Pasaba su mano con sus azabaches cabellos mientras caminaba por la calle desolada, esa tarde en verdad que había tenido más trabajo de lo usual pero después de todo había valido la pena porque gracias a eso ahora tendrían una mejor relación con otra mejor empresa de todo Japón, el tal solo recordad con el contrato con el que apenas unas horas había firmado hacía que en su rostro apareciera una sonrisa de medio lado satisfactoria por su nueva victoria. Si bien apenas empezaba en aquella empresa en la que su padre, años atrás fundo con ayuda de su madre; y ahora que tenía sus casi 30 años había llegado la hora de ser el nuevo presidente de la empresa más sin embargo eso no fue algo que ganara de la noche a la mañana, tuvo que empezar desde cero, siendo un simple limpia pisos mientras que aún estudiaba administración de empresas en la universidad.
Se encontraba tan concentrado en sus próximos movimientos en la empresa cuando oyó a lo lejos un grito desgarrador que la piel se le volvió de gallina. «¿Qué era lo que pasaba en ese barrio tan tranquilo..?» Se pregunto mientras dejaba de caminar en medio de la oscura calle y agudizaba su sentido del oído para poder así escuchar algo más y no tuvo que esperar mucho cuando nuevamente se dejo oír un grito.
—¡Por favor, ayuda!— Fue el grito que el de pelo azabache escucho en medio de la nada, ¿por qué nadie salia en busca de ese desgarrador sonido? Su ceño se frunció sin poder evitarlo ya que aquella voz desgarradora se escuchaba igual a la voz de un dulce niño; sin dudarlo salio corriendo en busca de la dirección de donde recordaba venían los gritos del infante con maletín en mano y mientras aflojaba un poco su ajustada corbata.
Al poco tiempo llego a un edificio alto abandonado -un poco agitado por la corrida que había dado- de donde de su interior provenían sollozos incontrolables y de donde también provenían algunos quejidos. ¿Qué haría en esa situación? Llamar a la policía no era una opción muy confiable, solían llegar de media a una hora más tarde a los acontecimientos, era un problema que en la actualidad se desataba mucho en su país. Mordió su labio inferior y dejo su maletín en el suelo, se deshizo de su saco poniéndolo encima del maletín y un poco más libre se adentro en aquel edificio donde los lamentos iban bajando de intensidad, tenía que darse prisa sino aquel que pedía por ayuda no sobreviviría para contarlo y no es que su situación fuera de contar todos los días.
Entro a hurtadillas en aquel lugar, queriendo parecer invisible si le era posible acercándose cada vez más a donde provenían aquellos sollozos; cuando llego a estos se llevo un gran impacto ante la escena que presenciaba, unos cinco sujetos estaban al rededor de una mesa de madera donde en esta tenían atado a un pequeño niño de pies y manos, este no aparentaba tener más de quince años de edad «¡¿Qué es lo que le pasa a todos esos sujetos?!» Pensó al momento en que vio que al menos dos o tres de aquellos tipos se masturbaban con la simple imagen de un niño atemorizado mientras los restantes tocaban sin pudor el pequeño cuerpo del aquel niño inocente, en seguida aquellas personas le asquearon por completo a lo que solo frunció aún más su entrecejo y una ira inexplicable se apodero de su cuerpo. Al ver que uno de los sujetos abría sin pudor las piernas del chico y que estaba a punto de meter su pene en su pequeña cavidad fue donde actuó; jalo de la camisa a uno de ellos para después darle un certero puñetazo en la mejilla derecha, eso a todos los descoloco e hizo que su atención se fijara ahora en él y no el infante; todos fueron a encimarsele por estropear su "diversión" para darle una paliza pero él en esos momentos aún tenía esa ira, lo que hacía que diera golpes aún más fuertes de lo normal a esos agresores del chico hasta que termino con ellos dejándolos a todos en el suelo inconscientes e incluso hasta medio muertos.
Miraba con repulsión y odio a aquellas personas hasta que un casi inaudible «Ayuda..» Se escucho a sus espaldas haciendo que el azabache regresa al mundo "real" y viera al pequeño que se encontraba en la mesa, tratando de mover sus manos y sus pies pero las pocas energías que tenía se le agotaron quedando de igual manera inconsciente en la mesa. Aquel hombre se apuro en desatarlo y llevarlo a su casa aun que... ¿Qué haría con un chico que iba a ser violado..?