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Dime como está él por wook_love

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Notas del fanfic:

Este es otro que hice hace un tiempo, esta inspirado de la canción "Dime como está ella" de pimpinela, (no me gusta como se ve lo siguiente porque es muy obvio aun asi lo pondre) los personajes no me pertencen para nada... xD

Notas del capitulo:

Mmmmm supongo que ya esta todo dicho asi que espero que les guste ^^

Salí del edificio en el cual trabajaba, por fin había terminado la jornada, la mía y la de cientos de personas más, por lo cual la calle estaba abarrotada de gente, las cuales parecían moverse todas en una dirección diferente reduciendo el espacio personal al mínimo. Asi era todos los días, asi que no le di mayor importancia; me dirigí a la estación de metro más cercana a mi edificio la que aun asi estaba un poco lejos, pensé, entonces, en Kyuhyun, uno de mis mejores amigos el cual recientemente se había mudado a mi apartamento pues ya no soportaba la soledad del suyo que antes compartía con su ahora exnovio. Aun asi el pasaba la mayor parte del tiempo allí. Su antiguo novio era un excompañero de universidad mío, al cual quería mucho recordé muchos momentos que compartí con él, lo que más recordaba eran sus ojos, negros azabache como su pelo que parecían tener luz propia.

Iba distraído pensando en aquellas tardes que pasábamos juntos, hasta que choque con la espalda de una persona más alta que yo, me disculpe inmediatamente y cuando él volteo para hacer lo mismo me quede sin habla. Como si lo hubiese invocado allí estaba… Yesung. Luego de unos instantes de quedarnos mirando el me saludo a lo cual respondí de la misma forma, hace mucho tiempo que no le veía, lo cual me hizo sentirme un poco ansioso.

Empezamos a caminar conversando, hasta que recordé que muy cerca de ahí había un café en el cual podríamos conversar más tranquilamente, lejos de todo el ajetreo de la calle. Se lo propuse y el respondió afirmativamente, lo guie hasta allí mientras seguíamos hablando de nuestras vidas, teníamos que ponernos al corriente.

Entramos al café y tomamos asiento en uno de las pocas mesas que había. En la mirada de Yesung había algo que me molestaba, recordaba sus ojos más vivaces, era como si ya no tuviera esa chispa que hacía que todos lo amasen. Parecía medio muerto, quizá y era verdad.

Ya llevábamos un rato sin pronunciar palabra cuando llego la camarera, que respiraba un poco agitadamente y tenía un leve rastro de sudor por la piel debido a la gran afluencia de público, a tomar nuestros pedidos, por mi parte, yo ordene un mocaccino. Pero cuando el pidió un frapuccino mocha blanco incluso su voz sonó apagada al decirlo.

Realmente parecía como si fuera un muerto en vida…

Luego la camarera se retiró a atender otra mesa a la cual recién habían llegado un grupo de estudiantes. Paso más tiempo luego de eso y el silencio seguía entre nosotros, éramos buenos amigos, o por lo menos en un tiempo lo fuimos, pero parecía que era la primera vez que nos veíamos por la tensión del ambiente, desde que entramos al local parecía haberse quedado en blanco.

-Y… Sígueme contando lo de tu apartamento – dije casi obligado, solo para romper el silencio que había.

-Sí, es bastante cómodo y me queda muy cerca de mi trabajo, es un poco pequeño, pero hay suficiente espacio para una persona – Sonó muy convencido y me agradaba saber que era asi.

De ahí en adelante la charla prosiguió de nuevo con normalidad y fluidez nos pusimos al día en todo respecto nuestras vidas: Trabajo, vacaciones, sobre su nuevo apartamento e incluso las amistades de ambos. Excepto de uno… Ese amigo en común que era casi una especie de tabú, por ser el ex del pelinegro. Yo seguía en contacto con el obviamente pero con su antiguo novio habían cortado todas las relaciones.

Entonces, de repente, mientras terminaba de contarle sobre el programa de televisión de la noche pasada que él se había perdido, el dijo -Dime cómo está el, tú que aún puedes verlo, tú que eres su amigo – Fue extraño como lo dijo, había arrastrado las palabras cosa que no había hecho en toda la conversación anterior.

Dude unos momentos sobre que decirle, luego hable, un poco dubitativo: -Él está siempre igual, más tranquilo quizás, empezando otra vida –

El me miró como pidiendo que le dijese que Kyu se había desmoronado y estaba ansioso por verle, pero yo no le diría eso.

- Dime ¿cómo está él?, si lo has visto con alguien, por favor no me mientas – Sonaba ansioso, ¿Es que acaso aun no le olvidaba? Pensé con un poco de resentimiento al ver la expresión de su rostro que demostraba mucha pena contenida. Claro, solo para mí lo era. Solo yo, que le conocía desde hace mucho tiempo, podía descifrar hasta el más mínimo gesto de su parte.

- De verdad no lo sé, tú ya sabes cómo es, te estoy siendo sincero – dije lentamente y arrastrando un poco las palabras ya que no quería hablar de eso, no me gustaba hacerle eso, veía como le dolían mis respuestas, pero ¿Qué más podía hacer? – Oye, Yeye y ¿No has conseguido nuevas tortugas? – dije intentando cambiar de tema a otro menos complicado.

Pero el insistió en el tema, sabiendo que le dolía. ¿Acaso en el tiempo que no nos vimos había desarrollado un lado masoquista? - Sé que algo me estás ocultando, ya no des más vueltas para hablar, soy culpable de lo que ha pasado, pero quiero volver a su lado, sea lo que sea dime pronto la verdad -  

Y el hecho de que haya dicho que él era culpable me enfureció y se lo dije, casi a gritos, todo a la cara…

- Él se ha enamorado, él te ha olvidado, no hay nada que hacer, aunque te arrepientas, ahora es muy tarde, ha vuelto a querer... Él se ha enamorado, él te ha olvidado, es difícil perder -  Pero puede haber alguien que esté esperando, que te sepa querer. Por supuesto lo último solo lo pensé, no quería que ahora el supiera que me había gustado desde hace mucho tiempo. Desde antes que empezara su noviazgo con mi amigo de universidad.

Eso lo dejo callado un buen rato, entonces intente retomar el tema de las tortugas, pero sin hacerme el menos caso, me interrumpió:

- Dime cómo es él, ¿es sincero?, ¿es fiel?, ¿está enamorado? – Suspire cuando termino de hablar, no dejaría el tema tan fácil, entonces me rendí y empecé a hablar casi sin pensar, entre antes terminara, antes dejararia de hacerle daño.

- Es un hombre especial, es el hombre ideal para estar a su lado – Dije casi como si creyera que aquel chico fuera perfecto.

- Dime cómo está él, ¿Si hablando contigo, me ha nombrado algún día? – Realmente era muy duro seguir con eso, pero ya me había prometido terminar, y eso era exactamente lo que iba a hacer, por mucho que por el dolor de Yesung quisiera decirle otra cosa.

- No quisiera herirte, pero ha roto tus cartas y tus fotografías – Al decir eso agache mi mirada y la fije en la taza del café que tenía entre mis manos, pues no quería ver el efecto que habían hecho en el mis palabras, si lo veía se me rompería el corazón.

- Dime que esto es una pesadilla, y ayúdame a despertar, dime por favor que me recuerda, que lo has visto llorar de tristeza, dime que todo es mentira, que esto no es verdad – Si bien no lo vi, eso no evito que se me cayera el alma a los pies al oír perfectamente su voz. Lo había escuchado muy pocas veces asi, pero lo recordaba muy bien. Yeye, mi amigo de toda la vida, estaba llorando, y cuando levante la vista casi lloro yo también.

- Él se ha enamorado, él te ha olvidado, no hay nada que hacer, aunque te arrepientas, ahora es muy tarde, ha vuelto a querer él se ha enamorado, él te ha olvidado, es difícil perder – Repetí lo que había dicho hace unos momentos solo porque no se me ocurría nada más, el verle en ese estado me dejo shockeado, mi boca se movía sola y no pude contenerme de decir lo que antes había pensado - pero puede haber alguien que esté esperando, que te sepa querer...

No se bien si no escucho, o si hizo como que no escuchaba porque no dijo nada acerca de la última frase.

Terminamos nuestros cafés en silencio, interrumpido por uno que otro sollozo por parte del pelinegro, pagamos la cuenta, pero nos quedamos allí, como si nos hubiésemos quedado pegados a los asientos. No se bien cuanto tiempo paso, pudieron ser minutos, como también pudieron ser horas, hasta que la voz ya recompuesta del chico de orbes profundas sonó.

- No le digas a él que me has visto llorando, no quiero que lo sepa... – Su silla chirrió, muy fuerte contra el piso, en contraste con lo débil que había sonado su voz, cuando se levantó y se giró para irse, luego se detuvo – Adiós Wookie, espero nos volvamos a ver  -

Entonces lo detuve, me pare rápidamente de mi silla, que al parecer se cayó, y lo tome de la chaqueta:

- No te vayas así…-él se detuvo dándome la espalda tenia los hombros caídos - porque te amo, mentí. Vete, que él te espera... – Dije resignado, entonces, cuando se giró, vi aquel destello en su mirada, vi vida.

- Wook, no me mientas, es cruel – dijo intentando parecer neutral, pero note la esperanza contenida.

- No es mentira, no quieres dejar que siga sufriendo por tu ausencia ¿no? Vete, lo más probable es que esté en el departamento que compartían juntos.

- Gracias – Dijo, se volteó y se fue.

- Suerte – Susurre bajito mientras salía por la puerta del local.

Yo, regrese a la mesa en la que habíamos estado y recogí la silla que, en efecto, se había caído y me senté de nuevo. Y pensé en el “gracias” que me dio, inclusos después de hacerle llorar, pero bueno, asi era él. También pensé en el hecho de que le había confesado mi secreto mejor guardado y el había se había ido corriendo en la dirección contraria.

Pedí otro café y me quede en ese recinto hasta que anocheció, pensando en todo y en Yesung…

Salí del edificio en el cual trabajaba, por fin había terminado la jornada, la mía y la de cientos de personas más, por lo cual la calle estaba abarrotada de gente, las cuales parecían moverse todas en una dirección diferente reduciendo el espacio personal al mínimo. Asi era todos los días, asi que no le di mayor importancia; me dirigí a la estación de metro más cercana a mi edificio la que aun asi estaba un poco lejos, pensé, entonces, en Kyuhyun, uno de mis mejores amigos el cual recientemente se había mudado a mi apartamento pues ya no soportaba la soledad del suyo que antes compartía con su ahora exnovio. Aun asi el pasaba la mayor parte del tiempo allí. Su antiguo novio era un excompañero de universidad mío, al cual quería mucho recordé muchos momentos que compartí con él, lo que más recordaba eran sus ojos, negros azabache como su pelo que parecían tener luz propia.
Iba distraído pensando en aquellas tardes que pasábamos juntos, hasta que choque con la espalda de una persona más alta que yo, me disculpe inmediatamente y cuando él volteo para hacer lo mismo me quede sin habla. Como si lo hubiese invocado allí estaba… Yesung. Luego de unos instantes de quedarnos mirando el me saludo a lo cual respondí de la misma forma, hace mucho tiempo que no le veía, lo cual me hizo sentirme un poco ansioso.
Empezamos a caminar conversando, hasta que recordé que muy cerca de ahí había un café en el cual podríamos conversar más tranquilamente, lejos de todo el ajetreo de la calle. Se lo propuse y el respondió afirmativamente, lo guie hasta allí mientras seguíamos hablando de nuestras vidas, teníamos que ponernos al corriente.
Entramos al café y tomamos asiento en uno de las pocas mesas que había. En la mirada de Yesung había algo que me molestaba, recordaba sus ojos más vivaces, era como si ya no tuviera esa chispa que hacía que todos lo amasen. Parecía medio muerto, quizá y era verdad.
Ya llevábamos un rato sin pronunciar palabra cuando llego la camarera, que respiraba un poco agitadamente y tenía un leve rastro de sudor por la piel debido a la gran afluencia de público, a tomar nuestros pedidos, por mi parte, yo ordene un mocaccino. Pero cuando el pidió un frapuccino mocha blanco incluso su voz sonó apagada al decirlo. 
Realmente parecía como si fuera un muerto en vida…
Luego la camarera se retiró a atender otra mesa a la cual recién habían llegado un grupo de estudiantes. Paso más tiempo luego de eso y el silencio seguía entre nosotros, éramos buenos amigos, o por lo menos en un tiempo lo fuimos, pero parecía que era la primera vez que nos veíamos por la tensión del ambiente, desde que entramos al local parecía haberse quedado en blanco.
-Y… Sígueme contando lo de tu apartamento – dije casi obligado, solo para romper el silencio que había. 
-Sí, es bastante cómodo y me queda muy cerca de mi trabajo, es un poco pequeño, pero hay suficiente espacio para una persona – Sonó muy convencido y me agradaba saber que era asi.
De ahí en adelante la charla prosiguió de nuevo con normalidad y fluidez nos pusimos al día en todo respecto nuestras vidas: Trabajo, vacaciones, sobre su nuevo apartamento e incluso las amistades de ambos. Excepto de uno… Ese amigo en común que era casi una especie de tabú, por ser el ex del pelinegro. Yo seguía en contacto con el obviamente pero con su antiguo novio habían cortado todas las relaciones.
Entonces, de repente, mientras terminaba de contarle sobre el programa de televisión de la noche pasada que él se había perdido, el dijo -Dime cómo está el, tú que aún puedes verlo, tú que eres su amigo – Fue extraño como lo dijo, había arrastrado las palabras cosa que no había hecho en toda la conversación anterior.
Dude unos momentos sobre que decirle, luego hable, un poco dubitativo: -Él está siempre igual, más tranquilo quizás, empezando otra vida – 
El me miró como pidiendo que le dijese que Kyu se había desmoronado y estaba ansioso por verle, pero yo no le diría eso.
- Dime ¿cómo está él?, si lo has visto con alguien, por favor no me mientas – Sonaba ansioso, ¿Es que acaso aun no le olvidaba? Pensé con un poco de resentimiento al ver la expresión de su rostro que demostraba mucha pena contenida. Claro, solo para mí lo era. Solo yo, que le conocía desde hace mucho tiempo, podía descifrar hasta el más mínimo gesto de su parte.   - De verdad no lo sé, tú ya sabes cómo es, te estoy siendo sincero – dije lentamente y arrastrando un poco las palabras ya que no quería hablar de eso, no me gustaba hacerle eso, veía como le dolían mis respuestas, pero ¿Qué más podía hacer? – Oye, Yeye y ¿No has conseguido nuevas tortugas? – dije intentando cambiar de tema a otro menos complicado. 
Pero el insistió en el tema, sabiendo que le dolía. ¿Acaso en el tiempo que no nos vimos había desarrollado un lado masoquista? - Sé que algo me estás ocultando, ya no des más vueltas para hablar, soy culpable de lo que ha pasado, pero quiero volver a su lado, sea lo que sea dime pronto la verdad -  
Y el hecho de que haya dicho que él era culpable me enfureció y se lo dije, casi a gritos, todo a la cara…
- Él se ha enamorado, él te ha olvidado, no hay nada que hacer, aunque te arrepientas, ahora es muy tarde, ha vuelto a querer... Él se ha enamorado, él te ha olvidado, es difícil perder -  Pero puede haber alguien que esté esperando, que te sepa querer. Por supuesto lo último solo lo pensé, no quería que ahora el supiera que me había gustado desde hace mucho tiempo. Desde antes que empezara su noviazgo con mi amigo de universidad.
Eso lo dejo callado un buen rato, entonces intente retomar el tema de las tortugas, pero sin hacerme el menos caso, me interrumpió:   - Dime cómo es él, ¿es sincero?, ¿es fiel?, ¿está enamorado? – Suspire cuando termino de hablar, no dejaría el tema tan fácil, entonces me rendí y empecé a hablar casi sin pensar, entre antes terminara, antes dejararia de hacerle daño.   - Es un hombre especial, es el hombre ideal para estar a su lado – Dije casi como si creyera que aquel chico fuera perfecto.
- Dime cómo está él, ¿Si hablando contigo, me ha nombrado algún día? – Realmente era muy duro seguir con eso, pero ya me había prometido terminar, y eso era exactamente lo que iba a hacer, por mucho que por el dolor de Yesung quisiera decirle otra cosa.   - No quisiera herirte, pero ha roto tus cartas y tus fotografías – Al decir eso agache mi mirada y la fije en la taza del café que tenía entre mis manos, pues no quería ver el efecto que habían hecho en el mis palabras, si lo veía se me rompería el corazón.   - Dime que esto es una pesadilla, y ayúdame a despertar, dime por favor que me recuerda, que lo has visto llorar de tristeza, dime que todo es mentira, que esto no es verdad – Si bien no lo vi, eso no evito que se me cayera el alma a los pies al oír perfectamente su voz. Lo había escuchado muy pocas veces asi, pero lo recordaba muy bien. Yeye, mi amigo de toda la vida, estaba llorando, y cuando levante la vista casi lloro yo también.
- Él se ha enamorado, él te ha olvidado, no hay nada que hacer, aunque te arrepientas, ahora es muy tarde, ha vuelto a querer él se ha enamorado, él te ha olvidado, es difícil perder – Repetí lo que había dicho hace unos momentos solo porque no se me ocurría nada más, el verle en ese estado me dejo shockeado, mi boca se movía sola y no pude contenerme de decir lo que antes había pensado - pero puede haber alguien que esté esperando, que te sepa querer... 
No se bien si no escucho, o si hizo como que no escuchaba porque no dijo nada acerca de la última frase.
Terminamos nuestros cafés en silencio, interrumpido por uno que otro sollozo por parte del pelinegro, pagamos la cuenta, pero nos quedamos allí, como si nos hubiésemos quedado pegados a los asientos. No se bien cuanto tiempo paso, pudieron ser minutos, como también pudieron ser horas, hasta que la voz ya recompuesta del chico de orbes profundas sonó.
- No le digas a él que me has visto llorando, no quiero que lo sepa... – Su silla chirrió, muy fuerte contra el piso, en contraste con lo débil que había sonado su voz, cuando se levantó y se giró para irse, luego se detuvo – Adiós Wookie, espero nos volvamos a ver  - 
Entonces lo detuve, me pare rápidamente de mi silla, que al parecer se cayó, y lo tome de la chaqueta:   - No te vayas así…-él se detuvo dándome la espalda tenia los hombros caídos - porque te amo, mentí. Vete, que él te espera... – Dije resignado, entonces, cuando se giró, vi aquel destello en su mirada, vi vida.
- Wook, no me mientas, es cruel – dijo intentando parecer neutral, pero note la esperanza contenida.
- No es mentira, no quieres dejar que siga sufriendo por tu ausencia ¿no? Vete, lo más probable es que esté en el departamento que compartían juntos. 
- Gracias – Dijo, se volteó y se fue. 
- Suerte – Susurre bajito mientras salía por la puerta del local.
Yo, regrese a la mesa en la que habíamos estado y recogí la silla que, en efecto, se había caído y me senté de nuevo. Y pensé en el “gracias” que me dio, inclusos después de hacerle llorar, pero bueno, asi era él. También pensé en el hecho de que le había confesado mi secreto mejor guardado y el había se había ido corriendo en la dirección contraria. 
Pedí otro café y me quede en ese recinto hasta que anocheció, pensando en todo y en Yesung.
Notas finales:

Lo se, es cortito, pero eso fue todo.... emmms espero que les haya gustado y me dejen algun review para decirme que les pareció (malo, bueno, terrible, desastroso, etc. xD), asi puedo mejorar :D eso creo que esten bien...

Cuidense

Bye!!


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