Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encuentro fortuito por Espiga de Virgo

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pareja Principal: Defteros x Asmita
Razón: Desafío Pecador - Palabra/Tema Encuentro

Estado: Terminado
Nº de Palabras: 499
Última actualización: 07/05/2014

 

 

La meditación era una herramienta que le había ayudado durante tanto tiempo, y para fines tan distintos. Desde obtener respuestas hasta buscar el juicio adecuado para proceder en sus actos, más sin embargo, cada que soplaba el viento su concentración terminaba abruptamente y con ello la meditación.
Con parsimonia el santo de virgo deshizo la posición en la que estaba y fijo su camino hacia la entrada del pacifico templo. De nuevo un soplo de viento rozó el contorno de su faz moviendo en el acto una que otra hebra dorada haciéndolo presa fácil de un par de tormentosos recuerdos.
-Aspros.- Murmuro impasible mientras que por dentro era atacado por una vorágine de sentimientos, una vorágine en la que la piedra angular era justamente ese difunto caballero de géminis. 

Miró con indecisión teñida de firmeza la entrada del santuario y a paso lento pero seguro se adentro en el, cuestionándose en el momento si era posible que tal báratro haya sido su hogar de antaño.
-De los tres, ¿quién fue el verdugo?-  Preguntó al viento el demonio de la isla Kanon al tiempo que ignoraba olímpicamente las miradas indiscretas que varios caballeros de bronce y plata le dedicaban. Más de uno se preguntaba el motivo por el cual un extraño se presentaría en ese lugar, y otros ya más veteranos se preguntaban cómo aquel ser se atrevía hacer acto de presencia en el recinto sagrado.
Las miradas por parte de algunos se afilaron, mas el segundo sin gastar algo de su voluntad paso de ellas. Había alguien más importante con el cual perder los estribos.

El encuentro era inminente, eso lo sabía Asmita, pero lo que ahora mismo no terminaba de vislumbrar era el motivo de su presencia. El cosmos que irradiaba Defteros era calmo, pero con la sensación de elevarse en el momento menos esperado. Debía estar preparado.
Asmita retomo la posición inicial y contuvo la ansiedad que el cosmos ajeno le causaba, para él en estos momentos, cada segundo gastado era un paso que Defteros daba hacia ese fortuito encuentro.

Ciertamente el templo de la virgen no había sido la meta y jamás le había causado tal desasosiego en el pasado, más sin embargo ahora mismo le producían unas contradictorias ganas de huir y de perderse dentro de ese lugar;  huir de lo que representaba el dueño, y de perderse con la oportuna felicidad que el mismo dueño le había obsequiado en el pasado. 
Sin percatarse del ruido que sus pasos causaban, llego frente Asmita y todo enfado, molestia, resentimiento o rencor que poseía se desvaneció, virgo siempre ejercía ese efecto en él.
Por instinto, Defteros tomo un mechón de cabello ajeno y lo olisqueó. Sin quererlo sufrió un Déjà vu y como si el cabello de Asmita quemase lo soltó.
Asmita fingiendo estar en meditación dejo que el invitado se marchara. No era el momento ni el lugar adecuado para sostener una charla que podría derivar en una pelea mental. Definitivamente aun no era el momento.

 

 

 

 

 

 

 

 

_______________________________________________________

 

La meditación era una herramienta que le había ayudado durante tanto tiempo, y para fines tan distintos. Desde obtener respuestas hasta buscar el juicio adecuado para proceder en sus actos, más sin embargo, cada que soplaba el viento su concentración terminaba abruptamente y con ello la meditación.
Con parsimonia el santo de virgo deshizo la posición en la que estaba y fijo su camino hacia la entrada del pacifico templo. De nuevo un soplo de viento rozó el contorno de su faz moviendo en el acto una que otra hebra dorada haciéndolo presa fácil de un par de tormentosos recuerdos.
-Aspros.- Murmuro impasible mientras que por dentro era atacado por una vorágine de sentimientos, una vorágine en la que la piedra angular era justamente ese difunto caballero de géminis. 

Miró con indecisión teñida de firmeza la entrada del santuario y a paso lento pero seguro se adentro en el, cuestionándose en el momento si era posible que tal báratro haya sido su hogar de antaño.
-De los tres, ¿quién fue el verdugo?-  Preguntó al viento el demonio de la isla Kanon al tiempo que ignoraba olímpicamente las miradas indiscretas que varios caballeros de bronce y plata le dedicaban. Más de uno se preguntaba el motivo por el cual un extraño se presentaría en ese lugar, y otros ya más veteranos se preguntaban cómo aquel ser se atrevía hacer acto de presencia en el recinto sagrado.
Las miradas por parte de algunos se afilaron, mas el segundo sin gastar algo de su voluntad paso de ellas. Había alguien más importante con el cual perder los estribos.

El encuentro era inminente, eso lo sabía Asmita, pero lo que ahora mismo no terminaba de vislumbrar era el motivo de su presencia. El cosmos que irradiaba Defteros era calmo, pero con la sensación de elevarse en el momento menos esperado. Debía estar preparado.
Asmita retomo la posición inicial y contuvo la ansiedad que el cosmos ajeno le causaba, para él en estos momentos, cada segundo gastado era un paso que Defteros daba hacia ese fortuito encuentro.

Ciertamente el templo de la virgen no había sido la meta y jamás le había causado tal desasosiego en el pasado, más sin embargo ahora mismo le producían unas contradictorias ganas de huir y de perderse dentro de ese lugar;  huir de lo que representaba el dueño, y de perderse con la oportuna felicidad que el mismo dueño le había obsequiado en el pasado. 
Sin percatarse del ruido que sus pasos causaban, llego frente Asmita y todo enfado, molestia, resentimiento o rencor que poseía se desvaneció, virgo siempre ejercía ese efecto en él.
Por instinto, Defteros tomo un mechón de cabello ajeno y lo olisqueó. Sin quererlo sufrió un Déjà vu y como si el cabello de Asmita quemase lo soltó.
Asmita fingiendo estar en meditación dejo que el invitado se marchara. No era el momento ni el lugar adecuado para sostener una charla que podría derivar en una pelea mental. Definitivamente aun no era el momento.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).