Yo quisiera
Soy tu mejor amigo,
Tu pañuelo de lágrimas,
de amores perdidos.
Escucho la puerta de mi habitación abrirse lentamente. Sin embargo no pongo pausa al videojuego en mi laptop hasta que siento como la cama se hunde un poco y la persona que acaba de entrar pasa sus brazos por mi cintura, apoyando su cabeza en mi hombro mientras este se humedece poco a poco.
Con lentitud cierro el aparato que reposa en mis piernas. Suspiro y tomo aire, absorbiendo el delicioso aroma a café negro que emana de mi dulce hyung. Si fueran otras las circunstancias, seguramente una sonrisa se habría posado sobre mis labios, pero no podía permitírmelo cuando la persona más importante en mi vida lloraba sobre mi hombro.
Sin pensarlo más me gire totalmente, tomando su pequeño cuerpo entre mis brazos, susurrándole palabras de alivio y como siempre…
“Te recargas en mi hombro.
Tu llanto no cesa, yo solo te acaricio.”
Con el pasar de los minutos y con la delicadeza que adquiría sin quererlo cuando él, y solo él, estaba a mi lado, cambie nuestras posiciones para que estuviera más cómodo. Mis brazos envolvían su torso, mientras él se posicionaba de rodillas entre mis piernas, reposando su frente en el hueco de mi hombro de nuevo, su llanto mojaba mi piel.
Mi corazón se oprimió con fuerza de nuevo. Las cosas se repetían otra vez, una y otra vez, y yo no era lo suficientemente valiente para evitarlo.
Lo siento temblar entre sollozos y sus labios moverse aun presionados contra mi piel.
-Kyunnie, ¿por qué?, ¿Por qué siempre me pasa esto a mí?-
Yo suspiro, comenzando un patrón con mi mano en su espalda, mientras me pregunto si nuestra historia siempre será de esta manera. Yo con el rol del mejor amigo, comprensivo y atento, y él como mi amor secreto, tan lejano y al roce de mis dedos al mismo tiempo.
Y me dices porque la vida es tan cruel con tus sentimientos,
yo solo te abrazo y te consuelo.
-Creí que me amaba kyunnie, realmente lo creí, pero estaba tan equivocado, como siempre, siempre estoy equivocado- decía con tristeza y resentimiento con su ahora aun mas rasposa voz.
Yo no respondo, nunca lo hago, solo lo dejo desahogarse mientras que la rabia e impotencia aumentan dentro de mi alma. Rabia al saber que, de nuevo, lo habían lastimado, que pude haberlo impedido y no lo hice, no me di cuenta, no pude hacerlo otra vez. Impotencia por no poder detener su dolor, deseaba con todas mis fuerzas poder evitar que pasara por otra decepción, pero no podía.
Entre mis pensamientos lo escucho murmurar.
-Tu… ¿Cómo es que nunca sales herido?... ¿Cómo es que evitas el dolor en las despedidas?... ¿Qué puedo hacer para no volver a caer kyunnie?-
Sus preguntas ya son rutinarias. Sin embargo, el nunca obtiene sus respuestas, pues yo solo me dedico a abrazarlo con más fuerza contra mi pecho, acariciando su cabello con una mano y dibujando círculos en su espalda con la otra.
“Porque las personas con las que he salido durante estos últimos cuatro año nunca han tenido mi corazón, alguien más lo tomo y se niega a devolvérmelo sin saberlo”
Me pides mil consejos para protegerte
de tu próximo encuentro, sabes que te cuido.
“No es así… Jongwoonie”
Lo que no sabes es que yo quisiera ser
ese por quien te desvelas y te desesperas.
Yo quisiera ser tu llanto, ese que viene de tus sentimientos.
Yo quisiera ser ese por quien tú despertaras ilusionada,
yo quisiera que vivieras de mi siempre enamorada.
Me quedo quieto al pensarlo, este hombre, el chico entre mis brazos, robo mi corazón apenas lo conocí. Su hermosa y deslumbrante sonrisa, esa actitud, una mezcla rara de ternura, ingenuidad, juguetona y amorosa; mas las incontables virtudes e incluso errores que poseía, me cautivó, tomo preso a mis sentimientos y no los ha dejado ir y pareciera que planea quedárselos para siempre.
Tú te me quedas viendo
y me preguntas si algo me está pasando.
De un momento a otro siento el cuerpo en mi pecho moverse, alejándose un poco, dejándome frio y algo sorprendido por la repentina distancia que puso entre nosotros.
-Kyunnie…- me dice con voz baja y suave mientras yo me desmorono por dentro al ver esos ojos tan profundos y dulces estancados en lágrimas, al ver esas hermosas mejillas bañadas en agua. Segundos después, una de sus pequeñas manos viaja a mi mejilla izquierda- ¿Por qué lloras Kyunnie?, ¿Qué pasa?
Abro mis ojos aun mas sorprendido, ¿yo…llorando?
Con lentitud llevo la mano que estaba en su cabello azabache a mi propia mejilla, notando lo húmeda que estaba.
Confundido, vuelvo la mirada a sus posos negros, notando la angustia en ellos pero ya no era por su propia tristeza, si no por la mía. Y era exactamente esa actitud la que me hacia flaquear frente a él. Frente a su perfecto ser.
Siento esas ansias de decir mis sentimientos acumularse en mi pecho, a mi corazón acelerarse anticipado, gritándole a mis cuerdas vocales el pronunciar las palabras que tantas veces he soñado y deseado decirle.
Abro mi boca, listo para decirlas por fin, por declararme.
Pero al intentarlo las palabras no salen, se niegan a mostrarse frente un, ahora, confundido Yesung que toma con ambas manos mis mejillas, limpiando las lagrimas acumuladas en ellas, las cuales, sin explicación alguna, comenzaron a caer con más fuerza.
-Kyuhyunie no llores, baby Kyu no llores, ¿Qué pasa?, ¿te sientes mal?, Kyunnie no llores- dice delicadamente. Toma mi rostro entre sus manos, acariciándolo, y después las retira para poder abrazarme, intentando reconfortarme.
Mis lagrimas caen con fuerza, yo debería ser el que lo estuviera reconfortando, ayudándolo a superar su dolor y en cambio los papeles se habían invertido. El ahora dejaba su roto corazón de lado para sanar el mío, el cual le pertenece sin saberlo, el cual el lastima sin ser consciente de ello.
Deseo decírselo, deseo gritarle lo que siento pero no puedo.
y yo no sé qué hacer, si tú supieras que me estoy muriendo
quisiera decirte lo que yo siento.
Y eso es porque…
“…tengo miedo de que me rechaces
y que solo en mi mente vivas para siempre”
Así que me resignare a vivir así, con él a mi lado y mi amor por el del otro, escondido, oculto de todos. Pero aun así, y con esta decisión, no puedo dejar de anhelar el momento cuando pueda decírselo, cuando sea capaz de decirle que lo amo, que siempre lo he amado y que siempre lo hare.
Por eso yo quisiera ser ese por quien
Tú te desvelas y te desesperas.
Yo quisiera ser tu llanto,
ese que viene de tus sentimientos.
Yo quisiera ser ese por quien tu despertaras ilusionada,
yo quisiera que vivieras de mi siempre enamorada.
Yo quisiera ser tu llanto, tu vida.
Yo quisiera ser tu llanto, tu vida.