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Say goodbye por -oOYUKI-NII-Oo

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Titulo: “Say goodbye”

Autor: YUKI-NII.

Género: Friendship

Ranting NC17

Pareja: SasuNaru

N/A Naruto no me pertenece. Todo es de su gran autor, Kishimoto-Sensei

Resumen: Naruto ve como todo cae poco a poco, Naruto abre sus piernas tratando de sostenerlo todo. A veces el amor no es suficiente.

Advertencia: Discusiones, drama y porno.

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Capitulo. 10

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XXVII.Facing each

La vida es un guión transcrito entre los siglos, naces, llegas a un mundo enorme y desconocido. Creces, inviertes años en escuelas y lecciones que te permitan está calificado para encontrar un trabajo. Y sobrevives, para tener dinero, para conocer a alguien para casarte y formar una familia, luego viene la casa, el auto, las deudas, sostener a otros que dependen completamente de ti, mirarles repetir el mismo ciclo que tú has construido hasta hacerte viejo y morir.

La vida es una mala obra de teatro, sobre estimada y demasiado mal adecuada.

Y a ti te hacen falta muchas hojas de ese libreto, con una escuela a medio terminar, con dinero que ha salido de hacer las cosas sin estar tras un escritorio y tener un seguro social, la persona que quieres no podría darte una familia bajo la regla de embarazarte, no se casaran, no hay que trabajar para una casa, ni transporte, ya todo está ahí.

Ese hombre, alto, de trajes y sonrisa arrogante que está sentado en el único sofá del apartamento no viene con el manual que todos los demás tienen. No posee las mismas intenciones de una mujer enamorada y no tiene mucho que ofrecerte que no sea algo de valor comercial. Y sin embargo no puedes ver como estar sin él, en una vida falta de línea recta.

Piensas en Iruka y su sonrisa cuando le dijiste escondido tras un libro tus preferencias, en su mano acariciando tus cabellos y en su suspiro de alivio por la valentía de por fin haberle dicho algo que él ya sabía. Y le preguntaste cual creía que seria las reacciones de tus padres ante tal cosa. Y el rió, se sentó a tu lado y susurro bajo “estarían orgullosos, ellos solo quieren tu felicidad, sin importar si no usa vestidos y tacones.”

Ciertamente la sola idea de Sasuke vistiendo algo con flores te hace llorar de risa, te quieres demasiado como para decirlo en voz alta frente él, eres torpe pero no idiota. Muerdes tu labio inferior, ninguno ha dicho ninguna palabra. Gaara no está, es sábado. Y has quedado a solas con un Sasuke que subió al departamento sin esperarte. Todos se fueron, Itachi sonriendo de la manera en la que algo te causa gracia pero que jamás dirás. Obito se fue tras él prometiéndote volver por la noche.

Sugeitsu espera abajo, sentado sobre el barandal de las escaleras, con tu reproductor de músico en su bolsillo y un strike robado de Sasuke.

El aire se siente un poco pesado, no sabes si es correcto hablar, la culpa es algo que se ha estado cosechando en tu interior en las últimas semanas. Sigues sin poder mirar a Sasuke a la cara.

-      ¿Por qué? – y tu voz rompe el espacio – tiempo entre tú y el de cabellos negros que levanta su mirada lentamente y te observa. No dice nada - ¿Por qué no pareces molesto? –

El Uchiha siempre te ha parecido un poco difícil de percibir, sus expresiones faciales son mínimas, trata de mantener un semblante serio e indiferente ante todo, pero hubo ocasiones especiales, durante las noches en la que su cabeza descansaba sobre tus piernas que podías leer el sufrimiento, el miedo, la angustia de una pesadilla, la forma en la que su seño se relajaba cuando acariciabas sus cabellos, sus ojos estrechos cuando algo lo molestaba, y una sonrisa pequeña cuando estaba satisfecho con las cosas hechas correctamente. Ahora no vez nada más que no sea su semblante lejos, como si fuera ajeno a estar ahí, en un apartamento que fue el punto en donde lo volviste a ver, exigiendo tu regreso.

 

-      ¿Quién dice que no estoy molesto, usuratonkashi – levanta una de sus cejas, tu frunces el ceño ante la manera en la que te ha llamado, no es la primera vez, jamás la sentiste tan personal, tan adjudicada a ti, tuerces los labios –

 

-      Yo lo digo – contestas, con ese tono dos octavas más arriba que te reprimías de usar con él – si no hablas no sé lo que sientes – ves una sonrisa dibujarse, sus labios delgados están un tanto agrietados, no lo habías notado –

 

-      Al menos en eso podemos estar de acuerdo Naruto – y es acusatoria, esa voz disfrazada que juega al sarcasmo y que te eriza los vellos de la nuca –

 

-      ¿Para qué querrías de todos modos saberlo? soy una puta. Es nuestro trabajo complacer, así que dime Sasuke, ¿Qué es lo que quieres? – están jugando con fuego y lo sabes, las facciones del Uchiha se han tensado, como si oírte fuera más desagradable de lo que esperaba –

 

-      Asumes las cosas a tu conveniencia -  lo ves, como se masajea las sienes intentado calmarse. Entiendes entonces que él no pretende iniciar una pelea, y aun así, ese resquemor de acorralarlo, de empujarlo contra una esquina y hacer que pierda el control te fluye por las venas. Sientes por primera vez en años que el Naruto de tu adolescencia reclama salir al mundo exterior –

 

-      Asumo las cosas como tú lo impusiste tebayo – y elevas la voz, escupes las palabras con tanta satisfacción, como si la válvula que no has podido liberar estallara, el tapón ha salido volando en algún punto entre sus ojos estrechándose y la rebeldía brotando en ti – no pretendas venir hasta aquí, cuando ambos sabemos las razones que te traen, y mi respuesta es no – hay algo pasando por el rostro de Sasuke tan rápido que apenas y alcanzas a verlo, ese rastro de dolor como si lo hubieses golpeado con su defensas bajas –

 

-      No sé que pensé al venir – y murmura, su espalda esta recta, tiene los codos apoyados sobre sus rodillas y el fastidio le escurre por la lengua – solo sabes huir, Naruto, eso es lo que ambos sabemos –

 

-      No soy el único tebayo – y te levantas del banquito en el que permanecías frente a él – tú llevas huyendo desde siempre Sasuke – y la garganta se siente como un nudo, no es fácil decirle eso a quien si bien te trato como lo que te ofreciste hacer, cuido tras bambalinas de lo único que era valioso para ti – crees que no se nota, cuanto es que odias lo que haces,  tu forma arrogante de ver a todos y que en realidad no es más que envidia de que ellos tengan algo que tú no. Que no se nota como es que el amor que sientes por Deidara se te sale por los ojos, claro, si es que puede llamarse amor – y tu pecho comienza agitarse, Sasuke se ha puesto de pie, ante tu última declaración –

 

-      No eres tan idiota entonces – y Sasuke ríe, de esa forma amarga que te hace retroceder los pasos que él ha empezado a dar hacia ti – ¿quieres hacerlo de esta manera? Pues bien,  ¡hagámoslo! – y tu espalda choca contra el librero improvisado, estas encerrado entre el mueble y el dedo de Sasuke hundiéndose en tu tórax – somos dos jodidos que han tenido una mierda de vida, tú con tus sucios ojos azules, llorando por los rincones porque pierdes todo a tu paso, ese pelirrojo idiota siempre atrás de ti, y tu pretensiones de tener una vida a su alrededor no son más que ilusiones, no lo amas Naruto – y te encoges, es verdad, eso es verdad – ¿sabes cómo lo es? Porque tú me miras como yo lo hago con Deidara – su voz es un susurro casi muerto, se ha inclinado sobre ti, sus labios rozando el lóbulo de tu oreja –

Sasuke esta blofeando, está usando las mejores de sus cartas, se está arriesgando a declarar algo que no sabe, pero que le gustaría, estas demasiado agitado para ver que está demasiado desesperado por saber que hay dentro de ti. Y aprietas los labios, tus manos, hechas puños a un lado de tus costados te tiemblan, alzas el rostro mientras él se retira, te da un espacio para que no te asfixies. Tus pupilas dilatadas de rabia, vergüenza y dolor colisionan con sus ojos que están en el mismo estado.

-      Pero te fuiste – su voz es tan plana, te recuerda a la de Sai – no estuviste para notar que ya no veía a Deidara igual- y se aleja de ti. Te sientes vacio de repente –

 

-      No lo entiendo tebayo – y escondes el rostro entre las manos – ¡no te entiendo! – y te abalanzas contra él, que alcanza a reaccionar, sujetándote de las muñecas en alto, tu continuas arrojándote hacia adelante, tratando de alcanzarle – yo no quiero… no quiero ser tu puta – mascullas, con los ojos acuosos, muerdes el interior de tu mejilla, Sasuke te somete, te obliga a que des la media vuelta, cruza tus brazos sobre tus pecho, y te encierra en un abrazo forzado – ¡no quiero ser tu puta tebayo! – cierras los ojos, las lagrimas se te salen, calientes y dolorosas. Te sientes un idiota –

 

-      Yo no te estoy pidiendo eso – y Sasuke trata de hablarte de la forma más calmada que tus movimientos dentro de sus brazos se lo permiten – deja de moverte ¡joder! – te aprieta mas contra él –

 

-      ¿Entonces que es, que es lo que quieres? – bajas el rostro, esto es una lucha de silencios guardados en meses en lo que se te desbarataba aun mas todo lo que querías – Sasuke – y giras el rostro, miras sus cejas arqueadas y el intento por no romper la conexión que sus miradas han comenzado –

 

-      Esto es inútil – Sasuke, con su altura de más de 1.80 te parece tan pequeño – aunque lo diga no lo escucharas, lo ignoraras como todo – sientes sus brazos resbalar, soltándote – te fuiste la primera vez porque yo me deshice de ti, la segunda vez volví a permitírtelo, si te digo lo que quiero, no habrá una tercera vez Naruto –

 

Te giras lentamente hacia él, y sus hombros encuadrados, sus cabellos revueltos, su pecho sube de forma acelerada, jamás Sasuke te pareció tan humano como en ese momento.

-      Dilo – y te acercas a él, dejas caer la frente sobre su pecho – dilo Sasuke, tebayo – sientes sus manos sobre tus hombros –

 

-      No te pagare para que lo hagas conmigo, no voy a prometerte absolutamente nada – te retira, para poder mirarte y sus ojos, con ese brillo tras el cabello. Sasuke te está mirando como lo hacía con Deidara -  aun así, quédate. Se mío –

 

La vida es un guión transcrito entre siglos. Un ciclo que se repite autoritario y sin concesiones. Te pones de puntillas, sosteniéndote de la camisa de Sasuke para poder alcanzarle.

-      Eres un idiota, Sasuke – y sonríes, juntando tus labios con los de él, que no ha evitado fruncir el seño antes de llevar sus manos hasta tu rostro y ladear el suyo para profundizar el beso. –

Quisieras haberle dicho, que te había arrebatado toda opción de irte desde hace mucho, que si habías vuelto había sido con la secreta esperanza de que él fuera por ti. Porque esa era la única manera que conocías para estar cerca de él, sin pasar por el rechazo, que preferías servirle tal siervo consagrado a que te alejara al saber lo que sentías por él. Pero que había llegado un punto en el que tuviste miedo de que el amor se te saliera y no pudieses ocultarlo más. Sin embargo no lo haces, tus dedos se le clavan en su pecho. Y todo el desamor, el sufrimiento, la furia, la vergüenza y el temor, se derriten entre sus lenguas, con la saliva como sazonador, y los latidos del corazón pulsándoles en los oídos. Sus manos te presionan las caderas, Sasuke también se aferra a ti, de esa nueva forma en la que siempre viste, las parejas se sostienen uno al otro.

Sasuke no te ha propuesto matrimonio, no te ha dado juramentos de otorgarte hijos y formar una familia, ni que te hará el hombre más feliz del planeta.

Sasuke con sus malas palabras que aprendiste a leer entre líneas, y su olor a jazmín, solo te ha pedido, que estés ahí, y tú has tomado su mano, consiente de un futuro incierto. Porque ambos prefieren tener una vida llena de mierda juntos que solos.

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XXVIII.Decisions without regrets

Obito es el primero en darse cuenta, desde su posición en la barra americana. Con Kakashi de espaldas cocinando e Itachi con la taza de café sobre los labios. Entrelaza sus manos hacia enfrente y recarga su mentón sobre los dorsos de las mismas, casi como si buscara una posición cómoda para una película. Da un suspiro largo, que hace al de cabellos claros voltear extrañado.

Itachi abandona su taza de café cuando ve a su hermano entrar a la cocina, anudándose la corbata y haciendo un chasquido con la lengua por encontrar su casa de nuevo invadida por visitas que no han tenido la decencia de llamar a la puerta. Pero sabe que es innecesario, cuando el hombre de larga cabellera oscura tiene una copia de la llave.

-      Esto se ha vuelto una mala costumbre – masculla, dirigiéndose hasta el fregadero y coger un taza para el café –

 

-      Por supuesto que no Sasuke, esto me trae recuerdos, ¿a ti no? – y Obito que llena su plato de miel y leche para el cereal le sonríe, Kakashi se sitúa tras de él, robándole el tarrón con el dulce liquido – Espera, espera. Solo un poco mas –

 

-      Eso es suficiente. Te dará diabetes idiota – Obito hace un mohín, antes de llevarse una cucharada de cereales hasta la boca y decir palabras entre los pequeños aros de sabor frutal –

 

-      Me voy – anuncia Sasuke, con la taza ya repleta de americano y las llaves del auto colgándole entre los dedos. La escena bizarra, realmente no le molesta, Obito tiene razón, eso le trae recuerdos. Nunca lo dirá en voz alta –

 

-      Sasuke, Sasuke – Obito con la boca aun llena, golpea su pecho varias veces para tragar el contenido, bebe un poco de jugo de naranja y se levanta del banco – llévame con Naruto – y los 30 años del Uchiha mayor se van por la borda, al sujetar tal niño de preescolar a Sasuke, colgándose de su brazo y mirándolo con sus enormes ojos –

 

-      Debe de estar en la universidad – y es Itachi, que con una mueca de burla mira a Sasuke y a su muy recientemente adquirido tic en el ojo derecho –

Obito suelta a Sasuke casi con resignación, había olvidado que Naruto había regresado a la escuela la semana pasada. Vuelve a su lugar en la barra americana y come su cereal en silencio. Kakashi se sienta a su lado, con jamón horneado y un omelet que tiene su nombre escrito con kétchup, el Uchiha le da una mirada complacida al doctor empezado a devorarlo.

-      Hermano – y Sasuke que ya está en el marco de la puerta, rápidamente es alcanzado por un Itachi que le rodea los hombros con un brazo y haciéndolo caminar a un paso rápido. Sabe lo que Sasuke quiere, y esa es una conversación que no tendrán con los otros dos en la cocina –

 

-      ¿Ya te has decidido entonces? – Itachi mira el asentimiento leve en el menor, no puede evitar apretarse un poco mas contra él, Sasuke ha crecido tanto en esos últimos meses, que se siente ligeramente celoso, de los cielos por ojos que tiene Naruto y de esa sonrisa tan acogedora que a veces y solo a veces lo hace sonreír a él también –

 

Ambos suben al Mercedes negro, Sasuke siempre ha sido importante, y hoy es el día en el que él le dará, todo aquello por lo que ambos estuvieron luchando por tanto tiempo. Es hora de que su hermano pequeño sea feliz.

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XXIX.Moments and kisses

Naruto suele ir visitar  esa enorme casa que antes le intimidaba y que ahora le envuelve con familiaridad, la puerta siempre está abierta para él, no puede evitar la costumbre de entrar por la de la cocina, donde es interceptado por Suigetsu y su juego favorito “molestemos a Karin”

Jugoo, suele intervenir, cuando ambos, el de cabellos claros y la molesta pelirroja suben su tono de voz, hasta casi gritar. Naruto escapa entonces, seguro de que sus voces de “idiota de mierda” y “lesbiana reprimida” apenas atraviesan la gruesa puerta de madera del despacho del Uchiha. Toca un par de veces antes de entrar y recargarse en la misma.

Sasuke, que ese día lleva solo unos jeans y una camisa blanca a medio abrochar, lo mira, con el cigarrillo en la boca, y tres botellas de cerveza oscura sobre el escritorio. Naruto sonríe, dejando su mochila en el suelo, y sentándose tras de él,  en el sofá de dos plazas.

-      Esto va a matarte tebayo – y le quita el cigarrillo, llevándolo hasta sus propios labios, Sasuke se deja caer resuelto sobre el regazo del rubio, que en ese momento suelta el venenoso humo –

 

-      Dudo mucho eso – y estira su brazo para tomar el pitillo blanco y darle una larga calada – llegas tarde – Sasuke cierra sus ojos cuando siente las manos hundirse en sus oscuro cabello, Naruto hace un ruidito que esconde la risa ante ese Sasuke relajado y juvenil. – pensé que tenias un horario – susurra, pasándole de nuevo el Strike –

 

-      Y lo tengo, al igual que amigos – y Sasuke lo traduce, Naruto estuvo con Gaara, su mochila debe de tener un cambio limpio y cosas personales. Pasara la noche ahí, y solo por eso, el Uchiha ya no dice más, no después de 5 meses de esa nueva rutina de una relación que no tiene nombre. Ninguno de los dos quieren dominarse como el novio del otro. Esta por demás y sobre entendido para ambos, así que no lo dicen en voz alta – ¿Por qué no estás tomando vino o esas cosas caras? – pregunta curioso, inclinándose para tomar una botella, húmeda y con más de la mitad de su contenido. La lleva hasta su boca, le refresca la garganta –

 

-      Esas cosas caras te las tomaste tú la ultima vez – Naruto ahora si ríe, estruendoso, con las mejillas sonrojadas y los ojos cerrados, Sasuke abre sus ojos solo por el placer de ver aquello –

 

-      No me arrepiento tebayo – ninguno lo hace, no cuando el Uchiha dejaba resbalar los líquidos fríos de alcohol por el trasero de un Naruto, que se embriagaba de una nueva manera –

 

-      Hm – Sasuke hace un ruidito ante el descara del rubio, girando hacia su derecha para meter la mano en el bolsillo de su pantalón , sus pies descalzos acarician la tela del reposabrazos – dame tu mano – Naruto se inclina y alza las cejas con desconfianza – solo hazlo Usuratokanchi – Naruto deja caer la mano con pesadez sobre el torso de Sasuke, que le da una mirada adusta, agarra la muñeca y deposita sobre la palma abierta un pedacito de metal – deja de entrar de una jodida vez por la puerta de servicio – Naruto observa, el aro que contiene dos llaves. Una es para la casa y la otra… - feliz cumpleaños – la otra es del coche que se ve por la ventana con las luces direccionales prendidas y la bocina siendo escandalosamente tocada por un sonriente Suigetsu, puede sentir su chiflido cuando acaricia el volante. Baja el rostro –

 

-      Sasuke – y él tiene los ojos cerrados – Mírame teme – y él no los abre – no me jodas Sasuke –

 

-      No hemos llegado a esa parte Naruto  - y el Uchiha se incorpora, para estar a su altura y mirarle – no vayas a llorar – advierte ante los temblorosos ojos azueles del Uzumaki –

 

-      No lo hare – y se restriega el brazo sobre ellos, porque se siente sobrepasado, incrédulo, y exaltado. Porque pensó que Sasuke ya lo había hecho todo en el momento de dejar a las prestadoras de crédito, y hacerse cargo solo de la parte administrativa, pero ahora… -

 

Sasuke, todo ojos oscuros, cabellos revueltos y olor jazmín,  es casi un sueño con tintes de pesadilla, que le parece tan perfecto. El rubio sonríe estirando sus brazos e inclinándose, hoy cumple 23, bautiza a ese día, como el mejor cumpleaños de su vida. Dobla la mitad de su cuerpo hacia un lado y presiona los labios del Uchiha, para tragar las lágrimas que de nuevo se le quieren salir.

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XXX.The good things in our lives

Todo es vertiginoso, el olor de tabaco y sus labios con sabor a cerveza. La idea incompatible de Sasuke con una botella a medio tomar y no con una copa de caro champagne, lo hace más real, más alcanzable, te gusta. Sus labios están calientes y se presionan contra tu boca, como si intentara encajar dos piezas llenas de saliva y sal.

Se empuja hacia ti, te aplasta contra la puerta a medio cerrar, tu trasero hace un ruido sordo contra la pared, la perilla sede y se cierra, se te encaja en la espalda y te quejas, del frio metal contra tu piel de sangre hirviendo. Y no es la primera vez que la dominación es un juego de control, pero nadie tuvo nunca esa mirada revuelta entre el deseo y el amor que a Sasuke se le desborda bajo las largas pestañas y el vaho de su aliento condesado contra tu lengua.

Pruebas su sabor amargo, el alcohol se trasmite mediante el fluido de sus papilas gustativas rozándose contra las tuyas. Tu boca abierta aspira el alma que a Sasuke se le escapa en un gruñido satisfecho. Sientes el pinchazo de placer y orgullo por un sonido tan pequeño, que te asusta cual sería la reacción de tu cuerpo cuando su voz se te cuele por los oídos y se chorree en tu interior.

Empujas al alto hombre, con sus cabellos revueltos y el sudor transpirádnosle por la camisa blanca. Llevas tus manos hasta el primer botón  para deshacerlo del ojal. Sus bocas no se ha separado ni un momento. Todo se hace a ciegas con movimientos de manos abarcándolo todo y dedos encontrándose en la tela que va cayendo  al suelo.

Sientes tu pantalón ser abierto, y como la cinturilla se resbala hasta llegarte a las rodillas, Sasuke se entretiene jugando con el elástico de los bóxer, lo hala y acaricia la delgada piel de las caderas, lo suelta sin aviso y tú haces un ruidito al sentir el quemazón del mismo chocar con brusquedad sobre el final de tu espalda, arqueas la columna y sus hombros chocan, mueven las caderas como si quisieses que las manos que se pasean sobre tus omoplatos cayesen por la acción de la gravedad, la sonrisa de Sasuke se pinta sobre tu lengua.

Hay algo encantador que nunca habías notado antes, Sasuke tiene la costumbre de hacer todo ese cabello que le cae sobre el rostro hacia atrás, y ves su torso expandirse, sus bíceps rellenarse de músculos con la flexión y su vientre, cubierto finamente de vello, es un camino en forma de flecha que nace desde su ombligo y que se pierde por inicio de sus jeans abiertos, la hebilla del cinturón le roza el abdomen a cada movimiento haciéndola sonar, cierras las manos sobre esta y la jalas con todas tus fuerzas, deshaciéndote del largo tramo de cuero negro.

Tienes la intención de tirarlo pero la mano del Uchiha, que te mira desde un punto más arriba se te enreda en la muñeca.

-      Lo necesitare después – la voz, ronca, casi inexistente, es como el silbido de una serpiente, que te muestra los colmillos antes de morderte, una advertencia silenciosas de sus acciones. Aspiras aire con brusquedad imaginándote cómo es que el cinturón en las manos de Sasuke puede tintinear a la hora de encontrarse contra tus nalgas –

Y él sonríe, sus labios algo agrietados brillan, como si pudiera leerte el pensamiento, frunces ligeramente las cejas, tienes aun toda tu ropa sobre tu cuerpo y aun así te sientes tan vulnerable que enredas tus brazos sobre su cuello, para sostenerte de él y esconderte en su pecho, quieres que deje de mirarte, de recorrerte y saborearse, como si fueras el plato principal que ha esperado durante toda la cena.

Él te toma de la cintura y te aleja de la puerta, y caminan con las piernas revolviéndose entre cada nuevo paso, tu cadera golpea contra el florero de girasoles y tu cierras los ojos, el sonido de la cerámica romper contra el suelo te tensa, Sasuke te suelta y te da una rápida mirada, a ti, que siempre te han gustado ese adorno abres la boca para disculparte, no tanto por haberlo roto sino por cortar de tajo esa intimidad que iba en un acelerado crescendo.

El Uchiha se inclina para tomar una de las floras y arrancarle el tallo, la mira un poco, antes de reincorporarse y llevarla hasta tus cabellos, apoyada sobre tu oído izquierdo, está un poco húmeda, las gotas del agua con olor silvestre te profana. Sasuke te observa, con sus manos sobre tus mejillas, y tú sientes que vas a llorar solo ante ese toque y sus ojos afilados sobre los tuyos, como un cielo nublándose y resplandeciendo en desorden ante cada gesto que realiza.

 Pones tus manos sobre las de él.

-      Sasuke – y pruebas su nombre, entre la saliva que se te ha vuelto más espesa en la boca y con el amor revolucionado que jamás  has sentido en ti, te quema, calcinándote los huesos, te aprisiona el corazón y planta a orugas en capullos, esperando esa metamorfosis entre mariposas y nervios. Las células se te rellenan en un ciclo sin fin de una declaración que aun no has hecho en voz alta pero que se te sale por las yemas de los dedos que acarician sus nudillos –

Y te besa, alza tu rostro y hunde su lengua, respiran el mismo aire de un espacio tan reducido, tan de ustedes, que cuando se agotan, ambos se están dando una versión nueva de RCP.

Y reanudan su camino hacia la cama, Sasuke te sienta y tu abres las piernas para recibirlo, acunándolo con las rodillas y muslos, el se inclina para quedar a tu altura, mientras te saca la playera sin mangas por la cabeza y te obliga que le sueltes para alzar los brazos, haces un mohín ante la ansiedad que te deja ser alejado de él, por mínimo que sea.  Y él lo nota, hay tanta ternura escondida en la manera en la que retira el pantalón que se había enredado en tus tobillos que quieres estirar los brazos para tomar sus hombro y hacerlo que se acerque a ti. Que sus pieles se toquen, quieres ser cubierto por el Sasuke alto y con olor a jazmín.

Te dejas caer hacia atrás antes  de que él pueda llegar hasta tu bóxer de un escandaloso color naranja. Sasuke alza una ceja, tu estiras tu brazo hacia él, quien termina por deslizar la mitad de su cuerpo y se desabotona la camisa con su mano derecha la otra está ocupada, entrelazada con tus dedos.

Sus rodillas se apoyan entonces en los costados de la cama, tus piernas aun abiertas sobre colchón, Sasuke se ha mantenido fielmente entre ellas, inclina su cuerpo arqueando la espalda y subiendo la cintura, parece un gato estirándose para llegar a su presa, tu sonríes, halando un mechón de su cabello mientras levantas el rostro para besar su mejilla, su nariz, sus ojos y frente. Y él se deja hacer, de una manera mimada y tan dócil que tú solo sientes que el pecho te explotara, Sasuke te está llenando más y más.

-      Sasuke – le llamas en un susurro, como si compartieran un secreto - ¿te gusto? – y quieres escucharlo, no una, no dos ni tres veces, quieres oírlo a todas horas entre el buenos días y el nos vemos más tarde, él guarda silencio – Sasuke – y tu voz repiquetea débilmente, puedes sentir como  si hubieses nubes de vapor denso alrededor, sabes que solo son las cervezas dentro de sus cabezas –

Sasuke deja caer todo su peso sobre ti, se hunde sobre tu pecho y oculta el rostro en tu cuello, tus manos se deslizan sobre sus espalda por debajo de la camisa que un no ha quitado, su piel fría se calienta entre las palmas de tus manos.

Giras su cabeza hacia a ti. Sus dedos juegan con los pétalos de girasol enredados en tus cabellos y tú lo ves, tan cerca que la garganta se te hace nudo, te aterra cerrar los ojos y que desaparezca.

-      Podría decírtelo – y arranca los pétalos uno a uno – o podría follarte para que lo entiendas mejor –

Y sonríes divertido, Sasuke nunca ha sido romántico, y ahora está haciendo un esfuerzo para que sientas todo lo que su boca de mafiosos y genio de números no puede. Aun no le sale, y no te lo tomas personal. Recargas tu frente sobre la de él.

-      Ser follado suena muy bien tebayo – ríes ante la mueca que hace ante la muletilla que ahora repites casi sin pensar, como si tu sistema apagado se hubiese reiniciado y dentro de la actualizaciones, tu cerebro ha recordado, esa expresión tan particular como la Deidara con su “Hum” –

 

-      Has adquirido una mala costumbre Naruto – acusa, apoyando sus codos en la cama para levantar la mitad de su cuerpo, tus piernas se elevan para rodear su cintura, alzas los hombros y él niega de una manera tan resignada que vuelves a darle un rápido beso, mientras te restriegas contra él – antes no eras tan activo – y ahora Sasuke esta hincado, con sus manos sobre tus rodillas haciendo que le sueltes –

 

-      Antes no me había enamorado de ti – y ves la sorpresa sobre su rostro, la sinceridad es una secuencia consecutiva de impulsos dentro de tu valentía alcoholizada y tus pensamientos reprimidos por meses – cuando lo hacía con los clientes yo pensaba en cosas, cosas viejas o lo que haría al llegar al apartamento, así no estaría ahí con ninguno de ellos -  te sientas, para estar de nuevo cerca de Sasuke, con su espalda recta y su atención concentrada en ti, tus pantalones aprietan, pero el corazón lo hace mas – no sé cuando deje de pensar y comencé a verte a ti tebayo – haces que la camisa se deslice sobre sus hombros y caiga al final de la cama –

 

-      Yo tampoco lo sé – y te empuja – cuando comencé a verte Usuratokanchi – frunces el seño ante el insulto, jamás habías tenido un control en ninguna de las platicas que sostenías con Sasuke, ahora te sientes con un privilegio que si bien no comprendes sabes que puedes utilizar –

 

-      Mejor ser un ser un Usuratokanchi que un teme – y le sonríes, tan grande, y desafiante que el brillo de sus ojos se transforma en un reto silencioso –

 

Sasuke mete las manos dentro de tu bóxer, y cubre tu boca, abres mas las piernas, tan natural, tan desesperado ante su toque que el sonido de burla solo te hace estremecer, tus manos se meten en medio de los cuerpos de ambos, tu dedos también se introducen dentro de sus interiores y lo sientes, su miembro y ese olor de almizcle mezclado con sudor, su vello rizado se asoma por el elástico, tus dedos se presionan contra su polla, la punta está cubierta de pre-semen, embardunas las puntas de tus yemas, para usarlas de lubricantes y así comenzar a subir y bajar tu mano por toda la extensión de piel suave, caliente y pegajosa.

Y es entonces que lo escuchas, su voz pronunciando tu nombre, llamándote en medio de la bruma que sientes por su manos hundida entre sus testículos y la tuya jalándolo, más rápido, más fuerte, como si ya estuviese dentro de ti y lo abarcaras desde el glande hasta la base, ahora no estás muy seguro de quien se comerá a quien.

Y los besos son desesperados, la saliva te rueda por la comisura de los labios, te estás tragando los jadeos de Sasuke, con su diente colisionando con los tuyos y su cadera en movimiento contra ti. Y estas abajo, siendo aplastado. Se siente genial. Quieres darle más. Quieres darle todo.

-      Sasuke – él ha retirado tu mano y se alza tan alto como es, alza tus caderas y retira el bóxer, que te queda colgando del pie –

 

-      Abre mas las piernas –

 

 Tus rodillas tocan el colchón en un arco de dos V, con tus piernas flexionadas y tu entrada lo más expuesta posible, se inclina para llegar hasta la mesita a un lado de la cama y toma un frasquito de aceite con olor a jazmines, a penas puedes reprimir el pensamiento de los dedos de Sasuke llenándote de su propio aroma. Ves el líquido resbalarles por tres de sus dedos, goteando hasta las sabanas. Y quieres decirle que no necesitas preparación, que solo posicione la punta de su polla y te la meta, que estas acostumbrado y que eso era lo que hacían antes.

Su dedo ingresando, abriéndose paso entre tus entrañas e instalándose ahí te calla, hay una cierta vulnerabilidad en su gesto de concentración, con su dedo siendo detenido solo porque tus nalgas ya han llegado hasta el nudillo, y un gesto de alguien que quiere hacerlo con cuidado. Sasuke no quiere hacerte daño. Respiras profundo, obligando a que el dedo que ya salía, ser succionado hacia adentro, la mirada del Uchiha sobre ti solo logra hacerte sentir mejor.

El dedo comienza entonces en un vaivén de adentro hacia  afuera, tu alzas las caderas, el mete un segundo y tú lo jalas hacia a ti, pasas tus brazos por su cuello y gimoteas cerca de su rostro con los ojos apretados y la saliva corriendo hasta tu pecho, y te sostienes de él, de su ancha espalda y de un amor que no puedes ver pero que se te está metiendo tan adentro que cuando el tercer dedo de Sasuke se estira en tu interior, con un movimiento de tijeras para dilatarte, sientes la prensión en tu vientre ceder.

Te encoges, con los dedos de los pies doblándose y la contracción de tus testículos subiendo por la base hasta llegar al glande, tu polla palpita y tu gritas, arañas su espalda y lloras, porque te estás corriendo, en pulsaciones que te saben a gloria y con su mejilla húmeda sobre tu cabeza, el semen sale, espeso, se chorrea como un vaso de leche derramada y te recorre por los muslo, llegando hasta tu entrada, convirtiéndose en mas lubricante para un Sasuke que te mira, todo ojos oscuros y complacencia mal disimulada, agacha el rostro y te besa.

Y todo es mas caótico entonces, no languideces por el orgasmo, sino que lo sientes como una recarga de energía, el gatillazo de salida, te ves empujando el pantalón de Sasuke con los pies y tus manos dando tirones hacia bajo de sus bóxer, él te ayuda con la mano que tiene libre y patea el bulto de ropa que se ha ido enredando conforme va  bajando.

Y tú, que un sientes los espasmos de haberte corrido, llevas la mano un poco temblorosa en busca de su polla, cuando Sasuke lo nota, tus caderas ya se han empujando en tu exploración, posicionas su miembro y retiras su extremidad, con sus dedos resbaladizos, tus piernas vuelven a rodear su cintura y lo empujas con los talones. Lo obligas a que entre en ti, mientras continuas agarrado de su espalda y gimiéndole en el oído. Porque lo extrañaste y fuiste un idiota. Porque estas pidiéndole perdón silenciosamente, por haberte ido y no haberlo enfrentado, por no poder decirle si cuando él lo pregunto, en ese momento solo quisiste ignorar su intención. Porque lo abandonaste, cuando todo lo que quieras era correr a su lado y a hacerte cargo de su mundo tan roto, tan miserable, porque lo entendías, lo que era perderlo todo, lo que era luchar contra la vida y dejarse coger a diario solo por un bien mayor.

Y Sasuke está dentro, al fin esta dentro, no como tu jefe, no como tu cliente, solo como Sasuke, y porque joder, este es la primera vez que haces el amor,  eres tan inexperto que todo el sexo vivido por tanto años se acaba de suprimir de tu memoria y solo quieres sostenerte de Sasuke, de su voz, de sus brazos, de su olor, de su voz. Sasuke. Sasuke. Sasuke.

Sus caderas comienzan a moverse, y el sonido de los fluidos cuando se separan y vuelve encontrarse suena obsceno, es una canción sobre lo rudo y bestial que se esconde en Sasuke y que te lo está dando, mientras gruñe y jadea cuando le aprietas tanto que siente le vas arrancar la polla. Se la exprimes y sabes que a él le gusta de esa forma, en que algo es tuyo y solo tuyo.

Sus testículos rozan tus nalgas cuando Sasuke se retira y alza una de tus piernas, moviendo todo tu cuerpo y obligándote estar de costado, aprietas la sabana y hundes la cara en la almohada, y es ahí, ese punto oculto, unos grados al sur, tu próstata se lame al miembro de Sasuke, lo besa y se lo traga, tu estas gritando porque sientes que es demasiado, él en tu interior, su mano sobre tu propio miembro y su olor.

Alzas una mano, buscándolo, el suelta tu pene y entrelaza sus dedos con los tuyos

-      Tu cara. Mhg – ahoga un jadeo cuando volteas y lo aprisionas mas con el espasmo que ha hecho tu espalda – no escondas tu cara –

Sasuke suelta tu pierna, recostándose suavemente tras de ti, rodea tu torso con su brazo izquierdo, no ha soltado tu mano que posa por encima de tu cabeza, flexionas una pierna hacia donde el esta, posándola sobre su cadera, abriéndote más a él. Giras tu cabeza y sus ojos se encuentran, las lágrimas te corren por un costado y se besan. En una habitación que en otros tiempos tenía muchas historias triste que contar y que ahora solo es la incubación a algo nuevo que es muy parecido a un poco de felicidad.

Sasuke repite tu nombre una última vez, antes de enterrarse por completo y que lo sientas, tú corriéndote por segunda vez y él vaciándose en tu interior, sonríes tontamente. Estas lleno de un amor que ahora solo ustedes dos pueden ver.

 

 

 

 

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