Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vueltas del destino. por LunaArlert

[Reviews - 87]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: *Sale de su agujero* Luna is back!
Quiero pedirles una disculpa del tamaño del mundo por el tiempo que he desaparecí de esta historia, casi tres meses >.< La razón es que estuve trabada bastante tiempo con el capítulo, no daba una y como es el penúltimo, quería que quedara de lo mejor. Le he hechado muchas ganas y digo con orgullo que me quedó de nueve paginotas <3
Muchísimas gracias por su gran apoyo, me hacen muy feliz ♥
Enjoy!

Grahim sonrió con orgullo, después de todo, quería escuchárselo decir directamente, sin rodeos, sin palabras enredadas—. No tenía gran dificultad el decirlo, ¿no crees? —A pesar de su burla, no pudo evitar sentir una agradable sensación en el pecho.

—Déjame dormir, estoy cansado —Link le dio la espalda, sintiendo que terminaría por ponerse totalmente rojo y que llegaría a explotar.

—Son las doce del día —Grahim sonrió, claro que había notado el tono rojizo que sus mejillas habían tomado.

—Pero ayer me dormí a las cuatro —Link murmuró, deseando que su brazo reaccionara.

—Anda, Sky Child, duerme un rato, te lo has ganado.

—No soy perro…

Link escuchó el gruñido que vino por parte de los labios de Grahim, sabía que ese tipo de comentarios lo irritaban pero era su venganza por hacerle decir cosas tan de momento y sin que él mismo planeara. Al momento en que su cabeza tocó la almohada, sintió que sus ojos le pesaban demasiado, debía de dormir, sabía que no podría continuar ni mantenerse bien si seguía con ese ritmo. Sin querer sentirse peor, cerró los ojos y se sumió en el mundo de la inconciencia.

 

Grahim notó el cómo la respiración del chico se hizo más pesada, haciéndole esbozar una sonrisa al darse cuenta de que se había quedado profundamente dormido.

—Estoy empezando a hartarme de esto —volteó a ver a Vaati cuando le escuchó hablar—. Más tiempo y dejaré de sentir el trasero.

—Deja de comportarte tan infantilmente, Vaati, como si no supieras que debes permanecer ahí hasta que te recuperes.

—¡Ya lo sé! Es molesto que me lo recuerden —levantó el brazo vendado para observarlo—. ¿Crees que de verdad podremos mantener al Heraldo dentro?

Grahim frunció el ceño, llevándose una mano hasta la herida en su vientre—. Ahora se cuenta con más pruebas que antes, sin embargo… él es un hombre despreciable que puede hacer cualquier artimaña para salir —maldijo en su mente, odiaba a ese hombre y realmente deseaba que se pudriera ahí dentro.

—Link ha puesto demasiado empeño en esto, lo mínimo que podemos hacer es mostrarnos más optimistas —Vaati murmuró, bajando nuevamente el brazo y clavando la mirada en la puerta.

—Creo que has madurado al fin, querido sobrino —Grahim sonrió levemente, tal y como se lo había dicho a Link, lo consideraba un hijo.

—Bueno, querido tío, a veces las personas llegan y te cambian sin que te des cuenta —rio, sintiéndose un tanto extraño al decir aquello.

—En eso tienes razón —Grahim alzó un poco más el respaldo de la cama y se acomodó para que la tensión en su piel bajara, odiaba que estuviera justo en la unión de su estómago.

Vaati rio nuevamente mientras se rascaba la frente, empezaba a molestarle la cinta que sostenía la gasa. Estaba por agregar algo cuando la puerta se abrió, mostrando a Zelda y su padre.

—¿Cómo se sienten? —Zelda preguntó en tono bajo al darse cuenta de que Link dormía.

—Desearía salir del hospital, sinceramente —Vaati suspiró.

—Oh vamos, compórtate, cuando mejores saldrás —Zelda se sentó en la orilla de su cama.

Quizá podía pensarse que le habla con demasiada familiaridad, como si le conociese de mucho tiempo atrás, aunque la realidad era que lo conocía de unos cuantos meses, sin embargo, lo había encontrado como alguien en quien podía confiar. Aunque era, a veces, extraño y tendía a caer en conductas entrometidas, era amable y bastante cuidadoso, procuraba que ella no se cansara demasiado y buscaba mantenerse con su personalidad alegre para ocultar el dolor que tenía y no preocuparla. Realmente había desarrollado una atracción hacia él.

—No me queda de otra —Vaati suspiró, sonriéndole.

—Les traigo buenas noticias, ¿las digo o espero a que Link despierte? —Gaepora habló, sentándose un una silla cerca de la puerta.

—Vamos, padre, díselas de una vez —Zelda agitó la cabeza.

—Muy bien —Gaepora le colocó una mano en la cabeza—. Gracias a las pruebas de la navaja, se ha terminado de conseguir lo necesario para investigar su casa.

—Menos mal, es lo mínimo que debían hacer —Vaati sonrió cuando Zelda le tomó la mano con cuidado.

—Confío en que podrán encontrar lo necesario para mantener el hecho de que Vaati y Link fueron secuestrados por él —Grahim habló con los ojos cerrados, cargando su voz con un tono de seriedad que indicaba que no permitía errores.

—Jamás habíamos tenido tanta evidencia en contra del Heraldo, confío en que podremos hacer algo mucho más fuerte contra él en esta ocasión —Gaepora habló con seguridad, mirando a Grahim quien acababa de abrir los ojos.

—Confiemos en que sí —Zelda apretó la mano de Vaati.

 

Link no encontró una explicación lógica, en un inicio, para lo que tenía delante. Él, se había quedado dormido a medio día, no había dormido demasiado, según él, pero aun así, el reloj frente a él marcaba las diez de la mañana. El viaje en el tiempo no existía, por lo que, quería decir que había estado dormido por veintidós horas, casi un día completo.

—Ahora sí que has dormido, Sky Child —la voz de Grahim le hizo mirarlo.

—Eh… ¿por qué he dormido tanto?

—Porque tu cuerpo lo necesitaba, cielo —fue hasta ese momento en que notó la presencia de Nina, quien se encontraba revisando a Vaati—. Desde que llegaste te dije que estabas demasiado agotado, que tu cuerpo estaba en su límite pero no me hiciste caso.

—Pero… veintidós horas es demasiado, jamás pensé que era capaz de hacerlo.

—Bueno, yo he ayudado un poco —Nina sonrió con picardía—. Los calmantes hicieron su trabajo.

—¡N-Nina! —Link gritó, ofendido.

—Oh vamos, la cantidad que administré no fue lo suficientemente grande como para sedarte, tu cuerpo fue el que hizo todo el truco —se excusó, dándole unas palmadas a un muy irritado Vaati en las mejillas y mirándolo, desafiante—. No puedes negarme que te sientes mejor.

—Un poco… —Link resopló—. ¿Me he perdido de algo importante?

—De bastantes, diría yo —Vaati apartó la mano de Nina con su mano sana—. El juicio del Heraldo será mañana a las nueve.

—¿¡Tan pronto!?

—Así es, Link, mañana se conocerá el veredicto sobre todo lo que les ha hecho —Grahim suspiró.

—Espera, ¿todo? ¿Incluso el secuestro? —Su cerebro volvió a trabajar con rapidez.

—Sí, encontraron rastros de la sangre de Vaati en el piso de unas de sus habitaciones y tuya en un librero —continuó, viendo con felicidad como los ojos del chico empezaban a brillar de entusiasmo.

—Esas noticias son perfectas —Link sonrió, haciendo que Grahim enmudeciera.

 Jamás le había visto sonreír de esa manera, incluso sus ojos se habían cerrado ante el gesto. Sintiendo un calor extraño en la cara, giró la cabeza para que no le vieran y se llevó una mano hasta la cara.

—Y lo has hecho solo con una expresión, Link —Vaati soltó una carcajada—. Bien hecho.

—No estoy seguro de saber qué es lo que he hecho, exactamente… —el de ojos azules ladeó la cabeza, intentando ver la expresión de Grahim pero fallando al momento en que este giró aún más la cabeza.

[…]

El día pasó con demasiada rapidez, entre discusiones de Grahim y Vaati, entre Grahim y Nina y entre Grahim y Link, realmente, el mayor había quedado bastante susceptible a cambios de humos después de lo ocurrido en la mañana,  parecía que cualquier cosa le afectaba de más, la diferencia radicaba en que no instigaba miedo, sino que un cierto grado de risa.

Pronto llegó la noche y todos los que no debían de estar ahí, se retiraron a sus respectivas  casas. Grahim se quedó dormido después de cenar, Vaati unos minutos después, dejando a Link solo con sus propios pensamientos. Como supuso, no podía dormir, se sentía con demasiada energía, le recordaba a cuando tenía cinco años de edad «Parece que, por lo menos, podré ayudarles en algo» Pensó, sintiendo felicidad al saber que todo ese problema terminaría en algo positivo. «No hay posibilidad de que él pueda salir, ¿verdad? » Eso esperaba, realmente no podría permitir que el esfuerzo fuese desperdiciado. Recargó la cabeza en la almohada y suspiró, suponía que debía de descansar para estar con su total energía mañana pero, ¿cómo conciliar el sueño después de dormir casi un día completo? —. Los sedantes de Nina no suenan tan mal ahora…

—Eres un dormilón,  Link —la voz de Zelda le hizo abrir los ojos nuevamente, sorprendiéndose de sentirse agitado.

—¿Me he quedado dormido de nuevo? —Preguntó, tallándose los ojos con fuerza.

—Siempre has sido un dormilón así que no me sorprende —la joven le sonrió, acomodándose en la silla a un lado de su cama—. Son las siete y media así que será mejor que comiences a prepararte.

—Demonios, es demasiado tarde.

—Calma, Nina te ha dejado dormir hasta ahora, dijo que en un enfermero vendría en un rato para ayudarte —le sonrió, haciendo un movimiento de cabeza para que observara a su alrededor.

—Supondré que Grahim y Vaati ya están arreglándose —suspiró al notar que ninguno de los dos estaba.

—Así es, Vaati tuvo que salir primero porque es quien necesita más cuidados, Grahim debe de usar una especie de faja o algo así para la puñalada en su estómago —Zelda jugueteo con los listones con los que sujetaba los mechones que enmarcaban su rostro—. Link… ¿podría preguntarte algo sobre Vaati?

—Eh, claro, lo que pueda ayudarte, lo haré —Link sonrió al ver el sonrojo en las mejillas de la chica.

—¿Te ha hablado sobre mí?

—Sí, dice que le recuerdas a alguien que conoció pero que tú eres más dulce —Link recordó la situación en la que se lo había contado pero la hizo a un lado—. Creo que se motivó un poco cuando le dije que te presentaría.

Zelda soltó una suave risa, sintiendo que la cara empezaba a ponérsele caliente—. Es un buen chico, un tanto posesivo a veces pero no al punto de ser molesto.

—Pues les deseo lo mejor.

—Oh claro, así como yo te lo deseo con Grahim.

—¡C-Calla!

Ambos jóvenes rieron, recordando las épocas donde solían bromear de cualquier tontería que se les ocurriera. Habían estado juntos desde que los dos tenían tres años, sus padres conocieron al de Zelda y se habían vuelto buenos amigos, dejando a sus hijos conocerse. Habían estado juntos aún después de que los padres de Link… «Es mejor no pensarlo»

Más tarde un enfermero entró y lo llevó para ayudarlo a bañarse, cambió las vendas en su hombro, revisó su brazo y le dio un par de medicamentos para el dolor de cabeza que le había aparecido cuando se rascó el golpe que tenía en la nuca.

—¿Te encuentras bien, Sky Child? —Grahim acaba de entrar junto con Vaati, que venía en una silla de ruedas. El primero lucía adolorido y tenía el ceño fruncido mientras que el segundo lucía adormilado.

—Sí… bueno, dentro de lo que cabe —le ardía el brazo y se sentía nervioso.

—Lord Grahim, Link, Vaati, señorita Zelda —voltearon a ver a la puerta cuando escucharon la voz de Rei.

—Rei, tenía mucho sin verte —Link le sonrió levemente.

—Alguien tenía que encargarse de la empresa en nuestra ausencia, no hay nadie mejor que él —Grahim dijo mientras miraba su celular.

—L-Le agradezco, Lord Grahim… —Rei se rascó la cabeza nerviosamente.

[…]

Arribaron a la corte faltando diez minutos para la hora, Link se sentía increíblemente nervioso. No sabía si los demás se sentían así y lo ocultaban o si realmente no habían caído en cuenta de lo que estaba pasando. Quizá necesitaban estar dentro para que les cayera la realidad encima.

—Me alegra que hayan podido llegar —Gaepora salió junto con una mujer de aspecto serio y estricto—. Como les expliqué, los llamara uno a uno al estrado y deberán de contestar las preguntas hechas por ella y el abogado de él, con la verdad.

—El primero será Vaati, por su condición delicada —la mujer habló, reafirmando su apariencia con su voz autoritaria—. Al final irás tú, jovencito.

—Ah…claro —Link quería azotarse contra la pared, solo serviría para ponerse más nervioso.

—No vacilen en sus respuestas, cualquier cosa restará credibilidad en sus declaraciones.

Link suspiró pesadamente. Esto sería más difícil de lo que había creído inicialmente.

—Confío en que lo harás bien, Link —Grahim, le plantó un beso en la frente, haciendo que este se pusiera rojo, por milésima vez. ¡No había tenido vergüenza en hacerlo frente a todos!

Zelda rio mientras empezaba a empujar la silla de Vaati hacia donde su padre les indicaba, Vaati agitó la cabeza y Gaepora simplemente suspiró con una sonrisa tenue en los labios.

—Te he dicho que no hagas eso, pervertido —Link echó a caminar tras ellos, escuchando la risa de Grahim de fondo.

La amplia sala estaba levemente llena de personas que Link jamás en su vida había visto. Algunos tenían libretas entre manos mientras que otros se dedicaban a mirar con desprecio hacia el frente. Creía que los primeros eran reporteros y los segundos empleados o clientes inconformes por tener relación con las empresas involucradas.

Vaati, Grahim y él se encontraban en la pequeña mesa cerca al lado de los demandantes mientras que Zelda y Gaepora se acomodaron justo atrás. Link reconoció a varios guaruras pertenecientes al Heraldo en el otro lado de la habitación, haciéndole sentir un escalofrío involuntario.

Después de unos instantes, la sala empezó a caer en silencio, algunos policías entraron y se colocaron en distintos puntos de la habitación. Tras un conjunto de tres personas, llegó el Heraldo, con una mirada fúrica y movimientos que denotaban un gran enojo por su parte. Link se encogió involuntariamente ante su presencia, ahora entendía a Vaati.

El Heraldo fue guiado hasta donde se encontraba su abogado. Sus obscuros ojos cayeron sobre Link quien desvió la mirada rápidamente—. Calma, Link —Grahim le sujetó la mano y le dio un suave apretón—. Anda, demuestra esa actitud decidida que me mostraste antier.

El joven asintió, sintiéndose un tanto ridículo al darse cuenta de que se estaba comportando demasiado infantil. Él les había infundido ánimos para seguir adelante, ¿con qué cara se ponía tan nervioso ahora?

Un juez entró, inició el caso, empezó a dar lectura de los cargos y todos los puntos protocolarios que dictaban el cómo debía de realizarse todo aquello. Uno a uno, comenzaron a ser llamados al estrado, Link sentía como el corazón se le aceleraba con cada pregunta que les hacían. Veía con gran asombro como todos, incluido Vaati, eran capaces de hablar tranquilamente, sin vacilación, sin equivocarse. «Es fácil, simplemente debo responder con la verdad, no tengo nada que ocultar» se dijo a si mismo cuando Grahim se levantaba de la silla y bajaba para sentarse de nueva cuenta a su lado.

Suprimiendo el temblor en sus extremidades, se puso de pie y caminó hasta el lugar después de que le llamaran. Evitando mirar a alguien de los que se encontraban por ahí, juró decir la verdad como debía de hacerlo y suspiró pesadamente para contestar las preguntas. Fue fácil responder las preguntas de su abogada, pero se sintió increíblemente intimidado cuando fue el turno del abogado del Heraldo.

—Usted ha vivido solo desde que tenía trece años de edad, ¿no es así?

—Así es —en definitiva, no esperaba que le preguntaran aquello, no veía una relación y le incomodaba.

—Una edad bastante delicada, según estudios, la personalidad de los hombres y mujeres comienza a definirse en esos años —continuó, provocando que se sintiera muchísimo más nervioso.

—Objeción, ¿cuál es la relevancia con esta información? —Su abogada intervino, haciendo que Link brincara por no esperar su voz.

—A lugar, abogado, puntualice lo que quiera dar a entender, de lo contrario, se descartará —el juez le miró seriamente.

Link esperó ver alguna mueca de preocupación por parte del hombre que tenía delante, pero no hubo ninguna, simplemente continuó.

—Hasta ahora, se han encontrado pruebas que sustentan algunas cosas que usted ha dicho, sin embargo, hay una declaración que usted dio —tomó unas hojas y volvió a colocarse frente a él—. «El Heraldo disfrutó de hacer sufrir a Vaati, expresó el orgullo que había sentido al sacarle el ojo» ¿Tiene alguna prueba de que lo haya dicho de esa manera?

—¿Insinúa que mentí? —Le molestaba y mucho.

—Por supuesto que no, joven, sólo es un punto que quiero dejar bien en claro, después de todo, es posible que se hayan alterado un poco las palabras, tal y como sucedió el día de la muerte de sus padres.

Fue como si todo a su alrededor se congelara, como si fuese una película a la que le habían puesto pausa. Lo único que sintió fue ese agudo dolor en el pecho que le hizo recordar todas aquellas imágenes que le habían causado pesadillas cuando era más joven. Sus ojos se movieron hacia el Heraldo, quien sonreía con complacencia al ver su estado, era más que obvio que quería sacarlo de equilibrio, quería hundirlo por ser la piedra más molesta en su zapato. Sintiendo que perdería la conciencia, apartó la vista de él y buscó la de Grahim, encontrando con que el hombre parecía correr hacia él para abrazarlo.

—F-Fueron diferentes circunstancias —tartamudeó, perdiendo por completo todo rastro de seguridad—. No tiene nada que ver…

—Todo necesita ser probado. —Con una sonrisa de orgullo adornándole el rostro.

Link pudo sentir la mirada del jurado completo sobre de él. Seguramente estaban pensando qué es lo que había ocurrido en la situación citada por el hombre e incluso creían que Link era alguna especie de criminal. Sintiéndose enojado y desesperado en proporciones iguales, levantó una temblorosa mano y miró al juez—. ¿Podría decir algo? Respecto a lo que dijo, no tiene nada que ver, de verdad.

El juez miró al abogado, quien asintió levemente.

—Nada de lo que dije es mentira, ese hombre fue el que nos hizo todo esto y de no ser por que hablé, probablemente Vaati, Grahim y yo estaríamos muertos —dijo, retomando un poco de valor, pero sintiéndose increíblemente débil—. Sé que todo tiene que ser probado y creo que las pruebas y el estar aquí dice mucho.

—No más preguntas —el abogado lo miró con desprecio.

—Puedes volver a tu lugar —el juez dijo mientras volteaba a ver los papeles.

Fue titánico, el caminar ese pequeño espacio del estrado a su silla lo sintió como si hubiera caminado miles de kilómetros, las piernas no dejaron de temblarle en ningún momento y el sentir la mirada del Heraldo sobre él lo hizo todo más difícil.

Cuando tomó asiento, Grahim le sujetó la mano y la apretó, intentando calmarlo y darle apoyo. Grahim no tenía idea de lo que había pasado y el hecho de ver tan afectado a esa persona que amaba, le preocupaba demasiado.

—El jurado puede retirarse a deliberar —las personas se levantaron y caminaron a otra habitación.

—Sky Child, ¿te encuentras bien? —Preguntó.

Link no contestó, sólo agito la cabeza sin despegar la mirada del piso, sus ojos no lucían muy enfocados y Grahim podía ver que le estaban temblando las manos. Tenía muchas ganas de matar de la manera más tortuosa a ese hombre por poner en ese estado a su niño.

En las dos horas en las que el jurado deliberó, Link permaneció en el mismo estado, nadie, ni siquiera Zelda, fue capaz de hacerle decir algo más allá que un «sí» o un «no». El Heraldo parecía ver con mucho orgullo su estado, era más que obvio que lo dicho por su abogado iba encaminado hacia dañarlo mentalmente, no había sacado nada que pudiese pasar como defensa. Grahim se sentía nervioso, el Heraldo se veía confiado, haciendo que empezara a plantearse el cómo mantendría a salvo a todos si es que llegaba a salir.

Los ojos azules de Link se levantaron cuando escuchó la puerta abrirse, encontrando con que las personas estaban volviendo. Le ponía nervioso el hecho de saber el veredicto, temía que lo último que le habían hecho hubiera afectado su manera de pensar, de ser así, serían las segundas personas a las que les fallaría.

—¿Han llegado a un veredicto? —Preguntó el juez.

—Así es, su señoría. Por decisión unánime, encontramos al acusado como —el ambiente en la sala volvió a tensarse mientras la mujer abría el papel—: Culpable de todos los cargos.

—¿¡Qué?! —El grito fúrico del Heraldo llegó hasta los oídos de Link en un segundo. A penas giró la cabeza para mirarlo cuando lo vio venir sobre él, su monstruosa figura pareció cortar toda la luz de la sala.

Dado su deteriorado y débil equilibro mental de ese momento, solo atinó a cubrirse la cara con el brazo que podía mover y soltar un semi grito de terror.  Esperó a que el dolor apareciera de nuevo pero no fue así, por lo que abrió los ojos y miró a la figura que tenía delante. Grahim se había colocado frente a él mientras que el Heraldo se hallaba siendo sujeto por varios policías, aún le gritaba todo el odio posible.

—¿Te encuentras bien, Link? —Grahim lo levantó de la silla y lo jaló hasta quedar más lejos del hombre.

—S-Sí —fue lo que alcanzó a articular antes de sentir que las piernas se le vencían y que toda la habitación se tornara obscura.

Siendo lo último que escuchó su nombre en tono aterrado por parte de Grahim y Zelda.

Notas finales: Y el Heraldo a la carcel, yeah. En este capítulo se vieron muuuchas cosas, como la relación entre Zelda y Vaati, entre Grahim y Link y demás, fue bonito, nee (?) Aunque al final he sacado algo de momento que será algo bueno para el final.
El último se vendrá en una semana (ahora sí, lo prometo), y se cerrara todo aquello que haya quedado volando.
Pido disculpas de nuevo por la tardanza pero espero que haya valido la espera, gracias por ser tan hermosas personas comprensivas. ♥

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).