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Love is Blind por gabiiii981

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Notas del capitulo:

Estoy actualizando bastante rapido, merezco reviews por el esfuerzo(?) este cap lo espere tanto tiempo, no veia la hora de que sucediera, enjoy!

-Ngh…-

Las luces del club destellaban un brillo que era común en aquella clase de discotecas. Solían ser intensas al borde de atontarte y dejarte desorientado por un buen rato. El volumen de la música sobrepasaba el nivel estándar, las mesas y los muebles retumbaban ante el estridente sonido de los bajos ecos electrónicos. En aquella situación, él hubiera deseado que cualquiera notara su estado para poder impedir lo impensable. Quizá si alguien se percataba de lo mal que se encontraba, lo hubieran sacado de ahí en forma de auxilio y de alguna manera se hubiera salvado de toda aquella situación.

Hubiera sido bochornoso y posiblemente una mancha que pudriría su carrera si llegaba a ventilarse a la luz. No todos los días G Dragon salía del club más ostentoso de todo Japón en un estado tan lamentable.

Pero hubiera preferido mil veces ese escándalo… antes de lo que estaba por suceder.

-¡Ahh!-

Se retuerce en aquel sofá de su propia zona VIP y larga un gemido lastimoso. La música empieza a cobrar sentido en sus oídos, pero aún no puede saber dónde se encuentra. A pesar de que entreabre los ojos, su visión es tan borrosa que no logra reconocer absolutamente nada de su alrededor. El olor a marihuana en el ambiente mezclado con humo de cigarrillo era inconfundible, pero eso no explicaba las fuertes sensaciones que sentía en sus extremidades.

Ji Yong vuelve a gemir arqueándose y deja caer su cabeza hacia atrás. Sus labios rojos se entreabren y jadea con dificultad. Bajo su vientre sentía un cosquilleo que siempre reconocía, pero que hace mucho tiempo nadie le hacía experimentar. Sus músculos se tensan y el pánico se adueña de su ser cuando siente que está a punto de correrse. No entiende nada de la situación, no entendía de dónde provenía ese placer ni quién se lo estaba proporcionando, sus ojos seguían nublados y trataba de hacer lo posible para gritar, pero ni siquiera su garganta le estaba haciendo caso.

Arrodillada ante el amplio sofá en dónde se encontraba recostado Ji Yong, Kiko chupaba su miembro mientras que Ji se retorcía gracias al más inconfundible placer. Lamía su extensión de arriba hacia abajo para luego volver a introducirse su falo a la boca y seguir con su trabajo.

Ella… lo amaba.

Y Ji Yong no se hacía una remota idea de todo lo que había estado pensando en él. Cada segundo desde que habían roto había resultado ser un martirio inimaginable sin saber noticias de su ex amante, era como si no supiera vivir sin su existencia. Kiko había enfermado de forma peligrosa y a esas alturas estaba dispuesta a hacer lo que fuera para poder recuperarlo. Si él no accedía por las buenas, tendría que ser por las malas. Se negaba a seguir viviendo sin estar a su lado y aunque miles de veces se había separado de él y lo había hecho sufrir y viceversa, se había dado cuenta a la larga que no podía cortar sus vínculos, dependía de él física y emocionalmente y no podía respirar con la libertad que los caracterizaba si no estaban juntos. Y si la única forma de recuperarlo era volver a recordarle todo el placer que podía causarle, lo haría de cualquier forma sin importarle los métodos sucios que podría utilizar. Estaba dispuesta a todo y las cosas le habían dejado de importar. Ninguna mujer podría robarle a Kwon Ji Yong, él sería suyo para siempre.

Tenía que ser suyo como fuera.

-Volverás conmigo, lo sé.- Murmura separándose del miembro de Ji Yong y sujetándolo con una mano sin dejar de masturbarlo. Causarle ese placer y sentir como su falo temblaba en su boca y largaba líquido pre seminal la excitaba y la hacía volverse loca casi como lo estaba él. Ella había colocado un fuerte tranquilizante en la bebida de Ji Yong y lo había dejado lo suficientemente drogado como para que su cuerpo no pudiera reaccionar, podía estar parcialmente consciente pero aun así no conservaba la lucidez necesaria como para resistirse.

-¡Hyung!- Chilla Ji Yong cerrando sus ojos con fuerza, a pocos segundos de correrse.

Kiko abre bien los ojos y cuando detiene los movimientos de su mano, jala una última vez hacía arriba aquel tronco erecto y provoca que Ji se corriera inevitablemente.

-¡Seung…! Hyun…- Grita sollozando lo bastante claro como para que ella pudiera escuchar aquel nombre salir de sus labios. Los segundos transcurren y el semen se derrama por la mano de Kiko, quien en estado de shock no podía comprender lo que había escuchado.

Kiko separa su mano con los ojos llorosos, había escuchado gritar lleno de lujuria aquel nombre masculino por parte de un drogado e inestable Ji Yong que de seguro estaba delirando. Pero… por alguna razón… siente el peor de los miedos crecer en su pecho, baja la mirada y las lágrimas caen por sus ojos. Se muerde los labios con fuerza y tiembla angustiada. ¿Acaso Seung Hyun no era el nombre de uno de sus compañeros de grupo? ¿Por qué Ji Yong pensaría en alguien así al estar a punto de correrse?

Se pone de pie y sin pensarlo dos veces, revisa los bolsillos de su víctima, encuentra su celular y lo quita de su compartimiento. Mientras que las lágrimas caían y sus manos temblaban, examina con valor sus contactos y cuando encuentra su instagram privado comprende que lo más probable es que esa pequeña teoría que se estaba ideando en su cabeza podría ser verdad.

De pronto abre bien los ojos repleta de horror y suelta el celular, que cae al piso sin romperse por la distancia próxima. Se cubre los ojos con ambas manos y grita quebrándose la voz e hiriendo su garganta. Las lágrimas caen violentamente y empapan su rostro de porcelana, llora como si no existiera ni la más mínima posibilidad de conseguir lo que más anhelaba.

Como si todos sus sueños y promesas hechas con Ji Yong se quebraran y definitivamente no existiera un futuro próspero entre ellos. Los recuerdos se instalan en su cabeza y la hacen gritar del más horrible dolor, porque todavía no podía comprender como todo había cambiado tanto, como aquella persona que amaba con la vida podía haberla cambiado tan pronto por una persona que nunca hubiera considerado enemigo o rival.

Su alma se tiñe de negro y su corazón se quiebra en la peor de las angustias, creyendo que nunca tendría las herramientas necesarias como para poder recuperar a su amado, porque nada, ni siquiera su cuerpo, podrían ser suficientes para poder satisfacerlo nunca más.

Las miles de fotos junto a Seung Hyun solo podían significar que se había enamorado perdidamente de aquel hombre.

Ji Yong se acurruca a un costado del enorme sofá y se abraza a si mismo sintiendo un frío de ultratumba. Jadea muy consternado y se despabila lo suficiente como para reconocer que estaba en ese jodido club japonés. Los recuerdos de a poco cobran sentido y todo comienza a unirse, hecho tras hecho, como si se tratara de una película borrosa en su memoria.

Él pierde el aliento y empalidece cuando se da cuenta de que sus muslos estaban manchados en fresco semen. Su hombría estaba al descubierto pero flácida y al apenas verla se acomoda sus ropas con el rostro lleno de incertidumbre. Y Kiko estaba de rodillas en el suelo, con ambas manos cubriéndose el rostro y sollozando como si no existiera un mañana. Entonces Ji Yong se cubre la boca con ambas manos y las náuseas y el asco se apoderan de toda su anatomía, el placer que sentía mientras deliraba, el imaginar que Seung Hyun poseía su cuerpo y lo profanaba era solo un maldito sueño sin sentido.

Kiko… Kiko había abusado de él aprovechando su estado. Y al apenas comprender lo que estaba sucediendo, Ji Yong trata de levantarse apresurado pero no logra conservar el equilibrio porque todavía no se había recuperado por completo. Sus extremidades le fallan y cae de rodillas, rompiendo con la poca estabilidad que había reunido. Las ganas de largar todo lo vencen y vomita sobre el suelo con todas sus fuerzas, largando toda la droga que todavía no había sido procesada por su cuerpo.

-¿Eres… homosexual?-

Kiko no estaba en sus cinco sentidos, el shock que había recibido había sido tan grande que de a poco estaba perdiendo la cabeza. Y si antes no tenía el control de sus actos, en ese momento ya no conservaba ningún tipo de filtro para lidiar con la situación. Su voz larga esa pregunta con voz agotada, sin dejar de observar como Ji Yong se limitaba a toser y a vomitar todo lo que se encontraba en su estómago y se retorcía por el sobre esfuerzo.

-Con tu compañero, con Choi Seung Hyun… ¿Prefieres estar con un hombre antes que conmigo?- Larga con una voz quebradiza y sin que pudiera dejar de llorar ni por un segundo. Ignora el estado de Ji y se le queda mirando, mientras se pone de pie y se tambalea con inestabilidad.

Ji Yong termina de vomitar y se sostiene el rostro con ambas manos, temblando y jadeando con mucha fuerza. Su cuerpo rechazaba la mezcla que había ingerido y por eso lo estaba expulsando todo. Pero ese ataque digestivo lo había dejado muy débil y apenas y tenía fuerzas para levantarse. Encuentra su celular en el suelo y cuando lo toma se da cuenta de que su instagram estaba abierto y que efectivamente, Kiko había revisado toda la intimidad que le había estado ocultado hasta ese momento. Guarda el celular y con el odio más grande de todos, alza su mirada y aprieta bien los dientes antes de escupirle todas sus verdades.

-Hija de puta… no puedo creer que me hayas hecho esto… ¿Qué mierda importa que sea un hombre? Yo… yo he encontrado todo lo que jamás me diste en él, ¡Es algo que jamás entenderías!- Exclama mientras que su voz se quiebra y tiembla en su lugar, el enojo y la ira crecían sin control dentro de su pecho y a pesar de que al principio había sentido pánico, ahora simplemente quería que Kiko dejara de entrometerse en su vida. Porque estaba claro que solo quería arruinarla.

-Da igual, ¿Sabes? Da igual… Nunca podrás estar con nadie, ahora veo que no has cambiado en nada, Ji Yong.- Kiko se sostiene un costado de su rostro y le dedica una sonrisa escalofriante e inhumanamente fría.

-¡CÁLLATE! ¡ESTÁS LOCA! ¿CÓMO TE ATREVES A DROGARME? ¡ERES UNA PSICOPATA!- Ji Yong se desgarra la garganta al gruñirle esas palabras que buscaban herirla. Lo que le había hecho no tenía nombre y nunca en la vida podría a llegar a perdonarla porque ella verdaderamente había perdido la razón.

-¡CIERRA TU MALDITA BOCA! ¡¿Te crees la gran cosa ahora?! Si no nos hubiéramos separado, no serías más que un adicto… este eres tú, Ji Yong.- Kiko lo jala de los cabellos con una mano y acerca su boca a su oído, aprovechando la vulnerabilidad de Ji Yong que solo gime abrumado ante su agarre y trata de zafarse y retroceder, pero ella le causa mucho más dolor cuando lo vuelve a sujetar con horrible violencia.

-Acéptalo, es lo que eres, un monstruo que jamás podrá cambiar, ¿No lo ves?- Continúa contaminando su cabeza con todas esas ideas que siempre le causaban daño y lo hacían sufrir las más terribles paranoias. Ji Yong abre bien sus ojos y quiere negarse a escucharla, odiaba que le hiciera eso y lo lastimaba mucho más que cualquier daño físico, Kiko lastimaba su mente y su razón y no quería seguir escuchándola más.

-NO ES ASÍ, CÁLLATE.- Trata de apartarse pero ella lo tenía con fuerza lastimándolo y por más que quería liberarse, no podía hacerlo. Ella le sonríe con falsa dulzura y prosigue sin pelos en la lengua.

-Tratas de aparentar que eres alguien puro después de todo lo que hemos hecho, ¿Quién es el enfermo aquí? Estás podrido por dentro, no puedes negar lo que eres por más que pasen un millón de años.-

Ante tales palabras pronunciadas con el mayor de los ascos, Ji Yong se cubre el rostro con ambas manos y gime angustiado sin querer seguir escuchando, prefería morir antes de que ella continuara hablando diciendo todas esas verdaderas que nunca hubiera querido escuchar de esa boca. Nunca quería admitirlas y se negaba a pensar en eso porque lo destruía y lo malhería hasta superar sus límites. Quería que se detuviera por lo que más quisiera o se volvería loco.

-Solo yo puedo ver tu verdadera naturaleza ¿Sabes por qué? ¡¿Lo sabes?!- Grita en su oído con mucha más repugnancia que antes, provocando que Ji Yong suelte lágrimas y solloce repleto de dolor.

-Porque somos iguales. Y es por eso que estamos destinados a estar juntos, tú y yo, para siempre.-

Él la escucha perdido entre todo su sofocante sufrimiento y se horroriza cuando ella lo suelta con muchísima lentitud. Se atreve a mirarla a los ojos y se asusta de muerte, porque estaba seguro de que esa sonrisa tan dulce y espeluznante quedaría grabada en sus más espantosas alucinaciones.

-¿Y sabes qué es lo mejor?  Que le fuiste infiel a ese hombre. Eres sucio, eres de lo peor, traicionaste al amor de tu vida. Eres una basura, esta es tu verdadera naturaleza y jamás podrás cambiar lo que eres. Estás tan enfermo como yo.-

Ji Yong se queda unos segundos en shock… su respiración se corta y no logra sentir nada por escasos momentos.

Seung Hyun… La imagen de Seung Hyun sosteniendo a su bebé se crea en su mente y eso lo hace caer en su terrible realidad. En la peor de sus pesadillas vivida en carne propia.

Él entra en crisis y se sujeta el rostro con ambas manos, llorando en pleno colapso nervioso. Kiko lo había logrado, acababa de destruir su vida, lo estaba destruyendo por dentro. Todo había acabado, en verdad ella había logrado su cometido de volverlo loco y torturarlo hasta romper todos sus límites.   Ella alza su cabeza y mira hacia arriba, cerrando sus ojos y dejando que las lágrimas también caigan por sus mejillas. Le dolía tanto, pero nunca dejaría que el amor de su vida fuera feliz si no era a su lado.

Como puede, Ji Yong se levanta y sale corriendo del lugar, mientras que Kiko cae de rodillas en el suelo llorando como nunca antes. Ambos destruidos, totalmente rotos, sus almas sangrantes y sus corazones malheridos a más no poder.

Él sale corriendo a todo lo que le daban las piernas de la discoteca. No podía dejar de llorar, se choca con la gente sin importarle nada, mientras que con sus manos trataba de secar las lágrimas sin éxito alguno. No podía quitarse de la mente a Seung Hyun y cuando lo recordaba, solo ansiaba morirse. ¿Por qué todo tenía que haberse arruinado de esa forma? ¿Por qué el destino se empeñaba a ponerle trabas a su felicidad?

“Hey Kiko…”

Llama con su celular a su transporte una vez afuera del club, se arrodilla en el suelo cuando corta la llamada y se vuelve a cubrir el rostro con ambas manos. No podía dejar que la gente lo mirara así, aunque muchos jóvenes pasaban a su lado y se preocupaban al ver a un hombre joven tan angustiado y sollozando con tanta fuerza.

“Si yo me muriera… ¿Querrías morir conmigo?”

Todo eso era una locura. Los recuerdos junto a ella volvían a perturbarlo, sin poder entender como esa mujer que le había brindado los momentos más hermosos y preciados, se había encargado de destruir su interior y de devastarlo por completo. Kiko lo había descubierto, ella se había aprovechado de él. Todo era un completo caos y por primera vez solo quería volver a casa y no recordar absolutamente nada de su tormentoso presente. Solo quería acurrucarse en su cama como un niño pequeño y olvidarlo todo.

La sonrisa de Kiko vuelve en un recuerdo fugaz, pero era aquella sonrisa de hace años que solo le había producido una felicidad inocente. Y que ahora era una distante memoria rota.

“Si es la única forma de permanecer juntos para siempre, entonces mátame.”

Había sido su respuesta, aquella noche lejana que solo permanecía en su memoria como un recuerdo borroso y quebradizo.

Ji Yong llega al aeropuerto y desciende con ropas ligeras. Una camisa blanca que se amoldaba a su cuerpo y unos jeans negros rotos en sus rodillas. Su cabello estaba un poco alborotado pero seguía igual de castaño y lacio como siempre. Sus labios tiemblan, un poco secos pero igual de rosas que de costumbre.

La amargura en sus ojos no puede cambiar y por más que se lo plantea una y otra vez, no podía quitárselo de la cabeza. No había pegado el ojo en el avión, no había podido descansar ni un segundo y su cabeza dolía por no haber parado de pensar ni por un segundo.

Permanece de pie junto a su equipaje, solo entre todas esas personas que se movían de un lado a otro en distintas direcciones. El ruido de las voces se funde en su cabeza y se convierte en silencio. Escucha el sonido de su propia respiración y todo su alrededor se mueve en cámara lenta.

No estaba bien… no se sentía nada bien. Coloca una mano sobre su frente y cierra sus ojos adolorido de verdad. Y se disculpa internamente una y otra vez, a pesar de que ninguno de sus actos tenía perdón.

“Lo siento tanto, Seung Hyun…”

Cuando aparta su mano de sus ojos, reconoce a lo lejos una figura demasiado familiar. Por supuesto, debería habérselo imaginado. De seguro él habría consultado el horario de su avión en la empresa. Verlo de lejos, tan apuesto, provoca que algo en su interior volviera a romperse. Y que duela infinitamente.

Seung Hyun estaba a un par de metros de él, vestía un saco negro bastante largo y llevaba puestos unos lentes oscuros para cubrir sus ojos. No había aplicado mucho tiempo en peinarse y había vuelto su cabello a un castaño muy oscuro nuevamente. Lucía casual pero elegante, como cualquier otro adulto con clase. Su expresión neutra permanece estática, mientras se llevaba un cigarrillo a sus labios y aspiraba el humo de forma imperturbable.

Las miradas de ambos se cruzan y el mayor lee la expresión vacía de Ji, puede percibir esa dolencia silenciosa, ese pesar que era inconfundible en sus eternos ojos tristes. En ese instante, su mirada se torna desolada y casi tan vacía como la de él. El semblante básicamente nulo que le dedicaba Ji Yong, solo podía significar una cosa y solo confirmaba cada uno de sus malos presentimientos.

Ambos viajan en la parte trasera de un taxi, el equipaje de Ji viajaba en la parte trasera, en el baúl del auto. Solo el silencio se había instalado entre ambos, que apenas y se habían saludado. Ji Yong parecía tan ausente, ver el rostro de Seung se tornaba más doloroso de lo que pensaba. Le dolía tanto que estaba seguro de que si seguía pensando en lo mismo, se largaría a llorar sin poder parar frente a Seung. Trata de concentrarse en el paisaje urbano que se mostraba del otro lado de la ventanilla.

Nunca estaría preparado para decirle la verdad a Seung Hyun.

-La viste… ¿No es así?-

Ji Yong abre bien los ojos cuando lo escucha y jadea de la sorpresa. Siente que su corazón bombea con mucha fuerza, adrenalina y terror lo invaden, deforma su expresión a una muy asustada. Y tiembla por un segundo.

Porque de alguna manera, el mayor lo sabía. Podía presentirlo.

Ellos llegan al hogar de Seung Hyun y bajan del taxi sin problemas. Dejando las palabras de lado, Seung toma la delantera y abre la puerta de su casa, mientras que es seguido por Ji que cargaba su equipaje con ruedas. Cuando ambos entran y cierran la puerta, Seung permanece de pie dándole la espalda a su pareja. El silencio vuelve a instalarse entre ambos y la respiración y el ritmo cardiaco se Ji Yong se aceleran, él da un par de pasos muy dudosos hacia Seung y traga saliva, cuando está a punto de alzar su mano y posarla en su hombro, su hyung abre la boca y se digna a hablar, con una expresión totalmente fría y carente de sentimientos.

-¿Lo hiciste con ella?-

Ji Yong estaba a punto de colapsar, retrocede y jadea sin controlarse, se sostiene el pecho con ambas manos y hace lo posible por intentar tranquilizarse y no respirar tan bruscamente. Baja la mirada y siente que hasta el hablar se resulta pesado, no quería mentirle a Seung Hyun, pero la verdad era tan siniestra que era un suplicio el solo recordarla.

-No… yo no hice nada… no sucedió… nada…- Le contesta con un hilo de voz apenas audible, cierra sus ojos angustiado, deseando con dolor que todo eso se acabara y que Seung no alargara esa tortura mental. El mayor se da la vuelta para encararlo y se le acerca peligrosamente con solo dar un par de pasos decididos hacia él. Se acerca a su rostro, mientras que Ji abre los ojos y se le queda mirando con tristeza, resiste todo lo que puede pero tenía mucho miedo de hablar o decir lo que sea.

-No me mientas.-

El menor se le queda mirando y observa los orbes negros y penetrantes de Seung, tan intimidantes y fríos como si estuviera desgarrándole el alma con tan solo contemplarlo sin titubear.

-No estoy mintiendo, de verdad no sucedió…-

Se quedan en silencio. Ji estaba a punto de colapsar de los nervios, a pesar de que intentaba permanecer estable. Estaba por entrar en un ataque de pánico, su cuerpo comienza a temblar sin razón alguna y antes de poder articular cualquier otra palabra en su defensa, un imperturbable Seung Hyun se le adelanta y vuelve a pronunciar palabras firmes.

-¿Por qué estás llorando entonces?-

-N-no estoy…-

Ji abre bien sus ojos y de estos corren un par de lágrimas que se derraman por sus mejillas.

Todo se había arruinado, todo había llegado a su fin. Su vida con Seung, el formar una familia junto a él, amarlo hasta el fin de sus días. Todos esos sueños se habían teñido de negro y no había forma de escapar de su indiscutible final.

Lleva sus temblorosas manos a sus mejillas y baja la cabeza, atónito. Las lágrimas seguían fluyendo de sus ojos, no podía controlarse en lo absoluto. Tenía mucho miedo de estar sin Seung Hyun y de enfrentarse a la vida solo a partir de ese momento. Maldice a Kiko y a su propia estupidez e ingenuidad. Se merecía sufrir todo eso, pero de todas formas tenía el deseo egoísta de no querer perder a Seung.

-No volveré a repetirlo. ¿Lo hiciste con ella?- Reitera el mayor con voz grave y estoica. Las reacciones que estaba teniendo Ji Yong eran obvias, pero aun así quería escucharlo de su propia boca antes que de la de cualquiera.

Sollozando, Ji descubre su rostro de sus manos y observa con ojos llorosos a su hyung.

Mentir ya no era una opción.

-Me hizo sexo oral. Pero… juro que fue lo único que pasó.- Murmura con voz quebrada y débil, casi suplicante. El miedo dominaba todas sus extremidades y cada rincón de su cabeza. A pesar de que mentir no era lo correcto, hubiera deseado tener las fuerzas para haberlo hecho. Porque nadie lo hubiera preparado jamás para lo que Seung estaba dispuesto a hacer con él a partir de su confesión.

Seung Hyun jadea abrumado y se da la vuelta para ir a la habitación a las corridas, porque todos sus pensamientos se confirman apenas Ji Yong lo larga de una vez. Todo el dolor y los momentos más preciados vividos con él, su hija, su hermosa hija que necesitaba de ambos padres. El no volver a sentir a Ji entre sus brazos nunca más y el no volver a tocarlo mientras que le quedara vida. Cada parte de sus memorias se cubre de un manto amargo y desea no recordar nada, borrar cada recuerdo feliz, como si jamás hubiera pasado. Porque Ji Yong lo había traicionado y esa confianza jamás regresaría, no importara lo que hiciera.

Jamás podría perdonarlo.

-¡Seung Hyun!- Ji Yong llega a la habitación a las corridas detrás de él, la habitación que ambos compartían como pareja desde hace meses. Y jadea asustado ante los actos del mayor, porque Seung Hyun estaba sacando toda su ropa del armario como si no tuviera el control de su cuerpo. Arroja toda la ropa al piso y la desparrama por la cama también. Ji se larga a llorar con más fuerza y trata de acercarse a su pareja pero él se da media vuelta y vuelve a encararlo, la ira que lo estaba invadiendo era imposible de reconocer en él. Ji jamás lo había visto cargado de tanto odio y el simple hecho de verlo así lo asustaba mucho.

-Quiero que te vayas de aquí.- Seung Hyun no iba a golpearlo ni mucho menos insultarlo. No tenía fuerzas para hacerlo porque el dolor que sentía lo haría quebrarse en cualquier momento, Si Ji Yong le rogaba no sabría de dónde sacaría fuerzas para hacerle frente, pero debía permanecer firme. No pensaba volver a recibirlo en su hogar, le había dado todas esas confianzas que se había encargado de romper. No iba a verle la cara de estúpido nunca más y por más que le doliera lo sacaría de su vida si era necesario.

-¿Q-qué?- Ji empalidece sin dejar de temblar. La determinación con la que le había hablado era digna de temer, Seung no duda en reiterárselo, debía apresurarse antes de flaquear.

-¡Te irás de aquí! ¡No quiero volver a verte NUNCA!-

El menor niega con su cabeza de a poco, se cubre la boca con ambas manos sin dejar de llorar. No podía estar pasándole a él. No podía. Con el poco valor que aun conservaba, se trata de aproximar a Seung para convencerlo de que desistiera de aquella idea.

-No… ¡NO! Piensa… piensa en Young Mi. Por favor… no hagas esto…- Apenas le suplica, Seung Hyun se le acerca violando su espacio personal y lo toma de un brazo para acercarlo bruscamente a su cuerpo, lo sostiene con tal fuerza que lo lastima. Y no duda en escupir su verdad.

-¿Pensaste en ella acaso? ¿Pensaste en mí?-

Ji Yong solo llora desconsolado al sentir como lo basureaba con toda la justificación del mundo, no podía replicar nada y justificarse a esas alturas no tenía sentido. No quería explicar la situación porque le daba vergüenza, se avergonzaba de ser tan imbécil y de no haberlo visto venir.

Seung Hyun lo suelta y continua tomando sus ropas del armario para arrojarlas hacia él.

-¡No quiero que vuelvas aquí! ¡Nunca volverás a verme y olvida que verás a Young Mi!-

-¡NO! ¡Por favor! ¡No hagas esto!- Ji se le arroja encima y lo sujeta lastimosamente de sus ropas, para que Seung lo aparte y empuje con mucha fuerza y lo arroje al suelo. Ji cae de rodillas y no le importa en lo más mínimo hacerse daño, solo podía llorar y hundirse en la miseria que él mismo había creado a base de inseguridades y paranoias. Si todo eso estaba sucediendo era por su culpa.

-NO ME TOQUES.- Le grita con asco y totalmente fuera de sí un Seung Hyun que comenzaba a largar lágrimas y que de a poco se quebraba. No podía permitirse titubear, debía hacer que Ji se largara de una vez, verlo sufrir de esa manera lo lastimaba el doble. Ya no quería volver a verlo, necesitaba alejarse lo más pronto posible de él.

-¡Seung Hyun! ¡No me alejes de ella!- Ji Yong se arrastra por el suelo hacia Seung Hyun, consternado e indudablemente indefenso y frágil, ya no poseía ninguna clase de dignidad, si Seung se iba de su vida ya nada tendría sentido y mucho menos si no le permitía ver a su única hija. El mayor se acerca a Ji y lo toma de ambos brazos para poder levantarlo, y con su fuerza lo arrastra hasta la salida de su casa, a pesar de que Ji Yong continuaba gritando y suplicándole que no lo hiciera.

Finalmente lo arroja afuera al abrir su puerta y gracias a sus forcejeos imprudentes y nerviosos, cae al suelo junto a su equipaje que no había desarmado y había traído desde el vuelo. Ji Yong trata de levantarse pero Seung le cierra la puerta en la cara y la asegura de inmediato.

-¡SEUNG HYUN! ¡NO ME HAGAS ESTO! ¡POR FAVOR! Por favor…- Golpea la puerta con ambos puños sin levantarse del suelo, se arrodilla ante la pieza de madera y golpea sin cesar, sus puños no tardan en sangrar por toda la fuerza que estaba aplicando con los golpes.

-Seung Hyun… perdóname…- Queda agotado de tanto golpear y apoya su frente contra la puerta, cerrando sus ojos angustiado y derramando lágrimas que no parecían tener final. Formando puños con sus manos sangrantes, llora desconsolado deseando morir a cada momento. Del otro lado de la puerta, Seung estaba de rodillas en el suelo sujetándose la cabeza, suplicándole a Dios dejar de escuchar los sollozos y gemidos adoloridos de Ji Yong.

“Hey Seung Hyun…”

“Si yo me muriera… ¿Querrías morir conmigo?”

Notas finales:

Reviews porfi, quiero saber que opinan, gracias por leer!


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