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Treat your Feelings por aoi89kumi

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Notas del capitulo:

 

Hola, estoy por aca una vez más... En primer lugar y antes que nada sé que abandoné el fic... asi que mil millones de perdones... jamás pensé que daría un giro tan drástico en mi vida, pero me mudé, viajé, ahora estudio y mil cosas más que están por demás, pero gracias por las leídas y los reviews... pensaba en ello todo el tiempo pero nunca podía concretarlo. Ahora tal vez las chicas que me leían envejecieron y hasta tienen hijos(?... pero esto es por ellas igual... gracias :')

 

Aprovechando que la noche es joven y tengo un montón de ideas en la cabeza subiré el cap un poquillo más largo y muy pronto subiré el siguiente... e-e de veras chicos y chicas... es mi anhelo terminar este fanfic, porque tanto yo como uds quiero saber que pasa(?

 

Sin más... a leer.

 

Edward

 

La típica campanilla del bar suena y hace que todas las miradas volteen a verme. Las mismas caras de siempre, esos amigos que siempre encontraré en esta pocilga de bar...

 

Perdí mi vista en el piso de cerámica mientras entraba a buscar algo que desestrese mi cabeza de tanta mierda. No levanté la mirada, sabía que ellos me notarían, así estuviesen hartos de licor.

 

- ¡Pero miren quién ha llegado! - Izumi se sentaba con su esposo en uno de los rechinantes sillones de cuero del bar. - ¿No es el enano que encerró a esa tipa?

 

Forzé una sonrisa. El hecho de que me llamara ''enano'' no era exactamente la razón. 

 

- Edward, ¡qué bueno verte de nuevo! - Ling dejó una botella de ron en la barra y se levantó para saludarme.

- Si, ha pasado un tiempo...

- ¿Y esa cara? Parece que hubieras salido de rehabilitación. 

- Eh, algo parecido. 

- ¿Del hospital, verdad?... Por dios, Edward; no tienes remedio. ¿Cómo te las arreglas para terminar ahí siempre? - el rasgado no pareció darle mucha importancia y me dedicó una sonrisa que, de haber estado solo, le habría dado un abrazo.

- Ling. - corté el ambiente - Necesito un lugar donde quedarme.

- Eh, tranquilo que no hace falta pedírmelo, sabía que lo dirías.- sacó un manojo de llaves de su bolsillo trasero y me lo entregó.

- Gracias Ling. - guardé el llaverío y suspiré internamente.

- De eso no te preocupes, sabes que para eso estamos.

 

***

 

- ¿Edward? - tocó la puerta por tercera vez - ¿Estás despierto?

 

No escuchó respuesta. Sabía que era algo tarde, se había quedado hasta esas horas revisando el papeleo que conllevaba la llegada de la nueva rea y todo su historial. Pero también sabia que Elric ya no era un niño y debería ir a verlo por si acaso pasara algo.

 

Giró lentamente la perilla e ingresó al cuarto. Las persianas estaban entreabiertas y la luz de la luna sobre las sábanas iluminaba lo suficiente para ver que la cama estaba vacía.

 

Encendió las luces para corroborar lo que ya sabía. Se había ido y lo único que dejó fue una nota. 

 

"No me busquen, estaré bien."

 

- Serás... - el moreno exhaló profundamente.

 

Arrugó el papel y se lo metió al bolsillo. No había forma de mantener quieto a este chico. Decidió que no sería bueno llamar a su pobre abuela, ni a su hermano, debía encontrarlo antes de que se vuelva un problema más grande.

 

Como si nada hubiese pasado, salió del hospital agradeciendo a la joven enfermera que le dió el permiso para entrar, con rumbo a su apartamento.

 

***

 

- Es un honor para mí anunciarles... ¡que Ed ha capturado a la zorra mafiosa! - Ling alzó el vaso mientras me rodeaba con un brazo y ante esta señal, los demás lo imitaron, salvo yo... que me limitaba a sujetarlo - ¡Salud por nuestra victoria!

 

Las copas se vaciaron y el lugar empezó a ponerse bullicioso en unos minutos. Ling y yo nos acomodamos por ahí, un poco apartados y perdidos entre la gente.

 

- Ed, sírvete por favor, que la casa invita - me alcanzó un vaso lleno de un líquido transparente y cubos de hielo como si estuviese apresurado para embriagarme.

- Oye, Ling... la verdad no necesito esta celebración... ni toda esta generosidad...

- ¿De qué hablas? Te lo mereces. - también toma un vaso con alguno de sus mejores whiskies guardados para ocasiones especiales - Además, estás muy estresado, te han pasado demasiadas cosas en muy poco, tienes que relajarte un poco.

 

En mi mente sabía que todo era una ilusión, que no querrían aceptar la verdad de que yo no soy el héroe de esta historia... pero yo no soy de metal. Tengo momentos que quisiera borrar y momentos en los que soy débil. Y personas que no deberían haber entrado en mi vida.

 

- No te deprimas, Elric. - Ling me sacó de mis pensamientos, y descubrí que me había quedado mirando la superficie de la copa por unos minutos - Sabes que eres fuerte, más de lo que piensas.

- Tienes toda la razón, Yao. - Le dediqué una sonrisa y chocamos los vasos en una señal de amistad.

 

1:47 am

 

¿Cuánto más lo haría buscarlo? En su casa no dejó ninguna de sus pertenencias y el último lugar que quedaba era ese bar. Ahora mismo caminaba raudamente hasta ahí. ¿A que estaba jugando? ¿Al gato y al ratón?

 

Las luces estaban encendidas y los cristales dejaban ver las siluetas de los presentes. Abrió la puerta y el olor a alcohol y tabaco se impregnó en su ropa en unos instantes.

 

Se abrió paso mientras oía susurros y risas de ebrios. Ya no notaban su presencia. Buscó con la mirada entre todas las mesas hasta detenerse en la melena rubia que destacaba entre las demás.

 

Se aproximó a él notando que hablaba con un tipo que ya había vista antes. Poco importaba, su objetivo era sacarlo de ahí de una vez por todas.

 

- Edward, ¿qué haces aquí?

 

El rubio reconoció esa voz enseguida, levantó la vista y lo halló de pie frente a él.

 

- No... ¿qué haces TU aquí? ¡No quiero verte!

 

Intentó empujarlo pero sólo logró que Roy lo tomara de las muñecas.

 

- Edward, vámonos de aquí.

- ¡Hey, quítale las manos de encima!

 

Ling salió de detrás de la barra al escuchar los quejidos de Ed, y salió a defenderlo.

 

- ¡Suéltalo ya, hijo de puta! - Ling intentó abalanzarse sobre Roy.

- No tengo tiempo para esto.

 

Mustang no quiso escuchar más y, haciendo un movimiento brusco con los brazos, apuntó el arma que traía desde su trabajo contra el rasgado.

 

- Si no te importa, me lo llevaré.

- Oye, ¡ya basta! Que no es necesario hacer esas estupideces... - el rubio replicó casi rogando desde su asiento, obligando a Roy a bajar el arma.

- Edward, tú solo dime que requieres ayuda y no dudaré en...

- ¿Para qué has venido? No recuerdo habértelo pedido. - fijó su atención en Roy y terminó ignorando a Ling.

 

Evitaba cruzarse con sus ojos a toda costa, y ni asi estuviese girando su mundo alrededor quería soportar el peso de su mirada encima.

 

- Y yo no recuerdo que me hayas pedido permiso para irte del apartamento sin más. - sonaba como si ya supiese tratar con actitudes tan repelentes que acababa por dominar a Ed - ¿Sabes que tu familia se preocuparía si sabe que desapareciste asi?

- ¡Y a ti que coño te importa! - subían el tono de voz inconscientemente.

- ¿No te has dado cuenta que me importas desde hace ya mucho?... No voy a seguir discutiendo.

 

El moreno no le dió mas tiempo para pensar, lo tomó de la cintura y, enredando el brazo de Edward en su cuello, lo levantó y comenzó a caminar a la salida.

 

- Hey, ¡s-suéltame! - el rubio se retorcía sin éxito y solo lograba hundirse más en su agarre.

 

Poco podía hacer, después de todo sus sentidos estaban adormecidos y sus fuerzas eran cercanas a cero.

 

Salieron hasta la acera y Ed sintió el viento correr por sus mejillas. Intentó removerse una vez más de los brazos de Mustang.

 

- Te... dije... que me soltaras... - hablaba ralentizadamente - ¡No... nece-sito tu ayuda!

- Claro que la necesitas, deja de quejarte.

- ¿Que no te das... cuenta?

- ...¿Huh?

- Tú... eres el culpable... Desde que te conocí... no dejas de meterte en mi vida... - el chico de cabellos dorados ya murmuraba para sí mismo - y en mi mente...

- ¿Qué dijiste?

 

Roy dejó de caminar. La calle estaba vacía, silenciosa y un farol los iluminaba. 

 

Volteó a verlo y Edward bajó la mirada.

 

- Lo que oiste... idiota. - sus ojos dorados se humedecieron - No dejas de confundirme... No puedo soportarlo más...

- Edward... ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?

 

Roy soltó su cuerpo muy despacio y lo apoyó en la pared mientras no dejaba de mirarlo a los ojos.

 

Una lágrima rodó por su mejilla. No apartaba la vista del suelo, y sus cabellos cubrían su frente al mismo tiempo que trataba de ocultar su sonrojo. Sus verdaderos sentimientos no saldrían a flote tan fácilmente si estuviera totalmente consciente de sus actos.

 

- Edward... mírame. Dime que lo que has dicho es verdad. - tomó su mentón y lo elevó hasta chocar con sus ojos.

- ¿Porqué... te mentiría...?! - se sujetaba de sus brazos mientras intentaba por todos los medios fijar su vista en el oscuro cielo y no en la mirada de Roy.

- Edward, te amo... te amo y no quiero verte sufrir...

- ¿Qué dij-?

 

Roy selló los labios de Edward con los suyos sin decir más. Los tibios labios de Ed se rozaron una y otra vez con los de Mustang, encajando perfectamente en un vaivén muy lento. Edward cerró los ojos involutariamente, intercambiando oxígeno entre beso y beso, mientras las manos de Roy se enredaban en su cabello y enterraba su lengua en la boca de Ed, el cual se hundió en un remolino de sensaciones que lo arrancó por completo de la realidad.

 

Notas finales:

 

Okay... cuánta intensidad... ewe ya me hacía falta este tipo de drogas(? No, ya en serio... me hacía falta imaginar más a esta parejita <3 es en definitiva amor del bueno uwur 

 

Bueno chicos y chicas, ahora si me retiro que son las 2 am :'v asi duerma 3 hrs lo hice por uds :') gracias una vez mas y ya nos veremos en unos dias... necesito urgentemente saber que pasará... <3 Bye y muchas gracias por leer.


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