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Las Joyas de Sweet Ann por AlexisKID4869

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Notas del capitulo:

¡¿Que tal?! :D aqui les traigo la continuacion de la historia.

 

Primero que nada queria agradecir a todos los que estan lleyendo la historia n.n me alegra bastante

 

Diculpen si encuentran errores pero escribo a las apuradas en mi tiempo libre u.u

 

Como extra agregue a este capitulo algo que me paso hace mucho, abajo dire cual ;)

 

Los veo abajo n.n

   Estaba recostado en mi cama. Tras el robo de los brazaletes no he vuelto a ver a ver a CV02 y eso fue hace una semana. Miriam tampoco me ha comunicado sobre algún encargo o si encontró alguna joya por lo que he estado inactivo este tiempo. Pero no he podido sacarme al rubio de mi mente, más aun por la forma en que se “despidió”. Cuando sus ojos, la forma en que nos miramos.  “Oye Kaito… ¿Por qué me revisabas tanto en el banco?…”. Sé que fue parte de su engaño pero aun así no he podido olvidarlo. ¿Sería patético decir que me he enamorado de alguien sin antes saber su nombre…?

– Jajajaja.

   Que pienso… estoy dejando que mi impulso me corrompa. Él tenía razón, soy un pervertido.

Kaito

– ¡AH!... – no puede serCV02… – él estaba parado en la puerta del dormitorio, recostado en el marco – ¿Cómo me encontraste?

– Localizo joyas perdidas y robo museos. No es tan difícil buscar una dirección y forzar la cerradura.

   No sería tan malo verlo si no fuera que estaba vestido solo con una camisa, tan larga que le llegaba a las rodillas y tan fina que la luz traspasaba por ella  mostrando su silueta, ¿Pero por que sigue con su pañuelo? Sin embargo verlo así… aunque no esté bien pensarlo… no pude evitar excitarme.

   Él se acero a mí. Cauteloso, se sentó entre mis piernas estiradas. Esa noche solo me acosté con el pantalón del piyama así que sus manos se apoyaban sobre mis pectorales. Sin sus guantes sus manos se sentían suaves en mi piel desnuda. Quería sacársela, desprender esa camisa y ver su cuerpo. Quería sentarme y sacar cada botón para aspirar el perfume natural de su piel.

– Shhh…

   Quería hacerlo, pero él no me dejo levantarme poniéndome un dedo en mi boca para evitar que pronunciara algo y dejarme estático a su voluntad. Deslizo su dedo silenciador por mi barbilla, entre medio mis pectorales y por mis abdominales para detenerse en el elástico del pantalón. Con ambas manos, bajo el piyama junto al bóxer sacando a mi libido semi erecto. Él se acerco más y yo quise levantarme… Quería besarle…, iba a hacerlo… pero él no me lo permitía, con su otra mano impidiendo que me levantara del colchón. No creía que lo hiciera… pero lo hizo, sujeto ambos órganos y los masajeo al mismo tiempo, cubiertos por su lubricante natural. Subía y bajaba. Subía y bajaba. No importaba al ritmo que lo hacía, con solo ver como arqueaba sus cejas podía saber que le gustaba la sensación haciendo que mi cuerpo se calentara no solo por la ternura que ocultaba ese pañuelo sino también por el querer tocarlo, el querer abrazarlo y que él no me lo permitiera. No podía poner un dedo en él ya que es como una joya inalcanzable.

Kaito… – dijo liberando ambos miembros erectos – ¿Tienes… un…?

   Sé que quería. Abrí el cajón de mi mesita y lo saque, lo había comprado hace tiempo pero no llegue a usarlo. Rasgue el paquete con mis dientes para sacarlo y extendérselo y él lo coloco tímido, tan inocente en el asunto que uso ambas manos para cubrirlo. Aproveche y me levante pero me detuvo sujetándome de los hombros. Él se levanto para introducirme en su interior, ahogando sus gemidos mientras entraba. Nos miramos. Sus ojos azules se humedecían mientras yo me levantaba lentamente sin dejar de verlo hasta juntar nuestras frentes. Quería sacarle ese pañuelo y besarlo ¡Quería probar sus labios y jugar con su lengua!  Iba a quitarle ese odioso pañuelo pero el rubio se me adelanto y comenzó a mover sus caderas.

Kaito… – decía mi nombre mientras cerraba sus ojos – Kaito… Kaito…

   No aguante más. Sujete el borde del pañuelo para quitárselo de un arranque y poder comerme su boca, ¡pero no podía bajársela! Sus manos luchaban sujetando mis muñecas mientras seguía moviendo sus caderas.

Kaito… Kaito…

– Déjame… quiero besarte… déjame quitártelo… – ignoraba mi goce sexual por mi deseo de besarlo.

Kaito ¡Kaito! – aumento el ritmo.

– ¡Por favor! ¡Quiero besarte! ¡Déjame besarte!

¡Kaito! ¡KAITO! ¡KAITO! – forcejeábamos en pleno placer – ¡Yo! ¡Yo…! – gritaba al abrir sus ojos en desesperación.

   Le saque el pañuelo… y me golpearon en la cabeza.

– ¡Kaito, Despierta! – grito una chica.

– ¡Ah! – ¡¿Dónde estoy?!

– Joven Shion, – una voz seria hablaba a lo lejos en la penumbra, era mi profesor de Humanidades – durante años el anhelo humano nos ha llevado a producir grandes caminos donde nos puede esperar un logro, o una decepción. Y en particular hay un anhelo que puede ser una arma de doble filo, ocasionándonos mucha tristeza como así también una alegría que es más bien una euforia: el amor… Cuando llegue el momento bese a esa chica o a ese chico. – me puse rojo de la vergüenza ¿Hable entre sueños? – Dele amor... y a la vez sufra por esa persona. Porque eso es algo a lo que estamos destinados: Sufrir por amor. Porque es allí donde esta nuestra recompensa. – me miraba serio, era como recibir el consejo del abuelo, luego se volteo al proyector – Tal vez el siguiente mes hablemos del tema, pero por ahora concentrémonos en el Renacimiento.

   Toda la clase me miro riendo y luego se volvieron a enfocar en la materia. ¿En serio me quede dormido? Tuve la sensación de una mano apoyándose en mi hombro.

– ¿Te encuentras bien Kaito? – me pregunto Gumi, a su lado Miki trataba de ahogar sus carcajadas.

– Si. No te preocupes, era solo… un mal sueño.

   Ella me miro aliviada y puso su vista en el proyector. ¿En verdad fue una pesadilla o más bien una fantasía? ¿Qué estás haciendo ahora CV02?

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

“Una voz me pregunta ¿en dónde y con quien estoy?”…  “Siempre he hecho lo que quiero no respondo nunca nada”… “Para mi hacer el amor solo es diversión.”…

   La clase ya había acabo y yo me disponía a volver a casa, escuchaba música con mis auriculares mientras caminaba por el pasillo. En cierta forma esa parte de la letra es verdadera: “eso” solo es diversión. Lo que me recuerda ¿Que será de Kaito? No es que lo extrañe, sino que ya ha pasado una semana que no me lo cruzo. ¿Estará tan cohibido por como lo trate que no querrá toparse conmigo? Él es ya un adulto, no debería incomodarle esa clase de trato. Con lo atractivo que es pensé que ya tendría experiencia en ese campo.

– ¡Ayuda! – ¿Eh?

   Me acerque a la ventana para ver de dónde provenía el grito. En el patio de la escuela había un chico corriendo, era perseguida por otros cuatro, ¿Qué pasara allí? De repente el chico que gritaba se tropezó y cayó al piso. Los demás lo rodearon mientras seguía en el suelo y ¡¿Comenzaron a golpearlo?! Abrí la ventana para saltar pero me encontraba en la 3ra planta, aunque debajo de mi había unos árboles no es seguro aterrizar sobre ellos y los postes de luz del patio están demasiado lejos del edificio como para llegar saltando. Así que corrí por el pasillo hasta llegar a las escaleras, me deslice por los barandales hasta bajar al 2do piso. Volví a abrir la ventana y esta vez salte por ella para columpiarme de una rama gruesa del árbol, pero no me subí en ella sino que seguí con el impulso dando un giro y luego soltarme del roble. Tome un poste de luz con mi mano y di vueltas por el cilindro mientras descendía hasta llegar al suelo. Apenas mi pie toco el piso salí corriendo hacia los agresores.

– ¡Oigan ustedes! – se voltearon al oírme.

– ¿Ah? ¿Qué quieres Kagamine? – Esperen, conozco a estos chicos. No solo son del último año sino que también forman parte del equipo de Karate de la escuela.

– Déjenlo en paz. – dije encarándolos. No importa si son más altos que yo o si son expertos en artes marciales, no voy a encogerme frente a ellos.

– Jeje, hey chicos. Aquí tenemos a un héroe. ¿Qué les parece si comprobamos su valor? – los demás se reían maliciosamente.

   De un momento a otro los cuatro me rodearon. Me saque la mochila de la espalda y sujete una de sus tiras. Él que estaba delante de mí dio el primer ataque con su pierna derecha, una patada de 180° se dirigía a mi cabeza pero yo me agache y encaje la tira de la mochila por su pierna poniéndome tras su espalda. Antes de que recuperara la postura coloque la otra tira entre su cuello y la axila izquierda y tire de la mochila jalando a través de ella al chico, lanzándolo lejos. Otro de los chicos se deslizo por detrás de mí  aprisionándome el cuello con uno de sus brazos. Vi que uno de ellos se dirigía a mí con la intención de darme una patada lateral así que sujete el brazo que me asfixiaba, me deslice por debajo tirándome al piso y jalando del brazo, provocando que mi agresor se agachase y recibiera el impacto del pie en la cabeza; estando en el piso, sujete con mis propias piernas la única pierna con la que se sostenía el chico que iba a patearme y gire mi cuerpo haciendo que perdiera la estabilidad y cayera. Me levante y el ultimo chico que faltaba atacarme iba a golpearme en la cabeza pero avance hacia él y lo abrase. Sujetando su cuerpo me tire hacia atrás sin despegar mis pies del piso, levantado su cuerpo  hasta que la cabeza del chico se golpeo en el suelo. Antes de que su cuerpo cayera como peso muerto me impulse con mis piernas hacia atrás haciendo una voltereta para ponerme de pie. Evitando que el chico que me asfixiaba y él que lo había pateado se repusieran, corrí hacia ellos, saltando, rote mi cuerpo en el aire colocándolo en posición horizontal y junte mis piernas para luego extenderlas velozmente, una delante y otra detrás, pateando la cabeza de ambos al mismo tiempo. Con tres fuera faltaba el último, este se escabullo tras mis espaldas y me asfixio el cuello con la tira de mi mochila. Gire mi cuerpo poniéndonos cara a cara, explote sus tímpanos con las palmas de mis manos y mientras él estaba aturdido sujete su cabeza y lo noquee con un cabezazo. Lugo cayó al piso como los otros.

   Me saque mi mochila que me colgaba del cuello y voltee para ver al chico al que golpeaban esos cuatro, este observo toda la pelea sorprendido.

– ¿Te encuentras bien? – me le acerque al chico de cabello blanco.

– S-si, gracias. – me arrodille frente a él.

– ¿Estás seguro? – la verdad no lucia nada bien. Los golpes le habían partido un labio y una ceja, le sangraba la frente y tenia moretones en el rostro. Sin mencionar los que tendría debajo de la ropa que estaba toda rasgada por los impactos y cubierta de tierra por el suelo del patio. Le extendi una mano. – Levántate, iremos a la enfermería. – sin objeción se levanto tomando mi mano.

– Pero… – se detuvo al ver a los otros chicos en el piso gimiendo del dolor.

– Descuida, no se levantaran en un buen tiempo.

   Entramos en el edificio y nos detuvimos frente a la puerta de la enfermería. Toque la puerta pero no respondieron. El horario de clases había acabado por lo que la enfermera debió marcharse y por tanto debía estar cerrada la puerta, así que saque de mi mochila una ganzúa para hacer ceder la cerradura y abrirla.

– Pasa. – le dije al chico. Él me miro sorprendido por lo que hice pero de todas maneras entro. – Buscare el botiquín, toma asiento mientras tanto.

– No tienes por qué molestarte… – decía tímido al sentarse en una silla.

– Si no tratamos esos cortes se infectaran. Aquí esta. – dije encontrando el botiquín.

   Me acerque al chico con un algodón humedecido con alcohol y cure sus cortes.

– Ah… – dijo cuando el algodón toco su herida en la frente.

– Lo siento, ardera un poco.

– Descuida, estoy acostumbrado.

  ¿Acostumbrado? ¿Es que siempre tiene heridas que curar? Mientras trataba sus cortes y los vendaba no podía evitar ver sus ojos. Brillaban como dos diamantes gigantescos. Uno verde y el otro azul.

– ¿Cómo te llamas?

– Piko. ¿Y vos?

– Len.

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– ¿Qué te sucedió Kaito? – me pregunto Gumi.

   Al acabar la clase los tres nos dirigimos a una cafetería cerca de la universidad. Nos sentamos en una mesa a esperar que nos atendiera el mesero.

– Eeh... ¿Por qué preguntas? – entendió el porqué de su pregunta pero quería encontrar una escusa menos impactante a decirle que me desvelaba las noches pensando en un chico.

– No te hagas el tonto. Queremos saber él por qué te dormiste en clase. – la secundo Miki.

– ¿Dónde estará el mesero?

– ¡Kaito! – gritaron ambas al unisonó.

– Jeje. Tranquilas chicas. –  dije moviendo mis manos para calmarlas. – Solo me quede hasta tarde leyendo sobre el Renacimiento.

   Gumi sonrió aliviada, conforme con mi respuesta, pero Miki me miro entrecerrando los ojos.

– ¿Y a quien querías besar? – Nunca puedo engañar a la pelirroja, es más atenta que la peliverde.

– ¡Es verdad! – gritó reaccionando Gumi –  Decías algo de “Quiero besarte” “Por favor déjame besarte”.

   Me puse rojo al oírla. Para mi suerte llego el mesero para posponer mi respuesta.

– Buenas tardes, ¿Puedo servirles? – dijo mirando a las chicas.

– Si – dijo Gumi sonriendo – Yo quiero un submarino.

– Yo un café cortado. – ordeno Miki.

– Bien – dijo el chico de cabello aguamarina mientras anotaba– ¿Y uste…? – el chico se volteo para tomar mi orden pero al instante que vio mi rostro abrió sus ojos sorprendido.

– Ehm… yo quiero un postre helado.

– B-bien. En seguida se los traigo – dijo marchándose mientras me observaba por encima de su hombro al irse unos metros.

– ¿Lo conoces? – pregunto Gumi.

– No. – respondí extrañado por el momento.

– ¿Es a él a quien quieres besar? – salto Miki.

– Miki… – respondí molesto.

– ¿Entonces a quien? – insistió.

– Era solo un sueño. Ya ni me acuerdo el rostro del chico. – ¡Rayos!

– ¡¿Chico?! – gritaron sorprendida las dos.

– ¡Me confundí! – trate de retractarme. Ambas se miraron como si se dijeran algo con las miradas.

– Kaito, – hablo Gumi apoyando su mano sobre la mía – Somos tus amigas puedes decírnoslo.

– ¿Eres el uke o el seme? – pregunto Miki con picardía.

– ¡Que yo no soy gay! – dije golpeando la mesa por los nervios.

– Vamos Kaito, hasta el profesor se dio cuenta. – me presionaba la pelirroja sonriendo pícaramente.

   Suspire de la rabia y me recosté en la mesa cubriendo la cabeza con mis brazos. ¿Por qué se hacen ideas erróneas?... Todo es tu culpa CV02…

– Disculpe...

   Subí la mirada al oír una voz diferente que al de las chicas. El mesero había vuelto con nuestros pedidos. Me levante de la mesa y el joven coloco las ordenes sobre ella.

– Si necesitan algo mas llámenme. – dijo sonriendo, aunque parecía que me lo decía mas a mí que a los tres. Luego se marcho.

– Pues si no eres uno parece que los atraes. – dijo Miki – Por que el chico obviamente te tiene ganas. – Gumi se rio por el comentario.

– Ya baste chicas, me conocen bien como para hacer esas suposiciones.

– Solo bromeamos Kaito. – dijo Gumi sonriendo. Siempre tan amable.

– Sabemos que eres bien hombrecito. – dijo Miki sonriendo de lado. Siempre tan desesperante.

– Muy chistosas. – les devolví la sonrisa. – ¿Tienen planes para hoy chicas?

– Depende, ¿Puedes acompañarnos? – dijo moviendo las cejas. Ciertamente tiene motivo para preguntármelo. Las veces que me invitan a salir siempre tengo un encargo de Miriam. Obviamente no saben a lo que me dedico y se ponen muy tristes cuando les respondo que “tengo cosas que hacer”.

– Hoy estoy libre, así que si.  – Gumi se alegro como si fuera su cumpleaños.

– Que bien. – comento Miki sonriendo – Hoy llega el nuevo libro de mi escritor favorito y Gumi quiere ir a un restaurante de comida extranjera.

– Cuenten conmigo.

   Los tres comimos nuestras meriendas y pedimos que nos cobraran. Después de que pagáramos y el mesero nos diera la factura, Miki sugirió que vieras si no me dejo su número anotado al reverso del papel. Cuando salimos el Sol comenzaba a ocultarse al caer la noche, lo que me recordó a alguien. ¿Cuándo te volveré a ver?

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– ¡Ya llegue! – grite al entrar a casa.

– Bienvenido – dijo contenta Rin, mi hermana gemela, al recibirme.

– ¿Volvió Lily?

– Todavía no, llamo diciendo que se quedaría a hacer unos papeles en los tribunales y que nos fuéramos a dormir si no volvía. Por cierto, traje a un amigo de la escuela. ¿Ehm? – se inclino para ver lo que había detrás de mí.

– Que curioso. – sonreí por la coincidencia – Yo también.

   Me hice a un lado para mostrarle a Rin al chico con banditas y vendas detrás mío.

– Piko, ella es mi hermana gemela Rin.

– Un gusto conocerte. – dijo Piko sonriendo.

– Rin, el es mi nuevo amigo Piko.

– El placer es mío. – dijo imitando al peliblanco.

   Los tres salimos del pasillo y entramos en el living en donde se encontraba un chico rubio de ojos ámbar viendo la televisión además de un diccionario de ingles en la mesa. Al vernos el chico se levanto del sofá para saludarnos.

Hi – dijo el chico sonriendo.

– Hola, soy Len – le extendí mi mano a lo que el chico me miro extrañado.

– Oliver, he es mi brother Len. – trato de decir mi gemela.

Oh… “brother” – asintió el chico entendiendo, luego estrecho mi mano – Nice to meet you, you can call me Oliver.

– Ehm… Rin, ¿Puedo hablar contigo? – tome a mi hermana de la mano y la lleve al corredor mientras dejamos a ambos chicos. Por su parte ellos se  presentaban por sí mismos.

Hello, my name is Piko.

Hi, I am Oliver.

   Ambos entramos al corredor.

– Rin ¿quién es él?

– En un nuevo compañero en mi curso. Lo invite para conocernos.

– ¿Y por qué habla en ingles?

– Es de intercambio extranjero. Viene de Inglaterra. – dijo alegre.

– ¿Y por qué invitaste a un chico que no habla nuestro idioma si ni siquiera vos hablas decentemente el suyo?

– ¿No lo viste? ¡Esta guapísimo! – Baje la cabeza suspirando por sus intenciones. – Además es el hijo de mi escritor favorito.

   Me reí un poco. Me daba gracia oírla más aun por el pobre chico que se habrá sentido extraño con ella.

– ¿Y quién es el chico que trajiste? ¿Por qué esta todo golpeado?– pregunto ella mientras yo cruzaba los brazos. – me puse serio al recordarlo.

– Es un chico de nuestra escuela, pero un año menor. Lo estaban golpeando en el patio y fui a ayudarlo. Lo invite porque me dijo que no había nadie en su casa ahora y no quería dejarlo solo.

   De repente oímos unas carcajadas provenientes del living. Extrañados, los dos asomamos las cabezas por el arco de la pared y vimos a nuestros invitados riendo. Luego, ambos chicos se percataron de nuestra presencia.

Rin. Can I please use your bathroom?

– Ehm… – pronuncio Rin extrañada sin comprender lo que decía su príncipe.

– Pregunta si puede usar el baño. – tradujo Piko comprendiendo al chico.

– Aaahh… – exclamo Rin. ¿Cómo puede ser tan despistada? – Si, por aquí. – Tomo de la mano al chico y se lo llevo.

   Entre en el living para hablar con Piko.

– ¿Hablas ingles? – le pregunte.

– Un poco. Se llama Oliver, parece agradable. – dijo sonriendo.

– Ya veo. ¿Y de que se reían? – Piko se cubría la boca para no reírse.

– Me decía que se alegraba de encontrar a alguien que hable ingles por que cuando él le hablaba tu hermana buscaba en el diccionario las palabras para responderle pero decía cosas incoherentes como: “Yes, mi horse are ju horse” diciendo “Si, mi caballo es tu caballo” en vez de “Si, mi casa es tu casa” entreo otros errores; o sino “Want to eat luck?”, “¿Quieres comer suerte?”, confundiendo “Luck” por “Duck”, “pato”. Y que por eso dejaron de hablar y se pusieron a ver tele.

   Mis carcajadas llenaron el living. Que zonza que es mi hermana. Después de tranquilizarme lleve a Piko a mi habitación. Saque de mi armario un juego de ropa y junto a mi uniforme de la escuela del año pasado.

– Toma, cámbiate. – le dije a lo que él me miro sorprendido– Aquí también tienes un uniforme mío que ya no me queda. A lo mejor a ti sí.

– No tienes por qué molestarte.

– Para mí no es una molestia. Por favor, acéptalo. – el menor me miro tímido pero tomo la ropa. – Gracias. Por cierto Len, ¿No te duele? – me pregunto señalando mi cuello.

   Cuando me voltee para verme en el espejo note que tenía rojo el cuello. Debió haber sido por el rose de la mochila cuando me gire, haciendo que me quemara. Luego me gire para verlo, sabía que responder.

– Descuida, estoy acostumbrado. – le dije sonriendo y él se ruborizo levemente. – Avísame cuando estés.

   Salí de la habitación mientras oía a Piko darme las gracias. Fuera, me apoye sobre la puerta cerrada a esperarlo. En un momento Rin subió por las escaleras.

– ¿Y Piko?

– Le preste mi ropa, se está cambiando. – ella me miro confundida.

– Eres demasiado amable – entendía el doble sentido de su mente podrida.

– No lo invite con doble intención como alguien que conozco. Solo quiero ayudarlo. Además, recuerda que mamá y papá hacían lo mismo.

– Tampoco soy tan lanzada como piensas. Y tienes razón, a ellos les alegraría ver lo que haces.

¿Rin? – se oía que la llamaban.

I comin. – respondió Rin, mal pronunciado pero se dio a entender. – Bajen después para charlar juntos. – dijo al descender por las escaleras.

   Después de un momento Piko salió cambiado. Le invite a que fuéramos a charlar con los chicos ya que mi hermana necesitaría toda la ayuda posible para que Oliver la entendiera. Piko se rio de mi comentario y acepto. Durante un rato los cuatro estuvimos hablando, con Piko como nuestro traductor. Oliver era hijo del escritor ingles Big Al, fue escogido en su escuela para un intercambio de alumnos con un chico de la nuestra y que ahora vivía con una amiga de su padre como tutora durante su estadía en el país. Por su parte, Piko compartió que su única familia eran su padre, que era profesor en una universidad, y su hermana, que estudiaba Literatura en la misma institución en donde su padre enseñaba y que además era fanática del padre de Oliver. En una oportunidad Rin abrazo a Oliver, a lo que el pronuncio “Oh, Rin you are very sweet”, recordándome a las joyas. Me ausente un momento diciendo que iba a llamar a alguien y salí del living para ir a mi habitación y llamar a Leon por el celular que él me dio.

– Si, Len. – respondía Leon del otro lado del teléfono.

– Hola Leon, quería saber si pudiste encontrar algo sobre las Joyas. – de repente sonó el timbre.

– Encontré una joya que concuerda con la descripción pero no estoy seguro si es verdadera. Oh, por cierto. Halle algo interesante de tu amigo Kaito. Cuando puedas pásate por la suite para hablar más tranquilos.

– Esta bien, gracias. Nos vemos. – corte la llamada.

   Baje al living para ver quiénes eran y vi solo se encontraba mi hermana.

– ¿Y los demás?

– Se fueron. La hermana de Piko llego con sus amigos y la tutora de Oliver vino seguida de ellos. Me dijeron que me despida por parte de ellos y que nos íbamos a ver mañana en clases.

– Ya veo, me gustaría haberme despedido personalmente. ¿Cómo son las personas que vinieron a buscarlos?

– Bueno…

   Rin movía sus manos describiéndome a las personas que vinieron. La tutora de Oliver era una mujer de cabello rosa con senos promedios. Mientras que la hermana de Piko era una chica plana, de cabello rojizo con un mechón que destacaba como el que tenia Piko; la amiga de esta era de cabello verde con lentes rojos sobre su cabeza y con un poco mas de busto. Rin siempre se fija mucho en los senos de las mujeres ya que esta celosa de no tener todavía.

– Pero el chico que las acompañaba… ¡Era guapísimo! – gire mis ojos exceptivo, para ella todos los hombres son “guapísimos” – Si Oliver no se fija en mi buscare a ese chico de cabello azul. – ¿Cabello azul? Nah… debe ser coincidencia – me gustaba como le quedaba esa bufanda también aunque parece un mal pensado por que se quedo viendo como se iba la tutora de Oliver.

   Al oír eso salí corriendo a la calle. Era él, sin duda era él. No puede ser otro pervertido. Cuando llegue a la vereda fui corriendo a la esquina pero al doblar me encontré con nuestra tutora.

– ¿A dónde vas, Len?

– Lily, busco a un chico de cabello azul ¿Lo has visto?

– No, no me he encontrado a nadie. – debía estar por la otra esquina. Me dispuse a girar e ir al otro lado de la cuadra pero Lily me sujeto del cuello de la camisa deteniéndome – ¿A dónde crees que vas? Deberías estar en cama ya.

– Pero… ¡pero! – me arrastraba del cuello por la acera.

– Sin “peros”, mañana hay clases. Le dije a Rin que fueran a dormir si no volvía.

   Supongo que tender que esperar a ver a Leon. Pucha, quería verlo… Un momento¿Por qué salí corriendo para verlo?

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   Estaba a punto de entrar al departamento cuando una voz me detuvo.

– Buenas noches, Mikuo. – me voltee para ver quién era.

– ¡Akaito! – dije alegre y lo abrase. – Me alegra verte, hoy tuve el presentimiento de que volverías. – sabia que ese chico en la cafetería era una señal.

– A mí también me alegre verte. – me correspondió el abrazo.

– Pero… si tu estas aquí. – subí la mirada para verlo a la cara – ¿Significa que ella también?

– Si, pero no vendrá hoy. Está trabajando ahora.

   Me entristecí al oírlo. Sabía lo que significaba que ella “trabajara”. Akaito se dio cuenta de mi pesar y me acaricio el cabello.

– Descuida, se está redimiendo. Ya te lo explicara ella.

– Esta bien… ¡Pero pasa! Tengo tantas cosas que contarte. Te he extrañado tanto.

   Abrí la puerta para que pasara pero Akaito me tomo de la mano y la elevo acercándome a su cuerpo.

– Yo extrañe mucho hacerte esto… – a continuación me beso mientras empujaba mi nuca para forzar el encuentro de nuestros labios.

   Él es bruto. Pero igual me deje llevar. Lo abrase nuevamente y nos dejamos llevar por el movimiento de nuestras lenguas.

Notas finales:

Se lo que van a decir, "Es un cliche que los kagamine sean huerfanos", pero todo esta friamente calculado. ¬w¬

Espero que se halla dado a entender la pelea de Len, buscaba la forma mas clara de describirla a.a


El que quiere saber sobre mi anecota (ejem*nadiequiere*ejem) fue lo que le paso a Kaito en clases, pero adaptado:

 

Yo entre deprimido a mi clase en el secundario y mi profesor me pregunto por que mi cara larga. Una "seudo amiga" se adelanto a mi respuesta y dijo "sufre del corazón" y mi profesor dijo enfrene de toda la clase:

-"Digame [CENSURAR NOMBRE], ¿Sufre por una chica o por un chico? "

Mi depresion se volvio ira y verguenza al mismo tiempo. Pero me da gracia recordarlo nwn

 

Bueno, de nuevo gracias por leer mi fic y quiero decir lamentablemente que no estoy seguro de cuanto tardare en subir mas capitulos por que como dije antes estoy en mis primeros dias de facultad, es mas ¡Mañana tengo una clase! ¡En sabado! pero les pido pasiencia nomas. Prometo no dejar abandonada la historia.

 

Sin mas que comunciar.

Un saludo n.n

Y de nuevo gracias.


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