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Vueltas del destino. por LunaArlert

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Notas del capitulo:

¡Hola, hola! Les agradezco a quienes comentaron y votaron por esta loca historia. Aquí les traigo el siguiente capítulo que espero sea de su agrado

Enjoy!

Link permaneció pegado a la puerta del automóvil, intentó en dos ocasiones abrirla sin que alguien lo notara pero, obviamente estaba cerrado. Su cuerpo aún permanecía adormecido y no le respondía del todo.

-Bien, niño del cielo. Hemos llegado – Brincó al escuchar de nuevo la voz de Grahim dirigiéndose a él. Se limitó a mirarlo con desagrado – Oh vamos, no me mires así – Le sonrió con simpleza mientras se acercaba a él, Link de inmediato intentó hacerse hacia atrás, sin importar que su espalda ya estuviera chocando contra la puerta.

Grahim sonrió juguetonamente mientras retrocedía y salía del auto, por un momento Link se relajó, se enfocó en encontrar una manera de escapar. Observó cómo ambas personas que se encontraban en los asientos delanteros bajaban de igual manera, permaneció un momento en escuchar lo que sucedía hasta que comenzó a moverse en dirección a la puerta por donde Grahim había salido, suponía que la había dejado sin seguro. Cuando su mano estaba por tocar la manija, el sonido de una puerta abriéndose lo sacó de enfoque, al intentar girarse a ver que sucedía se encontró con un brazo enrollándose en su cintura mientras que una mano cubría sus ojos – Vamos, es por este lado – Grahim susurró en su oído, provocando un indeseable estremecimiento en su cuerpo.

De un rápido movimiento, la tela volvió a cubrir su boca y fue sacado del auto, la mano que había cubierto sus ojos sujetó sus muñecas. Tras un ridículo intento por soltarse, Link miró con odio a quien lo cargaba y abrazaba como a una posesión preciada. Finalmente terminó por desviar la mirada, aquella persona parece importarle poco. Miró al frente, encontrando una enorme casa, rodeada de un más enorme jardín ¿Quién era esta persona?

-¿Qué harás con él Grahim? – Quien iba a lado, un chico igualmente delgado y pálido, pero de cabello largo color morado y flamantes ojos rojos lo miró con interés.

-Deja de mirarlo, es mío – Vaati rio – Y ya veré.

Las últimas palabras le causaron un escalofrío a Link, su futuro era totalmente incierto, sin una oportunidad viable de escape o siquiera, tener una mínima libertad.

Finalmente entraron a la casa, Link quedó más sorprendido aún, estaba finamente decorada, los muebles lucían caros y extravagantes, le pareció curioso que casi todo tuviera una forma de rombo o diamante.

-Bienvenido, es tu nueva casa – A la par de sus palabras, Grahim soltó sus manos y quitó la tela.

-No es mi casa, yo ya tengo una – Link habló por primera vez, sintiendo su garganta seca y la voz sonó un tanto temblorosa.

-Vaya – Grahim sonrió mientras lo pegaba más a su cuerpo – Una voz que encaja perfectamente con tus facciones.

Link lo miró con despreció,  y se removió con incomodidad entre los brazos que lo apretaban – Vaati, haz lo quieras tengo que atenderlo – Vaati se alzó de hombros mientras caminaba a una de las habitaciones – Tú, vuelve a tu trabajo – Le habló al hombre que hasta ese momento se había mantenido tras ellos. El hombre hizo una reverencia y salió.

Caminaron hasta llegar a otra habitación, Grahim la abrió, revelando que era un baño, enorme, pero baño. Había una gran tina en una de las esquinas – Báñate, te has de sentir sucio – Lo bajó, Link se sujetó de uno de los muebles para evitar caer – Anda, no seas tímido. Ahora ya no tienes nada que no haya visto – Link lo miró con ira, pero de cierta manera, tenía razón.

-Lárgate, mínimo dame esto de espacio – No sabía muy bien de dónde provenía tan repentino acto de valentía por su parte.

-Rebelde, cada vez haces que me sienta mejor de haberte adquirido – Paseo nuevamente su lengua por sus labios, haciendo que el sentimiento de desagrado aumentara en Link – Tranquilo, tendrás libertad pero por ahora no puedo cumplir tus deseos, la droga que te han dado sigue afectando tu cuerpo y no quiero arriesgarme a que te ahogues.

Link se sorprendió por un instante al escucharle decir que tendría libertad pero intento apartarlo con la idea de que lo consideraba suyo, caminó lentamente hasta la bañera y dejó salir el agua, permaneció mirando cómo se llenaba lentamente, recuerdos de su hogar y su aldea venían a su mente, era algo que probablemente no vería jamás. Una vez llena, miró al pequeño banco en el fondo de la habitación, donde Grahim permanecía observándolo, muy a su pesar, se quitó la capa que cubría una parte de su cuerpo y la dejó en el estante, sin dar mucho tiempo entró al agua, sumergiéndose hasta que sólo una parte de su torso fuera visible. Miró los artículos para aseo, todo era tan extravagante y caro, habían muchos y no tenía muy claro cuál elegir.

-Siéntete libre de usar lo que quieras – Grahim se puso de pie y se acercó a la bañera - ¿Podrás esperarme un poco? Iré por tu ropa –Link asintió levemente, odiándose casi de inmediato por haberlo hecho – Buen chico.

‘Maldito pervertido’ Link pensó mientras lo veía salir de la habitación. Suspiró mientras dejaba caer su cabeza sobre la pared ¿Por qué a él? Su vida era tranquila, tenía anhelos de seguir con ella.

Salió de la tina y con una de las tantas toallas se secó y envolvió lo mejor que pudo, no quería que cuando Grahim regresara el siguiera dentro y tuviera que salir bajo la vista de él. A penas había terminado de envolverse cuando la puerta se abrió – Oh, veo que has salido ya – Grahim sonrió por enésima vez al verlo – Toma, las he mandado a hacer especialmente para ti – Link miró con sorpresa la ropa ¿En tan poco tiempo lo habían hecho? ¿Cómo había sabido su talla?

Con las manos menos temblorosas que antes sujetó las prendas, eran de color totalmente blanco. Caminó hasta la esquina del cuarto y comenzó a cambiarse lo más rápido que pudo.

-Sabía que quedarías perfecto en esa ropa – Grahim lo miró con posesión.

Link se miró en el espejo de cuerpo completo que había en la puerta, la especie de playera era de mangas holgadas y largas pero tenía la mayor parte de la espalda descubierta, todo su torso era cubierto pero extrañamente estaba entallada a su pecho, los pantalones eran más justos de lo que él estaba acostumbrado, la pierna derecha tenía partes descubiertas con el patrón de rombos, casi igual al de Grahim. Aunque era muy extraño y la espalda estaba demasiado descubierta, agradecía que por lo menos sus partes más privadas siguieran siendo privadas.

-Dime, niño del cielo. ¿Ahora sí me dirás tu nombre? – Tomó su barbilla y le levantó la mirada hacia él, con la otra mano acarició su aún húmedo cabello.

-Link – dijo con un toque de desprecio en su voz, prefería decirlo y así evitar que le hiciera algo.

-Un nombre perfecto para ti – Grahim acarició su oreja, causando un estremecimiento en el otro – Sígueme, Link – Lo soltó y salió por la puerta. Link permaneció un par de minutos parado en el mismo sitio antes de seguirlo.

Pudo ver en la entrada un par de hombres de aspecto robusto resguardando, esto sería un problema para el momento en que intentara huir – Discúlpame pero me temo que tendrás que entrar conmigo a esta reunión, aun no te he mostrado todo esto como para permitir que vagues tu solo por ahí – Volvió la mirada al frente al escucharlo, Grahim se giró hacia él y le tomó la mano para guiarlo hasta una nueva habitación.

Dentro habían tres hombres sentados a una gran mesa, uno delgado y de aspecto distraído mientras que otro era de aspecto rudo y tosco, el último era quien con anterioridad lo había identificado como Vaati – Lord Grahim – El de aspecto distraído saltó, casi tirando unos papeles que traía entre manos, haciendo que Vaati riera y Link mirara con sorpresa a Grahim.

-¿Un nuevo colega tuyo? – El de aspecto tosco miró a Link de manera penetrante, causándole una extraña sensación de temor.

-Aparta tu vista de él – Grahim jaló a Link a su lado - ¿A qué debo tu visita, heraldo? – Se sentó en una silla más grande y le señaló otra a Link con la mirada, dudando, Link lo hizo.

-Creo que lo sabes. Pero lo repetiré una vez más, trabaja para mí, deja de crear todo eso para un estúpido gobierno que no sabe apreciar el poder que tiene en sus manos – Link vio como Grahim fruncía el ceño.

-No – Contestó secamente, haciendo que el de enfrente mostrara una mueca de enojo.

-Lord Grahim… - El de aspecto distraído miró con preocupación.

-Oh vaya, interesante – Vaati sonrió con interés.

-No me importa cuántas veces me lo repitas, no trabajaré para ti. Sé bien dónde me conviene estar y contigo, no es – Grahim se recargó totalmente sobre su silla – SI no tienes más asuntos que tratar, puedes retirarte – Tronó los dedos, haciendo que uno de los hombres que Link había visto en la entrada abriera la puerta de la sala – Nos vemos – Dijo distraídamente mientras depositaba otra vez la mirada en Link.

-Piénsalo, no quieras hacerlo cuando sea ya demasiado tarde – El hombre se puso de pie y salió, notablemente enojado.

-No lo haré – Grahim murmuró – No de nuevo.

Link notó el toque de remordimiento que cruzó por el ojo visible de Grahim pero pudo más el coraje que le tenía que el deseo de saber que ocurría ahí.

-L-Lord Grahim… el último reporte llegó, fue aprobada su idea – El chico caminó hacia él  y le entregó unas hojas.

-Era obvio – Grahim miró las hojas que tenía delante – Vaati, encárgate de preparar.

-¿Sí estas consiente de lo que haces no es así? Sabes que ese volverá las veces que sea necesario para que tú te pongas de su lado – Vaati se puso de pie y lo miró seriamente – Sabes que por algo le llaman el Heraldo de la muerte.

-Ya lo sé – Por primera vez el toque de burla que siempre había en su voz desapareció – Pero, que venga las veces que quiera, el que se gasta es él, no yo.

Grahim se puso de pie y miró a Link – Disculpa el hacerte esperar – Link frunció el ceño – Vamos, debes de estar cansado – Grahim lo tomó de la mano de nuevo – Encárguense de las preparaciones – Dijo antes de caminar hacia la salida.

-¡S-Sí! – El distraído tiró algunas hojas.

-No tienes remedio – Vaati soltó una carcajada bastante sonora.

Grahim lo llevó por el largo pasillo hasta una habitación, Link esperaba encontrar una especie de celda obscura y llena de objetos listos para satisfacer la perversión de ese hombre pero en su lugar, encontró una habitación bellamente decorada.

-Aquí te quedaras – Grahim lo soltó y Link permaneció mirando todo – Ahora, descansa que será un día agitado mañana – Sin dar mucho tiempo, se acercó a Link y le besó la frente – Duerme, niño del cielo – Dio una rápida lamida a su oreja para después salir.

‘¿Qué acabo de sentir?’ Link quedó dentro, sintiéndose más confundido que nunca.

Continuará...

Notas finales:

¿Cómo les pareció? 

Sí he leido varias historias donde le describen un atuendo bastante provocativo y humillante para Link cuando lo ponen con Grahim pero, no sé si habrán notado por el resumen, que Grahim realmente ha quedado enamorado de LInk, no solo lo ve como juguete sexual o alguien a quién humillar... Asi que espero les agrade.

Ojalá les haya gustado este capítulo y me puedan dejar su opinión ^^

¡Nos leemos pronto!


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