Caminaba hacia la recepcionista del hall.
– Buenos días, vengo por parte de la compañía Zero-G. – dije presentándome – Tengo una cita con la vicepresidente de relaciones.
– O si, – exclamo la recepcionista revisando en su monitor – la vicepresidente se encuentra en una reunión en su oficina, si gusta puede esperarla Srta. Stockley.
– ¿En qué piso se encuentra su despacho?
– Ahm... – parecía sorprendida por mi pregunta, es muy común en las personas que esperan un poco de calidez cuando hablo. – en el 17mo, pero ella…
– Gracias. Por favor infórmele que subo a su oficina. – dije tras irme al ascensor y dejando sorprendida a la joven.
Una vez que las puertas del elevador se abrieron entre en él y presione el botón del piso 17. Normalmente podría comunicar la decisión de la compañía a través una simple nota por fax pero dado lo que investigue de esta empresa preferí presentárselo personalmente, no por petición de Zero-G sino más bien por interés mío. En apariencia, esta empresa tenía interés en lanzar un producto nuevo con la ayuda de la compañía a la que represento. Debido a esto la reunión de accionista decidió no contestar su oferta hasta que se analizase si era un negocio conveniente para Zero-G, labor que se me encargo. Aparte de mi sociedad con Kaito, soy Asesora de Riesgos de Zero-G en su sucursal en Japón y mi trabajo es verificar el carácter y nivel de consecuencias que pueden producir el lanzamiento de un producto, una campaña o la relación de negocios con otra entidad jurídica y de acuerdo a mi investigación los ejecutivos deciden si realizan la actividad planeada. Ese era el motivo de mi visita. Esta mañana, a través de videoconferencia, había presentado un informe al presidente de la compañía sobre los beneficios y consecuencias que podrían traer este nuevo producto propuesto. Índice de ventas elevadas, aumento de prestigio para la compañía y una baja tasa de gastos. Sin mencionar que esta compañía tenía una buena imagen en el Convenio Empresarial junto con la Administración Federal de Entidades Jurídicas. Para mis superiores, el ver una baja probabilidad de consecuencias en comparación con la de beneficios acarreados era sin duda para los accionistas un buen motivo para aceptar el trato. Pero la última palabra la tenía el empresario con el paquete accionario, el presidente de Zero-G. En el mundo de los negocios no importa la personalidad de los socios sino el dinero con el que se aporta. Pero también es muy sabido que no hay confianza entre los comerciantes. Es por esto que el presidente pidió mi segundo informe: una investigación personal de los últimos cinco años de la empresa que realizaba la propuesta y, como todo en el mundo, esta compañía tenía su lado turbio. Infiltrándome en sus registros contables, detecte una desviación de parte del capital a una compañía desconocida con la que se fusiono hace pocos años. Escarbando más profundo encontré al presidente de la segunda compañía: un mendigo al cual le pagaron dos billetes por firmar un documento. Era sin duda una empresa de papel. La única cuenta bancaria de esta empresa fantasma era abierta por una persona totalmente distinta al hombre que firmo el contrato constitutivo, justamente era a ese personaje a quien iba a visitar, la vicepresidenta de la verdadera empresa.
Detenido el ascensor en el corredor del 17avo piso, camine por el concurrido pasillo buscando la oficina. Si la persona que hizo esta desviación jugaba bien sus cartas podría escapar con esa suma de dinero y dejar a la empresa en una crisis económica; viendo esta situación con desconfianza, el presidente de Zero-G prefirió negar la oferta de colaboración para este nuevo producto a regañadientes del resto de la mesa de accionistas... Sin embargo esa no era la única anomalía que encontré en esta empresa. Era muy curioso que hace tres años una persona que ingreso a esta empresa como un simple contador haya podido escalar tan alto en los escalones jerárquicos hasta alcanzar su posición actual. Sin mencionar que en cada promoción de ascenso su rival al puesto haya sufrido accidentes que les costaran la aptitud para el cargo o incluso la vida. Pasar en tres años de un simple contador a presidente de una empresa. Pero no debió hacerlo solo, alguien ya interno debió ayudarlo a mover sus obstáculos y una vez que logro su objetivo recibió su recompensa, ser la segunda al mando; pero ahora debía cobrar sus honorarios. Lamentablemente el presidente de esta compañía se encontraba en un estado grave de salud y según el nuevo contrato constitutivo podía ser reemplazado de manera provisoria por el vicepresidente hasta que lograra recuperarse. En su caso, despertar de un coma nivel-4. Como dije: no hay confianza entre los comerciantes, siendo más general en nadie. Hay que tener mucho cuidado con los traidores…
Una vez llegue a la oficina toque la puerta y entre… un momento… algo no está bien. A simple vista la oficina estaba en orden, bien amplia, decoración costosa, música clásica. Sin embargo algo desencajaba… sin perder la postura camine lentamente por la habitación, atenta a cualquier anomalía. Me detuve en el escritorio para encontrar algo que no me impactaba: la vicepresidenta recostada en el mueble cubierto por su sangre. Me acerque lo suficiente para examinarla mejor. No había señales de forcejeo pero tenía los ojos hinchados, señal de que hubiera llorado. En medio del charco de sangre, que había escapado por el agujero de la bala en su frente, se encontraba una tarjeta de presentación con letra en carta. Supongo que esto responde a mi pregunta. La razón de venir aquí era para confirmar a simple vista si esta mujer era capaz de hacer el trabajo sucio de estos tres años por si misma. Pero según como lo veo puedo deducir que más bien solicito los servicios de un sicario para ayudarla. Y no uno cualquiera, sino del asesino a sueldo más eficaz de aquel momento.
– Así que CV01 ha vuelto… después de un año, esa chica regreso…
CV01… ¿Tendrás algún vinculo con CV02?
Tendré que investigarlo mejor en el estudio, por ahora sería mejor que me vaya antes de que me vinculen con esta escena… Mmm… supongo que parecería extraño salir de manera serena tras haber encontrado un cadáver. Ah… supongo que tender que hacerlo. Inhale suficiente aire para asegurarme de que me escuchen desde el pasillo.
Uno…
Dos…
Tres…
– ¡AAAAHHHHHHHHH!
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Me encontraba esperando, impaciente a mi visita, sentado en el sofá del living. Mire el reloj de mi muñeca: 15:01. Piko todavía no llegaba, él normalmente venia a esta hora luego de almorzar con su familia y haberse cambiado el uniforme en su casa. Examine de nuevo la mesa del living para ver si tenía todo lo necesario.
Cuaderno: listo.
Lapiceras: listo.
Diccionario español-ingles: listo.
Mi profesor privado-Piko: No.
– ...
Volví a mirar mi reloj: 15:02… ¡¿Por qué tardaba tanto?!
De repente, James silbo moviendo un poco las alas llamando mi atención.
– You want to see him. Right, James?– le pregunte abiertamente como siempre lo hacía.
Me respondió con un silbido.
– Yes, me too. – me levante del sofá y abrí la jaula para meter mi mano, instintivamente James paso de su pequeño columpio a mi dedo de un salto – Do you want I tell you a secret?
Volvió a silbarme.
– I like Piko. – susurre queriendo que solamente James se enterara y luego reírme de mi mismo.
El pobre de mí pajarito debía de estar cansado que le diga la misma confesión todos los días. ¿Pero a quien más puedo hablarle de mi secreto? Mi padre no sé como lo tomaría y podría hacer que regrese a Londres, Miss Luka ni siquiera conoce a Piko como para darme un consejo, Len es tanto amigo de Piko como yo y podría escapársele mi secreto, a Rin yo le gustaba, aunque parece que perdió su interés por mí, y Piko… ¡Mucho menos puedo decírselo a Piko! Además, para él todavía soy un amigo… ¿Eh? James me había sacado de pensamiento al salir volando de mi mano mientras silbaba contento. Eso significa…
Tocaron a la puerta. Apenas la abrí un poco James salió volado por el estrecho espacio entre el marco y la puerta.
– ¡James! – grite tras abrirla totalmente por el susto.
– Don't worry, he's with me. – me respondió mi amigo del otro lado, teniendo a James en su hombro.
Piko… mi amor platónicovestía un pulóver con cuello gris por el frio, ajustado al cuerpo si debo recalcar, unos jeans azules y unas zapatillas rojas.
– I had scared for him… I glad to see you., come in. – dije sonriendo. En verdad me alegraba el verlo.
– Me too, – respondió mientras entraba – sorry for the delay but the bus was delayed and we were all waiting at the stop in the middle of the cold.
– Then I'll make hot chocolate. – dije mientras cerraba la puerta y entraba a la cocina.
– Thanks Oliver, but is not necessary. – decía mientras dejaba a James en su jaula.
– I insist.
Luego de preparar la merienda para ambos nos sentamos en el sofá para seguir con las clases mientras bebíamos nuestras tazas. En estas dos semanas, gracias a Piko, me había aprendido todos los tiempos verbales y habíamos entrado hacia poco a la sintaxis de oraciones. ¿Pero quién diría que aprender español sería tan romántico? Amar, temer y partir. Qué curioso que enseñen con esos tres verbos tan significativos. Si puedo expresarme de manera romántica me conmovía el interpretar que desde niños enseñen a expresar el amar, la existencia del temer y la pérdida del partir. Si no fuera que mi padre me haya instruido en la lectura el entender otro idioma junto a su Gramática habría sido una labor más complicada, pero por mi parte me hubiera conformado con las clases de Piko el haber aprendido simplemente a decir en español: “Yo te amo”. ¿Sin embargo cuándo te lo podre decir? Aunque creo que debo considerar más importante el saber si tú también me amas Piko ya que mi temer es tu respuesta.
– Oliver… ¡Oliver!…
– ¿Eh? – me voltee al oír la voz de Piko.
Piko se quedo mirando un momento mi rostro, se acercaba lentamente como si… ¡Como si quisiera besarme! Apoyaba sus dedos en mi mejilla cerca de mis labios ¡Si va a besarme! ¡¿Qué hago, que hago?! “Resignado”, cerré mis ojos esperando el contacto de nuestros labios pero…
– Oliver, I back at home. – ¡Miss Luka!
Me voltee rápidamente para ver el rostro impactado de mi tutora, quien se había quedado estática mientras sostenía el pomo de la puerta, sorprendida por la escena. El miedo invadió mi cuerpo, ¿Qué podía hacer para explicarme? ¿Cuál podría ser una excusa más creíble que confesar que iba a besar…? ¡A un chico!
– Good Afternoon. – dijo Piko al levantarse – You should be Miss Luka, it’s a pleasure to meet you. My name is Piko, I’m friends with Oliver.
– Ahm… Me too. – contesto Miss Luka mientras volvia en sí y cerraba la puerta – You must be the friend that Oliver invited everyday while I was gone, I'm glad to finally meet you. – ¿Cómo sabía que Piko venia casi a diario?
– Yes I’m. – contesto sonriendo.
– Ahm… Miss Luka… – ¿Como se lo digo…? – I’m… We’re.
– I was teaching Oliver to speak Spanish. I'm giving language class to Oliver, if we can call it that, that is why I come so often.
– Really?! I had no idea. – Miss Luka lucia en verdad sorprendida, en realidad no había tenido el momento para darle la noticia – Why didn't you told me Oliver?– volteo para preguntarme.
– Ehm… I wanted tosurprise you. – dije apenado.
– Oliver, wipe your face. – decía tocándose los labios.
– Eh? – pase mi mano por la misma zona, podía ver en mis yemas algo de chocolate.
–It was what hewanted to say.– dijo Piko mientras me mostraba sus dedos con el chocolate que había en sus dedos – You have a chocolate mustache.
– Oh, Sorry! – Que vergonzoso, frote mi palma en mi boca para quitar los rastros de chocolate mientras Piko y Miss Luka se rían, me daba pena el haber creido que Piko iba a besarme.
– Well. In rewarding for your clases, Would you like to stay for dinner Piko? – pregunto Miss Luka.
– I'd love to, but first I have to warn home.
– You can use the phone if you want. It's down the hall. Tell them I'll carry later.
– Thanks, I'll call them. – dijo tras dirigirse al teléfono.
Veía a Piko mientras se marchaba. Era una lástima, me hubiera gustado recibir un beso de él…
– To me you don't fool me. – me dijo Miss Luka en un susurro con una mirada picaresca – You wanted her to kiss you.
– What?!
– Jejeje She is a beautiful girl. – decía sonriendo con los ojos cerrados pero… ¿dijo chica? – You're lucky you're willing to help you.
– But Piko isn’t a… – Un momento – Yeees… She is very beautifull – Era mejor que por lo pronto Miss Luka piense que Piko era un chica. – Ehm… Miss Luka, I want to ask your advice. … I really like Piko. Would there be any problem if I ask to be my girlfriend?
– Well, I think not. … As long as you do not go back to London with a baby in your arms. – decía riendo mientras me despeinaba.
Bueno ambos somos hombres así que… Un momento… pero para tener bebes tendríamos que… ¡No, no! ¡Quítate esos pensamientos impuros de la cabeza Oliver! …Ni siquiera me le había confesado y ya pensaba en eso…
– I advise them. – decía Piko mientras volvía.
– Well, later on I will prepare dinner. I'm going to rest for the moment.
– It’s ok. – dijimos al unisonó.
Miss Luka se marcho a su dormitoria, sin embargo parecía que no iba a poder descansar inmediatamente ya que su celular había sonado mientras entraba en la alcoba.
– Is strange, Miss Luka only comes early when will work late.
– I see...Ahm... Oliver, can Iask you something?
– What happen?
Piko me desviaba la mirada mientras se rascaba por detrás de la mandíbula, parecía nervioso por la pregunta que quería hacerme ya que el leve rubor en sus mejillas lo delataba.
– Would you like to go one day to eat at my house? – sus mejillas se tornaron mas coloradas al terminar su pregunta. ¡Era tierno!, esa expresión hizo que mi corazón se acelerara. – I haven't many friends and my family is excited to meet you...
– Y-yes! I'd love to.
– Excellent! – dijo contento. Su invitación también me había alegrado… – Now I just need to invite Len and Rin.
Decepción. Había olvidado que Rin y Len también eran los primeros amigos que Piko había hecho.
Amigos… No, no quiero quedarme en la friend zone, juntare el valor suficiente para decírtelo Piko. Prometo que pronto podre decirte que te amo….
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Estaba sentada en el borde de la cama de Len. Mi hermano estaba recostado en cama, su rostro estaba levemente ruborizado por la elevación de su temperatura corporal. Tome su brazo para sacar el termómetro digital que había comenzado a sonar su alarma.
– 37,5°C. Estas a nada de tener fiebre…
– Ojala no llegue a eso, detesto estar en cama.
En ese momento Lily entro con una bandeja en mano, en ella traia una taza junto a una tableta de pastillas.
– ¿Cómo te sientes Len? – pregunto nuestra tutora dejando la bandeja en la mesa de luz.
– Me duele un poco la cabeza pero solamente es molestoso, mañana estaré mejor.
– ¿Cuántos grados tienes? – le extendí el termómetro – Febrícula… Espero que no tengas nada importante mañana por qué no te dejare ir a la escuela si no evolucionas bien.
– Solo clases pero si tengo que faltar ¿Que más se puede hacer? – ironizo. – Igual puedo pedirle después a Nero la tarea.
– ¿Tú tienes algo que hacer Rin?
– Nop.
– Como mañana regreso a los tribunales no volveré hasta la noche. ¿Podrías quedarte a cuidar a tu hermano?
– No hace falta. – dijo Len – Solo debo quedarme en cama, pero por cualquier cosa las llamare.
– Aun así me sentiría más a gusto si hay alguien contigo. ¿Tú qué dices? – dijo refiriéndose a mí.
– No tengo problema.
– Pero… – dijo Len tratando de salvarse.
– Está decidido. – sentencio Lily – Por cualquier percance me llamas Rin. – Tomo la bandeja y la apoyo sobre las piernas de Len – Estas pastillas son para que te baje la fiebre pero aun así no quiero que te levantes hasta mañana. Te traje leche tibia para que las paces.
– Esta bien, gracias.
– Ya es tarde así que tómalas y duérmete. Mañana antes de salir vendré a ver como estas. – se agacho para correr el cabello Len de su frente y besarla. – Que descanses.
– Gracias…
– Tú también acuéstate pronto Rin. – me dijo imitando la despedida que hizo con Len.
– Enseguida.
– Buenas noches – se despedía mientras salía por la puerta.
– Igualmente. – dijimos al unisonó.
Una vez que Lily cerró la puerta comencé con el interrogatorio.
– Muy bien, ¿Qué tienes que hacer que no quieres que te cuide?
– Nada hermanita, solo me gustaría que salgas más seguido en vez de quedarte aquí encerrada leyendo esos libros. – dijo mientras se tragaba una pastilla y bebía la taza. Era cierto que no tenía una vida social muy activa pero me bastaba con tener una que otra charla trivial con mis compañeras o las chicas de mi blog favorito– Tendrías que hacer mas amigas, reales, a lo mejor así consigues un novio.
– ¡Cállate! Al menos intento acercarme a chicos… Además tú tampoco tienes mucha interacción con chicas, solo pasas tiempo con ese tal Nero. Si no fuera que también esta Piko y no te conociera pensaría que hay algo más que amigos entre ustedes. – por alguna razón mi comentario lo tomo desprevenido debido a que la leche se le escapo por la nariz.
– ¡¿Cómo puedes pensar algo así?! – exclamo exalto mientras se limpiaba con el repasador de la bandeja, su rostro esta rojo, tal vez de la cólera – Para que te enteres muchas chicas me buscan, solo que tiene tanta vergüenza que me escriben cartas diciéndome sus sentimientos.
– Y luego te quejas de que solo leo en vez de buscar una relación verdadera. Aunque no es lo mismo que a tener un novio esos libros me dan mucha satisfacción. – los chicos de mis libros son mucho más románticos que los reales… aunque si fueran de verdad no me darían ese misma atención.
– Nerd…
– Come plátanos…
– Come libros…
– Simio karateka…
– Fan de Crepúsculo…
– ¡Niño mimado!
– ¡Niña Plana!
¡Ah! No, golpe bajo. Eso sí que no.
– ¡¿Mira quién habla?! – dije tomandosu coleta dejando sus cabellos sueltos.
– ¡OYE!
– ¡Niñita! – dije riendo mientras me encerraba en el baño.
– ¡Rin, devuélvemelo! – gritaba mi hermano mientras golpeaba la puerta.
– ¡Oblígame! – dije entre risas mientras sujetaba el pomo de la puerta.
– ¡LEN, TE DIJE QUE NO TE LEVANTARAS! – oí la voz de Lily del otro lado de la puerta.
– ¡PERO!
– ¡A LA CAMA!
– ¡Ahitaaaa!
Podía escuchar los quejidos de Len del otro lado, tal vez Lily lo arrastro a la cama jalándolo de la oreja. Pobrecito, pero quien lo manda a llamarme plana; Como Len y yo compartíamos el baño entre a mi habitación por la puerta contraria. Después de cambiarme el pijama me metí a mi cama solo para resguardarme del frio, tome el libro que había sobre mi repisa y continúe mi lectura en donde marque la pagina.
Después de un momento el silencio se hizo incomodo. ¿Otra vez? Me levante de la cama para entrar a la habitación de Len a través del baño. Sin encender la luz, asome mi cabeza por la puerta para espiar. La habitación estaba oscura. En sigilo camine hacia la cama de Len y comprobé mi sospecha, mi hermano había vuelto a salir. ¿A dónde iras cuando te escapas? Hacía ya unos meses había descubierto que Len se fugaba algunas noches, en un principio me preocupaba pero mi hermano sabe cuidarse solo además de que cuando vuelve no luce como si se hubiera metido en algo indebido. Aunque nuestros padres nos inculcaron bien en lo que era correcto y lo contrario no sospecho que lo que haga mi gemelo tenga algún carácter negativo ¿Pero me pregunto qué me guardara en secreto si sabe que al menos puede confiar en mí?... Secreto… volví a entrar a mi alcoba y me dirigí al librero. Saque un viejo libro que me dio mi madre cuando cumplí los 13 años. Aunque a simple vista era un libro si alguien lo habría se sorprendería con ver que sus hojas habían sido cortadas para esconder una llave.
¿Quién soy yo para juzgar tu secreto Len?... Mamá, lo siento… he dejado de lado lo que te prometí…
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Estaba alistándome en la bóveda del estudio, Miriam me había dejado sobre la mesa los archivos necesarios para mi trabajo. El ansiado envió desde Londres arribaba hoy al museo para estar a su resguardo hasta la exhibición que se realizara dentro de unos días donde mostraran algunas pinturas, esculturas y joyas, entre ellas la tiara que fabrico Sweet Ann. Aunque dicha exposición se realizara dentro de tres días no era seguro saber cuándo aparecerá CV02… ah… pero eso no me importaba, si tenía que patrullar todas las noches alrededor del mueso en pleno invierno para volver a verlo estaba dispuesto a hacerlo. Ya había esperado por él dos semanas así que unas noches más iba poder soportarlo, pero debía admitir que estaba ansioso…
Ya equipado, cerré la bóveda cuando oír abrirse la puerta.
– ¿Kaito?– cuestionaba Miriam mientras entraba.
– Aquí estoy Miriam, justo estaba por marcharme. – decía mientras me quitaba el antifaz.
– Es una suerte que llegara a tiempo entonces. – decía mientras caminaba hacia su escritorio – Sino iba a tener que alcanzarte en el museo.
– ¿Ocurre algo? – dije mientras la acompañaba.
– Muchas cosas. Esta mañana me vi involucrada en un homicidio y he estado un buen tiempo en la jefatura de policía haciendo las declaraciones. – explicaba luego de haber encendido su computadora y hacer una búsqueda en ella. – Me he enterado de algunos datos que harán reconsiderar nuestros planes.
– Espera un momento Miriam, ¿Dijiste homicidio?
– Es largo de explicar, ¿Has oído hablar de CV01?
¿CV01?...
– Pues… para ser honesto, sí. Me han comentado que era un asesino a sueldo, una mujer para ser exacto, pero que hacía un año que desapareció.
– Me sorprende que sepas de ella. – aunque Miriam diga eso su rostro mantenía su característica seriedad, era similar a decir “me matas de risa” pero sin mostrar alguna expresión – Pero esa descripción le queda muy corta para alguien de su calibre. – ¿Qué tiene que ver CV01 con mi robo? – Como sospechaba. – dijo tras detener la búsqueda en su ordenador.
– ¿Qué sucede?
– Intente entrar en los archivos policiales sobre CV01 pero su acceso está restringido con un sistema de seguridad además de estar vigilado a un programa de alarma… Kaito, creo que sería mejor detener nuestras actividades por un tiempo…
– Miriam. – dije ya enfrente del escritorio – Por favor, explícate para que pueda entender lo que sucede.
Miriam se tomo un momento para pensar.
– El cuerpo que encontré esta mañana fue obra de CV01, después de mucho tiempo ese sicario retomo sus actividades asesinando desde hace ya unas semanas. Y su regreso todavía se mantiene en secreto pero tal parece que no es por decisión de la policía.
– ¿Y qué tiene que ver esa mujer con nosotros?
– ¿No te das cuenta? – Negué con la cabeza, no le hallaba la conexión – ¿En serio no sospechas que puede haber alguna relación entre la asesina CV01 y el ladrón CV02?
Esa revelación me tomo desprevenido. Si alguien se merecía el premio al ser mas despistado del universo era yo.
– Ahora que te han iluminado comprenderás mi decisión de congelar la búsqueda de las Joyas de Sweet Ann por un tiempo, ¿Verdad?
– Reconozco la falta de mi materia gris y comprendo tu preocupación por el asunto pero te puedo asegurar Miriam que CV02 no tiene alguna conexión con esa mujer.
– Kaito… – trato de objetar.
– Tu misma lo dijiste Miriam, él es un temerario. Revisaste sus herramientas y no portaba ningún arma, sino no sería un ladrón de guante blanco; disfruta la adrenalina de la adversidad, ese chico aprecia tanto la vida como para gozarla al máximo. Si fuera alguien como CV01 se habría asegurado de que dejara de intervenir en sus asuntos en cualquiera de nuestros encuentros.
Tras mi explicación ninguno dijo nada. Miriam se me quedo mirando un momento mientras razonaba.
– Supongo que tienen razón cuando dicen que el corazón te ciega – ¿Qué quiere decir con eso? – Puede que tengas razón y que entre ambos haya una conexión indirecta, confiare en ti pero por favor Kaito ten mucho, mucho cuidado. – aunque la disfrace con su seriedad, pude detectar su preocupación.
– La tendré Miriam. – dije sonriendo – Te veré mas tarde. – me dispuse a partir pero…
– Sin embargo me gustaría que reconsideraras el robar la tiara de Sweet Ann.
– ¿Por qué lo dices?
– La llegada de CV01 no es lo único de lo que se habla en la jefatura. – decía mientras volvía a teclear en su computadora – Mira.
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Tal vez no haya sido sensato salir con mi vestimenta habitual abrigado con una chaqueta. No debí desobedecer a Lily, estar aquí afuera me hacía sentir peor pero no podía dejar pasar esta oportunidad. Según la nota de Leon, las obras que prestó el Mueso Británico serian guardadas en la bóveda del museo mientras se hacen los preparativos para su exhibición. Era una suerte que no Leon no haya estado en la Suite para decírmelo sino se percataría de mi estado e impediría que venga.
Estaba arrodillado en la cornisa en el tejado, examinando con mis binoculares alguna forma de entrar al museo cuando sentí sus pasos por detrás mío.
– Vaya, viniste. – dije sin verle. Pensé que te quedarías en camita con ésa. No me entusiasmaba el verlo.
– Me alegro de encontrarte – Pues a mí no. – Tengo que contarte algo. – decía ubicándose junto a mi.
– Sea lo que sea, no me interesa.
– Todo lo contrario. Es sobre las joyas de Sweet Ann, veras, en tres días…
– Kaito. – dije cortando sus palabras. Me dolía la cabeza y oírlo me desquiciaba mas, no solo por el hecho del estar ardiendo en fiebre sino también que él estuviera aquí, tan fresco, cuando a mi me irritaba su actitud despides de verlo con aquella chica. Sí, me enfurecía ese recuerdo, pero mas lo hacia el no saber porque yo mismo reaccionaba así. Me levante mientras guardaba los binoculares. – Lo que tú tengas que decirme puedes ahorrártelo.
– Pero CV02…
– NO – dije de manera cortante – No-Quiero-Oírte. – lo miraba con odio mientras decía cada palabra con el mismo sentimiento.
Aunque el antifaz escondía sus ojos, era demasiado notoria su sorpresa por mi actitud. Dado que él no podía sobreponerse del impacto y que yo no tenía que más decirle, me arroje al vacio.