Grahim se mantuvo en silencio por todo el camino, clavando la mirada en la ventana del auto y viendo el paisaje moverse frente a sus ojos. Todo se veía diferente, como si de repente se hubiera ido el sentido de todo lo que hacía. Volver con el heraldo significaría un cambio en todo aspecto de su vida, incluso, dudaba que lo que quedaría después de volver con él podría llamársele vida.
—Lord Grahim… ¿Volverá? — La dudosa y temerosa voz de Rei le hizo recordar que había alguien más ahí.
—Obviamente — Contestó con obviedad — De todas las opciones que tenemos, me iré por esa — Contestó con sarcasmo, sin importarle lo seco que sonaba.
—Es que… — Vaciló — ¿Qué pasaría si no los devuelve después de haber aceptado?
Grahim lo miró a los ojos, realmente no había pensado en esa posibilidad pero, ciertamente, tenía un cierto grado de probabilidad de pasar. Desvió nuevamente la mirada a la ventana y murmuró una que otra maldición — Más le vale hacerlo…
[…]
Link mantuvo su brazo apretado en la herida que aquel maníaco había abierto en su brazo. Su corazón estaba muy acelerado, tenía miedo de lo que podrían hacerle a Vaati ahora que no lo podía ver — Si yo no hubiera dicho nada... — Murmuró, había sido su culpa que el heraldo notara la desesperación que le causaba el ver como lastimaba a Vaati, por lo tanto, era responsable de las heridas infringidas a él.
La puerta abriéndose le hizo dar un leve salto en su lugar y pegarse a la pared. Dos hombres arrojaron a Vaati al suelo con una carcajada para después salir.
—Vaati, ¿Estas bien? — Preguntó, acercándose rápidamente al chico que temblaba sin poder levantarse — ¿Qué te han hecho?
Con cuidado de no tocar el vendaje que estaba manchado de unas partes con sangre y de no lastimar aún más su mano fracturada, Link lo ayudó a sentarse, notando como sus pies seguían atados.
—Sus técnicas de siempre, curar sin cuidado, coser sin anestesia o algo que se le parezca — La voz de Vaati temblaba, el dolor y miedo nunca lo habían abandonado — ¿Te hizo algo más a ti?
—Sólo esto — Link movió levemente su brazo para que viera —Ahora espera un poco, desatare tus pies.
—No, ya te he dicho que las cuerdas tienen alfileres o navajas, el solo tocarlas te causará un monto de molestas cortadas.
—Ve tus piernas, tienen cortadas ya, si no lo quitó, estaría peor — Ignorando las protestas de Vaati y el dolor que implicaba mover aunque fuera un poco su mano, empezó a soltarlo, soltando uno que otro quejido cuando se enterraba — Listo — Asintió, cuando terminó.
Vaati sonrió levemente y estaba por agregar más cuando la puerta se abrió nuevamente, mostrando al heraldo — Adivinen, Grahim vendrá a unirse a nuestra diversión — Sonrió al ver el rostro aterrado de ambos — Así que vamos, tenemos que estar listos.
Los hombres que venían tras él, entraron rápidamente y los sacaron de la habitación. Los llevaron hasta una estancia más grande, parecida a una oficina donde habían varias cosas colgadas en la pared y la luz era más baja. Había una silla grande detrás de un escritorio y un banco a su lado, frente a estas, había dos sillas de regular tamaño.
Quienes sujetaban a Vaati lo llevaron hasta el banco y lo sentaron, rápidamente ataron sus pies a cada pata del banco y después sus manos fueron amarradas tras sus espalda, una cuerda que colgaba del techo y que pasaba por una especie de aro metálico fue colocada alrededor de sus brazos, sin importar que causaba una gran presión en la profunda herida de su brazo, el hombre tiró del otro extremo de la cuerda, haciendo que Vaati tuviera que inclinarse un poco hacia el frente para evitar que sus brazos se dislocaran.
—Perfecto — El heraldo sonrió con complacencia para después caminar hacia la silla grande y sentarse — Ven, Link.
Quien sujetaba al mencionado lo soltó, haciendo que Link mirara a Vaati y después al heraldo, tras suspirar pesadamente, caminó lentamente hacia el helado, quien lo jaló del cuello de la playera y lo tiró al suelo, colocando un pie sobre su estómago para mantenerlo ahí — Pórtense bien.
— ¡Vaati! — Link escuchó la voz de Grahim después de que la puerta se abrió — Maldito, suéltalo...
—Gra... — Vaati comenzó a decir pero fue cortado cuando un hombre aseguró un trapo cruelmente alrededor de su boca, lastimando sus comisuras.
—Mira, encontré a tu sobrino y lo traje, vaya que le gusta meterse en problemas — Comentó con burla, dando un tirón a la cuerda y sacando un quejido de Vaati quien tuvo que inclinarse aún más — Ya que lo he encontrado, merezco una recompensa, ¿No lo crees?
Link estuvo tentado a hacer algo pero se contuvo al ver la abismal desventaja que tenía, en el momento que él tuviera el enorme golpe de suerte de alejarse del heraldo para intentar algo más, este de un solo movimiento podría dislocar ambos brazos de Vaati. Se limitó a mantenerse quieto y callado, con el miedo siempre presente.
— ¿Qué es lo que quieres? — Grahim uso su tono de siempre pero sus ojos estaban clavados en Vaati y la sangre seca que había en su rostro, piernas y brazo — ¿Dónde está Link?
—Ese chico es algo más para ti, ¿Verdad? — Sonrió, haciendo más presión en el estómago del mencionado — Podrías estar aquí, no lo sé.
—Ya te he dicho que lo que sea de mí, no te importa. Ahora dime que es lo que quieres.
—Lastimarás sus sentimientos si hablas de esa manera. Él ya me ha dicho lo que siente por ti — Estiró una mano hacia el suelo, haciendo que la sangre de Grahim hirviera de ira.
Del cabello levantó a Link, mostrando las heridas que este tenía — Grahim.... —Murmuró con la voz un tanto quebrada, jamás pensó sentir tanta felicidad y alivio al verlo.
—Sky child — Grahim contuvo el deseo de correr a él y matar al heraldo, el agarre en la cuerda de Vaati le hacía contenerse.
—Bien, ya que los he encontrado, hablemos de mi recompensa — Apego a Link a su cuerpo, disfrutando de la creciente ira de Grahim — Primero, volvamos a ser una empresa unida, que aplasta sin piedad a las demás.
—Sigue… — Grahim apretó sus puños, enterrando sus uñas en su palma, traspasando incluso la tela de los guantes. Odiaba esto, pero no tenía otra alternativa.
—Segundo, quiero el sesenta por ciento de las ganancias.
— ¿¡Qué?! — Grahim levantó la mirada de Link — ¿Sesenta? ¿Acaso te has vuelto loco?
—Deberías de mostrarte más agradecido, encontré a estos dos.
— ¡Tú te los llevaste para empezar! — Gritó — Sesenta es demasiado…
Se detuvo cuando Vaati soltó un quejido mucho más audible, el heraldo había jalado demasiado la cuerda y ahora se veía obligado a meter la punta de sus pies, lo poco que podía, para evitar que el banco cayera y todo su peso terminara por recaer en sus brazos.
—Perdón, he jalado demás — Soltó un fingido suspiro, manteniendo la cuerda así de tensa — Entonces, ¿Qué habías dicho?
Grahim apretó los ojos levemente mientras contenía el deseo de patear lo que tenía delante, no quería causarle ni la menor alteración o Vaati saldría peor. Desvió la mirada a Rei, quien parecía decir que contestar un enorme “No” pero también podía ver que estaba aterrado por la condición de ambos.
— ¡No! — El grito de Link les hizo mirar al frente, sorprendiendo a todos — ¡No lo hagas…!
El heraldo gruñó levemente mientras le cubría la boca con su mano — Grahim está bastante grande para decidir por su propia cuenta — Con su otra mano apretó la muñeca de Link, enviando un dolor profundo a su mano — Vamos Grahim, decide.
Los ojos de Grahim se clavaron en Link, el chico seguía negando con la cabeza, pese al dolor agudo que sentía — Lo siento, Sky Child, Vaati… — Murmuró antes de mirar al heraldo — Está bien, ahora déjalos.
—Perfecto, pero primero lo más importante — Le hizo una seña con la cabeza a uno de los guardias de la puerta, este se acercó y dejó una hoja en el escritorio — Firma, un trato no es nada si no está por escrito.
Con las manos levemente temblorosas, Grahim firmó y después miró al heraldo con la mirada más llena de odio que pudo tener — Déjalos.
—Muy bien, muy bien — El heraldo formó una sonrisa demasiado desagradable, típica de él — Pero sabes, nada me asegura que cumplirás una vez te vayas de aquí. Creo que me quedaré con uno como seguro.
— ¡No! Maldito eso no fue el trato — El estómago de Grahim se contrajo de manera violenta, haciéndole sentir que explotaría en cualquier momento.
—Es un seguro, en todo contrato se tiene estipulado eso — Sonrió de nuevo — Ahora dime, ¿A quién me dejarás? ¿Vaati o Link?
Tanto los ojos de Rei como los de Grahim se depositaron en Link y Vaati, Vaati había agachado la cabeza y había comenzado a llorar nuevamente, Link negaba con la cabeza y le hacía señas a Grahim, dando a entender que se llevara a Vaati que al parecer, era quien estaba peor.
—Ninguno de los dos… — Grahim dijo con voz temblorosa, haciendo que el heraldo levantara una ceja a modo de desconcierto —Me quedaré yo.
Continuará…