Kirishima se encontraba teniendo el sueño recurrente. Ahora podía ver que no estaba solo; alrededor de él había una multitud de personas sin rostro viendo pasar a Yokozawa, como si esto fuera un espectáculo.
De repente pudo escuchar una voz desconocida proveniente de su lado izquierdo.
-¿lo amas?
Intentó voltearse hacia la voz, pero su cuerpo no le respondía, haciendo que fuera imposible apartar la vista de la escena ante él.
Nuevamente la voz volvió a escucharse.
-¿lo amas?
Sabiendo a quién se refería, sin titubear ni un momento contestó:
-sí.
-¿no sientes miedo de él?
Kirishima intentaba contestar con más palabras, pero de su boca simplemente salían monosílabos.
-no.
-dime ¿le temes al infierno?
Kirishima lo pensó por un momento, pero al final dio una respuesta negativa.
-no.
La voz calló por un momento, como si analizara la verdad de las palabras de Kirishima. Cuando Yokozawa pasaba frente a él, volvió a hablar.
-entonces no lo dejes ir.
A pesar de que quería preguntar el porqué, una parte de él sabía a lo que se refería. Hizo hasta lo imposible por moverse, pero su cuerpo simplemente no le respondía.
Antes de que Yokozawa desapareciera de su vista, la voz se escuchó una última vez.
-por favor, no lo dejes ir.
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Kirishima despertó agitadamente a causa del sueño tan vivido que tuvo. Ese último sueño fue el que más detalles había mostrado, además de que era el primero en donde podía interactuar con otra persona. Eso en definitiva no le daba buena espina.
Por lo general, ese sueño lo había tomado a modo de estándar de cómo iba su relación con Yokozawa. Entre más detalles mostraba, significaba que conocía más a Yokozawa.
Esta vez, si había interpretado bien, significaba que algo malo se acercaba a ellos y por las preguntas que le hizo aquélla voz, vendría del infierno.
Tan sólo esperaba tener la suficiente fuerza para poder protegerlo.
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En un restaurante de comida rápida cuatro personas se reunían para encontrar un nuevo plan que los ayudara a deshacerse de Kirishima. Pero rápidamente perdían los estribos.
-esto es inútil-masculló Kisa ya cansado de tantos planes fallidos.
-por más que intentamos, simplemente no funcionan-continuó Chiaki.
-odio darme por vencido, pero esta vez no me queda otra opción-se lamentaba Yukina para seguirle la corriente a los demás.
Mientras, Hatori contemplaba una opción que, así como podría ayudarlos podría perjudicarlos.
Yukina notó el rostro pensativo de Hatori, por lo que supuso que tenía un plan.
-Hatori, ¿se te ha ocurrido algo?
-sí, pero puede ser muy perjudicial para Yokozawa-sama.
Con eso llamó la atención de los otros dos.
-¿exactamente que planeas Hatori?- preguntó Kisa un poco más esperanzado.
-me decían que nunca nos acordamos de ocultárselo a Emma ¿verdad?
-sí- comentaron los tres a coro.
-entonces lo más seguro es que ya lo sepa.
-¿y eso es bueno o malo en esta situación?-preguntó Chiaki.
-Bueno ya que, por más que me duela admitirlo, nosotros ya no podemos hacer nada para detener a ese hombre. Lo único que nos queda es que Emma decida eliminarlo y que no decida ponerse en contra de Yokozawa-sama.
Los otros tres se mostraban apesadumbrados, pero le daban la razón a Hatori, porque sus planes no servían de nada.
Tan sólo les quedaba esperar y ver cuál era la decisión de Emma.
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Yokozawa tenía migraña, por lo que decidió mantenerse acostado dentro de su casa con las puertas cerradas.
Desde hace días que el dolor no lo dejaba en paz, siendo una alarma para él ya que siempre este le advertía de cambios radicales en su día a día.
Pero por lo general, esos dolores duraban cuando mucho un día entero, mientras que esta vez se prolongaron de manera preocupante.
Mientras pensaba en los posibles motivos, el sonido de los cascabeles se escuchó por la habitación.
Tentado a ignorar ese sonido, decidió contestarlo lo más rápido que pudiera, para así volver a su casa y esperar a que el dolor amainara.
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En un hotel que no era de tan baja categoría, Kirishima reservaba una habitación.
Mientras esperaba a Yokozawa, se había acordado de la plática que mantuvieron hace varios días atrás. En ese momento, se le ocurrió la grandiosa idea de dar el siguiente paso en su relación.
Realmente no tenía planeado adelantar este paso, pero algo le decía que debía profundizar la relación lo más rápido que pudiera. Y que mejor manera de profundizar una relación que conocer el cuerpo del otro de manera más “íntima”.
Aunque debía tener mucho cuidado en lo que hacía; en primer lugar, no era lo mismo hacerlo con una mujer que con un hombre. Afortunadamente había estado estudiando a partir de que reconoció sus sentimientos hacia Yokozawa.
En segundo lugar que nadie más los viera, es decir, que sus asistentes no se percataran de la desaparición de Yokozawa por largo tiempo. Esperaba tener la suerte de las últimas misiones y que esta vez tampoco aparecieran.
En tercer lugar, Yokozawa era virgen, por lo que sería necesario tener mucho cuidado en lo que hacía porque podría lastimarlo. Además tendría que armarse de mucha paciencia, ya que lo más seguro es que se opondrá de hacer varias cosas.
Tan sólo quedaba esperar a que llegara y poder convencerlo de ir a su habitación en el hotel.
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Después de esperar un rato, pudo ver la llegada de Yokozawa con sus tres asistentes. Eso dificultaba su cometido un poco, pero estaba seguro de poder lograr separarlos sin que estos se dieran cuenta.
O Yokozawa podía ordenarles que fueran a otra parte mientras él se quedaba aquí.
Esperó a ver si Yokozawa los mandaba a otra parte y, para su enorme satisfacción, los tres se fueron por distintos caminos.
Inmediatamente se acercó hacia Yokozawa, el cual se había quedado en su sitio viendo cómo se acercaba Kirishima.
Al llegar junto a Yokozawa, lo primero que hizo fue darle un pequeño beso a modo de saludo e inmediatamente tomó su mano y lo empezó a arrastrar.
-¡¿qué demonios estás haciendo?!-gruñó un enojado Yokozawa por no ser advertido de lo que iba a hacer.
-te llevo a un lindo lugar.- contestó Kirishima con una enorme sonrisa en el rostro. Eso intranquilizó y molestó aún más a Yokozawa.
Se detuvieron frente a la puerta de uno de los cuartos. Para gran sorpresa de Yokozawa, Kirishima sacó una llave y abrió la puerta.
-¿pediste un cuarto?
-sí, para lo que vamos a hacer tú y yo necesitamos un poco de privacidad.
Ese último comentario lo desconcertó por un momento, pero al pensar un poco más pudo comprender lo que estaba a punto de suceder. Sin poder evitarlo, se sonrojó completamente.
Antes de que pudiera evitarlo, Kirishima cerró la puerta con llave e inmediatamente la guardó. Intentó desaparecer del lugar para evitar realizar “esa” actividad, cuando Kirishima lo tomó del brazo, evitando su huida.
-no esperes que te deje ir tan fácilmente.
Viendo a Yokozawa intentar zafarse de su agarre, intentó tranquilizarlo un poco.
-yo sé que es tu primera vez, que no estás seguro de lo que vamos a hacer pero por favor tenme un poco de confianza para esto.
En ese instante, Yokozawa dejó de pelear y comenzó a escuchar lo que tenía que decir Kirishima.
-si en verdad no quieres hacerlo no te voy a forzar para que lo hagas.
Yokozawa lo pensó por un momento. En verdad confiaba en Kirishima, aunque en su gran mayoría realizaba planes estúpidos para reunirse que prácticamente funcionaban. Pero en verdad, si pudiera confiarle a alguien que realizara una situación así, sería a Kirishima.
Tomando su decisión susurró.
-está bien.
Sorprendido por ver a Yokozawa ceder tan rápido, comentó.
-pensé que sería más difícil convencerte.
Molesto, no pudo evitar comentar:
-si quieres te lo pongo más difícil.
-no, sólo me sorprendí de que cedieras tan rápido.
Antes de que Yokozawa pudiera comentar algo más, Kirishima lo arrastró hasta la cama y lo empujó para que cayera sobre esta.
Antes de que pudiera sentarse, Kirishima se puso sobre él.
-lo mejor sería que comenzáramos-y con esto último comenzó a besar a Yokozawa.
Mientras lo besaba, empezó a acariciar el torso de Yokozawa por encima de su ropa. Cuando les hizo falta oxígeno para continuar el beso, se separaron un poco.
Mientras su mano empezaba a quitar la camisa de Yokozawa, su boca empezaba a besar la piel desnuda de su torso. Cuando quitó completamente la camisa de Yokozawa fue directamente a su cuello en donde hizo el mismo trabajo.
De repente, Kirishima mordió una parte de su cuello, haciendo que Yokozawa soltara exclamaciones de sorpresa.
-¡auch! ¡¿Qué demonios estás haciendo?!
-marcando mi territorio.
-sabes, esas cosas no van a durar mucho tiem…
Antes de que pudiera terminar, Kirishima realizó otro en el hombro izquierdo.
-no importa, mientras pueda hacerlos.
Mientras lamía esa nueva mordida, su mano se dirigía hacia los pantalones de Yokozawa, pero antes de que pudiera meter su mano, unas voces del otro lado dela puesta bastante familiares interrumpieron el momento.
-Yokozawa-sama ¿se encuentra aquí?
Antes de que siquiera pudiera fingir que no había escuchado eso, comenzaron a tocar la puerta.
Kirishima no tuvo más opción que dejar ir a Yokozawa.
Mientras Yokozawa se ponía la camisa, Kirishima empezaba a quitar la llave que tenía la puerta. Antes de que Yokozawa se fuera, le dio un pequeño beso en la boca.
Cuando quedó solo en la habitación, se dio cuenta que antes de salir tendría que arreglar un pequeño asunto.
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Emma se encontraba en su guarida, espiando todos los movimientos de esos dos. Por lo visto, aquél hombre estaba dispuesto a llevar una relación mucho más seria con Takafumi. Afortunadamente para ese, hombre los asistentes los habían interrumpido, sino él mismo los hubiera detenido.
No podía permitir que eso sucediera, por lo que tendría que intervenir.
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