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Roja Vid por kawai13

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Notas del fanfic:

LEAN ADvertencias.

Notas del capitulo:

XD OK OK… fui monga… tenía un horario para las publicaciones :B Pero como estaba estudiando, ordenando mi ropa y de vez en cuando viendo Loveless XD Pues. Me olvidé como renacuajito :B En fin… este fic… Lo escribí hace un tiempito ya… Será cerca de dos años. Lo revicé un poquito para que la diferencia en redacción no sea tan grande. Pero no prometo nada XD. Espero y les guste. SI NO TIENES 18 ewe o más y has osado entrar acá a costa de la advertencia. >w> Problema tuyo… No quiero pervertir a gente tan joven e inocente ;w;

También descubrirán de donde viene mi afición por los cascabeles en los pezones XD°!! SEEEE Me encanta narrar de ellos *-* Eh y advierto que hay OoC que…  -w- Corregiré poco a poco, como en MDyY.

En fin… Los créditos y disfruten del cap.

Disclamer: Los personajes de Naruto Manga/Anime no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, solo los uso para darle vida a mis historias SIN FINES DE LUCRO.

Capítulo I

 

Mi nombre es Naruto Namikaze y el hermoso doncel pelirrojo al que estoy penetrando, en mi lindo hermano menor — Ahh... Ahmm…  — Delineo su suave piel, su hermosa, delgada e infantil figura con tan solo  14 años, faltan pocos meses para que me dé mi segundo e hijo —  Motto… Aniki… Métemela hasta el fondo — Y me encargué de convertirlo en un maniaco sexual como yo.

 

Si se preguntan el por qué nuestros padres lo permiten, simple — Estas muy rico Gaa-chan, tu culo me recibe perfectamente — Los maté para ser el líder de mi clan  y poder penetrar libremente a mi Ototo, tan brutal y salvajemente como ahora. Volteé su hermoso cuerpo que antes me daba la espalda, para ver ese magnífico rostro y eso ojos que tanto amo, con lágrimas de placer desbordándose, esta posición me deja acariciar su abultada barriguita — Eres hermoso, Ototo; y solo mío — le digo antes de besarlo lujuriosamente y acariciando esos lindos pezones con piercing en cada uno de ellos.

 

No se asusten por lo anterior, en un clan de vampiros es común matar a los líderes si es que quieres ser tú el que manda. Claro, que mis padres nunca se lo esperaron, y yo no hubiera tenido necesidad de hacerlo, pues ni me importaba, si no me hubiera prohibido estar con mi lindo Gaara de esta manera. De no haber sido tan idiotas, sus vidas no hubieran terminado — Solo tuyo… Ahmmmm… siempre te perteneceré — Tengo la apariencia de un chico de 21 años y me quedaré así por siempre, mi inmortalidad solo acabaría si alguien me matara, alguien de mi clan, pero solo quedamos yo y mi Ototo, aparte de nuestros hijos.

 

Les explicaré un poco como es el crecimiento y la vida de un vampiro, bueno prácticamente les relataré un poco de mi vida; pero no pidan mucho que quiero seguir disfrutando de mi lindo Gaa-chan. Un clan fuera de peligro de extensión, lo que el mío no es, tiene un promedio de 30 integrantes;  pero es sumamente difícil que una mujer vampiro conciba hijos, y son muy escasos los donceles que existen en nuestro mundo. Yo nací hace más de 300 años, pero al cumplir los 21 decidí quedarme con esta apariencia, Mi hermano nació hace 14 años y 6 meses exactos y esa es la edad con la que quiero que se quede eternamente.  Ohh... Gracias por hacerme acordar de ese detalle — Gaa-chan, luego de terminar aquí… Mmmm… Harás el ritual de la perpetuidad y eternidad… — Les explicaré este punto, un vampiro al nacer tiene un crecimiento idéntico al de un humano, los años transcurren exactamente igual para ambas especies. Pero cuando nosotros queremos permanecer de una cierta apariencia, solo tenemos que hacer un ritual, donde otro miembro del clan nos tiene que absorber la sangre hasta dejarnos secos, el corazón se detiene por un micro segundo, y renaces como un ser inmortal dependiente de beber sangre humana como alimento.

 

Sentí como su cuerpo vibraba fuertemente — Ammm… ¿tan pronto? — Me preguntó lleno de éxtasis mientras empezaba a masturbar su hermoso pene con otro piercing en la punta de su glande, he de admitirlo, las perforaciones son mi debilidad y me encanta hacerlas yo mismo.  Sabía que era una edad muy temprana, pero no me importaba, soy un pedófilo y no me da pena admitirlo, es más nuestro primer y hermoso hijo doncel lo tuvo conmigo a sus lindos 12 años.

 

Le abrí más las piernas y me enterré más profundamente en él, haciendo que los vibradores bala que tenía dentro, solo se introdujeran más — No quieres que me aburra de ti, ¿verdad, Gaa-chan? — Le susurré en su oído decorado con un hermoso aro de plata. Je, sí que me encantan esos aritos. Lo lamí y seguí embistiéndolo con una rudeza aun mayor a la anterior.

 

Sus  ojos se abrieron tremendamente cuando sintió como lo penetraba tan potentemente, y movió su linda cabecita de derecha a izquierda, en señal de negación a mi pregunta — N…AHHHH… No Aniki — Me dijo entre sollozos. Era tan lindo al caer en esa mentira, nunca lo dejaría, nunca se alejaría de mí, pero me gustaba mas una apariencia infantil, que una madura, solo era mero gusto.

 

Su respuesta y reacción mi hicieron sonreír, abuso de su hermoso cuerpo desde sus dulces 11 años y el solo demuestra amor y devoción hacia mí. Claro que haberlo educado de tal forma que darme una mamada a sus 6 añitos, para él era normal, supongo que tiene mucho que ver — Me alegro de oírte decir eso — Mis embestidas se volvieron mucho más rápidas, demasiado frenéticas y brutales como para que un humano las pueda realizar. Veía como mi hermoso nene se agarraba fuertemente de las sábanas soportando el placer combinado con el dolor que yo le causo y finalmente eyaculo en su interior, mientras él se vacía en su abdomen y cae un poco en su rostro, por la posición en la que lo había puesto al final. Su cadera tan alzada que su pene solo dirigía su punta a su hermosa carita.

 

 Sé que ahora de repente están muy confundidos por tanta información, con poca explicación de cada una; pero lo irán entendiendo poco a poco, mientras les cuento mí día a día. Veo que está muy agotado y  como no, si hoy lo vamos haciendo más de diez veces, pero como ya lo dije, ambos somos adictos al sexo y su entradita se recupera pronto por tener las propiedades de sanación rápida, de un vampiro. Veo como alarga sus delgados bracitos y se sujeta de mi cuello. Yo lo agarro de la cintura con una mano y la otra baja hasta sus nalgas para poder cargarlo mejor — No me dejes, Aniki — Me dice en llantos.

 

Mi sonrisa se ladea un poco y en su descuido, jalo esa cuerdita delgada que sale de su ano, para quitar ambos vibradores de su interior. Que lindo gemido le saqué, debe de estar muy sensible en estos meses de embarazo — Si haces lo que te digo, nunca me alejaré de ti — le respondí limpiándole las lágrimas entre beso y beso.

 

Sentí como sus formadas piernas se enrollaban alrededor de mis caderas y empezaba a frotarse descaradamente de arriba hacia abajo ¿No les dije que también era un adicto sexual? Me dirigí a la ducha, aun sintiendo sus caricias y yo masajeando sus nalgas, por las cuales escurría mi semen blanquecino.  Tal vez otra ronda en la ducha, serviría para relajarlo antes de la ceremonia. Regulé el agua y empecé a llenar la gran tina, circular — Fóllame Aniki — Me dijo mientras me succionaba suavemente la piel de mi cuello, pues sabía que él no podía dejar marcas en mí.

 

La bañera se llenó entera y sumergiéndome con el aun en brazos, empecé a corresponder al pervertido juego entre hermanos — Eso no tienes que decírmelo dos veces — Lo elevé un poco y le metí mi glande ya erecto en su anito. Sentía como el agua se movía al compás de nosotros. Y como el cabalgaba, nuevamente con las mejillas rojas y botando dulces gemidos. Yo lo ayudaba impulsándolo desde sus nalgas, mientras mordía uno de sus perforados pezones. Estaba pensando en ponerle, luego de su iniciación, uno en su lengüita.

 

Saltaba brutalmente, su cansancio no era tanto , como las ganas de ser follado por mi bien dotado pene, por lo que toda el agua salpicaba o formaba movidas mini olas dentro de nuestra bañera inmensa —Ahmmmm... Ahh… Aniki… — Si bien el ritmo que llevaba era muy fuerte, yo prefería algo más… bestial, por así decirlo; así que lo volteé, e hice que sus pequeños aros con cascabel en sus lindos pezones chocar con las frías baldosas que cubrían la superficie del límite de ese enorme jacuzzi, al igual que su caliente pechito. Pero dejando a su abultadita pansa en el aire y sin presión.

 

Lo sujeté del cabello y alce bruscamente su cabeza, para darle un fogoso beso y meter, mi endurecido pene en su entrada bien dilatada — Delicioso — le susurré en su oído al terminar el beso. Lo penetraba cada vez más fuerte, ya estábamos en el límite, ambos. Cansados y siendo recién las seis de la tarde. Lo embestía una  y otra vez, era mejor terminar rápido y limpiarlo adecuadamente y sin mayor preámbulo, eyaculé, llenando nuevamente su interior. Yo era un semental nato, por lo que cada una de mis eyaculaciones era abundante, fuerte y prolongada. Así podía dejar preñado más prontamente a una hembra o doncel de mi especie.

 

Saqué mi pene de su rojiza entrada con hilos de semen, para sentarme y sentir la tibia agua que se había calentado un poco más por toda la reciente actividad que habíamos hecho. Jalé ese cuerpecito para sentarlo en mi regazo y empezar a limpiarlo con un paño — Aniki — llamo mi intención repentinamente. Con un asentimiento le di a entender que lo escuchaba — ¿Cuándo será la ceremonia? — Decía, completamente nervioso y tímido, algo que solo me daba ganas de follarlo más y  esta vez poder usar muchos juguetitos.

 

 Pero yo quería que fuera este día, por lo que me tenía que contener — Hoy a las 10 de la noche —Respondí serio, pero acariciando uno de sus rojizos pezones, cosa que lo hacía estremecer.

 

Se recostó en mi pecho y con su pequeña manita se empezó a acariciar mi torso marcado y firme. Lo veía meditabundo y pensativo. Amaba a ese chiquillo, es por eso que hice tanto por él, es por eso que maté a mis queridos padres y es por eso que nunca lo abandonaría. De un momento a otro, su súbita mirada, con un deje de pánico, se centró en mí, al mismo instante que los movimientos de su mano en mi pecho se detuvieron – ¿Le pasará algo al bebe? – Me dijo con un deje de preocupación.

 

Mis ojos se abrieron abruptamente. No había pensado en eso. Si iba a drenar completamente su sangre, había fuertes posibilidades de que esa criatura en su vientre… muriera antes de nacer. Rayos, eso no estaba en los planes. Pero más me importaba Gaara. El, que sería mi preferido por siempre, me daría un hermoso harem de donceles y siempre estaría a mi lado. Recobrando nuevamente la calma le respondí mi decisión — No lo sé, mi pequeño. Pero, la decisión está tomada y este día se hará la ceremonia — No perdería esa imagen de él, cada día contaba y si era por mi Gaara correría el riesgo.

 

Asustado me miró fijamente. Y su pequeña manita, se hizo puño frente a mi pecho — No quiero que le pase nada, Aniki — Me dijo a punto de quebrar en llanto — Es producto de nuestro amor — Sus lágrimas, tan claras como su alma, empezaron a descender fuertemente de sus ojos color turquesa.

 

Empecé a acariciar su espalda y dejando el paño en un costado. Sujete su mentón y guie la mirada que ahora me evitaba, a conectarse con la mía — Lo que más quiero en el mundo, es a ti — Susurré dándole pequeños besos para que dejara de llorar y se calmara — Y si la vida de nuestro hijo se pierde, será por nosotros, para mantenernos unidos eternamente — Sus temblores disminuían poco a poco, pero muy en el fondo, estaba igual de nervioso, yo tampoco deseaba que ese pequeño en su interior muriera. Él era, como lo dijo el mismo Gaara, fruto de nuestro amor.

 

Trató de calmarse, pues nunca me había negado una petición, tan sumiso y moldeado a mis egoístas peticiones, se resignó. Asintió levemente, limpiándose con su otra mano — Te amo Naruto — me susurró — Eres lo más importante para mí y haré siempre lo que tú quieras — Esas palabras fueron muy dulces y hermosas, sobretodo viniendo de esos rojizos e hinchados labios.

 

Una sonrisa de lado emergió en mi rostro — Yo también te amo, Gaa-chan — Le dije antes de unir nuestro labios en un beso, que solo derrochaba amor y devoción uno por el otro. Lentamente  lo separo y dirijo mi mirada al reloj dentro del baño — Rayos — Susurro para mí mismo al ver que solo me quedaban tres horas para preparar todo lo necesario para la ceremonia. El me mira intrigado. Y yo solo le doy otro piquito en los labios — Tenemos que apurarnos Gaa-chan — El también mira el reloj digital especial para aguantar humedad o agua, colocado en el baño, quedándose asombrado. Ambos salimos del jacuzzi y nos cubrimos con unas toallas, mientras él se dirigía al a cama a sentarse y secarse todo el cuerpo lentamente, yo me puse un pantalón holgado y una polera, para luego ir a la planta subterránea más profunda, al cuarto más lejano y resguardado, y sacar lo trajes ceremoniales familiares. Eran telas finísimas, de un material translucido, blanquecino, con bordados en hilos de oro. Seas hombre, mujer o doncel, cada uno tenía un traje diferente, mismo diseño, peor que se acoplaba mejor a la figura del portador, cogí el que usaría mi hermoso doncel,  la túnica negra que cubriría por completo mi cuerpo en medio de la ceremonia y las joyas familiares sagradas. Para llevárselos a mi hermoso Ototo.

 

Llego nuevamente a la puerta de mi cuarto y al abrirla me encuentro la linda imagen de mi nene, metiéndose los dedos a su anito necesitado y apretándose un pezoncito; supongo que el estar en  el sexto mes, cuando las hormonas se alborotan, lo hacen más cachondo que de costumbre — Ammm… Na… Naruto — Gime sin darse cuenta de mi presencia. Es realmente hermoso y tentador, pero ya solo nos quedaban dos horas y media.

 

Me acerco a él y le doy un casto beso para quitarlo de su ensoñación — Vístete Gaa-chan — Le dije usando todo mi autocontrol para no follármelo nuevamente — Voy por tu presa — me acerque a su oído — Y no te masturbes, que luego YO, continuaré esta labor — Le susurro mientras le toco su húmeda entrada.

 

Sonrojado me mira y asiente a mi petición, Agarra su traje simple pero hermoso y saca las joyas ceremoniales una por una para ponerlas en la cama y apreciarlas. Yo quería presenciar todos sus movimientos, pero no tenía tiempo, quería escoger a una presa digna de mi preciosura. Divagué por las calles, buscando un humano único y puro, uno que derroche un olor especial que implique inocencia. Pero no tenía mucha paciencia, luego de divagar por más de 40 minutos, encuentro justo el olor que quería y veo que es un hermoso doncel, es una lástima que tenga que ser la comida de Gaarita, pudo haberme servido. No me lamenté más por algo tan simple y rápidamente me dirigí al pequeño, dándole una mirada con mis ojos ahora rojos. Su mirada se posa en mí  y se sonroja, pero al chocar con mis ojos, cae inconsciente en menos de un instante. Pasando una hora entera, desde mi salida, Llego nuevamente a mi hermoso castillo familiar y dejo al doncel en el cuarto ceremonial. Para dirigirme nuevamente a ver al mi dulce obsesión. Apenas atravieso la puerta del cuarto — Oni-chan — siento que un cuerpecito se lanza a mis brazos.

 

¿Me parece que está temblando? — Que pasa mi dulce Gaa-chan — Le digo mientras le froto su espalda notando la hermosa túnica ya puesta en su cuerpo. Especial para los donceles que se ajusta más en su cintura y resalta ese redondo trasero. No lo soporto y presiono un poco sus nalguitas

 

Sus bracitos me empiezan a soltar y se separa de mí, no sin antes dejarme escuchar un dulce gemido por mi acción anterior — ¿Me… me tengo que poner eso? — Me dice señalando una de  las joyas ceremoniales para el doncel. Era una especia de consolador dorado un poco más pequeño que mi pene, pero aun así, grande.

 

Me reí un poco — Claro que si — le dije acariciando una de sus mejillas — Tú conoces las tradiciones — Déjenme explicarles esta parte. Tanto la mujer como el doncel tiene que ponerse un consolador, por el lugar donde darán vida a otros seres, mientras que el hombre se pone un catéter, que si me lo preguntan, fue un tanto grueso para mi gusto. Simbolizando la fertilidad del clan y las futuras generaciones.

 

Lo miro y aprecio su vestimenta completa. La hermosa túnica ajustada a su delicado, infantil y delgado cuerpo que llega hasta el piso; los bordados dorados, por los hombros, cuello, cintura y muñecas. El diseño deja al descubierto gran parte de su cuello, donde va una hermosa Gargantilla gruesa, con preciosas piedras color turquesa, las pulseras aun cubiertas por esas mangas que cubren todas sus manos y siendo más largas aun, se aprecian con una perfecta combinación con el collar, gruesas y pesadas, en sus tobillos, el mismo tipo de joyas, pero un poco más delgados y por ultimo tenía que ponerle el consolador en su interior y que no sobresalga nada, por eso este tipo de artefactos siempre tienen una cuerdita. Hermoso. Así es como se veía. El jalar de mi polo me devuelve a la realidad — M-me ayudas a ponérmelo — Dijo tímidamente.

 

Solo sonreí y asentí llevándolo hasta la cama. Se puso en cuatro y subió la túnica hasta dejar expuesto su lindo traserito. Me relamí los labios por esa imagen y dudosamente cogí el consolador de oro con gemas incrustadas. Supongo que le costaría retenerlo al principio, pero vamos, que si soporta el mío diariamente, le será fácil con este. Metí dos dedos y vi que su entradita estaba seca y estrecha, me había hecho caso en lo de no masturbarse ni usar sus dedos para darse placer, pero ahora tenía que dilatarlo para que no le doliera — Te voy a lamer Gaa-chan — Le dije mientras mi aliento tocaba su entrada — Así entrara más fácil — Un beso negro fue lo que empecé a darle, primero lamiendo y repartiendo besos por la superficie, relajando así su entrada, para luego meter mi traviesa lengua en su anito apretado.

 

Sus gemidos no se hicieron esperar y veía como, sus manitas apretaban nuevamente las sabanas de seda negra. Pues había empezado a meter uno de mis dígitos junto con mi lengua — Amm… Hoishi — Sus suspiros eran dulces y hermosos, lo que me incitaba a seguir. Separé mi cara de su ano y metí de una sola vez dos dígitos más, empezando a moverlos en círculos. Escupí un poco para lubricarlo más rápidamente, pues el tiempo pasaba y solo un miembro de la familia podía encargarse de todas las preparaciones para el ritual y no pedirle ayuda a los nicraf. Más tarde les explicare de ellos. Ahora estoy  un poco ocupado. Luego de lograr meter cuatro de mis dedos, los saco húmedos y pegajosos, para meterle lentamente el consolador de oro — AHHH… Du-Duele — supongo que uno de oro macizo no es tan reconfortante como uno real.

 

Le seguí metiendo hasta que mis dedos lo empujaron lo más hondo posible — Shh, shh… sabes que es necesario — Le di vuelta, acaricie su vientre con una mano y con otra limpie ese par de lagrimitas que se habían escapado — Vamos, cierra las piernas — Pues veía como todavía las tenía abiertas por la sensación del consolador. Las cerró lentamente y se sentó con un poco de incomodidad, supongo que se acostumbra un poco rápido por todos lo pervertidos juegos que tenemos — Buen chico — Me paré, cogí mi túnica y alcé mi mano para que el la cogiera, y así dirigirnos juntos al salón ceremonial.

 

Un amplio salón, con más de 500 metros cuadrados, y con un techo corredizo que dejaba entrar la luz de la luna, se encontraba en el piso más alto de la torre principal, de forma circular y completamente de piedra. Cerré la puerta de caoba reforzada de hierro y solté la temblorosa mano de mi amado, para  dirigirme a hacer ese complejo pentagrama del ritual en el centro. Todo hecho con mi sangre, que al contacto del piso sagrado se vuelve negra y espesa como la tinta.

 

Mientras los dibujo les explicaré un poco más. En este salón, tanto las paredes como el suelo, están hechos de piedras sagradas, traídas desde nuestras tierra de origen para realizar ceremonias de tanta importancia, por ello solo podemos entrar descalzos. Y es solo a nuestra piel, vampiros puros, que nos recibe gustosamente, si un vampiro común o un nicraf entraran en esta sala, su piel se quemaría y luego sería consumido lentamente, ese es el porqué del que solo los legítimos del clan, pueden preparar todo, en el caso de los humanos, solo su piel es aceptada por poco más de dos horas, siendo estos un punto principal de la ceremonia, pero solo uno a la vez. Termino de hacer todo dibujando un círculo en el medio del inmenso pentagrama.  Y otro en la punta norte del círculo exterior. Donde coloco al humano elegido para darle vida a un nuevo miembro del clan. Solo faltaban quince minutos.

 

Me dirijo hacia mi hermano  y me voy despojando de mis simples ropas que se consumen apenas toca el suelo. Pues ya no las protege mi cuerpo. El me extiende la túnica negra, sagrada, que cubrirá mi cuerpo y me la pongo limpiamente, percibiendo el deseo que le causó el verme desnudo. Me pongo frente suyo — ¿Cuánto tiempo falta? — Me pregunta tímidamente.

Le acaricio su mejilla y le doy un casto beso en los labios — Diez minutos — Le susurro — Ponte ya en el centro mientras acabo los pequeños detalles. Veo como se dirige al medio y yo me dispongo a prender las velas en los cuatro puntos principales, con mi poder de controlar y crear fuego. Le ato los grilletes que se sujetan del suelo, al doncel humano y me pongo en la otra esquina, donde Gaara solo me da la espalda y puedo apreciar la tira que me permitirá sacarle el consolador, un poco húmeda. Abro mentalmente el techo y esperamos a que llegue la hora.

 

Gaara sabe lo que tiene que hacer, veo que la luna se pone en posición y cuando escucha un fuerte ‘Ahora’ emerger de mis labios, empieza a recitar oraciones en nuestro antiguo lenguaje, sus ojos cerrados y las manos un poco alzadas a sus costados, las gemas empiezan a brillar y yo desde mi posición me voy acercando al compás de sus oraciones. La fuerte luz ilumina toda la habitación, despertando al humano y siendo expectante de cómo, al decir una ultima frase, envuelvo el delicado y frágil cuerpo de mi hermano con mis brazos y voy acercando mi rostro a su cuello, mis colmillos emergen y apenas termina la oración, se los incrusto en el cuello — Ahhhh — gritó fuertemente al sentir como perforaba su delicada y suave piel, para luego empezar a succionar su sangre. El humano presencia todo petrificado y asustado, yo le lanzo una mirada sin dejar de beber tan deliciosa sangre, mis manos se mueven por todo el cuerpo de mi hermano, excitándolo y al igual que la sensación de succión — Ammm…  — Ahora son gemidos los que lanza — Mmmm — Su pene erecto y como se sostiene de mis brazos para no caerse. El humano sigue viéndonos y se sonroja al conectarse con mi mirada — Más… Mmm… Rico — Dice mi nene, mientras muevo mi pene erecto entre sus nalgas, aun con la gema en su interior. Poco a poco se le van acabando las energías y cerrándole los ojos. EL cansancio lo agota y queda inconsciente mientras yo bebo la última gota de sangre y lo dejo en el suelo, volviendo a mi posición.

 

Parecía que el humano me iba a decir algo, pero en ese momento, mi mirada solo se situaba en mi futura eterna pareja. Esperando a que despertara. Tuve miedo de que él sea uno de los desafortunados casos de morir en la transición, muy escasos, pero presentes en nuestros clanes. Solo por simples cuestiones del azar. Y algo que me partió el corazón, empecé a ver. Su lindo vientre abultadito empezó a descender. Eso solo implicaba dos cosas. Ya había pasado a ser un eterno ser como nosotros, pero la demora de su despertar, era la absorción de ese ser, que no sobrevivió al ritual. Feliz me encontraba por la vida de mi amado, triste me sentía por la pérdida de mi hijo. Una lágrima traicionera callo de mis ojos, pero no mostré más tristeza, no en este momento de tan crucial para mi hermanito.

 

Se empezó a reincorporar, y como todos nosotros los vampiros, lo primero que hizo fue seguir a sus instintos y atacar al inocente doncel. Que petrificado y en pánico, murió en brazos del ser que amo. Y nuevamente el suelo  sagrado se encargó de borrar huellas — Oni-san — Escuché en un susurro, que Sali de esa boca chorreante de roja vid, mientras caía en el desmayo.

 

 En menos de un segundo me encontraba a su lado y sujete su bello cuerpo ahora inconsciente — Te amo ni nene hermoso — Salí del salón, luego de cerrar el techo y apagar las velas. El suelo se encargaría de borrar el pentagrama ya usado. Mientras que yo me dirigía a nuestros aposentos, a dejar que mi cansada pareja eterna, pudiera recuperar sus energías.

 

Lo recosté delicadamente en la cama, le quité sus  túnica y la mía, me puse un pantalón holgado  y Salí a hacer una hermosa lápida conmemorativa a la memoria de mi hijo no nato, en mármol blanco. Mi bebé sin nombre, nunca supe si iba a ser un varoncito, doncel o doncella, y de verdad lo quería mucho, no voy a poder disfrutar, sus sonrisas, cuando habrá por primera vez sus ojos, sus primeras palabras, primeros pasos. Sin darme cuenta mis ojos se nublaron y al poner finalmente la lápida en el jardín, junto a las de mis padres, solo pude llorar por unos minutos. Te amo bebe, limpié mis lágrimas antes de ir con mi Gaa-chan, le daría una visita a mi hermoso primogénito.

 

 

Continuará…

 

Notas finales:

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Si les gusta la lectura >.0 Les recomiendo MUUUUCHO MUCHO esta que recién ha empezado. Pero tiene muy buen material

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Alex : Chom chom chom* Comiendo canchita* Pues… este es el beteo más corto que he hecho después de tiempo XD Me tomó menos de una hora (generalmente se demora un promedio de dos a cuatro horas) :B En fin, hubieron muchas frases que quise mejorar, y varias palabras o descripciones que no me gustaron mucho. Pero solo arreglé unas cuantas (Tiene que estudiar para su examen Parcial)

Mmmm… no hay que decir, este es un Naru muy pervertido, hay OoC Lo sé >.> No hace falta decirlo XD Se va a ir arreglando oh~!! Claro.

 

 Diganme ¿Quién creen que es el primogénito de estos tortolitos? :B El cap dos ya está hecho porseacaso XD.

 

En fin, los dejo :B Chom chom *Sigue comiendo canchita*


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