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Raro por Asterocampa Leilia

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Notas del fanfic:

Creo es un mal resumen sin embargo espero el fic se defienda por si mismo

Ya tenia rato esto rondándome la cabeza y como aca en México fue festivo pues aproveche para plasmarlo. Da para un fic pero prefiero se quede como one shot.

 

 

 

Notas del capitulo:

Espero les guste:

 

Como de costumbre me sumia en la niebla de mi patética existencia dentro de la escuela cuando un evento extraño llamo mi atención.

Erick, el chico inalcanzable, dígase el mas puto engreído de toda la ciudad, parecía huir de algo, más bien alguien. En un momento de desesperación le vi aventarse a los rosales, si, si, los rosales, esos arbustos de flores bonitas y olorosas que son ESPINOSOS.

Seria mentira si dijese “No me sorprende, lo veo a diario”, pero no. Y menos al saber de quien huía, Natalia, la segunda chica más guapa de la prepa, con cara de ángel y cuerpo de muerte. Si será cabron, pensé.

Estaba posiblemente a diez metros de ellos, por el corredor la chica y a escasos centímetros el pedante dentro de la jardinera, si se acercaban un poco, solo un poco mas ella le encontraría.

-Hey ¿buscas a alguien?- medio grite

-De hecho…-al verme su mirada se torno agria- a nadie- y se fue. Ese era mi efecto de un tiempo a la fecha.

Me acerque hasta quedar al borde de la jardinera, ver al chico mas codiciado de la escuela hecho ovillo lleno de pequeños rasguños sangrantes seguro marco mi vida… me rei.

-Ya se fue, eres libre- le dije tratando de no reirme groseramente en su cara, fracasando

Sus ojos chocolate se clavaron en mi, entre temerosos, preguntando en silencio si era verdad.

-Te lo juro, solo estamos tu y yo.

Su mirada cambio en un parpadeo, de gatito mojado y acorralado a hijo de puta en .5 segundos, un record. Se levanto con la dignidad de algún príncipe y me miro como si fuese algo asqueroso, ya estaba acostumbrado a esa mirada.

-Me debes un favor- me aclare, no hago cosas gratis

-No te debo nada- me dijo sin verme

-Bueno todavía puedo ver a Natalia buscándote un grito y ella…

-¿Qué quieres?- acoto tajante

¿Que quería? Interesante pregunta, no lo se.

-Yo te aviso cuando tenga algo en mente- acabe por ceder

Otra vez me miro, pero esta vez me sentí casi desnudo, el tipo me miro…no, me observo detenidamente casi poro a poro, cuando sentí que la situación era insostenible asintió

 -Erick Ignis- me tendió la mano con recelo

-Ya lo se- no le devolví el saludo, el respiro aliviado ¡vaya tipo!

-No se tu nombre- agh eso también lo sabia ¿Cómo un chico como el sabría mi nombre? Estoy seguro que ni siquiera conoce el nombre de la puta que lo pario

-Dionisio Franco, todos me llaman Franco tu también lo harás-dije a la defensiva

-¿Dionisio? ¿Cómo el dios del vino?- me miro sorprendido

-Ese mismo, ya sabes una madre loca y un padre con nula voz y el resultado es un nombre tan cutre- veía al cielo, me apena mi nombre.

-Es verdad, no encajas con el- me dijo solemne

Y se marcho.

Al dia siguiente lo busque en el receso del tercer periodo, no es que fuera un acosador, pero toda la maldita escuela sabia que el niño bonito comia a esas horas en la mesa mas alejada sobre la terraza de la cafetería. En un principio nadie usaba esa mesa porque el sol le pegaba directamente, pero de forma mas extraña que curiosa un dia una de esas plantas trepadoras empezó a cubrir lo suficiente para dar sombra y una vista de cuento de hadas.

Pero era su mesa en ese periodo, nadie se atrevía a perturbarle… muchos creían que la enredadera broto no por causas naturales sino que el universo no podía permitir que el niño de oro se requemara por lo que le brindo sombra.

Como sea no es el punto. El punto es sabia donde encontrarlo, compre cualquier cosa medianamente comestible y con mi charola me sente frente a el en la anteriormente descrita mesa.

-¿Qué es lo que quieres?- tan amable el.

-Aun no lo se- y abri mi coca cola para darle un gran sorbo

Se que todos esperaban me echara a patadas o con un distinguido movimiento. Estoy seguro que si el hubiera gritado “Guardias!!!” la mitad de la escuela le respondería “Mande emperador”, sin embargo el no dijo nada y observo a nuestro alrededor.

Las mesas mas cercanas eran obviamente ocupadas por el club de fans Ignis, pero estas al verme simplemente tomaron sus cosas dejando su almuerzo a medias marchándose, nadie mas las ocupo, estoy seguro que el noto eso.

Me sentí mal por primera vez en mucho tiempo, asi que cual rata me disponía a huir de las miradas furtivas que nos dirigían, no se atrevían a verme directo.

Me levantaba

-Por favor quédate- dijo lo suficientemente alto no solo para que yo lo oyera sino todos en la terraza.

Vaya. Era el primer invitado a compartir mesa con el príncipe de nuestra escuela; El glorioso instituto Independencia.

Un par de miradas de odio y nada mas, nadie volvió a mirarnos. Comimos en silencio. Cuando el termino, ya que no mastica sino traga como pato, no se levanto, otra cosa fuera de la rutina, hasta se le veía relajado.

-¿Por qué huías ayer?- me gano la curiosidad

-Natalia me acosa sexualmente- lo dijo con seriedad, vio mi cara de “¿es en serio?” y se puso a reir con ganas, nunca lo había visto reir, tenia un incisivo quebrado.- pero es verdad y no solo ella.

-¿eso es bueno, no?- pregunte

-No necesariamente- contesto mirándome a profundidad

-¿Cómo? O sea no te gustan “ellas”- pregunta sutil: ¿eres marica?

-No me gusta nadie- solto altanero- nunca lo ha hecho alguien, ellas me dan miedo…

-Y a estas grandecito, como para tener novia- dije testarudo

-No me llama la atención- ¿en verdad el tio mas codiciado estaba diciendo esto?- ¿puedes pasar por mi salón a eso de las 2:15?

-¿Qué?

-¿que si puedes…?- si lo escuche

-Si puedo, pero no quiero.

-¿por favor?- creo que tenia la boca abierta- tu las alejas… como  si tuvieras lepra o algo asi, una vez me siguieron hasta mi casa y se quedaron toda la tarde sentadas frente a ella y eso da miedo.

Acepte. Pero al parecer mi “si” inicial daba legalidad a un montón de atribuciones que Erick se tomaba; ven por mi después del entrenamiento, acompáñame a los laboratorios, almorcemos todos los días juntos, espérame a la salida y el colmo cuando me mando un mensaje “te necesito urgente” llegue a su salón y el muy hijo de puta me dijo:

-Necesitaba ir al baño

No sé si decir que me convertí en el mejor y único amigo del príncipe hecho de hielo o su esclavo, la segunda embona mejor, pero para el resto éramos los mejores amigos inseparables.

Eso tenia que parar.

No es que ser el achichincle del tipo mas bueno de la escuela fuera malo, bueno si, si lo era pero traía una que otra ventaja como por ejemplo cero filas, es decir no me tenia que formar para nada, los profesores me veían con ojos mas amables y uno que otro chico me usaba como vinculo entre el y la divina garza envuelta en huevo, es decir Erick.

Eso es otra rareza de ese chico, era intimidante hablar con el, bastante a decir verdad, incluso les temblaba la voz a los chiquillos de primero cuando debían pedirle algo, temores no tan infundados ya que Erick era temperamental.

Un día recibí la petición del equipo de voleibol para que hablara con Erick de los horarios pues los chicos querían hacer un intercambio con los horarios de los de Basquet del cual mi “amigo” era capitán… no mentiré, sentí nervios al presentarle la petición pero el accedió bajo una condición: que yo le esperara en la práctica.

Eso fue raro muy raro, pero no había nada normal en ese chico. Yo tenía cosas mejores que hacer, como ver televisión o dormir pero accedí porque me daba mucha curiosidad.

Como resultado los miembros del equipo de volei eran mas que amables conmigo e incluso me prestaban cualquier tipo de ayuda o favor… ellos fueron el principio, poco a poco las peticiones se acumulaban.

El colmo fue cuando el profesor de literatura me pidió que convenciera a Erick que participara en el concurso de poesía, el acepto bajo la típica petición de mi compañía y bueno yo obtuve un 9 en el parcial a pesar de lo poco que se me da la materia.

Llevaba poco mas de un mes con esa amistad tan agotadora, y me basto solo tres días para notar que le tenia fobia a la humanidad pero sobre todo a las mujeres, esa era la base de su amistad, mientras el las atraía como insectos a la luz yo las repelía como pesticida.

Para acabar con la situación solo debería hacer al chico mas tolerante y me propuse demostrarle que no todo era malo y las chicas eran agradables, con ayuda del equipo de básquet y de volei pude organizarle un par de citas.

Cita 1. El caso “jane”

Janette Perez alias Jane era la chica de mis sueños: simpática, simple y sobre todo buena hasta decir basta físicamente, convencerla de salir con Erick no costo ni terminar la oración según me dijeron. Formaba parte del club de danza asi que creí buena idea una cita en un bar que se prestaba para bailar. Utilice mi mejor chantaje para convencerlo de que fuera y lo deje a su suerte con la princesa de mis noches en vela.

Craso error.

No habían pasado quince minutos cuando me llamo, de mala gana conteste, tuve que ir a su rescate.

Lo había encontrado en el tercer cubículo del baño del local hiperventilando y casi al punto de las lagrimas.

-¿Estas bien? ¿Qué paso?

-¡Ella es un monstro! Trato de besarme y tocarme… impúdicamente fue horrible casi me viola en la mesa a vista de todos y ¡nadie hacia nada!

Suspire, yo quería un monstro como ese.

Misión fallida.

Cita 2. El caso “Tere”

Oh Teresa Fuentes era el tipo de chica con el que si tuviera oportunidad de salir, ni aunque me pagaran lo haría, mojigata de pies a cabeza, torpe pero inteligente de mirada calculadora y era bonita como lo seria una niña de doce años con sus trencitas rubio trigo y sus gafas de montura, lo poco que mostraba de cuerpo indicaba lo tardía que era.

Como sea, esta vez no cometi la estupidez de dejarles solos, la citamos en un café, me oculte y deje que las cosas fluyeran.

La chica estaba teñida con un sonrojo permanente mientras Erick la veía como se ve una cobra dispuesta a morder, durante una hora donde cruzaron tres o cuatro líneas.

Me había dado por vencido cuando la chica decidió tomar la iniciativa y tocar la mano de Erick, el tipo de 1.80m salto como gato con cara de susto y casi grito

-¡Oh mira ahí!-señalándome-¡mi mejor amigo!¡¿Por qué no compartimos la mesa con el?!

Obvio la chica balbuceo una disculpa y se marcho como alma que lleva el diablo

-¿Otro intento de violación?- le pregunte sarcástico

-Tu lo viste… me toco… sin razón- quería golpearle

-Esto es un desastre vámonos- le dije y el sonrio

Camino a su casa le pregunte cual era su temor, a lo que el solo me dijo que desde que recordaba siempre había sido asi.

En la puerta hicimos otro canje, buscaríamos una chica de su agrado y yo destinaria mi tiempo libre en la escuela (los recesos entre periodos) a estar con el.

 

***

 

-No me cabe en la cabeza que te guste mi compañía ¿Tan genial soy?

-En lo mas mínimo, la gente huye de ti, bueno antes era parejo pero ahora chicos se te acercan, pero los mantienes a raya de mi, digamos que somos una simbiosis- ¿le parto la cara?

-¿simbiosis?-La verdad no se que es eso

-Si, es cuando dos organismos se asocian, como los parásitos- dijo el fresco

-¿Me estas llamando parasito?- “repítelo te reto” pensé poniéndole mala cara

-No, no. En todo caso yo sería el parasito, pero no somos una simbiosis negativa, nosotros somos mutualistas, ya sabes como un liquen que es un hongo y una alga juntos, ambos obtienen algo, tu los alejas y yo… yo ¿Qué quieres de mi?- me dijo con duda en su rostro rayando la inocencia.

Yo obtenía cosas indirectas de nuestra “amistad” pero el me quería ofrecer algo y ese sentimiento de que me lo debía creció en mi pecho dándome satisfacción.

-No lo se, ya luego vemos.

Y como acordamos, repasamos cada hembra del instituto pero ninguna parecía ser digna de su majestad.

-Todas se ven tan amenazantes y lo peor hacen lo que quieren te guste o no- me decía entre lamentos lastimeros

-Ya va, quizá una chiquilla de secundaria-propuse

-No, por favor, fue mucho peor en la secundaria, me tenia que esconder en el armario de escobas hasta que terminara el recreo

-¿es broma?-me empece a carcajear

-NO.- eso ya no era divertido

-¿y si una chica te obedeciera en todo ciegamente?

-Tal vez- contesto mas queriendo decir: ni asi

-No te gustan las mujeres, ni los hombres ¿Qué te gustan los marcianos?-trate de quitarle hierro a la platica

-Me gustan los animales- dijo el con una sonrisa

-¿Zoofilico?- pregunte con cara de asco fingida

-NO, no, eso no. No me llama la atención el sexo… le das mucha importancia a eso- me dijo rojo

-Ya, y me vas a decir que no te la has montado con algún perro o asi ya que son las cosas que te gustan-dije jocoso

-Que no- me miro feo- y no se, los perros me dan miedo y los gatos son extraños-“el burro hablando de orejas”

-Siempre he querido un conejo, le pondría Chappy- ok, procesando. Un tipo mas alto y fornido que yo me esta contando que quiere ponerle un maricon nombre a una mascota de maricones mientras le brillan los ojos.

-¿seguro no eres gay?-pregunte

-Estas muy necio hoy- a pesar de las palabras me lo decía con una sonrisa

-vaya siendo que eres un anormal, mas de lo que creía y te ponen los conejos, los cuales crias en el patio de tu casa secretamente para satisfacerte- me hacia una novela en la cabeza.

El se puso rojo, muy rojo ¿y si le atine?

-No me dejan tener mascotas-se puso gravemente rojo

-A los pedófilos no les dejan tener niños y ya ves- creo que me pase porque se levanto dejándome solo en la banca

A cinco o seis metros de mi me grito

-Si tu me cuentas por que las mujeres huyen de ti, yo te hablo de… de … chappy.

No estaba listo para hablar de eso… y no podía creer que el no lo supiera, pero ¿Cómo lo iba a saber si no habla con nadie de la escuela?

Dimos el tema por muerto.

***

 

Mi idea de buscarle compañera aun seguía, pero todo plan fracasaba… el realmente era asexual.

-¿A caso te la jalas pensando en conejos?-le dije harto un dia

-No.- ni me volteo a ver

-¿Con que te calientas?-a esos niveles de confianza habíamos llegado

-¿Calentarme? No se, es decir solo amanece dura- me dijo como si fuera cualquier cosa

-¿Solo te tocas cuando amaneces asi?- les juro no era morbo, simple curiosidad

-No- algo normal en ese conjunto de rarezas- me doy una ducha de agua muy fría- olvídenlo me mato.

-¿Y el dolor de huevos?- me acune los mios como si asi los protegiera de sufrir en este cruel mundo

-A veces amanezco mojado- estaba rojísimo- o lo hago una vez cada dos semanas, en domingo.

Le mire perplejo. El era como decirlo… guapo como ninguno, sus facciones de modelo de Armani, su cuerpo trabajado, su piel clara y sus cabellos del color del café con leche… cualquiera se lo montaría con el, pero el prefería el dolor de huevos a tratar con una mujer o su propia mano.

-Cambiando de tema, quizá el lunes te las debas apañar solo-le dije casual

-¿Cómo?-el no se lo tomo casual

-Un amigo cumple la mayoría de edad, ya sabes, es especial y nos iremos a la playa a festejar

-¿Un amigo?- si, que me odiaran en la prepa no me hacia un antisocial

-Un amigo, ya sabes, alguien con quien te gusta pasar el tiempo y hacer cosas fuera de la escuela o no hacer nada y solo pasar tiempo juntos en su casa o el parque, quizá salir a beber y hablar de cosas y chicas- le dije a son de mofa

-Tu y yo hablamos de cosas y chicas- me dijo muy suave

-No de esta forma, ya sabes compartir secretos une a la gente-le guiñe un ojo

Durante el resto del viernes no me volvió a hablar y cuando le veía parecía estar pensando profundamente algo.

-Ven a mi casa- me dijo en la esquina donde solia dejarlo, me sorprendió

-Eh… no puedo debo hacer la maleta-le dije mas como pretexto que otra cosa

-¿El lunes?-me dijo con la voz llena de ilusión

-El martes cuando este de regreso- no podía negarme si ponía cara de perro con hambre

-Bien- y se acerco hasta darme un beso que creo debía ser en la mejilla pero su inexperiencia en tal acto social salió a relucir, el beso cayo a la mitad de mis labios.

-Lo siento, los amigos se despiden de beso, lo he visto y bueno…-comenzó a disculparse

-No importa, ya mejoraras, el tino es cuestión de práctica- y se fue con una sonrisa

De alguna forma le tendría que pasar el dato que los hombres por mas amigos que sean no se despiden de beso… menos en los labios. Los labios me cosquillaban un hombre me había besado, y no sentía repulsión, incluso me puse a pensar en el olor y sabor de durazno que había dejado a su paso dicho beso.

Todo el fin mis amigos me habían estado jodiendo con eso de “mi nueva novia”, mil veces les había hablado de lo raro que era Erick pero no hacían caso, ellos pensaban que gastaba demasiado tiempo y energía en alguien que no me quería tirar.

El dramático de Omar, mi mejor amigo, había dicho algo como “mejor que se la quieras meter a que me estes cambiando por un tipo que no se puede hacer llamar hombre”, tuve unas ganas horribles de defender a Erick pero era mi culpa que Omar se lo tomara a broma si le contaba cada chorrada que cometía el güerito.

Omar no se tomaba a bien mi relación con Erick, todo lo contrario, se mofaba de el sin conocerlo y gran parte era mi culpa. Omar se comportaba como todo un semental dejando semilla donde podía, era agradable a la vista pero nada comparado con Erick y eso no lo había comentado nunca con nadie, reconocer ante tus gilipollas amigos que un chico es guapo te hace gay de forma inmediata. Después de todo, algún dia los presentaría… tal vez.

El fin había sido mucho mas duro de lo planeado, los amigos universitarios de Omar habían hecho acto de presencia con un arsenal de sustancias ilícitas, un pequeño papelito me había hecho fundir el mar y el cielo en ondas de colores fluorescentes, una pastilla me había dado la cogida maratonal mas intensa con una rubia de tetas grandes y un trio de peyotes (Lophophoras williamsii) me habían reencontrado con los dioses de la arena.

Es por demás decir que el martes parecía que arrastraba el cadáver de un muerto fresco.

Al llegar a la escuela mi cruda se difumino con el saludo de Erick. Corrió hacia mi y se agacho hasta quedar a mi altura dándome un pico en los labios. De lleno, no parecía accidental.

Había uno que otro mortal en la entrada ya que era muy temprano, y al parecer no era el único zombie ya que nadie lo noto.

-¿Qué fue eso?-pregunte descolocado

-Un beso personalizado, investigue en internet, un articulo decía que los mejores amigos tenían formas personalizadas de saludo dando intimidad a la relación y creo que no hay nada mas intimo que compartir bacterias por medio de saliva.

-Esas son patrañas, los amigos no necesitan de eso para ser amigos, olvida los besos, no pegan con nosotros ¿ok?-le dije recordando aquellos tiempos donde no me quería ni dar la mano

-¿iras a mi casa? ¿cierto?-me dijo aprensivo

-Si, si. No es que no seamos amigos, pero los besos en los labios, los besos en general, son demasiado para mi- le dije

-Hice un esfuerzo ¿sabes? A mi tampoco me gusta eso de andar irrumpiendo el espacio personal de nadie ¿y es asi como me tratas?- me dijo rabioso- amigo

-En privado y fechas especiales- dije sin pensar

-¿Qué?-sus ojos me fulminaban

-Por ser mi…mi mejor amigo-y único en la escuela- podemos usar los besos en esos casos, mientras tratemos esto

Recordé el estúpido saludo de la primaria y procedi a extender mi mano como si la fueramos a chocar pero al hacer contacto busque sus dedos enrollándolos con los mios y apretándolos-eso se sintió demasiado intimo- y luego soltando el agarre para chocar suavemente nuestros puños.

Sus ojos brillaron y mordió su labio.

-¿mejor que los besos?-pregunte

-Mejor, mucho mejor-su sonrisa no desaparecía

Las clases pasaron lentas y aburridas. Un gusanito se revolvía cada vez que pensaba en los besos de Erick, no habían sido desagradables y el sabor a durazno parecía ser constante, ¿Qué me harían las chicas de mi clase si se enteraban que había besado a Ignis no una sino dos veces? Quizá esta vez si me lincharan.

La casa de Erick estaba muy cerca del instituto y me quedaba de paso para tomar el bus, pero esta vez ambos nos encaminamos hasta dicho lugar.

Una casa como de serie americana, bonita fachada, bonito jardín y seguramente un buen auto, pero no lo había.

Entramos, bonito interior, algo conservador pero calido.

-Vamos a mi cuarto no hay nadie…uhm espera ¿quieres algo de tomar o comer?-me dijo con una expresión de “mas te vale que digas que no”

-No- quería acabar con esto rápido

Llegamos a su puerta y Erick saco una llave.

-No me gusta que nadie entre-dijo como si me diera la hora

Su cuarto era de paredes azules con muebles de madera clara, una cama, un armario, un pequeñísimo tocador, un escritorio con una lap reposando en el y una televisión plana colgando de la pared. Mono y demasiado limpio.

-Un secreto por otro- y abrió la puerta del armario mostrándome una cuantiosa cantidad de muñecos de felpa todos con forma de conejo

¿Qué diablos?

-Tal vez si sea fetiche- me murmuro despacito

Lo juro ese chico no es normal.

No tenia palabras y el lo noto, se sonrojo pero no se echo para atrás. Me empezó amostrar sus conejos mientras me contaba como los había adquirido y lo mucho que deseaba uno real.

Al final me termine riendo de sus anécdotas… el pidiendo un enorme conejo para su novia…eso era de otro mundo.

Terminamos riendo en una cama llena de conejos de todos los tamaños, con un sospechoso olor a durazno.

Debia vaciar mi interior asi que le pregunte por el baño, al final del corredor me dijo.

Trate de salir pero choque con un chico. El hermano de Erick no cabia duda, se parecían si, pero el no era ni un cuarto de lo guapo que era Erick.

-¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?-me pregunto hostil… vaya par de hermanos

-Soy amigo de Erick-respondi

-Ajá y Peña Nieto es un excelente presidente- me miraba cada vez peor

A mi espalda Erick se escurrió cerrando la puerta protegiéndola, por demás obvio que su hermano no debía saber de la existencia de los conejos.

Sabia que el castaño se debatía entre abandonar la puerta e interponerse entre su hermano y yo, di un par de pasos atrás quedando a su lado y lo sentí destensarce un poco.

-Dejalo en paz Mike- dijo mientras jalaba suavecito mi camisa poniéndome detrás de el

-vaya siendo que en realidad si es tu amigo-su mirada me escaneaba, hasta que sonrio de forma alarmante – se lo contare a nuestros padres, lloraran de alegría… deberías quedarte a cenar.

Y se fue. Ahora si Erick se destenso a totalidad, fui al baño y al salir vi como el seguía montando guardia… chico extraño, familia extraña. Guardo los peluches y me miro interrogante.

Mi turno de la verdad.

Quisiera tener conejos escondidos en el closet

Comencé mi relato.

Erase una vez una chica muy mona, que se enamoro de un patan, el patan también la amaba y quería demostrárselo a través de la piel, pero ella era virgen y tenia miedo. El chico la respeto por un año pero un dia no pudo mas y la tomo a la fuerza. Ella lo odio. Y obviamente lo dejo. Un par de meses después ella volvió a el llorando con una prueba de embarazo, el aun la quería pero sintió miedo y se negó a responderle. Toda la escuela se entero y lo tomaron como lo que era; un idiota, pero la cosa no acabo ahí, la chica lo escondió de sus padres y mas tarde que temprano se enteraron y la obligaron a abortar. Ella nunca volvió a sonreir y poco tiempo después se mato dejando una conmovedora despedida en su face culpándome de todas sus desgracias junto a sus padres. Fui idiota e irresponsable. Eso es lo que hay.

Espere que me botara de su casa pero no paso. Solo silencio.

-¿Quieres un abrazo?-pregunto tímido

Le sonreí y negué, jugamos con la play hasta que llegaron sus padres, salude ante sus atónitas miradas y me retire.

No había hablado de esto con nadie. Omar vio todo desde dentro por lo que no tuve que decirlo, no con palabras y me sentía abatido pero relajado de que al primero que se lo contara no me juzgase como el resto de mis conocidos sino me ofreciera su calidez. Y recordé que ese chico era raro y posiblemente el único que me ofrecería sus brazos.

***

Cada dia que pasaba me alejaba mas del mundo y me sumergía mas en Erick. Después de sus practicas de básquet quedábamos para hacer algo fuera de clases. Las regionales se acercaban y lo pude notar en la forma que el entrenador exigía de ellos.

Una tarde de viernes habíamos quedado para hacer una inocente pijamada con una competencia del FIFA en su casa, pero al entrar en el gimnasio lo vi tirado exhausto en una colchoneta que utilizaban los del club de kung fu para entrenar. Me tire junto a el.

-Estoy molido-me dijo levantando mi lastima, todos se habían ido ya.

-cinco minutos y nos vamos-dije intransigente

Nos quedamos dormidos hasta que nos despertó el guardia nocturno. Bochornoso a niveles desproporcionados.

Con el uniforme deportivo puesto Erick se veía mas delgado, toque su abdomen cuando caminábamos hacia su casa, el se detuvo y se alzo la playera obviamente presumiendo, al parecer la vanidad la reducía a su lavadero.

Tomo mi mano y delineo uno a sus cuadros, quizá fue el cansancio o el amparo que me brindaba la noche, pero me agache y bese su ombligo metiendo mi lengua en el, la tensión de su cuerpo me hizo separarme.

-Lo siento-musite muriéndome de la vergüenza ¿le había violado el ombligo a un chico?

Si.

Era tiempo de salir de putas, me dije.

-No te preocupes… fue raro-y para que el señor de las rarezas lo dijera, es que realmente me había pasado de la raya-pero se siente bien, demasiado bien como para que lo vuelvas a hacer.

-¿Qué?-ay no ¿Por qué a mi?

-Solo no lo hagas de nuevo… no en la calle- me dijo mas rojo que nunca

Baje mi mirada, el estaba duro. No hice ninguna broma, se me había pasado la mano ¿o debía decir la lengua?

-Salgamos mañana ¿Qué te parece? Un club donde las chicas son mas dóciles de lo que te puedes imaginar… es cosa de mejores amigos- me odie por ese manipulador comentario pero obtuve lo que buscaba

-Esta bien, siempre esta bien contigo- mi mente caliente lo interpreto a su gusto.

Putas Harry… putas con urgencia.

***

Sus padres me recibieron amorosos y demasiado complacientes, la cena había sido pizza y pastel de chocolate… días atrás le había dicho a Erick que esa combinación era la gloria.

Erick se empezó a desvestir frente a mi y yo hice lo propio metiéndome en el pijama que había guardado en mi mochila.

-¿Quieres jugar?-me pregunto timido

-Estoy muerto, podemos hacerlo por la mañana-oh mente dejame un respiro… otra vez mi sucia mente hizo de las suyas

-Bien… ¿hoy fue especial?- otra pregunta incomoda

-¿A que te refieres?-por favor que sea mi cerebro interpretativo

-A esto- y se agacho para tocar como el aleteo de una mariposa mis labios. Se separo. Yo quería mas, mucho mas.

Putas. Putas. Putas.

La mañana paso sin pena ni gloria. Al irme quede pasar por el sobre las 10 el aseguro su disposición.

Ya no estaba seguro de nada con respecto a Erick ¿y si era gay? ¿Y si por eso me ponía caliente con el? Nunca me había puesto caliente por ningún gay, pero Erick no era cualquiera, era el tio mas bueno jamás nunca concebido ¿y estaba bien ponerse caliente por alguien que mojaba las bragas de quien lo conocía?

Es decir el salió con eso de los besos… y fue mi lengua quien le busco.

Eso no decía nada de ninguno a parte de que se necesitaba algo de acción y la conseguiríamos en el Blueberry… un local de nudistas.

Erick se hacia chiquito en su asiento, le podía ver la incomodidad a cada momento y me fastidiaba sobre manera el hecho de que le prestaba mas atención a las caras de sufrimiento del castaño que a las enormes tetas por las cuales había pagado por ver.

Duramos media hora, cada uno en su infierno, el retorciéndose por ver a magníficos cuerpos femeninos moverse al son de música candente y yo por no poder despegar mis ojos de el.

Al fin le propuse marcharnos y su sonrisa casi le partia la cara, antes pasaríamos a la barra, con la entrada regalaban un par de litros, el cover de ese lugar era un robo y de alguna forma lo tenían que cubrir.

El bartender era un chico con apariencia de chica, una muy guapa… y sentí una piedra caer en mi estomago con una fuerza increíble, Erick le miraba endiosado.

Pedí dos bebidas a base de vodka y el nos las dio con un condón a cada uno, pero agrego un lindo detalle al de Erick.

Lubricante.

-Quizá te sirva mas de lo que imaginas esta noche-le dijo el muy descarado

Tome el lubricante y le dedique una mirada fría

-Seguro nos va servir esta noche- si, si,… no son celos.

El mal humor se me subió a la cabeza y obligue a Erick se acabara el litro en menos de cinco minutos, pero es que las miradas que tanto el tipo odioso y Erick se dedicaban me ponían los nervios de punta.

Yo no soy homofóbico ¿entonces por que quería matar a esa insoportable maricona y gritarle mucho, mucho a Erick? No lo se.

Mi casa estaba bastante lejos y a la de Erick llegaríamos en 20 minutos si caminábamos, cinco si tomábamos taxi, pero ni por dejar aparecía alguno.

-¿estas molesto?

-No

-Tu me llevaste ahí

-Lo se

-¿Por qué estas molesto?

No dije mas. Llegamos a su casa sumidos por primera vez en una atmosfera rancia. Quería mandarlo a dormir al sillón pero la casa era suya.

Me quitaba con rabia la ropa.

-No me trates asi, no es mi culpa que no me prendan esas chicas ¿ok?

-Ah, ya, no te prenden “esas chicas” pero si el cantinero ese- ohh mi voz sonaba ardida

-¿Qué?

-Te gusto, lo mirabas no soy ciego

-Parecía un ángel- yo lo mato

-Ya, la próxima que salgamos te llevare a un antro gay a ver ángeles

-No soy gay

-Pero te la ponen dura los tipos ¿no? ¿Lo piensas negar? pues yo lo vi- destilaba veneno.

-No me la ponen dura los hombres

-¿Y que fue lo del otro dia? ¿No soy hombre?

-Lo que hiciste se lo pondría duro a cualquiera

-Ajá

Y me arrojo contra la cama, ya no llevaba la camisa y el pantalón estaba abierto listo para ser quitado con facilidad, el se abalanzo sobre mi como un felino hambriento y empezó a comerme duro el ombligo.

Era como si recibiera un beso francés con toques sádicos ya que me mordía de vez en cuando con mucha rudeza, sus manos se paseaban por mis costados, yo me retorcía, duramos un rato asi hasta que el bajo hasta mi verga, la saco del bóxer y oh sorpresa (sarcasmo) estaba mas que duro, goteando.

-¿Ves?- me dijo triunfal y fue a comerme los labios y a sentarme sobre el.

Sus manos viajaban por todo mi cuerpo, mis pantalones estaban en el olvido junto con mi masculinidad.

Pude sentir algo duro contra mi trasero.

-¿Asi que no te la ponen duro los hombres?

-No lo hacen

-¿Y que es esto?-dije rabioso apretando su miembro con mis nalgas

-Solo tu, solamente tu me pones asi ¿ok?- lo bese, nos besamos.

-¿Cómo es eso?-pude preguntar entre beso y beso

-Me gusta estar contigo, quiero ser el único para ti, pero tienes a otro o a otros y eso me puso enfermo, muy enfermo, no pude pegar el ojo pensando que en ese fin de semana otros podían besar no solo tu mejilla sino tus labios “por equivocación” como yo, tuve que vomitar varias veces ante tal pensamiento y ese martes todo lo que quería era besarte. Siempre quiero besarte, como mínimo. De un tiempo acá mis corridas y sueños húmedos llevan tu nombre.

Y luego lo que hiciste el viernes, yo quería follarte en medio de la calle. Me gustas, me gustas mucho. Y empece a mover mis caderas sobre el, la ropa se la quite con torpeza pero el parecía divertirse.

Exploraba mi cuerpo con sus labios y lengua. Yo solo tenia aliento para maldecir y suspirar. E hice lo mas estúpido desde que tengo razón. Le abri las piernas… bueno mas que eso me puse en cuatro exhibiendo mi trasero. El toco mi agujerito tanteando.

-No va caber.

-A huevo, tu metela-si, estaba caliente y no sabia lo que era tener una verga dentro.

El me envistió y yo llore como nunca lo había hecho, claro después de gritar y maldecirle, el se ofreció a sacarla, yo lo hubiera matado si lo hacia. A pesar de no estar listo le pedi que se moviera.

Había dolor, bastante, pero poco a poco oleadas de placer inundaban mis sentidos, el trataba de ir suave lo se, con sus caricias no solo trataba de obtener o darme placer iba mas alla mucho mas alla.

Que fuera suave era lindo de verdad, pero hubo un momento donde mi cuerpo me pedia mas, y se lo hice saber.

Lo sentía con toda intensidad llegar donde nadie mas llegaría, en alguna parte de la faena cambiamos de posición el podía verme al igual que yo a el. El es total y absolutamente perfecto cada facción, su tono de piel, su forma de jadear inclusive sudando sobre mi era impactantemente sexy.

Pronto iba a correrme y entre gemidos se lo hice saber, el junto mas nuestros cuerpos logrando una fricción abrumadora en mi pene contra su abdomen. Antes de venirme le mordí con fuerza el hombro, tenia necesidad de marcarlo.

El no me dejo, a pesar de haber a travesado por el orgasmo sus embestidas tocaban un punto que me hacia ver estrellas, constelaciones, galaxias.

Por fin note como sus embestidas cambiaban de un ritmo mas o menos pausado a uno totalmente errático y luego viscosidad muy caliente en mi interior, eso fue suficiente para correrme por segunda vez. Para ser su primera vez había estado arrasador.

No se que me extraña viniendo de don perfecto era de esperarse que hasta en lo que era nuevo fuera jodidamente bueno. Excelente.

Los besos eran constantes y el sabor a durazno no se iba y no se fue hasta muy entrada la madrugada.

Cuando me disponía a dormir un rayo me atravesó

-Ya se que quiero-dije en la tranquilidad de la noche

-Dime- el besaba lo que tenia cerca de sus labios

-A ti, es decir te quiero para mi

-Desde hace mucho que soy solo tuyo, creo que te estaba esperando-sus palabras me llenaron mas que su verga… bueno no, pero se da a entender ¿no? Su verga me lleno físicamente…si pero sus palabras me llenaron el alma.

Me hubiera gustado decirles que soy como la versión 3.0 de la máquina de follar, pero no. Me dolia todo como nunca crei humanamente posible y si pudiera me hubiera quedado en cama todo el día recibiendo los apapachos del chico mas raro y guapo de la ciudad, pero debíamos bajar algún día.

Todos estaban serios. Muy serios.

-¿Saben chicos? Las paredes no son tan gruesas eso sin mencionar que Dionisio no es nada discreto.

Morí de vergüenza.

-Déjalos en paz, ya hablaremos-dijo la madre de Erick viéndolo como si tuviera problemas, pero no como si lo fuera asesinar.

-Como sea es bueno descubrir que esta hecho de carne y hueso-dijo su padre llevándose el café a los labios ¿podía ser peor?- y que no es el que muerde la almohada- si, si se puede.

Erick unió sus labios con los mios y susurro un leve perdona. ¿Qué es lo que seguía? ¿Salir del closet?... no. Lo primero seria comprarle un conejo a mi novio. Y quizá después descubrir cómo se hace para que el sexo entre hombres no duela tanto.

 
Notas finales:

Como siempre perdón por las faltas ortográficas

En fin no considero a Erick ególatra sino solo raro, pero no tuve otra palabra mejor

Nos leemos!

 

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