¿Muñeca? ¡Muñeco!
El sofocante sol hacía que todos los alumnos regresaran agotados a casa luego de la clase de deportes, y Lee Jinki no era la excepción: junto a sus mejores amigos se habían quedado luego de hora para jugar un partido de fútbol y apostar quién pagaría esa noche de sábado el karaoke. Por supuesto que Minho terminó primero, y para la suerte del presidente escolar, quedó en segundo, dejando a Jonghyun en último lugar.
-Pero no es justo el que el niño que jugó conmigo no nos acompañe.-La queja del más bajo sólo les robó un par de risas mientras cruzaban la avenida principal.
Aún con las réplicas de fondo, Jinki se limpió el rostro con el dorso de su camiseta al estar demasiado sudado en esa cálida tarde de verano.
Observaba con una traviesa sonrisa la discusión entre el par de primos completamente opuestos y no pudo evitar pensar en lo que extrañaría a esos dos cuando comenzasen las vacaciones: el señor Choi no dejaría salir a Minho la semana previa a la recuperación de matemáticas, mientras que le señor Kim frustrado con las bajas calificaciones de Jonghyun en casi todas sus asignaturas tal vez le pidiese que ayudase a su mejor amigo y lo haría con gusto como mejor alumno que era.
-Si sigues quejadote le diré a mi tía tus notas-
-¡Eso es trampas! ¡Le diré a tu padre que has faltado a deporte por espiar a Yoona nuna en los vestidores!-
Ante la acusación del más bajo de estatura hacia el menor de los tres, Jinki tensó sus facciones con sorpresa.
-Has estado espiando a mi hermana otra vez?!- Chilló el chico de notable mejillas, alzando ambos brazos hacia el aire con frustración.
-N… No, claro que no. Jjong ah lo dice para hacernos discutir, el perro tramposo no quiere para esta noche…-
-Oh…-La cálida sonrisa volvió a invadir su rostro.- ¡Entonces Jjongie también invitará la primer ronda de bebidas~!-
Y entre fuertes carcajadas continuaron su camino hacia sus hogares que para su suerte eran cercanos entre sí. Pero al llegar a la modesta villa de casa, una de las pocas tiendas que había por ahí poseía a una anciana mujer toándose la cabeza con ambas manos mientras negaba. Acababan de despedirse de Minho un par de calles detrás cuando el atlético dobló hacia su derecha, así que solamente se acercó hacia la perturbada mujer con Jonghyun.
-Disculpe… ¿Se encuentra bien?-Ante las palabras del más bajo, la señora que reconocieron por ser la dueña e la tienda de antigüedades negó ligeramente con la cabeza.
-¡Oh! Claro que no jovencito, estoy esperando que mi negocio arda hasta llenarse de cenizas toda la cuadra, eso no está bien, claro que no…-Jinki notaba el negocio como siempre, así que decidió cuestionar también.
-Señora Jung, todo está bien aquí ¿desea que la llevemos a su hogar?-
-Ah, no, no, no. No comprenden mi situación bellas almas libres, he ido al a cambiar la luz quemada del ático y he llevado para alumbrarme el camino una vela… La cual he olvidado apagar y con éste calor la puerta se ha hinchado tanto que ahora no puedo volver a abrirla ¡Oh mis preciadas reliquias! Con una chispa todo se quemará, desde tapetes ingleses hasta las muñecas de trapo japonesas!-
-¡Señora Jung! Nosotros podemos ayudarle!-Jonghyun decidió por ambos y le tomó de l brazo guiándole dentro de la tienda, con la pobre anciana que hablaba de manera extraña detrás de ellos realmente preocupada.
Tal y como había dicho la dueña del local, era imposible abrir la puerta solos, así que juntos tomaron envión varias veces hasta ercer para chocar con sus cuerpos hasta que doliese rasparse con la gastada madera, pero en un último intento la puerta cedió y ambos terminaron de bruces en el suelo.
Afortunadamente la consumida vela estaba a escasos milímetros de quemar unos cortinados, pero llegaron a apagaros a tiempo.
La señora Jung agradecida los estrechó con fuerza en un abrazo y les explicó que las cosas más valiosas e su negocio estaban ocultas allí , en ese lugar tan alto para evitar robos, y como compensación les permitió llevarse lo que desaseasen de allí, insistiéndoles cuando ambos se negaron.
Al final Jonghyun dudó entre unas partituras antiguas y originales de Beethoven o un reloj con cadena de bolsillo, optando por el segundo al enterarse que era de oro blanco y había sido parte de los atuendos favoritos de un conde europeo.
En cuanto a Jinki, intentó encontrar algo que no fuese tan costoso, pero todo lo era además de poseer historias fascinantes, hasta que notó una muñeca oriental de porcelana que era notablemente fina y particular.
-Jung ahjuma…-Llamó con le apodo que había pedido la mujer al quererles tanto ahora.-¿Porqué esta bella muñeca viste ropa imperial de hombre?-
-Jinki ssi, es porque es un caballero muy apuesto desde hace más de dos siglos se llama Key, el muñeco que todas las princesas a fines del mil setecientos deseaban poseer en su colección, cuando fue tallada y pintada a mano…-Con cariño la mujer acarició el cabello negro que parecía tan real.-Incluso las proporciones de la famosa muñeca Barbie son basadas en las dimensiones de esta hermosura…-
El estudiante escuchaba con atención, mientras analizaba la respingada nariz, los marcados pómulos y los rasgados orbes que parecían brillar como un par de ojos reales, o ni siquiera, más bien celestiales.
-¿Y Cómo sabe eso Jung ahjuma?-La pregunta inocente de Jonghyun tensó un poco el ambiente por unos segundos, hasta que la mujer contestó.
-Porque la ha tallado mi bisabuelo, jovencito… Deberías ser menos necesitado de la realidad y disfrutar más de la mágica curiosidad de la vida...-La campanita que anunciaba la llegada de un nuevo cliente, hizo que la señora Jung le entregase la muñeca a Jinki nuevamente.-Sé que cuidarás bien de él… Ahora si me disculpan debo trabajar. Agradezco mucho a sus bondadosas almas por ayudarme…-
Jinki toleró las burla juguetonas sobre su “premio” aunque le aclarase que le regalaría el juguete de gran valor a su madre, en lugar de venderlo como le insistía el apenas menor.
-¡Jinki~~ hyung!-Junto al chillido un fuerte abrazo de su hermano menor le acompañó al llegar a casa.-Woh~ ¿Qué tienes ahí? ¿Me ayudas con mi tarea de ciencias? ¿Has comido bien?-
-Taeminnie, déjale llegar en paz al menos un día…-Su hermana mayor tomó a su consentido de 14 años por los hombros.-Prepárale un emparedado de pollo a tu hyung y a appa que debe estar por llegar del trabajo, ¿ne?- Ante las dulces palabras de Yoona, el delgado chico corrió hacia la cocina obedientemente.-Lo hemos malcriado tanto, mira que actuar así a los casi quince…-
-Tú le has robado su seriedad al parecer tan fría a los dieciocho, nuna~-Ante aquello la mayor le echó la lengua de manera infantil.
-Tonto… ¿Ha sucedido algo? Llegas tarde, omma ha ido a hacer la compra algo preocupada… Es bueno que llegues antes que nuestros padres... ¿Porqué no llevas el teléfono celular contigo jamás?-
Ante el pequeño reproche de su hermana, se excusó narrándole junto a su hermanito menor lo que había sucedido, y ambos querían adueñarse del muñeco, pero por suerte la nueva dueña llegó y no le regañó por su irresponsabilidad al estar encantada con su obsequio.
Adoraba ser un buen hijo y ayudar a su familia, haciéndolos felices y orgullosos de él.
Cuando las relajantes vacaciones invadieron a la familia Lee un par de semanas después, su madre decidió que pintarían el salón y el cuarto de juegos y estudios, así que pronto las cuatro habitaciones se encontraban invadidas de muebles y pequeños objetos apilados en los rincones, hasta que llegó el momento de guardar el delicado muñeco que su madre cepillaba casi todos los días sus cabellos con delicadeza y acomodaba sus galantes ropas luego de que ‘Taebaby’ lo tomara a escondidas para jugar, por lo que sin dudarlo su omma posicionó a Keybum (apodo puesto por Yoona) en la habitación de Jinki para evitar discusiones. No lo colocó en la matrimonial ya que el señor Lee no estaba muy feliz con aquella valiosa muñeca de colección “por la cual podrían entrarles a robar…” Jinki sabía que su padre estaba celoso de las atenciones que recibía el lujoso juguete en su lugar.
Luego de una fantástica cena al ser su adorado pollo asado preparado por sus padres, Jinki decidió a costarse temprano gracias al cansancio de las primeras pinceladas, además de que las clases que le daba a Jjong no eran fáciles cuando éste se distraía para babearse con su hermanito cada vez que Taemin pasaba bailoteando en su mundo frente a ellos.
¿Por qué sus mejores amigos estaban enamorados de sus hermanos? Peor aún, ¿Por qué él no sentía ese tipo de afecto y atracción hacia alguien?-
Con esos pensamientos se recostó bajo la fresca brisa del ventilador, suspirando al pensar en todos sus amigos, las niñas que le habían confesado su amor y la pena que le daba rechazarlas al no sentir más que una cálida amistad hacia ellas.
Poco a poco el silencio se apoderó de su hogar, de seguro eran unas cuantas horas las que había pasado pensando, meditando, recordando, disfrutando y por último, odiando el calor que no le permitía dormir.
Todo se volvió oscuro a su alrededor cuando su hermana apagó la poca luz que se filtraba del corredor por su puerta cerrada y escuchó como la de la habitación de la mayor también se cerraba. Otro tranquilo día había terminado para él y su familia.
Rodó por su cama rascándose el oscuro cabello, realmente atormentado por no conciliar el sueño, hasta que un destello de luz llamó su atención, provenía de su escritorio y le recordaba al famoso ‘polvo de hada’ de Peter Pan, película favorita de su hermano menor. Escuchaba algunas de sus pertenencias caer al suelo, como si la luz las empujase pero Jinki no podía reaccionar de lo que sucedía… Y mucho menos cuando su habitación regresó a la oscuridad y sus rasgados orbes se acostumbraron a la penumbra, notando la silueta de una persona recostada sobre su escritorio, moviéndose lentamente como si se desperezara con un pequeño jadeo.
-Ah~ Hana, ya era hora…-
Una grave y áspera voz inundó su habitación, y el chico se sentó frente a él sobre su lustrado mueble, haciéndole sentir un escalofrío recorrerle completamente, sin reaccionar ante la invasión de su privacidad.
-Yah, ¿Así me saludará mi futuro esposo? Al menos debes darme algo de ropa…-
-¿Esposo? ¿Ropa? Espera, espera…-El estudiante se reincorporó algo dubitativo entre el sueño que estaba teniendo y lo real que parecía ser al escuchar sus propios balbuceos.- ¿Q…Qué eres?-
-¡¿Qué?! ¡Querrás decir quién! Soy Key ¿Quién más? Ahora hazme un emparedado de pollo como hace Taemin, tengo hambre luego de 200 años~-Juraba que la voz de la silueta había escapado de unos belfos abultados en tiernos pucheros.
-¿Mi hermano? ¿Pollo?... ¿Ah? – Jinki aún no comprendía nada, por lo que estiró su brazo hacia su mesa de noche y encendió la luz que poseía allí, sobresaltándose ante el brilloso resplandor de la piel pálida de Key, quien se encontraba abrazándose las piernas contra su torso, cubriéndose un poco su desnudez.-¡Woooow~!-Canturreó sorprendido reincorporándose de su cama sin miedo, observando al chico que tenía su felina y seria mirada clavada en sí, esperando expectante.-¿E..Eres de verdad?-Cuestionó tocando su rodilla con uno de sus repetidas veces, sorprendiéndose por la suave piel que parecía ser de terciopelo como el ahora diminuto traje que descansaba hecho añicos a los lados del morocho.
-¡C..Claro que lo soy! Eres idiota futuro esposo mío ¡dame ropas! Aunque este calor sea insoportable no puedes verme así la primera vez que hablamos…-La confiada voz del chico ahora sonaba un tanto más calmada, y a continuación el muñeco bajó su vista, evitando verle avergonzado.-Y tú no deberías dormir en ropa interior… ¿Porqué no eres como tu hermanito que utiliza tiernos pijamas de ésta era?-
-Oh…-Jinki decidió que seguiría un poco más aquél sueño ya que hacía mucho no tenía uno tan divertido y obedeció abriendo su hermano, colocándose un short deportivo y luego le ofreció otro al chico, que lo rechazó con asco, afirmando que debía ser algo con más estilo... Luego de vaciar su armario completo, Key utilizó la primer prenda que le había ofrecido al no haber nada mejor, exigiendo utilizar ropa de Taemin al día siguiente, e incluso camisetas de Yoona si era posible. El estudiante no intentaba razonar más las cosas, pero le llamaba la atención cómo el otro aún insistía con decirle futuro esposo, así que decidió interrogarle sobre eso mientras el muñeco acababa de colocarse la prenda.
-Es porque lo eres, no es tan difícil… Hana prometió que sería alguien inteligente, pero eres más bien tonto.-
-¡Yah! Soy inteligente… Pero ¿quién es Hana? Yo no estoy comprometido con nadie…-
-Claro que sí, lo estás conmigo… Hana, la anciana Jung… Su nombre verdadero es Hana Silvestre del Sur… Es una hechicera buena que nació en el siglo catorce… Has sido muy amable al rescatarme junto a tu amigo con rostro extraño, por cierto…-
-¿Q…Qué? Vamos, es sólo una agradable anciana con una tienda fantástica… Y ¿no ha sido nada? Ahora comprendo su preocupación, había una vida allí… Un momento ¿significa que tú has visto todo lo que pasa delante de ti por tanto tiempo? ¿Porqué eras un muñeco?-
-¿Cómo crees que recuerda de dónde han salido todos los objetos de la tienda? Ella misma los ha recolectado… De joven le agradaba coleccionar cosas… Y continúo siendo un muñeco… Fui su primer y única creación con vida que pudo crear, pero sólo podía ‘activarme’ quien me necesitase tanto como yo a él… Y debía ser un hombre porque ella siempre poseyó la condena en su corazón de estar enamorada de una doncella… Es algo complicado futuro esposo, pero algún día te explicaré mejor… Y sí, he visto todo durante doscientos años, por eso puedo hablar como los humanos de ahora y no con mi precioso acento antiguo europeo, y saber mucho más que tú de moda…- Las explicaciones del chico eran algo confusas para su adormilado cerebro, pero intentaba conectar ideas, algo temeroso.-Y ¿Dónde está mi emparedado? Tengo hambre he dicho, futuro esposo…-
-Deja de llamarme así, no soy tu futuro esposo, n… No te necesito y tú no me necesitas, estás loco Key ssi… Por favor vuelve a ser un juguete que le obsequié a mi madre ¿sí? Yo iré a dormir… Mejor dicho a despertar de este sueño-
Sentenció apagando la luz nuevamente, y se dejó caer en su cama, cubriéndose con una de sus sábanas a pesar de calor para no verle, aunque no podía evitar espiar disimuladamente por uno de sus ojos, como el muñeco se rascaba el cabello algo confundido y se reincorporaba comenzando a andar por todos su cuarto entre los muebles de la sala y se dirigía a la ventana, abriendo un poco la cortina para ver el estrellado cielo; y allí gracias al reflejo del oscuro cielo pudo ver las perfectas facciones del chico brillar ante las lágrimas que caían lentamente por su rostro.
¿Había sido muy terco y torpe al hablarle así? ¿Se contaba aquella situación como un rechazo de su parte? Suspiró con pesadez al ver como el chico continuaba enredado sus delgados dedos en la fina tela que cubría su ventana y se dio por vencido, levantándose de su cama.
-De acuerdo, iré a prepararte eso… Pero luego te conviertes en muñeco ¿comprendido?-
-N..No puedo hacerlo…- La profunda voz del chico sonaba realmente quebrada y aquello le preocupaba ya que se sentía más que culpable por ello-Lo siento mucho fut… Jinki ssi, no puedo hacerlo, mi destino es estar a tú lado, aunque no quieras guardaré silencio como si fuese un muñeco sentándome sobre su escritorio si lo deseas…-
-Mira Key yo… No entiendo nada, olvídalo, mejor vamos a comer pollo es lo mejor para-
-Destensar el cuerpo y la mente, relajar nuestras facciones y sonreír…- Cuando el chico continuó la frase junto a él, le observó enarcando una ceja.-Se lo dices siempre a tu hermanito cuando quieres pasar tiempo con él, muchas veces se lo has dicho frente a mí…-
-V..Vaya… Bueno, andando entonces…- Jinki sorprendido por las palabras del morocho le hizo señas con una de sus manos, pero para su sorpresa el muñeco corrió a su lado y le tomó por el brazo con sus dos delgados, abrazándolo con fuerza mientras caminaba a su lado sonriente. Intentó no reír por la infantil reacción y le guió a la cocina en silencio, esperando no despertar a nadie de su familia, ya que incluso en sus sueños era una persona preocupada por ellos.
Mientras Key se desperezaba y hacía sonar algunos de sus huesos, realmente feliz de ‘tenerlos’, se encargó de preparar dos deliciosos emparedados con las sobras de la cena, hasta que la luz de la cocina se encendió haciéndoles sobresaltar a ambos, en especial al morocho que saltó a ocultarse detrás de él, aunque era más alto.
-Wah~ quiero un vaso de leche por f….- Taemin había entrado rascándose ambos ojos adormilado, sorprendiéndose al encontrarse con su hermano.-¿Jinki? Creí que eras omma… ¿Q..Quién es ese?-Agregó el pequeño al ver como Key le abrazaba por detrás ocultándose temeroso.
-E..Es… Al diablo si esto es un sueño, es Key Taebaby…-
-¿Quién? ¿Sueño? ¿Estoy soñando? ¡Entonces quiero chocolate~~!-El chillido de su hermanito le hizo reír, pero el menor se acercó a él con pasos decididos para asomarse a quién estaba detrás, fijando su mirada concentrada unos momentos.-¿K..Key? ¿Muñeco Key? ¡¿Mi nuevo amigo Key?!-Chilló infantil el niño, y acto seguido apartó al morocho de su cuerpo para tomarlo feliz con ambas manos.-
-S… Sí~ soy yo pequeño Taemin ¡hola!-
-Wow~ ¿ha sido magia?-
-Sí, pero pura, no debes preocuparte… Debo casarme con tu hermano…-
-Espera… Es mí hermano…-Jinki se preocupó ya que el menor era muy posesivo consigo y con Yoona, y también con Minho aunque no viniese al caso.
-Así es…-
-¿Y seremos parientes?-
-Claro…-
-¿Y jugaremos videojuegos?-
-Exacto ¡pero ahora también puedo tomar el mando entre mis manos y no te dejaré ganar! ¡Pequeño tramposo!-
-¡Pero Keeeeeeeeeey!-
Ante los reclamos infantiles que tenían en aquella conversación, comenzó a reír sirviendo la bebida que había pedido su hermanito, pero éste tomó ambos emparedados y decidió llevarse a Key a la sala para conversar, dejándole solo.
Jinki se rascó el cabello dándole un largo trago a la leche al haber perdido su delicioso pollo y sonrió asomándose por la puerta, viéndoles conversar como grandes amigos, y admiró como su hermanito no le importaba de dónde había aparecido, sino que se emocionaba de tener a su nuevo amigo contestándole de verdad. Meditó un momento pensando en que el día que trajese una novia a casa, lo que más le preocuparía sería su relación con Taemin, ya que los pocos novios que Yoona había llevado los había espantado afirmando que no eran suficientes para su hermana mayor.
Recordaba como a ninguno de la familia le sorprendió que a los cortos doce años el menor de la cama saliera del armario, y todos lo apoyaron con su decisión, aunque le prohibieron tener novio hasta dentro de un par de años ya que era muy pequeño en aquella edad… Y para su hermana y para él siempre sería su bebé así que jamás le aceptarían un novio…
¿Era un círculo vicioso de afecto y preocupación por el bien entre ellos?
Sus padres los habían educado bien al hacerlos tener una estrecha y cómoda relación entre los tres.
Su rostro recibió de lleno un beso por parte de un cojín que le hizo reaccionar a los dos que le veían desde el sofá haciéndole señas para que se acercara, y obedeció algo dudoso, temiendo que aquello parecía cada vez más real, pero se contuvo de comentarlo al sentarse, y rápido tuvo a Key sentado en su regazo, aunque el muñeco continuaba comiendo y conversando con Taemin.
Poco a poco el amanecer llegó, y junto a ello el sonido de la habitación de sus padres al abrirse la puerta: ellos estaban de vacaciones pero no su padre, por lo que en un abrir y cerrar de ojos sus padres pasaron a su lados deseándoles un buenos días antes de ir a la cocina… Debía admitir que fue gracioso como su madre retrocedió varios pasos al notar una tercera persona encima de su hijo más inteligente con sus ojos realmente abiertos.
-Jinki ssi… ¿Qué hacen despiertos a ésta hora? ¿Por qué no sabíamos que teníamos visitas? –ante el regaño la mayor intentó acomodarse un poco el cabello y se cerró la bata para ocultar su largo camisón
-Oh es que omma él es…-
-¡Futura suegra~~!- El chillido de Key hizo que incluso su padre apareciese con una taza en mano y una ceja arqueada.
-¿Novio de Taem… No espera… ¿Jinki? – Su padre señaló la íntima posición y rápido apartó al morocho de su cuerpo, sonrojándose completamente.-Jinki ah, no en frente de tu hermano…-
-¡Ya vé futuro suegrito! Es un descarado, no nos ha dejado comer en paz…-Ante la confianza que tenía el muñeco, logró llamar la atención de sus padres.-¿No me reconocen? –Junto a la pregunta el chico se reincorporó colocándose seriamente en la posición que tenía al ser de mentira, y sus padres se sobresaltaron sin comprender del todo.
-Jinki ¿has planteado todo esto para decirnos de tu inclinación? Sabes que habríamos aceptado…- La voz apagada de su madre al acercarse al muñeco con curiosidad.
-N..No, futura suegrita, soy ‘Keybum’ de veras… ¡Su hijo me ha salvado y ahora soy humano!-Mientras el morocho hablaba, su omma comenzó a acariciar la suave piel del muñeco, inspeccionándolo maravillada.
-¡¿Eeeeh?!- La voz de Yoona les hizo voltear a todos cuando al chica bajó las escaleras al claramente salir de su habitación por las voces de todos.
-¡Buenos días nuna~~!-Taemin corrió hacia su hermana antes de tomarle ambas manos y la jaló hacia ellos-Mira, ¡Key es de verdad! Magia~~ … Waa~~h , ¡magia!-El menor sonreía más que en su día de cumpleaños, por lo que Jinki decidió que debía hablar.
-F…Familia, creo que tenemos un nuevo integrante…-Dijo algo dudoso, suspirando cuando su hermana se sentó en el sofá aún en shock, con su pequeño hermano abanicándola con un cojín.
-Mejor pido el día en el trabajo…- La grave voz de su padre invadió la sala antes de dirigirse hacia el segundo piso de la casa otra vez.
-Esto no puede ser real… Pero sí, eres el muñeco, estoy segura-Su madre lo descolocó un poco, y pareció notarlo ya que continuó.-Yo le maquillé esto ayer…-Junto a sus palabras su madre quitó con delicadeza un poco de delineador azul bajo los ojos del morocho que le dejaba hacer sonriente.-Pero no comprendo, qué… Qué haces aquí… ¿Qué has hecho Jinki para hacerlo humano?-
-Los latidos de su corazón, ¡futura suegrita! Hana me ha entregado con mucho cuidado a mi futuro esposo…-
-¿Y quién es Hana?-
-Es la dueña de la tienda, la señora Jung no es coreana-Era lo mismo que él iba a decir, peor la voz de su padre le interrumpió con aquél dato, sin comprender cómo el mayor sabía eso.
-¿Y tú cómo le conoces tanto?-Jinki contuvo de reírse ante la acusación de su madre, ahora sí que sabía de dónde había heredado sus celos su hermanito.
-Es porque yo le he pedido ayuda… Querida será mejor que prepares un delicioso desayuno para todos, y les explicaré… Vamos, ayuden a su madre-Ante la orden del jefe de familia , todos obedecieron, preparando un gran manjar al mejor estilo coreano y se sentaron en el suelo frente a la baja mesa, y Jinki suspiró cuando Key volvió a acomodarse sobre su regazo como si nada y se alimentaba de absolutamente todo, fascinado por el sabor de la comida actual.-Bien… Cuando Jinki tenía sólo seis años, noté algo muy particular en él un día que no tuve trabajo y lo busqué a la salida del instituto, y era que a pesar de ser un niño muy alegre y tierno con sus mayores, sin contar Jonghyun y Minho, no se relacionaba muy bien con los demás, les prestaba atención pero no llegaba a tener una conexión de afecto, sus compañeras le abrazaban y daban cortos besos en sus mejillas al ser tan adorable y él las ignoraba de una manera muy educada, lo mismo con sus compañeros que le invitaban a jugar al parque o demás. Y comencé a prestar atención en que sólo se preocupaba por sus dos hermanos, e incluso en ayudar por la casa y eras bondadoso por demás… -Su padre dio una pausa, y no pudo evitar sentirse algo apenado por sus palabras, sonrojándose cuando Key besó su ‘cachete de tofu’ como le había apodado luego de unos segundos- Una tarde un par de años después, fui a buscarte al entrenamiento de tenis junto al padre de Jonghyun, y me comentó que estaban preocupados con su esposa ya que una vidente les había advertido que a los 14 años su hijo sufriría de un accidente que le traería problemas de memoria… Y todos recordamos que a esa edad el pobrecillo fue atropellado accidentalmente… En fin, cuando aún estaba él en el hospital, con su padre recordamos lo de la vidente y decidimos que debíamos hacer algo, fuimos en búsqueda de esa mujer para pedir explicaciones, y allí nos enteramos de que la señora Jung, en realidad llamada Hana, había adivinado aquello, que ella en realidad sólo hacía hechicería… Bueno para mí no me pareció tan casual como lo dijo pero ya que… Aproveché para comentarle mi preocupación ya que en siete años tú no habías cambiado y temía por tu futuro y ella nos aseguró que en el momento preciso, la solución llegaría a sus vidas, a cambio de ser la disculpa por la falsa acusación que había terminado siendo verdad con el accidente…-
-¿Y cuándo me ibas a hablar de todo esto señor Lee?- El reproche de su madre al interrumpirlo le hizo fruncir apenas sus labios, realmente intentaba comprender, pero Key se lo facilitó al susurrarle ‘reloj’ al oído.
Una fuerte discusión comenzó entre sus padres, así que los cuatro ‘niños’ decidieron retirarse en silencio de la cocina ya que nunca les habían oído ni visto así, y Jinki dejó que Key tomase su mano cuando se dirigieron por las escaleras hacia sus cuartos.
-Ahora comprendes que no es un sueño ¿cierto? – Mientras el muñeco hablaba, se sentó en su cama rascándose el cabello algo adormilado, asintiendo repetidas veces antes de contestar.
-A..Algo así… Pero no puedo ser tu esposo, no sé amar… Creo que mi padre lo ha dejado en claro…- Balbuceó algo apenado, sintiendo el peso del contrario al sentarse a su lado, y le observó a los ojos cuando el morocho tomó sus manos entre las propias.
-Yo tampoco lo sé, así que aprenderemos juntos ¿de acuerdo? –La dulce voz de Keybum le hizo sentir un cálido cosquilleo recorrerle completamente, y sin comprender aún nada de lo que estaba pasando aquél verano, volvió a asentir inclinándose a besar por primera vez los labios de alguien, siendo nada más y nada menos que los destinados a ser de su futuro esposo.
~Epílogo~
Jinki observó como el chico de dorados cabellos correteaba por toda la casa detrás de sus nuevos ‘hijos’ : dos cachorritos de caniche que le había obsequiado esa tarde por ser Navidad, y suspiró cuando su esposo se detuvo frente a él, tomándole del rostro con ambas manos y plantó un sonoro beso sobre sus labios antes de continuar jugando con las pequeñas mascotas que recorrían alegremente el modesto departamento.
Meditó por un momento mientras la nieve golpeaba contra su ventana en aquél penthouse, cómo su vida había tenido aquél giro brusco en la adolescencia, momento en el que se veía a sí mismo con treinta años como un científico con un trabajo de medio pelo, cuidando de su adorada familia y los problemas que tuviesen… Pero en su lugar, ahora era un novelista reconocido gracias a la inspiración y anécdotas que poseía su marido al haberlas presenciado como testigo durante siglos, y él se encargaba de darles una fantástica forma con un toque mágico para deleitar a jóvenes amantes de la literatura, como lo era él mismo.
Key, ahora se llamaba Kim Kibum de Lee, había sido difícil falsificar algunos papeles para darle una edad real y actual, pero el chico que ahora rodaba por el suelo con dos bolas de pelos a su alrededor valía cualquier esfuerzo gracias a la alegría y el amor que le daba en su día a día…
Y ahora comprendía que no sólo cuidaba la vida de su familia, sino que había comenzado a vivir la propia junto al chico más fantástico que podría haberse imaginado jamás.