ㅡ¿Cómo que nos vas a venir a casa a celebrar Navidad?
Lee TaeMin se estremeció. La voz de su madre, normalmente suave, agradable y modulada, chirrió de tal forma que, sin ninguna duda, su amigo lo oyó desde el despacho contiguo... a pesar de que hablaban por teléfono y de que su madre se encontraba en Seúl, a varios kilómetros de distancia.
ㅡMamá... como si me estuviera perdiendo festejos más importantes. ㅡdijo él con el tono de voz más suave que pudo vociferar.
ㅡNo, es peor. ㅡreplicó casi de forma inmediata su madre, cortante.
ㅡMamá, soy un hombre trabajador, no un niño.
ㅡClaro, como si ya estuvieses casado y con hijos, Minnie, tienes apenas 20 años. ㅡTaeMin inspiró hondo.
ㅡMa.. de eso se trata, necesito abrirme más. Pero por más horrible que suene para ti, no estoy tan interesado en esa fiesta y, tengo estudios aquí.
ㅡYa estás otra vez riéndote de mi. ㅡdijo su madre con cierto tono severo.
TaeMin volvió a inspirar hondo, contó hasta tres y suspiró con pesadez.
ㅡNo me estoy riendo de ti.
ㅡOh, vamos Min... ya son vacaciones allí y tu mismo te encargaste de festejarlo por la red social. Por favor... todos te extrañamos. ㅡsuplicó ella una vez más, haciendo que el joven pusiera los ojos en blanco; se odiaba en aquél instante por no recordar ese pequeño detalle
ㅡNo, tengo un socio. Dirigimos una productora como projecto de la universidad y un trabajo que cumplir, está en pareja y...
ㅡPero eso no tiene nada que ver con tu vida.
ㅡLa novia de MinHo, JinRi, colabora en la presentación de ese programa matutino que tanto te gusta. Ella es de nacionalidad coreana también, espero que se casen algún día... ¡Ellos dos juntos son una de las razones por las que queremos sacar a flote este trabajo! Es importante, nos traerá muchas propuesta en caso de hacerlo excelente. ㅡtras decir esto, su madre simplemente escuchó lo que le convenía.
ㅡ¿Y qué tiene que ver todo ésto? Lo comprenderá, tanto tú como MinHo tienen una familia con la cual pueden tener un gran sostén. ¿Y si se trasladan?
ㅡNo mamá. ㅡcomentó el tras oírla, pudiendo oír del otro lado del móvil un suspiro de su madre.
ㅡMinnie... por favor, no te lo pido por mí. ㅡen aquella ocasión, su madre vacilóㅡ. Acaban de hacerle otra prueba a tu padre..
El corazón le dio un pequeño vuelco tras oír eso.
ㅡ¿Cómo que otra prueba? ㅡinquirió el con aspereza.
ㅡPuede que tengan que operarlo otra vez y... ¡No te enojes conmigo! Él sólo no quería que te avisara de ésto porque tenía la esperanza de que vendrías y no deseaba afectarte... perdón, llamaré otro momento. ㅡmusitó finalmente su madre con derrota.
ㅡIré.
ㅡ¿Qué? ¡Hijo mío! ¡No sabes lo que feliz que nos hace saber eso! ㅡexclamó la mujer del otro lado, haciendo que TaeMin sonriera de medio lado, típico en él.
ㅡPor cierto, con respecto a las habitaciones y el manejo de todo eso...
ㅡJongHyun vendrá, hace poco se mudó a Seúl junto a sus amigos. -calló por completo aún con la boca abierta tras oír las palabras de su madre ante tan inesperada noticia.
ㅡ¿Qué? ㅡFue lo que atinó a preguntar justo antes de que la mujer del otro volviese a interrumpirle.
ㅡLa semana que viene te esperamos aquí, ya sabes, haz lo de siempre.
Y finalmente la llamada cesó, dejando a Lee TaeMin con un sin fin de preguntas con respecto a JongHyun o más bien conocido como "Jjong"; ¿estaría bien? ¿lo recordaría? ¿estaría más alto?, le era inevitable pensar en el mismo. No se percató de que seguía aferrándose al auricular hasta que no oyó el suave zumbido del teléfono y la voz de la grabadora de la operadora.
ㅡSi desea hacer una llamada... ㅡcolgó de inmediato y guardó su móvil en el bolsillo trasero de su pantalón antes de arrojarse sin más a la cama.
Pocos minutos después de la llamada, quitó lentamente el aparato de su bolsillo y clavó la mirada en éste para luego negar la cabeza con cierto desagrado. ¿Desde cuándo no veía a JongHyun? ¿Dos años, tres? Había sido el amor de su vida... de su adolescencia, se corrigió, le quedaba mucho por vivir. Más bien, era algo de ida y vuelta, según su antojo puesto a que se conocían desde pequeños pero desde que se mudó a Hong Kong, únicamente le veía con suerte cada vez que viajaba a Seúl por su familia. Sin embargo, las últimas veces en las que había viajado allí, se encontraba con la mala suerte de que su "amor platónico" había abandonado Seúl para dedicarse a sus cosas en quién-sabe-dónde. TaeMin suspiró y se le encogió el corazón durante el acto. Se alegraría de ver a JongHyun ya que se había olvidado de él y, además, el había estado saliendo con otro hombre durante un año. ¿Prueba suficiente? ChangMin había sido más que un novio pero por problemas personales, tuvo que abandonar China para continuar con sus trabajos en Corea.
Después de todo, quizás, en el fondo de su corazón, siempre había soñado con que Jjong volvería. Para siempre.
Con irritación, advirtió que tan solo aquella idea la ponía melancólica.
De acuerdo, sentía cariño por Jjong, siempre lo sentiría. ¡Pero en un rincón muy lejano de su corazón! Tan lejano como una galaxia. Era realista. Había salido con hombres en el transcurso de los años... nada serio salvo Changmin, pero aún así, nadie podía ser capaz de reemplazar aquello que sentía por él por cada mirada, sonrisa, abrazo que éste le dedicaba a pesar de nunca haber pasado más que ello. Estaba jodido, pensó mientras que llevaba sus manos a sus cabellos y los despeinaba para luego abultar sus labios. ¿Qué haría ahora? ¿Avisarle a MinHo? Sí, eso, definitivamente. Miró su reloj y éste marcaba exactamente las 8pm.
Pasada las horas, alrededor de las 11pm, pudo llamar a MinHo y avisarle la noticia de que se iría a Seúl por las fiestas a fin de año con su familia. Sorprendemente, en vez de molestarse, dijo que le acompañaría al viaje puesto a que también había organizado el irse junto a sus parientes. Sonriente por ésto, se despidió del mayor y cerró sus ojos, dispuesto a esperar a que pasara la semana para emprender finalmente el viaje.
Domingo 22 de Diciembre.
7:30 p.m.
TaeMin se encontraba con unas valijas mientras que MinHo por su parte, traía un bolso de mano junto a una simple valija; a su parecer, no traía nada de ropa dentro de su equipaje. Restándole importancia a ésto, como pudo, introdujo una de sus manos dentro del bolsillo de su abrigo para luego sacar de allí dos pasajes; uno perteneciente al mayor y otro a él. Sin más, se lo tendió con una dulce sonrisa a lo que éste lo aceptó de inmediato y de ese modo, caminaron hasta sala de espera que les conduciría al avión una vez que, tras unos minutos, dejaron todo su equipaje en el control.
Media hora había transcurrido desde que se hallaban todos los pasajeros sentados dentro del vehículo inmenso y finalmente, pudo oír el llamado del piloto dándoles la bienvenida y agradeciéndole por haber elegido a esa empresa; pensó TaeMin mientras que giraba su cabeza y se encontraba con el perfil de MinHo que estaba perdido en el ventana, admirando el paisaje una vez que ya se encontraban a vuelvo. Inconscientemente, pasó un brazo por debajo de la extremidad superior del castaño y una sonrisa depositaba en sus belfos, cerró sus ojos y apoyó su mejilla sobre su hombro, quedándose completamente dormido al cabo de unos minutos.
9:00 p.m.
El menor comenzó a removerse a causa de unos pequeños empujoncitos proporcionados por el joven a su lado, al cuál le miró con un pequeño puchero antes de posar su vista en la ventana frente a él. A pesar de ser de noche, el cielo estaba nublado mientras que el avión comenzaba a descender sobre Seúl. Aún así, no quitó su vista de tal lugar, contemplando a vista de pájado, la ciudad en la que había crecido. Estaba feliz; quería a su familia con fiereza. Estaban todos locos, no lo negaba pero los quería y se alegraba de volver a verlos.
Pero... también estaría JongHyun.
El avión aterrizó y TaeMin no tardó en desabrocharse el cinturón para luego abrazarse a MinHo con una amplia sonrisa puesto a que habían llegado sanos y salvos. Éste le correspondió y al alejarse, acarició su mejilla por unos segundos, manteniendo un contacto visual que le provocó un sonrojo para luego ponerse de pie una vez que todos los pasajeros comenzaban a descender.
10:00 p.m.
Para su suerte, lograron entregarle el equipaje a tiempo y una vez fuera del aeropuerto, siguió a MinHo por detrás ya que éste le llevaría a su hogar para luego él seguir por su lado. Observaba todo el panorama, las calles estaban más transitadas y las luces a causa de los carteles cada vez más eran resplandecientes, ¿qué esperarse de ello? Era asombroso, mucho mejor que en Hong Kong a su simple vista.
ㅡ¡Tae! ¿No es esa tu casa? ㅡpreguntó el más alto a su lado mientras que le señalaba una gran casa, más bien dicho, mansión al final de la calle.
ㅡSí, es esa. ㅡreplicó con timidez, se sentía nervioso, como si su corazón estuviese a punto de salirse de lugar una vez que el auto estacionó frente a dicha propiedad.
ㅡ¿Cuándo te veré otra vez? Tienes mi número.. ㅡmusitó MinHo mientras bajaba junto a él del auto, ayudándole a bajar las maletas antes de tomar su rostro con ambas manos y depositar un beso sobre su frenteㅡ. No vemos, no olvides llamarme.
ㅡC-Claro... ㅡsusurró, algo sorprendido sobre el accionar del mayor. Al volver en sí, tragó saliva dificultosamente y caminó hasta la puerta de entrada en donde golpeó tres veces antes de que ésta se abriera, dejándo ver la silueta de un joven de brazos cruzado que le miraba de pies a cabeza.
ㅡEsperaba éste momento. ㅡle escuchó hablar, algo que provocó que su garganta se secara y quedáse de pie junto al, ahora, rubio como si fuese una estatua.
ㅡJjong... ㅡsusurró con total rapidez mientras tomaba sus maletas y pasaba a un lado de éste con ligereza y la cabeza agachada, algo que confundió al mayor aún apoyado sobre el umbral de la puerta.
"El encuentro de ambas personas es como el contacto entre dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman".