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Oh SeHun por Bitter

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Cuando conoció a SeHun no le pareció nada de otro mundo, es más, no entendía porque las chicas de su clase parecían tan alborotadas y hormonales cuando hablaban del alumno de primer año de danza. Vamos~ Que ser tan alto no podía ser su único atractivo ¿No? ¿Qué estaba mal con los pequeñitos como él? Los de su tipo tenían un inmenso corazón y quizás algunas cosas más, lamentablemente no era su caso. KyungSoo era un come libros, responsable y ordenado, quitado de bulla, algunos pocos, pero muy buenos amigos, como Baek ¿Qué sería el mundo de Soo sin Baek? Tenía claro que nada y es que aquel era todo lo contrario a él, desordenado y alegre, revolucionaba su mundo con sus locuras y esa incapacidad para quedarse callado.  Y bueno, todo comenzó por ahí.

Salían de su clase de antropología y habían quedado en juntarse en un café, con Yixing y ChanYeol, aquel grandulón que lo incomodaba un poco con su mirada tan… ¿Cómo se podía describir la mirada de ChanYeol? Era algo de otro mundo para comenzar, sus ojos eran como enormes escáner que parecían dejarlo desnudo hasta el hueso. Por lo mismo siempre intentaba no pensar mucho, al menos, no cosas obscenas cuando estaba cerca de él, hasta el día de hoy sentía que el “Gigante” como lo llamaba él, tenía la capacidad de leer sus pensamientos.

Pero bien, habían quedado en reunirse con sus amigos y para eso, tenían que atravesar la facultad de artes, la que siempre le había parecido muy bonita, con sus techos altos y arquitectura moderna, casi todas las paredes eran de vidrio o concreto, muy Bauhaus, al contrario de la facultad de educación y letras, que parecía sacada del siglo pasado, a punto de caer a pedazos.

Y entonces, BaekHyun y su maldita/bendita curiosidad dieron inicio a todo, un grupo de chicas gritaba alborotadas junto a una de las inmensas ventanas, así que no le extrañó el verse arrastrado hacia el interior hasta sentir su rostro estampado con la fría superficie.

¡SeHun! ¡SeHun! — Gritaban descontroladas y molestas… ¿Cuál de todos  los chicos era SeHun? Se preguntó, pasando la mirada entre un chico de cabellos rubios que lucía bastante infantil y aniñado “probablemente él”, pensó, un poco más allá, otro con aires a diva, ese sin duda era del grupito de Baek por el estilo y los aires que tenía y por último un chico pálido, con el ceño fruncido, delgado, demasiado, definitivamente esa no era ¿Cierto? — ¡Está mirando hacia acá! — Gritaron, temiendo por sus tímpanos, cuando sus ojos inmensos se encontraron con los de aquel que juzgaba sin conocerlo como un antipático, sin duda pronto le saldrían arrugas ahí, justo en medio de sus cejas, pero su estómago por algún motivo se revolvió.

Woh~ Ese chico baila muy bien, casi tanto como Taemin, supongo KiBum no está nada bien con eso. — Comentó su amigo, que permanecía pegado a él viendo el espectáculo que en realidad eran simples clases. Quiso preguntar quién era quién, pero esas chicas no dejaban de gritar. — Ven, vamos a saludar. — Sugirió, aunque en realidad no tuvo oportunidad de decir no, estaba siendo arrastrado una vez más al interior. Y como lo había pensado momentos atrás, ese chico con aires de diva saludaba cariñoso a su amigo, mientras los otros dos dejaban pronto de ensayar y se unían a ellos. — KyungSoo, este es KiBum, el de acá es Taemin ¿No es adorable? — Preguntó, jalando las mejillas del chico con facciones de niña… Entonces… SeHun era… ¿El antipático? — Y este de allí es SeHun, no habla mucho a decir verdad. ¡Hola SeHun! ¡Estás en los huesos, con un demonio! — Exclamó y KyungSoo aún no se sentía listo como para girarse y encontrar otra vez ese semblante que parecía indicar con luces fosforescentes un “No me hables”. Los saludó a todos con un pequeño movimiento de cabeza, riendo nervioso, notando que como siempre era el más bajito del grupo.

 Baek, los chicos nos esperan… — Logró decir, aún cohibido observando a todos, feliz de que el mencionado hubiera accedido, KiBum y Taemin salieron de la sala de ensayos primero y ese con semblante de niño antipático seguía en la sala, aún cuando ya estuviera a oscuras, pero las chicas parecían continuar pegadas allí sin intención de salir, entonces comprendió un poco la situación de ese inexpresivo muchacho.

Ese día cambió todo para KyungSoo.

Adelante Baek, enseguida me uno a ustedes. — Gritó, alejándose de su amigo, quién se encogió de hombros y siguió adelante. Entró nuevamente a la sala y miles de chicas comenzaron con sus gritos otra vez. La mirada de aquel casi desconocida se mantuvo en la suya por unos segundos más, provocando nuevamente aquella sensación extraña, estaba perdido en esa mirada filosa y cuando reaccionó, sólo tomó la mano del joven bailarín y la apretó con fuerza, arrastrándolo de allí en una pequeña carrera.

¿Por cuánto tiempo corrió con él de la mano?  No lo sabía con claridad, lo único que tenía claro en este momento, era esa sensación de adolescente que sentía, la emoción y su mano aferrada a los dedos casi esqueléticos. Llegaron hasta los jardines posteriores y cuando se aseguró que no había nadie cerca lo soltó y se tiró al pasto, descansando, sintiendo su pecho subir y bajar.

¿Por qué hiciste eso? — Preguntó una vez, haciendo que se sentará otra vez, así que esa clase de voz tenía.. “Quiero recordarla” pensó.

KyungSoo, me llamo KyungSoo y te cuidaré. — Aquellas palabras salieron de lo más profundo de su ser ¿Por qué decía algo como eso?  No lo entendía, probablemente ni si quiera era consciente del peso que sus palabras tenían.

Gracias KyungSoo Hyung — Dijo muy bajito entonces SeHun, sentándose junto a él.
Y ese día todo comenzó… KyungSoo jamás pudo imaginar los días venideros o aquella confesión que el joven SeHun le hizo una tarde, cuando le contó que desde que había comenzado a estudiar allí siempre lo había observado ¿Cómo se supone que tenía que tomarse aquellas  palabras? Sólo sabía que lo hacían sentir feliz y especial, como tomar la mano de SeHun, como cuidarlo y preparar comida para él cada día. KyungSoo no lo sabía bien, pero había algo en él, algo más… No era sólo baile, pudo ver en sus ojos, como una revelación lo roto que por dentro se encontraba SeHun… Era algo lamentable, triste… Algo que el debía llenar con cariños, debía unirlo y armarlo otra vez, porque estaba enamorado, sin duda eso era amor y él no dejaría que nadie volviera a dañar a su pequeño Hunnie…

Quizás por eso no le extrañó en nada aquella noche, cuando le contó acerca de un JongIn, un amigo imaginario que había tenido SeHun cuando era pequeño y se encontraba en medio a una situación complicada, él sabía que cosas así ocurrían, hasta había visto dibujos del pequeño niño, aunque SeHun ya no dibujaba más.  También  le contó de ese que fue su primer novio, Tao. Aunque lo que le provocó más desagrado fue saber de aquel estudiante en práctica, LuHan ¿Cómo se había atrevido a besar a su pequeño? Además… ¿Por qué ese nombre le sonaba tanto?

KyungSoo los borraría a todos, a todos con besos y caricias, como aquella noche… Él sería el único, para siempre.

Después de todo, él era su novio ahora y todo estaría bien ¿No?

Llevaban cuatro meses de relación y ahora habían más sonrisas en ese rostro pálido, SeHun estaba tan enamorado de él, como el mismo lo estaba ¿Cierto? Daba igual que un nuevo y joven maestro de Jazz llegará, aún cuando tuviera aquel nombre que tanto perturbaba a SeHun. Porque aquel nuevo maestro que comenzaría a impartir clases la próxima semana se llamaba Kim JongIn.


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