Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Say goodbye por -oOYUKI-NII-Oo

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

∞ Titulo: "Say goodbye"

∞ Autor: YUKI-NII.

∞ Género: Friendship

Ranting NC17

∞ Pareja: SasuNaru

∞ N/A Naruto no me pertenece. Todo es de su gran autor, Kishimoto-Sensei

∞ Resumen: Naruto ve como todo cae poco a poco, Naruto abre sus piernas tratando de sostenerlo todo. A veces el amor no es suficiente.

.:.:.:.::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.:.:.:.

 

Capitulo 3.

.:.:.:.::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.:.:.:.

 

 

XIII Beautiful place

 

El cabello rojo de Gaara, tiene un olor comercial a fresas con kiwi. Lo hueles cada mañana antes de levantarte y siempre a escondidas. Al de ojos verdes le produce cosquillas cada vez que entierras tu nariz en sus hebras. Se encoge un poco, subiendo ambos hombros y arqueando la espalda, la columna vertebral se le marca en la piel, los vellos se le erizan. Te hace sonreír.

Le das un beso en la frente y bajas descalzo de la cama. Miras como el seño se la ha fruncido levemente y como mueve la nariz un poco, se gira sobre la almohada que comparten y vuelve a respira de forma tranquila.

Te recargas en el marco de la puerta, vistiendo solo una vieja camiseta de Gaara que apenas te llega a los muslos. Te muerdes el labio inferior, murmuras un lo siento que nadie escucha y te vas. Con el cabello revuelto y el semen del pelirrojo saliendo a cada paso que das.

 

 

.:.:.:.::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.:.:.:.

 

-      Hey rubio – el saludo de Sugeitsu te hace girar la cabeza. –

La puerta del edificio se cierra tras de ti, sonríes levemente al de cabellos claros que camina hasta ti con un paquete en mano y una sonrisa maliciosas que te hace entrecerrar los ojos. Te toma de un brazo y lo alza. Miras como es que en la parte posterior de este hay una marca roja. Un chupete perdido en la piel bronceada que debería haber desaparecido con las horas.

Das un suspiro, la sonrisa de Sugeitsu crece un poco antes de bajar la cabeza y comenzar a negar.

-      El jefe lo encontrara. Y no le va a gustar –

Te sueltas con suavidad y tomas y el paquete entre las manos del guardaespaldas. Sabes que es para ti, caminas hacia el auto y subes. El olor a jazmines te da la bienvenida, el cuero negro se pega a tus piernas, solo traes un short diminuto y la camisa con la que te levantaste. Sientes, sentado ahí, siempre junto a la ventana que da  a la izquierda, que el tiempo no ha pasado. Que eso no es una idiotez, una de las más grandes que has hecho.

Cierras lo ojos, no eres el estudiante de mecánica que no ha podido pagar las mensualidades atrasadas. No eres el compañero de piso de alguien que no tiene categorización, pero que quieres.

Ahí, dentro del Malibú color gris, eres Naruto. La puta exclusiva de Sasuke Uchiha.

Piensas que deberías de sentirte mal, pero no lo haces.

La culpa no es algo que tenga cavidad dentro de tu atrofiado corazón. Estándares morales, reglas sociales. Fidelidad. Roles. Nada de eso es aplicable en ti. Nada de eso tiene una influencia en la prueba con margen de error que estás jugando. Tu mano izquierda a veces sostiene la mano de Sasuke, otra más la polla de Gaara. Aun no encuentras la diferencia entre ambas.

Abres el paquete sobre tu regazo. Echas la cabeza hacia atrás.

Sasuke casi nunca dormía más que algunas horas, y lo hacía mal. En posiciones incomodas y siempre alerta. Cualquier sonido alteraba su sistema nervioso y lo despertaba. No volvía a cerras los ojos, su mirada se perdía en el techo.

Recuerdas las tardes en que solia dormitar sobre tus piernas, su cabello se extendía sobre tu regazo y era una mezcla de su olor y esencia de jojoba. Nunca has enterrado tu nariz en el, pero sabes cómo es su textura, la sedosidad con que las hebras oscuras resbalaban entre tus dedos, y la forma casi felina en la que agitaba la cabeza para que la masajearas en movimientos circulares.

Sasuke siempre te ha parecido mimado. Un niño en un cuerpo que le queda demasiado grande. Uno que continuamente estaba asustado y que era arisco mas por que la vida se lo había cogido demasiadas veces que por naturaleza propia.

Sacas el contenido del paquete mientras te quitas la camiseta.

Sasuke siempre tiene sus propias maneras de hacerlo todo, aunque es practico muchas ocasiones carece de lógica, sus actos son una continua clave codificada que envía en una prueba inconsciente para las personas. Como si retase el tiempo que tardan en captar el significado de cada ínfimo espaciamiento que su cuerpo hace.

Es por eso que no te sorprendió su llegada a la tienda de antigüedades.

Tu cuerpo estuvo temblando, sacudiste la cabeza, y respiraste con dificultad, aun a través de las gruesas paredes que separaban el mostrador de la esquina, casi oscura, donde tus ojos se pasearon a una velocidad abrumadora, podías oír su voz, danzar lentamente por cada rincón hasta lamer tus tímpanos,  grave y seria, sabes que fumo recientemente un Lucky Strike1  rojo, el aroma del tabaco sobre su traje oscuro llegó a tus fosas nasales tan naturalmente en cuanto él abrió la puerta de la tienda.

Te recárgate un momento sobre la mohosa pared, tenías que tranquilizarte, bloquear el aroma a jazmines que te da vuelta en la cabeza, dejar de estar intimidado ante su sola presencia. Ya no trabajas para él. Ya no era tu jefe, y tú no eras la puta con normas a cumplir, solo eras el dependiente de medio tiempo que le vendería el libro de Poe, a quien se dice ser un apreciador de la buena lectura.

Alzaste tu mirada, el libro de portada roja y con la enorme sombra de un cuervo te miraba desde lo alto. Cuadraste tus hombros y diste una última respiración honda. Sasuke no estaba ahí para llevarte a ti. Aun si ese fue el primer pensamiento que tuviste al ver sus oscuros ojos afilados.

Apretaste el libro contra tu pecho mientras dabas un rápido vistazo al precio obscenamente desorbitante. Reíste, nada es obscenamente costoso para Sasuke ni siquiera tú.

Saliste al mejor paso firme que se tiene cuando el piso se mueve constantemente bajo tus pies, Sasuke estaba recargado en el mostrador, dándote la espalda, había encendido otro cigarrillo, miraste el humo viajar sobre su cabeza. Carraspéate para llamar su atención, él se giró con lentitud. No era una coincidencia que esa sucursal en la que estas sean la única que tiene la copia de “El cuervo.”2

Lo pusiste sobre el mostrador, a la vez que te quitaste los guantes blancos de látex, que por obligación tienes que usar cada vez que tomas uno de los libros, miraste como había un brillo en los ojos del Uchiha cuando se pasearon por la figura algo tétrica del pájaro, una sonrisa diminuta se dibujó junto a la tuya, era raro ver sonreír a Sasuke, quien siempre tenía el ceño fruncido y parecía estar preocupado.

Sin quererlo sonreíste por auto reflejo. Él lo notó, no dijo nada.

-      ¿Eso sería todo? – tu papel como empleado se distendió entre la pequeña habitación. Él asintió, mientras  su mano iba hacia  su bolsillo para sacar la billetera –

Tomaste la tarjeta de crédito, es obvio que Sasuke no preguntara el precio, te reprendiste mentalmente cuando la cantidad quedó bailando entre tus labios. La pasaste por la terminal, y le diste el pequeño papel para que lo firmara. Mientras te agachabas para sacar una bolsa café y envolver el libro. Te lo entrego de vuelta apenas rozando tu mano. Te dio una última mirada y se fue.

El olor del Lucky Strike permaneció ahí, junto a la esencia de jazmines y tu decepción.

Ese encuentro no paso de ser una cordial colisión entre ambos, sin palabras de intercambio mas allá de las necesarias, miradas cargadas con significado o alguna otra señal que basara la forma irracional en la que te encontrabas. Diste un suspiro mientras tomabas el Boucher para guardarlo en la registradora.

Miraste un manchón de tinta, frunciste el ceño y lo acercaste a tu rostro.

Fue una sucesión de pasos sin premeditación. Primero frunciste el seño, antes de abrir la boca ligeramente y después llevarte una mano hasta los ojos.

Pasare por ti mañana. No trates de huir. Sasuke

Sacas la cabeza de la camisa blanca con holanes. Te inclinas y pones las largas medias que se van estirando para tomar la forma de tus piernas. Ajustas la correa alrededor de tu cuello y deslizas los pies sobre los zapatos en puta con tacón de aguja. Abrochas el último botón del pequeño short negro.

Sientes como el auto va desacelerando. Sabes donde estas.

La puerta se abre, hay una mano pálida estirada frente a ti. Miras la ropa que traías antes, echa un bulto bajo el asiento. Cierras los ojos y sacas una de tus piernas, mientras que tu mano izquierda se apoya sobre la otra. Los dedos de ambos se entrelazan.

Te pones de pie frente a él. Un poco más alto de lo que eres normalmente. Te observa. Sus ojos oscuros escanean cada rincón.

Te repites que la vida es muy corta para arrepentirse. Que a veces solo hay dos extremos de las decisiones y que siempre habrá un hogar al cual regresar y una casa a la cual huir cuando la vida cotidiana te asfixie.

Los tacones son un “clak...clak” contra el pavimento. Eres como un poni con cascos nuevos.

Das una última mirada a Sugeitsu que recargado sobre el cofre del auto mueve la mano en son de adiós.

Fijas tu mirada enfrente, las puertas del elevador se abren, se encuentran en el sótano, donde van todos los autos. Tus dedos aun siguen entrelazados. Volteas hacia tu derecha ante el sonido profundo que escapa de la boca contraria.

-      Bienvenido de vuelta. Naruto – su voz llena tu cerebro como si fuese un líquido viscoso y cálido.

Sasuke presiona el botón del último piso, su brazo se enreda en tu cintura y te atrae hacia él. Escondes el rostro sobre su pecho. No quieres claudicar y mirar atrás.

Porque la vida ha sido una jodida perra como para comenzar a comportarse dentro estatus quo que no te alimentan ni te dan un hogar.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).