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REMEMBERING [GOT7] por Dara17

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Notas del fanfic:

Lord y yo hemos decidido regalarnos One shots cada mes, esta es mi primera entrega.

Este One Shot es tranquilo a comparación del fic que escribo. Esta vez no seré tan mala ¿o si? 

Beta: Amé demasiado escribirlo, lo hice con mucho cariño, siempre pensando en el amor que le tienes a esa pareja, sabes que me gusta lo inesperado y pues... ¡Eso fue lo que te surgió! Al final diré otras cosas XD

 

Notas del capitulo:

Lean y disfruten. Espero que les guste como a Lord.

Remembering

 

 

Existen días que duelen más que otros y hoy es un día de esos.

 

La señorita del clima predijo lluvias torrenciales hasta el final de la semana, aun así, no llevo un paraguas y he dejado el auto en casa. Un estruendoso trueno ha logrado que cientos de ciudadanos caminen más rápido y choquen contra mí, o bueno, con lo que queda de mí… Te maldigo septiembre.

 

Una gota de lluvia se estampa fuertemente contra mi cara, y no me importa. Si él estuviese conmigo posiblemente iríamos juntos bajo un paraguas, o estaríamos dentro de mi auto intentando llegar lo más rápido posible a casa, para calentar nuestros cuerpos con un poco de chocolate casi hirviendo, viendo una película de la cual no entenderíamos el final ya que nos la pasaríamos besándonos y acariciándonos en el transcurso de ella. Se supone que así sería, pero él ya no está a mi lado.

 

Esos… esos eran los tiempos felices, eran los días en los que solía sonreír junto a él. Ahora… ahora no sonrío a pesar de que él sí lo hace. Podría sentirme bien al verle sonreír, pero no es así, ya que no es a mí a quién sonríe. Mientras continúo caminando la lluvia incrementa, el frío igual, pero no me afecta en nada. ¿Por qué no tomo un taxi? ¿Por qué he dejado el auto en casa? Porque no quiero ver más esa sonrisa que no me pertenece. No, no quiero.

 

Un autobús acaba de pasar a mucha velocidad y ha arrojado toda la mugrienta agua de las casi inundadas calles sobre mí.

 

Genial.

 

Creo que en mi vida anterior fui un asesino en serie que mató a cientos de personas y ahora pago todo, ¿no es así? En fin. ¿Quieren saber qué ha sucedido? Les diré qué ha sucedido:

 

Éramos tan felices. «Éramos», odio esa palabra tanto como odio septiembre. Eso es todo. Éramos felices, fin de la historia. ¡Bien! Les contaré, aunque primero debo cruzar la calle, ¿les dije que odio cruzar la calle tanto como odio la palabra éramos y el mes de septiembre? Ahora ya lo saben. El maldito hombrecito del semáforo continúa en rojo, aunque esto realmente me ayuda, para que el momento en el que les cuente todo no llegue, así no tendré que recordar y… mierda, ha cambiado a verde.

 

En fin, vamos con la historia…

 

Lo conocí a mediados de abril. ¿Quieren una fecha exacta? Bien, entonces: lo conocí el 17 de abril de 2013. Ahora no interrumpan. Conducía hacia la universidad, Jackson sacaba su cabeza por la ventana soltando cumplidos a toda mujer con curvas que se pasase por nuestro camino —sí, sólo mujeres, ya que con hombres no se vería bien—. Él era todo un don Juan a pesar de aún estar en el instituto, aunque realmente estaba en su último año. Un semáforo nos detuvo y Jack aumentó el volumen del estéreo mientras simulaba bailar una canción de moda en su asiento. Yo hacía lo mismo.

 

El semáforo cambió. Estaba a punto de acelerar cuando un joven pelinegro se paró en frente del auto obstruyéndonos el paso, tenía orejas prominentes y cabello corto. Utilizaba el uniforme de un instituto que nunca antes había visto y… creo que ahí fue cuando me enamoré. Él me sonrió con pena, rascándose la cabeza con la mano derecha, mientras sostenía con la mano izquierda una enorme maqueta, al parecer poseía bastante fuerza. Luego de un par de segundos, con los autos de atrás tocando sus bocinas sin cesar, él se acercó y volvió a sonreír. Mi cuerpo se tensó y mi corazón bombeó más sangre de la necesaria.

 

—Disculpa —mordió su labio inferior con pena—, he visto que… haces la misma ruta todos los días —le miré sin entender qué buscaba.

 

—Ajá, ¿y qué necesitas? —Jackson se adelantó y yo golpeé su cabeza.

 

—Mi instituto queda a pocas cuadras de tu universidad, es sólo que… —miró su maqueta—. Está bastante pesada —los autos pasaban por el lado insultándonos y recibiendo un «Fuck you» por parte de Jackson.

 

—Oh, ¿quieres que te aventemos? —inquirió mi mejor amigo de forma coqueta y yo me sonrojé. El pequeño asintió con fuerza y se subió a la parte trasera sin esperar una invitación por mi parte.

 

El camino había sido silencioso, bueno no, el sonido de la radio impedía que pudiésemos entender nuestros propios pensamientos. Me era imposible no mirarle por el retrovisor, y podría asegurar que él hacía lo mismo e ignoraba la provocativa mirada de Jack.

 

—Bien, yo me bajo aquí —se despidió Jackson, sin embargo, no se bajó del auto.

 

—¡Adiós! —me despedí con la mano casi echándolo. Está bien, realmente quería que se fuera.

 

—Oye... —mi castaño amigo se dirigió al moreno fingiendo verse tímido y yo entrecerré mis ojos intentando descubrir qué tramaba.

 

—¿Sí? —preguntó aquel chico.

 

—Si deseas podemos aventarte todos los días —al chico se le iluminaron los ojos, y yo temblé al sólo imaginarme recoger a ese hermoso joven cada día.

 

—No creo que tu amigo quiera —respondió. Yo me giré dándole la cara y su rostro se tornó rojo, tan rojo como mi cabello. Le sonreí y creí que su rostro se explotaría.

 

—No es ninguna molestia —le dije sin quitar mi sonrisa. Sí, le estaba coqueteando.

 

—Entonces nos vemos mañana… ¿Cuál es tu nombre? —Jack le dirigió una profunda mirada, esa con la que había conquistado a medio Seúl.

 

—¡Oh! Soy un grosero. Me llamo Park Jin Young, pueden decirme Jr —Jin extendió su mano encontrándola con la mía, a la vez que sonreía amablemente. Jackson se había quedado con la mano estirada, y nos miraba apretando los labios, intentando fingir una sonrisa.

 

—Yo soy Jackson Wang —mi genial mejor amigo separó la mano de Jr de la mía sin dejar que me presentara.

 

—Bien… —respondió Jin Young y volvió a mirarme.

 

—Ya vete Jack —si tuviese súper poderes juraría que lo hubiese lanzado lejos con mi mirada—. Llegarás tarde —concluí y arrojé su mochila fuera del auto.

 

—¡Hey! —el castaño salió corriendo a tomarla del suelo y yo aproveché para acelerar.

 

—¡Recuerda que debes comerte todo el almuerzo o no volveré a cocinarte! —grité. Realmente no sé si me escuchó.

 

Jin Young no paró de mirarme en todo el trayecto y yo fingí no darme por enterado de sus hermosos ojos oscuros sobre mí.

 

—No me dijiste tu nombre —habló cuando habíamos parado en un nuevo semáforo.

 

—Mark… —me giré para verle mejor, encontrándolo tan cerca de mi asiento, como un niño que va de paseo y no puede sentarse bien por la emoción. Nuestras narices casi se rosaban. De nuevo los autos de atrás comenzaron a pitar, el semáforo ya había cambiado.

 

—Lo siento —dijo, yo no respondí nada.

 

—¿Derecha o izquierda? —le pregunté un par de minutos después, ya que mi universidad estaba a pocos metros y aún no habíamos pasado por ningún instituto aparte del de Jackson. 

 

—No, yo continuaré a pie desde tu universidad —respondió apretando sus labios.

 

—Yo puedo llev… —me interrumpió.

 

—Ya ha sido bastante por hoy —dijo esperando a que yo detuviese el auto.

 

Así lo hice. Detuve el auto sin quitar los seguros, él me miró confundido, yo sólo le sonreí. Asomé mi cabeza por la ventana y llamé a uno de mis amigos que esperaba en la entrada de la Universidad.

 

—¡Hey, JB! —grité y choqué mi puño con el de él. Jr se removía en el asiento algo nervioso.

 

—¿Qué sucede?  ¿Por qué has demorado tanto? —preguntó sin notar al moreno que continuaba dentro de mi auto.

 

—¿Sabes a cuál instituto pertenece? —le pregunté señalando a Jinyoung, el cual me miró con sus ojos completamente desorbitados.

 

Jae Bum me sonrió cómplice y se acercó a la ventanilla más cercana al menor, metió su cabeza dentro del auto y miró el escudo de su uniforme. Jr se encogió en su puesto y me miró casi pidiendo ayuda.

 

—Sigue derecho cinco cuadras, allí lo encontrarás —respondió sacando su cabeza del auto y señalando con su dedo índice.

 

—Ya regreso —respondí y él asintió con su cabeza, luego se despidió de Jin y éste le miró con el entrecejo arrugado y después le ignoró.

 

—No quiero molestarte —alegó cuando aceleré.

 

—¿Caminas todos los días? —inquirí algo asombrado.

 

—No siempre, o bueno sí. El dinero que gasto en autobuses lo puedo invertir en la renta y la alimentación —respondió con tranquilidad.

 

—¿Renta y alimentación? —por poco no asimilo lo que me había dicho.

 

—Sí. Mi madre vive en Andong y me envía lo que gana para que yo pueda estudiar en Seúl y algún día pueda traerla. —Jin respondía todo con tranquilidad. Le miré admirado y detuve el auto en frente de un instituto.

 

—¿Este es? —pregunté sin dejar de pensar en si realmente vivía bien.

 

—Así es. Es usted muy amable —el moreno salió del auto e hizo una reverencia.

 

—Te veo mañana a la misma hora —le dije y él negó con su mano, sin embargo, no le presté atención y di la vuelta para regresar de nuevo a la universidad.

 

Y eso fue todo, así lo conocí. Pueden dejar de seguirme, ya no hay nada más para contar y… creo que me he perdido. Si no hubiera recordado todo lo sucedido no hubiese terminado en un lugar el cual desconozco. Aunque no los culpo, realmente recuerdo lo mismo todos los días, intentando que Jr también lo haga. Pero no lo hace.

 

Camino un poco más encontrándome con un parque que queda cerca de casa, por lo menos no estaba tan perdido como realmente había creído. Aunque la lluvia no cesa y ya me está molestando sentir mis zapatos llenos de agua. Además debo agregar algo: en este parque nos dimos nuestro primer beso. Sí. Quieren saberlo todo, ya continúo con la historia.

 

Llevaba un mes acercándolo hasta el instituto. A veces rompía con las leyes de tránsito por exceso de velocidad, ya que hacía todo lo posible por dejar a Jackson en su instituto en menos de dos minutos. ¡¿Qué?! Él siempre le coqueteaba a Junior sin importarle que yo estuviera ahí. Igualmente, a mi Jin no le agradaba que Jack le coqueteara; siempre lo miraba irritado cuando Jackson le daba un cumplido o le daba su almuerzo —el que había hecho yo horas antes—.

 

Pero ese día… todo cambió.

 

—Ten un buen día, Junior —dijo Jack sacando su almuerzo y extendiéndoselo a Jin Young. Como siempre, lo suprimí con la mirada y por poco me muerdo un codo al ver a Jr tomándolo rápidamente con los ojos completamente iluminados. ¿Por fin había caído en las garras de Jackson? ¿Lo había hecho? ¡¿Sí?!

 

—Gracias, Jack —respondió sonriéndole y yo ardí en celos.

 

—No es nada, me esforcé bastante en hacerlo —respondió, y esa fue la gota que rebozó la copa.

 

—Ya lárgate —escupí y Jin Young se puso serio.

 

—Estamos de mal humor —susurró mi mejor amigo y salió por fin del auto.

 

Aceleré, supongo que Jin creyó que nos mataríamos ese día. En menos tiempo de lo normal me detuve en frente de su instituto, él no dejaba de mirarme y se le veía nervioso.

 

—Ten un buen día —me dijo. Yo sonreí ladinamente y luego le miré sin ocultar mi ira.

 

—Disfruta el almuerzo —ironicé y él se sonrojó. ¡Se sonrojó!

 

—Lo haré —sí, eso fue como una bala que impactó mi pecho—, siempre pones mucho empeño al hacerlo, así que lo disfrutaré —respondió con una sonrisa de victoria, aunque aún estaba sonrojado.

 

Abrí los ojos desmesuradamente. Así es, Jin Young recibía el almuerzo sólo porque yo lo había preparado.

 

—¿T-te recojo a la misma hora? —pregunté algo asombrado y bastante emocionado.

 

—Sí, nos vemos en la tarde.

 

Mi corazón se aceleró, me sentí feliz y completo. Sí…en ese tiempo era un hombre feliz y completo, no como ahora. Horas más tarde salí rápidamente de la universidad. Planeaba hacer algo que me cambiaría la vida. Encendí el auto y antes de ir en busca de Jin llamé a Jackson.

 

Hola, amor —contestó con una voz casi orgásmica.

 

—Idiota, paga un taxi y regresa a casa —espeté.

 

¡¿Qué?! ¿Te has vuelto loco? ¡Hoy invitaría a Jr a salir! —respondió lloriqueando.

 

—¿Cuántas veces debo decirte que no lo mires? —inquirí.

 

Es injusto, hyung. Yo lo vi primero —se quejó.

 

—Lo vimos a la misma vez, idiota —respondí y luego colgué.

 

Estúpido Jackson.

 

No tardé en estacionar mi auto en frente del instituto, el timbre que anunciaba el fin de semana aún no sonaba, así que me apoyé sobre el auto y esperé. Fueron los cinco minutos más largos de mis (en ese momento) diecinueve años, la campana se escuchó y la masa de jóvenes apareció de la nada. Un grupo de chicas —que realmente nunca había visto— se me acercó. En medio de ellas una me miraba tímida y se acercaba dejando a las otras atrás.

 

Oppa —habló. Su voz era algo aguda.

 

—Disculpa, ¿te conozco? —lo dije sin intenciones de ser grosero. La chica negó con la cabeza y me entregó una carta escrita a mano.

 

—Espero aceptes mis sentimientos —dijo sin moverse y con su rostro tornándose rojo.

 

—Oh —musité y abrí la carta, sin embargo, no pude leerla ya que Jin me la había arrebatado.

 

—Lo siento, él ya está comprometido —expresó con ira arrugando la carta y devolviéndosela. La chica nos miró con sus ojos llenos de lágrimas y luego se fue corriendo, sus amigas la siguieron.

 

—Eso fue grosero —le dije abriendo la puerta para que se subiese.

 

—¿Ah, sí? Entonces síguela —bufó cerrando la puerta con fuerza y corriendo en dirección contraria.

 

Todo fue demasiado rápido, no logré definir el camino que había tomado, me maldije, maldije a esa mocosa que había ocasionado todo. Varias preguntas inundaban mi cabeza. ¿Eran celos? ¿Junior sentía celos? ¿Yo estaba comprometido? ¿Por qué lo había hecho?

 

Subí al auto y tomé el camino a casa. No faltaba mucho para llegar cuando vi una figura similar a Jin sentada en el parque —en el que en este momento me encuentro—. Aunque ese día el sol no quería morir, el sol quería seguir arrojando su cálida luz sobre nosotros, resaltar nuestras sonrisas y no dejarnos solos en ningún momento.

 

Detuve el auto, los nervios hicieron que mi estómago se revolviera, como si sintiera mariposas dentro de él. Aquel sentimiento aún lo mantengo, siempre que lo veo siento lo mismo, no sé cuándo acabará. En fin, bajé del auto y me detuve en frente del señor que vendía helados, compré un par con sabor a limón y me senté sin decir nada a su lado. Él movía sus pies con frenesí sin notar que yo me encontraba justo al lado suyo.

 

—Idiota —susurró y yo le miré arrugando el ceño—. ¿A caso debo ser más obvio? ¿O debo decirte que me gustas? —al parecer continuaba sin saber que yo me encontraba allí—. Seguro te gustan las niñas, ¡aghh! —gritó y yo pegué un saltito en el asiento. Él se giró para disculparse y luego se quedó estupefacto al verme allí sentando.

 

—¿Quieres? —le ofrecí el otro helado. Él me miraba con los ojos abiertos como platos y las mejillas sonrojadas.

 

—T-tú… ¿Hace cuánto estás…? —averiguó sin recibir el helado.

 

—El tiempo necesario —le puse el helado en la mano y continué disfrutando el mío.

 

—Y-yo, yo…

 

—Es un lindo día, ¿no? Es una lástima que termine en pocas horas —dije mirando el atardecer.

 

Realmente ese día había sido hermoso, bueno, realmente todos los días después de ese fueron hermosos hasta que eso sucedió. No, aún no les diré a qué me refiero con eso, más adelante lo sabrán.

 

—Esto es incómodo —musitó y por fin le miré. Sus pestañas negras brillaban. No. Todo él brillaba.

 

—¿Qué quieres cenar? —pregunté clavando mi mirada en sus ojos, los cuales la evitaron.

 

—¿No dirás nada acerca de lo que escuchaste? —por fin me miró a los ojos, los suyos estaban acuosos.

 

—Se me antoja algo de Kimbap, aunque creo que nadie puede hacerlo mejor que la mamá de JB —agregué intentando bajar la tensión.

 

—Podrías parar, por favor —su voz estaba algo quebrada. Me detuve, no porque me lo pidió, sino porque las lágrimas amenazaban por salir de sus ojos.

 

—¿Qué esperas que diga?

 

— Eso es un “no me gustas, Jr” —afirmó cabizbajo. Pude ver cómo las lágrimas chocaban con la acera y me sentí verdaderamente mal.

 

—Hey, alto, detente ahí —Jin no paraba de llorar.

 

—Yo… desde que iniciaste la universidad te veía pasar en el auto con Jackson —inhaló y luego exhaló—. Siempre quise hablarte, sabía dónde estudiabas, incluso sabía cuál era tu Facultad —sonrió con melancolía—. Te escribí cuatro cartas, una de ellas te la entregaría el primer día que me llevaste al instituto —comenzó a limpiar sus lágrimas—, pero no pude. Sabía que esto sucedería, lo siento.

 

Tomé aire y luego me acerqué lentamente, él continuaba llorando y yo estaba demasiado cerca para arrepentirme de lo que haría.

 

—Jin Young —dije o más bien murmuré, él no respondió—. Jin Young, mírame por favor —mi pequeño moreno frunció el ceño y me miró, nuestras narices se rozaron igual que en el auto, él intentó alejarse y yo se lo impedí.

 

Retuve su cuello con mis manos y lo besé. No fue mi primer beso y tampoco el suyo, pero fue hermoso, algo irreal. A veces pienso que todo fue un sueño y por eso él no lo recuerda. Ambos decidimos cortar el beso y un cómodo silencio se hizo presente. Jin Young destapó su ya derretido helado e intentó comer lo que quedaba.

 

—Es mi favorito —comentó mientras una enorme sonrisa se expandía por su rostro.

 

—Sé mi novio —solté, no sé de dónde saqué las fuerzas para decirlo.

 

En aquel tiempo era tan fuerte, no me detenía a pensar las cosas, siempre deseaba comerme el mundo.

 

—Mark… —susurró.

 

—¿Decir mi nombre indica que estás aceptando? —pregunté sonriendo.

 

—No, digo… sí —sus mejillas sonrojadas me hacían sonreír más de lo necesario.

 

—Bien, ¿vamos a cenar? —él asintió y se levantó limpiando su uniforme.

 

—Pero antes… —me miró con sus ojos entrecerrados—. ¿Quién es JB?

 

—¡Oh! ¿Estás celoso? —solté una sonora carcajada.

 

—Claro que no —infló sus mejillas, fue demasiado tierno para mí.

 

—¡Lo estás!

 

—¡Pareces un niño! —soltó enojado. Sonreí y volví a besarlo.

 

Ese día no pudo ser más perfecto al igual que los siguientes, las sonrisas iban y venían, nada podría ser mejor.

 

Mis pies me llevaron hasta la banca del parque, siento que mi trasero se mojó más. Es inevitable sentir la calidez de aquel día, las lágrimas y las sonrisas de Jin Young. Lo extraño, cada día lo extraño más, el vacío en mi pecho aumenta. No puedo encontrar ese tipo de amor en otras personas, esa sonrisa, esa mirada. Ya continuaré con la historia, sólo… sólo esperen un momento más.

 

El día de su graduación llegó. Sí, también la de Jack. Decidí llevarlos a cenar para celebrar su triunfo, por fin serían universitarios, algo que tanto habían estado esperando. La cena se dio por terminada, Jackson se fue a celebrar con sus amigos mientras que Jin quiso celebrar aquel día sólo conmigo. Su mirada estaba llena de felicidad y de algo que no pude entender bien hasta que llegamos a casa.

 

No tardó en besarme, sabía a qué conllevaría tal beso, por lo que me separé sólo para encender la chimenea, hacía frío, la nieve caía lentamente logrando que el exterior de mi casa fuese completamente blanco. Él se sentó en el sofá clavando su lujuriosa mirada sobre mí, sus mejillas estaban sonrojadas y su cuerpo era como un campo electromagnético que me jalaba y no me dejaba escapar.

 

No supe en qué momento llegué hasta él, reaccioné cuando me encontraba pegado de cuello, mordiendo y lamiéndolo sin piedad. Su piel era suave y blanca, su mirada lujuriosa pasó a ser una llena de pena y miedo, aquel día nos unimos y prometimos ser uno siempre. Sin importar la situación, no permitiríamos que nada ni nadie arruinara nuestra felicidad.

 

No puedo seguir con esto, debo continuar mi camino a casa, un recuerdo gracioso acaba de llegar a mi mente. Recuerdo a la perfección la vez que no pudimos contenernos y terminamos haciéndolo en el baño de la universidad, la adrenalina nos volvió sordos y terminamos gimiendo más fuerte de lo común. Aún recuerdo los rostros severos de JB y Youngjae cuando nos encontraron, recibimos un regaño de Jae Bum no sin antes tener un buen orgasmo. Junior estuvo a punto de morir cuando se enteró que el par de jóvenes nos miraban, yo sólo sonreí y el resto es demasiado aburrido para contarlo.

 

Ya he llegado a casa. Mi pecho sube y baja, supongo que estuve corriendo; busco las llaves en mis bolsillos inundados y maldigo al recordar que las había dejado sobre la cama. Toco sin fuerzas la puerta y de inmediato es abierta por… él.

 

—Hola hyung —saluda mirándome de arriba abajo y luego frunce el ceño—. Te dará un resfriado, debiste tomar un taxi —cerró la puerta y me empujó hasta la sala, luego desapareció y regresó con toallas en las manos.

 

—Estaré bien —murmuré sin mirarle—. ¿Y Jack? —inquirí mientras él secaba mi cabeza.

 

—Fue a hacer algunas compras —yo me movía de un lado al otro de la habitación evitando que me tocase.

 

—Deja de hacerlo —imploré. Él se detuvo y me miró con tristeza.

 

—Siempre he querido preguntarte algo —murmuró.

 

—¿Eh? —quería huir a mi habitación, tanto tiempo a solas con él me impedían pensar con claridad.

 

—¿Tú me odias? No, antes… —mordió su labio—, antes de que sufriera el accidente, ¿tuvimos algún problema por Jack? ¿O te gusta mi novio? —la última pregunta se clavó como una daga en mi pecho.

 

Primero tuve que contarles lo sucedido a ustedes y luego termino hablando a solas con Jin Young.

 

Día de mierda.

 

Los recuerdos de su accidente regresan a mi cabeza, falta poco para que se cumpla un año. Fue en septiembre, llovía tanto como hoy, esperaba a Jin dentro de la cafetería en la que tanto nos gustaba beber café. Llevábamos aproximadamente un año y cuatro meses juntos, lo compartíamos todo y no podíamos separarnos. Él vivía en casa, Jackson siempre se mantenía al margen y nunca había interferido.

 

Ese día me senté al lado del ventanal del segundo piso de la cafetería, llevaba esperándolo aproximadamente quince minutos. No me enojaba esperarle, sin embargo, lo llamé. Recuerdo su voz cansada.

 

—Markie —exhaló—, ya casi llego, tuve un inconveniente en el examen y no pude salir más temprano —explicó.

 

—Deja de correr, yo te espero —le reprendí sin dejar de sonreír. Miré a la calle desde la ventana y le vi corriendo sin acatar mi casi orden.

 

—Ya casi llego, es mejor que corra —explicó continuando con su maratón. La calle estaba vacía, ni un carro se encontraba transitándola, desde el lugar en donde me encontraba pude divisar el semáforo en verde.

 

—Cariño, espera a que cambie el se… —vi cómo un fuerte viento arrebataba el paraguas de mi pequeño, que continuó corriendo y viendo cómo flotaba y se alejaba de él. Yo hice lo mismo mientras reía.

 

—No te burles —lloriqueó mientras corría por la calle. Yo dejé de observar el paraguas y volví a posar la mirada en Jin. A la misma vez pude precisar un Mercedes que se lo llevaba por delante. Escuché el grito de dolor de Jin por la bocina del teléfono móvil al igual que pude observar todo lo sucedido sin ser capaz de moverme un ápice.

 

Mi novio se encontraba a mitad de calle, la sangre rodeaba su cuerpo, reaccioné y bajé mientras llamaba a una ambulancia. El conductor salió del auto y comenzó a gritar por ayuda, el mundo daba mil vueltas, me estaba mareando mientras me acercaba a Jin Young.

 

La ambulancia no tardó en llegar, no supe cómo ni cuándo, pero me encontré en la sala de espera siendo abrazado por Jackson. Pasó una semana y Jin Young despertó, estaba bien según los médicos, yo había sido obligado a ir a casa ya que podía enfermarme. Recibí la noticia mientras me duchaba, corrí hasta el hospital y cuando estuve a punto de ingresar a la habitación de Jin, Jack me detuvo con una mirada seria y a la vez arrepentida.

 

—Lo siento —musitó. No entendí a qué se refería.

 

—¿Ah?

 

—Fui el primero en verlo —tragó con fuerza—, no recuerda nada, lo siento.

 

—No tienes por qué disculparte —sonreí—, con el tiempo podrá recuperar la memoria —intenté convencerme de eso.

 

—Le dije que era su novio —mi corazón comenzó a latir sin fuerza.

 

—¡¿Qué?! —grité.

 

—Yo te di la oportunidad, ahora dámela tú a mí —le miré sin gesto alguno.

 

—Es imposible —le di la espalda—, él no es un videojuego al que puedes darle reset para que tu amigo pueda jugarlo.

 

—Para —me detuvo con fuerza—, es el destino, no te acerques a él… así como yo no lo hice cuando me lo pediste —dijo lo último e ingresó a la habitación.

 

Creo que fui un cobarde o tal vez no quise ser egoísta, planeé contarle todo a Junior con el tiempo, pero se veía tan feliz al lado de Jackson que no lo volví a tener en cuenta. Recobré mis sentidos, Jin Young me miraba enojado.

 

—Respóndeme, Mark —bufó—. ¿Te gusta Jackson? —quise decirle que él era al que amaba, que lloraba por él cada noche, pero no pude.

 

—No, Jin Young, no me gusta mi mejor amigo —respondí suspirando mientras tomaba una de sus toallas y subía hasta mi habitación.

 

Había sido un día difícil, un día más en el que no podía sacarlo de la cabeza, en el que lo encontraba en casa esperando a alguien que no era yo, en el que no podía besarle. Un día más en el que no podía decirle «te amo».

 

-Fin. 

Notas finales:

Lord, en tus manos estaba el fin y me alegró que no decidieras que lo cambiase por un final feliz. Sí, yo también sentí en un momento que debía cambiar ese final tan desastroso, pero la historia había llegado a mi mente de tal forma y si lo terminaba cambiando luego me sentiría mal. 

El One Shot de Beta es un JinKook (BTS). Está demasiado bueno, lo he amado, he amado ese regalo como nada en el mundo, me sentí muy feliz al leerlo, sentí ganas de llorar de lo mucho que me gustó y no exagero. Gracias Lord por ese One Shot, nunca dejaré de decirte que fue perfecto. Aquí les dejo el link para que lo lean---> http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=122683&index=1 

Lord ha decidido que para el mes siguiente le escriba un 2Jae -JBXYoung Jae- (GOT7). Y yo decidí que ella me escriba un JackBam (GOT7). -Yo le digo JackBam XD-

Jaja sí, morimos por ese grupo XD 

Espero que el one shot les haya gustado. Nos leemos luego en Bang Institute&University ^^. 


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