Capitulo 1
Un comienzo diferente
El clan vampiro esta de fiesta. Todos están reunidos con una copa de sangre en la mano y riendo, conversando o simplemente bebiendo sangre desde su origen de providencia. Ósea un humano, el cual se retuerce de deseo debajo de los colmillos de los vampiros esperando por ser mordido. Es una gran fiesta aunque hay un sola persona que no lo disfruta, y es el mismísimo líder del clan. Suho. Ve todo desde el balcón con las dos manos apoyadas en el y siente cierto asco ante su propio clan, en vez de hacerlo sentir con energías siente desprecio hacia aquel grupo que ríen mientras beben sangre de un humano como si fuera simplemente un saco de comida en vez de un ser. Lo que más lo hacia sentirse mal, era que el humano disfrutaba de ese juego macabro que su propia raza hacia. Amaba su clan por supuesto, pero cuando hacían ese tipo de cosas simplemente se sentía demasiado avergonzado. Su mirada siguió revisando y alcanzo a ver a sus hermanos. Luhan estaba sentando en una silla que tiene cierto parecido con un trono mientras bebe sangre de una copa, hay muchas personas congregadas ante él pidiendo no, sino suplicando un poco de su atención pero él parece simplemente aburrido también ve a Baekhyun bailando en la pista con un gran grupo de vampiros todos parecen tan felices con lo que les cuenta Baekhyun, al otro lado de la pista se encuentra Kyungsoo viendo a todo mundo con una gran cara de desprecio infinito esta escondido en un rincón también bebiendo de una copa de sangre, le da pequeños sorbos a la copa mientras analiza a todos con sus grandes ojos aún con su cara de desprecio y luego desaparece del salón. Suho ni siquiera hace algo, más bien fue una sorpresa encontrar a Kyungsoo en la fiesta, sabía de sobra que no soportaba las fiestas. Sentado en un sillón de piel negra estaba el menor de ellos, Sehun, Suho quiso ir a cuidarlo se veía muy solo hasta que vio que tenia compañía, eran dos hermosas vampiras de largas cabelleras rubias mientras reían tontamente, el menor no sabía siquiera como hablar. Quiso decir algo, podía notar las miradas de los vampiros en él, esperaban que su líder dijera algo pero no tenia humor para decirles un discurso, ser líder no era fácil y siempre tenia una sonrisa en la cara que sabía ocultar sus sentimientos y parecer como si nada pasara. Pero en ese preciso momento simplemente no podía hacer eso, tenia una ganas horribles de salir de ese salón e ir a tomar un paseo por la oscura ciudad. Como si supiera leer su petición, apareció el otro líder, Kris.
––¿Pasa algo Suho?––pregunto Kris con cierta preocupación.
Kris era alto, de cabellos rubio castaño que caía desordenadamente por sus ojos. Era increíblemente hermoso, casi sacado de algún libro. Los colmillos de Kris se proyectaban en sus labios, largos y afilados. Significaba una cosa; acaba de beber sangre.
Suho negó con la cabeza pero apretó todavía más sus manos al borde del balcón, si sucedía algo y era que no quería estar aquí, sentía cierta presión que no sabía como quitarla.
––No, estoy bien––le sonrío con una cálida sonrisa.
Algunas veces Kris resultaba ser un tonto y olvidaba que era el segundo líder pero en ese momento demostró porque era el segundo al mando. Lo miro con una mirada seria y dura. Se recargo en el borde del balcón para contemplarlo y se cruzo de brazos.
––No, no lo estas. Detestas estas fiestas se nota en tus ojos, siempre las has odiado. No comprendo porque las das si tanto las detestas––dijo Kris con una sonrisa sarcástica.
Se sorprendió tanto que el segundo líder se hubiera dado cuenta que odiaba las fiestas, siempre hacia lo posible para lucir animado y festejaba en ellas pero simplemente este día las odiaba todavía más, no podía explicar el porque pero lo hacia. Sus sentimientos no estaban bien.
––No las odio––argumento Suho con una sonrisa.
––Lo haces y deja de sonreír, pareces un loco. Deberías de salir y tomar aire fresco––Kris volteo a ver el gran salón con esas luces que hacían ver a los invitados todavía más pálidos––. Se que das estas fiestas para tener feliz al clan, sino las hicieras simplemente saldrían a cazar y matar gente sin escrúpulos.
Si, eso era porque él hacia las fiestas, sino tenia contento a su clan saldrían en la noche a matar gente. Habían sido creados para eso pero costaba matar gente con sentimientos, penas y alegrías, personas que tenían familias, esposos o hijos esperando por ellos en una casa, pero que no volvían por culpa de ellos simplemente para saciar su hambre, se le hacia tan cruel y enfermizo que por eso prefería darle a su clan sangre donada o dada por humanos por gusto. Incluso los humanos que estaban ahora venían por voluntad propia y casi todos no tenían familia o no tenían ni un mínimo sentido para vivir y preferían desgastar su vida a un grupo de vampiros. Por eso hacia esas despreciables fiestas.
No quiso decir nada, no tenia sentido decirlo pero Kris había dado en el punto. No quería que nadie supiera, siguió contemplando todo el salón.
––Deberías de salir. Si sigues aquí te volverás loco, realmente todos necesitamos de un respiro. Yo me encargo de cuidarlos y que no se salgan de control––Suho volteo a verlo pero Kris estaba perdido viendo el salón, en estos momentos se sorprendía de lo maduro que podía ser cuando lo deseaba–– espero no lo hagan porque para ser sincero me daría flojera tener que calmarlos––dijo indiferente.
Bueno resultaba ser maduro… algunas veces. Pero la oferta de salir sin tener que cuidar del clan era muy tentativa, no sabía que hacer se iba a sentir un mal líder pero lo que había dicho Kris tenia verdad, necesitaba un respiro de todo eso porque ni siquiera podía controlar de su faceta.
––¿En serio podrás cuidarlos?––pregunto Suho con una ceja levantada de modo interrogativo. Kris volteo a verlo.
––Por supuesto que puedo hacerlo. He cuidado a los cazadores y son peores que estos. Por supuesto puedo cuidarlos y mucho mejor. Vete o quédate, mi propuesta no estará toda la maldita noche.
––Bien, bien. Sabes que confío en ti. Pero no le digas a nadie que salí, por favor, solo diles que estoy en mi cuarto.
––Okay.
––En ese caso regresare antes del amanecer y…––Kris había saltado aterrizando de forma elegante y suave en el piso mientras se acercaba al grupo de cazadores, como siempre Suho había sido ignorado otra vez por sus hermanos, con un suspiro salió del salón.
La noche estaba demasiado calmada para ser viernes. Había salido de la mansión y se había dirigido a la ciudad donde estar con humanos lo hacia sentir relajado, el hecho de ver gente preocupada o riendo le daba cierta tranquilidad. Iba caminando tranquilamente donde, a pesar de ser las 10 pm, todavía había puestos de comida con mucha gente en ellos, antros con jóvenes borrachos riendo estúpidamente como si la noche fuera eterna. Siguió caminado con las manos dentro de su gabardina protegiendo su cara de un frío que no sentía. Pasaban jóvenes a su lado y muchas chicas, incluso chicos, se le quedaban contemplando con asombroso, realmente resultaba ser demasiado hermoso, tanto que mucha de la gente que lo veía se preguntaba sino serían imaginaciones suyas. Pero no les tomo importancia con el paso de los años todo eso perdía su interés.
Entro a una panadería, no tenia idea porque lo hizo sino podría comerlos, pero el adorno que tenían ciertos panes atrajeron su atención. Se puso a observar el diseño de los pasteles y cupcakes con cierta alegría y sorpresa que no se dio cuenta que estaban por cerrar.
––¡Hey tú! El chico de la gabardina negra, estamos por cerrar si quieres comprar algo hazlo pronto––dijo una voz divertida.
Suho volteo a ver de donde procedía esa voz con sorpresa. Y se encontró que detrás del mostrador, a tan solo 3 metros, estaba un chico con una sonrisa burlona en la cara, tenia el cabello castaño oscuro revuelto pero podía ver sus ojos que lo observaban y juzgaban. Unos ojos negros. Parecía más joven que él y con sus dedos tamboreaba el mostrador.
––¿Y bien vas a comprar?––pregunto molesto pero aún con la sonrisa burlona en la cara.
––No sé que comprar. Nunca he comido pan y si lo hecho no lo recuerdo––por alguna extraña razón se sincero con aquel chico, no sabía que sabor tenían y si en su vida humana los había probado no tenia ningún recuerdo. Se sentía nervioso y seguía sin saber porque.
––Eres raro––comento el chico pero su voz se había suavizado. Salió detrás del mostrador y se acerco a él, Suho se asusto -lo cual era imposible- pero en vez de acercarse a él, se acerco al aparador donde había algunos cupcakes––. Estos son mis favoritos––le dio unos que tenían un dibujo de una nota de música en ellos de color verde, se los ofreció con una sonrisa.
Por un momento Suho se quedo sorprendido por la belleza de la sonrisa sincera del chico, cuando sonreía se veía más joven e inocente. Tan lindo. Se sintió nervioso y pensó que si tuviera corazón en este momento estaría latiendo de forma descontrolada. Pensó decir algo genial o algo por estilo que dejara plasmado a aquel chico, siempre dejaba sin aliento a las chicas y chicos, pero aquel chico parecía tan indiferente a su físico. Lo único que dijo fue:
––¿Porque son verdes?––pregunto desconfiado.
––Por el colorante. No te hagas idiota y tomalo. Señor––señalo al techo levantando las dos manos–– ¿que nunca has visto que los cupcakes tienen colorantes? Sino nadie los quiere porque no tienen jodido color––se fue de nuevo al mostrador fastidiado––. Ya te recomendé algo, “señor nunca he comido uno" o compra el que se te antoje pero date prisa quiero irme a mi casa.
Suho le miro irritado y con el ceño fruncido. ¿Como podía la gente contratar a ese tipo de personal con tan mal humor? Aún así tomo el cupcake que le había sido recomendado, tenia ganas de hacerle perder tiempo y escoger otro de diferente color simplemente para fastidiarlo pero era demasiado "bueno" para hacerlo.
Puso el pequeño cupcake verde en el mostrador, y aquel chico le sonrío.
––Me alegra que tomaras el que te recomendé o realmente me hubiera enojado––saco una bolsa de papel debajo del mostrador.
––No deberías de ser así, soy un cliente y debes tratarme con amabilidad…––se fijo en el gafete que tenia en su camisa color blanca––Jongdae––dijo su nombre con un suave susurro, tocando su nombre como si fuera una hermosa melodía, era un nombre realmente hermoso. El chico se dio cuenta como dijo su nombre y para su deleite se sonrojo. Suho se fijo que Jongdae no lo miraba y todo se concentraba en la estúpida bolsa café. En este momento fue donde Suho se dio cuenta del poder que podía causar–– ¿no lo crees? Digo soy un cliente y me tratas peor que si fuera un maldito animal rabioso––aunque tal vez si lo era, pensó.
––Si hubieras tenido la amabilidad de venir hace media hora te hubiera tratado mejor, pero se te ocurrió aparecer cuando estaba por cerrar, y tengo un compromiso––lo miro desafiando con la mirada. Una mirada llena de irritabilidad.
––Como sea, debes atenderme bien––le sonrío.
Jongdae volvió a sonrojarse pero lo miro confundido, como un pequeño animalito atrapado por un depredador sin salida. A Suho le empezaba a parecer encantador, fue como si el chico se diera cuenta que Suho empezaba a tener control sobre él, entonces sonrío con esa sonrisa burlona que empezaba a caracterizarlo. Una sonrisa divertida, perversa y juguetona en una misma. Como si tuviera un plan dentro de su mente cuando sonreía. Sonreía mientras se mordía la lengua de forma provocativa. Suho quedo pasmado por semejante espectáculo y más que fuera hecho por un simple humano.
––Tienes razón razón, solo a ti te serviré––se había acercado tanto que Suho sentía su cálido aliento en su cara que tenia un agradable aroma a fresa––pero eso debió ser hace media hora antes, señor––pudo oír que lo decía con énfasis––ahora debo cerrar así que pague su cupcake––se alejo de él y empezó a reír mientras abría la bolsa.
Suho se le quedo viendo, realmente el chico resultaba ser adorable pero también muy provocativo, tenia de la camisa dos botones desabrochados que mostraban a la perfección su hermoso cuello, se fijo más en su cuello y se dio cuenta que contenía el aliento -aunque no lo necesitaba-, veía su vena yugular palpitando de forma rápida, sintió como sus colmillos empezaban a asomar, el pulso de Jongdae era tan delicioso y tentador. Tan llamativo, podía imaginar como sería poner sus colmillos en ese hermoso cuello blanco y penetrar su piel con ellos mientras la sangre brotaba llenando su boca de ese cálido elixir, sentir la calidez de la sangre resbalando por su garganta.
––¿Te encuentras bien?––pregunto Jongdae con cierto nerviosismo.
Suho sacudió esa idea de su cabeza, no podía creer lo que estaba imaginando, se sentía asqueado por sus pensamientos. No podía hacerlo eso a un niño, ese chico que parecía tan divertido y grosero. No, no podía hacerle eso. Le dio una cálida sonrisa. No se había dado cuenta que tenia la mano apretando el mostrador, la soltó y su mano se quedo marcada, acaba de astillar el mueble. Con un ágil movimiento destruyo para quitar la marca de su mano, había usado demasiada fuerza. Se sorprendió, rara vez se comportaba así y más con un humano. Realmente no podía creerlo, era un humano ordinario, grosero, con sonrisas burlonas, un menor ademas era un chico y sobre todo que acaba de conocer tan solo unos minutos.
––Estoy bien, solo que bebí un poco de más y me maree––seguía con esa sonrisa llena de alegría aunque por dentro se sentía como una mierda.
––Bien––la sonrisa burlona había desaparecido, saco un contenedor de plástico, trataba de abrirla con su mano cuando exclamo:
––Ay. Maldito contenedor me corto––agarro su debo indice, solo le dio una checada y siguió con su proceso de colocar ahora el cupcake dentro de la bolsa antes de ponerlo en la charola. Por desgracia del dedo indice salían dos pequeñas gotas de sangre, Jongdae no se daba cuenta pero Suho si. Podía oler el delicioso olor de su sangre, el latido de su dedo de donde provenía la cortada con un delicioso aroma más penetrante que cuando vio su cuello. Ahí estaba la sangre podía verla, roja escarlata, roja como el infierno. Era deliciosa y sacaba todo su lado primitivo que pedía a gritos beberla, sentía como si tuviera una plancha caliente en la garganta. Una sed tan difícil de saciar que mataba todo pensamiento racional y sabia que eso no era bueno. Empezó a sentir como si cuerpo se tensaba, como un león a punto de atrapar a una gacela. Podía matar a ese chico en tan pocos minutos y podría disfrutar de esa sangre. Pero solo imaginar a ese chico desangrado y sin vida le causo demasiado dolor, no tenia mente para pensar pero no quería hacerlo. Las gotas de sangre seguían estando frescas en el dedo de Jongdae, esperando por él. Crueles y hermosas. Antes de hacer algo de cual se pudiera arrepentirse salió apresurado de la panadería. No volteo para ver la expresión del chico, solo siguió andando tratando de olvidar la imagen y olor de aquellas gotas de sangre. No hizo nada por detenerse siguió andando pero las gotas empezaban a perder color para ser remplazadas por aquella cara de ese chico, quería olvidar la sangre pero sentía que la cara de Jongdae simplemente no se alejaba de su mente. Nada tenia sentido. Quiso regresar pero no podía y no debía hacerlo era líder de un clan de vampiros. Lo único que necesitaba era una buena copa de sangre O positivo y un buen libro para leer, para mañana aquel chico habría desaparecido de su mente. Sonrío, se metió por un callejón y desapareció.