-Zoel, iras en mi representación, al jardín de génesis y entregaras esta carta
-estaba arrodillado y no podía ver su cara, siempre fue estricto- disculpe Miguel, pero creo que ese lugar no existe, no he escuchado jamás de él.
-¿Sabes dónde fuiste creado?-negué con la cabeza y prosiguió- bueno el jardín de génesis es tal cual como se llama un jardín extenso que el gran señor creo, es ahí donde son creados los ángeles y afeles, aunque ya lo sabes a nosotros los arcángeles nos creó nuestro señor, ahí habita un ángel llamado Mir, él es quien tiene el don de crearlos -hizo una pausa, mientras sentía su mirada penetrante en mi nuca- te preguntaras por que la mantenemos oculta, eso es porque el señor no quiere que tenga ningún pecado, ni siquiera el más mínimo, no podemos exponerlo, él es la procreadora del paraíso, un muy importante hijo.
Al parecer él siempre había estado solo y el debió ser quien me creo a mí también, Zoel primer hermano de Miguel; quienes habitamos en el paraíso no tenemos muchas características, nuestra piel es como el marfil, nuestro cabello puede ser desde dorado a plateado y es muy delgado, aunque varía en los ángeles de la primavera los cuales aplican la pintura en su cabello, nuestros ojos a excepción de los arcángeles, son muy claros y siempre con algo de calidez en ellos, nuestras alas son largas y delgadas, pero fuertes, poseen la forma de una pluma pero en realidad es una capa muy fina de un extraño materia, en las cuales y por cada una se van creando espontáneamente formas y van tomando algún color, se pueden guardar fácilmente replegándolas.
Hacemos lo que nos gusta y nos enseñan lo necesario, no se ve un cambio de género, todos somos hermanos, no necesitamos nada por lo cual casi siempre nos sobra tiempo. Este último es un gran problema, existe un exceso de él.
Llegue luego de volar unos cuantos kilómetros hasta donde Miguel me había indicado, no entendía muy bien, ya que se debería ver si voy volando pero fue muy insistente en ese punto de llegar caminando, pise el suelo, camine un buen trecho y llegue donde vi una reja de aspecto imponente ante mí, tenía una buena altura y se expandía hasta ya ni ver su fin, la puerta era enorme y me parecía raro que se pudiera abrir con esos fierros tan gruesos y pesados, no se podía ver hacia dentro ya que había una enredadera voluptuosa y llena de espinas que la tapaban, intente volar sobre ella y encontré la respuesta sobre lo que me había dicho Migue, si sobrevolabas el lugar en este no se veía nada, la gran reja infinita no se podía ver, en verdad era como un oasis, solo lo podías ver desde el piso y si tienes alas no acostumbras tocarlo, que inteligente escondite.
-junte mis manos me arrodille rece - Aperiesque ostium
La puerta comenzó a moverse liberando un poco de polvo haciéndome notar que ya hace tiempo nadie visitaba e lugar, mis ojos casi salieron de sus orbitas al ver ese lugar, estaba bañado una luz llena de amabilidad y pureza como nadie ha visto antes, habían especies de flores y árboles que jamás había visto, todo estaba lleno de diferentes colores, con un olor que se mezclaba entre tierra mojada y el embriagador perfumes de las flores, comencé a caminar y veía cada vez más especies, algunas florecidas y otras aun en botones, ninguna marchita, todas se veían cuidadas con extrema delicadeza; vi arboles enormes con hojas de todos los colores azules, moradas, rojas, naranjas, jamás había visto tanta variedad, llegue hasta donde se desembocaba un lago y tras él un valle lleno de flores muy vivas con un aura blanca que iluminaban todo el lugar
-¿Disculpa quién eres?- me pregunto una voz tan dulce y delicada que me sobresalte
Fue esa la primera y única vez que vi un ser como ese, con un cabello que llegaba a la nuca y con dos extremos al lado de la cara más largos, ondulado que comenzaba con un color oro y terminaba en plata, con unos labios finos y rosados que mostraban una sonrisa alegre, una piel tan blanca que parecía que en cualquier momento desaparecería, sus ojos eran grandes y felinos de un intenso color turquesa, pasando por un cristalino azul verdoso para terminar en oro o plata, sentía que eran los ojos más penetrantes que había visto como si pudiera ver todo sobre mi. Traía un vestido que comenzaba en su hombro derecho y que remarcaba su torso para luego caer vivamente hasta tapar sus pies, con algunos detalles dorados en el
-¿Quién eres?- dijo de nuevo pero con un tono más curioso comenzando rodearme
-Yo soy Zoel, primer hermano de Miguel- dije por fin pudiendo hablar
-Aah… lo siento fue hace mucho, no recordaba
-Entonces, ¿tú me creaste?
-En realidad no recuerdo, fue hace tanto tiempo y he creado tantos ángeles que ya no recuerdo muy bien- dijo comenzando a jugar una mariposa que revoloteaba junto a el
-Entiendo
-Pero, hay algo que no comprendo, ¿Por qué has venido tú? Siempre vienen arcángeles… o venían- menciono con un tono un poco más melancólico
-Es verdad, Miguel le ha enviado esto, he venido en su representación- le entregue la carta y el la abrió y la leyó, sin ninguna expresión-
-Cada vez le dan menos importancia- dijo casi susurrando, luego como si le hubiera llegado una idea levanto la vista sonriendo y me miro
-¿Quieres ver cómo nace un ángel?
-¿En verdad puedo?- dije entusiasmado como si fuera un niño lo cual me avergonzó un poco
-Claro, ven mira- me tomo de la mano más energética para llevarme hacia ese valle del principio
-Todas estas flores son las más puras y raras que hay, se debe tener un cuidado excepcional con ellas, se llaman Inception y todo comienza en ellas, ¿Cuál te agrada más?
-Las veo todas iguales en verdad
-No, no, no¡¡ no son todas iguales debes verlas bien, ellas se sienten mal si dices eso- dijo enojado, hinchando su mejilla
-lo-lo siento
-Mmm… debemos comenzar desde el principio, ven mañana… claro si es que quieres-dijo un poco triste
-Por supuesto- dije con una sonrisa a la cual él respondió con otra
Cuando estaba saliendo me di cuenta de lo triste y solo que estaba, no conocía nada más que ese enorme jardín, no hablaba con nadie más.
Seguí pensando en él por largo tiempo, me sentía levemente más emocionado, tenía un amigo diferente el cual había roto mi aburrida rutina.
Al día siguiente cuando llegue él estaba cantando cerca del lago con un arpa en sus manos
“Desde un pequeño rincón roto del cielo
Miramos el mundo a nuestros pies
Resonando por más allá del infinito
Tomamos nuestras manos para caer juntos en el”
-Bienvenido- dijo dándose cuanta de mi presencia
-Hola, hoy hace un estupendo día
-Si
Cada día era diferente, cada día era lo más preciado para mí, quería seguir así, por siempre a su lado, en su extrema amabilidad y delicadeza, todos los temas eran variados todos eran únicos y yo recordaba cada palabra que el decía como si fuera un gran tesoro, el tiempo se aceleraba a su lado lo consumía todo, veíamos juntos las estrellas por la noche, cuidábamos el jardín por el día.
Descubrí entonces lo monótona que era mi vida sin él, siempre sin hacer nada siempre pensando que hacer con tanto tiempo, ahora había días llenos de risa me sentía muy rico y provechoso de vivir, aun si hablábamos o no, nos entendíamos como si nos hubiéramos esperado toda la vida. Descubrí así que ni siquiera él sabía cómo había nacido, creía que el Señor la había creado y el lo amaba profundamente y era feliz de crear a sus hermanos, pero que siempre se sentía muy solo y aislado del resto; me decía que para crear un ángel debía comenzar pintándose el sello del sector que lo pidió, por ejemplo para un ángel de Jofiel se debía pintar amarillo el pistilo de una Inception, cuidar cada día de ella y entregarle mucho cariño hasta el séptimo día para que esta libere algo parecido a una perla que brilla mucho al ver a Mir esta toma la forma de su cuerpo, manos, pies, etc. Nunca tenía un sexo definido, para luego ser llevado por Gabriel quien los cuidaba y les enseñaba lo suficiente para ir a su sector definido.
También menciono una vez que de acuerdo a cada experiencia que se tenga más grandes y fuertes se hacen tus alas, estas guardan esos recuerdos y toman un color determinado dependiendo de el por ejemplo si Miguel luchaba y veía que un demonio tomaba a un amigo, pero que aun así ganaron una guerra, entonces sus alas crecerían y tendrían un diseño y una tonalidad azulada ya que este significa tristeza.
Cada día pasaba y con ello nuestra amistad se hacía más profunda, pero por algún motivo, ya no me sentía mal porque él estuviera ahí, aun si nadie la iba a ver o sabía que existía, yo podía remplazar a toda esa gente, el no necesitaba a nadie más, yo estaría para siempre a su lado y el estaría siempre conmigo no era necesario ningún tercero, ¿cierto? No estoy mal, no soy egoísta, es solo, que lo quiero solo para mí, su amable sonrisa, no quiero que nadie la borre, que nadie la ensucie. Sabía que estaba mal y me sentía terriblemente mal por eso, sabía que era un pecado lo que sentía, lo que quería, pero no lo lamentaba, los ángeles solo saben amar como hermanos, daríamos todo por nuestros hermanos en una batalla, pero ahora no sentía eso, sentía que mi corazón se agitaba cuando él estaba a mi lado, cuando me hablaba, sonreía o me miraba, lo sentía en mi piel lo sentía en mi estómago sentía que vivía una parte de mí que desconocía totalmente… ¿por qué no me puedo controlar? No quiero hacerle daño, pero siento una profunda pena si le digo adiós, él ha invadido mi mente.
Así siguieron los días, intentaba no hablar tanto, intentaba alejarme de apoco de el, sutilmente, aun si me dolía
-Oye Zoel
-Dime
-Gracias, he estado muy solo por mucho tiempo, ni siquiera he hecho aún el pedido de Miguel porque estés aquí, pero te iras luego ¿cierto?- dijo con un hilo de voz
-estaba en silencio quería abrazarlo, tenerlo por siempre entre mis brazos, había intentado tan desesperadamente no hacerlo sufrir que me volví ciego, caí al piso y tape mi cara, no quería que viera la vergüenza de Afel que era- lo-lo siento mucho pero ya te amo tanto, tanto, que solo te quiero para mí, me has enseñado tanto y has sido tan amable, no quiero mancharte soy un pecador, tu eres tan puro…lo siento tanto
-sentí que sonreía y se arrodillo junto a mi puso su mano en mi hombro y dijo- Zoel yo también te quiero solo para mí, ya hace mucho tiempo que te he querido con tanto anhelo, siento como si hubiera esperado mucho tiempo para poder verte Zoel, así que no me dejes solo otra ves
Subí mi mirada para encontrarme con la de él llena de lágrimas resbalando por su mejilla y me acerque para abrazarlo, para sentir como su corazón y el mío latía casi al borde de salir de nuestro pecho, tan cálida, siempre sonriendo aun si la tristeza la invade, tan amable.
Apoye mi cabeza en su hombro y el su cabeza en la mía, comencé a tocar su piel tan suave casi como si se fuera a romper solo por el hecho de ser tocada, mi mente estaba tan borrosa como si la hubieran hundido en el mar, como si callera eternamente llegue a su cuello y lo dirigí hacia el mí, sentí su aroma tierra húmeda con flores, vi como sus mejillas se tornaban rosadas... sentía por increíble que fuera, por primera vez sentía todo lo de él, me acerque despacio solo siguiendo los impulsos que recorrían todo mi cuerpo y juntando suavemente nuestros labios inexpertos en el tema, cerrando los ojos, sintiendo una corriente recorrer mi espalda, dejándonos llevar por la ola de calor que inundaba nuestro cuerpo, sintiendo como todo a nuestro alrededor se borraba, nos separamos por un instante para poder respirar, función que al parecer estábamos dejando de hacer, pero se le unió algo además de amor… lo deseaba. Con un impulso bestial lo necesitaba como si fuera aire… para luego de unos segundos volver a lo mismo pero ahora con un tono más acelerado, deseando más a cada momento, comencé a besar su cuello teniendo una respiración entrecortada, no sabía que me sucedía, no entendía lo que me pasaba pero la quería tanto…
-me separe bruscamente de él, aun con una respiración tan agitada como si hubiera corrido una maratón- lo siento… yo no…
-me tapo la boca con sus manos- yo no he dicho nada- dijo luego de tomarme del cuello y depositar un tierno beso
Ese día no sucedió nada más, sabíamos que cometimos un pecado y nos debíamos responsabilizar por él, pero solo nos quedamos en silencio y caminamos tomados de las manos para llegar cerca del lago y sentarnos
Él se paró bruscamente- ¿qué es eso?- pregunto confundido
-¿Qué cosa?- Salió corriendo y yo lo seguí, no entendía lo que sucedía
-Es imposible… no he hecho nada
-¿Sucede algo malo?- dije preocupado
-la Inception ha concebido, no entiendo no la pinte de ningún color
-¿Eso quiere decir que?- dije aun aturdido
-Que nacerá un ángel sin color…uno que se ha creado solo… no entiendo como sucedió- dijo claramente preocupado