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Meñiques por Espiga de Virgo

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Notas del fanfic:

Uno de mis primeras creaciones, sin duda le tengo un gran cariño a este drabble, quizás por ser uno de mis primeros.

En fin, los personajes pertenecen a sus respectivos dueños y la historia no tiene ningún fin lucrativo.

 

440 palabras.

27 de Diciembre.

 

Santana sabía como comportarse frente al miedo y al dolor, por dios… Ella había sido educada en los barrios bajos de lima, sabía querer con todo su corazón, sabía también que todas las animadoras hablaban pestes a sus espaldas, y honestamente no podía importarle menos… Seguía siendo la co-capitana. Sabía liarse a golpes con Quinn, pero también sabía reconciliarse con ella. 



Pero si algo no sabía, era demostrar querer a Brittany. A ese ser puro de inocencia y magia que todos los días le sonreía cada que sus manos se rozaban. El miedo jamás la había hecho retroceder… Al menos así era hasta hoy. 



A paso raudo y de banda sonora el chillante sonido de la campana corrió hasta llegar a su debida aula de español, tomó asiento en compañía de un sutil roce y una sonrisa por parte de Brittany.  



-¡Tres! Trina el ruiseñor.- Canturreo la rubia con diversión mientras que ignoraba el dialogo y la parafernalia que señor Schue vestía y decía frente a ellas.. -Britbritt ¿sigues contando las veces que rozamos nuestras manos?- Pregunto retóricamente en voz baja la morena para luego dedicarle una mirada de ternura. -¡Obvio!- Le respondió la otra con una apabullante seguridad. 



El tiempo pasó y la hora de salida llegó… No sabía si era por el clima lluvioso, por el frío o porque cancelaron la relajante practica de animadoras… Amaba abusar físicamente de las chicas. 



Igual que cómo en la mañana pero esta vez a paso casi pasmosamente lento; Caminó por los pasillos de McKinley. Perdida en su mente, recordó cuando Finn le había cantado “Girls just wanna have fun”. Él no lo había hecho con mala intención, no, pero la molestia recaía en su fingida inocencia. Bien decía su madre "No hagas cosas buenas que parezcan malas" pero al final del día el chico seguía teniendo algo de razón. -Pechos de bebé tenía razón… ¿Cuando haré por fin algo bien?- Se sentía perdida, tanto como para admitir que el otro estaba en lo cierto y autoflagelarse mentalmente.  



-A veces tu y Quinnie son un poco… Umm… ¿Como se dice? Ah si… Masoquistas..- La suave voz de Brittany la devolvió a la realidad y por primera vez se dio cuenta que ésta era más hermosa que su mundo imaginario. -Mejor vamos al súper… Mis crayolas se perdieron y ya no puedo dibujar… A parte que Lord Tubbington sigue fumando marihuana y no debo dejarlo solito.- La latina sólo atino a responderle con una sutil sonrisa que fue agrandada cuando el meñique de Brittany se aferro al suyo. 



Jamás se había imaginado que un simple y casi perfecto meñique pudiera sobrellevar sus miedos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Santana sabía como comportarse frente al miedo y al dolor, por dios… Ella había sido educada en los barrios bajos de lima, sabía querer con todo su corazón, sabía también que todas las animadoras hablaban pestes a sus espaldas, y honestamente no podía importarle menos… Seguía siendo la co-capitana. Sabía liarse a golpes con Quinn, pero también sabía reconciliarse con ella. 




Pero si algo no sabía, era demostrar querer a Brittany. A ese ser puro de inocencia y magia que todos los días le sonreía cada que sus manos se rozaban. El miedo jamás la había hecho retroceder… Al menos así era hasta hoy. 




A paso raudo y de banda sonora el chillante sonido de la campana corrió hasta llegar a su debida aula de español, tomó asiento en compañía de un sutil roce y una sonrisa por parte de Brittany.  




-¡Tres! Trina el ruiseñor.- Canturreo la rubia con diversión mientras que ignoraba el dialogo y la parafernalia que señor Schue vestía y decía frente a ellas.. -Britbritt ¿sigues contando las veces que rozamos nuestras manos?- Pregunto retóricamente en voz baja la morena para luego dedicarle una mirada de ternura. -¡Obvio!- Le respondió la otra con una apabullante seguridad. 




El tiempo pasó y la hora de salida llegó… No sabía si era por el clima lluvioso, por el frío o porque cancelaron la relajante practica de animadoras… Amaba abusar físicamente de las chicas. 




Igual que cómo en la mañana pero esta vez a paso casi pasmosamente lento; Caminó por los pasillos de McKinley. Perdida en su mente, recordó cuando Finn le había cantado “Girls just wanna have fun”. Él no lo había hecho con mala intención, no, pero la molestia recaía en su fingida inocencia. Bien decía su madre "No hagas cosas buenas que parezcan malas" pero al final del día el chico seguía teniendo algo de razón. -Pechos de bebé tenía razón… ¿Cuando haré por fin algo bien?- Se sentía perdida, tanto como para admitir que el otro estaba en lo cierto y autoflagelarse mentalmente.  




-A veces tu y Quinnie son un poco… Umm… ¿Como se dice? Ah si… Masoquistas..- La suave voz de Brittany la devolvió a la realidad y por primera vez se dio cuenta que ésta era más hermosa que su mundo imaginario. -Mejor vamos al súper… Mis crayolas se perdieron y ya no puedo dibujar… A parte que Lord Tubbington sigue fumando marihuana y no debo dejarlo solito.- La latina sólo atino a responderle con una sutil sonrisa que fue agrandada cuando el meñique de Brittany se aferro al suyo. 




Jamás se había imaginado que un simple y casi perfecto meñique pudiera sobrellevar sus miedos.

 

 

 


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