Una vez que me he calmado, me arrepiento de maldecirte, yo me alejé de ti sin decir nada, sin dar explicación y puede decirse que me torturé más de una semana y tal vez… también te torturé a ti.
Lo siento mucho ¿Qué más puedo decir? Soy un cabeza hueca, un infantil, un estúpido, ya desde hace tiempo sabías como era, así que no me vengas con quejas.
Hoy fue un día muy extraño… durante la clase de foto, nunca me había sentido tan unido a ti, me gustó como posaste en las fotos y como bromeabas en cada una de ellas haciéndome reír sin parar, después de que me habías mandado al carajo por tomarte una foto al principio de la clase… ya sé que la detestas, pero el simple hecho de ver un gesto estúpido en el visor de la cámara bastó para no dejar de reír por más de 5 minutos, el profesor estaba completamente enojado conmigo, ya que no ponía atención a nada de lo que estaba diciendo porque a cada momento estallaba en carcajadas.
Pero en algún momento rehuiste de mí, te alejaste a seguir jugando con las mismas personas con las que en un principio me sentía celoso, pero hoy dije que tenía que ser diferente, dejé de lado mis estúpidos celos y acepté que ellos eran mis amigos también, que nunca me harían daño alguno.
Seguimos adelante en toda la clase, me ayudaste en lo que pudiste y en todo lo que te pedí ayuda, llegaste en cuanto te grité con voz de niño pequeño y caprichoso, llamando la atención de todos y aun así no te diste la vuelta por vergüenza, caminaste hasta mí para atinarme un buen zape y gritarme que ya dejara de gritar.
Sopló el viento y me encogí de hombros, sentí como lentamente te acercaste tapándome el frío, me quedé quieto para disfrutar de tu aroma, me quedé inmóvil viéndote por el rabillo de mi ojo; te tomé fotos, en verdad que es un privilegio ya que no te enfureciste ni me rompiste la cámara, lo que hizo el día aún más especial fue la foto que te tomaste conmigo, sonreíste de lo más natural, te veías tan alegre y lleno de vitalidad y yo… ido en la escena más hermosa ante mis ojos, tratando de guardar aquél recuerdo en mi mente, no lo quiero olvidar jamás.
Como nadie prestaba la debida atención, el profesor se dio por vencido dejándonos ir temprano a todos, caminamos a la cafetería mal edificada ya que hay unos baños cerca y en el mismo edificio la biblioteca, todos fuimos cerca del baño, arrojamos a Moi al baño de mujeres porque ya me tenía enfadado, todo el día me hizo cosquillas como se las harían a una mujer, me abrazó en algún momento y al final solo quería golpearlo, ¡no quiero que nadie me toque que no seas tú!
Lo perseguí hasta la biblioteca, el muy idiota me golpeó en la nariz y volvió a abrazarme a modo de disculpa (¿Qué carajos?), tu subiste las escaleras casi inmediatamente de que eso paso con tu cámara en mano y lo viste abrazándome y me tomaste fotos, yo solo te mostré el dedo medio en mi repentino cambio de ira momentánea, nos miramos y comenzamos a reírnos, después de eso me tiré en la pasada de las escaleras, abarqué todo el largo, la ventaja de ser alto es buena, porque así pude molestar a mucha gente, esa era mi intención en este día, divertirme y seguir mi vida, disfrutar al máximo posible, ser libre de compromisos.
Yo ya había decidido no asistir a la clase de inglés y me quedaría con mi amors (Edu uno de mis mejores amigos) lo que restaba del día en la escuela pero no sé, se pondrían de acuerdo todos ¡y nos dejaron solos!, mi corazón saltó a pesar de que me controlé por fuera y recordé que yo siempre sería tu amigo, no importara lo que pasara, simplemente eso haría y lo aceptaba.
Quería dormir y me acomodé en una de tus piernas mientras hablaba de manera amanerada, tú tomaste mi mano, pero en tu rostro no se veía la broma al hacerlo, miré para otro lado mientras tu jugabas con mi mano, pusiste música en tu laptop, me diste un audífono, hace tiempo que no escuchaba música contigo, cerré los ojos dispuesto a dormir, fue en ese momento en que sentí tus labios sobre los mios…