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Las Joyas de Sweet Ann por AlexisKID4869

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Notas del capitulo:

Perdon, perdon, perdon D: no tengo excusa para 2 meses.

Me tarde mucho en escribir este capitulo para que saliera perfecto y no consegui que asi fuera. Sin mencionar que la inspiracion me traiciono en bloqueos DX asi que dejo el capitulo sin revisarlo para que puedan leerlo.

Quiero mandar un saludo a todas las personas que leen mi fic y un agradecimiento por llegar a mas de 2000 leidas.

Mando un saludo a los fieles lectores:

*Nicole (Quien se avivo a hacer una cuenta siendo ahora Nico Kanae :D)

*Saya-chan (Quien esta inpasiente por el lemon y espero algun dia llegar a cumplirselo)

*TaluRosfe (La escritora de uno de mis fic favoritos <3)

*riku (Quien espero que no se halla decepcionado de mi y mi tardanza en actualizar)

Y uno especial a los nuevos lectores y seguidores:

*Dereck G de Sehamforash (Un escritor fudanshi de quien tambien me fascina su fic)

*Shim Novak (Quien parece que ha estado esperando que actualize y su deseo de leerlo me ayudo a terminar hoy el capitulo)

 

Sin mas que decir los dejo con el capitulo...

   Ya dentro podía sentirme un poco mejor con respecto a mi fiebre. Desde que tengo memoria este museo se ha caracterizado por la variedad de sus obras en exhibición: cuadros del Renacimiento, artefactos egipcios y nativos americanos, armamento griego, animales bisecados, restos fósiles, sin duda mucho de todo. Por ello, para albergar esta innumerable cantidad objetos históricamente invaluables, la estructura del museo fue diseñada para ocupar una manzana completa. Distribuidas en tres plantas, cada piso consta con una serie de habitaciones y galerías interconectados por pasillos y escaleras de diversas dimensiones. Pero aunque casi todas tienen un espacio interno lo suficientemente grande como una bóveda de suministros militares, la habitación más imponente era la del corazón del museo: el Salón Principal.

   Para darle un toque antiguo cada habitación contaban con un diseño colonial con grandes columnas que sostenían las cornisas de las paredes, lo suficientemente amplias para que yo caminara libremente en ellas. Según Leon, no todas las habitaciones contaban con láseres infrarrojos o cámaras de seguridad para cubrir el edificio por lo que la mayoría del museo era patrullado por guardias nocturnos. Aunque te podrías esconder entre las obras caminar por los pasillo era demasiado arriesgado, por lo que las cornisas, los candelabros y los exhibidores de cristales lo suficientemente altos eran las únicas vías por las que me podía mover.

   Ahora mismo me encontraba en uno de los pasillos de la 3ra planta y no solo debía descender las otras dos restantes sino también al sótano, en donde se encontraba la bóveda. Mientras caminaba, pude ver a un guardia patrullar por el corredor mientras decía algo por su radio. A esta altura, aunque el silencio de la noche amplié el sentido auditivo, no podía escucharlo ni siquiera los pasos que daba por lo que era de suponer que él tampoco podría oírme. Quise ponerme mis audífonos para saber que notificaba pero cuando los encendí solo alcance a oír “Corto”. Sin embargo si podía escuchar este otro y me hacia doler los oídos, a este peliazul en la cornisa contraria, que chasqueaba los dedos para llamar mi atención. Apague los audífonos. No tenía ganas de oírle, mucho menos de verlo así que seguí caminando mientras lo ignoraba. Tal vez sea por la fiebre pero por el momento su presencia me irritaba. No, me molestaba. Pero tendría que aguantármela ya que iba a ser inevitable que me cruce con él durante el resto de la noche aunque si puedo hacer que sean con menos frecuencia sería mejor. Para mi suerte el pasillo era lo suficientemente ancho y la cornisa tan estrecha que Kaito no podría saltar a mi lado y, siendo mejor todavía, el siguiente pasillo hacia un corte perpendicular a mi favor. Viendo esto, Kaito corrió hasta la intersección.

– Necesito hablarte. – grito por lo bajo.

   ¿Hablarme? ¿De qué? ¿Me importa? No. Doble al siguiente pasillo, si seguía por aquí me desviaba bastante de mi camino pero como dije, mientras en menos ocasiones me lo encuentre mejor. Aunque bien podría disponer de los atajos para llegar a la bóveda.

– ¡CV02! – volvió a gritar en tono bajo.

   No me voltee, seguí caminando por la cornisa mientras levantaba mi mano cerrada, excepto mi dedo corazón.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

   ¡¿”Fuck you”?! ¿Qué rayos pasa contigo CV02? Veía como se marchaba por el pasillo hasta que lo perdí de vista. Si bien aunque el vacio entre ambas cornisas era bastante amplio, podría seguirle usando mi lanza-garfios pero eso haría demasiado ruido como para alertar al guardia del pasillo. Por ahora no iba a poder saber que cruzaba por la mente de CV02, no entendería la razón por la qué de repente actuaba tan ariscamente conmigo.

   Pero eso por el momento no importaba, tenía que alcanzarle y advertirle antes de que llegue a la última planta. Saque mi PDA y revise los planos del museo. ¡Maldigo al arquitecto de este lugar! Si de por sí ya era difícil moverme sin que me detecten, tenía que dar vueltas y desvíos evitando perderme por la incoherencia de estos planos ¡Este lugar era un laberinto!...

 

   Después de varios minutos logre llegar al 2do piso, siendo más especifico estaba en la entrada al Salón de Historia Egipcia. Según el informe de Miriam, la seguridad estaba conformada en su mayoría por un apreciable número de guardias que iría en aumento a medida que bajaba de piso, sin mencionar el extra de esta noche. Tenía que encontrar rápido a CV02, si seguía el camino que tomo podría interceptarlo en el Salón de Historia Griega. Pero tenía un problema. Dentro del salón, a ambos lados del arco de entrada, habían derrumbado los pilares junto a las cornisas para colocar dos estatuas de Anubis. Incluso en los planos que me entrego Miriam había marcado esta modificación para advertirme que tomara otro sendero, pero de hacer ello me retrasaría mas para encontrar a CV02 así que no me quedaba más… que bajar al suelo. Espera a que el guardia del pasillo se marchara antes de deslizarme por la columna y llegar a la base. Me cubrí en unas de las estatuas para asomar mi cabeza y ver que el lugar este vacío, teniendo en mi mano apoyada sobre la pistola con dardo por si debiera usarla. Aunque sinceramente esperaba que no fuese necesaria; así es, para que yo no usara ninguna de mis herramientas para nada sigilosas era muestras de lo tensa que era la situación.

   El salón era vigilado por dos guardias, ambos en extremos opuestos, que patrullaban por entre las exhibiciones sin alejarse demasiado de las entradas. Aguarde agachado a que el guardia de mi lado se volteara para regresar y seguirle de espaldas. A su paso, a una distancia demasiado prudente, avance por detrás de él escondiéndome tras uno que otro objeto con el corazón en la garganta cada vez que se detenía. Cuando tuve la oportunidad me desvié y adentre más en el salón. En el centro del salón podría tranquilizarme un poco, ya que, aunque detestara reconocerlo, no estaba tranquilo. Si fuera un trabajo normal me cargaría a todos a mi paso pero eso sería prácticamente como activar la alarma con mi propia mano. Tener que moverme como un ratón me ponía en ansiedad ya que no solo debía evitar hacer un movimiento delatador sino que si me entretenía demasiado CV02 avanzaría más y más. Sin mencionar que su “buen humor” ya me había perturbado desde un principio. Cuando me aproxime al otro lado del Salón pude divisar las dos estatuas de Horus que custodiaban el arco de entrada al salón junto con el guardia en medio de ella vigilando. Me escondí tras de un carruaje de guerra a esperar que comenzara a patrullar. Pero el guardia seguía sin moverse, si seguía ahí CV02 se adelantaría demasiado. Todavía nada… Vamoooos… ¡¿Qué rayos esperas?!... ¡Apúrate!... ¡AL FIN! .La paciencia ya me mataba por lo que espere simplemente a que ya no estuviera en su rango visual desde su recorrido y salte por encima de sarcófagos, vasijas y demás artículos y salí al pasillo a toda prisa.

 ¡¡¡Miércoles!!!

   ¡Un guardia! Rápidamente volví a cubrirme detrás de la columna del pasillo. Tuve suerte que estuviera de espaldas pero si mis pasos avanzaba un poco mas podría haberme sentido. Ya relajado, subí por la columna haciendo presión contra la pared.

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   Supongo que el desvió que me vi obligado a hacer por Kaito no fue tan malo. Recorrer el museo me trajo recuerdos nostálgicos de cuando Rin y nuestra madre, y cuando podía nuestro padre, nos traía de vista. Volver a pasar por los salones donde nuestra madre nos guiaba, el Salón de Historia Latinoamericana, el del Historia Griega, de Historia Medieval, todos veíamos Rin y yo con entusiasmo. ¿Y cómo no hacerlo si ambos tenias seis tal vez ocho años? Aunque creo que fue a mí a quien le fascino más las artes, no he visto que Rin le interese las artes visuales, la música o las esculturas. Solo la literatura y uno que otro manga. Por su parte a mi madre le apasionaba la pintura, en nuestra casa solía tener un taller de pintura en donde solíamos pasar ambos el tiempo. Por ello era que este lugar era nuestro sitio favorito del museo, en donde estoy ahora, la Galería de Arte del 1er piso. Esta sección estaba compuesta por tres pasillos en paralelo con diversos cuadros colgados, bancos y algunas esculturas. Siempre me pareció del estilo ingles el diseño de esta galería ya que las paredes estaban pintadas de un amarillo suave; las columnas, las cornisas y el techo de blanco; y colgando en el techo unos enormes candelabros dorados no distanciados mucho unos de otros. Hablando del estilo ingles. Avance un poco más por la cornisa hasta que pude ver a la distancia lo que buscaba. Me arrodille y saque mis binoculares para divisar un cuadro en particular. Allí estaba…

   … Era en los años cuando comenzaba ser más independiente. Había venido de nuevo a la galería tras salir temprano de clases. Aunque no siempre se exhibía algún cuadro nuevo, pasaba cada vez que tenía tiempo con el deseo de encontrar algún cuadro novedoso. Particularmente ese día hubo uno. Era un lienzo grande y por los trazos imagine que viejo, según la leyenda debajo había sido pintado en el siglo XIX y era la última obra del pintor. “La Rosa Marchita”. El cuadro en sí exponía a una mujer joven de cabello castaño recogido en un ovillo, con un vestido victoriano amarillo que cubría también su cuello. Estaba sentada en un sillón de jardín junto a una mesa con mantel blanco, con las piernas juntas doblando las rodillas para un lado y sus manos sobre su regazo, servido había una taza de té con una tetera, ambas de porcelana, junto con un jarrón que contenía una rosa roja.

– Hermosa, ¿Verdad? – dijo una voz madura junto a mí.

– Bastante. Pero me llama mas lo intrigante que es. – respondí. El señor había sonreído a mi comentario.

– ¿Puedes deducir lo que quiere transmitir el pintor?

– Bueno… – razonaba un poco en mi mente tratando de conectar las piezas – Podría tratar de la transición a la madurez, ¿Tal vez? – el hombre entrecerró levemente sus ojos – porque, en sí, es una chica joven vestida cómo una mujer adulta. El amarillo puede interpretarse como la juventud o inocencia… pero hay algo no me cierra, su nombre “rosa” y el hecho de que haya una rosa roja me da a interpretar que tiene una connotación sexual… pero que diga “marchita”, no sé si tomarlo como una referencia al tiempo o a la impureza…

   Mire por un momento a señor para saber que me respondería y este me sonrió con una expresión de satisfacción pare decir:

– Vas por buen camino niño, trata de ver otra vez. – observe una vez más el cuadro buscando – Fíjate en sus manos. – centre mis vista en la zona que aconsejo, tenía las manos juntas, una apoyada sobre la otra, la izquierda sobre la derecha… ¿Podría ser…?

– ¿Podría ser que este avergonzada…? – dije algo dudoso – ¿… de estar embarazada sin estar casada?

– Bingo. – dijo sonriendo con los ojos cerrados – Este cuadro estaba demasiado dañado cuando llego, durante su reconstrucción se les pregunto a varias personas qué podían interpretar al verlo y fueron muy pocos los que dieron en el clavo. – al abrir los ojos volvió a mirarme con una sonrisa – Felicidades niño, déjame decirte que estas entre los privilegiados.

– Gracias. Fue mi madre quien me enseño sobre pinturas, a ella les fascinan. – dije sin más – Si el cuadro estaba tan dañado como comenta, quien la reconstruyo hizo un excelente trabajo.

– Bueno, la manzana no cae tan lejos del árbol. Y gracias por el cumplido por cierto.

– ¡¿Usted lo hizo?! – dije mirándolo de frente.

– Correcto. Soy uno de los re-constructores de pinturas en este museo. Y en mi tiempo libre hago originales. – dijo todo orgulloso pero con aires de simpatía.

– Pues tiene mucha habilidad señor.

– De nuevo gracias.

– Disculpe la pregunta pero, ¿Usted es británico señor? – el hombre levanto una ceja a mi pregunta.

– ¿Por qué lo preguntas?

– Bueno. Por favor no se ofenda por guiarme por estereotipos pero usted es rubio, de tez blanca, un poco formal para vestir y habla con propiedad. Además su acento me hace suponer que sea extranjero. Pero ese dicho que dijo fue lo que me hizo pensar, ya que es una frase común de Inglaterra.

   El hombre sonrió y se volteo a verme.

– Es correcto, permíteme presentarme. – dijo extendiendo la mano – Puedes llamarme Leon.

– Un gusto. – dije estrechándola – Soy Len Kagamine.

   Ese fue el día que a través de ese cuadro conocí a mi mentor…

– Al fin te alcance. – esa voz.

   Despegue mis ojos del binocular y me voltee mirando hacia arriba. Junto a mí, con la respiración agitada pero sin mostrarse exhausto, estaba Kaito. Nos quedamos mirándonos un momento, hasta que alguna hiciera algo o hasta  que Kaito se repusiera. Me levante de la cornisa y lo mire frente a frente.

– Muy bien, ¿Qué es eso que querías decirme? – dije un poco distante. Todavía me molestaba el verlo pero tal vez porque se me bajo un poco la fiebre o haya tenido una noche agradable con los recuerdos, estaba lo suficientemente tranquilo como para hablar diplomáticamente con él.

– Primero que nada. – dijo casi recuperando el aliento – ¿Por qué estaba tan malhumorado antes?

   ¿Qué respuesta darle? Podría mentirle, podría decirle que hoy tuve un pésimo día tratando de estar distendido de cualquier asunto para venir a robar y resulte ser la persona más buscada del mundo. Podría decirle una verdad a medias, que está enfermo con una fiebre que podría hacer quemar una casa con solo mirarla por lo que la cabeza me estallaba. O podría decirle la verdad, que lo vi hacia varias noches con una chica en una cita y que inexplicablemente ese recuerdo me irritaba, me carcomía, me hacia sufrir, que quisiera llorar, que lo odiara, que incluso recordarlo ahora me hacia volver el dolor de cabeza.

– Estaba idiotizado. – era técnicamente verdad, lo trate de ese modo porque estaba de un pésimo humor – Y si quieres saber él porque, mi vida personal por el momento no te incumbe.

   No dijo nada. No se necesitaba ser sabio para presentir que Kaito me debía estar insultando, ahorcando, golpeando y cualquier otro tipos de descargue de rabia de manera mental por mi respuesta.

– Muy bien. – comenzó diciendo, parecía que trataba de controlarse –  Supongo que estas aquí por la tiara.

– Verdad. – dije secamente.

– Lo siento, pero no puedo dejar que la robes.

   ¡¿Qué?! ¡Es oficial, Kaito Shion es la persona que más me exasperaba! Lo mire con los ojos abierto por rabia y pareció percibir mi sentimiento. Iba a decirle que él no era quien para imponérseme, ¿pero para que detenerse a las palabras? Me voltee y corrí por la cornisa.

– ¡Oye! – oí que grito para luego perseguirme.

   Al llegar al borde salte al candelabro y me balance sujetándome de él. Con el impulso me deslice hasta caer rodando sobre uno de los exhibidores próximos a la pared y de él volví a saltar pero hasta otra cornisa. Kaito trataba de seguirme el paso pero al momento que llego a la misma cornisa yo volví a saltar pero esta vez a un poster colgante del techo que llegaba hasta el piso. Pero no descendí sino que me balance hasta la próxima cornisa. Cuando creí perderlo Kaito apareció columpiándose, adelantándoseme con su lanza-garfios.

– ¡Deja de seguirme! – grite inconscientemente.

   Llegado otra vez al borde, salte al  candelabro y me columpie hacia el vacio. Estaba a pocos metros de caer al suelo dispuesto a rodar apenas hiciera el contacto pero Kaito me agarro en el aire. Sujetando su mano derecha a su arma, con su brazo libre aferraba mi cuerpo al suyo por la cintura mientras trataba de separarme.

– ¡¿Quieres matarte?! – pregunto incrédulo.

– ¡Dije que me dejaras en paz!

   Me sacudí hasta que me soltó y caí al piso rodando para minimizar la caída.

– ¡¿Estás bien?! – grito Kaito desde la cornisa al verme arrodillado en el suelo.

   Simplemente lo mire y me fui corriendo. Avance por distintos pasillos sintiendo por detrás el sonido que el lanza-garfios producía al disparar y rebobinar la cuerda. Kaito trataba de seguirme pensado que con su arma me alcanzaría pero en cuanto tuve la oportunidad de doblar en un pasillo me escondí tras una columna viendo entre las sombras como Kaito se alejaba. Después de que lo perdí de vista, salí.

– No te muevas. – escuche una voz detrás mío pero su orden no fue la que me dejo paralizado sino la cercanía de su pistola contra mi columna.

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   ¡¿En dónde demonios se había metido?! No podía ser tan rápido como para dejarme atrás. ¿A no ser…? Me detuve sobre uno de los candelabros cuando me di cuenta que en algún momento CV02 se las habría arreglado para escabullirse. Ya había avanzado bastante como para regresar y encontrarlo.  Ahh... Ahora tenía que iniciar desde cero para encontrarlo.

– ¡Wow!

   ¡¿Por qué el candelabro descendía?!

– ¡Quieto! – cuando menos me di cuenta estaba en el suelo y una mujer de cabello blanco, liderando a un grupo de policías y guardias, me apuntaban con sus armas.

– Vaya, un gusto verla de nuevo. – dije mientras movía sutilmente mi mano hacia mi cinturón.

– ¿Viniste? – soltó incrédula.

   Aprovechando su baje de guardia y solté la granada de humo. Escondido en el manto gris, me escabullí entre los oficiales para escabullir.

– ¡Oye! – grito uno de los verdes tras que le había quitado su radio.

   Saliendo de la nube de humo, dispare mi lanza-garfios a uno de los candelabros para escapar de allí. Por poco me habían atrapado. Recorría los pasillos balanceándome a través de mi arma, siendo perseguido por los oficiales y los guardias del museo que se unían a la persecución. Tenía que advertirle a CV02 de la trampa y al final yo había caído en ella. Ojala él no haya sido atrapado y pueda encontrarlo.

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   Esto era malo. Me han atrapado. ¡Maldita sea, me han atrapado!

– Levanta las manos lentamente. – me ordenaba la persona tras mi espalda.

   No, esto no puede terminar así. Lentamente subía mis manos hasta la nuca como me lo había ordenado, pero cuando las tenía a la altura justa gire rápidamente deslizando mi pie izquierdo hacia la derecha posicionándome al lado derecho del sujeto. Teniendo de frente su arma, sujete con mi mano izquierda su muñeca zurda mientras con el talón de la mano derecha golpeaba la pistola entre sus manos. Esta persona no se vio venir mi ataque, pero rápidamente reacciono para contraatacar usando su antebrazo derecho para empujarme contra la pared. El impacto de mi nuca contra la pared hizo que me desconcentrara y mi agresor aprovecho para sujetar mis muñecas y elevarles con sus dos manos sobre mi mientras apretaba su cuerpo con el mío para reducir mi espacio libre. No podía respirar, mi rostro era obstruido por algo que impidiese que tomara oxigeno ¿Qué me había puesto un par de almohadas en el rostro? Cuando sentí que sujetaba mis muñecas con una sola mano aproveche y rote mis muñecas hacia dentro para desprenderme de su agarre, deslizarme por la pared hacia abajo y escabullirme entre sus piernas.

   Liberado, me posicione a una distancia prudente, listo para encararlo cuando se volteara. Mi agresor se giro y… un momento… ¡¿Es una mujer?! Frente de mi había una mujer de cabello rosa recogido con una chuleta. Usaba una blusa blanca con unos jeans holgados de color negro. O sea que… lo que me asfixiaba eran sus… ¡Wow! Aprovechando mi sorpresa la oficial, suponiendo que era una policía, rápidamente me había dado una patada hacia mi cabeza con su pierna derecha. Pudiendo reaccionar rápido simplemente me agache para esquivarla, pero cuando volví a mi posición ella uso el impulso de la primera patada para dar un giro y golpearme con el talón de su pierna izquierdo hacia mi cabeza nuevamente. No me esperaba ese movimiento y trata de protegerme con mis antebrazos posicionándolos en paralelo frente a mi rostro. Recibiendo el impacto mi cuerpo retrocedió. Me dolía, esta mujer me había dado un golpe con mucha fuerza. Cuando ella volvió a la posición de lucha no espero y se me acerco con intención de golpearme con su puño derecho pero puede desviarlo hacia abajo con mi mano, sin embargo apenas hice el contacto su mano izquierda ya estaba por darme otro golpe. Esta vez no pude desviarla y de no ser que intuitivamente incline mi cuerpo hacia la izquierda su puño podrá haberse impactado en mi rostro pero solamente logro deslizar su nudillo contra mi mejilla. Aproveche la posición de mi cuerpo para caer al piso y rodar en un intento de ganar espacio. Pero al levantarme y retroceder pude sentir nuevamente el contacto con la pared. La pelirosada se dirigía a mí con una patada lateral con su pierna izquierda y yo solo pude dar un salto hacia el piso para evitarla. En medio del pasillo, me levante del suelo mientras veía a la mujer que sacaba lentamente su pierna del muro. ¡Era impresionante! ¡Había logrado agrietar y hundir la pared!. Me posicione listo para la lucha cuando ella estaba igual de preparada. Pero ninguno hizo un movimiento solo nos quedamos mirándonos fijamente. La examine totalmente, era joven, podría tener la misma edad que Lily. Ahora confirmaba que era policía ya que llevaba en su cinturón su placa junto a la funda de su arma y una radio. La posición en que estaba era perfecta para reaccionar a un ataque lo que revelaba que debía saber algún arte marcial. Esta mujer era extraordinaria, sus movimientos eran rápidos y fuertes. La Observe su rustro detalladamente, podía ver que estaba sumamente concentrada por como tenia fruncidas las cejas, ella era una mujer a la cual no podría olvidar.

– ¡Dell! ¡Detective Megurine! – la voz de otra mujer se podía escuchar en la radio de la pelirosada – ¡Estamos persiguiendo a un sospechoso pero no es CV02! ¡Nos dirigimos a la 2da planta!

   ¿Hay más policías? ¿Todo esto estaba planeado? Ellos sabían que vendría y están buscándome. Pero, ¿A quién están persiguiendo?... ¡¿A Kaito?!

– ¡Confirmado Haku, vamos en apoyo! – una segunda voz pero masculina se hizo sonar en la radio – ¡Luka! ¡¿Dónde estás?!

    La mujer me miro entrecerrando más sus ojos. Tal vez dudaba si el contestar o no podría ser desfavorable. En la posibilidad de que podría atacarla si lo hacía. Siguió observándome sin saber qué decisión tomar.

– Tsk. – dijo tomando el radio mientras yo aproveche para escapar. Aunque deteste admitirlo yo no era contrincante para ella por lo que la mejor opción por ahora era huir – ¡Dell, Haku! – grito mientras oía sus pasos al correr tras de mí – ¡Sospechoso en la 1ra Planta, lado Norte! ¡Yo me encargo!

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   Corríamos por los pasillos de la 1ra Planta, a medida que avanzábamos nos encontrábamos con mas guardias que reforzaban nuestro grupo.

– ¿Por dónde podremos subir de piso?   – le pregunte a uno de los guardias ya que este lugar era tan inmenso y complejo que solo las personas que trabajan aquí pueden evitar confundirse.

– Estamos cerca de las escaleras que conectan los tres niveles en esta ala.

   No tardamos mucho en llegar a ellas. Eran una imponente escalera en caracol con una enorme fuente en la planta baja y un candelabro igual de inmenso en el techo. Sin distraernos más, comenzamos a subir los primero escalones hasta llegar a la 2da planta cuando lo vimos. Estábamos por llegar a la planta cuando en frente nuestro apareció el sospechoso que perseguía Haku. El sujeto de bufanda azul se había aterrizado desde el pasillo y corrió hacia las escaleras para… ¡¿Saltar al vacío?! Incrédulos nos asomamos por el barandal para ver su cuerpo sobre la fuente pero…

– Wow. – gritaron algunos guardias y oficiales al ver como el sospechoso subía hacia el techo a gran velocidad a través de una especie de arma con cuerda que se unía al candelabro.

– ¡Dell! – grito Haku cuando ella y su grupo se nos incorporaron.

– Está subiendo – dije mientras ambos grupos se fusionaban para la persecución – ¿Él es CV02, Haku? – pregunte mientras corríamos por las escaleras.

– No, él es otro ladrón que nos ha causado problemas similares a CV02. Pero se sospechaba que tenía alguna relación con él ya que se cree haberlos visto juntos en el robo al banco de hace más un mes.

– Con esa arma será difícil alcanzarlo.

– ¡Usted! – dijo Haku a uno de los guardias del museo – ¡¿Pueden bajar todos los candelabros del museo como hace un momento?!

– ¡Si, pero tomara un momento hacerlo!

– ¡Háganlo! – ordeno mientras el guardia llamaba al cuarto de control por su radio.

   Ya en la tercera planta pudimos divisar al azul correr sobre las cornisas de una pared y volvimos a perseguirlo. Nos adentramos nuevamente en el laberinto de pasillos dando una infinita cantidad de vueltas pero siempre siguiéndole el paso al sospechoso. Sin embargo no entendía cual era su objetivo. ¿Por qué subir desde la 1ra Planta, atravesar la 2da y seguir a la 3ra?... ¿Se habrá perdido o intenta escapar por algún lado? Finalmente logramos salir de los corredores para desembocar en un salón repleto de fósiles. Era el Salón de Historia Evolutiva según un letrero que colgaba desde el techo y llegaba hasta el suelo de la 2da planta ya en si era un salón superpuesto sobre otro salón donde la 3ra planta colgaban en el vacio los fósiles de algunos dinosaurios acuáticos y voladores. El sospechoso continuaba corriendo por las cornisas hasta que se detuvo y salto al vacío nuevamente. El desgraciado nos había llevado a una trampa, finalmente había comprendido su objetivo: dejar a la mayoría de los policías y guardias en el 3er piso mientras él se adelantaba una planta en escapar. Disparando el gancho de su arma entre las costillas de uno de los fósiles, el sospechoso disminuía la velocidad de su caída hasta aterrizar en el suelo. Pero no se lo iba a dejar tan fácil.

– ¿Dell? ¡Espera! – dijo mi hermana con la radio en su mano cuando vio que me disponía a saltar.

   Me impulse lo más que pude hasta lograr alcanzar uno de esos carteles y bajar por él hasta llegar a la 2da Planta. Ya en el suelo, empecé a correr tratando de alcanzarlo. No sé cuánto tiempo nos tomo pero finalmente logramos acorralarlo. Frente de él había dos guardias en medio del pasillo listos para atraparlo en cuanto se aproximara. ¿Que? Viendo que lo atraparíamos, el azul esquivo a ambos guardias corriendo por la pared y volver a saltar al pasillo dejando a ambos hombre boquiabiertos.

– ¡No se queden ahí! ¡Persíganlo!

      Luego de oírme ambos guardias se me unieron seguidos de mí. Uno de ellos alcanzo a decirme que mas adelante podríamos atraparlo siendo efectivo su comentario. Nuestro pasillo hacia una conexión  con otros tres en un espacio abierto y despejado. Con dos guardias en cada pasillo, el azul se detuvo cuando al fin se vio acorralado.

– Miércoles. – dijo el enmascarado por la frustración al darse la vuelta y mirarme.

– Estas rodeado. Levanta las manos lentamente. – le ordene observándolo fijamente.

   A medida que subía los brazos, los guardias y yo nos acercábamos más para acortar su espacio sin bajar las armas. Aunque tenía las manos en el aire, el peliazul mantenía los puños cerrados.

– Tira lo que tengas en las manos. – ordene pero… ¿Por qué esta sonriendo?

– Como guste. – al abrirlas, notablemente su tórax comenzó a aumentar por el acumulamiento de aire mientras unas cuantas esferas caían, ¡¿Esas son…?!

– ¡Cúbranse! – grite mientras cubría mi boca y nariz con el pliegue interno de mi codo derecho y apuntaba el arma con mi mano izquierda.

   En menos de un segundo el lugar entero estaba cubierto por una cortina de humo, podía escuchar como los guardias tosían al no poder reaccionar a tiempo. Era de esperarse que no vieran venir algo así, son guardias no oficiales después de todo.

   Pero no me detuve y avance entre la niebla a encararlo mientras contenía la respiración. Sin embargo apenas había dado un paso él ya me había quitado mi arma. Reaccione y le di un golpe cuando vi su desenfocada silueta pero el enmascarado la tomo y la llevo a mi espalda haciéndome una llave. Sin embargo no me redujo. Me empujo para apartarme tras quitarme mi radio y cuando me di la vuelta para volver a atacarlo, él me había dado un golpe fuerte al abdomen haciendo que se me escapara el aire y cayera al suelo.

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   Trataba de despistarla como pudiera pero ella me perseguía sin importar que. Finalmente había llegado al pasillo de la recepción, este lugar estaba lleno de objetos y estructuras con los cuales podría perderla.

– ¡Megurine! – una voz llamaba por el radio – ¡Perdimos al sospechoso en la 3ra Planta, Dell trata de perseguirlo en la 2da!

   Corrí hacia uno de los exhibidores de cristal más bajo, lo trepe y brinque hasta el exhibidor próximo y desde él salte hasta uno de los más altos logrando agarrar su borde. Una vez que lo trepe me dispuse a ver a la pelirosada desde la altura, quien me observaba enfadada mientras yo estaba tranquilo ya que no tenía su arma para apuntarme. Me disponía a marcharme cuando note que comenzó a trepar por los mismo exhibidores. ¡Esta mujer no se detendría nunca! Salta hasta la pared y corrí por ella hasta lograr por un impulso tomar el borde la cornisa y treparlo. La oficial ya había llegado hasta la cornisa en menos de un segundo, corrí dirigiéndome hasta el candelabro… ¡¿Y los candelabros?! Para sorpresa mía ya no estaba. Por alguna extraña razón todos los candelabros habían sido bajados del techo. La Exterminadora ya estaba cerca de mí por lo que no tuve más opción que saltar a la cadena que sostenía al candelabro a lo cual mi acosadora imito mi acción sin basilar. Continuamos mi persecución otra vez en el suelo, no importaba cuanto lo intentase ella seguía sin desistir, si giraba sobre una repisa ella simplemente lo saltaba, si me deslizaba bajo una escultura ella también lo hacía; era inútil, no podía perderla ya que contrariamente ella cada vez se me apegaba mas debido que mi fiebre reducía mi resistencia física.

   Habíamos llegado a unas enormes escaleras que conectaban solamente al segundo piso y corrí lo más rápido que pude salteando los escalones pero a mitad de escalada pude escuchar las pisadas de los oficiales en el pasillo de arriba. Si no podía escapar de un oficial mucho menos podría de un grupo por lo que salte de la escalera hasta la cadena de uno de los candelabros. Baje y volví a correr, era desesperante solamente poder hacer eso. En otras condiciones sería distinto pero ¡Dios, esta maldita fiebre! Voltee sin parar de correr pare ver a la oficial pero… ¿A dónde se fue?

   Me detuve. Sin darme cuenta había vuelto al pasillo de la recepción. Mire en todas las direcciones buscándola pero no la hallaba y no sabía si alegrarme por ello o no. Las piernas me temblaban y mi cabeza estaba a punto de explotar. Mis pulmones se expandía y contraían quemando con desesperación todo el oxigeno posible, si esto seguía así muy pronto mis músculos no iban a poder responder más volviéndome una presa fácil para…

– ¡KYA! – ¿Eh…?

   …

   Ah… ejem… ah…. Caí al suelo. Contraía mi cuerpo haciéndome un ovillo mientras trataba de respirar. Fue una sola patada, una simple pero fuerte patada al abdomen lo que me redujo. Levante la vista del suelo y pude divisar, distorsionadamente, a la pelirosado junto a mí. ¿De dónde había salido? No lo sabía. Ella se me acerco tratando de tomar mi pañuelo. Luche, patalee, como pude trate de defenderme pero ella giro mi cuerpo boca arriba para posicionarse sobre de mi de la misma forma que lo hizo Kaito cuando lo conocí. Kaito. ¿Por qué estoy pensando en él en un momento así? Ella sujeto mi pañuelo con ambas manos para bajármelo. Desesperado tome sus muñecas y con la poca fuerza que me quedaba trate de evitarlo.

   Pero era inútil. Kaito... Podía sentir como la tela se deslizaba por mi rostro comenzando a mostrar mi nariz. Kaito... Sin darme cuenta se me escapaban las lágrimas. Kaito... Era el fin, me habían atrapado…

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¡Hey!

– ¡¿Eh?! – me voltee al oír una voz – ¡Ah!

   ¡Cubrir!. Rápidamente levante mis brazos para proteger mi rostro, justo a tiempo para bloquear esa patada. Sin embargo la fuerza del impacto hizo que mi cuerpo cayera. ¡Rodar! El hombre estaba a punto de pisarme de no ser que reaccione a tiempo. Me levante del suelo para atacar pero ese sujeto avanzo hasta mi con un giro soplando un polvo que entro a mis ojos  y me ataco con una pata lateral al abdomen distanciándome aun mas del chico mientras retrocedía en caída con la vista cegada.

¡Run boy, run! – alcance a oír mientras caía al suelo.

   Me levante de un salto desde el suelo, frotando mis ojos en un intento de volver a ver. Desorientada, solo pude divisar un cuerpo en pie hasta que logre reponerme y notar que ese sujeto y yo éramos los únicos presentes. El chico había logrado escapar.

    Tome mi posición esperando que él volviera a atacar. Ambos manteníamos la guardia vigilándonos, a la espera que alguno iniciara. Lo inspeccione detalladamente, ocultaba su rostro con un cuello de tortuga hasta la nariz, cubría su cabeza con una gorra de punto negros como su buzo, usaba una chaqueta negra con unos pantalones grises y zapatillas negras.  Después de un rato como ninguno cedía el primer golpe tome la iniciativa. Corrí hacia el haciendo amague para que pensara que lo golpearía con mi puño, viendo en sus ojos la determinación para detenerlo, pero cuando estuve lo suficientemente cerca me tire al suelo deslizándome a sus pies derribándolo. Con él en el suelo, me levante rápidamente y me le acerque para darle una pata en tijereta mientras se reponía. ¿Eh? Este sujete, al ver mi acercamiento, en menos de nada se levanto con el impulso de sus brazos hasta ponerse en pie. ¡Esquiva! Igual de rápido, trato de darme una patada circular hacia mi cabeza pero logre agacharme por lo que su pierna paso de largo completando el giro, poniéndolo de espaldas en consecuencia. Aproveche para acercarme y ahorcarlo con mi brazo derecho pero él viendo venir eso desde su posición atrapo mi muñeca con su mano izquierda. Aproximando nuestros cuerpos, sujeto mi muñeca con ambas manos y me cargo en su espalda para derribarme mientras se agachaba. ¡Contraataca! Una vez mi cuerpo cayó al piso y soltó mi muñeca, sujete con ambas manos su chaqueta mientras elevaba mis piernas y las juntaba para darle una patada de canguro a su tórax. Mientras el retrocedía por el golpe, use el impulso de la patada para dar una voltereta y ponerme de pie otra vez. Gire y me aproxime para darle un golpe con mi codo izquierdo a su rostro junto con un giro en mi pie izquierdo para  elevar mi pierna derecha y golpearle otra vez al rostro con el borde de mi pie derecho. ¿Eh? Una vez mi pie volvió al suelo él sujeto la parte superior mi blusa con su mano izquierda, girando su pie izquierdo tomo la parte baja con la otra mano y me elevo para lanzarme.

   Literalmente volé por los aires como Peter Pan hasta caer de lleno al suelo. Torpemente me lavante al  ver que se aproximaba para golpearme, levante mis manos para desviar su puño ¡¿Eh?!... Ah… pero esa no era su intención. Cuando estuvo cerca rápidamente me dio una patada frontal a mi abdomen haciendo que retroceda. ¡Bloqueo bajo! Vi su pierna que iba a hacer una pata circular hacia mi pierna izquierda por lo que baje mi brazo para bloquearlo con el borde de mi antebrazo. ¡Bloque medio! Pero su patada no se detuvo y subió queriendo impactar en el lado izquierdo de mis costillas por lo que gire mi codo izquierdo para volver a bloquearlo con el lado contrario del mismo antebrazo. ¡¿Eh?! ¡¿Puede subir más la pierna?!

   Me golpeo. No esperaba su tercer golpe hacia mi cabeza. El impacto hizo que girara dándome la espalda. ¡Ah! Aparentemente él aprovecho mi confusión y me derribo al suelo con una barrida. Volví a caer al piso haciendo que me golpeara la frente. Desorientada, sentí como él se sentaba sobre mí y colocaba mis muñecas en mi espalda seguido de esposarme con mis propias esposas.

Good fight miss. – Oí que me decía mientras se levantaba y marchaba corriendo.

   Era una humillación, que un oficial sea esposado por un criminal dejaba mucho que decir. Una vez que logre recuperarme gire en el suelo y me senté. Efectivamente él se había marchado, estaba sola en la recepción.

– ¡Fuck! – grite con rabia mientras volvía a acostarme.

   Era frustrante, había dejado escapar a dos sospechosos y uno de ellos ya estaba en mis manos. Y para rematar he perdido en un combate cuerpo a cuerpo… Aunque debo reconocer que perdí contra alguien bueno…

– En fin. – dije levantando mis piernas mientras subía mis brazos sobre ellas. Esta era una de las recompensas de entrenar 15 años, una gran elasticidad. Una vez mis muñecas pasaron mis pies, baje las piernas y me levante para buscar las llaves – ¿Qué? ¿Se las… se las llevo? – no solo no podía encontrar las llaves sino que tampoco tenía mi radio.

   No se pude hacer mas, tendré que ver a Dell y Haku en el punto de encuentro para informarnos. Eso… Me disponía a dirigirme al Salón Principal cuando vi algo tirado en el suelo. Su pañuelo… ahora que recordaba en el momento que me ataco debí haberlo arrancado cuando quise protegerme. Si esa persona no hubiera interferido podría haber descubierto la identidad de ese muchacho ya que aunque puede sacarle su pañuelo no pude ver su rostro.

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   Poco a poco recuperaba mi fuerza. Avanzaba tan rápido por los corredores, rodeando los candelabros, como me lo permitía el cuerpo. Sin mi mascara, cubría mi boca y nariz con el pliegue interno del codo ya que esa oficial había logrado quedarse con mi pañuelo. Ya ha pasado varios minutos desde que esa persona vino a ayudarme pero todavía me cuestiono el porqué de su acción. Estaba seguro que no era Kaito ya que cuando me grito esas palabras que no logre escuchar pude notar que tenía un tono distinto de voz.

– ¡Aquí esta! – voltee al oír el grito.

– ¡Atrápenlo!

   Ignorando mis pensamientos y el dolor de mis músculos por el esfuerzo, volví a correr evitando descubrir mi rostro mientras el grupo, integrado por dos guardias y un oficial, me perseguían.

– ¡Sospecho en ala oeste, 1ra planta!

   Estaba en problemas, si aduras penas no podía con un solo oficial ahora en este estado sería imposible contra un grupo de ellos. Por ahora mi mejor opción iba a ser despistarlos, si doblo por el siguiente desvió puedo…

 ¿Eh? ¿M-me atraparon? No. Me sujeta con su brazo pero… ¿por qué no estoy asustado?

    Aprisionaba sin esfuerzo mi cuerpo contra el suyo. Subí la mirada buscando su rostro pero solo pude ver su nuca con su inconfundible cabello azul. Kaito me sujetaba con su brazo derecho mientras miraba y apuntaba su pistola con su brazo izquierdo a los guardias. Tres disparos inaudibles salieron del cañón, liberando los dardos cargados con las drogas haciendo que en menos de dos pasos mis cazadores cayeran inconscientes.

– Al fin vuelvo a encontrarte. – soltó al aire para luego mirarme – ¿Te encuentras bien?

   Tarde un segundo en volver a la realidad. Empuje a Katio con mi brazo libre mientras giraba para darle la espalda.

– Si. Pero no me mires.

– ¿Sucede algo?

– Nada… solo no quiero que me veas. – Kaito no respondió a mi petición. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cómo podía ahora que viera mi rostro? – ¿Eh?

   Frente a mis ojos un objeto celeste apareció.

– Baja el brazo por favor. – dijo y después de un segundo obedecí.

   Detrás mío, Kaito envolvió suavemente mi nariz y boca haciendo el cruce en la parte baja de mi nuca, con un poco de presión continuo cubriendo mi cuello y terminar, tras la última cruzada, ajustando mi barbilla, dejando caer el sobrante en mi espalda con un nudo.

   Me gire para verlo. Sin su bufanda se podía apreciar en su cuello desnudo lo prominente, pero sin llegar a lo grotesco, que era su nuez de Adán en su piel blanca. Tarde otro segundo en articular que decirle a ese rostro que me sonreía de manera gentil.

– Gracias.

– No hay de qué. ¿Pero qué paso con tu pañuelo?

– Es largo de contar, ¿Cómo hiciste para encontrarme?

– ¡Megurine! ¡¿Me oyes?! – una voz interrumpió entre nosotros, busque la fuente del sonido hasta ver que en el cinturón de Kaito habían dos radios. Tras una pausa la voz volvió hablar – ¡Dell! ¡¿Por qué rayos no me respondes?!

– Fue con esto, escuchaba sus transmisiones hasta poder localizarte. Oí que una mujer perseguía a alguien, ¿Eras vos?

– Si… pero logre escapar… ella fue quien me quito mi pañuelo.

– Ya veo.

¡Edogawa, ¿Me oyes?! – una voz diferente se escuchaba pero no solo en el radio sino en el eco de los pasillos junto con el sonido del trote – ¡Vamos en apoyo, ¿Por donde están?!... ¡Edogawa!

– Sera mejor que nos vayamos. – dijo mientras se disponía a correr por uno de los corredores hasta que lo detuve sosteniendo su mano.

– Espera. Vamos por aquí. – y me dispuse a guiarlo por el pasillo.

   Avanzamos a toda prisa mientras oíamos que cada vez los pasos eran más fuertes debido a la aproximación de los oficiales. Antes de que Kaito pudiera preguntar a donde lo dirigía después de haber recorrido un largo tramo, empuje con mis dos manos las puertas con el letrero de “SOLO PERSONAL DEL MUSEO” y traspasamos. Rápidamente volví a cerrar la puerta evitando que el ruido nos delatara al oír los pasos en el pasillo. Buscábamos un lugar en la penumbra de la habitación donde podríamos escondernos cuando Kaito tomo mi mano y me llevo al lugar que escogió.

   Su escondite consistía en un espacio abierto pero estrecho entre una repisa, una pared y un escritorio que nos cubría con la computadora. La cercanía era incomodo debido a que Kaito me había aprisionado en un espacio que hizo entre sus piernas mientras me abrazaba con su brazo, él cual sujetaba por auto reflejo.

   La luz del pasillo ilumino tenuemente la habitación sin ser lo suficiente para delatarnos. Kaito y yo estábamos atentos ya que no podíamos ver más que la silueta proyectada en la pared del fondo. El oficial o el guardia, sea quien fuese, no se movía de la puerta como si inspeccionara la sala con la vista. Fueron treinta segundos de tensión que se intensificaron cuando un par más de sombras se adentraron en la habitación. Trague en seco por los nervios provocando que Kaito reaccionara para cubrirme la boca con una mano.

– Parece que no hay nadie. – dijo uno de ellos.

– Continuemos buscando, no deben estar lejos.

   Dijeron tras marcharse. Luego esperar uno segundos para cerciorarnos pudimos soltar el aire que conteníamos.

– ¡Ahita! – solté débilmente en voz baja.

– ¿Estás bien? – preguntó en un susurro Kaito por la preocupación.

– Si, solo es un calambre. – mentí, aun me dolían los músculos del abdomen por la patada de hace un rato. Sin mencionar que la fiebre aumentaba. – Réstale importancia.

– ¿Cómo sabias de este lugar?

– Conozco este museo y a una persona que trabaja aquí desde hace mucho. ¿Eh?

– Estas caliente – dijo poniendo su mano en mi frente – Y transpiras demasiado, ¿Tienes fiebre?

– Solo un poco. –  Dije quitándome su mano de allí arriba

– No debiste venir en este estado. No importa cuán valiosa sean las joyas de Sweet Ann para ti, tu salud vale mas que ellas.

   Me sentía mal y no era solo por mi estado físico sino porque Kaito me trataba con mucho cuidado, en nuestro conflicto en la galería se había mostrado preocupado cuando me lance al suelo y ahora me había salvado de que me atrapasen. Estoy siendo demasiado cruel.

 – Kaito… Quiero disculparme.

– ¿Eh?

– No debí tratarte mal desde un principio, lo lamento.

– Descuida, no hay nada que perdonar, pronto nos iremos. – ¿Irnos? – Por ahora debemos evitar a los oficiales, a ellos les convine atraparnos esta noche.

– ¿Pero como sabían ellos…?

   No pude terminar la pregunta debido a que Kaito volvió a cubrir mi boca. Lentamente las puertas del pasillo se abrieron dejando ver por la luz que entraba a una persona. ¿Un oficial? ¿Pero no se habían marchado? Cerrando la puerta, con la habitación en penumbras, el rechinar de la madera delataba que esa persona avanzaba lentamente. Desde el suelo pudimos ver su cuerpo sin mucho detalle. Kaito sujetó su pistola preparado para usarla hasta que esa persona hablo.

Boy, Are you here?Un momento. Sujete la muñeca de Kaito avisándole que espere – It’s me.

   ¡Esa voz!

– ¡Leon! – grite al mismo tiempo que me levantaba y corría hacia él.

   Mi instructor se giro al oírme para luego envolverme en un abrazo. Era imposible que lo reconociera con su rostro cubierto por un cuello de tortuga hasta la nariz y una gorra de punto que dejaba a la vista unos cuantos mechones.

– ¡Oh my God, kid! ¡Me alegra que estés a salvo! – dijo al arrodillarse y sujetar mi rostro.

– ¿Pero como hiciste para encontrarme?

– Oi por la radio de esa mujer que perseguían a alguien en este lugar. Si se trataba de ti supuse que vendrías al cuarto de restauración. – Vi que también traía una radio en su cinturón. Entonces…

– Entonces… ¿Eras tú el que me ayudo? – asintió – ¿Pero como sabias de la trampa?

– El curador del museo me cito a último momento y me conto del operativo de la policía. Quería que ayudara a vigilar que los ofíciale no dañaran algún artículo del museo. Inmediatamente me excuse y fui a advertirte a la Suite pero al ver que ya habías partido vine a buscarte.

– De algún modo lograron enterarse que vendríamos esta noche – dijo Kaito seriamente al incorporarse en la conversación. Leon lo inspeccionó un momento antes de responder.

– Si. – dijo poniéndose de pie – Pero desconozco como lo hicieron. Por ahora lo más importante es abortar el robo y escapar. – ¡¿Qué?!

– ¡Pero…!

– Lo siento CV02, – dijo Leon interrumpiéndome – pero hay demasiados policías dentro y fuera del museo. Sin mencionar que uno casi te descubre. – me quede callado – Los distraerá lo suficiente para que puedan escapar.

– ¡Espera un momento…!

– Descuida, – dijo anticipándose a mis palabras mientras sacudía mis cabellos sueltos– deja que esos oficiales vean de lo que es capaz este veterano.

– Con esto podremos saber que van tras de usted – dijo Kaito señalando las radios en su cinturón.

– Bien – se giro a verme – Promete que no iras tras la joya.

   Dude un momento en que responderle.

– Está bien.

– Esperen el momento justo para salir. – dijo mientras se marchaba sin antes aproximarse a Kaito y decirle algo que no alcance a escuchar. Luego salió de la sala.

– ¿Qué te dijo? – pregunte curioso.

– No lo sé, hablo en ingles.

   Durante un rato estuvimos esperando hasta oír que hablaron por la radio.

– ¡Sospechoso en el ala este! ¡Es dirige hacia la entrada principal!

– Es ahora. – dijo Kaito a lo cual asentí.

   Salimos del cuarto hacia los pasillos mientras rogaba que Leon pudiese escapar después.

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   Nos dirigimos como nuevo objetivo al Salón de Historia Moderna. Según los planos del museo, en esa habitación se encontraban una salida de emergencia que conectaba a un callejón por el cual podrías escapar. Entramos en el salón, solo quedaba…

– ¡Por allí están! – ¡Rayos! tres oficiales custodiaban la salida hasta que lograron divisarnos. Tome la mano de CV02 y empecé a correr.

– ¡Por aquí no podemos! – dije mientras escapábamos nuevamente hacia la entrada al pasillo.

– ¡Espera! – dijo CV02 ahora sujetándome a mi – ¡Conozco otro salida por aquí! – y procedió a guiarme por el extremo contrario del pasillo mientras los oficiales no perseguían.

   Avanzamos por el laberinto de corredores y por algunos salones, guiados por CV02 quien no dudaba en los pasos que daba hasta que doblamos en un pasillo y  llegamos… ¡¿A un callejón sin salida?!

– ¡Espera! ¡No hay a donde ir! – grite disminuyendo un poco el paso.

– ¡Confía en mí!

   Nos acercábamos cada vez más y más al final del pasillo, decorado con una inmensa estatua sin brazos.

– ¡Estan atrapados! – grito uno de ellos.

   Era malo, muy malo. CV02 siguió corriendo mientras me jalaba.

– ¡Ahora! – grito CV02 mientras golpeaba la pared con su hombro al chocar.

   ¿Do-donde estamos? Era oscuro, ¿Estábamos en una habitación secreta?

– ¡¿A dónde se fueron?! – Oía una voz cerca pero baja, como si hablaran desde otra habitación, mientras tocaban y frotaban la pared con sus manos.

– Ahora podemos estar un poco más tranquilos.

– ¿CV02?

– Tranquilo Katio, estás conmigo. – dijo estrechando con fuerza mi mano. – Sujétalo y avanza con cuidado que hay escaleras – dijo mientras guiaba mi mano a un tubo delgado y frio.

– Oye… ¿Qué paso? ¿Dónde estamos? – pregunte incrédulo mientras comenzamos a avanzar cuesta abajo por las escaleras que menciono.

– Entramos en uno de los tantos túneles secretos que hay distribuidos en el museo. Cuando se comenzó su construcción, la arquitecta superviso personalmente la obra para que los trabajadores levantaran las paredes y escaleras sin que descubrieran lo que estaban asiendo. Es por ello que estos pasadizos tiene estructura pero no una instalación, aquí no hay conexión de electricidad ni de ventilación.

– ¿Pero por qué no figuran en los planos o como es que nadie se da cuenta por las dimensiones?

– Tengo entendido que la arquitecta de este lugar utilizo efectos visuales jugando con la distribución y tamaño de las cornisas y columnas para evitar que alguien lo note a simple vista tanto en los planos como en la estructura. Por esa razón para algunos les es fácil perderse.

– ¿Y cuál es su función? – pregunte una vez terminamos de bajar y continuábamos por el pasillo guiándonos por las paredes.

– No lo sé, ni siquiera los empleados del museo saben para que los diseñaron y son muy pocos los que suelen utilizarlos ya que al no haber iluminación es un tanto incomodo y peligroso caminar por aquí. Ya llegamos. – CV02 se detuvo de golpe haciendo que chocara con él.

– ¿A dónde?

– Escucha.

   Intuitivamente apoye mi oreja sobre la pared. En efecto, se podía escuchar unos pasos, el presionar de unas teclas, y una que otra voz. Todo retumbaba concentrado en una habitación.

– Del otro lado se encuentra el cuarto de controles. A través de él podes entrar al pasillo pero debe estar lleno de guardias y oficiales.

– Déjamelo a mí. – dije sosteniendo en mis manos unas cuantas bombas de mi cinturón. – Cuando estés listo, abre la puerta y ciérrala cuando te lo diga.

– ¿Qué planeas hacer?

– Confía en mí. – CV02 guardo silencio antes de responderme.

– Esta bien. ¿Listo?

– Listo.

   A continuación CV02 abrió la puerta mostrando la habitación repleta de oficiales y guardias que nos miraban anonadados. Antes de que pudieran reaccionar arroje las bombas dentro mientras les  quitaba sus seguros, colocados en mis dedos.

– ¡Ahora! – grite y CV02 cerro rápidamente la puerta. Una explosión apagada se escuchaba a través de la pared junto con el toser los hombres dentro del cuarto hasta reino el silencio – Muy bien, trata de contener la respiración al entrar.

   Entramos al cuarto cubierto por una leve neblina de polvo. Cuidando de no pisar los cuerpos en el suelo, busque el interruptor del ventilador de techo hasta lograr encontrar y encenderlo. Una vez el lugar se había ventilado lo suficiente le dije a CV02 que podía respirar normalmente.

– ¿Qué fue lo que usaste? – pregunto viendo a los oficiales y guardias tirados.

– Gas somnífero. Mi contacto me lo entrego en caso de que lo necesitara. – dije mientras observaba las cámaras de seguridad. Trataba de encontrar una forma de escapar cuando el teléfono de uno de los escritorios comenzó a sonar. Las miradas que compartíamos CV02 y yo podía demostrar lo inseguros que estábamos de contestar. Ya había cortado y vuelto a sonar hasta que estire mi mano y levante la bocina. – ¿Hola?

– ¡Kaito!

– ¡¿MIRIAM?! – grite incrédulo sorprendiendo a CV02.

– ¡Llevo horas esperando afuera! ¡¿Cómo es que caíste en la trampa idiota?!

– ¿Esperando? – estaba totalmente desconcertado – Miriam, ¿Cómo… como me localizaste?

– Intercepte las transmisiones de habían dentro del museo. Como de repente se detuvieron las emisiones del cuarto de control supuse que algo sucedió y llame esperando que atendieras. El edificio está totalmente rodeado por las patrullas. Ahora estoy a unas cuadras del museo en el Porsche, trata de entrar por algún edificio adjunto para escapar y búscame en la entrada de la iglesia más cercana.

– Entiendo, te veré allí.

– Te cuidado. – dijo para luego cortar.

– Tratemos de llagar a una de las ventanas del 2do nivel, usaremos mi lanzagarfios para escapar.

– Tengo una idea – dijo CV02 mientras se dirigía al ordenador para conectar su portátil y entrar en los programas. De repente la alarma de se activaron en todo el museo – Esto los despistara unos momentos. – desconecto su portátil.

– Bien. – nos dirigimo a la puerta.

– ¡Se aproxima a la entrada! – ambos nos detuvimos al escuchar la voz en las radios de los oficiales – ¡Intercéptenlo! – ¿A quien perseguirian?

– Leon… – soltó en un suspiro CV02.

– ¡Disparen! ¡Disparen!– CV02 abrió sus ojos con terror. – ¡Wow...! ¡Está escapando en una patrulla persíganlo! – el oficial dejo de transmitir.

– Tu instructor distrajo lo suficiente a los oficiales. Debemos irnos como él, de seguro querrá verte sano y salvo. – dije sonriendo tratando de relajar a CV02 de su susto.

– S-si…

   Salimos del cuarto de control hacia el pasillo. Corríamos a toda prisa hasta que CV02 cayó al suelo.

– ¿Qué te sucede? – dije mientras me acercaba para asistirlo – ¡Dios, estas ardiendo en fiebre! – CV02 había tenido su temperatura elevada todo este tiempo y no me había percatado de ello. Tenía que sacarlo de aquí lo más pronto posible.

– Estoy bien… solo hay que…

   Ayudaba a que se levantara cuando él de repente se detuvo mirando al final de un pasillo adjunto. Lo había olvidado, no me percate que al bajar por las escaleras del túnel secreto habíamos descendido hacia el sótano. Frente a nosotros estaba la imponente puerta de acero para entrar a la bóveda. Una vez en pie CV02 se acercaba lentamente a la puerta hasta que lo sujete del hombre.

– No pensaras ir a por la tiara, ¿Verdad?

– Pero Kaito… – dijo al voltearse mientras me miraba con sus ojos azules, tan abiertos que lucían como los de un psicópata– Esta aquí… la tenemos a un paso… podríamos…

– No. – dije afirmándome – La policía está a menos de un paso para atraparnos y tenemos que atenderte antes de que la fiebre empeore. Tu instructor incluso vino a buscarte siendo consciente del riesgo que es.

– ¡Pero!

– Entiéndelo. – dije sacándome mi mascara para mirarlo fijamente – Tenemos que irnos.

   Él me miro sorprendido hasta que decidió.

– Bien… – aparto mi mano mientras me miraba enfadado – Lo hare solo. – concluyo volteándose en dirección a la bóveda.

   Con pasos errantes CV02 se acercaba persistente a su joya. Tenía que detenerlo, quería ayudarlo.

– Por favor perdóname por esto…

   CV02…

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– ¡¿Quieren apresurarse para apagar es maldita alarma?! – grite por el radio exasperada al grupo de oficiales que se dirigía al Cuarto de Controles – ¡Gracias…! ¡¿Qué?! ¡¿Cómo es posible que todos estén inconscientes?! Traten de despertarlos por si pudieron saber que ocurrió. – dije al cortar la transmisión.

– ¡Dios mi bello museo! – decía exaltado el curador – ¡Espero que sus incompetentes oficiales no dañen ningún artículo del museo detective Yowane!

– Mis compañeros tomaran todas las precauciones necesarias señor y por favor no los subestime.

– ¿Cómo no hacerlo si hace unos momentos la llamaron para reportar que no solo perdieron de a ambos ladrones sino que ellos mismos ni sabían dónde estaban? Sin mencionar al tercero que logro escapar por la entrada principal.

– Este museo es un laberinto para cualquier persona que no trabaja aquí señor además estos sujetos no son ladrones ordinarios. Más bien, usted debería explicarme cómo es posible que alguien pueda traspasar las paredes de SU museo.

– Me habla como si fuera mi culpa jovencita. Desconozco cómo es posible esos truhanes sepan de la existencia de los túneles secretos.

– ¡¿Túneles secretos?! – resalte furiosa ante ese sorpresivo dato – ¡¿Y cuando planeaba compartirnos esa información?!

– No le halle la relevancia ya que solamente el personal del museo, a excepción de los guardias, saben dónde se localizan y adonde desembocan.

– ¿A qué demente se le ocurre construir túneles secretos en un museo?

– ¡¿Cómo se atreve?! ¡Este edificio  es un diseño innovador de la famosísima arquitecta…!

– ¡Haku! – una voz familiar interrumpió al curador.

– ¡Dell! – corrí hasta mi hermano al ver que dos oficiales lo ayudaban a caminar apoyando sus brazos en sus hombros – ¡¿Qué te ocurrió?! – dije mientras lo ayudaba a ponerse en pie.

– Ese desgraciado de la bufanda…

– Veo que tuvieron la misma suerte que la mía. – una tercera voz entraba tambaleando al salón.

– Detective Megurine, ¿Por qué ninguno de los dos contestaban mis llamados?

– Ese chico se llevo mi radio cuando me ataco. – dijo Dell.

– El mío se lo llevo el sujeto que me enfrento después de reducirme. – dijo la oficial Megurine mientras levantaba sus muñecas… ¿esposadas?

 

 

   Nos trasladamos al despacho del curador para que Dell y Megurine se repusieran mientras esperábamos que los oficiales peinaran el museo y los alrededores, solicitando a su vez el uso de dicha habitación sin la presencia de su usuario. Mi hermano y su compañera me contaban como fue su encuentro con CV02, Yoru y el misterioso sujeto mientas los oía sentada en el sillón.

– ¿Con un solo golpe pudo dejarte fuera de combate Dell? – pregunto juguetona Megurine mientas se apoyaba en el borde del escritorio.

– Ese chico golpea duro. – se excuso Dell sentado en el sofá, imitando la risa picara de la pelirosada –  Además tú no digas nada, esperaba más de una instructora de Tae Kwon-Do.

– En mi defensa nunca había encontrado alguien con buenos movimientos de pelea. Apropósito Dell, ¿No tienes una copia de las llaves de las esposas? Ese sujeto se llevo la mía. – decía sonriendo mientras sacudía las cadenas de las esposas.

– Lo siento pero tus esposas eran las últimas de la serie anterior. Ya no hay una llave en la estación que similar para abrirlas.

– Entiendo, si no me queda de otra… – decía mientras… ¡¿EH?! Era impresionante… la detective rompió la cadena abriendo los brazos y chocaba las esposas entre sí para destruirlas… – Detective Yowane, ¿puede explicarnos quienes eran aquellos sujetos?

– ¡Eh! Y-yo… si – balbucee al volver en sí – Según como lo describe detective Megurine, el primer sujeto que se enfrento es a quien buscaban, él era CV02. Es un ladrón novato que apareció hace unos cuantos meses, no son muchas las personas que lograron verlo ya que suele ser sutil y elegante para robar, como todo ladrón de guante blanco; por esa razón no hemos podido capturarlo, ni siquiera en una imagen. Usted es la primera persona que ha logrado encararlo Detective Megurine.

– Sinceramente esperaba a alguien más… “adulto”. – critico la pelirosada – Es una pena, si lo hubiera atrapado podríamos determinar si tenía alguna conexión con CV01 y lograr avanzar en su captura.

   CV01, La famosa asesina que alteraba las estaciones de policía hace un año. El día que mi hermano y su compañera entraron a la Sección de Robos para buscarme por una posible conexión entre nuestros casos me fue imposible explicar que este joven ladrón no podría tener alguna simpatía con su asesina. En un principio yo también tenía mis sospechas pero aunque parecía más que una  coincidencia que ambos tengan similitudes en sus alias, jugaban en contra los tiempos, los objetivos, la subjetividad de estos dos personajes. “No hay que descartar posibilidades”. Con esa simple defensa por parte de Megurine fue ambos departamentos trabajaron juntos. Aunque ahora desisto de mi pensamiento.

– Despreocúpate Luka, como hemos impedido que roben la tiara tendremos una segunda oportunidad de atraparlo.

– Sin embargo me molesta haberlo tenido tan cerca y que ese sujeto interviniera. Para rematar no solo logro reducirme sino también mofarse de mi… Buena pelea señorita… no soy rencorosa, pero me gustaría tener una revancha con él.

– Haku, La persona a quien se enfrento Luka no era el mismo a quien perseguíamos, ¿Verdad?

– No, es la primera vez que me entero de este sujeto. A quien nosotros perseguíamos era otro ladrón… Sin embargo no logro explicarme como es que CV02 y Yoru trabajan juntos.

– ¿Por qué le extraña verlos juntos? – pregunto Megurine.

– Ambos son totalmente distintos. Yoru lleva trabajando desde hace ya años, es alguien tosco y arrogante que disfruta mofarse de nosotros. Prefiere aventurarse en sus asaltos enfrentando los obstáculos en vez de evadirlos. No es para nada sutil o elegante por lo que se presenta en sus robos de manera personal, a diferencia de CV02 que se acredita sus robos con sus características tarjetas; como no podemos identificarlo, llanamente lo reconocemos con el nombre de “Yoru” dado que solamente trabaja de noche. Pero no lo identificamos con ese alias en los archivos ya que sería afirmarlo sin fundamentos, como dije ese no es el caso con CV02 y sus tarjetas.

– Es por ello que me extrañaba ese nombre, cuando investigábamos en los informes solo describen que es un ladrón recurrente.

– Asi es. Es por todas estas razones que me costaba creer que CV02 o Yoru aparecieran aquí. Como son dos sujetos con valores y ambiciones distintas se me es extraña la idea que ambos armen una sociedad ya que en lo único que coinciden es que realizan sus robos con éxito.

– Eso y las Joyas de Sweet Ann. – acoto Dell.

   Las joyas de Sweet Ann...

   Cuando Megurine comenzó a investigar a CV02 no paso por alto la sospecha de su posible coparticipación en el robo a un banco hace más de un mes, el cual fue acreditado a Yoru aun en contra de que no suele ser parte de los objetos que roba. A través del interrogatorio que se hizo a la propietaria de la única caja de seguridad forzada logramos saber que el objeto hurtado era un antiguo anillo invaluable, si bien era el tipo de objetos que solía buscar CV02 al no encontrar su tarjeta descartamos totalmente su aparición. Pero esto no basto para convencer a Megurine.

   Continúo investigando hasta hallar un robo días posteriores donde se creía en un principio la participación de Yoru, pero como el procedimiento y el objetivo robado durante el delito no coincidían con su Modus Operandi  no se le atribuyo el caso a su haber. Si bien el método de acción era propio de CV02; el no haber encontrado su tarjeta, que el ladrón logro ser divisado vagamente y el uso de un arma, tampoco valieron para acusare de ser autor en ese robo, quedando el caso abierto.

   Sin embargo en ambos robo se hallo una coincidencia, los materiales robados pertenecían a una colección conocida como “Las Joyas de Sweet Ann”. Guiándose a través de ese dato aportado, Dell logro averiguar a través de aduana que una joya similar a las pertenecientes a la colección por su descripción, pero no reconocida como tal, iba a entrar al país como parte de unos artículos prestados para una exhibición. Creyendo que sería un objetivo que buscaría CV02, y en segundo plano el recurrente ladrón Yoru, se armo este operativo con bases en corazonadas del cual no tenía fe… hasta que vi los productos logrados.

– Sin embargo no hemos logrado obtener un resultado que convenza a Mizki – dije Megurine volviendo al objetivo del tema.

– Nos espera un reproche por parte de la capitana. – acoto fingiendo miedo Dell.

– Gracias a CV02 y Yoru ya estoy acostumbrada a sus regaños. Aunque debo señalar que me sorprendió que autorizara todo esto sin una base fuerte.

– Es verdad – dijo Dell – Reconozco que normalmente suele decidir y ordenar como todo capitán regular, aun para ser una niña, es extraño que nos permitiera montar este operativo con el riesgo que se filtre información con los guardias el personal del museo.

– Tal vez la desesperación y la tensión de atrapar a CV01 con todo las discreción posible tuvo que ver en su consideración de aprobar este plan. – explico Megurine.

   En medio de la plática la puerta del despacho se abrió mostrando a mis compañeras.

– Defoko, Momo. ¿Que fue de la persecución del tercer sospechoso?

   Ambas chicas se observaron temerosas a dar la repuesta.

– Este sujete era impresionante Haku. – procedió Momo en su explicación con exaltación en sus palabras – Teníamos la barricada de oficiales al final de la escalera de entrada listos para atraparlo cuando de una patada derribo la puerta y la usaba como tabla para descender por los escalones mientras se agachaba con los guardias tras de él. Como los guardias están tan cerca no podíamos disparar sin que pudiéramos dañarlos a ellos. Antes de que llegara al final de la escalera, ese hombre salto volando sobre nosotros hasta sobrepasarnos a tal punto que no pudimos reaccionar por lo anonadados que estábamos. Aterrizo y salto de patrulla en patrulla hasta llegar a una en que escapar.

– ¿Pero lograron atraparlo?

– Lo sentimos Haku, – concluyo la a explicar Defoko con serenidad y decepecion – pero el sujeto es un buen conductor y logro perdernos. Recuperamos la patrulla abandonada en medio de una plaza pero sin el sospechoso.

– Genial. – solté mientras me tiraba sobre el respaldo y miraba el techo – Otro nombre que agregar a la lista junto con CV02 y Yoru. ¿Podría ser peor?

   De repente un teléfono celular sonó en la habitación.

– Es el mío – dijo Megurine mientras sacaba el aparato de su bolsillo – Es la capitán. – contesto – Aquí Megurine… No, no obtuvimos resultados favorables… Logramos confirmar que CV02 vendría pero no pudimos capturarlo… ¡¿Qué?!...– de repente Megurine abrió los ojos sorprendida – Entiendo, iremos para allá. – concluyo tras colgar.

– ¿Que sucedió? – pregunto Dell

– CV01 ataco otra vez.

Notas finales:

Una vez mas quiero pedir perdon por mi retraso y agraceder su pasiencia por esperarme.

Tambien pido perdon por los errores que pude haber dejado en bruto ya que queria publicarlo lo mas antes posible.

Por cualquier error o duda dejenme un review.

 

Que tengan una linda noche por que aqui son las... 2:33 am ñ.ñ

Nos vemos n.n/


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