír.
Inmediatamente después, DongHae se puso serio y miró alrededor.
-¿Qué? ¿Escuchas voces, ahora? –lo provocó HyukJae y, un momento después, los ojos café de su amigo lo clavaban en su lugar.
-No. Me di cuenta justo ahora que realmente te quedaste conmigo… quiero decir… no te fuiste a la pesca de alguien más… Y esto está lleno de hombres…
HyukJae tosió e inclinó la cabeza, tomando a DongHae por el brazo.
-Sí, bueno… pero ¿por quién me has tomado? No dejaría jamás a un despojo como tú abandonado a su suerte.
-Gracias.
HyukJae pensaba que DongHae había respondido de modo irónico y le dio una sonrisa burlona.
-¿Por qué? ¿Porque dije que eras un despojo? ¡Si es la verdad!
-No, porque no me has dejado solo –murmuró DongHae, inclinándose hacia adelante para darle un beso en la mejilla.
El tiempo se detuvo a su alrededor y HyukJae sintió un hormigueo debajo de la piel que lo hizo estremecerse. Fue un simple beso en la mejilla y, sin embargo, estaba tan lleno de dulzura que no pudo hacer otra cosa más que suspirar.
-Pon… pongámonos en camino –balbuceó entonces bajando la mirada-. No quisiera que te quedaras dormido sobre el mostrador –murmuró a continuación, mientras arrastraba a DongHae fuera del local.