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Descubriéndote por Leana

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Notas del fanfic:

Hola a todooooos! 

Leana ha vuelto! Sipis, me he ausentado algunas semanas, pero creánme que he vuelto con todo! xD

En fin, les cuento, este es mi primer fic de esta serie, que me hizo babear con todos sus capítulos y el bello Makoto ♥ Pero, no he venido con nada de él con Haru (Sip, esa es mi pareja favorita) Sino que con un ReiGisa ¿Por qué? Pues porque mi adorada AnitaHero me pidió que escribiera algo de ellos ¿Y como no iba a hacerla feliz? xd 

Anita ♥ Aquí te traigo a un pervert rubio apunto de devorar a ese intelectual sexy!

Espero les guste este two-shot! Sean bienvenidos a leersh :3

Notas del capitulo:

1° Olvidé enviárcelo a mi beta D: Así que lamento los errores que puedan haber *-*

2° A mi parecer, Nagisa es un pervertido tiernucho, pero si sienten que hay Ooc, también lo lamento xD

3° La primera parte en cursiva está escrito por AnitaHero, yo lo encontré de lo mas cool! Así que lo puse casi textual! Nena, te digo que si tienes talento!! ♥

4° Espero les guste! :3

Disclaimer: estos sensualotes nadadores no son de mi propiedad, porque si así fuera, créanme, en todos los capitulos estarian dándose duro contra el muro *w*

Descubriéndote

 

 

 

1.- Improvisando Sensaciones.

 

 

El tono de voz simplemente lo estaba haciendo delirar. Tan ronco y firme, tan seguro de lo que estaba explicando, que el rubio intentaba poner toda su fuerza de voluntad para no soltar un suspiro de nena enamorada en aquel preciso instante.

Y por eso, Nagisa-kun, quedó claro que E = mc2…

… ¿uh?

El rubio cayó de la burbuja donde se había auto-aislado al escuchar la última frase del de cabellos azules.

Cada día sin falta, este le contaba interesantes y complicadas cosas nuevas; y cada día sin falta el de los ojos rosa se quedaba mirándolo, embobado y sin entender ni media palabra que salía de esa sensual boca. ¡Pero no era su culpa! ¿Cómo querían que entendiese, si tenía en frente y tan cerca a alguien como Rei-chan? Lo único que su cerebro lograba procesar era lo mucho que quería lanzarse y plantarle un beso a esos labios que veía moverse pero no escuchaba.

Se perdía en esos ojos violetas. Lo irreal de su cabello azul le traía loco. Incluso había empezado a desarrollar un fetiche por los lentes rojos, lo cual había resultado en un buen número de personas traumadas física y psicológicamente cuando el rubio se les abalanzaba a mitad de la calle. Pero no podía evitarlo, no podía. Y es que Rei-chan era tan…. tan Rei-chan.

¿Cómo describirlo?

Sabedor de los misterios del mundo y todo su contenido… ¡INTELIGENTE!

Portador de un sedoso cabello azul, enmarcando un rostro perfectamente simétrico… ¡GUAPO!

Y también poseedor de unos ojos inusualmente bonitos de tono violeta, nariz y labios bien formados… ¡MUY MUY GUAPO!

Amante de los deportes, como el atletismo y la natación… ¡ATLÉTICO!

Buscador obsesivo de la belleza que rodeaba cada aspecto de la vida… ¡PERSEVERANTE!

Cuidador oficial de que el mismo Nagisa no se matara un día de esos… ¡BUEN AMIGO!

Poseedor de un traje de baño que tenía alas de mariposas estampadas… ¡RARITO!

Dueño de ese cuerpo musculoso y fibroso, y flexible, y marcado, y duro, y esa espalda ancha y esos brazos fuertes, y  esas piernas largas y más arriba su…

¡Nagisa-kun!

¡Ah! el rubio parpadeó varias veces y agitaba la cabeza para espabilar, para así evitar caer en un trance sin retorno.

Era tan fácil alucinar cuando se trataba de Rei-chan. Podría pasarse el día entero pensando en el chico de anteojos, en su pelo, en su rostro, en su cuerpo, en su manera de nadar, de hablar, de comer, de reír, de caminar.  Solo, y solo en Rei-chan…

Nagisa-kun volvió a intentar el de cabellos azules frunciendo el ceño—. ¿Escuchaste algo de lo que te decía?

Demonios, lo estaba probando. ¡Rápido, responde algo convincente!

… ¿sí?

Rei soltó un suspiro y luego dio un hondo respiro, acumulando la infinita paciencia que se necesitaba para hablar con alguien como Nagisa.

¿En qué estabas pensado, Nagisa-kun?

En ti.

 

Y así era como había comenzado todo…

 

Rei parpadeó varias veces, bastante sorprendido. Pero pronto sonrío intentando ocultar el sonrojo que estaba haciendo juego con sus lentes. El más alto sabía a la perfección que Nagisa era bastante distraído y seguramente no era eso lo que quería decir. O quizás sí era eso, pero no de la manera en que sonó.

El de cabellos azules sacudió la cabeza mientras el rubio se quedaba allí estático. Aquellas palabras habían salido de sus labios sin siquiera darse cuenta y ahora tenía a su intelectual nadador con la mirada de vuelta en los libros que descansaban en la mesa que los separaba. Estaban en el salón de clases, el cual usaban cuando debían estudiar. Mejor dicho, cuando Rei debía ayudar a Nagisa a estudiar. El silencio se hizo incómodo y pronto la risa del rubio hizo que Rei lo mirara algo sorprendido.

— Lo siento… no es eso lo que quería decir… ya sabes, Rei-chan —la voz del chico sonó aún más nerviosa de lo que quería—. Suelo decir cosas sin pensar.

Nagisa intentaba arreglar su metida de patas. ¿Qué haría Rei si se enterara de sus sentimientos? Quizás sería lo mejor. De pronto el estómago del rubio dio una sacudida de nervios. Imaginarse con Rei, juntos, que su declaración de amor era perfectamente correspondida. Imaginaba sus labios, la textura que tendrían, el sabor, ¿cómo besará Rei-chan? Y sin darse cuenta se le estaba haciendo agua la boca.

— ¡Nagisa-kun! —Exclamó el de mirada lila ajustando sus lentes y mirando su reloj—, vamos tarde a la clase de teatro de esta tarde.

Ambos se levantaron con rapidez, tomando sus cosas apresuradamente y corrieron por los pasillos de la escuela ya bastante vacía. Los chicos se habían inscrito en algunos talleres siguiendo la idea de Rei para poder complementar el club de natación. El teatro parecía perfecto, ya que sensibilizaría sus corazones ante el nado, haciéndolo aún más hermoso.

Pero en esos momentos iban tarde y si no apuraban el paso la profesora con seguridad los reprendería.

Cuando llegaron, los demás los miraban respirar agitados, con las manos en las rodillas y claramente exhaustos. La profesora los miró con una mueca, acababan de interrumpir una importante improvisación que estaban realizando. La mujer de cabello rojo se acercó haciendo una señal a los demás para que se sentaran, se detuvo frente a los menores y puso su semblante serio.

— Chicos, esta es la tercera vez que llegan tarde.

— ¡Lo sentimos, profesora! —Exclamó Nagisa con una sonrisa de clara disculpa.

— No puedo dejarlo pasar esta vez —dijo la mujer apuntando al escenario—. Estábamos aprendiendo a improvisar escenas en base a un breve argumento. Así que ustedes serán los primeros en intentarlo, acérquense al escenario.

Ambos chicos se miraron con una mueca de nerviosismo. El teatro no era lo suyo, lo intentaban, pero no tenían ese don que se necesitaba, estar allí era solo para complementar su verdadera pasión. Por eso ser los primeros los ponía demasiado nerviosos, aun así se acercaron al escenario y se voltearon a mirar a la profesora y a sus compañeros.

— De acuerdo, este es el argumento: una esposa que prepara la cena mientras espera a su marido —les indicó la mujer leyendo el papel que tenía entre sus manos—. Comencemos.

Nagisa se volteó a ver los ojos lila de Rei, que demostraban una clara desesperación y duda. El de las ideas rápidas era el rubio, así que colocó su mano en su mentón para pensar. De pronto una idea se le fue a la mente, tan alocada como solían ser todas sus ocurrencias. Pero esta vez le parecía perfecta. Debía aprovechar esa oportunidad, sí. Con una amplia sonrisa se acercó al oído del de cabellos azules para susurrarle lo que debían hacer.

— ¡¿Qué?! —Exclamó Rei mirando a su amigo con una clara expresión de incredulidad.

— Vamos, Rei-chan —dijo Nagisa con un mohín muy propio de él—. Debemos hacerlo o terminarán expulsándonos del taller.

Con un gruñido el de anteojos asintió, vio a Nagisa salir del escenario y con un suspiro se colocó de frente a sus compañeros. Cerró los ojos con molestia, para luego  hacer como si se atara un delantal y comenzar a mover las manos, fingiendo a la perfección que lavaba los platos. Las movía de un lado a otro y la profesora parecía contenta con lo bien que le estaba saliendo.

De pronto Nagisa irrumpió en la “cocina” con unas sonrisa alegre, hizo como si se sacara la chaqueta para luego acercarse al más alto, que se giró a verlo haciendo que se secaba las manos.

— Hola amor.

Susurradas aquellas palabras por el rubio, un sonrojo se instaló en los pómulos del más alto. Aquello simplemente se le hizo tan lindo a Nagisa, que ya no fue capaz de resistirse y aprovechándose de aquella situación, el más bajo se puso de puntillas para depositar un casto beso sobre esos labios, que hace tanto tiempo se moría por probar.

Cuando se separó, Rei se lo quedó viendo con aquellos ojos lilas que tanto le gustaban. Pero su expresión se volvió fría, herida. Nagisa fue capaz de notarlo y tragó con fuerza arrepintiéndose en aquel instante de lo que había hecho. Aun así no pudo pronunciar palabra alguna, cuando abrió la boca, Rei paso a su lado chocando su hombro en el acto. Nagisa se lo quedó viendo sorprendido, mientras el de cabellos azules salía por la puerta del salón y cerraba de un solo y certero portazo.

¿Qué había hecho mal?

 

 

Era lo que se preguntaba el rubio en esos momentos, pero sus ojos se humedecieron. Sus sentimientos habían sido desechados incluso antes de ser confesados.

 

 

 

 

Notas finales:

Buuaaaaaaa! 

Ese pobre rubio tiernucho y senshual ha sido herido T-T

Aunque... simplemente amé su plan para besar a Rei xD (Idea de Anita besha)

La verdad esta pareja me gusta bastante, se me hacen muy tiernos y cómplices! *-*

Espero les haya gustado esta primera parte! C:

Recuerden que sus reviews me hacen tan feliz, que me arrojo al suelo y doy vueltas en círculos (literalmente)

Se les adora!

Saludos y besos pegosos ♥


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