Alrededor de las tres de la tarde, un azabache se encontraba de regreso en casa. Su día no había sido como pensaba, su mejor amigo le había presentado a su nueva y oficial novia. Aquella chica lo mantuvo distraído el resto del día logrando que Derek lo ignorara por completo y a causa de esto el oji-celeste debió pasar su día con sus mejores amigos, los libros de lectura.
Flash Back
-¡Hey, Ian! Necesito que conozcas a alguien. –Mencionó un castaño de ojos negros. –Ya sabes que como eres mi mejor amigo quiero que seas el primero en enterarte de absolutamente todo~
-¡Oh por dios! ¿Vas a tener un bebe? –Chilló fingiendo sorpresa y dramatizando un dolor de cabeza. -¿O tal vez gemelos? Cuantas veces te he dicho que dejes de jugar con las chicas, ya vamos. Dilo~
-¡Nada de eso Santorski! Solo espera un momento. –Comentó mientras se perdía entre la multitud y luego de cinco minutos una joven rubia que llevaba el uniforme de la escuela, el cual consistía en una pollera a cuadrille, una camisa blanca y una chaqueta negra con botones plateados en las mangas se posiciono junto a Drake. –Ella es mi novia, Janete, va a la clase C.
El oji-celeste quedo en un completo shock, si bien su amigo era un maldito pervertido sin remedio que solo tenía aventuras de una noche, esta era la primera vez que le presentaba a una chica con el título de novia. ¿Acaso era el único miserable adolescente, virgen y sin una novia en la escuela? ¿Tan feo era? Drake agitó su mano delante de Ian logrando así traerlo nuevamente a la realidad.
-¿No dirás nada? –Cuestionó nervioso mientras observaba atento a su amigo y tomaba con fuerza la mano de su, ahora, novia.
El azabache rió internamente, ¿Acaso el galán de la escuela estaba nervioso por su opinión? Drake había, Drake se había enamorado.
-Solo espero que Janete cuides bien de mi amigo. -Comentó observando a la rubia la cual asintió.- Y tú, no la hagas sufrir o te daré un golpe.
-¡No tiene fuerza para hacerlo! –Rió el castaño logrando sacar una sonrisa de la rubia.
-Tienes razón…-Bufó por lo bajo, odiaba haber heredado la fuerza y la estatura que su madre tenía de adolescente, preferiría haber tenido la fuerza y la altura de su padre, el cual en sus tiempos de secundaria había practicado taekwondo. -¡Aun así, si lo haces dejare de ser tu mejor amigo! –Exclamó remarcando la palabra amigo, Drake poseía una fachada que todos conocían y a la vez odiaban, toda la escuela sabía muy bien que aquel chico se había acostado con la mayoría de las chicas en el lugar y por ese hecho Ian era su único y mejor amigo.
-Lo prometo. –Habló felizmente observando al azabache.- Ahora, ¿Qué quieren hacer?
Antes de que Ian pudiera acotar algo, la rubia se encontraba lanzando miles de ideas al aire, el oji-celeste la observo celoso y molesto por tener que compartir a su mejor amigo. Al notar que estaba siendo ignorado decidió irse a leer a la biblioteca del lugar.
Flash Back fin
-Por lo menos tengo la casa completamente para mi durante tres horas… -Habló a la nada mientras dejaba caer su mochila sobre el sofá de la sala.
Su plan era bañarse y tomar una reconstructiva siesta, pues claro, vivir en una casa con dos fujoshis las cuales gritan el 90% del día o pelean por la atención de Dominik Santorski, el padre de Ian, no era para el oji-celeste nada fácil.
Un sueño se había colado en su pacifica siesta, este constaba de él tomado de la mano a un ¿chico? El cual le estaba sonriendo y dejando mostrar una perfecta sonrisa.
Un gran estruendo proveniente de la planta baja logro despertar al azabache, estaba agitado y su corazón palpitaba realmente rápido comparado con lo normal ¿Por qué diablos había soñado eso? Y aún más importante ¡¿Por qué había soñado con un chico?! No pudo meditar más sobre la situación ya que el estruendo volvió a hacerse presente.
Bajó corriendo las escaleras para encontrarse con su madre en el suelo cubierta por una capa de harina sobre ella.
-¡¿Por qué diablos tu padre coloco la harina tan alto?! –Chilló mientras intentaba quitarse aquel polvo de encima.
-Papá no quiere que cocines, luego de casi incendiar la casa se te prohibió estrictamente no volver a tocar la cocina. –Comentó el azabache mientras ayudaba a su madre a ponerse en pie.
-Solo me había distraído viendo Yao… ¡La novela! –Comentó mientras observaba a su hijo.
-Tú no ves novelas, te la pasas frente a la computadora…-Reprochó a su madre.
-Cállate si no quieres que te vista de gato y te saque a la calle. En fin, solo quería cocinar unos panqueques para Aira ya sabes lo histérica que se pone si no tiene algo dulce a la hora de llegada… -Habló sintiendo un escalofrió recorrer toda su columna al recordar el mal carácter de su hija.
-Deja, los haré yo… -Comentó tomando algunas cosas de la nevera.
-Creo que antes deberías solucionar el problema de allí abajo. –Rió la pelirroja mientras.
El azabache observo con extrañes a su madre y por acto reflejo bajo su mirada logrando entender a lo que se refería. Genial, había tenido una erección gracias al estúpido sueño y ni siquiera recordaba haber soñado algo erótico que ocasionara ese problema en sus pantalones.
*
Mientras la paz se colaba en la casa de Ian, en otra cosa se llevaba a cabo una seria, o al menos eso aparentaba ser, conversación de dos padres, frente a sus tres hijos.
-No puedo creer que hayas obligado a tus compañeros de clase a besarse. –Hablaba Alexander a su hija mayor mientras observaba a Rachelle reír como una desquiciada.
-No los “obligue” solo les di un empujón y casualmente sus labios se juntaron, no fue del todo mi culpa. –Se excusaba la azabache menor, frente a sus padres.
-La maestra no dice lo mismo, Tomoe. –Juzgaba el castaño.
-Ya, ya~ Dejen a la pequeña tranquila, si ella dice que es un accidente pues lo es. –Hablaba Augustus quien apenas salía de la ducha con su cabello mojado y sin camisa.
-Tú no puedes hablar mucho en esto, recibí una llamada de la escuela, al parecer te saltaste matemáticas, física e historia. –Replicaba la azabache mayor a su hijo con mirada penetrante.
-Vannesa necesitaba mis servicios~ -Comentó mientras tomaba algo de agua. –Y ya sabes, no puedo dejar esperando a una dama.
Augustus Priam era conocido como el chico de una sola noche, si habías tenido el placer de tener sexo con el oji-verde quedabas descartada en su lista. Todas las chicas deseaban algo serio con aquel chico, porque a pesar de acostarse con todas, tenía una personalidad y un humor únicos. Se había declarado bisexual hacía ya un año pero nunca había tenido el interés de hacerlo con un chico, “aun no encuentro al indicado, por el momento me divierto con ellas” y así era.
Alexander comenzó con la preparación de la cena, mientras que Rachelle jugaba con Naomi y le recomendaba algunas ovas a su hija mayor. Augustus observaba aburrido la escena y se dedicaba a arrojarle bolitas de papel a Nao para molestarla.
-¡Gus basta! –Chillaba la castaña de 8 años mientras se lazaba sobre su hermano y comenzaba una guerra de cosquillas.
*
En la casa de Ian, Dominik se encontraba viendo televisión abrazado a uno de sus viejos muñecos de felfa enredado en sus pensamientos, Allison ayudaba a la pequeña pelirroja con sus tareas y luego de unos minutos la cena estuvo lista.
Cada quien comentaba su día, Allison hablaba de lo adorable que podía llegar a ser sus alumnos. Dominik comentaba que el día en la oficina había sido aburrido y nada nuevo había ocurrido. Ya allí fue cuando Aira comenzó con su relato.
-Entonces ella me tiro el cabello y yo me defendí. –Chilló con emoción mientras comía un gran bocado.
-¿No habrás hecho nada malo, verdad? –Juzgaba Allison a su hija.
-No, claro que no~ -Habló observando su plato. –Creo…
-¡Antes de que lo olvide! He recibido una invitación para una fiesta de exalumnos. Volveremos a ver a nuestros viejos amigos, ¿No te agrada la idea, Dominik? –Hablaba alegremente la colorada.
-Sinceramente me da lo mismo la notica. –Comentó tomando un poco de agua y recibiendo una patada de parte de su esposa. -¡Digo que suena fabuloso!
-Y ustedes tendrán que ir con nosotros, porque la idea principal de esta reunión es mostrar a nuestros bonitos hijos. Por eso mismo mañana iremos de compras~ -Luego de comentar lo último el azabache más joven observo con molestia a su padre, maldecía al hombre tener la suerte de poder zafar de esa situación.Tras aquella noticia Aira no paraba de chillar por poder ir de compras y todos terminaron de cenas.
*
Alexander terminaba de servir la comida en cada plato, Rachelle se encontraba revisando la correspondencia y su cara se llenó de brillo al encontrar la invitación para la fiesta de exalumnos. Alex observó desconcertado a su esposa por su repentino cambio de humor y solo se limitó a llamar a sus hijos para cenar.
-¿Por qué estás tan feliz? ¿Terminaste ya tu libro? –Preguntaba el oji-verde mientras recibía una mirada fugaz de parte de su madre.