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Having my baby 2MIN por minnah

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Notas del capitulo:

Holaa :D 

Gracias por leerme y estar pendiente de las actualizaciones, ya el capi 24 les cuento que ya estamos en la recta final.

Tengo otra info, estoy ya en clases, y tengo un horario q me tiene todo el día en la U y llego noche a mi casa, logro leer algo de la materia q vi y me toca, pero me quedo dormida jeje nisiquiera logro entrar a la compu perdon :P 

así que los capis que el capi siguiente le subiré el próximo sábado, así lluve, truene o relampagué jeje pero si veo que se alcanzó los 6 reviews les subo el miércoles, o cuando se cumplan los reviews :D 

 

Gracias de nuevo, en verda :D 

Espero les guste el capi :*

Capítulo 24

Cualquier esperanza que hubiera podido tener Minho de una resolución fácil en lo relativo a su hijo, desapareció en cuanto vio entrar a Taemin en el edificio del juzgado acompañado, no solo por sus padres, sino también por tres abogados. Los tres hombres llevaban trajes azules oscuros idénticos, con camisas blancas y corbatas de seda de colores fuertes. Los abogados se afanaban alrededor de Taemin como si les fuera la vida en hacerle feliz.

Los padres de Taemin no lo miraron a los ojos cuando llegaron a la larga mesa rectangular rodeada de sillas de respaldo alto. Les dijeron que se sentaran en la primera fila de sillas situadas detrás para lo que habría sido el público general si aquello hubiera sido un juicio de verdad.

La reunión de ese día tenía lugar en una sala del juzgado. La mesa en la que se sentarían Taemin y Minho había sido instalada entre el estrado donde se situaba normalmente el juez y los asientos donde se habían sentado los padres de Taemin.

La mediadora de aquel día era una mujer. Esta se había sentado en un extremo de la larga mesa. Llevaba un traje arrugado y tenía aspecto de necesitar una larga noche de descanso. Indicó con un gesto a los tres abogados y a Taemin que se sentaran enfrente de Minho.

Este se puso en pie, se inclinó sobre la mesa y estrechó la mano de cada uno de los abogados. Cuando llegó a Taemin, le sostuvo la mirada y le tendió la mano con una sonrisa. Taemin parecía nervioso. Habían pasado demasiados días desde que hablara con él. Minho había tenido que recurrir a toda su fuerza de voluntad para no llamar a su puerta e insistir hasta que consiguiera que hablara con él. Sus hermanas le habían hecho prometer que lo dejaría en paz. Le habían dicho que tenía que darle tiempo y que, si seguía llamando a su puerta una vez que él le había dicho que no lo hiciera, solo conseguiría parecer desesperado.

Pero ese día era el último día que tenía intención de dejarlo en paz.

Independientemente de lo que ocurriera en el juzgado, de que ganara o perdiera, no dejaría de llamar a la puerta de Tae hasta que consiguiera que lo invitara a entrar. Y cuando Taemin terminara por ceder y le abriera, le diría toda la verdad y nada más que la verdad. Que estaba locamente enamorado de él.

No sería fácil convencerlo, pero Minho no tenía intención de rendirse.

De eso nada.

Lo había estropeado todo, pero tenía el firme propósito de arreglar las cosas entre ellos.

Taemin le estrechó la mano, pero la soltó enseguida.

—¿Estás bien? —preguntó.

Minho asintió.

—No me habías dicho que pensabas traerte un ejército —comentó.

—No me has preguntado.

—¿O sea que esto va a ser así?

—Esto va a ser así. Yoogeun es mi hijo y yo quiero lo mejor para él.

—Los dos queremos lo mismo. Nuestra situación no tiene por qué ser complicada.

El abogado que había al lado de Taemin le tocó el brazo como para indicarle que no dijera ni una palabra más. Taemin no hizo caso.

—Estoy de acuerdo contigo —repuso—. Nada de esto tiene por qué ser complicado. Por eso tengo intención de dejar resuelta esta situación peliaguda antes de que acabe el día.

—¿Eso es lo que es esto para ti? —preguntó él—. ¿Una situación peliaguda?

Taemin levantó un poco la barbilla.

—¿Y cómo la llamaría usted, señor Choi?

Había vuelto a ser el señor Choi para él. ¿Dónde estaba el joven que lo había invitado a su casa y le había hecho el regalo de ponerle a su hijo en los brazos, el joven con el que había hablado y reído y al que le había hecho el amor?

—Yo lo llamaría lo que es —repuso él—. Dos personas que se conocieron en circunstancias muy poco habituales. Dos personas que quieren a su hijo y desean lo mejor para él. Dos personas que hace un mes no sabían que existía el otro, pero que acabaron unidos por un bebé inocente que los necesita a los dos.

—Muchos niños se crían con un solo progenitor.

Minho le sostuvo la mirada; quería a toda costa atravesar la barrera invisible que Taemin acababa de erigir solo para él.

—Con Yoogeun no tiene por qué ser así. Él tiene dos padres que lo quieren.

La puerta, al abrirse, interrumpió aquel intercambio de frases. Minho miró hacia allí y vio que entraba un hombre joven que llevaba un mensaje para la mediadora. ¿Dónde estaba Yuri? Había dicho que iría. Y a juzgar por las personas a las que tenía delante, él la necesitaba más de lo que había pensado al principio.

—Al parecer, no tengo tanto tiempo como creía —les informó la mediadora—. Tenemos que empezar ya. ¿Quiere usted solicitar que aplacemos la reunión hasta que pueda contratar a un abogado que se siente con usted durante el procedimiento, señor Choi?

Minho miró su reloj y se echó hacia atrás en la silla.

—No –tocó la carpeta que había delante de él en la mesa—. Me ocuparé yo.

La puerta se abrió de nuevo y esa vez sí fue Yuri la que entró. Minho respiró aliviado.

—Siento llegar tarde —dijo la recién llegada a todos los presentes. Dejó su maletín en el suelo al lado de Minho.

Este se levantó y sacó una silla para ella.

—Gracias por venir. Te lo agradezco más de lo que imaginas.

—Ni un tiro de caballos salvajes podría alejarme de aquí. Ya lo sabes. Tu cara se va curando bien.

—Gracias —dijo él—. Supongo que recuerdas a Lee Taemin de la barbacoa en casa de mamá.

—Por supuesto —los dos se estrecharon la mano.

El hombre que había al lado de Taemin se levantó a su vez y le estrechó también la mano a Yuri.

—Kim Kai.—dijo, antes de volverse para presentarle a los otros dos abogados.

Minho los miró a Taemin y a él y se preguntó si sería el mismo Kai del que había hablado él después de que se hubieran besado en el asiento de atrás de su coche, el mismo Kai que le había dejado plantado en el altar. A juzgar por el modo en que Taemin esquivaba su mirada en ese momento, Minho adivinó que sí se trataba del mismo hombre.

—Si usted no tiene inconveniente —dijo Yuri a la mediadora—, quisiera invitar a la familia de Choi Minho a estar presente en este procedimiento —señaló con un gesto a los tres abogados y a Taemin—. Siempre que el señor Lee no tenga nada que objetar, por supuesto.

Kai habló por él.

—No creo que sea apropiado que haya miembros de la familia presentes en el procedimiento.

Taemin movió la cabeza.

—Mis padres están aquí —dijo—. Por supuesto que pueden entrar.

La mediadora miró a Taemin.

—A menos que prefiera usted que salgan también sus familiares. Es bastante inusual que los miembros de la familia asistan a estos procedimientos.

—No tengo ningún problema con que la familia Choi esté presente —le contestó Taemin.

Yuri fue a abrir la puerta e indicó por señas a la familia de Minho que podían entrar. Entraron primero sus padres, seguidos por Amber, Sully, Max, Kyuhyun , Minki, Woohyun y, en último lugar, Aaron. Este saludó a Minho con una inclinación de cabeza. Se sentaron todos en el lado opuesto al de los padres de Taemin.

—Vamos a empezar —dijo la mediadora. Después de explicar el procedimiento de la mediación y las reglas básicas, se subió más las gafas en la nariz con el dedo y miró primero un lado de la mesa y después el otro—. Dadas las circunstancias —dijo, en referencia a los miembros de la familia y a los abogados—, me gustaría mantener una atmósfera distendida. He leído la versión del señor Choi de todo lo sucedido y me gustaría empezar por pedirle que nos diga qué es lo que le gustaría a él que ocurriera en relación con Lee Yoogeun.

Todos los presentes miraron a Minho.

El silencio en la habitación resultaba sofocante. Él miró a Taemin.

—Tal y como dicen los documentos, la prueba de ADN confirma mi paternidad — dijo—. Lo que quiero es tener la oportunidad de conocer a mi hijo. Tengo una familia amorosa, que consta de mis padres, siete hermanos y dos hermanas. Todos estamos muy unidos. La familia es importante para mí. Cuando nació Yoogeun, Lee Taemin me dio la oportunidad de abrazar a mi hijo, de cuidar de él y ver el milagro que es Yoogeun. Taemin no me quería en su vida, pero me abrió su casa a pesar de las aprensiones que pudiera sentir al comienzo. Le estoy muy agradecido por eso y espero que quiera permitirme ver a Yoogeun de un modo regular.

—¿Y qué considera usted “un modo regular”?

—El mejor de los casos sería un cierto periodo de tiempo todos los días —repuso él. Quería decir todos los días las veinticuatro horas del día, pero Taemin se mostraba tan distante y frío que supuso que debía mantener aquello en un plano formal e ir paso a paso hasta que pudiera hablar con Taemin a solas y decirle lo que sentía de verdad respecto a Yoogeun y a él y aquel ridículo procedimiento—. Una vez que empiecen los entrenamientos, espero que Taemin quiera dejarme ver a mi hijo siempre que sea posible, especialmente antes de que empiece la temporada.

Los tres abogados de Taemin tomaban notas en sus libretas.

La mediadora juntó las manos.

—¿Qué cree usted que sucederá cuando viaje a otras ciudades para jugar con su equipo?

—Suelo venir a casa entre partido y partido. Me gustaría que pudiéramos encontrar un arreglo que encaje con las agendas de los dos. Nunca se sabe —añadió, guiñándole un ojo a Taemin—. Tal vez te guste el fútbol americano.

Miró de nuevo a la mediadora.

—Taemin podría viajar conmigo y yo podría cuidar de Yoogeun mientras Taemin escribe artículos y habla por teléfono, o hace todo lo que tenga que hacer para dirigir su revista.

—Absurdo —comentó Kai en voz alta.

La mediadora ojeó sus papeles.

—Usted vive a una hora de distancia de la residencia del señor Lee. ¿Espera que él le lleve al niño a su casa?

—Por supuesto que no. Tengo un apartamento alquilado en el mismo bloque donde reside el señor Lee. Somos vecinos, y mi plan es que sigamos siéndolo todo el tiempo que sea necesario.

—¿Es vecino tuyo? —preguntó Kai.

Taemin lo silenció con un gesto.

—¿Hay algo más que quiera añadir? —preguntó la mediadora a Minho.

Este miró a Yuri, quien le puso su libreta de notas delante y señaló con el bolígrafo la línea que quería que leyera.

—Sí —contestó Minho—. Quiero pedir al menos un día al mes para llevar a Yoogeun a pasar ese día con mis padres y con mis hermanos en Busan.

Taemin tomó el brazo de Kai y le susurró algo al oído. Aunque Minho prefería verlo en chándal y camiseta, tenía que admitir que él estaba fantástico con el traje oscuro que se había puesto. Con el pelo echado hacia atrás tenía un aspecto muy sofisticado.

—¿Eso es todo? —preguntó la mediadora.

Yuri señaló la última línea en su libreta.

Minho la leyó y miró a Yuri para cerciorarse de que aquello era necesario. La expresión en la cara de ella le dijo que continuara. ¿Qué otra cosa podía hacer él? Yuri había ido allí ese día a pesar de todos los problemas que le había causado. Y él se sentía obligado a seguir su consejo.

—Hay una cosa más —dijo en voz lo bastante alta para que lo oyeran todos. Leyó la frase escrita en la libreta—. Cuando me vea obligado a viajar, me gustaría tener una información semanal de lo que ocurre en la vida de Yoogeun, incluidas fotos. No tengo inconveniente en comprar una cámara digital buena para Taemin.

—Eso es ridículo —declaró Kai.

Minho miró a Taemin.

—Deja que termine —pidió éste, apoyando una mano en el brazo de Kai.

A Minho no le gustó verlo tocar a ese hombre.

—Es todo —dijo—. He terminado.

Kai sonrió. Apretó el brazo de Taemin.

—Fantástico —dijo—. Puesto que el señor Lee está visiblemente alterado, hablaré yo por él, si nuestra estimada mediadora no tiene inconveniente.

La mujer mordió el anzuelo. Se ruborizó y miró con coquetería al hombre que Minho ya había decidido que no le caía bien.

—En contra de mi consejo —prosiguió Kai—, el señor Lee ha venido hoy aquí esperando que pudiéramos ofrecerle al señor Choi un acuerdo firmado asegurándole que tendría un informe anual de los progresos de Yoogeun… fotos incluidas.

Kai sonrió de un modo irritante que hizo que Minho quisiera borrarle la sonrisa de la cara. Pero en vez de hacer eso, se contentó con apretar los dientes y escuchar lo que tuviera que decir Kai.

Este pasó un papel a la mediadora a través de la mesa.

—Mis fuentes me dicen que el señor Choi lleva al menos seis meses tomando pastillas con receta. Es adicto a ellas.

Minho se echó a reír.

—Eso es completamente falso. De hecho, todavía tengo el primer frasco que me recetó mi doctor hace seis meses —miró a Taemin—. Me gustaría saber cuáles son sus supuestas “fuentes”.

Taemin apartó la vista.

—Según registros públicos —continuó Kai—. A Woohyun, el hermano del señor Choi, le retiraron el carné de conducir en dos ocasiones diferentes.

Minho miró a Yuri y después de nuevo a Kai.

—¿Qué tiene que ver eso con Yoogeun? —preguntó.

—Todo —repuso el abogado—. Su hermano Woohyun también fue denunciado por agresión con agravantes hace dos años.

—Eso es ridículo. Woohyun fue absuelto. Puede tener mal genio a veces, todos sabemos eso; pero aquello fue simplemente un malentendido.

Kai miró a Minho a los ojos.

—¿Debo continuar?

—Pero por supuesto. Siga, por favor. No tengo nada que ocultar. —Su cuñada fue detenida dos veces no hace mucho por conducir ebria y…

La mediadora alzó una mano para interrumpir a Kai.

—Y ahora está muerta —terminó Minho por él—. ¿Se alegra de ello? —miró a Taemin. El rostro de él estaba pálido, pero guardaba silencio—. ¿Qué te ha pasado? —le preguntó Minho—. Hasta hace poco eras una persona amable que nos abría los brazos y ahora, de pronto, vuelve a este hombre a tu vida, el mismo hombre que te humilló delante de todo el mundo dejándote plantado en la iglesia, ¿y te olvidas de que tienes voz?

Taemin estaba obviamente incómodo. Cerró los ojos, pero siguió sin decir nada.

A Minho le latía con fuerza el corazón; le hervía la sangre al pensar que fueran capaces de arrastrar a su familia por el lodo en aquel intento por humillarlo públicamente. Miró a la mediadora.

—No entiendo qué relación pueden tener los actos de mi hermano o de mi difunta cuñada con que yo vea a Yoogeun.

La mediadora tomó su martillo y golpeó la mesa con él, pero cayó en oídos sordos.

Kai volvió a sonreír.

—¿Qué clase de hombre tiene la desvergüenza de insinuarse a la prometida de su hermano sin mostrar remordimientos? ¿Usted querría darle su hijo a ese hombre? ¿A un hombre sin moral? ¿Un hombre que dona esperma por dinero y además miente sobre sus cualidades? ¿Un hombre cuyos familiares están siempre dispuestos a poner en peligro la vida de otros seres humanos porque no parecen comprender la diferencia entre el bien y…?

Minho se levantó tan deprisa que tiró al suelo la silla en la que estaba sentado.

Apretó los puños a los costados.

Kai se puso también de pie.

—Adelante, demuéstrele al tribunal el tipo de hombre que es. El tipo de padre que sería para Yoogeun.

—¡Basta! —dijo Taemin. Miró a Minho—. Yo no le he dado permiso para cuestionar tu carácter ni el de los miembros de tu familia. Yo le pedí que no hiciera esto.

Minho miró hacia atrás y vio la confusión que mostraban los ojos de su madre. Decidió que ya había tenido bastante y se dirigió a la puerta. No podía hacerles aquello a los suyos. No podía soportar la idea de que Taemin y su gente hicieran pasar a su familia por aquello si llevaban el caso a juicio.

—¿Ya se marcha? —preguntó Kai—. Pero si apenas hemos empezado a romper el hielo, señor Choi.

Yuri siguió a Minho hasta la puerta.

—No te dejes afectar por él —dijo en voz baja, de modo que solo la oyera Minho—. Su intención es intimidarte. Es el truco más viejo que existe. Está claro que no le interesa llevar este caso ante un juez. Por eso se pone duro ahora.

—He terminado. Se acabó.

—Pero Minho…

—Lo siento. Se acabó. Lo hemos intentado —Minho abrió la puerta y salió. Yuri volvió a su lugar en la mesa. Cerró su libreta de notas y la guardó en su maletín.

—Nos gustaría fijar una fecha para llevar esto a juicio —dijo Kai.

—Eso no será necesario —le contestó Yuri—. El señor Choi está dispuesto a firmar lo que el señor Lee y sus abogados quieran que firme. Han ganado ustedes.

****

Taemin se sentía físicamente enfermo. No era eso lo que él había querido que ocurriera.

El padre de Minho se acercó a la mesa.

—Si sirve de algo —dijo—, me gustaría dejarle esto al tribunal —mostró un paquete grueso—. Son cartas y emails que hemos reunido de cientos de personas que pueden atestiguar sobre el buen carácter de nuestro hijo.

Taemin quería explicarle al padre de Minho que aquello no era obra suya, pero no pudo encontrar palabras para deshacer el daño que había hecho Kai.

La mediadora tomó los papeles que le tendía el padre de Minho y los colocó encima de su carpeta.

Kai tomó el contrato que había preparado meticulosamente, pero antes de que se lo diera a Yuri, Taemin se lo quitó y lo rompió en dos.

—¿Pero qué haces? —preguntó Kai—. No seas crío.

Taemin no le hizo caso. Se dirigió a la mediadora.

—Quiero que el tribunal sepa que Choi Minho es un buen hombre y un padre maravilloso. Todos los miembros de su familia me acogieron sin juzgarme ni hacerme preguntas —miró a la familia de Minho—. Yo no quería que ocurriera esto —movió una mano para señalar a Kai—. No tenía ni idea de que el señor Kim y sus abogados caerían tan bajo. Lo siento mucho.

—¡Taemin! —le dijo su padre—. No tienes que disculparte por querer lo mejor para tu hijo… para nuestro nieto.

—Te equivocas —le contestó Taemin—. Y yo también estaba equivocado. Lo mejor para Yoogeun es formar parte de la familia Choi. Mi hijo sería muy afortunado de ser parte de una familia tan compasiva y cariñosa. Estas personas ya quieren a Yoogeun tanto como se quieren unos a otros. No sé en qué estaba pensando para venir hoy aquí —sus ojos se llenaron de lágrimas, lágrimas que empezaron a caer por su rostro—.Quiero que Yoogeun tenga el apoyo y el amor de nuestras dos familias.

Miró a su madre, que parecía dividida entre solidarizarse con su hijo o seguir tomando el lado de su esposo. Su padre se levantó, dejando claro que no quería tener nada que ver con el discurso de su hijo.

—Por alguna razón —continuó Taemin—, intervino el destino y trajo a estas personas a mi vida y, lo más importante, a la vida de Yoogeun. Solo espero que la familia de Minho pueda perdonarme por haberles hecho escuchar un ataque tan innecesario y de tan mal gusto —se enderezó y miró a Kai—. Quiero que tus amigos abogados y tú os vayáis ahora mismo.

Menos de diez minutos después, ya fuera del tribunal de Busan, con el tráfico delante de ellos, Yuri se acercó a Taemin antes de que éste entrara en el aparcamiento.

—Bonito discurso —le dijo.

Taemin contestó con una sonrisa tensa e incómoda.

Yuri sacó una grabadora de su bolso y pulsó la tecla del play.

Taemin no sabía lo que se proponía la abogada. Oyó la voz de Yuri que salía de la grabadora.

“Te quiero. Quiero pasar mi vida contigo. Fúgate conmigo, Minho. Hoy. En este instante”.

Taemin oyó a Minho riendo en la cinta.

—¿Te estás riendo de mí?

—Perdona. Es solo que todo esto no podría haber llegado en peor momento. Yo no te amo, Yuri.

—¿O sea que anoche no lo decías solo porque Aaron estaba presente?

—No. Decía la verdad. Creo que solo necesitaba que me inculcaran un poco de sentido común para que me diera cuenta de que lo que no me gustaba era perder con Aaron.

Hubo una pausa.

—¡Eh! ¿Qué estás haciendo? —preguntó luego la voz de Minho.

Hubo unos ruidos extraños de fondo y a continuación volvió a oírse la voz de Yuri.

—¿Me estás diciendo que te has interpuesto en mi vida siempre que has podido, que has arruinado mi relación y has hecho todo eso solo porque sí, porque eres un tipo grande y duro que está acostumbrado a salirse con la suya? ¿Porque te gusta ganar?

—Sé que soy terrible. ¡Ojalá pudiera retirar todo eso! ¡Ojalá hubiera visto lo que ya habían visto todos los demás hace tiempo! Te quiero como a una hermana, pero la verdad es que amo a Taemin. Hasta que lo conocí a él, no sabía lo que era el amor.

Yuri apagó la grabadora.

—Quiero que sepas que yo no tenía intención de fugarme con Minho, pero supe que se estaba enamorando de ti antes de que él mismo se diera cuenta. También sabía que el único modo de hacerle ver la verdad era ofrecerle lo que pensaba que quería. Fue un golpe bajo, pero grabé la conversación —guardó la grabadora—. Imagino que piensas que debo de estar loca para haber caído tan bajo —Yuri suspiró—. Pero necesitaba que todos supiéramos la verdad de una vez por todas.

—No creo que estés loca —repuso Taemin—. Y te agradezco todo lo que las hecho — movió la cabeza—. No sé qué decir.

—Eso es comprensible —le aseguró Yuri—. Pero hay algo más.

Taemin esperó.

—Minho no estaba dispuesto a comunicárselo a todos en el tribunal, pero ayer habló con su entrenador. Ya no jugará más. Creo que su rodilla está peor de lo que pensábamos todos. Se retira de la NFL.

—¿Y qué va a hacer?

—No estoy segura. Pero he pensado que quizá querrías saberlo.

Taemin no sabía lo que esperaba Yuri de él exactamente, pero tenía la impresión de que intentaba hacer de casamentera.

—Gracias por decírmelo… y por haberme permitido escuchar lo que grabaste.

—De nada —Yuri volvió a meter la mano en su bolso y esa vez sacó una tarjeta y se la pasó—. Si alguna vez necesitas una buena abogada, o simplemente una amiga, llámame.

 

Continuará....

Notas finales:

Espero les haya gustado :D 

Nos vemos el próximo capi :D :*

Espero leerles 

See you :*


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