Kirishima intentaba dormir, pero no dejaba de pensar aquella advertencia que le hizo Hatori. A pesar de haber pasado una semana, por su mente seguía rondando esa escena.
El problema no era la advertencia en sí, sino la forma en que la dijeron. Parecía el de una persona intentando alejar a los pretendientes de su novio/a y marcar su territorio frente a esta. Él sabía muy bien eso porque más de una vez lo hizo con su esposa en sus años de noviazgo.
Lo curioso del asunto era que con ninguno de los otros tres había sentido ese sentimiento, solamente con el hombre. Por su mente no dejaba de rondar cuál sería la relación entre esos dos.
No lo había visto lo suficiente con Yokozawa como para poder resolver su dilema, por lo que sólo le quedaba un camino y era el que no quería pisar; preguntarle directamente a Yokozawa, sin embargo, este de considerarlo inadecuado o incontestable va a rechazar contestarlo.
Pensó una vez más en dormir, pero estaba casi seguro que este tampoco le traería tanta tranquilidad.
Desde ese día, empezó a soñar los diversos tipos de relaciones que tenían esos dos, desde la relación entre amigos, hasta amantes. Esto último siempre le dejaba un amargo sabor de boca, puesto que significaría que todo ese tiempo lo estuvieron engañando.
Cuando no soñaba con eso, tenía el sueño recurrente que tenía desde que habló por primera vez con Yokozawa.
Lo que lo intranquilizaba era que mientras fuera más profunda su relación, más detalles mostraba el sueño. Cuando vio que la persona a la que intentaba detener era Yokozawa dejó de restarle importancia al sueño.
Había intentado más de una vez hablar con Yokozawa sobre eso, pero algo muy dentro de él se lo impedía, como si no fuera el momento indicado para hacerlo.
Soltando un enorme suspiro, regresó a la fastidiosa faena de intentar dormir, esperando a que al menos tuviera el sueño que lo dejaba un poco más tranquilo.
Por lo general consistía en que Yokozawa y ese hombre fueran solamente amigos y como papel del mismo, intentaba evaluar si merecía la pena que su amigo anduviera con él.
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Yokozawa apenas despertaba de esos sueños en donde hablaba con Hiyori, un poco más relajado de escuchar la narración infantil de la niña. Por lo general le brindaba un poco de paz en sus días que empezaban a complicarse.
Desde que conoció a Kirishima, sus días tranquilos se esfumaron frente a sus ojos.
Pensar que aquel hombre del cual debía apartar de sus misiones terminaría enamorado de él y viceversa. Esa situación jamás la pudo prever ya que sus mismas condiciones se lo prohibían.
Por si fuera poco, sus asistentes empezaron a hacer desapariciones repentinas pero realmente no tenía ni idea de lo que planeaban entre ellos.
A partir de la semana anterior, uno de ellos se quedaba con él para protegerlo. Afortunadamente ninguno se había dado cuenta de que empezaba a dormir mucho más seguido sino ya hubieran tomado cartas en el asunto.
Agradecía su preocupación pero simplemente estaban exagerando. Y cuando exageraban en cuidarlo, hay una persona específica detrás de esto: Hatori.
De los cuatro era el que tendía a exagerar ese tipo de detalles a causa de su pasado antes de llegar aquí, era comprensible pero llegaba un momento en que lo asfixiaba.
Además, al ser el maestro de los otros tres, podía convencerlos de seguirles la corriente con mucha facilidad.
Tendría que convencerlo de que no estaba en tanto peligro, aunque eso realmente sería mentir.
Detrás de él, se escuchó el sonido tan característico de los cascabeles. Pidiendo que esta vez fuera más fácil deshacerse de sus asistentes fue a revisar su siguiente misión.
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En el centro comercial, frente a una pastelería, Kirishima tomaba una decisión. Si quería saber qué tipo de relación tenía esos dos debía preguntarle a Yokozawa.
Pero debía ser cuidadoso y no preguntarle directamente sus sentimientos hacia él, porque eso jamás le respondería. Le había dejado muy claro que ni siquiera poniéndose celoso le diría lo que sentía por él.
Lamentablemente, él era muy celoso con sus parejas por lo que ahora tendría que tener mucho auto control de sus sentimientos.
Cuando por fin lo vio llegar, se sorprendió de que estuviera solo aunque era una gran oportunidad de hacer lo que quería sin interrupción de nadie.
Se acercó hacia él y le dio un casto beso en los labios porque aunque no estuvieran sus asistentes, seguía habiendo personas alrededor.
Fue recompensado con un leve sonrojo de Yokozawa, el cual apartó su vista de la suya en un intento de esconder su vergüenza.
Inmediatamente fueron hacia la pastelería para poder vigilar a su siguiente encargo.
Para Kirishima fue bastante difícil encontrar el momento adecuado para preguntarle sin interrumpirlo, por lo que decidió comenzar en cuanto se instalaron dentro del local.
-¿te puedo preguntar algo?
-depende.
Teniendo práctica con él, si no le gustaba la pregunta simplemente no le contestaría. Empezando a tantear el terreno comenzó con preguntas simples.
-¿desde cuándo conoces a tus asistentes?
-a cada uno lo conocí en diferente tiempo pero dudo que te pueda decir lo de cada uno, puesto que no los conoces por su nombre.
-ya me he encontrado con todos, simplemente dime cómo son junto con su nombre.
-el más bajo de todos es Kisa Shouta, fue la segunda persona a la que conocí, por lo que puedo decirte que ya tiene bastante experiencia.
Por lo visto solamente le diría los lugares que cada uno ocupaba, pero no replicaría con eso.
-el que le sigue en estatura de con ojos azul oscuro es Yoshino Chiaki, la cuarta persona a la que conocí. Tiene todavía un largo camino por recorrer, por lo que apenas sigue aprendiendo.
Al fin les pudo dar nombre a aquellas personas que había encontrado la primera vez en aquella tienda de ropa.
-la persona que me esperaba fuera de la heladería es Yukina Kou, es la tercera persona que conocí. Tiene más conocimiento que Chiaki pero le falta controlar su temperamento en tiempos desesperantes, en pocas palabras es con quién debes tener un poco más de cuidado.
Ahora entendía la prisa por irse de la heladería.
-la persona que conocí primero tal vez no la has visto en su forma verdadera. Es el muñeco que siempre entrego a las personas en las misiones. Su nombre es Hatori Yoshiyuki, es el que tiene más experiencia de los cuatro y es quién le enseñó a los demás.
Eso le cayó como piedra al estómago. Significaba que conocía mucho mejor a Yokozawa que él. Sin poder evitarlo empezó a preguntar cosas más personales.
-¿qué tipo de relación tienes con él?
-¿con quién?
-con Hatori, porque por lo visto te conoce mucho mejor que los demás.
Sin entender realmente lo que le preguntaba Kirishima, respondió.-simplemente somos jefe y subordinado.
-no creo que un subordinado amenace al novio del jefe simplemente porque no le agrade.
Dejando a un lado la clasificación que le había dado Kirishima a su relación, se enfocó en la parte donde lo amenazaban.
-espera un momento, ¿cuándo te amenazo?
-hace una semana, después del fallido intento de asustarme de los otros tres.
Al fin comprendió por qué lo habían dejado solo en esta misión con tanta facilidad. Habían confiado que con eso lo mantendrían alejado de él, sin embargo él ya lo había hecho tiempo atrás y por obvias razones no había funcionado.
-no sé lo que te dijo pero te recuerdo varias cosas: si en verdad tuviéramos una relación sentimental, nunca hubiera aceptado tu propuesta. Además de que no serías el primero en muchas situaciones.
Sin convencerse completamente alegó:-entonces si no tienen ningún tipo de relación, entonces ¿por qué me amenazó?
-porque de cierta manera se siente responsable de mí. Podríamos decir que sus sentimientos hacia mí son como los de un hermano mayor que dejan responsable para que cuide a su hermano menor.
Viendo que no había nada más allá de la simple relación fraternal, pudo relajarse al fin.
Notando que Yokozawa lo veía fijamente con el ceño fruncido, preguntó-¿qué pasa?
Sin pensarlo dos veces le hizo la pregunta.
-¿en qué situaciones te dan los ataques de celos.
-cada que alguien se ve interesado en ti de cualquier manera, las cosas a las que les prestas más atención que a mí, cuando una persona, animal o cosa entra en contacto contigo…
-en pocas palabras todo aquello que entra en contacto conmigo, ya sea directa o indirectamente.
-exacto.
Soltando un suspiro resignado, no pudo evitar pensar la clase de persona de la que se había enamorado.
Tan sólo esperaba que tuviera más tolerancia con su hija, ya que en todo este tiempo habían logrado realizar una relación un poco más estrecha de la que tenía con sus ayudantes.
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No muy lejos de ahí, estaban Kisa y Chiaki vigilando a la persona que sería llevada al infierno, cuando Yukina apareció entre los dos.
Sin poder ocultar su ansiedad, Chiaki empezó a hablar.
-¿todavía están viéndose?
Yukina se limitó a asentir, conteniendo apenas la furia que rugía en su interior. Le había contado todo su autocontrol no meterse en el local y matar al tipo.
-¡sabía que la amenaza de Hatori no funcionaría!-agregó Kisa con enojo por haber dejado solo a Yokozawa.
-¿ahora qué hacemos?
- no lo sé Chiaki. Al ser esto una situación de primera vez, tendremos que proceder por ensayo y error-intentó razonar Kisa.
-si claro, y si fallamos nos llevamos en medio a Yokozawa-sama, sin presiones- comentó Yukina con tono sarcástico.
-entonces sugiere algo más Yukina-comentó molesto Kisa.
Con esto, los tres empezaron a pensar en la mejor forma de proceder para separarlos y con ello acabar con el riesgo.
Después de un momento Chiaki encontró otro enorme inconveniente.
-chicos ¿Emma ya sabe de la relación que tiene Yokozawa-sama?
Con esto, los otros dos vieron que habían dejado un punto muy importante fuera de sus planes. Si Emma se enteraba, no sabían lo que sería capaz de hacer.
Así como podría manejar las cosas a su favor para deshacerse del hombre, también podría complicar las cosas para que al final Yokozawa terminara en el infierno.
Por lo que, además de intentar separarlos, deberían esconder el suceso de Emma si es que todavía no lo sabía.
- ¡demonios!- comentaron a coro Yukina y Kisa e inmediatamente empezaron a pensar en un plan para que Emma no se enterara de lo ocurrido.
Lamentablemente, ninguno de los tres notó la sombra que se encontraba detrás de ellos, la cual se había pegado a Yukina desde que fue a vigilar a Yokozawa.
Antes de que cualquiera de los tres percibiera su presencia, desapareció del lugar, ideando la mejor manera de proceder ante su nuevo hallazgo.
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