Ser feliz no significa que todo está bien,
significa que quieres ver más allá de las imperfecciones.
Tap tap tap... tap tap tap...
WooHyun levantó la vista de su iPhone con el ruido. La única otra persona en la sala de espera del decano, era el chico en el sofá junto a él. El hombre tenía veintitantos años, delgado, con el pelo corto y negro, y era un par de centímetros más alto que él. Parecía estar nervioso. Jugueteó con el maletín marrón en su regazo, mientras rebotaba insantemente el pie del suelo.
También era lindo, e hizo su radar gay sonar como una sirena de niebla en una mañana tranquila. Al darse cuenta de que estaba mirándolo, levantó la vista. WooHyun sonrió. El hombre apartó la mirada rápidamente.
Se preguntó qué le había traído hasta aquí. Tal vez, al igual que él, sería entrevistado para el cargo de ‘Asistente de profesor’ en la Universidad de St. Phillips, un trabajo que muchos estudiantes graduados codiciaban. Con un trabajo en St. Phillip, obtendría una exención de matrícula para el programa de doctorado que la universidad ofrecía y un salario para gastos de manutención, así como una mejor oportunidad de hacer la tenencia. Conseguir el trabajo significaba que estaría un paso más cerca de su sueño de convertirse en un académico respetado en su campo elegido. Pensar en ello lo tenía mareado y nervioso por la emoción.
El tipo empezó a mover el pie de nuevo. Miró la hora y se dio cuenta de que todavía quedaba media hora antes de su cita con el decano. Miró al chico. Hm... ¿por qué no? No había nada de malo en hacer una pequeña charla mientras esperaban su turno.
—Hola —dijo, y extendió la mano—. Soy Nam WooHyun.
El otro hombre se quedó mirando, viéndose un poco aturdido, pero después de unos segundos, aceptó el apretón de manos. La mano del hombre se sentía bien en la suya, no era demasiado suave, pero no demasiado dura tampoco.
—Kim MyugSoo —dijo, y rápidamente soltó la mano extraña.
—Estoy aquí para el puesto de asistente de profesor. ¿Y tú?
WooHyun sonrió. Su habitual sonrisa de comercial de dentífrico, garantizada para hacer que a las mujeres heterosexuales y hombres homosexuales se les debilitaran las rodillas, o eso decía la gente.
—Yo también. —La voz de MyugSoo era rígida y su expresión no era precisamente agradable, pero su aparente falta de interés no disuadió al chico en lo más mínimo.
—Estoy especializado en medicina social. No es un campo común todavía, pero soy optimista. ¿Qué hay de ti?
—Sociología.
—La sociología es un gran tema, Myug-ah. No te importa que te llame Myung-ah, ¿verdad?
MyugSoo lo miró con una expresión indescifrable en el rostro.
—Me puedes llamar WooHyun —agregó él.
Silencio. Aunque estaba decepcionado, lo intentó de nuevo con una sonrisa tan ancha que su boca dolía, pero el pelinegro sólo desvió la mirada. Esta era la primera vez que WooHyun había recibido el tratamiento del silencio en un primer encuentro, pero él nunca se rendía, así que él siguió adelante.
—¡Impresionante! Podríamos ser colegas. Tal vez podamos ir a bares juntos, contar chistes, y compadecernos de los medios asesores y estudiantes sin esperanza.
—Yo no cuento chistes —dijo MyungSoo.
—Oh. —WooHyun sacudió su cerebro por algo que decir. No estaba acostumbrado a perder las palabras. ¿Hoy había algo mal con su encanto habitual? MyungSoo llevaba un traje marrón y su postura era rígida. Tenía el aspecto de un hombre que tomaba en serio sus estudios. Era hora de cambiar su enfoque.
—Mi tesis es sobre el conocimiento de la salud de la población LGBT.
Los brillantes ojos del MyungSoo comenzaron a mostrar interés, y se inclinó hacia WooHyun, como queriendo escuchar más.
—¡Eso es fascinante! Mi tesis se centra en los adolescentes homosexuales y adultos jóvenes. Estoy planeando una investigación cualitativa sobre bug-chasers*…
Los ojos de WooHyun se abrieron como platos.
—¿Bug-chasers? ¿Las personas que deliberadamente tratan de infectar con VIH? Wow. No todo el mundo tiene las agallas para escoger un tema tan difícil.
MyungSoo se sonrojó un poco ante el cumplido.
—No es nada —dijo—. Tengo experiencia en el trato con los adolescentes de alto riesgo e infectados, y es muy importante que aprendamos más acerca de este fenómeno, si queremos ayudarlos.
—¡Eso es increíble! —WooHyun dijo.
—Es, um... bueno... sólo algo que aprendí a través de mi trabajo voluntario.
—Realmente, creo que es genial, y creo que tu investigación será pionera. —Como propio estudiante de doctorado, WooHyun entendía muy bien lo difícil que era escribir una tesis.
Realmente admiraba a las personas que no evitaban los temas complicados. Definitivamente había mucho más en el chico que una cara bonita.
El rubor de MyungSoo se hizo más profundo, y se removió en su asiento. WooHyun decidió que sería prudente hablar de otra cosa.
—Tengo una pregunta. Mi asesor me sugirió considerar otros estudios cualitativos para mi tesis. Estoy leyendo ‘Evaluación Cualitativa y Métodos de Investigación’ de Patton. ¿Crees que es un buen libro?—WooHyun preguntó.
MyungSoo consideró la pregunta de WooHyun por un momento.
—Patton es bueno, pero si quieres aprender sobre el método cualitativo más ampliamente, tendrás que encontrar nuevos recursos. —Los ojos de MyungSoo se iluminaron de emoción cuando pasó a explicar con más detalle sobre los métodos cualitativos en la investigación social.
Sí, él era un total nerd aunque no lucia como uno, WooHyun nunca había salido con un friki antes, pero había despertado su interés. Él se acercó más y cogió una bocanada del perfume: olor a limpio, champú sencillo, jabón y detergente. Los hombres con los que solía dormir tenían olor a humo, alcohol y colonia o fuerte loción de afeitar. Luchó contra el impulso de oler a MyungSoo.
Él habría estado contento de pasar más tiempo escuchando los pros y los contras de elegir cualitativo respecto a los métodos cuantitativos en la investigación social, pero la secretaria del decano salió de la oficina llevando una pila de carpetas. Los puso sobre la mesa frente al sofá y se volvió.
—¿Señor Kim? El decano está listo para verlo —dijo.
El chico miró sorprendido, y luego él mismo se compuso, aunque WooHyun todavía podía sentir el nerviosismo saliendo en oleadas de él. MyungSoo se giró rígido y las manos le temblaban un poco. Cogió su maletín, se levantó y entró en la oficina del decano.
WooHyun abrió su bolso y sacó su cuaderno de notas y un bolígrafo. Arrancó un trozo de papel y escribió su número. Por lo general, no alcanzaba a extraños en el campus, pero por un chico lindo como era aquel, no le importaría hacer una excepción.
MyungSoo salió de la oficina veinte minutos más tarde y salió de la sala de espera sin mirar a WooHyun.
—¡Espera! —WooHyun llamó.
Se volvió hacia él, con una expresión de desconcierto en su rostro. le pasó el número de teléfono en la mano a MyungSoo.
—Llámame —susurró WooHyun—. ¡Buena suerte! —dijo, esta vez más fuerte, y sonrio, el chico que parecía un ciervo encandilado por los faros.
—¿Señor Nam? —la secretaria llamó desde su escritorio—. El decano lo verá ahora.
WooHyun hizo un guiño al contrario, que todavía estaba helado con el trozo de papel en la mano, y después, siguió a la secretaria.
***
WooHyun no vio a MyugSoo de nuevo por varias semanas. El comienzo del semestre siempre mantenía ocupado a todo el mundo, especialmente a un nuevo asistente como él. Tenía queocuparse de los debates, de los tutores estudiantes, salas de clases, horarios y mantener la página web del curso, preparar las revisiones de lecciones, cuestionarios, tareas y cien millones de otras cosas.
Por no hablar de trabajar en su tesis.
Eran las seis de la tarde de un viernes, y él todavía estaba en la biblioteca. Tenía un calambre en el cuello, sus ojos se humedecieron por toda la lectura que había hecho, y la cabeza le dolía como una perra. WooHyun se quedó mirando el libro delante de él, y luego a la pila de libros sobre la mesa que aún tenía que pasar. Tal vez debería haber tomado la oferta para convertirse en una estrella porno en vez de convertirse en un estudiante de posgrado, desde luego, no faltaba en el departamento de las miradas. Habría significado obtener un buen dinero pagado para tener relaciones sexuales frecuentes con hombres calientes.
Luego se imaginó cincuenta años más tarde, viejo, arrugado, y tratando de explicar a sus horrorizados sobrinos o sobrinas, o incluso a sus hijos y nietos, por qué estaba haciendo spit-roast* con dos —o más— muy bien dotados hombres en el futuro equivalente eXtube*
Él se estremeció. Bueno, tal vez convertirse en un actor porno gay no era para él después de todo.
Su estómago rugió, exigiendo atención, y cerró el libro con un suspiro. ¡Y una mierda! La tesis podría esperar hasta el lunes. Tenía que conseguir algo de comer, ser aplastado, y echar un polvo, en ese orden en particular. Había apagado el portátil y reunido sus cosas, listo para salir de la biblioteca, cuando notó el chico lindo que había conocido durante las última parte de la entrevistas a asistente, un par de meses atrás, absorto en los libros de texto.
¿Cuál era su nombre? Ah, sí, MyungSoo. Kim MyungSoo.
Todo en el hombre gritaba ‘nerd’ se veía muy distinto a cuando lo había conocido, un par de gafas de lectura con bordes negros y gruesas posadas en la nariz. Llevaba una camisa un poco descolorido, que colgaba sobre su cuerpo delgado, haciéndolo parecer más delgado de lo que realmente era. Incluso el ordenador portátil de IBM* que usaba parecía lo suficiente pasado de moda, como para pertenecer a la década de los noventa. WooHyun nunca había pensado que iba a encontrar a un tonto tan dulce.
MyungSoo parpadeó un par de veces, y agitó sus largas pestañas. Se quitó las gafas, las puso sobre la mesa, y se frotó los ojos legañosos. Parecía agotado. Había círculos oscuros bajo los ojos, a pesar de que no disminuía su atractivo. Eso era extraño, porque no era el tipo de persona que normalmente interesaría a WooHyun.
Miró su reloj y luego a la pila de libros sobre la mesa. Él escribió un par de cosas, cerró su laptop, y lo puso en su mochila. Quizá MyugSoo fuera a casa. Era hora de hacer un movimiento.
WooHyun reunió sus cosas rápidamente, se acercó a la mesa de del chico, y se sentó a su lado.
—Hola —dijo.
MyungSoo saltó y dio la vuelta.
—Oh, hola. Lo siento, no te había visto. —Miró a WooHyun, confundido durante unos segundos antes de que floreciera el reconocimiento—. Nos conocimos en la oficina del decano, ¿no es así?
—Así es. En la entrevista para la posición de asistente. Me alegra ver que lo hicieras.
—Gracias, tú también. —Se acercó al escritorio del bibliotecario. WooHyun se puso a caminar a su lado.
—Así que, ¿cómo va tu tesis? —preguntó.
—Frustrante —dijo MyungSoo—. No hay suficientes datos para formular una hipótesis. ¿Qué hay de ti? —Puso los tres libros sobre la mesa y esperó a que la bibliotecaria les procesara.
—Más o menos lo mismo. La falta de pasado en la investigación ha sido mi mayor obstáculo. Tienes que admitir, no había mucho incentivo para estudiar a los homosexuales de edad avanzada en ese entonces—dijo WooHyun. También puso un libro sobre la mesa para que sea revisada. El pelinegro se volvió con una expresión de sorpresa en su rostro.
—¿Homosexuales de edad avanzada?"
—¿Qué? —WooHyun sonrió—. ¿No me veo como alguien que se cuelga mucho con los ancianos?
MyungSoo se sonrojó levemente.
—No lo dije en ese sentido.
—No te preocupes. Me lo dicen mucho.
MyugSoo se echó a reír, y WooHyun sonrió. El bibliotecario les entregó sus libros y salió de la biblioteca.
—Así que... ¿quieres comer algo? Tal vez más tarde podamos conseguir algunas cervezas... pasar el rato... Es viernes por la noche, después de todo. —WooHyun puso su sonrisa más encantadora.
MyungSoo parecía sorprendido por la oferta. Sus ojos se abrieron, y al igual que cuando WooHyun le había dado su número a MyungSoo, parecía un ciervo encandilado por los faros. Él desvió la mirada.
—No puedo —tartamudeó.
—¿Alguien especial espera en casa? Lo puedes llevar.
—No. Yo... um... mejor me voy —dijo MyungSoo, alejándose rápidamente.
—¡Espera! —WooHyun llamó—. ¿Podríamos hablar de nuevo alguna vez?
—Uh... está bien. —MyungSoo hizo una pausa para responder antes de reanudar la marcha. WooHyun suspiró. Dos veces, MyungSoo había rechazado sus insinuaciones. ¿Había perdido su encanto?
****
El rechazo era una picadura, pero WooHyun decidió seguir adelante con su plan para beber y navegar por los bares, aunque se sentía menos entusiasta de lo habitual. La Guarida de Fox, que era el bar favorito de WooHyun, estaba lleno de la multitud habitual de fin de semana, la mayoría de ellos estudiantes universitarios. WooHyun reconoció a algunos de ellos a partir de sus clases, y salió a toda prisa de su línea de visión. Esta era una complicación en la que no había pensado cuando firmó para ser un asistente. Tendría que tener cuidado para recoger a los chicos que no eran sus alumnos.
En su camino hacia el bar, WooHyun notó a un par de hombres comprobándolo, lo cual no era inusual. Pero él era más que un chico guapo, ¿no? WooHyun pensó en sí mismo como sobresaliente y un buen conversador. Nunca había tenido problemas para conectarse con la gente o hacer amigos.
Entonces, ¿por qué MyungSoo le despachó? Maldita sea, le hacía sentir inseguro. Y rara vez, WooHyun se sentía inseguro.
Ordenó vodka y contempló el lugar, buscando a alguien... nadie. Tenía que echar un polvo, maldita sea. Pero todo el mundo parecía mal a sus ojos esta noche. Demasiados ojos, demasiado arrogante, demasiado fatal, demasiado coqueto, demasiado extravagante, demasiado flaco.
—¿Puedo conseguirte otro?
WooHyun miró hacia arriba para ver a Marc, el barman, mirándolo.
—Claro. Quiero otro.
Marc volvió a llenar su vaso.
—No te ves como tú mismo hoy. —Marc había sido uno de sus primeros amigos cuando WooHyun se trasladó aquí. Marc era caliente, tenía los músculos ondulantes, una sonrisa asesina y hermosos y profundos ojos azules. Por desgracia, Marc estaba tomado.
WooHyun miró a la banda de platino en el dedo anular de Marc.
—¿Cómo está Ed?
—Él está bien. Su negocio de construcción se está acelerando, lo que significa que comienza a trabajar más temprano, cuando todavía estoy durmiendo, así que por desgracia, no hay sexo entre semana para nosotros hoy en día. Aunque, nosotros tratamos de compensarlo follando como conejos los fines de semana. —Marc sonrió.
Ver la alegría en los ojos de Marc cuando hablaba de su compañero, hizo sonreír a WooHyun. Estaban tan felices juntos, llenos de felicidad conyugal.
—Tal vez debería poner fin a esta cosa de crucero y establecerme como ustedes dos.
Marc se rió y le dio una palmada en el hombro.
—Tal vez. Buena suerte para encontrar al hombre en este momento. —Luego pasó a servir a otros clientes, y WooHyun volvió a su actividad del tipo observación.
Un pelinegro cerca de la esquina de la pista atrajo su atención. Estaba dándole la espalda, pero era delgado y llevaba una camisa descolorida. ¿Podría ser...?
Se levantó y caminó hacia el hombre. Estaba a punto de golpear ligeramente el hombro del hombre cuando se dio la vuelta, aplastando la esperanza. No era él.
Se pateó así mismo, preguntándose en qué estaría pensando. MyungSoo no parecía el tipo de persona que frecuentaba bares. El pelinegro lo miró a los ojos y le ofreció una sonrisa sensual que conocía demasiado bien.
Oh, ¿qué diablos? WooHyun estaba de mal humor, cansado y caliente. Bien podría recoger este tipo.
****
Una mano lo sacudió para despertarlo. Gruñó y golpeó la mano, enterrando su cabeza en la almohada.
—¡Despierta, hombre! ¡Te tienes que ir! ¡Ahora! ¡Mierda! ¿Por qué le movían tan fuerte? ¿Y por qué la cama y la almohada se sentían diferentes? Se olía diferente, también. Se olía como si no hubieran sido lavados por semanas. WooHyun recordaba claramente que había lavado la ropa ayer.
La mano se hizo más fuerte, y WooHyun levantó su cabeza de la almohada con gran renuencia, abriendo los ojos para ver a un chico rubio avanzando por encima de él con una mirada desesperada en su rostro.
—Mi novio está de camino a casa ahora mismo. ¡Tienes que irte, hombre!
—¿Eh? ¿Qué?
—Mi novio llegará pronto. ¡Mierda! ¡Me dijo que estaría en San Francisco hasta el miércoles! —El chico pasó sus manos por el desordenado cabello.
WooHyun miró a su alrededor con los ojos lagañosos. La habitación estaba sucia, con montones de cosas sobre la mesa, las sillas, e incluso en el suelo. Ropa estaban esparcida por todas partes, y la habitación olía a sexo y sudor. El hombre ¿cuál era su nombre? Algo con un H? ... Oh, sí, HaMin. Lanzando una mirada de pánico a su alrededor. HaMin empujó los pantalones de WooHyun en sus manos.
—Vístete. Rápido. —Sin esperar una respuesta, trepó por la habitación, recogiendo la ropa de WooHyun y pertenencias personales, murmurando—: Mierda. Mierda. Mierda. SeoYu me va a matar.
—Te lo mereces por engañarlo—murmuró, pero lo suficientemente alto para ser escuchado. Se puso los pantalones y los zapatos, pero no el botón de la camisa.
HaMin le lanzó una mirada asesina y metió el resto de sus cosas en sus manos. Entonces, lo agarró del brazo y la arrastró fuera de la habitación y su apartamento.
—Tienes que tomar las escaleras. ¡Probablemente está subiendo ahora mismo! —cerró la puerta, casi golpeando la nariz de WooHyun.
—Idiota —murmuro, todavía no estaba completamente despierto. La cabeza le dolía como la mierda, y estaba nauseabundo como el infierno. A su juicio, golpearía la puerta para pedir agua y aspirina, pero decidió no hacerlo.
WooHyun entró en el ascensor, haciendo caso omiso de la orden del bastardo rubio de usar las escaleras. Deseó haber declinado la oferta de ir a casa de del contrario. El sexo había sido bueno —ciertamente no destrozaron la tierra—, y sin duda, no valía la pena como para que lo echaran a esa jodida hora.
Cuando llegó a la planta baja, WooHyun se acordó de que había dejado su coche en casa anoche, porque había planeado beber un par de copas. Habían ido al apartamento de HaMin en taxi.
¡Mierda!
Cuando salió del ascensor, casi chocó con un hombre en un traje de negocios.
—¡Cuidado!—dijo, mirando a al chico.
WooHyun no le hizo caso y se fue.
Tal vez el tipo era SeoYu, tal vez no lo era. A WooHyun no le importaba. Llamó al taxi y luego se apoyó contra la pared, esperando. Tenía frío, resaca, y estaba cabreado, más consigo mismo que con HaMin. Finalmente, después de una hora o así, el taxi llegó. WooHyun abrió la puerta y casi se amordazó por el olor a tabaco rancio, sudor, alcohol, y restos de vómito.
Trató de contener la respiración mientras estuvo dentro, pero eso no duró mucho. Después de un tiempo, se dio por vencido y se acurrucó en el asiento de atrás, sintiéndose miserable como la mierda.
Esta cosa de sexo casual estaba haciéndolo viejo.
Su abuela le había dicho antes de morir: deja de jugar y establécete. Tal vez ella tenía razón. Tal vez este era el momento de buscar algo... más. En este momento, sólo había un hombre en su cabeza:Kim MyungSoo. Y WooHyun estaba dispuesto a intentar cualquier cosa para llamar su atención.