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Jingoku shonen por desileo

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Kirishima y Hiyori veían la televisión, aunque cada uno se encontraba en su mundo. El primero pensando la mejor manera confesar sus sentimientos a Yokozawa e ideando la mejor manera de robar su corazón. La segunda revisaba todas las posibles opciones para comunicarse con el chico del infierno sin la necesidad de pedirle venganza.

Después de un tiempo, el más grande de los Kirishima se da cuenta de lo que pasaban en la televisión.

Era uno de esos típicos programas que presentaban a un adivino, el cual supuestamente podía leer la mente del público. A pesar de no ver el programa, sabía perfectamente el nombre de este, el cual era Sano Raiko. Era un hombre de estatura baja y regordete, con cabello negro y ojos color miel.

-Hiyo, ¿por qué pusiste ese programa?

La niña para no tener que decirle a su padre que prácticamente escogió el canal al azar para poder seguir pensando en sus planes de conocer mejor al chico del infierno le contestó- no había nada mejor en la tele.

-entonces no te molesta que le cambie ¿verdad?

Hiyo hizo un gesto negativo, dado a su padre el permiso de cambiarle pero algo lo detuvo. En el programa repentinamente apareció una jovencita de unos diecisiete años, cabello café claro, bastante delgada con un vestido del tipo lolita* negro.

El adivino pareció sorprendido, al parecer eso no estaba en el guion. Intentando improvisar, comenzó una plática con la joven.

-disculpe señorita, ¿quién es usted?

-mi nombre es Kayama. Soy una lectora de mentes entre otras cosas, aunque usted ya debería saberlo puesto que yo tengo mi propio programa de televisión.

Viendo que la atención del público decidió continuar.

-ya veo. Entonces ¿pretendes retarme?

-así es, sin embargo debo de advertirle que no soy una charlatana como usted. Mis poderes son reales, gracias a mi visita al infierno.

Ante esto, el otro adivino comenzó a hacer gestos de terror, como si pudiera ver algo que los demás no pudieran.

-admite que eres un fraude y te liberaré de esa visión tan terrible.

El hombre no contestó, por lo que la escena siguió hasta que se desmayó. No se pudo ver más ya que ante lo último fueron a comerciales.

Si era verdad lo que había dicho Kayama de su visita al infierno era muy probable que conociera a Yokozawa, por lo que podría pedirle que lo llamara y así decirle lo que tanto anhelaba.

Sin perder tiempo, empezó a maquinar un plan para encontrarse con Kayama.

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En una estación de televisión, se encontraba Kayama viendo el rencor de Sano hacia ella porque prácticamente lo había humillado frente a millones de personas.

Con la mirada fija en Sano no pudo percatarse de la mujer que se acercó a ella.

-él debe odiarte en estos momentos.

Kayama volteó hacia la mujer reconociéndola como la directora de programa. Viendo su oportunidad comenzó a aplicar su plan.

-realmente no me importa. Es su culpa por pretender tener algo de lo que realmente carece, pero podemos tomar ventaja de esos sentimientos.

-¿qué quieres decir?

-es realmente fácil. Usted conoce al chico del infierno ¿o no?

-por supuesto que lo conozco, es el chico más famoso en internet.

-le propongo algo. Déjeme hacer mi programa en su estudio y le prometo un programa espectacular, en el cual el chico del infierno y yo pelearemos para saber quién es el más fuerte de los dos.

-pero ¿qué tiene que ver Sano-san?

-como usted sabe, el chico del infierno no parece a menos de que alguien contacte con él y esa persona debe estar llena de rencor.

-magnífico, entonces empezaré con los preparativos.

Al retirarse, Kayama empezaba a atar los últimos cabos en su cabeza.

-veamos si con esto te bajas de tu pedestal, chico del infierno.   

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Mientras tanto, Yokozawa tenía un dolor de cabeza bastante fuerte, aunque tenía una ligera sospecha del por qué. En el pasado, cada vez que se avecinaba un evento bastante significativo o doloroso para él,  comenzaba  siempre con un dolor de cabeza.

Masajeándose ligeramente la sien lanzó un suspiro, dándose cuenta de que no se mitigaría a menos de que el evento se presentara.

-tan solo espero que esto no sea tan malo lo que tenga que suceder.

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  Kayama veía desde la sala de grabación cómo arreglaban el escenario. Había tardado alrededor de tres días para convencer a Sano de que ella le permitiría la revancha, pero no era de sorprender dado la humillación anterior.

Mientras veía a las personas trabajar, la directora del programa se acercó.

-¿qué te parece Kayama-san?

-es perfecto para la ocasión. Por cierto ¿a qué hora has citado a Sano?

-a las 10:00 de la noche, así estaremos más cerca de las doce, te aseguro que la espera hará que te odie mucho más que la vez anterior.

-magnifico, así tendremos más posibilidades de pueda abrir el correo infernal.

-dime ¿Cuánto tiempo va a tardar en responder?

-no sabría decirle, puede ser en este mismo día o puede ser dentro de semanas.

-vaya, sí que se toma su tiempo. Me pregunto si entrará por la puerta de enfrente o por la trasera.

La joven se sintió tentada a decirle que él aparecería directamente en la sala y que no necesitaría algo tan terrenal como las puestas, pero prefirió dejar a la mujer en su feliz ignorancia.

La directora estaba a punto de preguntarle la hora de la grabación cuando un guardia de seguridad apareció en la entrada del estudio.

-disculpe que las moleste, pero un caballero desea hablar con Kayama-san.

Llamando la atención de esta se giró hacia el guardia.

-¿de quién se trata?

-de un reportero. Si mal no recuerdo, se llamaba Kirishima.

Despertada la curiosidad de Kayama le pidió al guardia que la llevara  con la persona. En definitiva, esa sería una noche muy entretenida para ella.

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 Kirishima esperaba pacientemente en los camerinos del estudio. Había tardado alrededor de dos días para encontrar a Kayama. Gracias a un amigo suyo pudo enterarse que ella tendría una grabación especial en este lugar.

Con la mejor de sus habilidades manipuladoras pudo entrar y además de asegurarle que podría hacer una entrevista.

Después de un rato Kayama apareció por la puerta. Esta le evaluó de arriba abajo a  Kirishima, dándole una sonrisa que no podía ser descrita de otra manera mas que lasciva.

-me dijeron que usted quería hablar conmigo.

-sí, la verdad era que quería hacerte unas preguntas.

-muy bien puede hacerlas y, tal vez nos dé tiempo para alguna otra cosa.

Ignorando el comentario sugestivo comenzó con las preguntas.

- ¿es verdad que fuiste al infierno?

-sí. Eso fue hace bastante tiempo. 

- ¿tus poderes los obtuviste después de ir al infierno?

-así es.

-entonces ¿conoces al chico del infierno?

Ante esto, la sonrisa de Kayama se borró de su rostro, siendo remplazado por una expresión de molestia.

-¿y tú por qué quieres saberlo?

-es simple curiosidad.

-no te creo, tienes algo oculto.

Viéndose acorralado, no le quedó otra mas que decirle sus verdaderos motivos.

-la verdad es que tengo algo que hablar con él y tenía la esperanza de que tú pudieras decirme cómo encontrarlo.

Kayama no respondió, solamente se acercó hasta tocar el brazo de Kirishima. Ante el toque Kirishima empezó a ver todos sus recuerdos, desde que conoció al chico del infierno hasta cuando descubrió sus sentimientos hacia él.

Cuando Kayama lo soltó dejó de ver sus recuerdos.

-ya veo, estás enamorado de él.

No pudo responder ante esto a causa de que la experiencia lo había dejado sin aliento.

 -muy bien, le daré tu mensaje de que quieres hablar con él, aunque dudo mucho de que pueda responderlo.

Dando por terminada la entrevista, empezó a dirigirse hacia la puerta. Antes de abrirla, dirigió unas últimas palabras a Kirishima.

-te advertiré algo Kirishima-san. No te conviene relacionarte con él, mucho menos enamorarte. Te aseguro que el chico del infierno debió hacer algo terrible para ganarse ese nombre. Si no quieres conocer el infierno, te recomiendo que lo dejes ir.

Y con esto dejó solo a Kirishima.

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Sano tenía esperando prácticamente dos horas a Kayama en un pequeño cuarto, con solamente una mesa y una lap top encima de esta.

Al parecer se encontraba arreglando asuntos más importantes, dándole a entender que él no valía la pena como para ponerlo en primer lugar de sus prioridades.

Desde que  esa mocosa lo humilló, todo el mundo se burlaba de él y nadie le tomaba en serio. Aunque le tomó por sorpresa que Kayama le concedería la revancha, tenía un presentimiento de que haría algo mucho más terrible que su primer encuentro.

En un intento de aplacar su aburrimiento abrió la lap top, vió que esta estaba hibernada por lo que al encenderlo se encontraba en un buscador. Por lo visto, alguien había estado antes que él, buscando el correo infernal.

Tentado por la perspectiva de mandar a Kayama al infierno y que fuera la hora exacta para conectarse, pulsó la primera opción del buscador apareciendo el correo infernal. Escribió rápidamente el nombre de esta y envió el mensaje.

Sintiéndose un poco mejor, empezó a buscar en otras páginas.

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Una hora después, Yokozawa apareció en el cuarto donde se encontraba Sano, haciendo que este saltara del susto.

-¡¿tú quién eres?!...

- mi nombre es Yokozawa Takafumi.

-¿eres el chico del infierno?

Como era su costumbre, no respondió ya que para él esa pregunta es demasiado obvia. En su lugar, tendió su mano con un muñeco de paja negro con un hilo rojo en el cuello.

-Si de verdad deseas vengarte, tira de la cuerda roja. Entonces quedará formalizado un contrato entre tú y yo. Cuando tires de la cuerda, la persona de quién deseas vengarte irá directamente al infierno.

Sano tomó el muñeco y lo vio detenidamente, enfocándose sobre todo en el hilo rojo. A causa de su concentración, casi no escucha la siguiente parte del discurso de Yokozawa.

-pero, una vez que se haya cumplido la venganza deberás pagar un precio. Maldecir a una persona tiene sus consecuencias, si desatas el hilo rojo, tú también irás al infierno. No podrás ir al paraíso. Tu alma vagará eternamente por las penumbras del infierno saboreando el dolor y el sufrimiento. Aunque eso ocurrirá hasta que mueras.

Con ello, se dio cuenta de la gravedad de las cosas y sin poder evitarlo, comenzó a temblar.

Yokozawa notando el temblor en su cuerpo le preguntó-¿tienes miedo?

Sano estaba a punto de negar, cuando una voz ajena se escuchó.

-el que debería tener miedo eres tú.

De repente las paredes comenzaron a levantarse de su lugar, mostrando un escenario bastante parecido al interior de un castillo medieval a excepción de la cámaras que se encontraban detrás de Sano y Yokozawa. Frente a los mismos había unas escaleras no muy altas, que terminaban en un pequeño segundo piso, el cual contaba solamente con una ventana. En ese segundo piso se encontraba Kayama.

-bienvenido chico del infierno, te he estado esperando.

Yokozawa la vio directamente mas no le dijo nada.

-parece que te he dejado sin palabras, pero no es necesario. Mi nombre es Kayama y en este momento nos encontramos aquí por una razón. Tú que eres popular en internet y yo que soy conocida en la televisión debemos probar quién de los dos merece en verdad esa popularidad, por lo que te reto a un duelo infernal.

Entendiendo sus motivos, sacó tres muñecos de paja y los dejó caer al suelo. Al instante aparecieron Yukina, Kisa y Chiaki.

-no sé si admirar tu valentía o compadecer tu ignorancia- comenzó Kisa.

-nadie ha podido contra la fuerza de Yokozawa-sama-continuó Yukina.

-él puede vencerte sin ningún esfuerzo-finalizo Chiaki.

 Los camarógrafos y la directora no entendían nada de lo que pasaba, por lo que esta última intervino.

-Kayama ¿a quién le hablas? Si en verdad quieres captar la atención del público, debes hacer que aparezca el chico del infierno.

Notando por primera vez a las otras personas, Yokozawa dio una señal con su mano, dando a entender a los otros 3 lo que debían hacer.

Dentro del estudio, las cámaras comenzaron a mostrar imágenes bastantes tenebrosas, seguido de la desconexión de los cables que empezaron a atacar a las personas.

Espantados todos los presentes que no podían ver a Yokozawa salieron despavoridos del lugar, a excepción de Sano que se había quedado paralizado. Al salir el último, la puerta se cerró, dejando encerrados a los que estaban dentro.

-vaya que muñecos tan interesantes, lástima que en este momento no juguemos con ellos.-y con esto, los tres fueron lanzados a ambos lados  y detrás del escenario, quedando atados a unas cruces que se encontraban en esos lugares.

Intentaron zafarse, sin embargo por más que se movían o utilizaban sus poderes las cruces no los soltaba.

-es inútil, por lo que les recomiendo que dejen de pelear y vean el espectáculo.

Al terminar su comentario, enfocó su atención hacia Yokozawa.

-ahora que no hay más estorbos ¿Qué te parece si comenzamos?

Con esto comenzó a elevarse del suelo llegando casi a la altura del techo, sin quitar la vista de Yokozawa. En ese momento comenzaron a escucharse golpes en la puerta, junto con el sonido de una voz que inmediatamente reconocieron: era Kirishima.

-oh, es cierto. Ese hombre me pidió que te dijera que quería hablar contigo, aunque dudo que sigas existiendo cuando este duelo acabe.

Yokozawa sólo pensó que cuando saliera de ese lío, tendría que conseguir deshacerse de ese hombre, en verdad empezaba a molestarlo.

-dime algo Yokozawa, ¿cómo fue ir al infierno?

Con ello comenzó a descender, quedando frente a Yokozawa.

-para mí fue como el comienzo de mi nueva vida. La anterior era más terrible que el infierno, mis padres me consideraron un monstruo tan sólo por ser diferente. Cuando no lo soportaron más, me asesinaron en mi propio cuarto. Claro, cuando salí del infierno me vengué de ellos.

Extendió su mano hasta tocar el brazo de Yokozawa, el cual inmediatamente comenzó a ver varias imágenes. Kayama empezó a ver detenidamente sus recuerdos lanzando una sonrisa burlona al ver cómo estas se desarrollaban.

-por lo visto, tú viviste lo mismo o peor que yo. Dime ¿Qué se sintió ser llamado monstruo a cada instante de tu vida? ¿Cuándo te mataron tu muerte fue rápida e indolora como la mía o fue extremadamente lenta y dolorosa? ¿La venganza valió la pena? Porque a diferencia de mí, tú perdiste tu libertad al pedirle a Emma**aquél favor y ahora tienes que hacer este trabajo.

El golpeteo de la puerta aumentó de intensidad, mostrando que Kirishima empezaba a entender que pasaba algo malo dentro.

Kayama soltó el brazo de Yokozawa, esperando la respuesta a las preguntas que formuló. Sin embargo, Yokozawa se encontraba demasiado ensimismado en sus recuerdos, ignorando completamente a Kayama.

-¡¡¡RESPÓNDEME, MALDITO PERRO DE EMMA!!!

Con ayuda de sus poderes, elevó a Yokozawa del suelo y empezó a lanzarlo contra las  paredes del escenario, acompañado de la risa desquiciada de Kayama.

-¡ves lo magnífico que es tener total libertad en usar poderes! A diferencia de ti que tienes prácticamente una correa en tu cuello

En un intento de ayudar a Yokozawa, Chiaki empezó a llamar desesperadamente a Hatori-¡Tori, por favor ayúdalo! ¡Tú eres el único que no está atado!

Sano que se encontraba totalmente en shock reaccionó al escuchar una voz proveniente del muñeco de paja-lo lamento Chiaki pero hasta que desaten el hilo no puedo hacer nada.

Después de varios minutos, Kayama decidió terminar el encuentro, lanzó por última vez a Yokozawa contra la ventana del segundo piso y  atándolo ahí. Se podía apreciar varias heridas en su cara, acompañados de moretones no muy grandes y el ángulo extraño en que había quedado su pie. Pero en definitiva lo que más llamaba la atención de Kayama era su cara de póker a pesar de tantas heridas, tanto físicas como psicológicas.

-me imaginaba que darías más batalla, pero por lo visto no eres tan fuerte como dicen, por lo que aquí nos despedimos.

Con sus poderes prendió fuego al lugar donde se encontraba Yokozawa, consumiéndolo todo rápidamente. Prestó atención a los demás chicos que se encontraban en las cruces, desatándolos.-vamos, acompañen a su amo.

Al caer los tres, grande fue la sorpresa de Kayama al ver a Yokozawa frente a estos, sin las heridas y moretones. Lo único que quedó de estos era una cojera en su pie izquierdo.

-Yokozawa-sama, ¡que susto nos dio!- dijo un aliviado Kisa.

-¿por qué no te defendiste?-dijo Chiaki al borde de las lágrimas.

-lo siento, me quedé un poco atrapado en mis recuerdos-contestó Yokozawa en un intento de apaciguar a Chiaki-es momento de irnos.

-¿y no le va a devolver los golpes Yokozawa-sama?-preguntó un confundido Yukina.

-no hay nada que pueda hacer mientras no sea desatado el hilo.

Con ello Sano entendió la indirecta.

-entonces yo lo desataré.

Comprendiendo por primera vez el riesgo que corría, puesto que ella no podía entrar y salir del infierno como Yokozawa, Kayama intentó apelar al miedo de Sano.

-no te recomiendo que lo hagas. Tú no sabes cómo es el infierno.

-tal vez, pero no volveré a hacer tu hazmerreir.

-te prometo que no volveré a meterme en tu camino, es más te aseguro que podrás recuperar tu popularidad.

-¿en verdad esperas que te crea? Nada podrá detenerme en enviarte al infierno.-y con esto desató el hilo rojo, haciendo que todos sus ocupantes, a excepción de Sano, desaparecieran.

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 Kayama se encontraba hundiéndose en un pantano, a causa de que dos entes totalmente desfigurados, que reconoció como sus padres, la arrastraban hasta el fondo. El único testigo era Yokozawa, que no mostraba ningún indicio de ayudarla.

-No es nada más que una mujer miserable, que le ha causado mucho dolor a las personas, te mereces la condena eterna.

Kayama entendió que volvería al infierno, sin embargo esta vez no podría salir de este.

 -¿Ippen shindemiru?

Con ello cayó en la inconciencia. Al volver de esta, se encontraba en un bote, siendo manejada por Yokozawa. Cuando intentó levantarse, se dio cuenta que seguía siendo sujetada por sus padres.

-tal vez hayas ganado chico del infierno, pero nunca olvides que sigues siendo humano y pronto cometerás un error que te costará caro. 

- este rencor se irá directamente al infierno.

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A pesar de ya no querer volver, Yokozawa necesitaba arreglar todo el desorden que habían hecho.

Arreglo el escenario de tal manera que parecía como si apenas lo acabaran de terminar y por último destrabó la puerta de las cual se escuchaban fuertes golpes, dando a entender a Yokozawa que Kirishima intentaba derribarla.

 

Estaba a punto de irse cuando el pie lastimado no soportó su peso. Esperaba golpearse contra el piso, pero este nunca llegó. Kirishima lo atrapó antes de que llegara al piso.

-¿te encuentras bien?

-¿qué haces aquí?

Ignorando la pregunta, Kirishima empezó a revisar todo el cuerpo de Yokozawa, notando su pie lastimado.

-pensé que no podías morir.

Recordando que quería  hablar con él, continuó con la conversación.

-te dije que no podía morir, mas nunca te dije que no me podía lastimar. Por cierto Kayama me dijo que querías hablar conmigo, ¿esta vez qué es?

Kirishima esbozo una sonrisa traviesa, levantó el mentón de Yokozawa y le dio un beso. Este primero no entendió lo que hacía hasta que juntó su boca con la suya. Peleó por un rato hasta que el beso cobró intensidad, dejándolo totalmente débil.

Cuando Kirishima se separó de él susurró las palabras más temidas para Yokozawa.

-me he enamorado de ti, así que no voy a separarme de tu lado.

Con horror, Yokozawa se separó como pudo de Kirishima y jurando no volver  a verlo desapareció.

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 Kirishima regresaba a su casa con una sonrisa en su cara, haciendo planes para conquistar a Yokozawa. Sabía que no sería fácil pero él era demasiado terco y por lo general eso le ayudaba a conseguir lo que deseaba.

-que el juego comience.    

Notas finales:

*http://2.bp.blogspot.com/-L6DsAq9fTAc/TbpwAB4dCwI/AAAAAAAAAFc/QtLd-p8y2qU/s1600/elegant_gothic_lolita_97.jpg
**Emma, en la mitología japonesa, es el guardián del infieno, el equivalente en nuestra sociedad sería lucifer.


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