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Having my baby 2MIN por minnah

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Capítulo 7

 

 —¿Alguna vez has visto tantos hombres guapos en una familia? —preguntó Key.

Taemin y él cortaban pimientos verdes y cebollas para la receta de la salsa de chili que pensaban sacar en la portada del siguiente número de Comida para todos. Cada mes proponían un tema y ese mes se iban a centrar en sopas, estofados y chili.

Key era muy buen cocinero y normalmente no se molestaba en probar recetas de otros, pero la mujer que probaba las recetas se había despedido de pronto, dejándolos en un brete.

Taemin extendió el brazo en la encimera de la cocina y conectó el monitor de bebés. Hacía una hora que habían salido del apartamento de Minho. Yoogeun no había dejado de llorar hasta cinco minutos atrás. No había llorado nada mientras estaba con los hermanos de Minho, pero en cuanto lo había tomado su madre en brazos, ya no se había callado hasta que esta lo había metido en su cuna y le había dejado llorar hasta que se durmiera.

Minji tenía razón. A Yoogeun no le gustaba su mami.

—Tierra a Taemin.

—Perdona. ¿Qué decías?

—Todos esos hermanos atractivos en una misma familia y ninguno de ellos llevaba una alianza en el dedo. ¿Qué crees tú que indica eso de esos hombres?

—No lo sé, pero estoy seguro de que me lo vas a decir tú.

—Es una prueba de lo que yo digo siempre. Las personas ya no necesitamos a los hombres para que cacen ni traigan el pan a casa, así que ¿para qué más sirven?

Taemin movió la cabeza.

—Tienes que olvidar toda esa amargura extraña que  sientes hacia los hombres, y recuerda que tú también eres hombre.

—Mi padre dejó a mi madre cuando yo tenía seis años —le recordó Key—. Si me lo cruzara por la calle, no lo reconocería. ¿Qué clase de hombre deja a su carne y a su sangre y no vuelve a dar señales de vida nunca más? –dijo ignorando lo último dicho por Taemin

—No todos los hombres son como tu padre o tu exnovio.

—¿Cómo puedes decir eso tú, después de que te dejaran plantado ante el altar? Los hombres son buenos para una cosa, y no te voy a recordar cuál es, pero el problema es que carecen de la virtud de la continuidad.

—Es solo cuestión de encontrar a la persona apropiada —respondió Taemin—. Tenemos que ser pacientes.

 Cuando Key conocía a un hombre que le interesaba, tendía a ser controlador y desagradable. Taemin suponía que el subconsciente de su amigo saboteaba una relación desde el comienzo precisamente porque él pensaba que de todos modos no había ningún hombre en el mundo que se fuera a quedar a su lado.

La relación siempre se acababa antes de que Key le diera una oportunidad de funcionar, lo cual, a su vez, confirmaba los miedos de él, cerrando así aquel círculo vicioso.

Pero Taemin no quería enojar a su amigo, así que cambió de tema.

—¿Te he dicho que Kai me llamó el otro día?

Key abrió mucho los ojos.

—¿Qué quería?

—Se ofreció a ser mi abogado por si necesito ayuda para alejar a Minho de Yoogeun y de mí.

—¿Y cómo sabía él lo de Minho?

—Se lo dije a mamá y supongo que se lo diría ella. A pesar de que me dejó plantado en el altar, mis padres siguen teniendo una opinión muy elevada de él.

—¿Qué le dijiste?

—Le dije que le agradecía la oferta, pero que no necesitaba su ayuda. También le dije que Minho y yo estamos saliendo.

—¿Qué?

Taemin sonrió. 

—Buena idea, ¿no te parece? Quería que se enterara de que he pasado página. Además, se lo dirá a mis padres y, con suerte, no vendrán de visita inmediatamente.

—¿Y se mostró disgustado?

Taemin se encogió de hombros y removió los ingredientes de la cazuela que tenía en el fuego.

—Es difícil saberlo.

—¿Mencionó a Yoogeun? ¿Te preguntó  qué tal estaba?

—Me felicitó y dijo que sentía todo lo que había pasado entre nosotros.

Key terminó de echar salsa de barbacoa en una taza de medir y miró a Taemin.

—Te preocupa algo. ¿Qué es?

—Estoy pensando que debería tomarme en serio la oferta de Kai por si resulta que Minho y yo no conseguimos llegar a un acuerdo sobre Yoogeun. Sería idiota por mi parte ir a la mediación del mes que viene sin estar preparado.

—Cierto —Key echó las cebollas y los pimientos en la cazuela—. Pero siento curiosidad. ¿Por qué te llama Kai ahora después de tanto tiempo?

—Me llamó una vez, pero no contesté.

—¿Todavía sientes algo por él?

—He comprendido que necesito cerrar el capítulo, y el único modo de hacerlo es que los dos nos sentemos a hablar de lo que pasó.

Lo que Taemin necesitaba saber era cómo alguien con quien había estado dispuesto a pasar el resto de su vida podía haberlo humillado hasta tal punto. Si Kai había descubierto que no podía seguir adelante con el matrimonio, ¿por qué no se lo había dicho en lugar de dejarlo allí plantado como un tonto? Esa pregunta le había quitado el sueño muchas noches.

Él había confiado en Kai. Nunca, ni en un millón de años, lo habría creído capaz de hacer algo como aquello. Pero lo había hecho y, menos de una semana después de que lo dejara plantado en la iglesia, los padres de Taemin lo habían invitado a su casa y habían suplicado a Tae que saliera de su habitación y hablara con Kai.

Todos esperaban que lo perdonara sin vacilar. Aquella había sido la última gota. Taemin había hecho las maletas y había partido para Seúl menos de una semana después.

De la cazuela salía olor a ajo mezclado con cebolla y Key añadió alubias blancas a la mezcla.

—Me pregunto si Jonghyun estará el domingo en la barbacoa —comentó.

—¿El hermano de Minho? —preguntó Taemin, sorprendido.

Key asintió.

—¿Por qué te sorprende?

—No lo sé. Supongo que porque hace tiempo que no te veo mostrar interés por alguien.

—No me interesa Jonghyun. Solo he pensado en él porque parecía callado… y triste.

Taemin estaba más que dispuesto a ayudar a su amigo si creía que había alguna posibilidad de emparejarlo. Pero la verdad era que Key era demasiado exigente, por no hablar de terco y obstinado.

—No me fijé —mintió—. Pero puesto que se trata de Minho y sus hermanos, he decidido que no es buena idea que yo vaya a la barbacoa el domingo.

Key no contestó a eso.

—Ni siquiera sé si es buena idea que Minho y yo seamos amigos —añadió Taemin.

—En eso estoy de acuerdo —Key removía los ingredientes de la cazuela—. Ya sabes lo que pienso de esa inesperada aparición suya.

—Exactamente. Yo pasé por el proceso de la donación de esperma sabiendo que criaría a Yoogeun solo. Pero que no quiera a Minho en la vida de Yoogeun no significa que crea que es mala persona. Es solo que necesito… no, que quiero, criar a Yoogeun solo. Y además, Minho es un jugador famoso. Es atractivo y no pasará mucho tiempo hasta que se case y tenga hijos propios. No quiero que Yoogeun sienta que no es tan bueno como los otros. Una amistad con Minho no saldría bien. Tiene que dejarnos en paz.

—Estoy de acuerdo —Key tapó el chili y bajó el fuego.

Taemin lo siguió a la sala de estar, donde Minji coloreaba sin hacer ruido. Le ayudó a recoger los lápices de la niña.

—Estoy seguro de que Minho lo entenderá cuando le digas que has cambiado de idea sobre la barbacoa —comentó Key.

—Y si no lo entiende, lo siento —dijo Taemin, que intentaba convencerse a sí mismo de que lo mejor que podía hacer sería no tener nada que ver con el padre de Yoogeun—. Hizo mal en mudarse aquí sin consultarlo antes conmigo. Es arrogante y avasallador. Si cree que puede…

En aquel momento llamaron a la puerta. Taemin, exasperado, la abrió con prontitud.

Minho estaba al otro lado. Tenía el pelo mojado. Llevaba unos vaqueros limpios y una camisa azul. Sostenía un lápiz azul en la mano.

—Se me ha ocurrido que Minji podría echarlo en falta.

Taemin tomó el lápiz, le dio las gracias e intentó cerrar la puerta, pero él puso la mano en el marco, por encima de la cabeza de él, y usó sus amplios hombros para impedírselo. 

—Quería darte las gracias por dejar que mis hermanos conocieran a Yoogeun —le dijo —. Ha significado mucho para todos nosotros.

—De nada.

Minho miró hacia el interior.

—¿Yoogeun está dormido?

 —Sí.

Minho vio a Key.

—¿Ya te marchas?

—Se hace tarde —contestó Key—. Taemin y yo tenemos muchas cosas que hacer mañana.

—¿Puedo ayudaros en algo?

Key sonrió con suficiencia y miró a Taemin como diciéndole: “Dile que se vaya a la porra y díselo ya”. Yoogeun empezó a llorar en la otra habitación. Minho hizo un gesto en aquella dirección.

—¿Quieres que vaya yo?

—No, gracias. Está todo controlado.

—¿Sigues enfadado conmigo?

—Pues claro que sí —contestó Taemin—. Hace una semana no sabía que existías, pero te las has arreglado para irrumpir en mi vida sin mi permiso. Donde quiera que miro, allí estás tú. Me has visto en mi momento más vulnerable y ahora te has situado de tal modo que puedas vigilar todo lo que hago.

—¿Tú crees que te quiero espiar?

Tae alzó la barbilla.

—Sí, eso creo.

—Escucha —Minho se inclinó hacia él, que pudo captar el olor de su aftershave—. No te estoy espiando. Solo quiero tener la oportunidad de conoceros a Yoogeun y a ti. Juro por mi honor que eso es todo. Yo jamás intentaría quitarte a Yoogeun. Nunca.

—Es obvio que estás acostumbrado a conseguir siempre lo que quieres.

—He sido un poco avasallador, ¿verdad?

—Más que un poco.

Minho, derrotado, miró a Key.

—¿Necesitas ayuda para llegar a tu coche?

—Creo que es más seguro que diga: “no, gracias”.

—Pues entonces me marcho.

Taemin intentó cerrar la puerta, pero él seguía impidiéndolo. ¡Aquel hombre era imposible!

—Una cosa más —dijo él—. He hablado con mamá y está todo preparado. Te agradece mucho que estés dispuesto a llevar a Yoogeun al rancho. Si os parece bien, puedo recogeros a los cuatro el domingo a las doce.

—¿Para montar en loz poniez? —preguntó Minji desde la sala.

—Para montar en los ponies —contestó él con una sonrisa.

Taemin se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. No le gustaba nada sentirse cohibido y que le temblaran las rodillas cuando estaba cara a cara con aquel hombre.

—¿Por qué tengo la impresión de que no tengo elección? —preguntó.

—Tienes elección —le recordó Key.

Cuando Minho sonreía, le salían hoyuelos. Taemin pensó que lo último que necesitaba aquel hombre eran hoyuelos.

—No dejaré que nadie se empeñe en tomar a Yoogeun en brazos sin que tú des antes tu permiso —dijo él—. Ponies para Minji. Buena comida. Gente divertida. Una visita corta y agradable.

—¡Poniez! —gritó Minji.

 —Vamos —dijo Key a su hija—. Vamos  a ver a Yoogeun.

Taemin suspiró cuando Key y su hija desaparecieron en la otra habitación.

—No te arrepentirás —le prometió Minho—. Les encantarás a todos.

—Eso lo dudo —¿cómo les iba a gustar si ni siquiera se gustaba a sí mismo? Era un pusilánime.

—¿Te estás quedando conmigo? —él apoyó una mano en el marco de la puerta, por encima de la cabeza de Tae.

Taemin se descubrió pensando que debería haberse puesto esos zapatos de plataforma, que le había regalado Key, para no tener que verse obligado a mirar la V de la camisa de él, donde un trozo de piel bronceada y algo de vello oscuro atraían su atención.

—Tú lo tienes todo —continuó Minho—. Eres amable, cariñoso y guapo. ¿Por qué no les vas a gustar?

Aquel hombre sería capaz de convencer a una abeja obrera de que abandonara a su reina.

Taemin torció el cuello para mirarlo a los ojos.

—Deberían apodarte Embaucador en vez de Hollywood.

—No estaba libre el nombre.

Taemin sonrió ante la arrogancia de él.

—¿No habrá mucha gente?

—Menos de una docena.

—¿Sin fanfarria ni exageraciones?

—Por encima de mi cadáver.

—¿Ni globos ni regalos extravagantes?

—Desde luego. Los regalos no son de buen gusto.

Taemin se cruzó de brazos.

—Tú dices lo que crees que quiero oír, ¿verdad?

Minho entrecerró los ojos.

—Yo jamás haría eso.

—De acuerdo —repuso Tae, intentando no divertirse con el hombre que solo estaba allí a causa de Yoogeun—. Si tanto significa para ti, iremos.

Minho sonrió.

—Eres un encanto —antes de que Tae pudiera cerrar la puerta, añadió—: Una cosa más. Hay algo que quiero preguntarte.

Tae alzó las cejas con aire interrogante.

—La amable voluntaria de pelo gris del hospital me dijo que te habías ido antes de tiempo porque tenías que planear nuestra boda.

Taemin se echó a reír al ver la expresión ansiosa de él.

—Eso fue cosa de Key. Confiaba en que la mujer te espantara diciéndote eso y no tuviéramos que hacerlo nosotros.

Minho frunció el ceño.

—Tu amigo tiene muy mala idea, ¿verdad?

—Ha tenido una vida difícil —repuso Taemin bajando la voz para que no le oyera su Key—, pero tiene un gran corazón. Además, no tienes de qué preocuparte. No me casaré nunca. Todo lo que necesito lo tengo ya aquí en este apartamento. 

Notas finales:

Espero les guste :D 

Se está publicando esta adaptación y otras más  en esta pagina :D , espero se den una vueltita, ya que hay probabilidades que me eliminen mis adaptaciones de AY

Dejen reviews :P


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