Los ojos de Link se abrieron lentamente al sentir la luz matinal caer sobre ellos. Miro alrededor, encontrándose en la misma habitación que el día anterior, intentó sentarse pero un dolor en su espalda le hizo caer de nuevo a la cama.
Junto con el dolor llegaron las imágenes de la noche anterior, aquel monstruo, aquel monstruo le había hecho eso. Apretó sus puños en una mezcla de dolor e impotencia ¿Qué haría? ¿Aceptar su destino como juguete de Grahim? No, no podía hacer simplemente eso, sin embargo con su cuerpo en estas condiciones no podía salir corriendo, pero por lo menos, no le dejaría el camino fácil.
-Joven Link – Escuchó una voz temblorosa e insegura, giró su cabeza para encontrarse con Rei mirándolo.
-¿Has venido a burlarte de mí? – Dijo con odio, aunque en el fondo agradecía que no fuera. Grahim.
-¡C-Claro que no! – Rei entró rápidamente y cerró la puerta – Lord Grahim me ha enviado a ayudarte.
Link levantó ceja con extrañeza pero después sonrió con desagrado – Claro, quiere que su juguete este mejor para la siguiente vez.
-Lord Grahim no es tan mala persona... Sí, tiene un temperamento increíblemente sádico pero bueno en el fondo – Rei se rascó la cabeza después de colocar una charola con algunos utensilios en el buró – Eh… Ten – Le extendió ropa interior que Link no dudó en tomar.
-¿E-Esperas que crea eso…? - Con un dolor intenso logró ponerse la ropa y miró a Rei, como dando indicar que quería más.
-No lo sé… - Rei agachó la mirada – Curaré tus heridas – Dijo excusándose por la falta de más ropa.
-Puedo atenderme solo – Link se sentó con un esfuerzo muy grande, tomó algodón y alcohol para comenzar a desinfectar las mordidas que habían logrado abrir la piel, se mordió el labio cuando sintió un agudo dolor en su muñeca izquierda.
-Joven Link, por favor, permítame ayudarlo – Rei se acercó más al verlo fruncir el ceño con dolor.
Link terminó de desinfectar las heridas por donde alcanzó pero terminó por suspirar, dando oportunidad a Rei para ayudarlo, él rápidamente empezó a desinfectar las de su espalda y poner una pomada en los moretones, finalmente vendó su muñeca que parecía estar torcida.
-No saldré de aquí – Link sentenció cuando empezó a colocarse una ropa idéntica a la de ayer pero de color grisáceo.
-Pero Lord Grahim...
-No – Sentenció mientras se aferraba a las colchas para acomodarse de alguna forma que no aumentara su dolor.
Rei suspiró con tristeza para después empezar a caminar a la puerta, tras un rápido vistazo salió de la habitación.
[…]
-¿Cómo está? – Grahim dijo con seriedad cuando Rei entró al comedor.
-Estará bien… Aunque me preocupa su muñeca izquierda - Rei se sentó – Pero me ha dicho que no saldrá de la habitación.
Grahim apretó el papel que tenía en la mano mientras se ponía de pie con velocidad, entró a la cocina y le dijo algo a uno de los cocineros, tras asentir salió por la puerta rápidamente.
-Lord Grahim… - Rei murmuró, sintiéndose nervioso por lo que fuese a pasar a continuación.
[…]
-Sky child* – Link sintió un escalofrío recorrerlo cuando escuchó la voz de Grahim retumbar en el cuarto – Debes de comer.
-¿A caso me harás lo mismo que anoche si no lo hago? – Link dijo con odio, intentando ignorar el temor que crecía en él.
Grahim apretó los puños ante sus palabras - ¿Quieres que te inyecte la comida? – Contestó con otra pregunta, sin valor para responder a lo dicho por él.
Link se mantuvo con la mirada en la pared, lo creía capaz pero en ese punto no le importaba - ¡No me toques! – Gritó con terror cuando Grahim tomó con cuidado su brazo izquierdo – No me toques… - Se sintió estúpido al sentir unas lágrimas caer de sus ojos.
-Lord Grahim, he traído lo que me ordenó – Link volteó a ver a la puerta, encontrándose a un hombre con una charola en manos.
-Colócala en la mesa – Grahim ordenó con voz dura – Siéntete libre de comer cuando gustes.
Link levantó la mirada a Grahim quien miraba el piso, tras unos segundos salió de la habitación junto con el hombre. Permaneció mirando la charola por un tiempo prolongado ¿Acaso Grahim se veía….dolido? No, agitó la cabeza para sacar tales ideas de su cabeza, era un engaño, un engaño para que confiara nuevamente en él y así poder hacerle lo que le hizo otra vez. Suspiró mientras tomaba la cuchara y daba un bocado a la comida, se sentía agotado y sin fuerzas.
Tras unas cucharadas más se dejó caer sobre la cama de nuevo, su muñeca le punzaba horriblemente, incluso sentía que no podía moverla - Esto es una pesadilla... - Murmuró mientras cerrada los ojos, tal vez necesitaba dormir un poco más.
[…]
-¿Qué tiene de especial ese chico? – Vaati se encontraba cruzado de brazos, con la espalda recargada en el marco de la puerta.
-¿Disculpa? – Grahim, quien miraba por la ventana, respondió con un tono neutro.
-Lo que escuchaste, desde el momento en que lo dejaste en la habitación a que hiciera lo que quisiera quiere decir que algo en él es especial – Vaati sonrió levemente al no obtener una respuesta – Regálale un ramo de flores y unos chocolates, tal vez así te perdone – Río levemente.
-No recuerdo haber pedido tu opinión en mis asuntos personales – Grahim procedió con tranquilidad, con ese toque de caballerosidad en su manera de hablar – Lo que tenga de especial o no, no es de tu incumbencia.
-Eres tan cruel, ¿Ni siquiera a mí, tu sobrino consentido puedes decirle las cosas directamente? – Puso una fingida mueca de inocencia a lo que Grahim sólo rodó los ojos.
-Único familiar querrás decir – Sonrió triunfante – Y no veo por qué debo decirte cosas que no tienen que ver contigo.
-Si tan personal es, entonces no seas tan obvio – Se movió el cabello del ojo – Sí, lo miras con deseo pero también como a alguien preciado a quien quisieras proteger. Estoy seguro de que sí fuera alguien más, en estos momentos estarías parado sobre él, enseñándole quien manda – Se despegó de la pared y se giró para salir – Pero bueno, sigue resolviendo tus "asuntos personales" – Hizo una seña de comillas con las manos mientras caminaba – Como supuestamente lo sabes hacer.
Grahim tomó una espada larga y delgada de color negro que reposaba sobre una base metálica a lado de otra igual y sin dudar golpeó el cristal con ella, rompiéndolo.
-¡Lord Grahim! – Un hombre entró con una pequeña pistola en manos.
-Arreglen esto – Grahim paso a su lado sin decir nada más y sacó su teléfono.
[…]
El distante sonido de cristal rompiéndose sacó a Link de su sueño, abrió los ojos con rapidez y se incorporó, consiguiendo aumentar el agudo dolor en su cuerpo y brazo. Todo estaba igual a como lo había estado unas horas atrás.
-¿Puedo pasar? – Una alegre voz resonó al otro lado de la puerta tras unos toquidos.
-¿C-Claro…? – Parpadeo confundido, no había visto a una mujer los días anteriores y por supuesto, le extrañaba que pidiera permiso para empezar.
-¡Hola! Tú debes de ser Link – Una mujer de cabello negro y mediana edad entró por la puerta, parecía ser bastante eufórica. Link asintió, más confundido – Bien, bien he venido a revisarte – Fue hasta ese momento que noto que Grahim estaba detrás, sosteniendo una gran bolsa - ¿Puedo ver tu brazo?
Link, sin despegar la mirada de Grahim lo levantó con cuidado, soportando el dolor que le causaba. Grahim no lo miraba a los ojos, para sorpresa de él, tenía la mirada clavada en su brazo.
-Llámame Nina – La mujer le sonrió ampliamente y Link por fin despegó la mirada de Grahim para mirarla – Ahora, aguanta un poco.
Link mordió su labio para evitar gritar de dolor mientras ella lo revisaba. Un montón de preguntas se amontonaban en su cabeza, ¿Por qué había traído a alguien para que lo revisara? ¿Esa mujer sabía que él había sido secuestrado? ¿Podría ayudarlo?
-Está roto – Nina dijo después de sentir y ver la parte morada en él – Tráeme una bandeja con agua – Link se sorprendió por la manera de dirigirse a Grahim, quien sólo la miro con enojo y salió – No te dolerá, te sentirás mejor.
Link comenzó entonces una batalla campal en su mente ¿Debía pedirle ayuda? La pregunta retumbaba en su cabeza, era obvio que ella conocía a Grahim, las probabilidades de que lo ayudará se reducían pero la manera de hablarle decía otra cosa. Suspiró resignado cuando Grahim volvió.
Tras unas horas en las que ella trato con cuidado y paciencia su brazo, Link miraba de reojo a Grahim quien se había alejado a mirar por la ventana.
-Listo, tardará un mes en sanar puesto que fue fuerte pero estarás bien – Nina le palmeo la cabeza – Te veré en un mes de nuevo.
-G-Gracias – Link miró el yeso sobre su muñeca y antebrazo.
Nina y Grahim salieron de la habitación, Link se acercó a la puerta, quería saber si decía algo sobre él.
-¿Eres un animal o una persona? – Escuchó la voz se ella – Le rompiste el brazo por dios.
-No fue intencional...
-Claro – Sonó con sarcasmo – Por la manera en que me hablaste de él, creí que lo cuidarlas, que tal vez controlarías tu temperamento.
-Ya te he dicho – Grahim sonó con seriedad – No quería llegar a ese extremo.
-Pues más te vale – La voz comenzó a alejarse.
-Encárgate de tus asuntos – La de Grahim también se alejó.
Link dejo a su cuerpo deslizarse por la puerta hasta el piso. ¿Qué rayos ocurría? ¿Por qué Grahim le cuidaba? porque no simplemente dejo que su brazo sanara por si solo o terminará por caerse. ¿Por qué el habría de ser con quien Grahim tuviera que controlar su temperamento? Tantas preguntas que no hacían más que dar vueltas en su mente. Estaba confundido, el monstruo que abuso de él sin remordimiento, ahora le cuidaba. ¿Qué sucedía?
Quería una respuesta.
Continuará…