—¡Wo Ai Ni Zhou Mi! Wo Ai Ni, Mi—Intentó con una voz dulce que casi no se le hacía suya pero nada—Mierda… te amo idiota —Miró su reflejo con los ojos abiertos, sorprendido de su impulso, pero contento:— ¡Mejor!
Llevaba 5 minutos ( los 5 minutos más incómodos de su vida) frente al espejo, buscando una forma digna de corresponder a los miles «te amo» que Zhou Mi le dedicaba desde que lo de ellos se había tornado más serio, sentía la necesidad de expresarle ese amor de vuelta al mayor, pero se le hacía tan estúpidamente difícil que no estaba seguro de lograrlo con naturalidad algún día. Le gruñó al espejo de pura rabia y se quedó por quizá-cuanto-tiempo mirando sus dientes blancos, hasta que una voz conocida y de acento animoso le recorrió toda la espina dorsal, obligándose a cerrar la boca y tragar saliva despacio.
—Adivina que compré, GuiXian, te doy pistas; es lindo —Zhou Mi se acomodó en la cama y movió una bolsa que llevaba «Prada» tatuada en ella.—Es masculino, caro, muy caro y...
Kyuhyun se acercó al chico, inexpresivo, dejando un rastro de suspenso, gritando y murmurando en su cabeza todas las expresiones de amor que conocía, e inclinándose ante la confusa cara de su amado chino, juntó ambas bocas, tímido, casi ausente, sin saber aún como sacar todo lo que tenía guardado. Se separaron, incluso más despacio que el mismo contacto, mientras las manos del menor dejaban la bolsa de lado y se depositaban sobre los hombros del mayor, quien comenzaba a apretarse contra el cuerpo que ya se le hacía menos ajeno.
—Gui... GuiXian, aún es... aún es de día... Henry esta...
—Henry ya ha visto porno —Kyuhyun sonrió sobre la boca contraria al notar el respingo que este dio al escuchar sus argumentos —. Mi, háblame en chino.
El aludido no quiso protestar y solo suspiró cuando el menor se acomodó en sus muslos, la boca del castaño rozó el lóbulo de su oído con un semi-inaudible «te quiero tanto».
—Te amo pequeño.
El menor frunció el entrecejo ¿Por qué lo tenía que hacer más difícil?, el «Te amo» que tanto había practicado se le quedó enredado en los labios que ahora el mayor reclamaba como suyos. Lleno de frustración o culpabilidad, ya no sabía bien, enredó sus dedos en los cabellos castaños del otro, juntándose más, profundizando un beso ya no tan dulce.
Zhou Mi lo recostó sobre la cama, mientras su camisa le era despojada por manos traviesas, sonrió cuando una ola de frío le hizo temblar, aunque el calor se abrió paso cuando los dedos de Kyuhyun se pasearon por su pecho hasta llegar un poco más abajo del ombligo, un suspiro cargado de pasión escapó de ambas bocas y en un beso salvaje los vaqueros desteñidos del menor quedaron en el olvido. Las atenciones de Zhou Mi rozaban lo prohibido.
—Hoy estas fácil —Habló el más alto, su aliento chocaba contra el miembro ajeno que ya reaccionaba —Vamos GuiXian, di algo.
—M-mi...
Y otro te amo había sido desechado, porque ahora que el mayor juntaba su lengua con el sexo de quien le intentaba hablar, las palabras se habían esfumado en el placer. La respiración de ambos era errática, con pulsos imposibles, sus pechos subían y bajaban sin ritmo, Kyuhyun sintió una indescriptible ola cálida recorrer todo su cuerpo cuando Zhou Mi se separó, le quitó la poca ropa que le seguía aprisionando y subió buscando la boca del pequeño, quien entrelazó las piernas casi sin fuerzas a la prominente cadera del chino, despertando de nuevo el deseo.
—Zhou Mi, ahora...
Apretó los ojos, mientras el mayor sonreía ante la sumisión de aquellas palabras, pero deseándolo tanto como el otro. Con bastante rapidez, se acomodó con Kyuhyun sobre sus piernas, ambos primerizos en eso del sexo, de forma torpe y sin ningún tipo de preparaciones Kyuhyun comenzó a sentir una presión horrible en su trasero, dejó caer la cabeza sobre el hombro de quien lo entrometía y arañando levemente la espalda de este terminó por acostumbrarse, el suave beso depositado en su mejilla marcaba el inicio de los movimientos, primero lentos y pesados, hasta que el dolor fue casi nulo y una segunda ola de intenso calor invadió sus cuerpos.
—GuiXian... GuiXian... Kyu...
El mayor susurraba su nombre en forma involuntaria con cientos de frases en chino, que el otro apenas podía descifrar como palabras sueltas, él en cambio, no podía formular una oración coherente sin gemidos de por medio, por lo que solo se limitó a suspirar y besar los labios de quien ahora apenas le permitía respirar, y fue entre uno de esos besos furiosos que su miembro se vio preso por las grandes manos del mayor, la que subiendo y bajando, le hizo arquear la espalda e irse de placer allí mismo. Mi le tomó por las cadera y con unos cuantos movimientos más llenó al menor de su esencia, Kyuhyun pasó ambos brazos tras el cuello del más alto y le besó lento. Las manos del otro ahora lo sacaban de su miembro, mientras salía de ambos el restó de sustancia blanquecina, que el mayor limpió delicadamente.
—Nos tenemos que duchar, Mi.
—Tenemos que descansar —Respondió mientras se recostaba ocupando casi toda la cama —. Ven, descansemos.
—Te quiero, idiota... Te quiero sólo a ti. Wo Ai Ni, Mi.
El mayor sonrió sorprendido, no esperaba una declaración tan de repente, pero abrió los brazos, donde un avergonzado menor se acomodó, dejando su oído sobre el pecho del otro. Escuchó los acelerados latidos que pasaban a ser más lentos.
No había sido tan difícil después de todo.
Con el latido apacible se durmió.
Kyuhyun despertó un poco más tarde, el frío que se colaba por la ventana entreabierta le obligó a levantarse, cuando volvió y se quedó hipnotizado por el hermoso perfil de su dormilón acompañante se inclinó y le besó desde los ojos hasta la barbilla, mientras susurraba. No entendía, ahora, como había sido tan difícil no decir aquellas palabras para alguien como Zhou Mi.
—Te amo... Te amo tanto, idiota.
Entonces se volvió a dormir.