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Cherry blossom and this love that suddenly found me por BurnOurGlories

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Notas del capitulo:

Hola y predón por la demora, estas últimas semanas han sido matadoras en la universidad, además perdí totalmente la inspiración cuando todo el drama de Kris dejando EXO se desató pero, después de comenzar a superarlo, pude escribir un poco.

Disfruten!

II

 

 

Sehun le condujo hasta una habitación que parecía ser una sala en el segundo piso donde un gran piano de cola negra estaba iluminado por la luz que entraba desde los ventanales. Había sillones acomodados junto a las paredes y varios cuadros de paisajes en ellas. Era una habitación muy bella.

Sehun caminó en silencio hacia la ventana junto a un reposa partituras. Con la mirada diciéndole a Jongin que lo siguiera. Así lo hizo.

Jongin debía patearse por esperar que Sehun le hablara. No sabía si no lo hacía porque era tímido o simplemente porque él no le gustaba a Sehun. Pero, aparte de recibir nada más que silencio, la clase pasó realmente rápido, el rubio aprendía rápidamente y al finalizar casi era capaz de tocar cuatro notas seguidas sin equivocarse. Mucho más de lo que Jongin logró en su primera  clase.

Luhan apareció por la puerta en el preciso momento en el que Jongin guardaba su violín en el estuche, alertándolos. Sehun miraba a la ventana, ignorando a Jongin completamente.

—Sehunnie— murmuró Luhan, llamando por fin la atención del menor.

Jongin se incorporó y observó el intercambio de miradas que tenían los hermanos, atentó.

— ¡No me gusta!— espetó Sehun haciendo pucheros, casi sonando como un niño malcriado de cinco años —No quiero que él me de clases— reveló señalando con un dedo acusador al moreno.

—Pero, Sehunnie…—intentó replicar su hermano.

Jongin se quedó boquiabierto mirando incrédulo al platinado. El creía que la clase había ido bien. Sin duda Sehun no pensaba lo mismo.

Sehun alzó la vista hacia él. Lo miró con resentimiento antes de salir de aquella sala, hasta su habitación dando un portazo.

Luhan miró aquella rabieta con el ceño fruncido mientras Jongin lo hacía incrédulo.

—Lo siento, Jongin— se disculpó Luhan, suspirando con pesadez.

— ¿Qué fue todo eso? — balbuceó Jongin.

—Digamos que Sehun tiene serios problemas para relacionarse con gente nueva— suspiró Luhan, negando con la cabeza y sonriendo tristemente. —Pero no te preocupes. Lo superará.

Jongin lo miró confundido mientras Luhan reía en voz baja por algo que él no entendía.

—Les has gustado y mucho. —Rió el mayor— Por eso actúa así.

—No lo creo.

Luhan le regaló una sonrisa enigmática, sin dejar aquel brillo peculiar en sus ojos que Jongin no entendía.  Jongin se encogió de hombros quitándole importancia.

— ¿Vuelvo mañana? — preguntó vacilante.

Luhan asintió, sonriendo radiante. — Vuelve mañana Jongin, a la misma hora. Yo hablaré con Sehun.

Jongin caminó fuera de aquella casa. Al pasar por la que parecía ser la habitación de Sehun escuchó una pequeña discusión entre los hermanos. Quiso quedarse a escucharla. Negó con la cabeza antes de correr fuera.

 

~

 

Sinceramente Jongin no podía creer todo lo que había pasado con Oh Sehun, el muchacho a simple vista parecía ser un ángel cuando era todo lo contrario. Jongin recostado en su cama pensaba en todo lo sucedido aquella tarde.

Decidió olvidarse de aquello, tomando su laptop y conectándose a Internet.

Su página de Facebook aparentemente lucía igual que siempre. Jongin sabía que no era así.

A veces Jongin se preguntaba cómo podía ser tan masoquista y por qué no diablos eliminaba su perfil de aquella red social. Jongin sabía muy bien que si lo hacía, las personas que lo habían inculpado se reirían de lo idiota y débil que Kim Jongin podía llegar a ser. Él no les daría aquella satisfacción. No lo haría. Ya era suficiente que prácticamente sus “amigos” le hayan cargado con la culpa cuando él no había hecho absolutamente nada. Jongin suspiró, sus ojos aguándose.

Miró todas aquellas publicaciones llenas de odio en abarrotando su muro, culpándolo de cosas que él no había hecho. Ganándose el desprecio de todos los alumnos de su antigua escuela. Jongin cerró su laptop de un golpe, dejando que las lágrimas de rabia surcaran sus mejillas.

A tan temprana edad se había dado cuenta de lo injusto que era el mundo. Jongin hundió su cabeza en la almohada, estando consiente de que al menos sus padres y abuelos le habían creído. Ellos sabían que él no podría hacer algo como eso. Con aquel pensamiento en mente Jongin cayó en el mundo de los sueños.

 

~

 

Jongin evitaba hacer amigos en su nueva preparatoria. Sabía que era solo cuestión de tiempo para que estallaran los rumores y todos empezaran a juzgarlo.  Cada vez que alguien se lo acercaba, Jongin actuaba tosco, frío, dejando en claro que no querían que lo molestaran.

Era hora del almuerzo y Jongin sentado debajo de un árbol en el patio del campus pensaba en todos aquellos comentarios hirientes que aparecían en su página de Facebook. A veces la gente podía llegar a ser cruel. Escribían y publicaban cosas que herían profundamente. Jongin era fuerte, sí, pero también humano y apenas un adolescente. La vida no era justa con él.

Al sonar lo campana anunciando el fin del receso. Jongin caminó hacia el aula de química.

Chanyeol, uno de los chicos que más insistía en trabar amistad lo saludo.

—Jongin ¿Cómo estás?

—Bien— respondió cortante pasando de largo y casi ignorando al chico quien tan solo negó con la cabeza al verlo pasar.

Jongin suspiró, sentándose en su pupitre. Seguramente Chanyeol era un gran chico pero Jongin no quería su amistad, ni la de nadie. Ya había tenido suficiente con los “amigos” que dejo en la ciudad.

 

 

~

 

Luhan abrió la puerta de la casa con una gran sonrisa en su rostro de bebé. Cordialmente lo dirigió hacia el vestíbulo.

—Sehun está en su habitación. Es la primera hacia la derecha subiendo las escaleras. Yo tengo clase, así que debo irme.

No espero por respuesta y salió casi pitando. Jongin tomó aire antes de armarse de valor para encarar a Sehun.

Tocó la puerta con vacilación. Escuchó movimientos y varios ruidos sordos antes de que el rubio le abriera la puerta. Jongin se quedó sin aliento al verlo.

Parecía ser que Sehun tenía algo con los suéteres de lana que le venían grandes, hoy día lucía uno de color celeste que contrastaba maravillosamente con una piel blanca cual leche. Entonces, Jongin notó las manchas de pintura en la fábrica de suéter junto algunas en la piel pálida de su cuello, pecho y clavículas. Sehun se apartó ligeramente, dándole paso para que entrase.

La estancia era amplia y luminosa. Las paredes (en un principio blancas supuso) estaban llenas de dibujos pintados a mano, de árboles, flores, hojas cayendo en otoño, entre varios dibujos abstractos que Jongin no pudo interpretar. Junto a la cama habían plasmado en la pared un árbol de cerezo, parecía ser el mismo que estaba junto al balcón de aquella habitación. Todo era un desorden total. Los bocetos, partituras y lienzos en el piso, un plástico rodeaba prácticamente el piso y la cama, el cual estaba cubierto de manchas multicolores de pintura. Fue ahí cuando Jongin recién cayó en cuenta del lienzo frente al balcón, entendiendo por fin qué es lo que hacía Sehun.

Volteó, encontrándose con un Sehun mirando a sus pies tímidamente. Jongin casi se carcajea. Sehun mordió sus labios antes de por fin mirarlo.

—Siento mi comportamiento de ayer— dijo con esa voz de seda que a Jongin le estaba empezando a gustar— No soy muy bueno haciendo amigos y me pongo nervioso frente a las personas nuevas.

Jongin no dijo nada. Limitándose a sonreír mientras caminaba hacia el pálido. Despeino los cabellos del menor, sonriéndole con dulzuras.

—Está bien— murmuró sintiendo las suevas hebras platinadas entre sus dedos— Yo tampoco soy muy bueno en ese aspecto.

Sehun le miró, preguntando con la mirada si aquello era en serio. Jongin asintió. Sehun humedeció sus labios con una legua pequeña y rosada que Jongin encontró adorable, antes de esbozar una diminuta sonrisa.

— ¿Puedo acabar este lienzo antes de que empecemos?

Jongin le sonrió. —Adelante.

Aquella tarde no tocaron el violín. Jongin admiró a Sehun pintar casi maravillándose por el notable talento del chico. No hablaron mucho, ni lo necesitaban.

— ¿Podemos ser amigos? —preguntó tímidamente el rubio cuando ya era hora de que Jongin se fuera, sin mirarlo a los ojos.

Jongin lo sopesó unos instantes. No quería amigos. Los amigos sólo le traerían problemas. Él lo sabía más que nadie. Sin embargo, Sehun era claramente diferente a todas las personas que había conocido. El moreno sabía que podría trabar una amistad con él sin salir traicionado.

—Está bien.

Ambos esbozaron sonrisas pequeñas, dulces.

—Debo irme.

—Nos vemos mañana.

 

Los días pasaban ya no siendo rutinarios. Sehun era su único amigo en aquel lugar. Algunas veces le enseñaba al pálido a tocar el violín, otras veces lo miraba pintar, a veces dejaba que lo dibujara. En ocasiones tocaban juntos el piano. Así poco a poco fue creciendo su amistad. No hablaban mucho y tampoco lo necesitaban. No sabían mucho del otro pero disfrutaban su compañía. Hasta que un día la curiosidad de Jongin pudo más, queriendo poder conocer realmente a Oh Sehun.

 

~

 

— ¿No vas al instituto? —preguntó Jongin, una tarde en la que ambos yacían acostados en la sala del piano, sin nada más que hacer que mirar el techo. Se incorporó, sentándose para observar la delicada figura de Sehun.

—No— respondió el rubio.

— ¿Por qué?

Sehun suspiró, también sentándose, abrazando sus rodillas con sus brazos y escondiendo su cabeza entre ellos.

—Por mi salud— reveló en un murmullo casi inentendible.

Jongin quiso mencionar algo pero Sehun lo interrumpió.

—De niño me diagnosticaron un soplo en el corazón y también asma. El problema en mi corazón no era tan grave pero el asma hizo que empeorara. Hubo ocasiones en las que estaba tan enfermo que no me levantaba de cama en semanas, sólo tosía sin apenas poder respirar—Sehun alzó la cabeza, mirando a Jongin con tristeza— Mi salud era demasiado delicada como para dejar incluso mi habitación, así que mis padres contrataban tutores para que me enseñaran— Sehun suspiró, desviando su mirada al piso— Mejore bastante a partir de los doce años. Mi asma, ahora, está casi curada en su totalidad. Sin embargo, no pudieron hacer nada con mi corazón. No es que me vaya a morir de un momento a otro, tan poco es tan grave. Mis padres decidieron que era mejor que me formara en casa, por si algo sucediera conmigo. Los médicos dicen que lo mejor para mi corazón es estar en un lugar tranquilo, donde no me altere.

­— ¡Vaya! — fue lo único que pudo exclamar Jongin mientras observaba el delicado cuerpo de Sehun y cayendo en cuenta que la fragilidad que se adivinaba era producto de toda una vida de enfermedad. — Lo siento.

—No es tu culpa Jongin. Son solo cosas que pasan.

Permanecieron en silencio. Sehun perdido en sus propios pensamientos mientras Jongin lo observaba con escrutinio. Notando aquella palidez casi fantasmal de su piel, las bolsas oscuras alrededor de los ojos color chocolates y las venas casi azuladas que se adivinaban en el esbelto cuello de cisne.

—Por eso no me gustabas al principio.

— ¿Eh? — Preguntó Jongin sin comprender.

Sehun rió. —Haces que mi corazón se aceleré.

Jongin se quedó estático, observando el rubor rosa que ahora decoraba las mejillas de Sehun, quien evitaba su mirada, tratando de esconder su rostro entre sus rodillas.

— ¿Lo sigo haciendo? — preguntó después de un rato. Sehun se limitó a asentir sin todavía mirarlo a los ojos.

Jongin esbozó una pequeña sonrisa mientras se acercaba al delgado cuerpo del menor. Tomándolo por los hombros hasta sacudirlo levemente. —Sehun, Sehun. Mírame. — El chico negó, hundiendo aún más su rostro. Jongin rió por lo bajo, decidiéndose a tomar sus brazos y desenredarlos de las delgadas rodillas, tomando su mentón y alzando la vista del rubio hacia él.

Sehun lo miró con vacilación casi temiendo la reacción de Jongin, el cual sin soltar el mentón del rubio, cerró la distancia entre ellos, posando sus labios en los de Sehun en apenas un roce. Un beso casi imperceptible.

Al separase las mejillas de Sehun estaban coloreadas de un rojo intenso, se mordía los labios y podía notar su respiración agitada.

­— ¿Muy agitado? — preguntó Jongin con una sonrisa ladina. Sehun asintió, sonrojándose aún más si aquello era posible.

El rubio estaba tan avergonzado que lo único que pudo hacer fue arrojar sus brazos al cuello de Jongin y esconder su rostro en el mismo.

Jongin sonrió con dulzura al sentir a Sehun abrazarlo. Se sentía feliz pero una parte de él casi le exigía que le contara a Sehun su secreto, la razón verdadera por la que estaba allí, en aquel pueblo.

Sin embrago, al sentir al menor abrazarlo más fuerte, Jongin desechó aquel pensamiento de su mente. Prometiéndose contárselo a Sehun en otra ocasión.

 

~

 

Su relación no cambió drásticamente como Jongin se lo esperaba. Ambos eran demasiado tímidos. Aun así, Sehun se había acostumbrado a abrazarlo siempre que podía. A Jongin le encantaba esa parte del menor. Se tomaban de las manos y muy de vez en cuando Jongin le robaba besos.

Una tarde de viernes. Jongin escuchó ciertas voces en la habitación de Sehun, extrañándose puesto que el moreno sólo había visto a Sehun relacionarse con él y Luhan. Sabía que no era Luhan ya que el mayor siempre tenía clase a aquella hora. Tocó la puerta sintiéndose extrañamente ansioso. Escuchó unas cuantas risas antes de que el manojo girara.

Sehun lo recibió con una sonrisa deslumbrante, Jongin le devolvió una en seguida, notando recién al desconocido. Era un hombre alto, casi demasiado (y eso que tanto Jongin como Sehun eran altos), apuesto y elegante. Sus facciones serias intimidaron a Jongin, las cejas pobladas le daban una mirada afilada. Miró a Jongin como si fuera un gusano.

­— ¿Quién es tu amigo, Sehun? — preguntó con voz profunda. Jongin frunció el ceño. No le gustaba nada este tipo.

—Kris Hyung, él es Jongin.

El tal Kris caminó elegantemente hacia Jongin estirando una mano que fue apenas estrechada por el moreno.

—Es un gusto conocerte Jongin— se burló el más alto con una sonrisa sombría. Jongin se estremeció— Sehun me ha hablado mucho de ti.

—Igualmente— respondió secamente. Pero él ni lo ha mencionado, pensó Jongin devolviéndole la sonrisa.

—Es hora de irme Sehunnie, continuaremos el lunes.

Kris se atrevió a despeinar los cabellos de Sehun, regalándole al menor una dulce sonrisa contraria a la que le había dedicado a Jongin. Sehun ajeno a todo simplemente se despidió del mayor con un abrazo y un beso en la mejilla.

— ¿Quién es él? — preguntó Jongin una vez salió el mayor por la puerta.

—Kris es mi tutor— dijo Sehun alegremente, todavía ajeno al mutuo desprecio evidente entre su amigo y su profesor.

—Mmm.

— ¿Pasa algo, Jongin? — preguntó extrañando Sehun al notar por fin el ceño fruncido de Jongin.

—No, nada— Sehun lo miró fijamente hasta que Jongin le sonrió— ¿Qué quieres hacer hoy?

Sehun sonrió, tomando la mano de Jongin y halándolo hasta la sala del piano.

—Toquemos juntos hoy.

 

~

 

Era domingo por la tarde. Un domingo de primavera caluroso en el que Jongin jugaba con su Xbox, distrayéndose un rato de todo. Aplastando botones para avanzar niveles hasta que su celular sonó, alertándolo. Pausó el juego, tomando el aparato. La pantalla táctil señalaba Luhan. Jongin se encogió de hombros, pensando para qué lo buscaba Luhan.

—Diga— dijo.

— ¿Jongin? — preguntaron al otro lado de la línea, una voz que Jongin conocía a la perfección y evidentemente no era de Luhan

— ¿Sehun? ¿Eres tú? — Preguntó sorprendido— ¿Pasó algo?

—Jongin hoy… hoy vino a Kris a casa y habló con mis padres, mi hermano y conmigo por algo que supuestamente tu hiciste— dijo con la voz temblante— En tu… en tu anterior colegio.

En ese momento a Jongin se le cayó el mundo a los pies. Sintió su pecho oprimirse dolorosamente.

— ¡Sehun no le creas! — Gritó Jongin en la línea— No creas nada que te diga— suplicó— Hay una explicación lógica para que se me culpe de todo aquello. ¡Pero yo no fui! ¡Te lo prometo!

El silencio mientras esperaba la respuesta de Sehun era aplastante, Jongin no creía poder soportarlo ni un minutos más.

—No le creí. No creí nada de lo que me dijo.

Jongin soltó un suspiro de alivio tan grande que por un momento sonrió. El silencio era algo tenso, pero ahora menos, ya que la presión en su pecho poco a poco se desvanecía.

—Voy para allá en este instante y te contaré toda la verdad. Sehun, tu más que nadie merece saber la verdad.

Sehun murmuró algo ininteligible y suspiró con suavidad antes de pronunciar: —Te esperare.

 

~

Notas finales:

Bueno, eso es todo por hoy. Creo que actualizaré a próxima semana ya que estoy con algo de tiempo todavía.

El siguiente capítulo es el último, me decidí a hacerlo un Three Shoots. 

Espero les haya gustado y gracias por sus reviews.

 

xoxo

Babeth


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