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Vueltas del destino. por LunaArlert

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Notas del capitulo:

Queridos míos, les presento el capítulo más largo que he escrito para esta historia hasta ahora.

Les pido perdón por la espera y como siempre, gracias por sus adorables reviews y apoyo.

Enjoy!

—¿Cómo es que se lo has quitado? —Gaepora se sentía levemente asqueado con el avistamiento pero se mantuvo.

—Cuando el heraldo me aventó, el frasco cayó a un lado mío. Sin saber qué era, decidí llevármelo —Link suspiró.

—¿Mi ojo? —La tenue voz de Vaati hizo que todo mundo depositara la visa en él—. ¿Podría verlo?

Intentó extender su temblorosa mano para tomar el frasco que Link le había acercado pero fue Zelda quien lo tomó—. Yo lo sujetaré por ti —le sonrió levemente, haciendo que Vaati asintiera.

—Hacía demasiado tiempo que no te veía —dijo, haciendo reír levemente a los presentes—. Así que… ese maniaco lo conservó todo este tiempo.

—Tienes un color de ojos muy peculiar —Zelda miró el ojo sano de Vaati y comentó, desviando el tema.

—Rojo, por culpa de eso y mi cabello medianamente blanco, mi padre creyó por más de un año que padecía de albinismo —sonrió con melancolía.

—Tendrías que tener el tono de piel más pálido.

Link sonrió levemente mientras veía a ambos, ahora que conocía mejor a Vaati, le agradaba ver que Zelda buscaba hacerle sentir mejor—. Entonces, señor Gaepora, ¿podría ayudarme? —por muy alentador que fuera todo eso, la capa de Grahim sobre él, era un recordatorio constante de que no todo estaba bien.

—Hay que enviar eso a laboratorio cuanto antes, normalmente tardan un día o dos en tener los resultados —hizo un gesto con la mano cuando vio a Link a punto de gritarle algo—. Pero intentaré que se apresuren.

—Nina puede hacerlo en un día —Rei habló—, le llamaré para que lo analice.

Nina llegó un rato después y se llevó el frasco, prometiendo que intentaría acelerar el proceso lo más que pudiera. Zelda conversó un buen rato más con Vaati antes de que tuviera que retirarse con su padre a la escuela. Rei salió de la habitación para arreglar algo, dejando a Link y Vaati solos por un rato.

—Deja de preocuparte por él —la débil voz de Vaati hizo que Link levantara la cabeza—, mientras peor te pongas, las cosas se pondrán peor.

—Es difícil —Link tragó saliva con dificultad—. Ahora que entiendo lo que siento por él, me es difícil no pensar en eso y todo lo que puede hacerle.

—Fuiste más inteligente que yo, encontraste algo para poder demostrar la culpabilidad de él por lo que nos pasó —suspiró suavemente—, parece que por fin podremos atraparlo.

—No te culpes, admiro lo que hiciste, te mantuviste firme sin importar que estabas solo —Link suspiró de nuevo—. Además, aún no es seguro de que ayude completamente.

—En tu mente, estás seguro de que si no se logra algo por lo legal, intentarás meterte a su casa, ¿verdad? —Vaati comentó, haciendo que Link levantara la cabeza de golpe.

—No tanto como meterme, pero sí intentaría sacarlo de ahí de alguna forma —confesó, deslizando sus dedos por el yeso que cubría su brazo izquierdo en su totalidad.

—Ahora comprendo por qué Grahim se obsesionó tanto contigo.

—¿Obsesionó?

—Sí, déjame contarte algo.

—¡Anda! No seas flojo.

—Ya te lo he dicho, Vaati, yo trabajo más que tú y ahora me place descansar en mi casa —Grahim tenía las piernas cruzadas mientras leía un libro.

—¡No quiero quedarme a aburrirme aquí!

—Sal solo.

—Claro, para que me dejes el doble de trabajo cuando regrese —Vaati se cruzó de brazos—. Está bien, iré solo pero luego no me digas que me luzco más que tú.

—¿Dónde tienes pensado ir para que puedas decir eso? —El joven sonrió con malicia al ver que había logrado atraer su atención.

—A un bar, donde dicen que hacen todo tipo de cosas y donde hay mucha gente que alega ser mejor que todos.

—Vaya tontería, sin pruebas no deberían de ser capaces de aceptar las palabras.

—Júzgalo tú.

Grahim se levantó, rodando los ojos levemente con exasperación—. Está bien, te seguiré. Ha llamado mi atención que clase de podredumbre habita ese lugar.

—Cuando llegamos, acababan de vender a otro chico. Recuerdo que Grahim estaba bastante asqueado y estuvo a punto de irse, pero en ese momento apareciste tú.

—¿También está en venta? —Grahim murmuró, sin poder despegar la mirada del chico que yacía en el escenario.

—Claro hermano, todos lo que saquen lo están —un hombre le contestó, recibiendo una mirada de asco por parte de Grahim, ¿quién se creía para hablarle en ese tono?

—Vaati, quiero doscientos mil rupias ahora —enfatizó en la última palabra.

—Espera, ¿qué? —Vaati parpadeó con confusión, intercambiando la mirada entre el chico y Grahim.

—Dije  ahora, no querrás saber que sucede si alguien que no sea yo, se lo lleva.

—Recuerdo que tuve que salir corriendo a decirle al chofer que fuera a retirar dinero. Fue maratónico.

—¿Doscientas mil? —Link lo miró con asombro.

—Sí, solo que al final pago la mitad —Vaati suspiró—, dijo algo de que eras casi perfecto, pues el único perfecto es él —rio levemente con melancolía—, que parecías alguien bajado del cielo.

«Sky Child»

Link entendió de donde venía el sobrenombre, bajó la cabeza y apretó levemente la sábana. Ahora más que nunca debía de salvarlo, no podía permitir que sufriera por culpa de él. Por alguna extraña razón, sentía que era su culpa.

—Nunca había visto a Grahim tan interesado en alguien que no fuera él —Vaati desvió la mirada a la ventana—, jamás hubieras podido convencerle de que no se quedara.

—También te quiere —Link sonrió, haciendo que Vaati devolviera la mirada a él—, te considera como un hijo propio.

—Bueno, no puedo decir que sea mentira… Estuvo a punto de matar a algunas personas cuando me encontró casi muerto —sonrió tristemente—, no puedo decir tampoco que no lo considere como a un padre. Es muy raro y orgulloso pero tiene algo bueno en su interior… muy en el interior.

—Es exactamente lo que pienso, que lo tienen muy dentro —Link se recostó en la cama, apegando la capa hacia él.

[…]

Link abrió los ojos sin ninguna razón aparente, seguía estando obscuro afuera por lo que supuso aún era de madrugada. Se incorporó sobre la cama y miró a Vaati quien seguía dormido, a pesar de todo, pudo ver una mueca de dolor en su rostro. El ligero tintineo que hizo la pequeña cadena que adornaba la capa de Grahim, le hizo recordar la situación por completo.

—Buenos días —una enfermera apareció en la puerta, haciendo que volteara a la puerta—, ¿te he despertado yo?

—No. Buenos días —Link sonrió levemente—, me he despertado yo solo.

—Sólo vengo a cambiar las bolsas de suero y asegurarme de que todo esté bien —sonrió, caminando hasta la cama de Vaati y acomodando las cosas.

—Eh, disculpe, ¿sabe si los análisis de la doctora Nina están listos? —se animó a preguntar.

—Me parece que les faltaba poco, ella vendrá a notificarte cuando lo estén.

—¿Podría decirle que no importa la hora?

—Está bien, después de todo, te has despertado a las tres de la mañana —rio levemente.

—Sí que madrugue —se rascó la nuca mientras veía el trabajo de ella.

La enfermera terminó con Vaati y después caminó hasta Link donde movió unas cuantas cosas más—. Veo que te sientes mejor.

—Sí, sólo siento poco dolor en mi brazo izquierdo.

—Pasará, las medicinas lo calmarán —después de un rato más, salió.

Pese a todas las cosas que Vaati había hablado con él, su mente seguía pensando en el daño y peligro que Grahim corría estando solo, no quería que algo malo e irreversible le pasara. ¿Qué tal si le mataba? De esa manera sería fácil manejar la compañía y peor aún, podría hacerlo parecer un accidente donde nadie tendría la culpa.

—¿Sigues despierto? —Nina lo hizo brincar cuando abrió la puerta—. Son las seis Link, te dije que debías de descansar.

—Lo siento, no puedo dormir —contestó, bajando la cabeza.

—Te meteré una droga para que lo hagas —bromeó, caminando hasta él y sentándose en su cama—. Tengo los resultados y puesto que estabas tan emocionado por saber, serás el segundo en tenerlos, claro, la primera fui yo.

Link la miró con ojos expectantes, quería saber de una vez por todas que sucedería y si tendría que hacer algo ilegal.

—La sangre pertenece a Vaati y es el ojo de Vaati, en efecto —dijo, desdoblando la hoja que traía entre manos—, las huellas en el bisturí son de dos personas y una de ellas, son del heraldo.

—Entonces… eso significa.

—Sí, con esto se liga a que el heraldo fue responsable de la mutilación de Vaati pero no sé si baste para allanar su casa.

—No tiene sentido.

—Habla con Gaepora, él sabe más que yo —Le palmeó levemente la espalda—. Ahora descansa o juro que te meteré algo para noquearte.

—Lo intentaré, gracias Nina —Link volvió a recostarse en la cama, teniendo un poco más de esperanza pero preocupado de igual manera en que pasaría si no era suficiente.

Por fortuna, fue capaz de conciliar el sueño un par de horas más. Cuando despertó, Rei ya estaba en la habitación y Vaati había despertado. Link le contó a Rei lo que Nina había dicho y este, con la esperanza renovada, llamó a Gaepora, quien llegó unas cuantas horas después.

—En efecto, puedo procesar una orden de aprensión en su contra —asintió mientras guardaba en el sobre los resultados de laboratorio—, estará apresado en unas horas.

—Quiero ir —Link se levantó de la cama, soportando y suprimiendo cualquier dolor o flaqueo en sus movimientos.

—¿Estás loco, hijo? No puedes ir en esas condiciones, además de que no te permitirían pasar.

—¡Por favor! Tengo que ir, podría servir como testigo de lo que nos hizo a mí y Vaati —dijo en un tono de voz que tenía tintes de desesperación.

—Es muy peligroso, no puedo arriesgarme a que algo te pase —Gaepora negó.

—¡Él arriesgo todo por Vaati y por mí! —Dio otro paso hacia él—, tengo que corresponder eso de alguna manera.

El mayor miró a los ojos a Link, podía ver la determinación en ellos y de cierta manera, comprendía su desesperación. Suspirando con pesadez miró a Nina—. ¿Podría salir así?

—No lo recomiendo mucho pero sí, no pone en riesgo su vida —sonrió levemente al joven—. Pero te prometo, Link que si vuelves más herido, te encerraré en una celda para enfermos mentales y no te dejare ni mover ni hablar.

—Correré el riesgo —por alguna razón, Link sentía que ella podía estar hablando en serio… Esperaba estar equivocado.

Rei sonrió, le agradaba ver la determinación en Link. Sabía lo que él significaba para Grahim y sin duda, era algo demasiado bueno.

Link se cambió a la playera verde y pantalones cafés que Grahim le había comprado, se colocó las botas y capa roja que estaba pensando en conservar para siempre, al final, Grahim podía hacerse otra.

El camino hacia la casa del heraldo fue más silencioso que todos los demás, Gaepora no le quitaba los ojos de encima y Link deseaba que el carro se moviera más rápido, eran aproximadamente las cinco de la tarde, estaban por cumplirse dos días desde que no le había visto y su mente divagaba en los peores escenarios.

Cuando por fin arribaron al lugar, Gaepora le indicó que se mantuviera con ellos en todo momento, que no debía quedarse solo y que, sobre todas las cosas, no actuara bajo un impulso. Link asintió, aunque no estaba completamente seguro de poder acatar la última regla.

Los guardias les miraron con desprecio mientras hablaban con ellos pero, al ser algo completamente bajo regla, no tuvieron otra opción más que guiarlos a donde el heraldo estaba.

—Veo que estás causando problemas de nuevo, Link —el escuchar su voz nuevamente, no le resultó nada agradable e incluso, logró que la sensación de pánico le recorriera el cuerpo.

—Tenemos una orden de aprensión en su contra —uno de los policías habló, yendo directo al asunto.

—¿Por qué razón? Todo lo que hago es conforme a la ley —Link sintió repulsión hacia él, la facilidad con la que las mentiras salían de su boca.

—Se le ha encontrado responsable de la mutilación de Vaati, ocurrida dos años atrás —dijo, pasándole el papel.

Link notó como un ligero espasmo de coraje y confusión cruzó por los ojos del heraldo, pero fue rápida la manera en que se recuperó. Sus ojos se desviaron para buscar algo que le indicara dónde estaba Grahim. Pero no encontró nada.

—Estoy seguro de que están en una seria equivocación pero haremos esto de la manera civilizada, les acompañaré. —En definitiva, tenía algún truco.

—¿Dónde está Grahim? —Link intervino, recibiendo una mirada desaprobatoria de parte de la mayoría.

—¿Por qué debería de saberlo yo? No tengo idea de dónde pudo haberse metido —contestó, restándole importancia.

Link lo miró con enojo y al desviar la mirada a Gaepora, supo que estaba por irse y que no tenían la autoridad para registrar la casa. Su corazón comenzó a palpitar con más fuerza cuando los vio empezar a caminar hacia la puerta—. Lo siento —sin esperar a una contestación y valiéndose de su brazo más o menos saludable, empujó a los guardias y salió por la puerta que estaba a un costado, contraria a la de la salida.

—¡Link!

Ignoró el grito de Gaepora y cerró la puerta, sabiendo que no contendría ni un momento a los guardias pero que valía la pena intentar. Miró a su alrededor, preguntándose hacia qué dirección del largo pasillo debía tomar—. ¡Grahim! —gritó, corriendo a la derecha, esperando porque estuviera allí.

Con cada paso que daba, sentía el dolor en su brazo fracturado y en el que tenía cortadas, sentía las heridas de sus pies reabrirse. Podía escuchar las pisadas de quienes le seguían acercándose y no tenía ni la menor pista de dónde pudiese estar—. ¡Grahim! —volvió a gritar, sintiendo que el tiempo estaba por acabarse y que no lograría su cometido.

Estaba por detenerse cuando escuchó un ligero golpe en alguna puerta, fue casi inaudible, casi fue opacado por su agitada respiración. Giró la cabeza, buscando con desesperación el lugar de donde había venido, al escucharlo de nuevo, corrió hacia la puerta más cercana y la abrió—Grahim… —murmuró, reconociendo la figura tirada en el piso sobre lo que parecía ser, un charco mediano de sangre. Corrió hacia él y se hincó a su lado, quitando la tela que le cubría la boca.

S-Sky Child… —su voz fue apenas audible, incluso para Link, quien seguía en un cierto estado de shock después de ver la herida sangrante en su estómago y los múltiples cortes y golpes por todo su cuerpo—. ¿Qué demonios estás haciendo aquí?

—¿No es obvio? Salvándote —le contestó, intentando sonar como siempre pero fallando al siguiente instante.

Link comenzó a luchar con las esposas en sus manos y pies pero el tener sólo un brazo disponible, arruinaba todo. Si en condición normal, no tenía demasiada esperanza en soltar esposas, sin un brazo, menos.

Dos hombre entraron a la habitación y caminaron hacia ambos, Link tomó un palo que había tirado por ahí y que, suponía, había sido responsable de algunos golpes en el cuerpo de Grahim y se colocó frente a él, dispuesto a protegerle.

Los hombres se lanzaron a él, haciendo que Link golpeara a uno con fuerza, haciéndole retroceder, el otro esquivó un golpe pero recibió el segundo en la cabeza. Link podía sentir como su cuerpo entero estaba gritando de dolor, sabía que le estaba exigiendo demasiado pero no podía rendirse, debía de aguantar hasta que alguien de la policía llegara y se diera cuenta del estado de Grahim. Alcanzó a golpear de nueva cuenta a uno pero el otro logró sujetarle de la muñeca y arrebatarle el palo, el hombre lo jaló hacia él, enrollando un brazo alrededor de su cuello para jalarlo hacia afuera—. ¡Gaepora, tienen a Gra-! —Link gritó, haciendo que el hombre le cubriera la boca con la mano y que lo jalara más apresuradamente.

Sabía su plan, quería que cuando llegaran, Link estuviese siendo sujeto por ambos y decir que simplemente había corrido. Que, al faltar una orden, no podrían revisar la habitación donde estaba Grahim. Es por eso que luchó con las pocas fuerzas que estaban quedándole para que no sucediera aquello.

—No tienen derecho a entrar a mi casa y hacer esto —la voz del heraldo resonó en el pasillo, haciendo que tanto los hombres como Link voltearan a ver—, les ordeno que se retiren inmediatamente.

—Suelte al chico —un policía ordenó al hombre que sujetaba a Link, este masculló algunas cosas antes de hacerlo.

—¡Grahim está ahí! —Link apuntó, recargándose en la pared para evitar caer.

—¡He dicho que no pueden hacer eso! —el heraldo lucía fúrico, como si estuviese a punto de estallar.

—¡Por el amor a la Diosa! —Gaepora gritó al ver la sangre alrededor del cuerpo tirado en el suelo—. Llamen a una ambulancia, rápido.

Un policía se alejó para llamar mientras otro observaba al heraldo quien parecía estar temblando de ira—. Eres un mocoso demasiado entrometido —gritó, antes de irse encima de Link quien al no tener fuerza, fue a dar al suelo con aquella bestia encima de él.

El joven sintió el aplastante peso sobre su mano lastimada así que, en un impulso, golpeó el rostro del heraldo con la fuerza que la ira le había dado, su sorpresa fue mayor al escucharle quejarse por el dolor. Después de dos golpes más de su parte y uno por parte del heraldo, lograron quitárselo de encima.

Link se levantó y caminó rápidamente hasta Grahim, quien seguía recostado en el piso pero con el alivio, de que habían logrado soltar sus manos—. Disculpa, Link —murmuró, manteniendo la presión en la herida de su estómago—. Te he hecho pasar por cosas peores.

—No hables, te harás más daño —Link metió quiso ayudarle a apretar la herida, pero su mano estaba manteniendo todo su peso para no caer al piso—, y nada sería peor que haber sido comprado por alguien más.

Grahim sonrió levemente—. No llores, arruinas tu perfección si haces eso —su temblorosa mano tocó la mejilla de Link quien ni siquiera había notado que lloraba.

—Sólo aguanta, por favor…por favor.

Continuará…

Notas finales:

Siete páginas completas y más de la mitad de una. Realmente me esmeré mucho en este capítulo y aunque son las 12:41 de la madrugada acá en donde vivo, me siento muy feliz con él. Espero de verdad que les haya gustado.

Se habló sobre el día en que Grahim lo compró y como fue la onda, se habló sobre la relación entre Vaati con Grahim y la de Vaati con Zelda. Aunque, obviamente, la principal estuvo a todo lo que da. Pero he dejado a Grahim bastante mal y solo Gea sabe qué pasará con él~

La escena donde Link defiende a Grahim me vino hace unos días cuando jugaba Hyrule Warriors, mi compañera usaba a Grahim mientras que yo a Link y en algún momento ella tuvo que contestar algo así que dejó parado a Grahim, como yo no quise poner pausa, me puse a matar a todos los enemigos que se acercaban a Grahim y tarán, salió la idea para acá. Simplemente morí al imaginarlo así. 

Esperaré sus comentarios y ¡nos leemos pronto!

¡Un abrazo!


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