Hace días que Taemin no se aparece por el colegio, no asiste a su club de baile y no entregó a tiempo el manuscrito para el próximo concurso de poesía de la escuela, al que cabe decir siempre participa.
El día en que todo sucedió fui a su casa, toqué el timbre y golpeé por mucho rato, sin respuesta. Sabía que la madre de Taemin estaba de viaje, pero su hermana ya debía estar allí, aún así nadie abrió.
Lo espero cada mañana antes de ir a la escuela, llamo a la puerta y su hermana me dice que Taemin se fue adelantado, no importa cuán temprano me levante, la respuesta es siempre la misma. Voy a su salón en tanto llego cada mañana y nunca está allí, mantengo la esperanza, lo busco en cada receso y el terminar el día, pero simplemente no asiste a clases,
Su profesora de baile me interroga cada día, notó que Taemin y yo somos cercanos, por lo que me pregunta el porqué no asiste a clases, siempre le digo que no lo he visto y que quizás está enfermo. La veo preocupada, una presentación importante se acerca y Taemin es la estrella del grupo, sin él es probable que el trabajo y la práctica de meses se arruine. Sus compañeros de curso y sus compañeros del club también me preguntan por él, a pesar de que no es sociable su ausencia es demasiado notoria, todos los chicos que lo admiran comentan preocupados por los pasillos sobre su repentina desaparición.
Por 8va vez me dirigí a su casa, esta vez con la excusa de llevarle los apuntes que sus compañeros me entregaron.
Golpeé y esperé algunos minutos, cuando ya estaba por darme por vencido abrió su hermana.
-Hola Minho, ¿buscas a Minnie cierto?-
-Sí, le traje algunos apuntes que le enviaron sus compañeros, ¿Está?-
-Sí, si esta, pero no quiere ver a nadie, hace días que está así- Me dijo desviando su mirada- Tengo que hablar contigo, pasa- Entré, y ella me invitó a sentarme en uno de los sofás de la sala, me mantuve en silencio, esperando lo que fuera que quería decir- Taemin me ha hecho mentirte.-
-¿Mentir?, ¿sobre qué?
-Desde hace días que no sale de su habitación, así que no ha asistido a clases, era mentira eso de que se iba temprano, no quiere ir a clases, incluso el otro día le rogó a mi madre que lo cambiara de escuela, dice que ya no quiere regresar- ¿No regresar? ¿Es por mi culpa?
-No entiendo, ¿por que?- Mi mirada estaba atenta a la hermana de Taemin.
-Está así desde el lunes pasado. Llegó con los ojos llorosos y con la mirada triste, nunca lo había visto así... Oh! por cierto, ¿Estas bien? ¿no te pasó nada en el accidente verdad?-
-No, estoy bien, gracias..., ¿Taemin te lo contó?-
-Sí, ese mismo día lo interrogué, estaba preocupada.- Hizo una pausa y luego de unos segundos suspiró de manera exagerada- ¿Debes estar muy confundido cierto? Sé que te preocupa que Tae actúe así, porque lo quieres mucho, incluso más que como un simple amigo- La miré sorprendido- ¿no es verdad? Se nota en como miras a Minnie-
-¿Tan obvio soy?- No pude evitar sonreír.
-Solo un poco-Me sonrió devuelta- no te preocupes, no creo que él lo notase, es muy despistado-
-Cierto- vuelvo a esbozar una media sonrisa en gratitud a su pequeña complicidad.
-Volviendo a lo principal- Dijo acomodándose en el sillón y juntando las manos sobre sus rodillas para mirarme seriamente- Ya no aguanto ver a Tae así.
-Yo no aguanto no verlo…-Interrumpí- aún no entiendo porqué me evita-
-Hay una explicación, creo…, no se me ocurre otra cosa para que reaccionara de esta manera. De todos modos- Movió bruscamente sus manos frente a su cuerpo, de un lado a otro al igual que su cabeza, como queriendo despejar sus ideas con esta acción- Minho, necesito tu ayuda.-
-¿Mi ayuda?-Asintió con su cabeza- ¿En qué puedo ayudar si ni siquiera quiere hablar conmigo?-
-Déjame explicarte todo, es una historia un poco larga así que ten paciencia, ¿si?-
-Sí-
-Tú sabes que Tae no es muy sociable, generalmente está solo y evita a las personas, por más amigables que sean. La verdad no sé cómo es que no había huido de ti antes, me sorprendí mucho cuando los vi juntos la primera vez, y me sorprendí aun más al ver a Tae tan feliz- Sonrió de manera melancólica- No lo veía así desde que era pequeño…-Y comenzó a relatarme la historia, de cómo Taemin comenzó a cerrarse tanto hacia las personas.
“Mi madre tiene una amiga, la cual tenía un hijo que nació un mes antes que Taemin, se llamaba Jongin. Los dos fueron muy cercanos desde su nacimiento, pasaban todos los días juntos, y eran inseparables, como hermanos. En esa época Tae era muy alegre y sonreía todo el tiempo, también era travieso y nunca se quedaba quieto, teníamos que cuidarlo con mucho ahínco, siempre hacía cosas nuevas, inventos locos y era temerario, trepaba todo lo que estaba a su alcance, comía todo lo que encontraba, incluyendo bichos y tierra, se tomaba el agua de los floreros y bailaba hasta con la música de los comerciales de la televisión. Era un niño feliz, que amaba jugar y descubrir cosas nuevas, aunque siempre acompañado de su mejor amigo Jongin, parecían siameses. Un día cuando tenían 4 años estaban jugando en el edificio donde vivía Jongin, junto a otros chicos que vivían allí. Mi madre se encontraba dentro del apartamento en el 5to piso, platicando con su amiga, yo veía televisión en una de las habitaciones, mientras que los niños estaban afuera.
Reconstruimos la historia por lo que los chicos nos relataron.
Estaban jugando en el pasillo del edificio, junto a las barandas que los protegían de caer al vacío. Luego de aburrirse de jugar con sus autos a control remoto decidieron hacer una competencia para ver quien corría más rápido. JongIn iba a ser el juez que determinara quien llegaba primero a la meta y para no interferir en la pista de carreras se sentó en el borde del barandal, como solía hacer siempre.
La competencia comenzó sin problemas y pronto llegó el turno de Minnie. No sé bien que sucedió, quizás fue el viento que se creó cuando Tae pasó tan rápido, quizás lo rozó, o tal vez no tuvo nada que ver con él, pero cuando pasó corriendo frente a Jongin este perdió el equilibrio.
Se escucharon gritos de los vecinos, mi madre y su amiga salieron preocupadas, vieron a los niños mirar hacia abajo sin Jongin, y se abalanzaron contra el barandal, para ver una imagen que no le deseo a nadie.
Ese fue uno de los peores días de mi vida, yo intentaba consolar a Taemin, que aunque no comprendía mucho lo que sucedía no paraba de llorar, y mi madre consolaba a su amiga que parecía muerta en vida, el tan solo hablar de esto me da escalofríos, aún tengo la imagen de Jongin en el suelo, sin vida, sobre un charco de sangre…
Los médicos dijeron que murió instantáneamente al chocar con el suelo, sin dolor, pero eso no tranquilizaba ni un poco a su pobre madre, Jongin era hijo único, la pérdida la marcó mucho, ahora es muy raro verla sonreír.
En cuanto a Tae, no sé bien que pasó por su cabeza de niño. El día del accidente preguntaba por Jongin, y me interrogaba sobre detalles de lo que vio, como que era ese liquido que estaba a su alrededor, por qué no se levantaba, porqué no se movía…, intenté explicarle de la mejor manera, nuestra abuela había fallecido unos 3 meses atrás, por lo que deduzco el ya tenía comprensión sobre lo que implicaba la muerte. Esa noche lloró todo lo que su pequeño cuerpo le permitió. Al otro día parecía ausente y triste, no ha vuelto a ser el mismo desde entonces, se alejó de sus otros amigos y parece no recordar lo que le sucedió a Jongin, de todos modos no quisimos recordárselo, tampoco lo hemos llevado al lugar donde ocurrió todo.
Los psicólogos nos dicen que prefieren no arriesgarse haciendo que Taemin enfrente lo que sucedió hace tantos años por miedo a tener una mala reacción.
Yo no sabía qué hacer, lo apoyé todo lo que pude, pero nunca logré que socializara como antes, es un chico estupendo, y la gente a su alrededor lo siente y se acerca a él, pero Tae simplemente los aleja. Según las conclusiones de los psicólogos es porque una parte de su subconsciente asimiló el hecho de aquel entonces y se hace responsable de él, por lo que teme herir a toda persona que estima y, de ahí, nace su tendencia a no crear lazos con nadie.
Pero entonces apareciste tú.
Y sus ojos parecieron volver a brillar.
No sabes la alegría que sentí todo este tiempo al ver ese atisbo de su yo anterior, de su yo que demostraba que era feliz, después de mucho tiempo lo vi sonreír sin razón alguna, todo él desprendía calidez, se veía contento, justo como antes de que todo sucediera.
Por eso necesito que me ayudes a encontrar una manera de que Minnie supere lo que pasó hace tantos años, aunque eso signifique que debamos hacer que recuerde, por más doloroso que sea, con nuestro apoyo será capaz de sobrellevarlo. Pero no soy capaz de verlo autodestruyéndose como ahora, quizás no consuma drogas ni se hiere, como tantas otras personas que se desahogan de esa manera, pero aislarse es también una manera de herirse, lo vieras, parece ausente no quiere hacer nada, apenas come y …, no aguanto verlo así y no ser capaz de hacer nada. No quiero que siga huyendo y que su vida sea solitaria y sin amor, es mi hermano y lo amo más que a nada, y si hay aunque sea una pequeña posibilidad de hacer que vuelva a ser feliz, me aferraré a ella con uñas y dientes.”
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Medité toda la noche sobre lo que me contó la hermana de Taemin, y al otro día todo parecía un poco más claro.
Ella me prometió que haría que Taemin fuera a clases el día siguiente, y me pidió que intentara hablar con él. Estaba bastante nervioso ¿Cómo reaccionaría? Aún así decidí esperarlo muy temprano fuera de su casa, para acompañarlo a clases. En mi mano apretaba con fuerza el colgante con forma de rana perteneciente a Taemin.
La puerta se abrió a la misma hora de siempre, dejándome verlo después de tantos días.
Su rostro se veía triste, y en tanto notó mi presencia hizo el ademán de retroceder y volver a entrar en la casa, pero su hermana que estaba detrás de él, de un empujón terminó de hacerlo salir y cerró la puerta antes de que logara reaccionar.
-¡Llamaré a la escuela para saber si asististe!, ¡así que no pienses en faltar!-
Lo escuché bufar de cara a la puerta mientras golpeaba enojado esta última con su cabeza y apretaba sus puños, en señal de desagrado, sin voltearse abrió su bolso sacó unos audífonos para ponérselos rápidamente y conectarlos a un reproductor de música, una vez que terminó su tarea se giró y caminó a paso rápido frente a mi sin querer mirarme, con la cabeza gacha y desviando su mirada hacia el lado contrario al que yo me encontraba , la música resonaba tan fuerte que incluso yo que no llevaba los audífonos podía oírla perfectamente
Su cuerpo estaba tenso y se forzaba a realizar estas acciones.
Preferí no abordarlo tan bruscamente y solo caminé tras él hacia la parada del autobús.
Parecía haber perdido algo de peso desde la última vez que lo vi, sus mejillas estaban un poco más hundidas y tenía unas leves ojeras bajo sus ojos.
Aún así estaba tan hermoso como siempre.
Durante las semanas que pasamos cuidando juntos a los perritos me acostumbré tanto a su cercanía que ahora apenas aguantaba no lanzarme sobre él, abrazarlo para no soltarlo más y decirle todo lo que siento. Decirle que lo amo más que a nada en el mundo y que me duele demasiado verlo así, culpándose por errores del pasado que no fueron su culpa, pedirle que deje todo eso de lado y que me deje amarlo y consolarlo, decirle que se refugie en mí, que yo lo protegeré de todo y de todos.
Quisiera creer que mi amor lo hará olvidar, que lo hará ser feliz.
Ya que era muy temprano el autobús iba bastante desocupado. Taemin se dirigió a un asiento vacío y puso su bolso al lado para que nadie se sentara allí, o más bien, para que yo no me sentara allí. Lo observé unos segundos sin poder evitar sonreír y a la vez sentirme amargado por su actitud
Tomé su bolso y lo puse sobre mis piernas mientras tomaba asiento. Lo observé descaradamente y vi como se apartaba aún más hacia la ventana. Alejándose de mí.
Ya no aguantaba, me arrimé un poco más a él, me incliné hacia adelante intentando verlo de frente, me miró acongojado y volvió a desviar la mirada. Le arrebaté unos de los audífonos y lo puse en mi oreja. No me dijo nada, no me miro, no hizo ni un pequeño movimiento.
End Minho’s Pov
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Taemin’s Pov
-¿En serio tengo que ir?-
-Si Minnie, ya han llamado varias veces de la escuela y no puedes faltar más-
-¿Para qué?, si de todos modos me cambiarán a otra escuela, ¿de qué sirve?-
-Pero eso será dentro de un mes, ¡deja de rehuir tus responsabilidades y vete ya!-
¿Es que no entiende?, le conté todo -a excepción de algunos detalles- solo para lograr su empatía y que me dejara faltar a clases ¿Y de que me sirvió? De nada.
¿Cómo podré evitarlo si lo tendré frente a mí?
Cada una de sus llamadas a mi teléfono era como una estaca en el corazón, no aguanté mucho, terminé apagándolo para luego desarmarlo y arrojar la batería a la oscuridad de un cajón.
Le dije que se alejara de mí, ¿Por qué no entiende?
Es bastante doloroso distanciarme de él, y lo es aún más si él insiste en buscarme.
No entiendo su obsesión por hablarme ahora. Todo lo que tiene que hacer es cuidar de los cachorros por sí solo, eso no cambia mucho su vida, no es gran problema, además cuenta con la ayuda de su primo. Realmente no me necesita y no es como si me vaya a extrañar o algo por el estilo. No somos nada, nunca lo fuimos, y aunque me duela debo aceptarlo. Siquiera podía decir que éramos amigos, sino hubiera sido por aquellos perritos abandonados, nunca nos hubiéramos hablado. Luego ya estará con su vida de regreso cuando pueda dar en adopción a los cachorros y volverá a ver a sus amigos de siempre, hará nuevos y hasta puede que conozca a una linda chica. Ese último pensamiento me taladra la mente... y el corazón. Pronto me olvidará y continuará con su vida como si nada hubiera pasado.
No como yo.
Yo jamás olvidare cada pequeño detalle y momento que pasé junto a él, desde verlo esperándome fuera de mi casa o mi salón, divisarlo entre el público en mis presentaciones de baile (lo que me ponía exageradamente nervioso), escuchar su caminar a mi lado, las hermosas sonrisas que me brindaba y el sonido de su risa, el brillo de sus ojos al notar que el crecimiento de los cachorros, los roces accidentales con sus manos, los viajes en autobús, y el beso, ese glorioso beso que me llevo al cielo y me hizo caer directamente al infierno. Al menos logré hacer eso, logré compartir ese roce con sus hermosos labios. Es un recuerdo que endulzara mis días y que me atormentará cuando sea un anciano y muera solo.
Pienso que debe estar confundido, o tengo la esperanza de que sea de esa manera, yo lo estaría si alguien me dice algo así y se aleja sin razón aparente, pero si me quedaba un poco más, si le explicaba algo por pequeño que fuera, no habría sido capaz de alejarme de él.
A pesar de que pienso que esto es lo mejor, que alejarme de él era necesario, no evita que sufra como los mil demonios.
La comida me parece insípida, el aire innecesario y ducharme es una tarea heroica al igual que levantarme de la cama, los mil libros que quería leer ya no me llaman la atención, la televisión es una basura llena de películas románticas que no me ayudan a superar lo que pudo haber sido.
Tengo la esperanza de que todo tarde o temprano mejorará, estos sentimientos que no me hacen ningún bien se irán, o se esconderán en algún lugar recóndito de mi mente, donde jamás deba volver a tocarlos y tal vez de esa manera podré retomar una vida relativamente normal, podré seguir y enfrentar los obstáculos que se interpongan en mi camino.
Luego de mucho pensar, sé que mi destino es estar solo, ser una persona antipática, un tipo solitario y cascarrabias. Pero tras todo lo que viví con Minho, tras acostumbrarme a… ¿ser feliz? Un futuro como ese me parece una maldición, y me aterra que en verdad llegue a suceder.
Pero, ¿Qué puedo hacer?
No soy capaz de arriesgar la felicidad y bienestar de Minho por mis deseos egoístas y mis miedos.
Simplemente no puedo.